El documento describe el conflicto entre la Universidad de París y las órdenes mendicantes (franciscanos y dominicos) sobre el control de las cátedras universitarias en el siglo XIII. La universidad buscaba autonomía mientras que la Iglesia quería controlar la enseñanza. Esto llevó a disputas entre clérigos seculares y frailes, incluyendo la prohibición de los frailes de enseñar. Finalmente, los papas Alejandro IV y otros apoyaron a los frailes y les permitieron enseñar
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Conflicto entre la Universidad y los Mendicantes
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2. EXCURSUS 2:Autonomía universitaria y Papado En París, Tomás se ve envuelto en el conflicto existente en el clero secular y los mendicantes (franciscanos y dominicos) a propósito de las cátedras universitarias y la competencia que representaban los frailes de cara a la docencia en general. Era un conflicto que de fondo confrontaba el deseo de autonomía universitaria con el control ejercido por la Iglesia que quería introducir a sus profesores en las cátedras. El enfrentamiento se había alimentado además por la negativa de los dominicos y franciscanos a participar una huelga de la Universidad a favor de la autonomía, que duró desde 1.229 a 1231, con el agravante de que durante ella los dominicos habían obtenido una segunda cátedra en teología, lo que no permitían los estatutos de la Universidad que sólo aceptaban una cátedra para cada orden mendicante. El jefe de este partido antimendicante era Guillermo del Santo Amor, clérigo secular En 1.231 la bula “Nimis iniqua” fomentaba la participación de los frailes en el medio universitario
3. Otra de las razones para que la Iglesia quisiera controlar la Universidad era para frenar la difusión de las ideas de Aristóteles. Ya en 1210, la Universidad de París había prohibido la enseñanza de la "Física" y "Metafísica" aristotélicas, prohibición que renovó en años sucesivos. A pesar de ello las prohibiciones no solían respetarse, y ya la Universidad de Toulouse basó conscientemente parte de su éxito en la libre enseñanza de los escritores condenados en París, atrayendo a parte de su alumnado. En la misma Universidad de París los libros aristotélicos censurados figuraban curiosamente como obligatorios en los planes de estudios.
4. En medio de esta polémica, los clérigos seculares llegaron a expulsar a frailes de sus puestos, poniendo incluso en duda la legitimidad de estas órdenes mendicantes. La oposición se agravó cuando un lector en teología del convento franciscano de París, Gerardo de Borgo San Donnino, seguidor además de las ideas milenaristas de Joachim di Fiore, publicó en 1250 una «lntroducción al Evangelio Eterno», que sirvió a los anti-mendicantes como acicate para ridiculizar y acusar a los frailes de falsos apóstoles, precursores del Anticristo y de nocivos para la Universidad y la Iglesia. En 1250 el papa Inocencio IV había autorizado al cancellier de la Universidad a conferir la “licentia docendi” a los frailes mendicantes, lo que contrastaba con el derecho de los nuevos maestros seculares reivindicado por la corporación universitaria.
5. En este ambiente enrarecido, se le ordenó a Tomás prepararse para el Doctorado en Teología por la Universidad de París, aunque aplazaron la concesión del título por una disputa puntual surgida de nuevo entre la universidad y los frailes. El conflicto estalló en 1253 tras una revuelta de estudiantes, en la que intervino la guardia de la ciudad ocasionando la muerte de un estudiante e hiriendo a otros tres. La actuación de la guardia fue vista como una intromisión en la Universidad. Los doctores civiles decidieron cerrar entonces sus facultades y juraron que no las abrirían hasta ver satisfecha su demanda de que los frailes y los nuevos profesores prestaran juramento a los Estatutos de la Universidad.
6. Los Dominicos y Franciscanos, que habían seguido enseñando en sus escuelas, se negaron a hacer el juramento exigido a los estatutos, justo cuando Santo Tomás y San Buenaventura estaban preparados para recibir sus doctorados. Los doctores seculares, mediante un decreto de abril de 1253, habían prohibido ocupar cátedras a quienes no prestasen el juramento, con lo que la situación de Tomás de Aquino y de Buenaventura se complicó. Se daba además el hecho de que iban a ocupar esas cátedras en reemplazo respectivamente de Elías Brunet y Guillermo de Melitón.
7. Guillermo de St. Amour, que era uno de los principales oponentes de los frailes, de los que estaba seguramente celoso, luchó por negarles el derecho a ocupar cátedras en la Universidad, tras una petición al papa Inocencio IV en 1254. Escribió el "De periculis novissimorum temporum" (Los peligros de los tiempos recientes, 1256) contra el que Tomás replicó con el tratado "Contra impugnantes religionem", una apología de las órdenes religiosas. Guillermo acusaba a franciscanos y dominicos de defender sólo los intereses pontificios, y hacer caso omiso al problema del salario. Les reprochaba su incomprensión a los derechos de secesión y huelga y, en general, su desprecio por los estatutos y por todo aquello que significase la defensa de la autonomía universitaria . Franciscanos y dominicos, ni eran verdaderos universitarios ni intelectuales.
8. El prior de los dominicos y el guardián de los franciscanos apelaron al Papa, consiguiendo que el 1 de julio de 1253 Inocencio IV reconociera que los seculares se habían excedido en sus derechos y debían recibir de nuevo a los maestros regulares. De forma independiente, en septiembre de ese año, el general de los Hermanos Menores, el franciscano Juan de Parma, había entrado en negociaciones con la Universidad, aceptando finalmente retirar las protestas y jurando los Estatutos, con lo que consiguió que los seculares aceptaran a Buenaventura, que era franciscano, pero no a Tomás, que era dominico.
9. Pues los dominicos se encontraban en una situación mucho más difícil, ya que tenían dos cátedras: la interna o de los propios, y la externa o de los extranjeros. Los seculares acabaron promulgando su expulsión: enviaron dos bedeles al convento de Santiago para leer el decreto y cortar las clases, lo que no consiguieron pues los estudiantes se precipitaron sobre ellos y los expulsaron fuera del aula. Entonces fueron el rector junto con tres maestros en artes, sin poder tampoco leer el decreto frente al griterío de los estudiantes que los acusaron de estar armados. Fue imposible aplicar la sentencia, pero los seculares siguieron impidiendo que profesores mendicantes pudieran acceder al profesorado de la Universidad.
10. Ante esta situación el Papa citó a los seculares a presentar su caso frente a la Santa Sede, donde acudió el representante oficial Guillermo de Saint - Amour. Para solventar los gastos, los seculares obligaron a todos los estudiantes a pagar una cuota equivalente a la pensión de una semana, a lo que muchos se resistieron, enfrentándose entonces a no poder graduarse ni a que les fuera reconocido el título en caso de graduarse en otra.
11. Tras medio año, de junio a noviembre de 1254, Guillermo logró convencer a Inocencio IV en Anagni. El 4 de julio el Papa emitió una Bula por la cual confirmaba los decretos de los seculares y el 21 de noviembre, mediante la Bula Etsi Animarum , anuló y suprimió todos los privilegios y exenciones concedidas a las órdenes mendicantes. Pero Inocencio IV moriría ese mismo día, el 21 de Noviembre, y fue elegido otro Papa, Alejandro IV, que el 22 de Diciembre anuló la Bula de Inocencio IV. Palacio papal en Agnani
12. Además, el Papa Alejandro IV (protector de los franciscanos) condenó el libro de St. Amour el 5 de Octubre de 1256 en Agnani y ordenó que se permitiera de nuevo a los frailes mendicantes ser admitidos en la Universidad y recibir el doctorado. El 14 de abril de 1255 publicó también la Bula Quasi Lignum Vitae dirigida a los maestros de la Universidad de París, en la que ordenaba y mandaba: - que los religiosos conservarán a perpetuidad las cátedras que legítimamente poseen - que el juramento exigido para ingresar al claustro de profesores debe limitarse a guardar secreto de lo tratado en las sesiones de la Facultad, y - que el derecho de huelga escolar como medida de represalia contra posibles abusos, no podrá ejercerse sino con la aprobación de las dos terceras partes de los miembros de todas las Facultades.
13. Ante esta nueva situación, los seculares agudizaron su oposición coaccionando a los estudiantes que asistían a las clases de los dominicos, irrumpiendo en el convento de Santiago, o atacándolo con piedras o flechas. Para atajar esto fue necesario que el rey de Francia Luis IX pusiera una guardia permanente en los alrededores del convento.
14. El rey de Francia solía invitar a menudo a Tomás Manuel, Niklaus (s.XVI)
15. En enero de 1256 el Papa toma la iniciativa ordenando al canciller de la Universidad, Aimerico de Veire, que le expidiese a Tomás de Aquino la licentia docendi , que le legitimaba para enseñar y predicar públicamente, para presidir actos escolásticos, disputas solemnes y para determinar o dirimir las cuestiones. El canciller Aimerico trasladó la orden al Prior de Santiago quien se comunicó con Tomás para que se preparase a recibir el título de Magister in Sacra Pagina , para lo cual debía jurar los Estatutos de la corporación de maestros y exponer solemnemente frente a todo el claustro magisterial el Principium , o lección inaugural.
16. El conflicto no desapareció del todo. Surgieron nuevos líderes del partido universitario antimendicante como Gerardo de Abbeville y Nicolás de Lisieux pero ya no contaban con ningún apoyo pontificio. En el concilio de París de 1290 se cerró la cuestión. En este concilio, el cardenal Benito Gaettani, futuro Bonifacio VIII , tras ridiculizar la pretendida sabiduría de los maestros y recordar la sumisión de la razón a la fe , confirmó para siempre las prerrogativas de los mendicantes. De él eran estas significativas palabras: "La corte de Roma, antes que revocar el privilegio, destruirá la Universidad de París".