2. Venus de Urbino (1538), inspirada en la Venus dormida. La pintura , representa a una joven desnuda semi-tendida . A los pies de la joven desnuda duerme un perrito; la presencia del perro es signo de que la representada no es una diosa, sino una mujer real y también la fidelidad. La Venus de Urbino aparece con los pechos descubiertos pero con la mano izquierda tapándose sus genitales. Se puede observar su larga y dorada cabellera, el vientre un poco abultado como signo de fertilidad. La Venus sigue perfectamente las proporciones de los cánones de belleza de la época.
3. La Venus del espejo es un cuadro de Velázquez, el pintor más destacado del Siglo de Oro español. Refleja la belleza de la mujer con curvas insinuantes , marcando el canon de belleza de la época. Velázquez quería reflejar a una mujer de la época no a una diosa, con rasgos de las mujeres de ese momento, pelo recogido, piel blanquecina, caderas anchas y cintura estrecha, debido a los corceles de la época.
4. La Afrodita de Milosuna de las más famosas esculturas de la antigua Grecia. Fue creada en algún momento entre los años 130 y 100 a. C. Representaba a la diosa del amor, la escultura fabricada en mármol tiene los pechos al descubierto y de cintura para abajo está recubierta por una tela que tapa sus partes más íntimas, los músculos del abdomen y las caderas anchas se pueden apreciar . En la cara podemos observar la gran belleza de la imagen, pelo corto y estilizado.
5. La Venus de Willendorf, es una figura obesa, de vientre abultado y enormes senos. Esta imagen de la mujer gorda que esta completamente desnuda también era usual en las esculturas egipcias, griegas y babilónicas del Período Neolítico. son obesas, representando la fertilidad, con el abdomen, la vulva, las nalgas y las mamas extremadamente grandes. Pero así como eso también es común sus demás partes del cuerpo aparezcan desdibujadas: los brazos son muy pequeños, los pies apenas si se le ven y la cara, que suele por lo general ser inexistente.
6. El nacimiento de Venus. Tiene un canon de belleza , donde tenía su principal fuente de inspiración estética, de este modo es que se basa sobre todo en la armonía y en la proporción. Las características femeninas son bien conocidas: piel blanca, sonrosada en las mejillas, cabello rubio y largo, frente despejada, ojos grandes y claros; hombros estrechos, como la cintura; caderas y estómagos redondeados; manos delgadas y pequeñas en señal de elegancia y delicadeza; los pies delgados y proporcionados; dedos largos y finos; cuello largo y delgado; cadera levemente marcada; pechos pequeños, firmes y torneados; labios y mejillas rojos o sonrosados. El cabello es un ornamento eminentemente erótico en la época, pero estaba prohibido mostrar el bello púbico.
7. La gran odalisca es un cuadro de Dominique Ingres. Se retrata a la mujer vuelta de espaldas, pero girando la cabeza hacia el espectador. Aparecen en la obra accesorios que le dan un toque oriental: el abanico, el turbante y la pipa. El autor retrata la gran odalisca fuera de los cánones de belleza debido a que está un poco alargada y no sigue las proporciones de la época. Se observa la delgadez de sus extremidades y también la desproporción de ellas.