Este documento narra la historia de una niña birmana llamada Kay Kay cuya familia se separó cuando su padre los abandonó. Su madre tuvo que irse a otro lugar para trabajar y Kay Kay se fue a vivir con la familia de un pastor adventista, donde recibió una educación cristiana. Ahora su hermana también vive con ella y asiste a la escuela adventista. A pesar de las dificultades, Kay Kay mantiene la esperanza en Dios.