Una alimentación saludable satisface las necesidades nutricionales de cada persona según su edad, sexo y nivel de actividad física e intelectual. Una dieta equilibrada y suficiente que incluye frutas, verduras, legumbres, cereales, tubérculos y alimentos de origen animal permite alcanzar y mantener un óptimo funcionamiento del organismo. Una mala nutrición en adultos mayores y bebés puede deteriorar su calidad de vida y aumentar el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes.