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Tornillería Deba es una empresa con casi 100 años de existencia (los
cumplirá al final de esta década) que pasó por diferentes vicisitudes
hasta llegar a convertirse en Sociedad Anónima laboral en 1993. Desde
hace dos años está centrada en un profundo proceso de modernización
y tecnificación de su actividad
que nos explica en una
distendida charla mantenida
ante dos cafés cortados su
gerente Mikel Egiazu, que
se incorporó al proyecto en
noviembre de 2014.
Egiazu hace un breve repaso
a la historia más reciente
de esta veterana empresa,
explicando cómo en 1993
se produjo la transformación
en sociedad Laboral fruto
del típico proyecto de
reconversión tan frecuente
en aquellos tiempos. Desde
entonces funcionó como
una empresa tradicional del sector de tornillería con una trayectoria
“tranquila”. La crisis de 2008 supuso un punto de inflexión sin retorno
que se afrontó con la adopción de fuertes medidas solidarias “anticrisis”
y con el cambio de pabellón que tuvo lugar en 2007, que supuso una
apuesta clave importante que permitió superar este reto.
En el nuevo pabellón se ha llevado a cabo un profundo proceso de
modernización de las instalaciones productivas, imprescindible para
la transformación del modelo de negocio cuyo objetivo es dirigirse a
mercados con mucho valor añadido. Se trata de que Tornillería Deba
dé un auténtico “salto adelante” para convertirse en una empresa de
desarrollo para diseñar soluciones en base a la idea del cliente. Quieren
orientar su capacidad a la fabricación de piezas más técnicas
“laevoluciónnaturalhallevadode
serfabricantesdeproductoestándar
(elementosdefijación)aconvertirse
enespecialistasenestampaciónen
fríoperoporencimadelosparámetros
convencionales,conorientacióna
mercadosmuyexigentescomoelde
automociónylaingenieríacivil,navaly
energética”
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Mikel Egiazu indica que la evolución
natural ha llevado de ser fabricantes
de producto estándar (elementos
de fijación) a convertirse en
especialistas en estampación en frío
pero por encima de los parámetros
convencionales, con orientación a
mercados muy exigentes como el
de automoción y la ingeniería civil,
naval y energética.
¿Cuáles son las bases de la
transformación que estáis
afrontando?
Dirigirse a estos mercados-
señala Egiazu- exige producir
piezas con mucho valor añadido,
lo que requiere tecnificación de
los procesos productivos; un
cambio importante de mentalidad
en la cultura; generar un equipo
adecuado mediante el desarrollo
de las personas y la captación de
nuevo capital humano; así como buscar la colaboración, ya que no
podemos ir solos a un cambio tan profundo.
En cuanto a la colaboración con otros estamos trabajando para
establecer alianzas estratégicas con suministradores de tecnología,
con empresas que puedan tener ofertas complementarias a la nuestra
y con clientes.
En este orden de cosas quiero citar la colaboración con HEROSLAM y
con TUERCAS SAGARRA que son sociedades laborales marca “ASLE”
y con LAZPIUR.
Otros cuestiones imprescindibles para la transformación, son la
profesionalización de la gestión y la formación de las personas. En
este sentido, hemos llevado a cabo cambios en el equipo directivo y
estamos trabajando en la formación dual con el “Instituto Miguel Altuna”
de Bergara.
En relación a la tecnificación, estamos llevando a cabo un plan de
inversiones de 700.000 euros con apoyo de ELKARGI.
¿Las personas de la empresa como afrontan un proceso tan
profundo? ¿Qué supone en este sentido ser una sociedad laboral?
Tengo que decir que el apoyo al proceso tanto del Consejo de
Administración, así como del colectivo de socios en su conjunto es muy
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proceso de transformación del
negocio tan profundo como
estamos llevando a cabo
salga adelante, porque las
fricciones son inevitables.
El Consejo de Administración
está trabajando mucho para
que todo se haga de forma
tranquila y muy participativa
y en pos de conseguir un
alto nivel de cohesión social.
Además las funciones y
papeles a desempeñar por
la dirección ejecutiva y por el
Consejo en esta empresa las
tenemos muy claras de forma
que Consejo y Dirección
vamos de la mano sin
interferencias ni disfunciones
porque hay confianza y
transparencia. En este punto
he de decir que a mí me gusta
el espíritu “crítico constructivo”
que aprecio en el Consejo de
la empresa porque me hace
reflexionar tres veces antes
tomar una decisión y esto es
bueno.
Por otra parte, estamos unidos
en incorporar como un valor
esencial de Tornillería Deba el
concepto de la “participación
responsable”. Esto quiere decir que todo el mundo tiene el derecho
a participar si se hace aceptando unas reglas elementales: hay que
participar con fundamento, aportando información trabajada, haciendo
un esfuerzo previo de sustentar las opiniones, no hablar por hablar o
hablar simplemente para destruir. Hay que evitar la demagogia porque
en una empresa de este tipo es fácil “hacer ruido” si no se participa de
forma responsable.
Tecnificación y modernización, colaboración con otros,
capacitación de las personas para afrontar el cambio, cohesión
social son los aspectos que estáis trabajado para asentar el nuevo
rumbo que estáis dando a Tornillería Deba. ¿Hay más?
Sí, estamos trabajando en incorporar el concepto de la flexibilidad tanto
en las relaciones laborales como en las societarias. El mercado exige
flexibilidad, capacidad de adaptación a sus exigencias.
Hablamos de flexibilidad en un sentido global y amplio, tanto en la forma
de prestar el trabajo (horario, jornada, funciones) como en el aspecto
salarial, de forma que el salario esté relacionado con los resultados de la
empresa. Estamos dando pasos para ir hacia un sistema de retribución
que tenga en cuenta los resultados y esta es una parte de la flexibilidad
que necesitamos.
Por otra parte estamos afrontando también un cambio generacional.
Por ello estamos trabajando en un nuevo Contrato de Sociedad que dé
respuesta a esta situación. Hay que dar salida a un colectivo de socios
que se van a jubilar y posibilitar la entrada de nuevos socios e incorporar
también el concepto de flexibilidad en las relaciones societarias.
fuerte, y eso que hablamos de un
colectivo de 50 socios trabajadores.
Para ello ha sido muy importante
actuar con mucha transparencia
y con mucha claridad. En una
sociedad laboral consideramos que
esto es imprescindible.
Los objetivos a alcanzar y las
medidas a adoptar se han explicado
de forma totalmente transparente
y clara lo que creemos ha sido un
factor decisivo para alcanzar un
amplio apoyo. A pesar de estar
cerca de su jubilación, son los
socios más antiguos, la gente más
mayor, la que se ha volcado de
una forma que ha sido clave para
avanzar en el proceso. Quizá por
ser estos socios los que fundaron
la SAL están más concienciados de
lo que es una empresa de este tipo
porque vivieron los sacrificios de la
reconversión, apostaron y por ellos
estamos aquí.
Trabajar adecuadamente la
implicación y el compromiso de
las personas es vital para que un