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HASTA SIEMPRE
Revista de Información y Debate n Tercer cuatrimestre de 2018 n Nº 78
www.revistapueblos.org
Alternativas > Cuerpos > Sueños > Saberes > Soberanía > Cuidados > Feminismo >
Territorio > Comunicación > Futuro > Tiempo > Internacionalismo > Derechos >
Cooperación > Política > Trabajos > Solidaridad > Movimientos sociales > Culturas >
Vida > Identidades > Luchas > Ecología > Alianzas > Economía > Tecnología >
Pueblos - Revista de Información y Debate no se hace responsable de las opiniones de los autores y autoras de los artículos.
Esta revista se publica en papel reciclado.
Pueblos se realiza con el apoyo de:
Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) n Agencia Extreme-
ña de Cooperación Internacional al Desarrollo (AEXCID) n Garapenerako Lankidetzaren Eus-
kal Agentzia / Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo (Eusko Jaularitza / Gobierno
Vasco) n Bizkaiko Foru Aldundia / Diputación Foral de Bizkaia n Gipuzkoako Foru Aldundia /
Diputación Foral de Gipuzkoa.
www.revistapueblos.org
Los contenidos publicados pueden ser utilizados de acuerdo a los términos de la licencia “Reconocimiento-No comercial-Sin obras
derivadas 3.0 España License de Creative Commons”.
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> Territorio > Comunicación > Futuro > Tiempo > Internacionalismo > Derechos
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HASTA SIEMPRE
Revista de Información y Debate n
Tercer cuatrimestre de 2018 n
Nº 78
www.revistapueblos.org
PUEBLOS - revista de información y debate
Nº 78 (II época). Tercer cuatrimestre de 2018.
Autoría de la portada: Andrea López Álvarez, andrealopezalvarez.blogspot.com.
Fundada en 1995. n Segunda época: 2002. n Editada por Paz con Dignidad (C/Gran Vía, 40 - 5º Oficina 2. 28013 - Madrid/
Gardoki, 9, 5ºD, Bilbao, 48008).
Depósito legal: M.47.658-1999. ISSN: 1577-4376.
Dirección: Luis Nieto Pereira. Consejo Editorial: Eugenio Pascual Coruña (Asociación Paz con Dignidad) n Marco Gandarillas (Centro de Docu-
mentación e Información, CEDIB Bolivia) n Edgardo Mira (Centro de Investigación Sobre Inversión y Comercio - CEICOM, El Salvador) n Elena Nagore
Cordón (Centro de Iniciativas para la Cooperación Batá, CIC Batá) n Rosaura Audi (Comunicadores de la Argentina - COMUNA) n Carmen Sala (Entre-
pueblos) n Silvia Piris (Plataforma Elkartasuna Eraldatuz-Plataforma por una Cooperación Crítica) n Magdalena León (Fundación de Estudios, Acción
y Participación Social, FEDAEPS, Ecuador) n Patxi Zabalo (Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional Hegoa - Universidad
del País Vasco UPV/EHU) n Xulio Ríos (Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, IGADI) n Jesús González Pazos (Mugarik Gabe)
n Pedro Ramiro (Observatorio de Multinacionales enAmérica Latina, OMAL) n Andrea Momoitio (Píkara Magazine) n Gioconda Mota (Red de Colectivos
LaAraña Feminista, Venezuela) n Amaia Naveda (Red de EconomíaAlternativa y Solidaria, REAS Euskadi) n Mikel De La Fuente (Escuela Universitaria
de Relaciones Laborales de la UPV/EHU) n Amparo Merino (Universidad de Castilla-La Mancha) n Fidel Nieto (Universidad Luterana de El Salvador)
n Teresa Aranguren n Sonia Herrera n Jule Goikoetxea n Roberto Montoya n Isaac Rosa n Pascual Serrano n Carlos Taibo.
Coordinación: Andrea Gago Menor. Consejo de redacción (redaccion@revistapueblos.org): José Alberto Andrés Lacasta n Davide Angelilli
n Marina Blesa n Eneko Calle n Laura Daudén n Magdalena Ferrín n Maddi Goikoetxea n Javier González n Álex Guillamón n Itziar Hernández n Suso
López n Elizabeth Masero n Alba Onrubia n Mikel Otxotorena n Esteban Ramos Muslera n Sebastián Ruiz n Alejandro Pedregal n Beatriz Plaza Escrivà
n Mª Cruz Tornay.
Agradecimientos: A Ander Aranguren, Oscar Beltrán, Estefanía Castillo Murillo, Urbano de la Cruz, Pablo Díez, Gonzalo Fernández-Ortiz de Zárate,
Ricardo Gayol, Ane Garay, Mª Carmen Gutiérrez González, Juan Hernández Zubizarreta, Beatriz Jiménez, Júlia Martí Comas, Gorka Martija, Ángela
Martín, Emilio Polo, Marta Ramos, Blanca Segoviano, Samuel Ventura y a todas aquellas otras entidades y personas que han hecho posible este número.
Diseño y maquetación: Alba Onrubia García. Administración: Ana Montón (info@revistapueblos.org).
Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 3
Decimos ‘hasta siempre’
haciendo comunicación crítica
Luis Nieto Pereira y Andrea Gago Menor*
E
l número más antiguo que conservamos de Pueblos
es de mayo de 1998, aunque la revista comenzó su
andadura tres años antes. Sumergirse en una heme-
roteca con las fechas bien presentes es siempre exponerse
a un revoltijo de emociones, entre imágenes, datos, decla-
raciones, líneas estéticas que vienen y van, augurios erra-
dos vergonzantes y profecías cumplidas que nos llevan a
repetir en cadena “ya lo decía yo”. Echando un vistazo
a este primer número del archivo, que tiene algo más de
veinte años, sentimos un escalofrío desde la primera línea:
“Contra la militarización de las conciencias”, “Carrera de
armamentos…”, “Los inmigrantes como víctimas de la
globalización”, “El Frente Sandinista ante su Congreso”,
“Irak: crisis permanente”, “Aportaciones a una reflexión
sobre los movimientos sociales”.
Nos despedimos como proyecto de comunicación crí-
tica en un momento en que los titulares de hace dos déca-
das suenan actuales. “La agenda de las multinacionales”,
“Paz con justicia social. Solución al conflicto colombia-
no”, “¿Negocio de armas en el Estado español?” ¡Podría-
mos haberlos publicado en 2018!
Algunos de los asuntos abordados se han ido enma-
rañando estos años, otros se han desarrollado siguiendo
simplemente la línea del tiempo. El feminismo ha emer-
gido con la fuerza que merece, las tecnologías de la infor-
mación y la comunicación han ido creciendo hasta con-
vertirse en omnipresentes y el cambio climático ha dejado
de ser, parece que defini-
tivamente y para nuestra
desgracia (¡ojalá nos hu-
biésemos equivocado!), un
asunto de ecologistas chiflados
o alarmistas antisistema. Pero…
¡hay tantos conflictos que siguen en-
callados, tantos procesos que no han avanza-
do lo que debieran, tantos análisis y argumentos repetidos!
Estos 23 años, 16 desde que la asociación Paz con
Dignidad comenzó a ser la entidad editora, hemos sido un
proyecto de comunicación alternativa sobre las diferentes
realidades sociales, políticas, económicas y culturales del
mundo. Más allá del papel, de la web o de las redes so-
ciales, hemos querido ser una apuesta por la solidaridad,
un espacio de encuentro entre organizaciones de distintos
lugares que trabajan en procesos de transformación social.
“Las redes de solidaridad”, como afirman desde CEAR-
Euskadi en el artículo que nos dedican en este número de
despedida, “son fundamentales para resistir y para cons-
truir otro mundo”.
No siempre ha sido sencillo. “Situarnos con un pie en
la investigación académica y otro en el activismo”, expli-
ca en su artículo para este número Marien González, de
Ecología Política, “provoca dolores de cabeza”. En nuestro
caso sumamos la cooperación internacional, un ámbito que
nos ha salvado presupuestariamente hablando pero que
b¡HASTA SIEMPRE!
también ha añadido complejidad al proyecto: ¿Qué coo-
peración?, ¿cuál es el papel de los movimientos sociales?,
¿dónde termina el asistencialismo y empieza la solidaridad
internacionalista?
Sacar adelante un proyecto de
comunicación crítica en-
tre lo académico, la
cooperación y
los movimientos sociales, con un
presupuesto reducido y la necesi-
dad de hacer encaje de bolillos con
la financiación institucional, suscrip-
ciones y ventas, con
los requerimientos,
plazos e informes de
las subvenciones de
cooperación y edu-
cación… Es verdad:
nos ha provocado
dolores de cabeza.
Pero los “malestares”
se esfuman al lado de
todo lo que hemos
aprendido, al lado de
todas las redes que
hemos ido tejiendo
estos años,
de todas
las activi-
dades que he-
mos organizado, de los debates y los intercambios genera-
dos entre personas y grupos de distintas partes del mundo,
de diferentes realidades sociales, económicas, académicas
y culturales.
En los últimos años de este proyecto habíamos conse-
guido pagar parte de las colaboraciones escritas, a un pre-
cio superior al de varios medios de mucha mayor tirada y
financiación. Dimos el paso porque lo consideramos justo,
porque no queríamos contribuir a precarizar más el perio-
dismo y porque en ese momento podíamos hacerlo. Entre
la militancia y la explotación existe también una frontera
que a veces es fácil perder de vista.
Si hemos podido ahondar en los hechos, interpretar y
enlazar realidades, ha sido gracias a una cantidad innu-
merable de personas que a lo largo de estos años ha co-
laborado no solo escribiendo e ilustrando, sino también
aportando ideas, corrigiendo enfoques, verificando datos,
facilitando contactos, haciendo de enlace, suscribiéndo-
se, formulando proyectos para obtener fondos, maque-
tando, ayudándonos a explorar formatos como la radio
y el vídeo, vendiendo o repartiendo revistas, partici-
pando en actividades e invitándonos a dar a conocer
el proyecto en distintos espacios. Son estas perso-
nas y organizaciones las que han dado sentido a
este proyecto y han logrado que sea más que una
herramienta de comunicación.
Podríamos haber dicho “agur”, “adeus”,
“adeu”, no sabemos si “hasta luego”, dejando sim-
plemente de imprimir la revista en papel y de actua-
lizar la web. Podríamos haber sacado un recopilatorio
de algunos de los artículos que recordamos con más
cariño, o que consideramos más acertados, pero hemos
decidido despedirnos haciendo lo que mejor sabemos ha-
cer: tejer redes desde la comunicación crítica.
En este número de cierre de la segunda época de Pue-
blos incluimos reflexiones de personas y organizaciones
con las que ya hemos trabajado en ocasiones anteriores,
así como alguna colaboración de gente que no había nunca
escrito en nuestro medio. Incluimos textos escritos des-
de el Estado español, desde Palestina, Argentina, Brasil,
Colombia, Ecuador, El Salvador y Venezuela. Abordamos
problemáticas de talla mundial, como las migraciones y la
extrema derecha, y también más locales, como la libertad
de prensa en el conflicto vasco.
Un número de despedida no puede evitar cierto toque
melancólico, por más que hayamos querido centrarnos en
el presente y seguir insistiendo en propuestas y alternativas
para el futuro, también en el ámbito de la comunicación.
A la nostalgia nos hemos rendido en los breves apartados
de memoria en cada bloque temático, en el recopilatorio
de las portadas que conservamos en nuestros archivos y en
las galerías de las personas que han ilustrado para Pueblos
de manera más continuada.
Hasta siempre. Nos seguiremos encontrando.q
¡HASTA SIEMPRE! b
*Luis Nieto Pereira y Andrea Gago Menor han sido estos últimos años director
y coordinadora de Pueblos, respectivamente.
4 n 2018 n ¡Hasta siempre! b PUEBLOS n Información y Debate
Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 5
b¡HASTA SIEMPRE!
Tejer procesos para
erradicar las violencias
CEAR-Euskadi*
L
a revista Pueblos ha sido un espacio de comunicación
crítica que a lo largo de estos años nos ha permitido
conocer debates y reflexionar sobre ellos, conectarnos
con otros agentes cuyas luchas y procesos se cruzaban con
las de CEAR-Euskadi, con la defensa de los derechos huma-
nos de las personas migrantes, refugiadas y apátridas. Nos
ha ayudado además a enlazarnos con personas y colectivos
que trabajan por erradicar las causas de los desplazamientos
forzados de personas, comunidades y pueblos.
Ha sido también un apoyo para dar a conocer y difundir
nuestras estrategias y los retos a los que nos enfrentamos.
Desafíos de un mundo donde existe un abismo entre la apa-
riencia de derechos y la posibilidad efectiva de ejercerlos por
la mayor parte de las personas y las comunidades que lo ha-
bitan. Donde defender el territorio, la dignidad y los deseos
obliga a millones de personas a caminar la tierra y sus fronte-
ras. Las personas huyen de la violencia y son devueltas a ella.
Son además perseguidas y agredidas por quienes deberían
protegerlas.
El Mediterráneo se ha convertido en una fosa común
para miles de personas que huyen de conflictos y persecucio-
nes, incluidas el hambre y la miseria. Frente a esta tragedia
cotidiana, la Unión Europea ha apostado una vez más por
evitar las llegadas a través de un amplio dispositivo militar y
policial. La huida, el camino, se han convertido en una nueva
forma de violencia.
Las personas y los pueblos huyen, sí, pero también so-
breviven, proponen cómo enfrentar estas agresiones y cómo
construir un mundo libre de miseria y libre de violencia. En
esta labor se alían con otras comunidades y colectivos. Las
redes de solidaridad son fundamentales para resistir y para
construir otro mundo.
Este ‘encontrarnos’al que ha aportado la revista Pueblos,
estas redes, este ‘tejer procesos’, se vuelve imprescindible
para enfrentar las violencias y seguir caminando para erradi-
carlas. Esperamos seguir encontrándonos con Pueblos, con
las nuevas formas que tome y a las que convoque. Gracias y
hasta pronto.q
*Comisión de Ayuda al Refugiado en Euskadi, www.cear-euskadi.org.
“ Este ‘encontrarnos’ al que
ha aportado la revista Pueblos,
este ‘tejer procesos’, se vuelve
imprescindible para enfrentar
las violencias y seguir caminando
para erradicarlas
”
6 n 2018 n ¡Hasta siempre! b PUEBLOS n Información y Debate
¡HASTA SIEMPRE! b
Retos,
alianzas y sueños
en las publicaciones
de vocación crítica
Marien González Hidalgo y
equipo de la Revista Ecología Política
Por otra parte, la determinación de querer hacer acce-
sible el material para todo el mundo (en nuestro caso libe-
rando todos los contenidos un año después de su publica-
ción) es, a veces, contraria a la lógica de mercado y quizás
pone las cosas más difíciles a nivel económico, pero es una
de las formas que tenemos de asegurar que el proyecto sea
realmente accesible.
La liberación de contenidos, el empeño en mantener
el número en su variedad impresa y situarnos con un pie
en la investigación académica y otro en el activismo,
aunque nos provoca dolores de cabeza, también nos da
las alegrías de compartir el proyecto con cada vez más
gente que nos lee.
En la era de la comunicación instantánea las publica-
ciones en papel con artículos críticos y con voluntad de
transformación social tenemos el reto de mantenernos a
flote, más por convicción que por conveniencia, apoyán-
donos en las suscripciones, algunas ventas y subvenciones
públicas, pero también a base de mucho “amor al arte”: de
las personas que escriben, comentan, revisan, maquetan y
cuidan cada palabra escrita.
Pero el trabajo colectivo no se acaba ahí, va más allá de
los equipos humanos relacionados con cada número. Saber
que hay más compañeros y compañeras de camino ayuda
muchísimo en la determinación de sacar cada número… No
tenemos duda de que nos seguiremos encontrando en otros
foros, pero, en todo caso, ¡os echaremos de menos Pueblos!q
“H
ace tantos años que colaboramos que ya ni nos
acordamos”. Esa fue una de las frases que com-
partimos cuando en el equipo de Ecología Políti-
ca nos enteramos de que la revista Pueblos se despide, al
menos temporalmente. Desde hace muchos años (proba-
blemente más de diez), Ecología Política y Pueblos se han
dado apoyo mutuo de una manera sencilla pero importan-
te, con lo que llamamos “publicidades cruzadas”. Es decir,
asegurando que en cada número los lectores y lectoras de
ambas publicaciones conocen de la existencia, temáticas y
últimos números de la otra revista.
El recordatorio semestral de contactar con las publica-
ciones afines para incluir su publicidad en nuestro número
tiene una importancia mayor de lo que parece y va más allá
de las lógicas de mercado de la publicidad. Nos recuerda:
no estamos solos, solas, es un camino compartido.
Como Pueblos, Ecología Política tiene más de veinte
años de historia, en la que los proyectos críticos hemos
buscado formas de diversificar las formas de comunica-
ción: mejoras de páginas webs, Facebook, Twitter y otras
son ahora herramientas fundamentales de distribución de
nuestro proyecto y publicaciones. En muchos casos, estas
nuevas herramientas facilitan la voluntad de querer divul-
gar material de análisis complejo, haciéndolo accesible y
de forma que permita la producción de conocimiento des-
de el activismo y para el activismo.
Jess X. Snow. Ilustración de la portada del nº54 de Ecología
Política, “Ecofeminismos y ecologías políticas femnistas”.
Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 7
b CONTENIDOS
¡HASTA SIEMPRE!
Decimos ‘hasta siempre’ haciendo comunicación crítica
(Luis Nieto Pereira y Andrea Gago Menor) ............................................................................... 3
Tejer procesos para erradicar las violencias (CEAR-Euskadi) ................................................... 5
Retos, alianzas y sueños en las publicaciones de vocación crítica
(Marien González Hidalgo y equipo de la Revista Ecología Política) .................................... 6
OPINIÓN
Que viene, que viene (Montse Santolino) ................................................................................... 8
Cambio climático: ¿vamos en serio o no hay para tanto? (Àlex Guillamón) .............................. 9
USAID-NED, el río que lleva a Rosa María Payá (Ramón Pedregal Casanova) ...................... 10
ENTREVISTA
Paco Etxeberria, antropólogo forense, “La ultraderecha se ha reactivado.
Es normal cuando hay una sociología franquista y actitudes preconstitucionales
en boca de toda una generación” (Eneko Calle y Andrea Gago Menor) ..............................11
COMUNICACIÓN CRÍTICA:
Periodismo (crítico): la utilidad de la información como contrapoder
(J. Marcos y Mª Ángeles Fernández) .................................................................................... 17
Desmontando el storytelling de las grandes empresas: confrontar el relato y la práctica
(Pedro Ramiro y Erika González) ............................................................................................ 23
Cómo contar para cambiar el mundo en tiempos adversos
(Amanda Andrades González) ...................................................................................................... 29
Palabras que cuentan: Comunicación y economía de la credibilidad (Estefanía Rodero) ....... 33
Los medios de comunicación, víctimas y agentes en el conflicto vasco y en su resolución
(también) (Teresa Toda Iglesia) ................................................................................................. 37
Periodismo feminista a 6 euros la hora (Andrea Momoitio) ....................................................... 41
Los medios del miedo (Pablo “Pampa” Sainz) ........................................................................ 45
Fake news, intoxicación mediática y propaganda de guerra (Roberto Montoya) .................... 50
Guerra comercial, ¿guerra informativa? (Xulio Ríos) ............................................................... 54
Palestina: cuando el peligro de contar una sola historia se hace fuerte (Elizabeth Masero) ... 58
La garrapata mental: informar sobre África en tiempos del hambre
(Sebastián Ruiz-Cabrera) ............................................................................................................. 62
Modelos comunicacionales en América Latina en una nueva etapa política
(Mª Cruz Tornay) ........................................................................................................................ 68
La lucha por la información: el conflicto nicaragüense en la comunicación crítica
(Eneko Gastaka Urruela) .......................................................................................................... 71
Radio Victoria: 25 años siendo una voz disonante en El Salvador (Isabelo Cortez) ................. 73
Medios masivos de comunicación en Colombia: ocultan la paz, posicionan la guerra
(Lara Gil Menés y Blanca Lucía Valencia Molina) ............................................................. 78
Libertad bajo palabra: el periodismo en México como paradigma de resistencia
y comunicación para la transformación social (Sonia Herrera y Suso López) ......................... 82
La comunicación argentina como parte del poder neoliberal
(Comunicadores de la Argentina) ................................................................................................. 85
La periferia resiste: iniciativas de comunicación que desafían la violencia
de Estado en Brasil (João Paulo Brito e Laura Daudén) ........................................................ 88
Medios contra Venezuela: piezas del engranaje bélico (Eduardo Viloria Daboín) .............. 93
MEMORIA GRÁFICA
Diez páginas para más de veinte años de portadas ................................................................... 96
Galerías de ilustraciones de Paula Cabildo, Juan Fender, Andrea López Álvarez
y Mª José Comendeiro (Pepa) ................................................................................................. 106
3
8
17
11
96
Tras cada artículo
de estas secciones,
dedicamos unas páginas
a recordar algunas de
las actividades, textos
y otros materiales
elaborados desde los
inicios de Pueblos.
¡Seguirán disponibles en
www.revistapueblos.org!
8 n 2018 n ¡Hasta siempre! b PUEBLOS n Información y Debate
OPINIÓN b
*Periodista y responsable de comunicación de Lafede.cat.
los que piensan distinto es abismal. Somos capaces de se-
cundar a Alba Rico y repetir que la palabra fascismo se ha
“sobresemantizado” tanto que ya no significa nada, pero
nos bloqueamos ante las acusaciones de buenismo o los
vídeos racistas que circulan por whatssap. En el sumun
de la comprensión selectiva, somos capaces de criticar a
los demócratas liberales estadounidenses que viven en su
burbuja clasista y no reconocernos en una similar cuando,
por ejemplo, apostamos por los colegios más innovadores
para nuestros hijos, donde les enseñarán a ser antirracistas
y anticlasistas, mientras evitamos los colegios donde po-
drían convivir con niños hijos de migrantes.
Igual llega un día en que no podemos deshacernos de
la inquietud que nos genera la actualidad informativa mo-
viendo el dedo sobre la pantalla del móvil. Entonces ten-
dremos que preguntarnos cómo contribuimos al desastre y
qué pensamos hacer para evitarlo. No está muy claro que
twitter o las manifestaciones antifascistas testosterónicas
sean suficiente. Arlie Russell Hochschild, con 70 años y
habiendo formado parte de la élite académica norteame-
ricana, se fue a vivir a Luisiana, el estado más pobre de
EEUU, porque no entendía tanta rabia: “desconecté mi
sistema de alarmas político y moral para poder escuchar
e intentar escalar la pared de empatía que me separaba de
esa gente”.
Otro sociólogo sabio, Boaventura de Sousa Santos, el
gran teórico del fascismo social, dice que no necesitamos
otra teoría de la revolución sino revolucionar la teoría, que
durante demasiado tiempo hemos menospreciado los sa-
beres de las clases populares o nos hemos aprovechado de
ellos haciendo gala de un extractivismo no muy diferente
al que criticamos respecto a los bienes naturales. Lo segui-
mos haciendo en el periodismo, las ONG y la intervención
social. Boaventura nos propone quitarnos de en medio, sa-
lir de la vanguardia y ejercer de intelectuales de retaguar-
dia. La razón pesimista dice que no estamos a tiempo. El
optimismo de la voluntad dice que no nos queda de otra.
Que no pasarán.q
Q
ueremos seguir pensando que no, que no será para
tanto, pero cuando ves un vídeo de la directora eje-
cutiva de Oxfam pidiendo dinero para la crisis hu-
manitaria de Indonesia ante una hilera de trabajadores per-
fectamente uniformados y limpios que se pasan cubos con
el logo bien visible, y acto seguido ves otro vídeo de cómo
el partido de ultraderecha Vox congrega miles de personas
con su discurso abiertamente racista y xenófobo (“es una
invasión-quienes saltan la valla tienen preparación militar-
deportación masiva”) es imposible no sentir un retortijón
ético e intelectual. Todo resulta terriblemente anacrónico y
posmoderno a la vez.
Algo hicimos mal. Todo lo que han explicado sobre
el mundo los organismos internacionales, los periodistas y
las ONG no solo no ha servido para entenderlo, sino que ha
alimentado los peores miedos y las peores pulsiones. Solo
hace dos años de Trump, del Brexit y de que Zeid Ra’ad Al
Husein, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos
Humanos, lo advirtiera: “La retórica antiextranjera llena
de veneno y odio desenfrenados está proliferando hasta un
grado espantoso y es cada vez más incontestable en partes
de Europa y Estados Unidos. La retórica del fascismo ya
no se limita a un submundo secreto, se está convirtiendo en
parte del discurso cotidiano normal”. Los refugiados han
sido el chivo expiatorio que ha desenmascarado la falsa
unidad, democracia, solidez y prosperidad europeas. Hoy
todos los analistas repiten que las próximas elecciones
pueden certificar la defunción de la Unión Europea con
un Parlamento lleno de ultras euroescépticos. Que viene,
que viene.
Nunca tanto conocimiento fue tan inútil. Sabemos per-
fectamente qué hay detrás del voto ultra y de tanto político
macho alfa (austericidio, individualismo, desafección po-
lítica, fracaso, miedo al futuro). Tenemos la experiencia
histórica y todas las claves, todos los análisis y todo el big
data. Llevamos años moviendo informes e ideando cam-
pañas contra la pobreza, la exclusión e incluso contra la
desigualdad. Piketty y Aylan se hicieron famosos al mismo
tiempo, pero hoy tendríamos que actualizar la máxima de
Durruti: al fascismo no se le discute, básicamente porque
no tenemos ni idea de cómo. Nuestra distancia cultural con
Que viene, que viene
Montse Santolino*
Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 9
b OPINIÓN
Cambio climático:
¿vamos en serio o no hay para tanto?
Àlex Guillamón*
Esta anestesia ocurre tanto en la vida personal como
en la colectiva, incluida la política institucional. Por eso la
mencionada Última llamada tuvo poco éxito en su propósi-
to de que “los proyectos (político-institucionales) alternati-
vos tomen conciencia de las implicaciones que suponen los
límites del crecimiento y diseñen propuestas de cambio mu-
cho más audaces”. Los compañeros y compañeras de aque-
llas candidaturas políticas alternativas surgidas de las luchas
sociales que hoy ocupan cargos políticos se ven sumergidos
en dinámicas políticas institucionales impermeables al cam-
bio copernicano que la situación demanda. Y es complicado
superar esta inercia sin un reclamo social potente.
Por tanto, primero hay una responsabilidad política
desde las instituciones por no responsabilizarse política-
mente de los retos de la crisis global en la medida que la si-
tuación requiere. Pero desde el movimiento social también
falta una iniciativa más ambiciosa y decidida. Falta pasar
de la postura-logo a la acción colectiva-verdad.
En este sentido una de las cosas que se echa en falta
es una demanda por delitos ambientales contra la huma-
nidad a actores públicos y privados clave que, a pesar de
todas las clamorosas evidencias, siguen anteponiendo sus
intereses, atentando contra las generaciones presentes y
futuras con sus decisiones. Por encima del recorrido legal,
su valor principal sería cambiar las subjetividades: empe-
zar a comunicar y comunicarnos que esto-va-en-serio.
Porque ¿cómo podemos alertar de todos estos datos
demoledores sobre las consecuencias de la economía y
la política fósil y no actuar a la altura contra quienes son
sus principales responsables? ¿Acaso es más importante el
chiqui-máster de Casado? El resultado es una comunica-
ción social débil e incoherente: mientras verbalmente de-
cimos “¡cambio climático!”, nuestra (in)acción comunica
“no será para tanto”.q
S
abemos que el cambio climático ya no es un suceso
del futuro, sino una realidad que se nos cuela a ritmo
vertiginoso, si medimos el tiempo a escala históri-
ca. Según Naciones Unidas, en 2017 ya había más de 64
millones de personas consideradas refugiadas climáticas,
aunque las estimaciones para 2050 las sitúan entre 250 y
1.000 millones, según los posibles escenarios.
Pero, como decía recientemente Jeffrey Sachs, todos y
todas somos refugiadas climáticas. Porque decenas de in-
formes y artículos cada vez más incontestables, y de fuen-
tes nada sospechosas de ecologistas, testifican los efectos
críticos ya en curso en amplios órdenes de la habitabilidad
humana del planeta. Es más, si en algo están fallando las
previsiones sobre la evolución de las emisiones y del cli-
ma, es en quedarse cortas, incluso las pesimistas.
Entonces, ante esta certeza ¿cómo puede haber una
reacción política y social tan tibia y dilatoria en compara-
ción con las amenazas que plantea? Por un lado está claro
que una respuesta adecuada de la humanidad se ve entor-
pecida, como señalaba el manifiesto Última llamada, por
“dos obstáculos titánicos: la inercia del modo de vida capi-
talista y los intereses de los grupos privilegiados”.
Pero en segundo plano hay otro tipo de obstáculos que
se alimentan de la subjetividad humana, incluida la de
quienes llevamos años cargándonos de razones estudiando
y/o divulgando sobre el tema.
En el fondo hablamos como si esto ocurriera en otro
planeta o en otro plano de la realidad. En parte se da la pa-
radoja de que precisamente, cuanto más inmenso percibi-
mos el problema, más insoportable se hace cargarlo desde
la subjetividad individual o de una minoría social y, por lo
tanto, activamos un mecanismo de defensa que anestesia,
intelectualiza y despolitiza nuestro acercamiento al tema.
Y continuamos como si no pasara nada, enfrascados en
problemas de la cotidianidad que, por complejos que sean,
sentimos más abarcables. *Àlex Guillamón Lloret coordina Entrepueblos/Entrepobles.
10 n 2018 n ¡Hasta siempre! b PUEBLOS n Información y Debate
*JRamón Pedregal Casanova es miembro del Frente
Antiimperialista Internacionalista (FAI), autor de los
libros Gaza 51 días, Palestina. Crónicas de vida y
Resistencia, Dietario de Crisis y Siete Novelas de la
Memoria Histórica. Posfacios. Preside la Asociación
Europea de Cooperación Internacional y Estudios
Sociales AMANE y forma parte de la Comisión Europea
de Apoyo a los Prisioneros Palestinos.
1	 Lamrani, Salim: “Conversaciones con la bloguera
cubana Yoani Sánchez”, entrevista en dos partes
publicada en Rebelión el 14 y el 15 de abril de 2010.
Se pueden consultar también en este medio y en La
Jiribilla los siguientes textos: “Las contradicciones
de la bloguera cubana Yoani Sánchez”, “El fenóme-
no Yoani Sánchez” y “Cuba y la ciberdisidencia”.
Ramón Pedregal Casanova*
USAID-NED,
el río que lleva a
Rosa María Payá
departamentos de actividad oculta.
Un ejemplo de 2018: el presupuesto
vinculado al ultraderechista Marco
Rubio para mercenarios y merce-
narias que actúan contra Cuba es de
15 millones de dólares, más otros 29
millones para la mafia de Radio y TV
Martí. Las cantidades son inmensas,
pero a ellas hay que sumar las destina-
das por USAID y NED a propaganda
contrarrevolucionaria.q
El pozo que contiene el agua dentro de la montaña se cono-
ce con el nombre de Departamento de Estado. La fuente
de la que mana esa agua se llama USAID (Agencia de
EEUU para el Desarrollo Internacional). El canal por
el que transcurre el río tiene por nombre NED. Un río
artificial, como ustedes saben. El torrente del río NED
está formada por dinero líquido, dólares, que en su reco-
rrido encuentra embalses, presas medianas y pantanos de
gran tamaño, que son bolsillos, maletines, cuentas bancarias de
manejantes de palabras, gente sin escrúpulos que se vende a la
liquidez del postor Fundación Nacional para la Democracia (NED).
Q
uien va a discursear es un
personaje al que preparan los
profesores de la NED. Su ta-
rea es dirigir a la contrata para que su
palabra pagada se expanda y difunda
el miedo sobre quienes no tienen mie-
do, sobre quienes no se dejan reducir
o seducir. Lo que resta de la operación
política completa se prepara en el
pozo de la montaña, departamento de
Estado, que lleva el dinero a la fuente
USAID y lo entrega a la NED: el di-
nero sigue el curso que desemboca en
los bolsillos, maletines y cuentas ban-
carias de los mercenarios, que se ar-
ticulan en operaciones proimperiales
pequeñas, medianas y de gran calibre.
Desde hace algún tiempo el torrente
del río NED ha dejado en la superficie
a un personaje cuya palabra mercantili-
zada trabaja para impedir otro mundo
posible. Por eso sugieren, declaran, que
la única libertad está en el régimen de
sus amos. Los que buscan la justicia so-
cial son la mayoría social, son los ata-
cados por quien contrata la NED.
Si hay alguien a quien el torrente de
dinero de la NED saca ahora para susti-
tuir a Yoani, la gastada por la entrevista
del profesor Salim Lamrani1
, es Rosa
María Payá, promovida por la ultrade-
recha estadounidense, Marco Rubio, el
mismo Trump y su entorno y, como no
podía ser menos, el ultra Aznar.
Si le preocupasen los Derechos Hu-
manos, mostraría los datos refrendados
por la ONU, la Corte Penal Internacio-
nal o los tratados internacionales. Sin
embargo, no es ese su propósito, pues
la NED le paga para asustar y que na-
die se atreva a distanciarse del opresor,
del mayor violador de derechos huma-
nos en el mundo, EEUU.
Rosa María Payá se dedica a ata-
car a Cuba. El Departamento de Es-
tado estadounidense, la USAID, la
NED, Radio y TV Martí, han gastado
entre 1996 y 2016 en personajes como
ella la cantidad de 1.324,3 millones
de dólares. Cifra el gasto Tracy Eaton
en el contrarrevolucionario Progreso
Semanal, sin dar cantidades de otros
Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 11
b ENTREVISTA
Eneko Calle García y Andrea Gago Menor*
En este número especial de la revista Pueblos,
en el que nos planteamos retos de presente y futuro a
la vez que hacemos memoria para rescatar parte de
los contenidos publicados, también hemos tratado de contribuir
al recuerdo de lo que ocurrió en el Estado español durante
la Guerra Civil y la dictadura de Franco. Entrevistamos a
Paco Etxeberria, antropólogo forense e integrante de
la Sociedad de Ciencias Aranzadi, para hablar
de la Memoria Histórica y de la necesidad de seguir investigando
y no olvidar los crímenes del franquismo. Nos recibió en
el Laboratorio de la Facultad de Medicina y Enfermería de
la UPV/EHU en Donosti, entre cajas llenas esqueletos. Los últimos,
encontrados en una fosa en el puerto de Lizarruzti, Gipuzkoa,
el pasado mes de septiembre.
Paco Etxeberria,
antropólogo forense: “La
ultraderecha se
ha reactivado.
Es normal
cuando hay
una sociología
franquista y
actitudes pre
constitucionales
en boca de
toda una
generación”
S
e ha dicho que España es el
segundo país del mundo tras
Camboya en número de per-
sonas desaparecidas cuyos restos
no han sido recuperados ni identifi-
cados. ¿En qué momento estamos?
¿Cuántas fosas podrían quedan
aún por exhumar?
- El dato de Camboya lo dicen algu-
nas autoridades por titulares de prensa
equivocados. No se basan en investi-
gaciones generadas por historiadores o
por fuentes que hayan recogido la infor-
mación de manera formal. En España,
sin contar con los muertos en combate,
hablamos de unas 120.000 personas. Es
una cifra altísima, pero hay otros países
del mundo que arrojan cifras más altas y
otros de los que todavía no se sabe nada,
como es el caso del continente africano.
De esos 120.000 asesinados y ase-
sinadas, una gran parte, yo creo que la
Fotografía: Nora Arroita.
12 n 2018 n ¡Hasta siempre! b PUEBLOS n Información y Debate
ENTREVISTA b Paco Etxeberria
“Se hará en tres meses
o en tres años,
pero Franco va a terminar
saliendo de ese sitio
”
mayoría, acabaron en los cementerios.A
estos se les inscribió en el registro civil,
por lo que no se les puede contabilizar
como detenidos-desaparecidos, es decir,
no serían delitos de lesa humanidad. Son
un delito, son un crimen del franquismo,
legítimamente hay que atender algunas
cosas que necesitan esas familias, que
nunca han tenido, pero no es lo mismo.
Las 3.000 personas desparecidas
en Navarra en otoño de 1936 que fue-
ron enterradas en cualquier esquina
menos en un cementerio y a las que no
se inscribió en el registro civil, no se
pueden equiparar con los fusilamien-
tos realizados con sentencia militar o
judicial, a pesar de que esas senten-
cias fuesen injustas.
En la mayoría de cementerios ha
pasado eso, se ha fusilado y se ha ins-
crito en el registro civil. El delito que
no prescribe, el que sirve para que Na-
ciones Unidas se implique, tiene que
ver con lo que pasó particularmente
en el otoño de 1936. A partir de esa
fecha siguieron matando, pero ya con
sentencia judicial.
- ¿Cuántas personas desaparecidas
podrían quedar?
- Hay territorios donde no se ha he-
cho nada porque no hay ganas de in-
formar, como es el caso de Cantabria,
por ejemplo, y otros donde ya se lle-
va un tiempo trabajando. Creo que lo
principal se ha hecho ya, porque hay
lugares, fosas clandestinas en el mon-
te, en cunetas, que ya no se van a en-
contrar nunca.
En este momento son más las fo-
sas que no encontramos que las que
sí encontramos, porque han pasado 80
años, porque lo que era una cuneta ya
no lo es y porque ese sitio fue abierto
por unos familiares y nadie lo sabe.
Hasta hoy hemos recuperado entre
distintos equipos 8.000 esqueletos,
500 fosas comunes.
- La memoria histórica ha vuelto a
ser noticia por la posible exhuma-
ción de Franco del Valle de los Caí-
dos. ¿Por qué sacar los restos del
dictador y resignificar este espacio?
- Franco no tiene ningún derecho a
estar enterrado ahí. No es verdad que
esté ahí porque el rey lo decidiese a
última hora. No me lo creo, porque la
tumba está perfectamente construida
con todos los escudos en el fondo y
eso no lo puedes hacer en tres días
aunque Franco llevara meses mal.
Casi un mes antes de morirse Fran-
co ya se había avisado a forenses de
que iban a embalsamar el cadáver,
como mausoleo a Franco le interesaba
aquello. No tiene derecho a estar ente-
rrado ahí porque eso se construyó para
los muertos por Dios y por España.
Además, si cogemos la Ley de Memo-
ria Histórica de 2007 y la deliberación
de una comisión de expertos creada
por el gobierno de Zapatero en 2011,
se concluye que a Franco hay que sa-
carlo del Valle de los Caídos. Si a esto
le añadimos que en 2017 hubo una de-
liberación en el parlamento de Madrid
y que prácticamente por unanimidad
se dijo que efectivamente había que
sacarlo, ahora hay que hacerlo. Se hará
en tres meses o en tres años, pero Fran-
co va a terminar saliendo de ese sitio.
En segundo lugar, no hay manera
de cambiar la simbología si no se em-
pieza por ahí. Se ha equivocado el pre-
sidente del gobierno, Pedro Sánchez,
cuando ha dicho en Colombia que se
abandonaba la idea de convertir el Va-
lle de los Caídos en un museo de la me-
moria. Nadie había dicho eso. Estamos
hablando de la resignificación del sitio,
no de convertir aquello en un lugar que
sirva para todas las personas.
Resignificar el sitio es que se expli-
que algo más, pero no convertirlo en
un lugar de reconciliación ni un museo
de la memoria. Eso se hará en otra par-
te algún día, si hay ganas. Resignificar
supondría que quien vaya allí pueda
entender algunas de las cuestiones que
ahora no se entienden. Para resignificar
el Valle de los Caídos habría que co-
menzar sacando a Francisco Franco y
a José Antonio Primo de Rivera.
- ¿Estarás en la exhumación?
- No, me encantaría, pero no me van
a llamar. No hay necesidad. Lo puede
hacer una empresa funeraria. Franco se
muere de manera natural, por lo que no
hay que establecer ni la causa de muer-
te ni la identidad. Ya están resultas, por
lo que no se necesita ningún forense.
- También se dice que esto despier-
ta el fantasma de la ultraderecha,
pero, ¿estaba dormida?
- Sí, claro que estaba dormida. Otras
iniciativas, como lo que pasa en Cata-
lunya, han llevado a colocar banderas
en los balcones de media España. La
ultraderecha se ha reactivado, aunque
tampoco es para extrañarse, a mí no me
sorprende. Es normal cuando hay una
sociología franquista que llega hasta
ahora y hay actitudes preconstitucio-
nales que están en boca de toda una
generación, a la que yo tampoco puedo
escapar. El final de la Guerra Civil no
fue como el final de la Guerra Mundial.
Aquí hubo una dictadura que duró 40
años y eso permeó hasta no se sabe
dónde en el tuétano de toda la ciuda-
danía. Hay cosas que todavía se notan.
Pero las que tienen el problema
son las personas que están en contra
de las exhumaciones, no el resto de
la ciudadanía. Estoy seguro de que
los convenzo si los tuviera delante.
Por muy en contra que estén. A este
laboratorio han venido muchos médi-
cos que estaban en desacuerdo y han
salido por esa puerta convencidos. El
problema lo tienen ellos.
- Además de las exhumaciones,
¿qué hace falta para la reparación
de las víctimas?
- Muchísimas cosas. Por ejemplo, que
lo que estamos haciendo sea oficial.
Nada de lo que estamos haciendo es
oficial. Lo puede ser pronto, estamos
muy cerca ya, en el País Vasco. Pero
en otros sitios no.
En cambio, sí son cifras oficiales
los muertos que provocaron los repu-
blicanos en la misma guerra, porque
hubo una investigación y se llegó a unas
conclusiones. Aquí estamos proponien-
do hacer las cosas con una formalidad,
pero todavía no son datos oficiales.
- ¿Qué otras tareas tiene el nuevo
gobierno de Pedro Sánchez en ma-
teria de Memoria Histórica?
- Lo que tiene que hacer es superar lo
que se hizo en la etapa anterior del go-
bierno socialista, en la que se apoyaron
Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 13
Paco Etxeberria b ENTREVISTA
una serie de iniciativas en materia de
memoria histórica y se invirtieron mu-
chos miles de euros, de los que solo un
tercio sirvió para las exhumaciones.
Los otros dos tercios se gastaron en
cosas totalmente legítimas pero que no
tienen nada que ver con esto. Escanear
una documentación en Moscú, hacer
una película... Es más, me gustaría
saber dónde ha quedado la documen-
tación de las exhumaciones que se hi-
cieron con ese tercio. ¿Quién la tiene?
Eso no puede volver a suceder.
En este tiempo ha ocurrido otra
cosa: han reaccionado las comunidades
autónomas. Frente a lo que pasó enton-
ces, ahora ya existen en varios lugares
normas particulares, leyes de las comu-
nidades. Lo primero que van a tener que
hacer es convocar a todas las Comuni-
dades Autónomas para que, respetan-
do lo que ya están haciendo, ver cómo
coordinarse mejor y favorecer algunas
experiencias. Es decir, el gobierno aho-
ra se va a tener que reubicar en ese es-
pacio procurando no molestar a ninguna
persona de las que ya están trabajando.
A nivel central creo que hay una
necesidad de dirigir, entre otras cues-
tiones, las bases de datos de ADN o
incluso la documentación que se recu-
pera. En teoría todo esto tendría que
ir al archivo del Centro Documental
de la Memoria Histórica de España en
Salamanca. Se tiene que hacer pero
con mucha más energía y ganas, sobre
todo porque estamos perdiendo me-
moria sobre lo ya realizado.
Nosotros hemos preparado un tra-
bajo para la Diputación Foral de Gi-
puzkoa, hemos estudiado qué hemos
hecho en este territorio entre todos
desde que empezamos. Son 1.500 ac-
ciones de memoria histórica. Desde
un curso de verano en la Universidad
del País Vasco a una entrega de una
placa en el Ayuntamiento de San Se-
bastián a quienes fueron a la guerra.
- Tienes un recorrido también im-
portante en los casos de torturas en
Euskal Herria. Habéis publicado
un informe Laura Pego y tú en el
que se documentan más de 4.000
casos de torturas. ¿Es una tarea
pendiente también la reparación de
estas víctimas?
- Estamos empezando. Era necesario
hacerlo porque el Plan de Paz, en el
punto número 6, obliga a interesar-
se por este asunto. Hay algunos pre-
cedentes oficiales, en el País Vasco.
Desde 1960 está de actualidad lo que
se llama el “caso vasco”, y se ha de-
tenido a unas 20.000 personas. No
tengo duda de que son más casos que
los 4.113 recogidos. Hay gente que ha
decidido no darle más vueltas.
Hay gente que dice ahora “¿pero
cómo puede ser tantos?” Bueno, pues
ven y míralo. Hay gente que niega
todo esto. Hay muchas personas que
se asombran, pero yo he visto gente
detenida en las comisarías, ha habido
juicios y han condenado policías, he
visto gente torturada. Dicen que un
individuo torturado es que aquel que,
además de ser torturado, luego logra
demostrar que ha sido torturado. Esto
es tan absurdo como si se pidiese a
una mujer agredida sexualmente por
un desconocido que haga el ejerci-
cio de demostración de que ha sido
agredida y que se consiga localizar al
agresor.
Los organismos internacionales
han advertido que no ha habido garan-
tías. Hay más de 20 sentencias con-
denatorias ratificadas por el Supremo,
más todos los demás casos que no se
han podido demostrar. Si nos pusiése-
mos aquí muy finos, tendríamos que
decir que no son verdad las cifras de
extorsión a empresarios por parte de
ETA. Y es verdad, son cifras creíbles,
aunque el ejercicio de demostración
es el que es.
Imagina que en 4.113 casos se nos
han colado tres casos que no son ver-
daderos. Bueno, vale. Pero no invali-
da el resto. Las personas no se inven-
tan las historias de tortura, ¿para qué
harían algo así? Estamos a un paso de
que esta cifra sea reconocida oficial-
mente. Ahora hemos medido estos ca-
sos. Sabemos que el 16 por ciento son
mujeres, cómo eran las metodologías
en un sitio y en otro… Es muy triste.
- También eres conocido por haber
participado en casos emblemáticos
como los de Salvador Allende, Víc-
tor Jara, Lorca, Cervantes... ¿Cómo
has escogido estos casos y cómo has
logrado trabajar en ellos?
- Soy asesor en Chile, uno de los peritos
internacionales desde hace mucho tiem-
po. No he elegido esos casos sino que
me han tocado. Hice, concretamente,
el informe de la causa muerte de Víc-
tor Jara, con todas las autorizaciones y
las condiciones. El de Pablo Neruda lo
estamos acabando. El de Allende lo hi-
cimos entre varias personas.
En el caso de Víctor Jara exhu-
mamos los restos, hice el informe y
por esta razón en Chile extraditaron
a un militar que estaba escondido en
EEUU y hace unos meses condenaron
a nueve militares por su asesinato. No
solo por mi informe, también por mu-
chas otras cosas más que se han hecho
en la instrucción que puede hacer un
juez.
Fotografía:NoraArroita.
14 n 2018 n ¡Hasta siempre! b PUEBLOS n Información y Debate
ENTREVISTA b Paco Etxeberria
- ¿En el momento de conocer la sen-
tencia, qué sentiste?
- Una satisfacción enorme, claro. Por-
que en lo forense la validación de lo
que haces ocurre cuando las autori-
dades judiciales recogen tus pruebas
como ciertas. Es decir, nosotros lo que
tenemos son indicios y esos indicios los
transformamos en evidencias forenses
y periciales. Las evidencias se con-
vierten en prueba si son validadas por
un juez. Entonces, cuando ocurre que
realmente tú tienes una opinión soste-
nida pericialmente que se valida judi-
cialmente, te entra una gran alegría. Si
se trata de un crimen de esta categoría,
que tiene un valor simbólico universal,
como el de Víctor Jara, aún más.
- Además has participado en ex-
humaciones en contextos como el
Sáhara o Colombia. Si el gobierno
de Sánchez recupera la ley de Juris-
dicción Universal, ¿esto ayudaría a
resolver casos pendientes?
- Es algo totalmente necesario. Hemos
estado en el Sahara y hemos visto a unos
españoles de origen saharaui asesinados
en febrero del año 1976. Y cuando vol-
vimos fue Ruz, el juez de instrucción
número 5 de la Audiencia Nacional,
quién llevó la causa por vulneraciones
de Derechos Humanos contra el pueblo
saharaui. Nos llamó, nos citó y nos dijo
que le entregásemos lo que teníamos.
Esos informes sirvieron para que dic-
tara un auto de procesamiento contra
militares marroquíes. Tiene que ser así.
- Pero eso se paralizó con la refor-
ma del PP.
- Por supuesto. ¡Pero si encima eran
ciudadanos españoles, España aún no
había abandonado el Sáhara! Esas co-
sas son necesarias para que por lo me-
nos alguno se ande con cuidado.
- Hace unos días pudimos leer una
encuesta que constataba que cada
vez más jóvenes están deseando ter-
minar su carrera universitaria para
colaborar en las exhumaciones.
- Creo que es verdad. Recientemente
he ido a inaugurar un master sobre ar-
queología a la Universidad de Valen-
cia y he dado una ponencia. Esto hace
algunos años hubiese sido impensa-
ble. ¿Por qué? No porque ahora todos
los que estén estudiando eso se tengan
que dedicar a historia contemporánea
ni a la arqueología, pero es verdad que
se ha abierto un espacio en el que an-
tes no se pensaba tanto.
Es un espacio que está unido a los
derechos humanos y en el que hay
sitio para que participen psicólogos,
sociólogos, ingenieros, maestros,
médicos... Todas las disciplinas tie-
nen algo que hacer en el campo de lo
judicializable. Lo que tenemos claro
es que en este campo los jóvenes nos
van a reemplazar tranquilamente por
la capacidad que tienen. A su misma
edad yo era un individuo muy mal
formado, con muchas más deficien-
cias. Ahora es al revés. La gente joven
es amante de la naturaleza, es solida-
ria y responsable.
- ¿Qué papel crees que juegan las
series, los medios de comunicación
o la novela negra en este impulso?
- Tengo muchos colegas forenses están
en desacuerdo con la serie CSI, pero
yo no comparto su opinión. No son
conscientes de que por primera vez en
la historia vemos que la investigación
criminal se puede atender desde argu-
mentos que proceden del sentido co-
mún, de la lógica y de la ciencia. Todo
lo que habíamos visto hasta el presen-
te, y así nos hemos educado, ha sido
a base de tiros, gritos y empujones.
Todas las series que ha habido anterio-
res a CSI son irregularidades tratadas
como si fueran normales, no ha habido
ninguna crítica periodística. Hay com-
pañeros que dicen que lo de CSI es una
exageración, yo creo que exageradas
son las películas de vaqueros.
- Y para acabar, ¿qué tienes entre
manos ahora?
- Pues ni sé. Ochenta cosas. Infinidad.
Me tengo que poner a pensar. El úl-
timo año, por ejemplo, he exhumado
a 27 monjas en Lerma en un conven-
to de clausura. Se iban y tenían que
llevarse sus cosas. Entre estas “cosas”
se encontraba la madre fundadora del
convento, de hace 500 años, que está
allí momificada. Y estando en eso te
dicen que tienen otras 27 en la cripta.
¡Pues a por ellas! Y así estamos. Con
cantidad de cosas. En Semana Santa
estuvimos en Toledo y desenterramos
a un obispo. Mil asuntos.
Antes de fin de año voy a Chile a
acabar lo de Pablo Neruda. Y de aquí
a fin de año también iremos a Sala-
manca a hacer una exhumación, se-
guro que encontramos alguna más en
Navarra, en Bizkaia tenemos alguna
más en cartera y en Cantabria quieren
empezar a hacer algo. Lo que vaya
saliendo.q
*Eneko Calle García y Andrea Gago Menor forman parte
de Pueblos – Revista de Información y Debate.
Fotografías: Nora Arroita.
Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 15
b HEMEROTECA
E
n abril de 2005 presentó su dimi-
sión como presidente del Conse-
llo Nacional del BNG (Bloque
Nacionalista Galego) y renunció a for-
mar parte de sus listas electorales, que
llevaba encabezando desde los comi-
cios autonómicos de 1985. Dos meses
después su partido llegaba por primera
vez al Gobierno de la Xunta de Galicia,
en coalición con el PSOE. Hoy Xosé
Manuel Beiras sigue militando en el
Bloque, pero en un sector crítico res-
pecto a la línea actual. Ahora disfruta
de más tiempo para continuar con la
actividad docente, escuchar música,
tocar el piano, escribir y acudir de “pre-
dicador” allá donde le llaman. En esta
entrevista el líder histórico del naciona-
lismo gallego, economista, ensayista,
columnista de prensa, pianista, y ante
todo gran conversador, nos lleva de ex-
cursión por la periferia del sistema con
la seguridad del conductor veterano.q
M
ónica Baltodano, ex comandante guerrillera, es actualmente diputada en la
Asamblea Nacional de Nicaragua por el partido Movimiento por el Rescate
del Sandinismo. Su acercamiento a la política comenzó en el año 1969 con
tan sólo 15 años, uniéndose a la lucha armada del Frente Sandinista de Liberación
Nacional en 1974 contra la dictadura de Somoza.q
P
acho Galán es comandante del
ELN, organización que actual-
mente mantiene conversacio-
nes con el gobierno colombiano. Una
iniciativa muy criticada por la vulne-
ración de los derechos humanos y la
especial represión que el presidente
Uribe ejerce en estos momentos so-
bre la población. En la Casa de Paz de
Medellín, Galán habla en exclusiva
para Pueblos de las razones del diálo-
go y de los objetivos que se persiguen
con él.q
D
os hombres anónimos en una
ciudad cualquiera una tarde de
tantas. Uno afirma ufano: “Me
he insonorizado el despacho”, a lo
que el otro responde con cierta iro-
nía: “Es poco eficaz, es mucho me-
jor insonorizarse la conciencia”. No
es un chiste, aunque despierte una
sonrisa a medias; es sátira social.
Su autor, un conocido dibujante, se
deja mecer en su estudio madrileño
por un silencio casi místico una ma-
ñana de marzo. No es un humoris-
ta gráfico, aunque a veces nos haga
reír; es un pensador, un hombre que
no está encantado de conocerse pero
cuyo principal ejercicio es practicar
el autoconocimiento. Cada palabra
que escribe, cada trazo que dibuja,
es una bofetada cariñosa a la con-
ciencia del lector. Conversamos con
Andrés Rábago, El Roto, filósofo de
la cotidianeidad.q
Pacho Galán, comandante del
ELN (Colombia):
“No hay enemigo malo o
bueno para hablar o pelear”
Andrés Rábago, El Roto:
“Si no nos hacemos
preguntas es porque hay
demasiado ruido”
Xosé Manuel Beiras, político y
economista:
“El trabajo político en Europa
hoy está en la sociedad, no
en las instituciones”
Mónica Baltodano:
“El gobierno de Ortega tiene una práctica esquizofrénica”
Luis Nieto Pereira.
Pueblos 21, junio de 2006.
Aloia Álvarez Feáns.
Pueblos 36, marzo de 2009.
Aloia Álvarez Feáns.
Pueblos 34, septiembre de 2008.
Luis Nieto Pereira y Susana Pérez Sánchez. Pueblos 41, marzo de 2010.
Fotgrafía: Aránzazu Mateo.
Fotografía: Mª José Comendeiro.
Fotografía:OscarPaciencia.
16 n 2018 n ¡Hasta siempre!b PUEBLOS n Información y Debate
HEMEROTECA bHEMEROTECA b
Fotografía: Beatriz Plaza.
C
addy Adzuba denuncia, a
través del periodismo, el si-
lencio internacional y la vio-
lación sistemática de los derechos
de mujeres y niñas de su país. Ac-
tivista por la libertad de prensa, la
reconstrucción de la paz y los de-
rechos humanos, esta abogada de
33 años dedica su vida a visibilizar
las consecuencias de un pasado co-
lonial y patriarcal que se refleja en
el conflicto que sufre la República
Democrática de Congo (RCD) des-
de 1996.
Caddy Adzuba participó en las
X Jornadas Estrategias Positivas de
Desarrollo “Mujeres en Resistencia:
Experiencias de África y Asia frente
a la violencia machista”, organiza-
das por el Ayuntamiento de Bilbao
y la Agencia Vasca de Cooperación
para el Desarrollo del Gobierno
Vasco que tuvieron lugar en Bilbao
los días 15 y 16 de abril 2015.q
M
ayra Pineda Pérez coordina el
área de lucha contra la violen-
cia contra las mujeres del cen-
tro Xochilt Acalt, una organización
nicaragüense que desde hace veintiún
años trabaja por el empoderamiento y
los derechos humanos de las mujeres
del municipio de Malpaisillo. Esta
organización ha sido históricamente
apoyada por varias organizaciones de
la cooperación y del movimiento in-
ternacionalista vasco.
Entrevista realizada en el progra-
ma “Hankaz Gora”, coordinado por
Paz con Dignidad y emitido a través
de Tas-Tas Irrati Librea (Bilbao).q
D
aniel Ahmed es licenciado en
periodismo, educador social
y activista en el ámbito de la
islamofobia y la diversidad sexual y
de género en el islam. Actualmente,
se encuentra realizando una inves-
tigación doctoral sobre activismo
queer musulmán en la Europa Con-
temporánea en la UAM (Univer-
sidad Autónoma de Madrid). Asi-
mismo, forma parte de la red Nasij.
Lo conocimos en la XI Jornadas de
Estrategias Positivas de Desarrollo
“Resistencias al Modelo Dominan-
te desde la Diversidad Sexual y de
Género” organizadas por el Ayunta-
miento de Bilbao y la Agencia Vasca
de Cooperación.q
A
leida Guevara March lleva el apellido de uno de los iconos del siglo XX con la naturalidad con la que tantos jó-
venes (y no tan jóvenes) del mundo visten camisetas con el rostro del Che, su padre. De niña le dijeron que ella y
sus hermanos iban a recibir muchas cosas que no se habrían ganado directamente y que era mejor dejarlas pasar.
Militante del Partido Comunista Cubano, colaboradora del Centro de Estudios Che Guevara y del Instituto de Amistad
con los Pueblos, esta médica pediatra ha trabajado en Cuba y también en Angola, Ecuador y Nicaragua. Hablamos con
ella en Bilbao durante el XIV Encuentro de Solidaridad con Cuba..q
Mayra Pineda Pérez, feminista
nicaragüense:
“Luchamos por recuperar el
derecho al aborto que teníamos
hace cien años. Es insólito que
nos quiten un derecho que ya
teníamos”
Daniel Ahmed:
“El islam queer es un islam de
lucha, de disidencia frente a
los discursos LGBTQI+fóbicos
propios de las lecturas más
misóginas y patriarcales
del islam”
Aleida Guevara:
“Tienen que tener fuerza como
pueblo para impedir que sus
gobiernos sigan sosteniendo
económicamente a
los terroristas y a quienes
provocan guerras”
Caddy Adzuba, periodista
congoleña:
“Gracias a la radio, las mujeres
violadas y maltratadas en
la RDC han logrado transformar
su dolor en poder”
Ane Garay Zarraga y
Andrea Gago Menor.
10 de octubre de 2013, edición digital
Eneko Calle García.
20 de mayo de 2016, edición digital.
Urbano de la Cruz Benito y Andrea Gago Menor. Pueblos 74, tercer trimestre de 2017.
Itziar Hernández Zubizarreta y
Eneko Calle García.
21 de mayo de 2015, edición digital.
Fotografía: Eneko Calle García.
Fotografía: Nora Arroita.
Fotografía: Andrea Gago Menor.
Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 17
b HEMEROTECAb COMUNICACIÓN CRÍTICA
Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 17
Periodismo (crítico): la utilidad de la
informacióncomo contrapoder
Periodismo. Esa forma de entender la vida susceptible de ser decorada con múltiples
complementos adjetivales (crítico, comprometido, de investigación, alternativo…), que a la
postre perfilan una herramienta de contrapoder articulada en torno al valor de la información
como derecho de la ciudadanía (y deber de los periodistas). Aunque duela. Porque si es
Periodismo, cuanto menos, escuece: “periodismo es publicar lo que alguien no quiere
que publiques; todo lo demás son relaciones públicas”, reza una sentencia anónima
con frecuencia atribuida al escritor George Orwell.
Varios medios de comunicación viven y sobreviven ajenos a
la agenda mediática dominante. La sostenibilidad económica es su gran reto.
J. Marcos y Mª Ángeles Fernández*
A
juzgar por las cifras, el panora-
ma mediático español goza de
una salud envidiable: existen
más de un centenar de publicaciones
escritas (impresas y en línea) de regu-
laridad periódica y pretensiones pe-
riodísticas. Y las ofertas televisivas y
radiofónicas son igualmente copiosas.
Pero la frondosidad del bosque infor-
mativo oculta que la gran mayoría del
pastel mediático está en manos de una
decena de grandes conglomerados.
Muchos medios, pocas voces.
Lo ha estudiado en detalle Pascual
Serrano, quien preguntado por un
diagnóstico y sus posibles remedios
remite a uno de sus libros, La prensa
ha muerto: ¡viva la prensa!, en el que
sentencia cómo “los grandes medios
ya han demostrado que son acríticos
y que siguen incondicionalmente al
poder. La aparente pluralidad y el de-
bate que queremos percibir en ellos es
una farsa: para los asuntos relevantes
el consenso es absoluto, y la discusión
se circunscribe a lo intrascendente y
dentro del pensamiento dominante”.
¿Qué nos queda entonces?
Ahora que Pueblos, que nació
cerca del cambio de siglo con la pre-
18 n 2018 n¡Hasta siempre! b PUEBLOS n Información y Debate
COMUNICACIÓN CRÍTICA b
“Rebelión fue en 1996
uno de los pioneros
a la hora de explorar
una virtualidad sin la cual
hoy parece impensable
imaginar un proyecto
de comunicación crítica,
lo que no necesariamente
debe excluir lo impreso
de la ecuación
”
tensión, según reconoce su director
Luis Nieto, de “crear un medio que
ayudara a gentes que trabajábamos
por la transformación social y la jus-
ticia social” a conocer organizaciones
populares, sus luchas, y sus esperan-
zas, cierra quizás definitivamente sus
páginas, ¿qué rincones quedan donde
buscar el contrapoder? Por cuestiones
de espacio y delimitación, la siguien-
te radiografía se centra en la llamada
‘comunicación crítica’, principalmen-
te en su versión escrita, sin enredarse
en escurridizos debates en torno a su
definición.
La red donde sumar fuerzas
Dos hechos puntuales atraviesan
cualquier conversación al respecto.
El primero, la implosión de internet
en el cambio de siglo, una desembo-
cadura digital que han aprovechado
buena parte de los nuevos frentes
informativos. El agregador de noti-
cias Rebelión fue en 1996 uno de los
pioneros a la hora de explorar una
virtualidad sin la cual hoy parece im-
pensable imaginar un proyecto de co-
municación crítica, lo que no necesa-
riamente debe excluir lo impreso de
la ecuación, tal y como remarca uno
de los veteranos del oficio, Alfonso
Armada: “El papel debe jugar un rol
en nuestro mundo, por su forma de
organizar la lectura, de jerarquizar,
de integrar textos y fotografías, de
someter la mirada a una pausa, el
pensamiento a una lentitud necesa-
ria para de verdad entender, para de
verdad ponerse en el lugar del otro y
prestar atención, dos tareas que hoy
parecen revolucionarias de tan sensa-
tas y necesarias”.
A base de errores aprendieron
la vitalidad de la red en El Salto, la
propuesta impulsada por el ya extinto
periódico Diagonal (2005-2016). “La
principal diferencia entre ambos es
un ecosistema mediático muy distinto
por la implantación de internet. Uno
de los errores de partida que tuvo Dia-
gonal fue pensar todavía en términos
analógicos. Internet y las redes socia-
les lo han cambiado todo”, adelanta
Pablo Elorduy, impulsor de ambas
cabeceras.
A través de una web de actualiza-
ción diaria y de un mensual impreso
con siete ediciones (seis territoriales y
una general), El Salto pretende sumar
las fuerzas suficientes para afrontar
con garantías el reto de alumbrar la
comunicación crítica. Desde 2017, le
acompañan (con diverso grado de co-
laboración y simbiosis) una veintena
de proyectos comunicativos.
Fruto de los despidos
El segundo punto que siempre apa-
rece en las conversaciones acerca de
la comunicación crítica en España se
sitúa en 2012, cuando cerró sus pági-
nas Público, el primer diario impreso
de miras generalistas y alcance estatal
que durante cinco años osó romper la
hegemonía del centro-izquierda ideo-
lógico hasta entonces monopolizado
por El País. Estrangulada la edición
impresa y con el 85 por ciento de sus
profesionales en la calle, aquellas
fueron las entrañas de las que poste-
riormente nacerían medios como La
Marea, InfoLibre, Público.es y eldia-
rio.es. Por cierto, no son los únicos
ejemplos en los que un despido ma-
sivo espolea la aparición de nuevas
andaduras mediáticas, como también
refleja el caso de Ctxt, impulsado en
2015 por algunas personas despedidas
del Grupo PRISA.
De especial relevancia por el foco
en el que posan su mirada estos pá-
rrafos es La Marea. Esta revista men-
sual impresa, que igualmente cuenta
con portal electrónico, decidió que
la única manera de no repetir los
errores de Público era desvincular
su sino tanto de partidos políticos
como de empresarios. La fórmula
que encontraron fue una cooperativa
de personas trabajadoras y usuarias
cuya principal fuente de ingresos son
las suscripciones y la venta de ejem-
plares. Y esa cualidad es algo de lo
que se sienten muy orgullosas: “Hay
que distinguir porque hay una esfera
muy grande de medios o gente que sí
pueden sacar temas que no eran tan
habituales en el periodismo tradicio-
nal, pero que no son tan distintos en
cuanto a la estructura empresarial ni
en cuanto a la forma de financiarse,
ni de crear ciertas rutinas. Nuestro
caso es distinto”, incide su directora,
Magda Bandera.
Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 19
b COMUNICACIÓN CRÍTICA
En su apuesta hacen una segunda
distinción muy clara: la que separa
el periodismo profesional de otro
tipo de iniciativas “de cariz militan-
te y a las que no les preocupa tanto
seguir unas directrices periodísti-
cas, aunque sí ofrezcan informacio-
nes muy importantes que antes no
aparecían en los medios de comuni-
cación de masas. Cuando nosotros
nacimos, había ejemplos de perio-
dismo crítico, pero no estaban pro-
fesionalizados. Dentro de la penu-
ria económica que tenemos todos,
ahora muchos sí lo están”, aclara
Bandera, quien entiende que se trata
de un proceso sin vuelta atrás, fruto
de la crisis y del descrédito sufridos
por las otrora cabeceras de referen-
cia, junto con la metamorfosis que
ha supuesto el 15-M para la socie-
dad española.
A vueltas con la financiación
La sostenibilidad económica es pre-
cisamente uno de los grandes retos
para quienes pretenden abrirse hueco
primero y afianzarse después. Porque
si algo ha quedado claro es que “el pe-
riodismo deben hacerlo los periodis-
tas, no las empresas. Y para que exista
ese periodismo, el medio debe cubrir
unos gastos y los periodistas tienen
que recibir un salario digno. Hacer pe-
riodismo cuesta dinero y alguien debe
pagarlo”, escribe Serrano.
No faltan los proyectos que se
han quedado por el camino o que to-
davía no son lo que alguna vez soña-
ron ser. Como Periodismo Humano,
el medio de comunicación digital
que, liderado por el Pulitzer Javier
Bauluz y huyendo de las etiquetas y
los complementos adjetivales, desde
2010 demostró que el enfoque de los
derechos humanos también desperta-
ba interés, por mucho que no dieran
con la tecla de la viabilidad financie-
ra. “Nos volcamos en los contenidos
periodísticos, sin invertir el tiem-
po ni los recursos necesarios en la
promoción, la captación de socios y
socias, ni en la búsqueda de publici-
dad que respetase nuestra filosofía”,
admite la que fuera su subdirectora,
Patricia Simón.
Cada vez más cerca de cumplir
su primera década “frente al ruido”,
como les gusta definirse, tampoco lo-
gra cuadrar las cuentas fronterad: “Si
fundamos la revista digital es porque
no encontrábamos en la prensa espa-
ñola lo que buscábamos. Seguimos
sin encontrarlo. Tampoco en fronte-
rad, porque no hemos conseguido
la rentabilidad imprescindible para
poder hacer buen periodismo, para
pagar a los reporteros, para pagar por
una profesión que sigue siendo una de
las mejores formas de estar en el mun-
do”. Lo reconoce su director, Alfonso
Armada, que cuenta con una dilatada
experiencia en las redacciones de El
País y de ABC.
El caso de Pueblos, que echa el
cierre al menos por el momento, es
distinto: aproximadamente el 90 por
ciento de la financiación de la revista
se lograba a través de subvenciones
públicas de cooperación y educación
para el desarrollo.
Los motivos para la esperanza
El crisol de nombres que se acerca
a esa frontera borrosa que define la
comunicación crítica es muy varia-
do. “Nunca ha habido tantos medios
informando desde el enfoque de la
comunicación crítica porque nunca
ha habido tantos y tantas periodis-
tas convencidos de que es la única
vía para devolver el sentido, la cre-
dibilidad y el valor a su oficio. Sin
embargo, tampoco nunca como hoy
el periodismo crítico ha dependido
tanto de la capacidad de sacrificio,
de la vocación y la precariedad de
los periodistas”, se lamenta la free-
lancer Patricia Simón, que resume
así la paradoja: “Este periodismo
es el que goza de mejor reputación
en ámbitos como el de la sociedad
20 n 2018 n ¡Hasta siempre! b PUEBLOS n Información y Debate
COMUNICACIÓN CRÍTICA b
“ Hacen una segunda
distinción muy clara:
la que separa
el periodismo profesional
de otro tipo de iniciativas
‘de cariz militante y
a las que no les preocupa
tanto seguir unas directrices
periodísticas, aunque sí
ofrezcan informaciones
muy importantes que
antes no aparecían
en los medios de
comunicación de masas’
”
*M.A. Fernández y J. Marcos son periodistas freelance,
especializados en temática internacional.
www.desplazados.org
civil organizada o el mundo acadé-
mico, mientras sus autores se es-
fuerzan por llegar a fin de mes co-
laborando con distintos medios o
diversificando su vida laboral. Los
periodistas autónomos son quienes
fundamentalmente trabajan desde
esta perspectiva”. Y es que, aunque
aquí no sean citados, parece impo-
sible hablar de comunicación crítica
sin acercarse a nombres y apellidos
concretos.
Hay quien ha apostado por cons-
tituirse en fundación, casos como los
de Civio, porCausa y Quepo. Otros
han preferido atrincherarse en favor
de la comunicación crítica desde el
interior de los medios tradicionales,
“a menudo por salarios míseros y
teniendo en muchas ocasiones que
dedicar mucha energía y tiempo a
convencer a sus directivos de que
aplicar ese enfoque de comunica-
ción crítica no es un sesgo militante
ni activista, sino profesional”, indica
Simón.
Al frente de Independent Docs
trabaja otra de esas voces indepen-
dientes de la profesión, el periodista
Unai Aranzadi, quien alerta frente a
“la crítica o la defensa de ciertas lu-
chas legítimas que se hacen gracias al
dinero de magnates, sea George Soros
en medios como eldiario.es o sea Bill
Gates en El País. Que los máximos
exponentes globales de la desigual-
dad sean quienes deciden qué, cómo
y cuándo se critica la desigualdad es
preocupante”.
Con la perspectiva de los años,
el balance que hace Aranzadi sobre
la comunicación crítica es en todo
caso positivo: “A pesar de los pesa-
res, goza de buena salud. Hay varias
propuestas interesantes y lo veo con
cierto optimismo porque viví el cam-
po anterior, que era un desierto. Si
bien existían algunos pequeños me-
dios alternativos, se puede decir con
toda seguridad que en el Estado espa-
ñol la comunicación crítica nace con
la crisis. Prueba de ello es que temas
de actualidad, como la corrupción en
la familia real o los abusos policiales,
solo eran tratados con fuerza, conti-
nuidad y amplitud en el País Vasco, y
a un altísimo coste legal, personal y
profesional”.
Son muchos los nombres que han
salido sobre la mesa entre conversa-
ción y conversación con las y los pe-
riodistas consultados para la ocasión.
Entre los que todavía no han sido
citados: la transversalidad feminista
de Pikara Magazine, Crític en Cata-
luña y Atlántica XXII en Asturias, el
rigor especializado de Alternativas
Económicas y de Ballena Blanca, la
profundidad de 5W, la ironía de Mon-
golia… Un listado incompleto al que
se puede añadir El Viejo Topo, La
Haine, laRepública.es, el proveedor
de contenidos Nodo50, Kaosenlared,
sinpermiso y un largo etcétera en el
que, mientras algunos como Aranza-
di piden una radiotelevisión indepen-
diente de verdadero servicio público,
no puede faltar las voces que trans-
miten las radios comunitarias.
“Aportamos una mirada crítica, la
mirada horizontal de diferentes colec-
tivos y personas con relato propio. Y
aportamos sobre todo cohesión terri-
“Nunca ha habido tantos
medios informando desde
el enfoque de la
comunicación crítica
porque nunca ha habido
tantos y tantas periodistas
convencidos de que es
la única vía para devolver
el sentido, la credibilidad
y el valor a su oficio.
Sin embargo, tampoco
nunca como hoy
el periodismo crítico ha
dependido tanto de la
capacidad de sacrificio,
de la vocación y
la precariedad
”
torial. La mirada local es muy impor-
tante, es la contra-agenda, pero se está
perdiendo”, se queja María Limón,
que durante cuatro años ha presidi-
do la Red de Medios Comunitarios
(ReMC). Entre sus reivindicaciones:
que se cumpla la Ley General de la
Comunicación Audiovisual de 2010,
concediéndose las licencias que les
corresponden a los medios comuni-
tarios.
“Siempre van a existir medios de
comunicación y periodistas que tra-
bajan desde el enfoque de la comu-
nicación crítica porque es consustan-
cial a la naturaleza humana el querer
saber y comprender qué nos ocurre,
el porqué y el cómo. El riesgo es que
este periodismo se convierta en un
bien de lujo para la ciudadanía y en
un hobby caro para los periodistas”,
apuntala Simón. “Por pequeños que
seamos algunos de nosotros, pode-
mos ejercer presión hacia el poder”,
matiza Bandera.q
Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 21
b HEMEROTECA
“La comunicación crítica ha sido estos años uno de los motores de Pueblos.
Hemos intentado en todo momento analizar las diferentes realidades en
su complejidad, contando con distintas voces, huyendo de interpretaciones
simplistas y, por supuesto, de las imposiciones de los grupos de poder.
También hemos explorado a través de textos, vídeos y programas radiofónicos,
jornadas, seminarios y cursos, las posibilidades y retos de
la comunicación alternativa en su práctica cotidiana.
”
S
ilavidaesdelcolordelcristalcon
que se mira, ¿de qué color es El
País? ¿Y Público, Intereconomía,
la COPE? ¿Qué gafas nos ponemos día
tras día para enterarnos de lo que pasa
en Palestina, en Honduras, en Brasil o
en un país del que no habíamos oído
nunca hablar? Son preguntas muy bá-
sicas para comenzar a pensar en comu-
nicación, libertad de prensa y derechos
humanos. Quizás por ser tan básicas
nos olvidamos de ellas en numerosas
ocasiones y quizás por eso también
volvemos a recuperarlas cuando la
realidad nos da una buena sacudida.q
R
eflejar la percepción del mundo
que desean los grupos de poder
es el objetivo de los medios de
comunicación hegemónicos, como
apuntaban en 1988 Noam Chomsky y
Edward S. Herman en ‘Los guardia-
nes de la libertad’. Los grandes me-
dios de comunicación del Estado es-
pañol son corporaciones gigantes que
mantienen sus estructuras ejecutivas a
costa no ya de depender de la publici-
dad o los créditos, sino de haber sido
absorbidos por el poder financiero.
No nos puede extrañar, por tanto, que
estos medios no informen como debe-
rían sobre la estafa de las preferentes,
los desahucios o los rescates a las en-
tidades bancarias. Ni sobre Ucrania,
Siria, Palestina, Cuba, Venezuela… y
un inmenso etcétera.q
Pueblos 61, segundo
trimestre de 2014,
Monográfico “Comunicación,
poder y democracia”
Comunicación, conflictos
y derechos humanos:
una experiencia desde la
educomunicación
“Esquivar la propaganda.
El poder de los medios,
los medios del poder”
“Vamos a contar verdades”
Andrea Gago Menor.
Pueblos 45, enero de 2011.
Guion: Emilia Arias. Realización: Gorka
Nalda, Trufó Comunicación.
Vídeo de 13 minutos. Marzo de 2014.
Castellano y subtítulos en euskera.
2014. Guion, edición, locución y
producción: Gorka Andraka. Locución:
Ane Garay Zarraga y Maider Iriarte.
Colaboradoras: Emilia Laura Arias y
Andrea Gago Menor.
Esta serie radial está formada por tres
capítulos de 25 minutos: “La propa-
ganda de los medios, los medios de
la propaganda”, “Periodistas, a pesar
de todo”, “La palabra ciudadana y
sus altavoces”. Incluye reflexiones de
Teresa Aranguren, Magda Bandera,
Mayeb Dibsi, June Fernández, Greta
Frankenfeld, Dídac P. Lagarriga, José
Manzaneda y Clara Valverde.
22 n 2018 n ¡Hasta siempre!b PUEBLOS n Información y Debate
HEMEROTECA b
U
n halo de esperanza. Un mo-
mento de fuerza y de unión, de
no sentirnos solos en nuestras
demandas. La manifestación que lle-
nó las calles de Valencia tras el anun-
ciado cierre de la Radio Televisión
Valenciana conmocionó e indignó a
muchas personas que entendieron la
importante desposesión a la que nos
están sometiendo en nombre de la
austeridad. En Valencia, así como en
Grecia y otras partes de la vieja Eu-
ropa, hemos pasado de avanzar en el
camino del progreso social a construir
una profunda barricada que contenga
el ataque sistemático a nuestro siste-
ma de bienestar y de derechos. Y uno
de ellos, es, indiscutiblemente, el de-
recho a la comunicación y la informa-
ción de la ciudadanía.q
L
a propiedad de los medios es una
clave fundamental para entender
por qué estos abordan (o dejan
de abordar) determinados asuntos.
Por ejemplo, por qué durante tanto
tiempo alabaron la figura del ex presi-
dente colombiano Uribe Vélez como
“campeón de la democracia”, ningu-
neando las sistemáticas violaciones
de derechos humanos en el país; y
por qué en el caso de Cuba el punto
de vista es exactamente el contrario.
De África, por otro lado, no nos llega
mucho más que información sobre ca-
tástrofes, masacres y epidemias; o la
otra vertiente, la exótica: tradiciones
peculiares, fauna y paisajes impresio-
nantes. q
K
omunikARI es la persona que
comunica, así como la persona
que tiene la capacidad de comu-
nicar y, al mismo tiempo, de actuar.
Desde Pueblos, PcD y On:Giz Elkar-
tea acompañamos de 2015 a 2017 un
proceso de formación y debate con
movimientos sociales, medios libres
y la comunidad universitaria de la
UPV/EHU.
Durante este proceso de debate y
formación, llevado a cabo sobre todo
en Gipuzkoa, se han creado también
varios vídeos (como Tú sí que luchas.
Euskal Herria militante y Vísteme)
y una serie radial realizada con las
radios libres Antxeta, Ttan Ttakun y
Oiartzun.q
L
os medios de comunicación alternativa, las sinergias entre ellos, sus formas de financiación y el feminismo se
plantean como un desafío en el Estado español y en varios países latinoamericanos en los que la prensa hege-
mónica concentra la voz de las corporaciones y los gobiernos, invisibilizando vivencias, luchas, problemáticas
y experiencias de los pueblos. La Semana de la Comunicación Alternativa, que se desarrolló del 23 al 29 de octubre
en el País Vasco, ha abordado estas cuestiones desde diversos talleres e intercambio de experiencias de compañeros
y compañeras provenientes de Venezuela, Colombia, México, El Salvador y Argentina, y del Estado español, de
Euskal Herria, Madrid y Extremadura.q
Seminario “Comunicación,
poderes y democracia”
Proceso KomunikARI!
Semana de la comunicación alternativa (Bilbao-Donostia-Gernika, octubre de 2017)
La comunicación como eje de
transformación social, desde la
experiencia del Foro Andaluz de
Comunicación
Del 21 al 23 de octubre de 2014.
Javier Díaz Muriana. Pueblos 60,
primer trimestre de 2014.
Alba Onrubia García.
Hazeina Rodríguez.
Alba Onrubia García.
Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 23
b COMUNICACIÓN CRÍTICA
Pedro Ramiro y Erika González*
Las grandes corporaciones tienen siempre muy presente la tarea de construir un discurso dirigido
a la opinión pública. La elaboración y divulgación de un relato que legitime sus actividades es un
elemento central para el sostenimiento de un estado de opinión favorable a su papel en el modelo
socioeconómico, que las presente como el agente fundamental del “desarrollo”. Y eso viene no solo de
la mano de las campañas de publicidad y marketing, sino también a través de una multitud de lobbies
y think tanks que ponen todos sus esfuerzos en la difusión de una narrativa que valide socialmente
sus objetivos de negocio.
Desmontando el storytelling
de las grandes empresas:
confrontar el relato... y la práctica
nal privilegiado para la construcción
ideológica de la sociedad de consumo.
Así, a pesar de que el capitalismo glo-
bal está llegando a sus propios límites
(económicos, sociales y ambientales),
la publicidad contribuye a consolidar
las ideas de que el crecimiento econó-
mico puede ser infinito y de que las
necesidades humanas se satisfacen
mediante la libertad de mercado.
Además, para contrarrestar las crí-
ticas a la extensión de la pobreza y el
aumento de las desigualdades como
resultado del avance de la globaliza-
ción neoliberal, las grandes corpora-
ciones disponen de numerosos cen-
tros de pensamiento especializados.
Basta observar todas las escuelas de
negocios, másteres de administración
de empresas, centros de estudios y
departamentos académicos que se
dedican a producir informes e inves-
tigaciones revestidos de un formato
técnico y un aura de “neutralidad”,
con los que no pueda cuestionarse la
centralidad de las transnacionales en
la economía global.
En el caso de los tratados de “libre
comercio” y las inversiones extranje-
ras, por poner un ejemplo, se basan
D
esde los años noventa, las em-
presas transnacionales se fue-
ron desligando de los procesos
de producción. Para ello, externali-
zaron sus operaciones a otros países
y subcontrataron a terceras empresas
las siempre necesarias pero a la vez
costosas tareas de fabricación, monta-
je y transporte, pasando a centrarse en
la distribución y en la construcción de
una imagen de marca. La era No logo1
daba inicio cuando “las sedes cen-
trales de las empresas tienen libertad
para dedicarse al verdadero negocio:
crear una mitología corporativa lo su-
ficientemente poderosa como para in-
fundir significado a estos objetos bru-
tos imponiéndoles su nombre”. Desde
entonces sabemos que Swatch no ven-
de relojes, sino tiempo; Coca-Cola no
nos ofrece un refresco, proporciona la
felicidad; Apple no comercializa mó-
viles ni ordenadores, te da la posibili-
dad de ser cool; BMW no te vende un
coche, sino la idea misma de libertad.
Más allá de su función primitiva,
que era básicamente informar sobre
las características de los objetos y
productos, la comunicación publi-
citaria se ha constituido como el ca-
en mostrar una batería de datos para
avalar sus supuestas ventajas sociales,
laborales y económicas. Según un in-
forme2
del Instituto de Estudios Eco-
nómicos que cuenta con el patrocinio
de la CEOE y la Cámara de Comer-
cio, si se reactivara la firma del trata-
do comercial entre la Unión Europea
y EEUU se supone que solo en Espa-
ña llegarían a generarse hasta 335.000
nuevos empleos en los cinco primeros
años de entrada en vigor del acuerdo.
El éxito de este discurso se enmar-
ca en un panorama mediático global
en el que los grandes emporios de la
comunicación están fuertemente con-
trolados por las transnacionales; ya
sea por la financiación a través de las
inserciones publicitarias, ya forman-
do parte de su accionariado. El grupo
Prisa es un caso paradigmático. Te-
niendo en cuenta que el Santander es
uno de sus principales accionistas, no
resulta sorprendente que los medios
de este conglomerado empresarial pu-
bliquen con grandes titulares las de-
claraciones de los máximos mandata-
rios del banco sobre “la recuperación
de la economía” a la vez que omiten
la información sobre el acuerdo de la
COMUNICACIÓN CRÍTICA b
24 n 2018 n¡Hasta siempre! b PUEBLOS n Información y Debate
“Las grandes corporaciones
y las instituciones que las
apoyan han recurrido a
la conocida idea de que
resulta ‘más fácil imaginar
el fin del mundo que
el fin de capitalismo’
”
Mª José Comendeiro.
familia Botín con Hacienda para regu-
larizar sus cuentas en Suiza.
También es destacable la presen-
cia de estos discursos en el ámbito
educativo. En un contexto de conti-
nuos recortes a los presupuestos uni-
versitarios, la financiación de cátedras
y departamentos a través de alianzas
público-privadas dinamizadas por
grandes empresas hace que las líneas
de investigación y la propia docencia
estén condicionadas por los intereses
corporativos. En esa línea, el conve-
nio con las 1.400 instituciones univer-
sitarias de Europa y América Latina
que conforman la red Universia es la
vía elegida por el Banco Santander
para convertir a miles de estudiantes
en sus clientes y asegurarse una im-
portante cuota de mercado. Igualmen-
te, en la educación primaria y secun-
daria, el BBVA viene desarrollando
desde hace una década su iniciativa
Valores de futuro para fomentar su
particular visión de lo que ha de ser la
“educación financiera” en cientos de
colegios e institutos.
Estrategias corporativas
La fortaleza del poder cultural que tie-
nen las grandes empresas para legiti-
marse social y políticamente se ha ido
construyendo a partir de una batería de
estrategias3
. Todas ellas son comple-
mentarias y tienen un mismo objetivo:
reposicionar continuamente su imagen
de marca y reputación corporativa.
Negar el problema ha sido, desde
los inicios del capitalismo industrial,
la primera de las estrategias empresa-
riales para enfrentar las críticas en su
contra. En el caso del calentamiento
global, aunque ahora eso pueda pare-
cer que sucedió hace mucho tiempo,
la realidad es que las compañías mul-
tinacionales han estado negando la
existencia de la influencia humana en
el cambio climático hasta hace apenas
unos años.
Junto a ello, las grandes corpo-
raciones recurren habitualmente a
procesos de “lavado de cara”. Po-
siblemente el más conocido sea el
greenwashing, el marketing empre-
sarial que tiene que ver con aspec-
tos medioambientales. Sin embargo,
estos no han tenido prácticamente
ninguna traducción en cambios efec-
tivos en el modus operandi de estas
compañías. Se trata fundamentalmen-
te de una cuestión de comunicación
corporativa: un contraataque para re-
cuperar la imagen y reputación ante
los escándalos financieros, desastres
ambientales y conflictos laborales en
los que muchas transnacionales se han
visto implicadas.
Otra de las estrategias utilizadas
por las multinacionales ha sido la de
ir generando una extensa producción
discursiva que pudiera contrarrestar el
creciente rechazo social que ellas han
ido generando. Crecimiento, inversión,
desarrollo, empleo, riqueza, sostenibi-
lidad… son palabras recurrentes en el
relato que tratan de construir los think
tanks empresariales para avalar las bon-
dades del actual modelo socioeconómi-
co y minimizar las críticas al mismo.
A la vez, las grandes corporacio-
nes han ido penetrando en las insti-
tuciones internacionales y los orga-
nismos multilaterales encargados de
marcar la agenda global de desarrollo.
Y eso ha tenido lugar tanto a través
de la creación de discurso como de
la elaboración de normas y políticas.
Este proceso de captura corporativa,
como se puede comprobar sin ir más
lejos en el caso de Naciones Unidas,
ha venido siendo una constante desde
la década de los noventa.
La producción discursiva y la cap-
tura corporativa han ido acompañadas
de variadas propuestas de soluciones
empresariales en el marco del consen-
so global sobre el modelo de desarro-
llo. Falsas soluciones, en todo caso,
porque nunca han puesto en cuestión
los mecanismos de apropiación y acu-
mulación de riqueza que están en el
centro del sistema socioeconómico
realmente existente. Digamos que las
instituciones que nos gobiernan han
optado por seguir avalando la lógi-
ca de la autorregulación empresarial
antes que por instaurar mecanismos
efectivos para obligar a las grandes
compañías a respetar la naturaleza y
cumplir los derechos humanos.
Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 25
b COMUNICACIÓN CRÍTICA
Cuando ninguna de las anteriores
estrategias, incluida la RSC como una
pretendida variable correctora de las
malas prácticas de las empresas trans-
nacionales, ha resultado exitosa, las
grandes corporaciones y las institu-
ciones que las apoyan han recurrido a
la conocida idea de que resulta “más
fácil imaginar el fin del mundo que el
fin de capitalismo”. En esta línea, han
tratado de situar en una posición sin
salida a quienes pretendan poner en
duda el discurso dominante.
Discurso y confrontación
Frente a la idea de “no hay alterna-
tivas” que se deriva del storytelling
hegemónico, lo cierto es que poco a
poco van cristalizando diferentes pa-
radigmas alternativos. Estos prefigu-
ran otros modelos que desplacen a la
ganancia como principio fundamental
y sitúen en el centro a la colectividad,
la cooperación, la igualdad, la demo-
cracia y la sostenibilidad de la vida.
De ellos se derivan toda una serie de
propuestas de transición hacia econo-
mías y sociedades post-capitalistas
que están avanzando en paralelo, en-
tre la formulación de mecanismos de
regulación y la construcción de alter-
nativas económicas a la globalización
neoliberal. Propuestas que no solo se
quedan en el plano teórico sino que se
están llevando a la práctica con ex-
periencias concretas, con las que de-
mostrar la posibilidad de transformar
el sistema y de disputar espacios a las
grandes compañías aquí y ahora.
La comunicación es un ámbito
donde los proyectos alternativos, como
apunta Gonzalo Fernández4
, “se con-
vierten en una poderosa herramienta
de transmisión de información, rela-
cionamiento y conocimiento que, bajo
múltiples vías y formas diferentes, crea
realidad, construye relatos sobre lo que
nos ocurre”. Propuestas que, como
en las legislaciones nacionales que se
aprobaron en Argentina (2009) y Boli-
via (2011), se dirigen a revertir la ten-
dencia de quién y bajo qué premisas se
comunica, con el objetivo de hacer de
la comunicación un derecho y no una
mercancía. En ambos casos se pudo
avanzar hacia la distribución equitativa
de frecuencias de radio entre el sector
privado, público y comunitario/social;
la generación de instituciones públi-
cas de control de la comunicación y la
ruptura del oligopolio comunicativo.
En Argentina, la Ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual establecía
que una compañía solo podía controlar
un máximo 35% del mercado. Eso fue
hasta el año 2016, cuando un decreto
del nuevo gobierno la invalidó.
La construcción de relaciones eco-
nómicas basadas en la democracia, la
autogestión y el empresariado colectivo
rompen con el modelo impuesto por el
sistema capitalista.Así, la economía so-
cial y solidaria incorpora la dimensión
política de transformación social del ca-
pitalismo ya que sitúa a las personas, a
su trabajo y a la ecología en el núcleo de
sus actividades cooperativas. Y ya hay
variados ejemplos de redes de empresas
(en Madrid tenemos el caso del Merca-
do Social) que producen, distribuyen
y comercializan bienes y servicios con
criterios éticos, democráticos, ecoló-
gicos y solidarios. Con el horizonte de
mejorar la articulación y la intercoope-
ración de las múltiples experiencias de
economía solidaria para, a medio plazo,
tratar de consolidarse como una alterna-
tiva real a las grandes empresas.
Sirvan también estos dos ejemplos
para resaltar la importancia de la con-
frontación como principio de partida a
la hora de enfrentar a los grandes po-
deres político-económicos. Al hilo de
la citada ley argentina, el gobierno de
Cristina Fernández se enfrentó al gru-
po Clarín; este inició diferentes pro-
cesos judiciales y una fuerte campaña
mediática que, después de las eleccio-
nes y la victoria de Mauricio Macri, le
permitieron retomar el control del sec-
tor de la comunicación en el país. En el
caso de Madrid, las pequeñas empresas
y cooperativas de la economía social y
solidaria han recibido recientemen-
te el ataque de los grandes medios de
comunicación y de los partidos de la
oposición en el Ayuntamiento, que han
tachado de “red clientelar” lo que en
realidad es un entramado de relaciones
económicas no basadas en el lucro sino
en la cooperación.
Como dice David Harvey5
, cual-
quier intento de transformación real
requerirá la confrontación: “El capi-
talismo nunca caerá por sí solo. Ha-
brá que empujarle. La acumulación
de capital nunca cesará. Habrá que
detenerla. La clase capitalista nunca
entregará voluntariamente su poder.
Habrá que desposeerla”. Avanzar en
la disputa del relato dominante y en la
construcción de propuestas alternati-
vas que prefiguren esos otros mundos
posibles, al fin y al cabo, pasa por con-
frontar las prácticas concretas promo-
vidas por las empresas transnaciona-
les. Siguiendo al geógrafo británico,
convengamos en que “se necesitará
un potente movimiento político y un
enorme compromiso individual para
llevar a cabo esta tarea. Pero seme-
jante movimiento no puede funcionar
sin una amplia y convincente visión
de una alternativa alrededor de la cual
pueda confluir una subjetividad políti-
ca colectiva”.q
*Pedro Ramiro y Erika González son
investigadores del Observatorio de Multinacionales en
América Latina (OMAL) – Paz con Dignidad.
1	 Naomi Klein (2001): No Logo. El poder de las marcas, Barcelona, Paidós, p. 49.
2	 M.C. Latorre, H. Yonezawa y J. Zhou (2015): El impacto en la economía española de la firma de la Asociación
Transatlántica sobre Comercio e Inversión (TTIP) con EEUU, Instituto de Estudios Económicos, CEOE y la Cámara
de Comercio de España.
3	 Este epígrafe es un resumen de las estrategias que hemos desarrollado con más detalle en: Pedro Ramiro, “Resis-
tencias, regulaciones y alternativas: de las estrategias empresariales a las propuestas de transición”, Lan Harre-
manak, nº 33, 2016.
4	 Gonzalo Fernández Ortiz de Zarate (2016): Alternativas al poder corporativo. 20 propuestas para una agenda de
transición en disputa con las empresas transnacionales, Barcelona, Icaria, p. 221.
5	 David Harvey (2014): Diecisiete contradicciones del capital y el fin del neoliberalismo, Madrid, Traficantes de Sue-
ños, p. 258.
26 n 2018 n ¡Hasta siempre!b PUEBLOS n Información y Debate
HEMEROTECA b
E
l Delta del río Níger, de donde
se extrae la práctica totalidad
de los hidrocarburos nigeria-
nos, se encuentra sumido en la mi-
seria socieconómica, la degradación
medioambiental y una violencia
estructural derivada, en gran medi-
da, de este escenario. El progresivo
abandono que ha sufrido la región
por parte del Gobierno central en
la redistribución de las rentas pe-
troleras, así como la conducta de
las compañías privadas que operan
en la zona, ha encontrado respuesta
entre las comunidades locales desde
el nacimiento de la industria hidro-
carburífera en Nigeria. Estas comu-
nidades se han ido organizando en
movimientos sociales de variado
signo para hacer frente a los impac-
tos de las actividades extractivas, y
reclamar del Gobierno y las empre-
sas transnacionales un trato justo.q
L
a destrucción progresiva del me-
dio ambiente a causa del desarro-
llo tecnológico, comercial e indus-
trial que está experimentando el planeta
ha conducido a una reducción signifi-
cativa de las reservas acuíferas a nivel
global, así como a la contaminación de
océanos, mares y ríos. El agua dejó de
ser un bien social para convertirse en un
bien comercial con un precio determi-
nado y vendido al mejor postor.q
E
n una reciente conferencia de Felipe González, ex presidente del Gobierno de España, al ser preguntado por
la explotación de recursos naturales en África, declaró que “en el Sahara Occidental no hay actividad econó-
mica”. Felipe González tenía razón, al menos en parte. Tenía razón en que apenas hay actividad económica
porque todos los beneficios de las riquezas del Sahara Occidental van a parar a las arcas del Gobierno de Marruecos,
país que ocupa el territorio ilegalmente desde 1975. Aunque hay que decir, en honor a la verdad y en contra de la
opinión de González, que el puerto de El Aaiun, capital del Sahara Occidental ocupado, tiene mucha más actividad
económica que cualquier otro puerto de Marruecos, debido a la explotación del rico banco de pesca saharaui, cuyos
beneficios van también a las arcas marroquíes.q
El Salvador: de la falta de
derechos y al desempleo
Alternativas para disputar el
poder, el ser y el saber a las
transnacionales
La lucha por el agua
Lucha de titanes por el control
de la tierra en la Amazonía
brasileña
Sahara Occidental:
¿ética o negocios?
Petróleo y pobreza en el Delta
del Níger: Una historia de
resistencia:Nora Hernández.
Pueblos 20, marzo de 2006.
Gonzalo Fernández Ortiz de Zárate.
Pueblos 66, tercer trimestre de 2015.
Decio Machado.
Pueblos 27, julio de 2007.
Joâo Peres y Moriti Neto.
Pueblos 75, cuarto trimestre de 2017.
Javier García Lachica.
Pueblos 40, diciembre de 2009.
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Paula Cabildo.
Paula Cabildo.
Fotografía: Rhys Tom.
Ecologistas en Acción.
Virginia Pedrero.
Fotografía:TabithaRoss.
Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 27
b HEMEROTECA
C
on el objetivo de profundizar en cómo los medios in-
formaron sobre la crisis del 2008 y la crisis de los
medios de comunicación en Euskal Herria, Paz con
Dignidad y la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comu-
nicación de la UPV/EHU organizamos este seminario, en el
que colaboraron otros colectivos como Cubainformación y
Tas – Tas Irrati Librea 97FM.q
¿Q
ué tienen que ver las cor-
poraciones transnacionales
con las desigualdades de
género? ¿Tienen las actividades de
las multinacionales consecuencias
específicas sobre las mujeres? Yen-
do más allá de las campañas de mar-
keting y de la imagen edulcorada
que nos transmiten las grandes mar-
cas, ¿existen otras realidades que no
aparecen en los medios de comuni-
cación masivos? Tomando algunos
casos de empresas españolas a modo
de ejemplo, trataremos en este artí-
culo de dar visibilidad a un hecho
poco difundido: cómo la expansión
global de las compañías multinacio-
nales ha repercutido de forma muy
negativa sobre las mujeres.q
L
as principales corporaciones
turísticas españolas se vin-
culan a las islas Baleares. Su
expansión internacional se ha diri-
gido preferentemente al Caribe y
Centroamérica con el auge del neo-
liberalismo durante el último cuarto
de siglo. Su know how corporativo
incluye la extracción del máximo
lucro a partir de la explotación de
la naturaleza y poblaciones locales,
con la connivencia de los estados.q
Seminario “La comunicación de la crisis. La crisis de
la comunicación”
Multinacionales, impactos y
desigualdades de género
“Lucrarse con el indio”.
Acumulación por desposesión
del capital balear en
Centroamérica y el Caribe
¿Cómo enfrentar a las
multinacionales desde la
comunicación alternativa?
3 de diciembre de 2012.
Erika González y Pedro Ramiro.
Pueblos 55, primer trimestre de 2013.
Macià Blázquez Salom.
Pueblos 41, marzo de 2010.
Octubre de 2017. Taller impartido
en el marco de la Semana de la
Comunicación Alternativa por Gorka
Martija, investigador de Observatorio
del Multinacionales en América Latina
(OMAL)-Paz con Dignidad, y María
Montiel, de Colombia Informa.
AGM.
AGM.
Alba Onrubia.
Mª José Comendeiro.
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Revista Pueblos 78 2018 "HASTA SIEMPRE

  • 1. HASTA SIEMPRE Revista de Información y Debate n Tercer cuatrimestre de 2018 n Nº 78 www.revistapueblos.org Alternativas > Cuerpos > Sueños > Saberes > Soberanía > Cuidados > Feminismo > Territorio > Comunicación > Futuro > Tiempo > Internacionalismo > Derechos > Cooperación > Política > Trabajos > Solidaridad > Movimientos sociales > Culturas > Vida > Identidades > Luchas > Ecología > Alianzas > Economía > Tecnología >
  • 2. Pueblos - Revista de Información y Debate no se hace responsable de las opiniones de los autores y autoras de los artículos. Esta revista se publica en papel reciclado. Pueblos se realiza con el apoyo de: Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) n Agencia Extreme- ña de Cooperación Internacional al Desarrollo (AEXCID) n Garapenerako Lankidetzaren Eus- kal Agentzia / Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo (Eusko Jaularitza / Gobierno Vasco) n Bizkaiko Foru Aldundia / Diputación Foral de Bizkaia n Gipuzkoako Foru Aldundia / Diputación Foral de Gipuzkoa. www.revistapueblos.org Los contenidos publicados pueden ser utilizados de acuerdo a los términos de la licencia “Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License de Creative Commons”. Vida > Cuerpos > Identidades > Saberes > Soberanía > Economía > Feminismo > Territorio > Comunicación > Futuro > Tiempo > Internacionalismo > Derechos > Cooperación > Política > Trabajos > Tecnología > Movimientos sociales > Culturas > Alternativas > Sueños > Luchas > Ecología > Alianzas > Cuidados > Solidaridad HASTA SIEMPRE Revista de Información y Debate n Tercer cuatrimestre de 2018 n Nº 78 www.revistapueblos.org PUEBLOS - revista de información y debate Nº 78 (II época). Tercer cuatrimestre de 2018. Autoría de la portada: Andrea López Álvarez, andrealopezalvarez.blogspot.com. Fundada en 1995. n Segunda época: 2002. n Editada por Paz con Dignidad (C/Gran Vía, 40 - 5º Oficina 2. 28013 - Madrid/ Gardoki, 9, 5ºD, Bilbao, 48008). Depósito legal: M.47.658-1999. ISSN: 1577-4376. Dirección: Luis Nieto Pereira. Consejo Editorial: Eugenio Pascual Coruña (Asociación Paz con Dignidad) n Marco Gandarillas (Centro de Docu- mentación e Información, CEDIB Bolivia) n Edgardo Mira (Centro de Investigación Sobre Inversión y Comercio - CEICOM, El Salvador) n Elena Nagore Cordón (Centro de Iniciativas para la Cooperación Batá, CIC Batá) n Rosaura Audi (Comunicadores de la Argentina - COMUNA) n Carmen Sala (Entre- pueblos) n Silvia Piris (Plataforma Elkartasuna Eraldatuz-Plataforma por una Cooperación Crítica) n Magdalena León (Fundación de Estudios, Acción y Participación Social, FEDAEPS, Ecuador) n Patxi Zabalo (Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional Hegoa - Universidad del País Vasco UPV/EHU) n Xulio Ríos (Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, IGADI) n Jesús González Pazos (Mugarik Gabe) n Pedro Ramiro (Observatorio de Multinacionales enAmérica Latina, OMAL) n Andrea Momoitio (Píkara Magazine) n Gioconda Mota (Red de Colectivos LaAraña Feminista, Venezuela) n Amaia Naveda (Red de EconomíaAlternativa y Solidaria, REAS Euskadi) n Mikel De La Fuente (Escuela Universitaria de Relaciones Laborales de la UPV/EHU) n Amparo Merino (Universidad de Castilla-La Mancha) n Fidel Nieto (Universidad Luterana de El Salvador) n Teresa Aranguren n Sonia Herrera n Jule Goikoetxea n Roberto Montoya n Isaac Rosa n Pascual Serrano n Carlos Taibo. Coordinación: Andrea Gago Menor. Consejo de redacción (redaccion@revistapueblos.org): José Alberto Andrés Lacasta n Davide Angelilli n Marina Blesa n Eneko Calle n Laura Daudén n Magdalena Ferrín n Maddi Goikoetxea n Javier González n Álex Guillamón n Itziar Hernández n Suso López n Elizabeth Masero n Alba Onrubia n Mikel Otxotorena n Esteban Ramos Muslera n Sebastián Ruiz n Alejandro Pedregal n Beatriz Plaza Escrivà n Mª Cruz Tornay. Agradecimientos: A Ander Aranguren, Oscar Beltrán, Estefanía Castillo Murillo, Urbano de la Cruz, Pablo Díez, Gonzalo Fernández-Ortiz de Zárate, Ricardo Gayol, Ane Garay, Mª Carmen Gutiérrez González, Juan Hernández Zubizarreta, Beatriz Jiménez, Júlia Martí Comas, Gorka Martija, Ángela Martín, Emilio Polo, Marta Ramos, Blanca Segoviano, Samuel Ventura y a todas aquellas otras entidades y personas que han hecho posible este número. Diseño y maquetación: Alba Onrubia García. Administración: Ana Montón (info@revistapueblos.org).
  • 3. Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 3 Decimos ‘hasta siempre’ haciendo comunicación crítica Luis Nieto Pereira y Andrea Gago Menor* E l número más antiguo que conservamos de Pueblos es de mayo de 1998, aunque la revista comenzó su andadura tres años antes. Sumergirse en una heme- roteca con las fechas bien presentes es siempre exponerse a un revoltijo de emociones, entre imágenes, datos, decla- raciones, líneas estéticas que vienen y van, augurios erra- dos vergonzantes y profecías cumplidas que nos llevan a repetir en cadena “ya lo decía yo”. Echando un vistazo a este primer número del archivo, que tiene algo más de veinte años, sentimos un escalofrío desde la primera línea: “Contra la militarización de las conciencias”, “Carrera de armamentos…”, “Los inmigrantes como víctimas de la globalización”, “El Frente Sandinista ante su Congreso”, “Irak: crisis permanente”, “Aportaciones a una reflexión sobre los movimientos sociales”. Nos despedimos como proyecto de comunicación crí- tica en un momento en que los titulares de hace dos déca- das suenan actuales. “La agenda de las multinacionales”, “Paz con justicia social. Solución al conflicto colombia- no”, “¿Negocio de armas en el Estado español?” ¡Podría- mos haberlos publicado en 2018! Algunos de los asuntos abordados se han ido enma- rañando estos años, otros se han desarrollado siguiendo simplemente la línea del tiempo. El feminismo ha emer- gido con la fuerza que merece, las tecnologías de la infor- mación y la comunicación han ido creciendo hasta con- vertirse en omnipresentes y el cambio climático ha dejado de ser, parece que defini- tivamente y para nuestra desgracia (¡ojalá nos hu- biésemos equivocado!), un asunto de ecologistas chiflados o alarmistas antisistema. Pero… ¡hay tantos conflictos que siguen en- callados, tantos procesos que no han avanza- do lo que debieran, tantos análisis y argumentos repetidos! Estos 23 años, 16 desde que la asociación Paz con Dignidad comenzó a ser la entidad editora, hemos sido un proyecto de comunicación alternativa sobre las diferentes realidades sociales, políticas, económicas y culturales del mundo. Más allá del papel, de la web o de las redes so- ciales, hemos querido ser una apuesta por la solidaridad, un espacio de encuentro entre organizaciones de distintos lugares que trabajan en procesos de transformación social. “Las redes de solidaridad”, como afirman desde CEAR- Euskadi en el artículo que nos dedican en este número de despedida, “son fundamentales para resistir y para cons- truir otro mundo”. No siempre ha sido sencillo. “Situarnos con un pie en la investigación académica y otro en el activismo”, expli- ca en su artículo para este número Marien González, de Ecología Política, “provoca dolores de cabeza”. En nuestro caso sumamos la cooperación internacional, un ámbito que nos ha salvado presupuestariamente hablando pero que b¡HASTA SIEMPRE!
  • 4. también ha añadido complejidad al proyecto: ¿Qué coo- peración?, ¿cuál es el papel de los movimientos sociales?, ¿dónde termina el asistencialismo y empieza la solidaridad internacionalista? Sacar adelante un proyecto de comunicación crítica en- tre lo académico, la cooperación y los movimientos sociales, con un presupuesto reducido y la necesi- dad de hacer encaje de bolillos con la financiación institucional, suscrip- ciones y ventas, con los requerimientos, plazos e informes de las subvenciones de cooperación y edu- cación… Es verdad: nos ha provocado dolores de cabeza. Pero los “malestares” se esfuman al lado de todo lo que hemos aprendido, al lado de todas las redes que hemos ido tejiendo estos años, de todas las activi- dades que he- mos organizado, de los debates y los intercambios genera- dos entre personas y grupos de distintas partes del mundo, de diferentes realidades sociales, económicas, académicas y culturales. En los últimos años de este proyecto habíamos conse- guido pagar parte de las colaboraciones escritas, a un pre- cio superior al de varios medios de mucha mayor tirada y financiación. Dimos el paso porque lo consideramos justo, porque no queríamos contribuir a precarizar más el perio- dismo y porque en ese momento podíamos hacerlo. Entre la militancia y la explotación existe también una frontera que a veces es fácil perder de vista. Si hemos podido ahondar en los hechos, interpretar y enlazar realidades, ha sido gracias a una cantidad innu- merable de personas que a lo largo de estos años ha co- laborado no solo escribiendo e ilustrando, sino también aportando ideas, corrigiendo enfoques, verificando datos, facilitando contactos, haciendo de enlace, suscribiéndo- se, formulando proyectos para obtener fondos, maque- tando, ayudándonos a explorar formatos como la radio y el vídeo, vendiendo o repartiendo revistas, partici- pando en actividades e invitándonos a dar a conocer el proyecto en distintos espacios. Son estas perso- nas y organizaciones las que han dado sentido a este proyecto y han logrado que sea más que una herramienta de comunicación. Podríamos haber dicho “agur”, “adeus”, “adeu”, no sabemos si “hasta luego”, dejando sim- plemente de imprimir la revista en papel y de actua- lizar la web. Podríamos haber sacado un recopilatorio de algunos de los artículos que recordamos con más cariño, o que consideramos más acertados, pero hemos decidido despedirnos haciendo lo que mejor sabemos ha- cer: tejer redes desde la comunicación crítica. En este número de cierre de la segunda época de Pue- blos incluimos reflexiones de personas y organizaciones con las que ya hemos trabajado en ocasiones anteriores, así como alguna colaboración de gente que no había nunca escrito en nuestro medio. Incluimos textos escritos des- de el Estado español, desde Palestina, Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador y Venezuela. Abordamos problemáticas de talla mundial, como las migraciones y la extrema derecha, y también más locales, como la libertad de prensa en el conflicto vasco. Un número de despedida no puede evitar cierto toque melancólico, por más que hayamos querido centrarnos en el presente y seguir insistiendo en propuestas y alternativas para el futuro, también en el ámbito de la comunicación. A la nostalgia nos hemos rendido en los breves apartados de memoria en cada bloque temático, en el recopilatorio de las portadas que conservamos en nuestros archivos y en las galerías de las personas que han ilustrado para Pueblos de manera más continuada. Hasta siempre. Nos seguiremos encontrando.q ¡HASTA SIEMPRE! b *Luis Nieto Pereira y Andrea Gago Menor han sido estos últimos años director y coordinadora de Pueblos, respectivamente. 4 n 2018 n ¡Hasta siempre! b PUEBLOS n Información y Debate
  • 5. Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 5 b¡HASTA SIEMPRE! Tejer procesos para erradicar las violencias CEAR-Euskadi* L a revista Pueblos ha sido un espacio de comunicación crítica que a lo largo de estos años nos ha permitido conocer debates y reflexionar sobre ellos, conectarnos con otros agentes cuyas luchas y procesos se cruzaban con las de CEAR-Euskadi, con la defensa de los derechos huma- nos de las personas migrantes, refugiadas y apátridas. Nos ha ayudado además a enlazarnos con personas y colectivos que trabajan por erradicar las causas de los desplazamientos forzados de personas, comunidades y pueblos. Ha sido también un apoyo para dar a conocer y difundir nuestras estrategias y los retos a los que nos enfrentamos. Desafíos de un mundo donde existe un abismo entre la apa- riencia de derechos y la posibilidad efectiva de ejercerlos por la mayor parte de las personas y las comunidades que lo ha- bitan. Donde defender el territorio, la dignidad y los deseos obliga a millones de personas a caminar la tierra y sus fronte- ras. Las personas huyen de la violencia y son devueltas a ella. Son además perseguidas y agredidas por quienes deberían protegerlas. El Mediterráneo se ha convertido en una fosa común para miles de personas que huyen de conflictos y persecucio- nes, incluidas el hambre y la miseria. Frente a esta tragedia cotidiana, la Unión Europea ha apostado una vez más por evitar las llegadas a través de un amplio dispositivo militar y policial. La huida, el camino, se han convertido en una nueva forma de violencia. Las personas y los pueblos huyen, sí, pero también so- breviven, proponen cómo enfrentar estas agresiones y cómo construir un mundo libre de miseria y libre de violencia. En esta labor se alían con otras comunidades y colectivos. Las redes de solidaridad son fundamentales para resistir y para construir otro mundo. Este ‘encontrarnos’al que ha aportado la revista Pueblos, estas redes, este ‘tejer procesos’, se vuelve imprescindible para enfrentar las violencias y seguir caminando para erradi- carlas. Esperamos seguir encontrándonos con Pueblos, con las nuevas formas que tome y a las que convoque. Gracias y hasta pronto.q *Comisión de Ayuda al Refugiado en Euskadi, www.cear-euskadi.org. “ Este ‘encontrarnos’ al que ha aportado la revista Pueblos, este ‘tejer procesos’, se vuelve imprescindible para enfrentar las violencias y seguir caminando para erradicarlas ”
  • 6. 6 n 2018 n ¡Hasta siempre! b PUEBLOS n Información y Debate ¡HASTA SIEMPRE! b Retos, alianzas y sueños en las publicaciones de vocación crítica Marien González Hidalgo y equipo de la Revista Ecología Política Por otra parte, la determinación de querer hacer acce- sible el material para todo el mundo (en nuestro caso libe- rando todos los contenidos un año después de su publica- ción) es, a veces, contraria a la lógica de mercado y quizás pone las cosas más difíciles a nivel económico, pero es una de las formas que tenemos de asegurar que el proyecto sea realmente accesible. La liberación de contenidos, el empeño en mantener el número en su variedad impresa y situarnos con un pie en la investigación académica y otro en el activismo, aunque nos provoca dolores de cabeza, también nos da las alegrías de compartir el proyecto con cada vez más gente que nos lee. En la era de la comunicación instantánea las publica- ciones en papel con artículos críticos y con voluntad de transformación social tenemos el reto de mantenernos a flote, más por convicción que por conveniencia, apoyán- donos en las suscripciones, algunas ventas y subvenciones públicas, pero también a base de mucho “amor al arte”: de las personas que escriben, comentan, revisan, maquetan y cuidan cada palabra escrita. Pero el trabajo colectivo no se acaba ahí, va más allá de los equipos humanos relacionados con cada número. Saber que hay más compañeros y compañeras de camino ayuda muchísimo en la determinación de sacar cada número… No tenemos duda de que nos seguiremos encontrando en otros foros, pero, en todo caso, ¡os echaremos de menos Pueblos!q “H ace tantos años que colaboramos que ya ni nos acordamos”. Esa fue una de las frases que com- partimos cuando en el equipo de Ecología Políti- ca nos enteramos de que la revista Pueblos se despide, al menos temporalmente. Desde hace muchos años (proba- blemente más de diez), Ecología Política y Pueblos se han dado apoyo mutuo de una manera sencilla pero importan- te, con lo que llamamos “publicidades cruzadas”. Es decir, asegurando que en cada número los lectores y lectoras de ambas publicaciones conocen de la existencia, temáticas y últimos números de la otra revista. El recordatorio semestral de contactar con las publica- ciones afines para incluir su publicidad en nuestro número tiene una importancia mayor de lo que parece y va más allá de las lógicas de mercado de la publicidad. Nos recuerda: no estamos solos, solas, es un camino compartido. Como Pueblos, Ecología Política tiene más de veinte años de historia, en la que los proyectos críticos hemos buscado formas de diversificar las formas de comunica- ción: mejoras de páginas webs, Facebook, Twitter y otras son ahora herramientas fundamentales de distribución de nuestro proyecto y publicaciones. En muchos casos, estas nuevas herramientas facilitan la voluntad de querer divul- gar material de análisis complejo, haciéndolo accesible y de forma que permita la producción de conocimiento des- de el activismo y para el activismo. Jess X. Snow. Ilustración de la portada del nº54 de Ecología Política, “Ecofeminismos y ecologías políticas femnistas”.
  • 7. Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 7 b CONTENIDOS ¡HASTA SIEMPRE! Decimos ‘hasta siempre’ haciendo comunicación crítica (Luis Nieto Pereira y Andrea Gago Menor) ............................................................................... 3 Tejer procesos para erradicar las violencias (CEAR-Euskadi) ................................................... 5 Retos, alianzas y sueños en las publicaciones de vocación crítica (Marien González Hidalgo y equipo de la Revista Ecología Política) .................................... 6 OPINIÓN Que viene, que viene (Montse Santolino) ................................................................................... 8 Cambio climático: ¿vamos en serio o no hay para tanto? (Àlex Guillamón) .............................. 9 USAID-NED, el río que lleva a Rosa María Payá (Ramón Pedregal Casanova) ...................... 10 ENTREVISTA Paco Etxeberria, antropólogo forense, “La ultraderecha se ha reactivado. Es normal cuando hay una sociología franquista y actitudes preconstitucionales en boca de toda una generación” (Eneko Calle y Andrea Gago Menor) ..............................11 COMUNICACIÓN CRÍTICA: Periodismo (crítico): la utilidad de la información como contrapoder (J. Marcos y Mª Ángeles Fernández) .................................................................................... 17 Desmontando el storytelling de las grandes empresas: confrontar el relato y la práctica (Pedro Ramiro y Erika González) ............................................................................................ 23 Cómo contar para cambiar el mundo en tiempos adversos (Amanda Andrades González) ...................................................................................................... 29 Palabras que cuentan: Comunicación y economía de la credibilidad (Estefanía Rodero) ....... 33 Los medios de comunicación, víctimas y agentes en el conflicto vasco y en su resolución (también) (Teresa Toda Iglesia) ................................................................................................. 37 Periodismo feminista a 6 euros la hora (Andrea Momoitio) ....................................................... 41 Los medios del miedo (Pablo “Pampa” Sainz) ........................................................................ 45 Fake news, intoxicación mediática y propaganda de guerra (Roberto Montoya) .................... 50 Guerra comercial, ¿guerra informativa? (Xulio Ríos) ............................................................... 54 Palestina: cuando el peligro de contar una sola historia se hace fuerte (Elizabeth Masero) ... 58 La garrapata mental: informar sobre África en tiempos del hambre (Sebastián Ruiz-Cabrera) ............................................................................................................. 62 Modelos comunicacionales en América Latina en una nueva etapa política (Mª Cruz Tornay) ........................................................................................................................ 68 La lucha por la información: el conflicto nicaragüense en la comunicación crítica (Eneko Gastaka Urruela) .......................................................................................................... 71 Radio Victoria: 25 años siendo una voz disonante en El Salvador (Isabelo Cortez) ................. 73 Medios masivos de comunicación en Colombia: ocultan la paz, posicionan la guerra (Lara Gil Menés y Blanca Lucía Valencia Molina) ............................................................. 78 Libertad bajo palabra: el periodismo en México como paradigma de resistencia y comunicación para la transformación social (Sonia Herrera y Suso López) ......................... 82 La comunicación argentina como parte del poder neoliberal (Comunicadores de la Argentina) ................................................................................................. 85 La periferia resiste: iniciativas de comunicación que desafían la violencia de Estado en Brasil (João Paulo Brito e Laura Daudén) ........................................................ 88 Medios contra Venezuela: piezas del engranaje bélico (Eduardo Viloria Daboín) .............. 93 MEMORIA GRÁFICA Diez páginas para más de veinte años de portadas ................................................................... 96 Galerías de ilustraciones de Paula Cabildo, Juan Fender, Andrea López Álvarez y Mª José Comendeiro (Pepa) ................................................................................................. 106 3 8 17 11 96 Tras cada artículo de estas secciones, dedicamos unas páginas a recordar algunas de las actividades, textos y otros materiales elaborados desde los inicios de Pueblos. ¡Seguirán disponibles en www.revistapueblos.org!
  • 8. 8 n 2018 n ¡Hasta siempre! b PUEBLOS n Información y Debate OPINIÓN b *Periodista y responsable de comunicación de Lafede.cat. los que piensan distinto es abismal. Somos capaces de se- cundar a Alba Rico y repetir que la palabra fascismo se ha “sobresemantizado” tanto que ya no significa nada, pero nos bloqueamos ante las acusaciones de buenismo o los vídeos racistas que circulan por whatssap. En el sumun de la comprensión selectiva, somos capaces de criticar a los demócratas liberales estadounidenses que viven en su burbuja clasista y no reconocernos en una similar cuando, por ejemplo, apostamos por los colegios más innovadores para nuestros hijos, donde les enseñarán a ser antirracistas y anticlasistas, mientras evitamos los colegios donde po- drían convivir con niños hijos de migrantes. Igual llega un día en que no podemos deshacernos de la inquietud que nos genera la actualidad informativa mo- viendo el dedo sobre la pantalla del móvil. Entonces ten- dremos que preguntarnos cómo contribuimos al desastre y qué pensamos hacer para evitarlo. No está muy claro que twitter o las manifestaciones antifascistas testosterónicas sean suficiente. Arlie Russell Hochschild, con 70 años y habiendo formado parte de la élite académica norteame- ricana, se fue a vivir a Luisiana, el estado más pobre de EEUU, porque no entendía tanta rabia: “desconecté mi sistema de alarmas político y moral para poder escuchar e intentar escalar la pared de empatía que me separaba de esa gente”. Otro sociólogo sabio, Boaventura de Sousa Santos, el gran teórico del fascismo social, dice que no necesitamos otra teoría de la revolución sino revolucionar la teoría, que durante demasiado tiempo hemos menospreciado los sa- beres de las clases populares o nos hemos aprovechado de ellos haciendo gala de un extractivismo no muy diferente al que criticamos respecto a los bienes naturales. Lo segui- mos haciendo en el periodismo, las ONG y la intervención social. Boaventura nos propone quitarnos de en medio, sa- lir de la vanguardia y ejercer de intelectuales de retaguar- dia. La razón pesimista dice que no estamos a tiempo. El optimismo de la voluntad dice que no nos queda de otra. Que no pasarán.q Q ueremos seguir pensando que no, que no será para tanto, pero cuando ves un vídeo de la directora eje- cutiva de Oxfam pidiendo dinero para la crisis hu- manitaria de Indonesia ante una hilera de trabajadores per- fectamente uniformados y limpios que se pasan cubos con el logo bien visible, y acto seguido ves otro vídeo de cómo el partido de ultraderecha Vox congrega miles de personas con su discurso abiertamente racista y xenófobo (“es una invasión-quienes saltan la valla tienen preparación militar- deportación masiva”) es imposible no sentir un retortijón ético e intelectual. Todo resulta terriblemente anacrónico y posmoderno a la vez. Algo hicimos mal. Todo lo que han explicado sobre el mundo los organismos internacionales, los periodistas y las ONG no solo no ha servido para entenderlo, sino que ha alimentado los peores miedos y las peores pulsiones. Solo hace dos años de Trump, del Brexit y de que Zeid Ra’ad Al Husein, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, lo advirtiera: “La retórica antiextranjera llena de veneno y odio desenfrenados está proliferando hasta un grado espantoso y es cada vez más incontestable en partes de Europa y Estados Unidos. La retórica del fascismo ya no se limita a un submundo secreto, se está convirtiendo en parte del discurso cotidiano normal”. Los refugiados han sido el chivo expiatorio que ha desenmascarado la falsa unidad, democracia, solidez y prosperidad europeas. Hoy todos los analistas repiten que las próximas elecciones pueden certificar la defunción de la Unión Europea con un Parlamento lleno de ultras euroescépticos. Que viene, que viene. Nunca tanto conocimiento fue tan inútil. Sabemos per- fectamente qué hay detrás del voto ultra y de tanto político macho alfa (austericidio, individualismo, desafección po- lítica, fracaso, miedo al futuro). Tenemos la experiencia histórica y todas las claves, todos los análisis y todo el big data. Llevamos años moviendo informes e ideando cam- pañas contra la pobreza, la exclusión e incluso contra la desigualdad. Piketty y Aylan se hicieron famosos al mismo tiempo, pero hoy tendríamos que actualizar la máxima de Durruti: al fascismo no se le discute, básicamente porque no tenemos ni idea de cómo. Nuestra distancia cultural con Que viene, que viene Montse Santolino*
  • 9. Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 9 b OPINIÓN Cambio climático: ¿vamos en serio o no hay para tanto? Àlex Guillamón* Esta anestesia ocurre tanto en la vida personal como en la colectiva, incluida la política institucional. Por eso la mencionada Última llamada tuvo poco éxito en su propósi- to de que “los proyectos (político-institucionales) alternati- vos tomen conciencia de las implicaciones que suponen los límites del crecimiento y diseñen propuestas de cambio mu- cho más audaces”. Los compañeros y compañeras de aque- llas candidaturas políticas alternativas surgidas de las luchas sociales que hoy ocupan cargos políticos se ven sumergidos en dinámicas políticas institucionales impermeables al cam- bio copernicano que la situación demanda. Y es complicado superar esta inercia sin un reclamo social potente. Por tanto, primero hay una responsabilidad política desde las instituciones por no responsabilizarse política- mente de los retos de la crisis global en la medida que la si- tuación requiere. Pero desde el movimiento social también falta una iniciativa más ambiciosa y decidida. Falta pasar de la postura-logo a la acción colectiva-verdad. En este sentido una de las cosas que se echa en falta es una demanda por delitos ambientales contra la huma- nidad a actores públicos y privados clave que, a pesar de todas las clamorosas evidencias, siguen anteponiendo sus intereses, atentando contra las generaciones presentes y futuras con sus decisiones. Por encima del recorrido legal, su valor principal sería cambiar las subjetividades: empe- zar a comunicar y comunicarnos que esto-va-en-serio. Porque ¿cómo podemos alertar de todos estos datos demoledores sobre las consecuencias de la economía y la política fósil y no actuar a la altura contra quienes son sus principales responsables? ¿Acaso es más importante el chiqui-máster de Casado? El resultado es una comunica- ción social débil e incoherente: mientras verbalmente de- cimos “¡cambio climático!”, nuestra (in)acción comunica “no será para tanto”.q S abemos que el cambio climático ya no es un suceso del futuro, sino una realidad que se nos cuela a ritmo vertiginoso, si medimos el tiempo a escala históri- ca. Según Naciones Unidas, en 2017 ya había más de 64 millones de personas consideradas refugiadas climáticas, aunque las estimaciones para 2050 las sitúan entre 250 y 1.000 millones, según los posibles escenarios. Pero, como decía recientemente Jeffrey Sachs, todos y todas somos refugiadas climáticas. Porque decenas de in- formes y artículos cada vez más incontestables, y de fuen- tes nada sospechosas de ecologistas, testifican los efectos críticos ya en curso en amplios órdenes de la habitabilidad humana del planeta. Es más, si en algo están fallando las previsiones sobre la evolución de las emisiones y del cli- ma, es en quedarse cortas, incluso las pesimistas. Entonces, ante esta certeza ¿cómo puede haber una reacción política y social tan tibia y dilatoria en compara- ción con las amenazas que plantea? Por un lado está claro que una respuesta adecuada de la humanidad se ve entor- pecida, como señalaba el manifiesto Última llamada, por “dos obstáculos titánicos: la inercia del modo de vida capi- talista y los intereses de los grupos privilegiados”. Pero en segundo plano hay otro tipo de obstáculos que se alimentan de la subjetividad humana, incluida la de quienes llevamos años cargándonos de razones estudiando y/o divulgando sobre el tema. En el fondo hablamos como si esto ocurriera en otro planeta o en otro plano de la realidad. En parte se da la pa- radoja de que precisamente, cuanto más inmenso percibi- mos el problema, más insoportable se hace cargarlo desde la subjetividad individual o de una minoría social y, por lo tanto, activamos un mecanismo de defensa que anestesia, intelectualiza y despolitiza nuestro acercamiento al tema. Y continuamos como si no pasara nada, enfrascados en problemas de la cotidianidad que, por complejos que sean, sentimos más abarcables. *Àlex Guillamón Lloret coordina Entrepueblos/Entrepobles.
  • 10. 10 n 2018 n ¡Hasta siempre! b PUEBLOS n Información y Debate *JRamón Pedregal Casanova es miembro del Frente Antiimperialista Internacionalista (FAI), autor de los libros Gaza 51 días, Palestina. Crónicas de vida y Resistencia, Dietario de Crisis y Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Preside la Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales AMANE y forma parte de la Comisión Europea de Apoyo a los Prisioneros Palestinos. 1 Lamrani, Salim: “Conversaciones con la bloguera cubana Yoani Sánchez”, entrevista en dos partes publicada en Rebelión el 14 y el 15 de abril de 2010. Se pueden consultar también en este medio y en La Jiribilla los siguientes textos: “Las contradicciones de la bloguera cubana Yoani Sánchez”, “El fenóme- no Yoani Sánchez” y “Cuba y la ciberdisidencia”. Ramón Pedregal Casanova* USAID-NED, el río que lleva a Rosa María Payá departamentos de actividad oculta. Un ejemplo de 2018: el presupuesto vinculado al ultraderechista Marco Rubio para mercenarios y merce- narias que actúan contra Cuba es de 15 millones de dólares, más otros 29 millones para la mafia de Radio y TV Martí. Las cantidades son inmensas, pero a ellas hay que sumar las destina- das por USAID y NED a propaganda contrarrevolucionaria.q El pozo que contiene el agua dentro de la montaña se cono- ce con el nombre de Departamento de Estado. La fuente de la que mana esa agua se llama USAID (Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional). El canal por el que transcurre el río tiene por nombre NED. Un río artificial, como ustedes saben. El torrente del río NED está formada por dinero líquido, dólares, que en su reco- rrido encuentra embalses, presas medianas y pantanos de gran tamaño, que son bolsillos, maletines, cuentas bancarias de manejantes de palabras, gente sin escrúpulos que se vende a la liquidez del postor Fundación Nacional para la Democracia (NED). Q uien va a discursear es un personaje al que preparan los profesores de la NED. Su ta- rea es dirigir a la contrata para que su palabra pagada se expanda y difunda el miedo sobre quienes no tienen mie- do, sobre quienes no se dejan reducir o seducir. Lo que resta de la operación política completa se prepara en el pozo de la montaña, departamento de Estado, que lleva el dinero a la fuente USAID y lo entrega a la NED: el di- nero sigue el curso que desemboca en los bolsillos, maletines y cuentas ban- carias de los mercenarios, que se ar- ticulan en operaciones proimperiales pequeñas, medianas y de gran calibre. Desde hace algún tiempo el torrente del río NED ha dejado en la superficie a un personaje cuya palabra mercantili- zada trabaja para impedir otro mundo posible. Por eso sugieren, declaran, que la única libertad está en el régimen de sus amos. Los que buscan la justicia so- cial son la mayoría social, son los ata- cados por quien contrata la NED. Si hay alguien a quien el torrente de dinero de la NED saca ahora para susti- tuir a Yoani, la gastada por la entrevista del profesor Salim Lamrani1 , es Rosa María Payá, promovida por la ultrade- recha estadounidense, Marco Rubio, el mismo Trump y su entorno y, como no podía ser menos, el ultra Aznar. Si le preocupasen los Derechos Hu- manos, mostraría los datos refrendados por la ONU, la Corte Penal Internacio- nal o los tratados internacionales. Sin embargo, no es ese su propósito, pues la NED le paga para asustar y que na- die se atreva a distanciarse del opresor, del mayor violador de derechos huma- nos en el mundo, EEUU. Rosa María Payá se dedica a ata- car a Cuba. El Departamento de Es- tado estadounidense, la USAID, la NED, Radio y TV Martí, han gastado entre 1996 y 2016 en personajes como ella la cantidad de 1.324,3 millones de dólares. Cifra el gasto Tracy Eaton en el contrarrevolucionario Progreso Semanal, sin dar cantidades de otros
  • 11. Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 11 b ENTREVISTA Eneko Calle García y Andrea Gago Menor* En este número especial de la revista Pueblos, en el que nos planteamos retos de presente y futuro a la vez que hacemos memoria para rescatar parte de los contenidos publicados, también hemos tratado de contribuir al recuerdo de lo que ocurrió en el Estado español durante la Guerra Civil y la dictadura de Franco. Entrevistamos a Paco Etxeberria, antropólogo forense e integrante de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, para hablar de la Memoria Histórica y de la necesidad de seguir investigando y no olvidar los crímenes del franquismo. Nos recibió en el Laboratorio de la Facultad de Medicina y Enfermería de la UPV/EHU en Donosti, entre cajas llenas esqueletos. Los últimos, encontrados en una fosa en el puerto de Lizarruzti, Gipuzkoa, el pasado mes de septiembre. Paco Etxeberria, antropólogo forense: “La ultraderecha se ha reactivado. Es normal cuando hay una sociología franquista y actitudes pre constitucionales en boca de toda una generación” S e ha dicho que España es el segundo país del mundo tras Camboya en número de per- sonas desaparecidas cuyos restos no han sido recuperados ni identifi- cados. ¿En qué momento estamos? ¿Cuántas fosas podrían quedan aún por exhumar? - El dato de Camboya lo dicen algu- nas autoridades por titulares de prensa equivocados. No se basan en investi- gaciones generadas por historiadores o por fuentes que hayan recogido la infor- mación de manera formal. En España, sin contar con los muertos en combate, hablamos de unas 120.000 personas. Es una cifra altísima, pero hay otros países del mundo que arrojan cifras más altas y otros de los que todavía no se sabe nada, como es el caso del continente africano. De esos 120.000 asesinados y ase- sinadas, una gran parte, yo creo que la Fotografía: Nora Arroita.
  • 12. 12 n 2018 n ¡Hasta siempre! b PUEBLOS n Información y Debate ENTREVISTA b Paco Etxeberria “Se hará en tres meses o en tres años, pero Franco va a terminar saliendo de ese sitio ” mayoría, acabaron en los cementerios.A estos se les inscribió en el registro civil, por lo que no se les puede contabilizar como detenidos-desaparecidos, es decir, no serían delitos de lesa humanidad. Son un delito, son un crimen del franquismo, legítimamente hay que atender algunas cosas que necesitan esas familias, que nunca han tenido, pero no es lo mismo. Las 3.000 personas desparecidas en Navarra en otoño de 1936 que fue- ron enterradas en cualquier esquina menos en un cementerio y a las que no se inscribió en el registro civil, no se pueden equiparar con los fusilamien- tos realizados con sentencia militar o judicial, a pesar de que esas senten- cias fuesen injustas. En la mayoría de cementerios ha pasado eso, se ha fusilado y se ha ins- crito en el registro civil. El delito que no prescribe, el que sirve para que Na- ciones Unidas se implique, tiene que ver con lo que pasó particularmente en el otoño de 1936. A partir de esa fecha siguieron matando, pero ya con sentencia judicial. - ¿Cuántas personas desaparecidas podrían quedar? - Hay territorios donde no se ha he- cho nada porque no hay ganas de in- formar, como es el caso de Cantabria, por ejemplo, y otros donde ya se lle- va un tiempo trabajando. Creo que lo principal se ha hecho ya, porque hay lugares, fosas clandestinas en el mon- te, en cunetas, que ya no se van a en- contrar nunca. En este momento son más las fo- sas que no encontramos que las que sí encontramos, porque han pasado 80 años, porque lo que era una cuneta ya no lo es y porque ese sitio fue abierto por unos familiares y nadie lo sabe. Hasta hoy hemos recuperado entre distintos equipos 8.000 esqueletos, 500 fosas comunes. - La memoria histórica ha vuelto a ser noticia por la posible exhuma- ción de Franco del Valle de los Caí- dos. ¿Por qué sacar los restos del dictador y resignificar este espacio? - Franco no tiene ningún derecho a estar enterrado ahí. No es verdad que esté ahí porque el rey lo decidiese a última hora. No me lo creo, porque la tumba está perfectamente construida con todos los escudos en el fondo y eso no lo puedes hacer en tres días aunque Franco llevara meses mal. Casi un mes antes de morirse Fran- co ya se había avisado a forenses de que iban a embalsamar el cadáver, como mausoleo a Franco le interesaba aquello. No tiene derecho a estar ente- rrado ahí porque eso se construyó para los muertos por Dios y por España. Además, si cogemos la Ley de Memo- ria Histórica de 2007 y la deliberación de una comisión de expertos creada por el gobierno de Zapatero en 2011, se concluye que a Franco hay que sa- carlo del Valle de los Caídos. Si a esto le añadimos que en 2017 hubo una de- liberación en el parlamento de Madrid y que prácticamente por unanimidad se dijo que efectivamente había que sacarlo, ahora hay que hacerlo. Se hará en tres meses o en tres años, pero Fran- co va a terminar saliendo de ese sitio. En segundo lugar, no hay manera de cambiar la simbología si no se em- pieza por ahí. Se ha equivocado el pre- sidente del gobierno, Pedro Sánchez, cuando ha dicho en Colombia que se abandonaba la idea de convertir el Va- lle de los Caídos en un museo de la me- moria. Nadie había dicho eso. Estamos hablando de la resignificación del sitio, no de convertir aquello en un lugar que sirva para todas las personas. Resignificar el sitio es que se expli- que algo más, pero no convertirlo en un lugar de reconciliación ni un museo de la memoria. Eso se hará en otra par- te algún día, si hay ganas. Resignificar supondría que quien vaya allí pueda entender algunas de las cuestiones que ahora no se entienden. Para resignificar el Valle de los Caídos habría que co- menzar sacando a Francisco Franco y a José Antonio Primo de Rivera. - ¿Estarás en la exhumación? - No, me encantaría, pero no me van a llamar. No hay necesidad. Lo puede hacer una empresa funeraria. Franco se muere de manera natural, por lo que no hay que establecer ni la causa de muer- te ni la identidad. Ya están resultas, por lo que no se necesita ningún forense. - También se dice que esto despier- ta el fantasma de la ultraderecha, pero, ¿estaba dormida? - Sí, claro que estaba dormida. Otras iniciativas, como lo que pasa en Cata- lunya, han llevado a colocar banderas en los balcones de media España. La ultraderecha se ha reactivado, aunque tampoco es para extrañarse, a mí no me sorprende. Es normal cuando hay una sociología franquista que llega hasta ahora y hay actitudes preconstitucio- nales que están en boca de toda una generación, a la que yo tampoco puedo escapar. El final de la Guerra Civil no fue como el final de la Guerra Mundial. Aquí hubo una dictadura que duró 40 años y eso permeó hasta no se sabe dónde en el tuétano de toda la ciuda- danía. Hay cosas que todavía se notan. Pero las que tienen el problema son las personas que están en contra de las exhumaciones, no el resto de la ciudadanía. Estoy seguro de que los convenzo si los tuviera delante. Por muy en contra que estén. A este laboratorio han venido muchos médi- cos que estaban en desacuerdo y han salido por esa puerta convencidos. El problema lo tienen ellos. - Además de las exhumaciones, ¿qué hace falta para la reparación de las víctimas? - Muchísimas cosas. Por ejemplo, que lo que estamos haciendo sea oficial. Nada de lo que estamos haciendo es oficial. Lo puede ser pronto, estamos muy cerca ya, en el País Vasco. Pero en otros sitios no. En cambio, sí son cifras oficiales los muertos que provocaron los repu- blicanos en la misma guerra, porque hubo una investigación y se llegó a unas conclusiones. Aquí estamos proponien- do hacer las cosas con una formalidad, pero todavía no son datos oficiales. - ¿Qué otras tareas tiene el nuevo gobierno de Pedro Sánchez en ma- teria de Memoria Histórica? - Lo que tiene que hacer es superar lo que se hizo en la etapa anterior del go- bierno socialista, en la que se apoyaron
  • 13. Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 13 Paco Etxeberria b ENTREVISTA una serie de iniciativas en materia de memoria histórica y se invirtieron mu- chos miles de euros, de los que solo un tercio sirvió para las exhumaciones. Los otros dos tercios se gastaron en cosas totalmente legítimas pero que no tienen nada que ver con esto. Escanear una documentación en Moscú, hacer una película... Es más, me gustaría saber dónde ha quedado la documen- tación de las exhumaciones que se hi- cieron con ese tercio. ¿Quién la tiene? Eso no puede volver a suceder. En este tiempo ha ocurrido otra cosa: han reaccionado las comunidades autónomas. Frente a lo que pasó enton- ces, ahora ya existen en varios lugares normas particulares, leyes de las comu- nidades. Lo primero que van a tener que hacer es convocar a todas las Comuni- dades Autónomas para que, respetan- do lo que ya están haciendo, ver cómo coordinarse mejor y favorecer algunas experiencias. Es decir, el gobierno aho- ra se va a tener que reubicar en ese es- pacio procurando no molestar a ninguna persona de las que ya están trabajando. A nivel central creo que hay una necesidad de dirigir, entre otras cues- tiones, las bases de datos de ADN o incluso la documentación que se recu- pera. En teoría todo esto tendría que ir al archivo del Centro Documental de la Memoria Histórica de España en Salamanca. Se tiene que hacer pero con mucha más energía y ganas, sobre todo porque estamos perdiendo me- moria sobre lo ya realizado. Nosotros hemos preparado un tra- bajo para la Diputación Foral de Gi- puzkoa, hemos estudiado qué hemos hecho en este territorio entre todos desde que empezamos. Son 1.500 ac- ciones de memoria histórica. Desde un curso de verano en la Universidad del País Vasco a una entrega de una placa en el Ayuntamiento de San Se- bastián a quienes fueron a la guerra. - Tienes un recorrido también im- portante en los casos de torturas en Euskal Herria. Habéis publicado un informe Laura Pego y tú en el que se documentan más de 4.000 casos de torturas. ¿Es una tarea pendiente también la reparación de estas víctimas? - Estamos empezando. Era necesario hacerlo porque el Plan de Paz, en el punto número 6, obliga a interesar- se por este asunto. Hay algunos pre- cedentes oficiales, en el País Vasco. Desde 1960 está de actualidad lo que se llama el “caso vasco”, y se ha de- tenido a unas 20.000 personas. No tengo duda de que son más casos que los 4.113 recogidos. Hay gente que ha decidido no darle más vueltas. Hay gente que dice ahora “¿pero cómo puede ser tantos?” Bueno, pues ven y míralo. Hay gente que niega todo esto. Hay muchas personas que se asombran, pero yo he visto gente detenida en las comisarías, ha habido juicios y han condenado policías, he visto gente torturada. Dicen que un individuo torturado es que aquel que, además de ser torturado, luego logra demostrar que ha sido torturado. Esto es tan absurdo como si se pidiese a una mujer agredida sexualmente por un desconocido que haga el ejerci- cio de demostración de que ha sido agredida y que se consiga localizar al agresor. Los organismos internacionales han advertido que no ha habido garan- tías. Hay más de 20 sentencias con- denatorias ratificadas por el Supremo, más todos los demás casos que no se han podido demostrar. Si nos pusiése- mos aquí muy finos, tendríamos que decir que no son verdad las cifras de extorsión a empresarios por parte de ETA. Y es verdad, son cifras creíbles, aunque el ejercicio de demostración es el que es. Imagina que en 4.113 casos se nos han colado tres casos que no son ver- daderos. Bueno, vale. Pero no invali- da el resto. Las personas no se inven- tan las historias de tortura, ¿para qué harían algo así? Estamos a un paso de que esta cifra sea reconocida oficial- mente. Ahora hemos medido estos ca- sos. Sabemos que el 16 por ciento son mujeres, cómo eran las metodologías en un sitio y en otro… Es muy triste. - También eres conocido por haber participado en casos emblemáticos como los de Salvador Allende, Víc- tor Jara, Lorca, Cervantes... ¿Cómo has escogido estos casos y cómo has logrado trabajar en ellos? - Soy asesor en Chile, uno de los peritos internacionales desde hace mucho tiem- po. No he elegido esos casos sino que me han tocado. Hice, concretamente, el informe de la causa muerte de Víc- tor Jara, con todas las autorizaciones y las condiciones. El de Pablo Neruda lo estamos acabando. El de Allende lo hi- cimos entre varias personas. En el caso de Víctor Jara exhu- mamos los restos, hice el informe y por esta razón en Chile extraditaron a un militar que estaba escondido en EEUU y hace unos meses condenaron a nueve militares por su asesinato. No solo por mi informe, también por mu- chas otras cosas más que se han hecho en la instrucción que puede hacer un juez. Fotografía:NoraArroita.
  • 14. 14 n 2018 n ¡Hasta siempre! b PUEBLOS n Información y Debate ENTREVISTA b Paco Etxeberria - ¿En el momento de conocer la sen- tencia, qué sentiste? - Una satisfacción enorme, claro. Por- que en lo forense la validación de lo que haces ocurre cuando las autori- dades judiciales recogen tus pruebas como ciertas. Es decir, nosotros lo que tenemos son indicios y esos indicios los transformamos en evidencias forenses y periciales. Las evidencias se con- vierten en prueba si son validadas por un juez. Entonces, cuando ocurre que realmente tú tienes una opinión soste- nida pericialmente que se valida judi- cialmente, te entra una gran alegría. Si se trata de un crimen de esta categoría, que tiene un valor simbólico universal, como el de Víctor Jara, aún más. - Además has participado en ex- humaciones en contextos como el Sáhara o Colombia. Si el gobierno de Sánchez recupera la ley de Juris- dicción Universal, ¿esto ayudaría a resolver casos pendientes? - Es algo totalmente necesario. Hemos estado en el Sahara y hemos visto a unos españoles de origen saharaui asesinados en febrero del año 1976. Y cuando vol- vimos fue Ruz, el juez de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, quién llevó la causa por vulneraciones de Derechos Humanos contra el pueblo saharaui. Nos llamó, nos citó y nos dijo que le entregásemos lo que teníamos. Esos informes sirvieron para que dic- tara un auto de procesamiento contra militares marroquíes. Tiene que ser así. - Pero eso se paralizó con la refor- ma del PP. - Por supuesto. ¡Pero si encima eran ciudadanos españoles, España aún no había abandonado el Sáhara! Esas co- sas son necesarias para que por lo me- nos alguno se ande con cuidado. - Hace unos días pudimos leer una encuesta que constataba que cada vez más jóvenes están deseando ter- minar su carrera universitaria para colaborar en las exhumaciones. - Creo que es verdad. Recientemente he ido a inaugurar un master sobre ar- queología a la Universidad de Valen- cia y he dado una ponencia. Esto hace algunos años hubiese sido impensa- ble. ¿Por qué? No porque ahora todos los que estén estudiando eso se tengan que dedicar a historia contemporánea ni a la arqueología, pero es verdad que se ha abierto un espacio en el que an- tes no se pensaba tanto. Es un espacio que está unido a los derechos humanos y en el que hay sitio para que participen psicólogos, sociólogos, ingenieros, maestros, médicos... Todas las disciplinas tie- nen algo que hacer en el campo de lo judicializable. Lo que tenemos claro es que en este campo los jóvenes nos van a reemplazar tranquilamente por la capacidad que tienen. A su misma edad yo era un individuo muy mal formado, con muchas más deficien- cias. Ahora es al revés. La gente joven es amante de la naturaleza, es solida- ria y responsable. - ¿Qué papel crees que juegan las series, los medios de comunicación o la novela negra en este impulso? - Tengo muchos colegas forenses están en desacuerdo con la serie CSI, pero yo no comparto su opinión. No son conscientes de que por primera vez en la historia vemos que la investigación criminal se puede atender desde argu- mentos que proceden del sentido co- mún, de la lógica y de la ciencia. Todo lo que habíamos visto hasta el presen- te, y así nos hemos educado, ha sido a base de tiros, gritos y empujones. Todas las series que ha habido anterio- res a CSI son irregularidades tratadas como si fueran normales, no ha habido ninguna crítica periodística. Hay com- pañeros que dicen que lo de CSI es una exageración, yo creo que exageradas son las películas de vaqueros. - Y para acabar, ¿qué tienes entre manos ahora? - Pues ni sé. Ochenta cosas. Infinidad. Me tengo que poner a pensar. El úl- timo año, por ejemplo, he exhumado a 27 monjas en Lerma en un conven- to de clausura. Se iban y tenían que llevarse sus cosas. Entre estas “cosas” se encontraba la madre fundadora del convento, de hace 500 años, que está allí momificada. Y estando en eso te dicen que tienen otras 27 en la cripta. ¡Pues a por ellas! Y así estamos. Con cantidad de cosas. En Semana Santa estuvimos en Toledo y desenterramos a un obispo. Mil asuntos. Antes de fin de año voy a Chile a acabar lo de Pablo Neruda. Y de aquí a fin de año también iremos a Sala- manca a hacer una exhumación, se- guro que encontramos alguna más en Navarra, en Bizkaia tenemos alguna más en cartera y en Cantabria quieren empezar a hacer algo. Lo que vaya saliendo.q *Eneko Calle García y Andrea Gago Menor forman parte de Pueblos – Revista de Información y Debate. Fotografías: Nora Arroita.
  • 15. Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 15 b HEMEROTECA E n abril de 2005 presentó su dimi- sión como presidente del Conse- llo Nacional del BNG (Bloque Nacionalista Galego) y renunció a for- mar parte de sus listas electorales, que llevaba encabezando desde los comi- cios autonómicos de 1985. Dos meses después su partido llegaba por primera vez al Gobierno de la Xunta de Galicia, en coalición con el PSOE. Hoy Xosé Manuel Beiras sigue militando en el Bloque, pero en un sector crítico res- pecto a la línea actual. Ahora disfruta de más tiempo para continuar con la actividad docente, escuchar música, tocar el piano, escribir y acudir de “pre- dicador” allá donde le llaman. En esta entrevista el líder histórico del naciona- lismo gallego, economista, ensayista, columnista de prensa, pianista, y ante todo gran conversador, nos lleva de ex- cursión por la periferia del sistema con la seguridad del conductor veterano.q M ónica Baltodano, ex comandante guerrillera, es actualmente diputada en la Asamblea Nacional de Nicaragua por el partido Movimiento por el Rescate del Sandinismo. Su acercamiento a la política comenzó en el año 1969 con tan sólo 15 años, uniéndose a la lucha armada del Frente Sandinista de Liberación Nacional en 1974 contra la dictadura de Somoza.q P acho Galán es comandante del ELN, organización que actual- mente mantiene conversacio- nes con el gobierno colombiano. Una iniciativa muy criticada por la vulne- ración de los derechos humanos y la especial represión que el presidente Uribe ejerce en estos momentos so- bre la población. En la Casa de Paz de Medellín, Galán habla en exclusiva para Pueblos de las razones del diálo- go y de los objetivos que se persiguen con él.q D os hombres anónimos en una ciudad cualquiera una tarde de tantas. Uno afirma ufano: “Me he insonorizado el despacho”, a lo que el otro responde con cierta iro- nía: “Es poco eficaz, es mucho me- jor insonorizarse la conciencia”. No es un chiste, aunque despierte una sonrisa a medias; es sátira social. Su autor, un conocido dibujante, se deja mecer en su estudio madrileño por un silencio casi místico una ma- ñana de marzo. No es un humoris- ta gráfico, aunque a veces nos haga reír; es un pensador, un hombre que no está encantado de conocerse pero cuyo principal ejercicio es practicar el autoconocimiento. Cada palabra que escribe, cada trazo que dibuja, es una bofetada cariñosa a la con- ciencia del lector. Conversamos con Andrés Rábago, El Roto, filósofo de la cotidianeidad.q Pacho Galán, comandante del ELN (Colombia): “No hay enemigo malo o bueno para hablar o pelear” Andrés Rábago, El Roto: “Si no nos hacemos preguntas es porque hay demasiado ruido” Xosé Manuel Beiras, político y economista: “El trabajo político en Europa hoy está en la sociedad, no en las instituciones” Mónica Baltodano: “El gobierno de Ortega tiene una práctica esquizofrénica” Luis Nieto Pereira. Pueblos 21, junio de 2006. Aloia Álvarez Feáns. Pueblos 36, marzo de 2009. Aloia Álvarez Feáns. Pueblos 34, septiembre de 2008. Luis Nieto Pereira y Susana Pérez Sánchez. Pueblos 41, marzo de 2010. Fotgrafía: Aránzazu Mateo. Fotografía: Mª José Comendeiro. Fotografía:OscarPaciencia.
  • 16. 16 n 2018 n ¡Hasta siempre!b PUEBLOS n Información y Debate HEMEROTECA bHEMEROTECA b Fotografía: Beatriz Plaza. C addy Adzuba denuncia, a través del periodismo, el si- lencio internacional y la vio- lación sistemática de los derechos de mujeres y niñas de su país. Ac- tivista por la libertad de prensa, la reconstrucción de la paz y los de- rechos humanos, esta abogada de 33 años dedica su vida a visibilizar las consecuencias de un pasado co- lonial y patriarcal que se refleja en el conflicto que sufre la República Democrática de Congo (RCD) des- de 1996. Caddy Adzuba participó en las X Jornadas Estrategias Positivas de Desarrollo “Mujeres en Resistencia: Experiencias de África y Asia frente a la violencia machista”, organiza- das por el Ayuntamiento de Bilbao y la Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo del Gobierno Vasco que tuvieron lugar en Bilbao los días 15 y 16 de abril 2015.q M ayra Pineda Pérez coordina el área de lucha contra la violen- cia contra las mujeres del cen- tro Xochilt Acalt, una organización nicaragüense que desde hace veintiún años trabaja por el empoderamiento y los derechos humanos de las mujeres del municipio de Malpaisillo. Esta organización ha sido históricamente apoyada por varias organizaciones de la cooperación y del movimiento in- ternacionalista vasco. Entrevista realizada en el progra- ma “Hankaz Gora”, coordinado por Paz con Dignidad y emitido a través de Tas-Tas Irrati Librea (Bilbao).q D aniel Ahmed es licenciado en periodismo, educador social y activista en el ámbito de la islamofobia y la diversidad sexual y de género en el islam. Actualmente, se encuentra realizando una inves- tigación doctoral sobre activismo queer musulmán en la Europa Con- temporánea en la UAM (Univer- sidad Autónoma de Madrid). Asi- mismo, forma parte de la red Nasij. Lo conocimos en la XI Jornadas de Estrategias Positivas de Desarrollo “Resistencias al Modelo Dominan- te desde la Diversidad Sexual y de Género” organizadas por el Ayunta- miento de Bilbao y la Agencia Vasca de Cooperación.q A leida Guevara March lleva el apellido de uno de los iconos del siglo XX con la naturalidad con la que tantos jó- venes (y no tan jóvenes) del mundo visten camisetas con el rostro del Che, su padre. De niña le dijeron que ella y sus hermanos iban a recibir muchas cosas que no se habrían ganado directamente y que era mejor dejarlas pasar. Militante del Partido Comunista Cubano, colaboradora del Centro de Estudios Che Guevara y del Instituto de Amistad con los Pueblos, esta médica pediatra ha trabajado en Cuba y también en Angola, Ecuador y Nicaragua. Hablamos con ella en Bilbao durante el XIV Encuentro de Solidaridad con Cuba..q Mayra Pineda Pérez, feminista nicaragüense: “Luchamos por recuperar el derecho al aborto que teníamos hace cien años. Es insólito que nos quiten un derecho que ya teníamos” Daniel Ahmed: “El islam queer es un islam de lucha, de disidencia frente a los discursos LGBTQI+fóbicos propios de las lecturas más misóginas y patriarcales del islam” Aleida Guevara: “Tienen que tener fuerza como pueblo para impedir que sus gobiernos sigan sosteniendo económicamente a los terroristas y a quienes provocan guerras” Caddy Adzuba, periodista congoleña: “Gracias a la radio, las mujeres violadas y maltratadas en la RDC han logrado transformar su dolor en poder” Ane Garay Zarraga y Andrea Gago Menor. 10 de octubre de 2013, edición digital Eneko Calle García. 20 de mayo de 2016, edición digital. Urbano de la Cruz Benito y Andrea Gago Menor. Pueblos 74, tercer trimestre de 2017. Itziar Hernández Zubizarreta y Eneko Calle García. 21 de mayo de 2015, edición digital. Fotografía: Eneko Calle García. Fotografía: Nora Arroita. Fotografía: Andrea Gago Menor.
  • 17. Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 17 b HEMEROTECAb COMUNICACIÓN CRÍTICA Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 17 Periodismo (crítico): la utilidad de la informacióncomo contrapoder Periodismo. Esa forma de entender la vida susceptible de ser decorada con múltiples complementos adjetivales (crítico, comprometido, de investigación, alternativo…), que a la postre perfilan una herramienta de contrapoder articulada en torno al valor de la información como derecho de la ciudadanía (y deber de los periodistas). Aunque duela. Porque si es Periodismo, cuanto menos, escuece: “periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques; todo lo demás son relaciones públicas”, reza una sentencia anónima con frecuencia atribuida al escritor George Orwell. Varios medios de comunicación viven y sobreviven ajenos a la agenda mediática dominante. La sostenibilidad económica es su gran reto. J. Marcos y Mª Ángeles Fernández* A juzgar por las cifras, el panora- ma mediático español goza de una salud envidiable: existen más de un centenar de publicaciones escritas (impresas y en línea) de regu- laridad periódica y pretensiones pe- riodísticas. Y las ofertas televisivas y radiofónicas son igualmente copiosas. Pero la frondosidad del bosque infor- mativo oculta que la gran mayoría del pastel mediático está en manos de una decena de grandes conglomerados. Muchos medios, pocas voces. Lo ha estudiado en detalle Pascual Serrano, quien preguntado por un diagnóstico y sus posibles remedios remite a uno de sus libros, La prensa ha muerto: ¡viva la prensa!, en el que sentencia cómo “los grandes medios ya han demostrado que son acríticos y que siguen incondicionalmente al poder. La aparente pluralidad y el de- bate que queremos percibir en ellos es una farsa: para los asuntos relevantes el consenso es absoluto, y la discusión se circunscribe a lo intrascendente y dentro del pensamiento dominante”. ¿Qué nos queda entonces? Ahora que Pueblos, que nació cerca del cambio de siglo con la pre-
  • 18. 18 n 2018 n¡Hasta siempre! b PUEBLOS n Información y Debate COMUNICACIÓN CRÍTICA b “Rebelión fue en 1996 uno de los pioneros a la hora de explorar una virtualidad sin la cual hoy parece impensable imaginar un proyecto de comunicación crítica, lo que no necesariamente debe excluir lo impreso de la ecuación ” tensión, según reconoce su director Luis Nieto, de “crear un medio que ayudara a gentes que trabajábamos por la transformación social y la jus- ticia social” a conocer organizaciones populares, sus luchas, y sus esperan- zas, cierra quizás definitivamente sus páginas, ¿qué rincones quedan donde buscar el contrapoder? Por cuestiones de espacio y delimitación, la siguien- te radiografía se centra en la llamada ‘comunicación crítica’, principalmen- te en su versión escrita, sin enredarse en escurridizos debates en torno a su definición. La red donde sumar fuerzas Dos hechos puntuales atraviesan cualquier conversación al respecto. El primero, la implosión de internet en el cambio de siglo, una desembo- cadura digital que han aprovechado buena parte de los nuevos frentes informativos. El agregador de noti- cias Rebelión fue en 1996 uno de los pioneros a la hora de explorar una virtualidad sin la cual hoy parece im- pensable imaginar un proyecto de co- municación crítica, lo que no necesa- riamente debe excluir lo impreso de la ecuación, tal y como remarca uno de los veteranos del oficio, Alfonso Armada: “El papel debe jugar un rol en nuestro mundo, por su forma de organizar la lectura, de jerarquizar, de integrar textos y fotografías, de someter la mirada a una pausa, el pensamiento a una lentitud necesa- ria para de verdad entender, para de verdad ponerse en el lugar del otro y prestar atención, dos tareas que hoy parecen revolucionarias de tan sensa- tas y necesarias”. A base de errores aprendieron la vitalidad de la red en El Salto, la propuesta impulsada por el ya extinto periódico Diagonal (2005-2016). “La principal diferencia entre ambos es un ecosistema mediático muy distinto por la implantación de internet. Uno de los errores de partida que tuvo Dia- gonal fue pensar todavía en términos analógicos. Internet y las redes socia- les lo han cambiado todo”, adelanta Pablo Elorduy, impulsor de ambas cabeceras. A través de una web de actualiza- ción diaria y de un mensual impreso con siete ediciones (seis territoriales y una general), El Salto pretende sumar las fuerzas suficientes para afrontar con garantías el reto de alumbrar la comunicación crítica. Desde 2017, le acompañan (con diverso grado de co- laboración y simbiosis) una veintena de proyectos comunicativos. Fruto de los despidos El segundo punto que siempre apa- rece en las conversaciones acerca de la comunicación crítica en España se sitúa en 2012, cuando cerró sus pági- nas Público, el primer diario impreso de miras generalistas y alcance estatal que durante cinco años osó romper la hegemonía del centro-izquierda ideo- lógico hasta entonces monopolizado por El País. Estrangulada la edición impresa y con el 85 por ciento de sus profesionales en la calle, aquellas fueron las entrañas de las que poste- riormente nacerían medios como La Marea, InfoLibre, Público.es y eldia- rio.es. Por cierto, no son los únicos ejemplos en los que un despido ma- sivo espolea la aparición de nuevas andaduras mediáticas, como también refleja el caso de Ctxt, impulsado en 2015 por algunas personas despedidas del Grupo PRISA. De especial relevancia por el foco en el que posan su mirada estos pá- rrafos es La Marea. Esta revista men- sual impresa, que igualmente cuenta con portal electrónico, decidió que la única manera de no repetir los errores de Público era desvincular su sino tanto de partidos políticos como de empresarios. La fórmula que encontraron fue una cooperativa de personas trabajadoras y usuarias cuya principal fuente de ingresos son las suscripciones y la venta de ejem- plares. Y esa cualidad es algo de lo que se sienten muy orgullosas: “Hay que distinguir porque hay una esfera muy grande de medios o gente que sí pueden sacar temas que no eran tan habituales en el periodismo tradicio- nal, pero que no son tan distintos en cuanto a la estructura empresarial ni en cuanto a la forma de financiarse, ni de crear ciertas rutinas. Nuestro caso es distinto”, incide su directora, Magda Bandera.
  • 19. Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 19 b COMUNICACIÓN CRÍTICA En su apuesta hacen una segunda distinción muy clara: la que separa el periodismo profesional de otro tipo de iniciativas “de cariz militan- te y a las que no les preocupa tanto seguir unas directrices periodísti- cas, aunque sí ofrezcan informacio- nes muy importantes que antes no aparecían en los medios de comuni- cación de masas. Cuando nosotros nacimos, había ejemplos de perio- dismo crítico, pero no estaban pro- fesionalizados. Dentro de la penu- ria económica que tenemos todos, ahora muchos sí lo están”, aclara Bandera, quien entiende que se trata de un proceso sin vuelta atrás, fruto de la crisis y del descrédito sufridos por las otrora cabeceras de referen- cia, junto con la metamorfosis que ha supuesto el 15-M para la socie- dad española. A vueltas con la financiación La sostenibilidad económica es pre- cisamente uno de los grandes retos para quienes pretenden abrirse hueco primero y afianzarse después. Porque si algo ha quedado claro es que “el pe- riodismo deben hacerlo los periodis- tas, no las empresas. Y para que exista ese periodismo, el medio debe cubrir unos gastos y los periodistas tienen que recibir un salario digno. Hacer pe- riodismo cuesta dinero y alguien debe pagarlo”, escribe Serrano. No faltan los proyectos que se han quedado por el camino o que to- davía no son lo que alguna vez soña- ron ser. Como Periodismo Humano, el medio de comunicación digital que, liderado por el Pulitzer Javier Bauluz y huyendo de las etiquetas y los complementos adjetivales, desde 2010 demostró que el enfoque de los derechos humanos también desperta- ba interés, por mucho que no dieran con la tecla de la viabilidad financie- ra. “Nos volcamos en los contenidos periodísticos, sin invertir el tiem- po ni los recursos necesarios en la promoción, la captación de socios y socias, ni en la búsqueda de publici- dad que respetase nuestra filosofía”, admite la que fuera su subdirectora, Patricia Simón. Cada vez más cerca de cumplir su primera década “frente al ruido”, como les gusta definirse, tampoco lo- gra cuadrar las cuentas fronterad: “Si fundamos la revista digital es porque no encontrábamos en la prensa espa- ñola lo que buscábamos. Seguimos sin encontrarlo. Tampoco en fronte- rad, porque no hemos conseguido la rentabilidad imprescindible para poder hacer buen periodismo, para pagar a los reporteros, para pagar por una profesión que sigue siendo una de las mejores formas de estar en el mun- do”. Lo reconoce su director, Alfonso Armada, que cuenta con una dilatada experiencia en las redacciones de El País y de ABC. El caso de Pueblos, que echa el cierre al menos por el momento, es distinto: aproximadamente el 90 por ciento de la financiación de la revista se lograba a través de subvenciones públicas de cooperación y educación para el desarrollo. Los motivos para la esperanza El crisol de nombres que se acerca a esa frontera borrosa que define la comunicación crítica es muy varia- do. “Nunca ha habido tantos medios informando desde el enfoque de la comunicación crítica porque nunca ha habido tantos y tantas periodis- tas convencidos de que es la única vía para devolver el sentido, la cre- dibilidad y el valor a su oficio. Sin embargo, tampoco nunca como hoy el periodismo crítico ha dependido tanto de la capacidad de sacrificio, de la vocación y la precariedad de los periodistas”, se lamenta la free- lancer Patricia Simón, que resume así la paradoja: “Este periodismo es el que goza de mejor reputación en ámbitos como el de la sociedad
  • 20. 20 n 2018 n ¡Hasta siempre! b PUEBLOS n Información y Debate COMUNICACIÓN CRÍTICA b “ Hacen una segunda distinción muy clara: la que separa el periodismo profesional de otro tipo de iniciativas ‘de cariz militante y a las que no les preocupa tanto seguir unas directrices periodísticas, aunque sí ofrezcan informaciones muy importantes que antes no aparecían en los medios de comunicación de masas’ ” *M.A. Fernández y J. Marcos son periodistas freelance, especializados en temática internacional. www.desplazados.org civil organizada o el mundo acadé- mico, mientras sus autores se es- fuerzan por llegar a fin de mes co- laborando con distintos medios o diversificando su vida laboral. Los periodistas autónomos son quienes fundamentalmente trabajan desde esta perspectiva”. Y es que, aunque aquí no sean citados, parece impo- sible hablar de comunicación crítica sin acercarse a nombres y apellidos concretos. Hay quien ha apostado por cons- tituirse en fundación, casos como los de Civio, porCausa y Quepo. Otros han preferido atrincherarse en favor de la comunicación crítica desde el interior de los medios tradicionales, “a menudo por salarios míseros y teniendo en muchas ocasiones que dedicar mucha energía y tiempo a convencer a sus directivos de que aplicar ese enfoque de comunica- ción crítica no es un sesgo militante ni activista, sino profesional”, indica Simón. Al frente de Independent Docs trabaja otra de esas voces indepen- dientes de la profesión, el periodista Unai Aranzadi, quien alerta frente a “la crítica o la defensa de ciertas lu- chas legítimas que se hacen gracias al dinero de magnates, sea George Soros en medios como eldiario.es o sea Bill Gates en El País. Que los máximos exponentes globales de la desigual- dad sean quienes deciden qué, cómo y cuándo se critica la desigualdad es preocupante”. Con la perspectiva de los años, el balance que hace Aranzadi sobre la comunicación crítica es en todo caso positivo: “A pesar de los pesa- res, goza de buena salud. Hay varias propuestas interesantes y lo veo con cierto optimismo porque viví el cam- po anterior, que era un desierto. Si bien existían algunos pequeños me- dios alternativos, se puede decir con toda seguridad que en el Estado espa- ñol la comunicación crítica nace con la crisis. Prueba de ello es que temas de actualidad, como la corrupción en la familia real o los abusos policiales, solo eran tratados con fuerza, conti- nuidad y amplitud en el País Vasco, y a un altísimo coste legal, personal y profesional”. Son muchos los nombres que han salido sobre la mesa entre conversa- ción y conversación con las y los pe- riodistas consultados para la ocasión. Entre los que todavía no han sido citados: la transversalidad feminista de Pikara Magazine, Crític en Cata- luña y Atlántica XXII en Asturias, el rigor especializado de Alternativas Económicas y de Ballena Blanca, la profundidad de 5W, la ironía de Mon- golia… Un listado incompleto al que se puede añadir El Viejo Topo, La Haine, laRepública.es, el proveedor de contenidos Nodo50, Kaosenlared, sinpermiso y un largo etcétera en el que, mientras algunos como Aranza- di piden una radiotelevisión indepen- diente de verdadero servicio público, no puede faltar las voces que trans- miten las radios comunitarias. “Aportamos una mirada crítica, la mirada horizontal de diferentes colec- tivos y personas con relato propio. Y aportamos sobre todo cohesión terri- “Nunca ha habido tantos medios informando desde el enfoque de la comunicación crítica porque nunca ha habido tantos y tantas periodistas convencidos de que es la única vía para devolver el sentido, la credibilidad y el valor a su oficio. Sin embargo, tampoco nunca como hoy el periodismo crítico ha dependido tanto de la capacidad de sacrificio, de la vocación y la precariedad ” torial. La mirada local es muy impor- tante, es la contra-agenda, pero se está perdiendo”, se queja María Limón, que durante cuatro años ha presidi- do la Red de Medios Comunitarios (ReMC). Entre sus reivindicaciones: que se cumpla la Ley General de la Comunicación Audiovisual de 2010, concediéndose las licencias que les corresponden a los medios comuni- tarios. “Siempre van a existir medios de comunicación y periodistas que tra- bajan desde el enfoque de la comu- nicación crítica porque es consustan- cial a la naturaleza humana el querer saber y comprender qué nos ocurre, el porqué y el cómo. El riesgo es que este periodismo se convierta en un bien de lujo para la ciudadanía y en un hobby caro para los periodistas”, apuntala Simón. “Por pequeños que seamos algunos de nosotros, pode- mos ejercer presión hacia el poder”, matiza Bandera.q
  • 21. Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 21 b HEMEROTECA “La comunicación crítica ha sido estos años uno de los motores de Pueblos. Hemos intentado en todo momento analizar las diferentes realidades en su complejidad, contando con distintas voces, huyendo de interpretaciones simplistas y, por supuesto, de las imposiciones de los grupos de poder. También hemos explorado a través de textos, vídeos y programas radiofónicos, jornadas, seminarios y cursos, las posibilidades y retos de la comunicación alternativa en su práctica cotidiana. ” S ilavidaesdelcolordelcristalcon que se mira, ¿de qué color es El País? ¿Y Público, Intereconomía, la COPE? ¿Qué gafas nos ponemos día tras día para enterarnos de lo que pasa en Palestina, en Honduras, en Brasil o en un país del que no habíamos oído nunca hablar? Son preguntas muy bá- sicas para comenzar a pensar en comu- nicación, libertad de prensa y derechos humanos. Quizás por ser tan básicas nos olvidamos de ellas en numerosas ocasiones y quizás por eso también volvemos a recuperarlas cuando la realidad nos da una buena sacudida.q R eflejar la percepción del mundo que desean los grupos de poder es el objetivo de los medios de comunicación hegemónicos, como apuntaban en 1988 Noam Chomsky y Edward S. Herman en ‘Los guardia- nes de la libertad’. Los grandes me- dios de comunicación del Estado es- pañol son corporaciones gigantes que mantienen sus estructuras ejecutivas a costa no ya de depender de la publici- dad o los créditos, sino de haber sido absorbidos por el poder financiero. No nos puede extrañar, por tanto, que estos medios no informen como debe- rían sobre la estafa de las preferentes, los desahucios o los rescates a las en- tidades bancarias. Ni sobre Ucrania, Siria, Palestina, Cuba, Venezuela… y un inmenso etcétera.q Pueblos 61, segundo trimestre de 2014, Monográfico “Comunicación, poder y democracia” Comunicación, conflictos y derechos humanos: una experiencia desde la educomunicación “Esquivar la propaganda. El poder de los medios, los medios del poder” “Vamos a contar verdades” Andrea Gago Menor. Pueblos 45, enero de 2011. Guion: Emilia Arias. Realización: Gorka Nalda, Trufó Comunicación. Vídeo de 13 minutos. Marzo de 2014. Castellano y subtítulos en euskera. 2014. Guion, edición, locución y producción: Gorka Andraka. Locución: Ane Garay Zarraga y Maider Iriarte. Colaboradoras: Emilia Laura Arias y Andrea Gago Menor. Esta serie radial está formada por tres capítulos de 25 minutos: “La propa- ganda de los medios, los medios de la propaganda”, “Periodistas, a pesar de todo”, “La palabra ciudadana y sus altavoces”. Incluye reflexiones de Teresa Aranguren, Magda Bandera, Mayeb Dibsi, June Fernández, Greta Frankenfeld, Dídac P. Lagarriga, José Manzaneda y Clara Valverde.
  • 22. 22 n 2018 n ¡Hasta siempre!b PUEBLOS n Información y Debate HEMEROTECA b U n halo de esperanza. Un mo- mento de fuerza y de unión, de no sentirnos solos en nuestras demandas. La manifestación que lle- nó las calles de Valencia tras el anun- ciado cierre de la Radio Televisión Valenciana conmocionó e indignó a muchas personas que entendieron la importante desposesión a la que nos están sometiendo en nombre de la austeridad. En Valencia, así como en Grecia y otras partes de la vieja Eu- ropa, hemos pasado de avanzar en el camino del progreso social a construir una profunda barricada que contenga el ataque sistemático a nuestro siste- ma de bienestar y de derechos. Y uno de ellos, es, indiscutiblemente, el de- recho a la comunicación y la informa- ción de la ciudadanía.q L a propiedad de los medios es una clave fundamental para entender por qué estos abordan (o dejan de abordar) determinados asuntos. Por ejemplo, por qué durante tanto tiempo alabaron la figura del ex presi- dente colombiano Uribe Vélez como “campeón de la democracia”, ningu- neando las sistemáticas violaciones de derechos humanos en el país; y por qué en el caso de Cuba el punto de vista es exactamente el contrario. De África, por otro lado, no nos llega mucho más que información sobre ca- tástrofes, masacres y epidemias; o la otra vertiente, la exótica: tradiciones peculiares, fauna y paisajes impresio- nantes. q K omunikARI es la persona que comunica, así como la persona que tiene la capacidad de comu- nicar y, al mismo tiempo, de actuar. Desde Pueblos, PcD y On:Giz Elkar- tea acompañamos de 2015 a 2017 un proceso de formación y debate con movimientos sociales, medios libres y la comunidad universitaria de la UPV/EHU. Durante este proceso de debate y formación, llevado a cabo sobre todo en Gipuzkoa, se han creado también varios vídeos (como Tú sí que luchas. Euskal Herria militante y Vísteme) y una serie radial realizada con las radios libres Antxeta, Ttan Ttakun y Oiartzun.q L os medios de comunicación alternativa, las sinergias entre ellos, sus formas de financiación y el feminismo se plantean como un desafío en el Estado español y en varios países latinoamericanos en los que la prensa hege- mónica concentra la voz de las corporaciones y los gobiernos, invisibilizando vivencias, luchas, problemáticas y experiencias de los pueblos. La Semana de la Comunicación Alternativa, que se desarrolló del 23 al 29 de octubre en el País Vasco, ha abordado estas cuestiones desde diversos talleres e intercambio de experiencias de compañeros y compañeras provenientes de Venezuela, Colombia, México, El Salvador y Argentina, y del Estado español, de Euskal Herria, Madrid y Extremadura.q Seminario “Comunicación, poderes y democracia” Proceso KomunikARI! Semana de la comunicación alternativa (Bilbao-Donostia-Gernika, octubre de 2017) La comunicación como eje de transformación social, desde la experiencia del Foro Andaluz de Comunicación Del 21 al 23 de octubre de 2014. Javier Díaz Muriana. Pueblos 60, primer trimestre de 2014. Alba Onrubia García. Hazeina Rodríguez. Alba Onrubia García.
  • 23. Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 23 b COMUNICACIÓN CRÍTICA Pedro Ramiro y Erika González* Las grandes corporaciones tienen siempre muy presente la tarea de construir un discurso dirigido a la opinión pública. La elaboración y divulgación de un relato que legitime sus actividades es un elemento central para el sostenimiento de un estado de opinión favorable a su papel en el modelo socioeconómico, que las presente como el agente fundamental del “desarrollo”. Y eso viene no solo de la mano de las campañas de publicidad y marketing, sino también a través de una multitud de lobbies y think tanks que ponen todos sus esfuerzos en la difusión de una narrativa que valide socialmente sus objetivos de negocio. Desmontando el storytelling de las grandes empresas: confrontar el relato... y la práctica nal privilegiado para la construcción ideológica de la sociedad de consumo. Así, a pesar de que el capitalismo glo- bal está llegando a sus propios límites (económicos, sociales y ambientales), la publicidad contribuye a consolidar las ideas de que el crecimiento econó- mico puede ser infinito y de que las necesidades humanas se satisfacen mediante la libertad de mercado. Además, para contrarrestar las crí- ticas a la extensión de la pobreza y el aumento de las desigualdades como resultado del avance de la globaliza- ción neoliberal, las grandes corpora- ciones disponen de numerosos cen- tros de pensamiento especializados. Basta observar todas las escuelas de negocios, másteres de administración de empresas, centros de estudios y departamentos académicos que se dedican a producir informes e inves- tigaciones revestidos de un formato técnico y un aura de “neutralidad”, con los que no pueda cuestionarse la centralidad de las transnacionales en la economía global. En el caso de los tratados de “libre comercio” y las inversiones extranje- ras, por poner un ejemplo, se basan D esde los años noventa, las em- presas transnacionales se fue- ron desligando de los procesos de producción. Para ello, externali- zaron sus operaciones a otros países y subcontrataron a terceras empresas las siempre necesarias pero a la vez costosas tareas de fabricación, monta- je y transporte, pasando a centrarse en la distribución y en la construcción de una imagen de marca. La era No logo1 daba inicio cuando “las sedes cen- trales de las empresas tienen libertad para dedicarse al verdadero negocio: crear una mitología corporativa lo su- ficientemente poderosa como para in- fundir significado a estos objetos bru- tos imponiéndoles su nombre”. Desde entonces sabemos que Swatch no ven- de relojes, sino tiempo; Coca-Cola no nos ofrece un refresco, proporciona la felicidad; Apple no comercializa mó- viles ni ordenadores, te da la posibili- dad de ser cool; BMW no te vende un coche, sino la idea misma de libertad. Más allá de su función primitiva, que era básicamente informar sobre las características de los objetos y productos, la comunicación publi- citaria se ha constituido como el ca- en mostrar una batería de datos para avalar sus supuestas ventajas sociales, laborales y económicas. Según un in- forme2 del Instituto de Estudios Eco- nómicos que cuenta con el patrocinio de la CEOE y la Cámara de Comer- cio, si se reactivara la firma del trata- do comercial entre la Unión Europea y EEUU se supone que solo en Espa- ña llegarían a generarse hasta 335.000 nuevos empleos en los cinco primeros años de entrada en vigor del acuerdo. El éxito de este discurso se enmar- ca en un panorama mediático global en el que los grandes emporios de la comunicación están fuertemente con- trolados por las transnacionales; ya sea por la financiación a través de las inserciones publicitarias, ya forman- do parte de su accionariado. El grupo Prisa es un caso paradigmático. Te- niendo en cuenta que el Santander es uno de sus principales accionistas, no resulta sorprendente que los medios de este conglomerado empresarial pu- bliquen con grandes titulares las de- claraciones de los máximos mandata- rios del banco sobre “la recuperación de la economía” a la vez que omiten la información sobre el acuerdo de la
  • 24. COMUNICACIÓN CRÍTICA b 24 n 2018 n¡Hasta siempre! b PUEBLOS n Información y Debate “Las grandes corporaciones y las instituciones que las apoyan han recurrido a la conocida idea de que resulta ‘más fácil imaginar el fin del mundo que el fin de capitalismo’ ” Mª José Comendeiro. familia Botín con Hacienda para regu- larizar sus cuentas en Suiza. También es destacable la presen- cia de estos discursos en el ámbito educativo. En un contexto de conti- nuos recortes a los presupuestos uni- versitarios, la financiación de cátedras y departamentos a través de alianzas público-privadas dinamizadas por grandes empresas hace que las líneas de investigación y la propia docencia estén condicionadas por los intereses corporativos. En esa línea, el conve- nio con las 1.400 instituciones univer- sitarias de Europa y América Latina que conforman la red Universia es la vía elegida por el Banco Santander para convertir a miles de estudiantes en sus clientes y asegurarse una im- portante cuota de mercado. Igualmen- te, en la educación primaria y secun- daria, el BBVA viene desarrollando desde hace una década su iniciativa Valores de futuro para fomentar su particular visión de lo que ha de ser la “educación financiera” en cientos de colegios e institutos. Estrategias corporativas La fortaleza del poder cultural que tie- nen las grandes empresas para legiti- marse social y políticamente se ha ido construyendo a partir de una batería de estrategias3 . Todas ellas son comple- mentarias y tienen un mismo objetivo: reposicionar continuamente su imagen de marca y reputación corporativa. Negar el problema ha sido, desde los inicios del capitalismo industrial, la primera de las estrategias empresa- riales para enfrentar las críticas en su contra. En el caso del calentamiento global, aunque ahora eso pueda pare- cer que sucedió hace mucho tiempo, la realidad es que las compañías mul- tinacionales han estado negando la existencia de la influencia humana en el cambio climático hasta hace apenas unos años. Junto a ello, las grandes corpo- raciones recurren habitualmente a procesos de “lavado de cara”. Po- siblemente el más conocido sea el greenwashing, el marketing empre- sarial que tiene que ver con aspec- tos medioambientales. Sin embargo, estos no han tenido prácticamente ninguna traducción en cambios efec- tivos en el modus operandi de estas compañías. Se trata fundamentalmen- te de una cuestión de comunicación corporativa: un contraataque para re- cuperar la imagen y reputación ante los escándalos financieros, desastres ambientales y conflictos laborales en los que muchas transnacionales se han visto implicadas. Otra de las estrategias utilizadas por las multinacionales ha sido la de ir generando una extensa producción discursiva que pudiera contrarrestar el creciente rechazo social que ellas han ido generando. Crecimiento, inversión, desarrollo, empleo, riqueza, sostenibi- lidad… son palabras recurrentes en el relato que tratan de construir los think tanks empresariales para avalar las bon- dades del actual modelo socioeconómi- co y minimizar las críticas al mismo. A la vez, las grandes corporacio- nes han ido penetrando en las insti- tuciones internacionales y los orga- nismos multilaterales encargados de marcar la agenda global de desarrollo. Y eso ha tenido lugar tanto a través de la creación de discurso como de la elaboración de normas y políticas. Este proceso de captura corporativa, como se puede comprobar sin ir más lejos en el caso de Naciones Unidas, ha venido siendo una constante desde la década de los noventa. La producción discursiva y la cap- tura corporativa han ido acompañadas de variadas propuestas de soluciones empresariales en el marco del consen- so global sobre el modelo de desarro- llo. Falsas soluciones, en todo caso, porque nunca han puesto en cuestión los mecanismos de apropiación y acu- mulación de riqueza que están en el centro del sistema socioeconómico realmente existente. Digamos que las instituciones que nos gobiernan han optado por seguir avalando la lógi- ca de la autorregulación empresarial antes que por instaurar mecanismos efectivos para obligar a las grandes compañías a respetar la naturaleza y cumplir los derechos humanos.
  • 25. Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 25 b COMUNICACIÓN CRÍTICA Cuando ninguna de las anteriores estrategias, incluida la RSC como una pretendida variable correctora de las malas prácticas de las empresas trans- nacionales, ha resultado exitosa, las grandes corporaciones y las institu- ciones que las apoyan han recurrido a la conocida idea de que resulta “más fácil imaginar el fin del mundo que el fin de capitalismo”. En esta línea, han tratado de situar en una posición sin salida a quienes pretendan poner en duda el discurso dominante. Discurso y confrontación Frente a la idea de “no hay alterna- tivas” que se deriva del storytelling hegemónico, lo cierto es que poco a poco van cristalizando diferentes pa- radigmas alternativos. Estos prefigu- ran otros modelos que desplacen a la ganancia como principio fundamental y sitúen en el centro a la colectividad, la cooperación, la igualdad, la demo- cracia y la sostenibilidad de la vida. De ellos se derivan toda una serie de propuestas de transición hacia econo- mías y sociedades post-capitalistas que están avanzando en paralelo, en- tre la formulación de mecanismos de regulación y la construcción de alter- nativas económicas a la globalización neoliberal. Propuestas que no solo se quedan en el plano teórico sino que se están llevando a la práctica con ex- periencias concretas, con las que de- mostrar la posibilidad de transformar el sistema y de disputar espacios a las grandes compañías aquí y ahora. La comunicación es un ámbito donde los proyectos alternativos, como apunta Gonzalo Fernández4 , “se con- vierten en una poderosa herramienta de transmisión de información, rela- cionamiento y conocimiento que, bajo múltiples vías y formas diferentes, crea realidad, construye relatos sobre lo que nos ocurre”. Propuestas que, como en las legislaciones nacionales que se aprobaron en Argentina (2009) y Boli- via (2011), se dirigen a revertir la ten- dencia de quién y bajo qué premisas se comunica, con el objetivo de hacer de la comunicación un derecho y no una mercancía. En ambos casos se pudo avanzar hacia la distribución equitativa de frecuencias de radio entre el sector privado, público y comunitario/social; la generación de instituciones públi- cas de control de la comunicación y la ruptura del oligopolio comunicativo. En Argentina, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual establecía que una compañía solo podía controlar un máximo 35% del mercado. Eso fue hasta el año 2016, cuando un decreto del nuevo gobierno la invalidó. La construcción de relaciones eco- nómicas basadas en la democracia, la autogestión y el empresariado colectivo rompen con el modelo impuesto por el sistema capitalista.Así, la economía so- cial y solidaria incorpora la dimensión política de transformación social del ca- pitalismo ya que sitúa a las personas, a su trabajo y a la ecología en el núcleo de sus actividades cooperativas. Y ya hay variados ejemplos de redes de empresas (en Madrid tenemos el caso del Merca- do Social) que producen, distribuyen y comercializan bienes y servicios con criterios éticos, democráticos, ecoló- gicos y solidarios. Con el horizonte de mejorar la articulación y la intercoope- ración de las múltiples experiencias de economía solidaria para, a medio plazo, tratar de consolidarse como una alterna- tiva real a las grandes empresas. Sirvan también estos dos ejemplos para resaltar la importancia de la con- frontación como principio de partida a la hora de enfrentar a los grandes po- deres político-económicos. Al hilo de la citada ley argentina, el gobierno de Cristina Fernández se enfrentó al gru- po Clarín; este inició diferentes pro- cesos judiciales y una fuerte campaña mediática que, después de las eleccio- nes y la victoria de Mauricio Macri, le permitieron retomar el control del sec- tor de la comunicación en el país. En el caso de Madrid, las pequeñas empresas y cooperativas de la economía social y solidaria han recibido recientemen- te el ataque de los grandes medios de comunicación y de los partidos de la oposición en el Ayuntamiento, que han tachado de “red clientelar” lo que en realidad es un entramado de relaciones económicas no basadas en el lucro sino en la cooperación. Como dice David Harvey5 , cual- quier intento de transformación real requerirá la confrontación: “El capi- talismo nunca caerá por sí solo. Ha- brá que empujarle. La acumulación de capital nunca cesará. Habrá que detenerla. La clase capitalista nunca entregará voluntariamente su poder. Habrá que desposeerla”. Avanzar en la disputa del relato dominante y en la construcción de propuestas alternati- vas que prefiguren esos otros mundos posibles, al fin y al cabo, pasa por con- frontar las prácticas concretas promo- vidas por las empresas transnaciona- les. Siguiendo al geógrafo británico, convengamos en que “se necesitará un potente movimiento político y un enorme compromiso individual para llevar a cabo esta tarea. Pero seme- jante movimiento no puede funcionar sin una amplia y convincente visión de una alternativa alrededor de la cual pueda confluir una subjetividad políti- ca colectiva”.q *Pedro Ramiro y Erika González son investigadores del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) – Paz con Dignidad. 1 Naomi Klein (2001): No Logo. El poder de las marcas, Barcelona, Paidós, p. 49. 2 M.C. Latorre, H. Yonezawa y J. Zhou (2015): El impacto en la economía española de la firma de la Asociación Transatlántica sobre Comercio e Inversión (TTIP) con EEUU, Instituto de Estudios Económicos, CEOE y la Cámara de Comercio de España. 3 Este epígrafe es un resumen de las estrategias que hemos desarrollado con más detalle en: Pedro Ramiro, “Resis- tencias, regulaciones y alternativas: de las estrategias empresariales a las propuestas de transición”, Lan Harre- manak, nº 33, 2016. 4 Gonzalo Fernández Ortiz de Zarate (2016): Alternativas al poder corporativo. 20 propuestas para una agenda de transición en disputa con las empresas transnacionales, Barcelona, Icaria, p. 221. 5 David Harvey (2014): Diecisiete contradicciones del capital y el fin del neoliberalismo, Madrid, Traficantes de Sue- ños, p. 258.
  • 26. 26 n 2018 n ¡Hasta siempre!b PUEBLOS n Información y Debate HEMEROTECA b E l Delta del río Níger, de donde se extrae la práctica totalidad de los hidrocarburos nigeria- nos, se encuentra sumido en la mi- seria socieconómica, la degradación medioambiental y una violencia estructural derivada, en gran medi- da, de este escenario. El progresivo abandono que ha sufrido la región por parte del Gobierno central en la redistribución de las rentas pe- troleras, así como la conducta de las compañías privadas que operan en la zona, ha encontrado respuesta entre las comunidades locales desde el nacimiento de la industria hidro- carburífera en Nigeria. Estas comu- nidades se han ido organizando en movimientos sociales de variado signo para hacer frente a los impac- tos de las actividades extractivas, y reclamar del Gobierno y las empre- sas transnacionales un trato justo.q L a destrucción progresiva del me- dio ambiente a causa del desarro- llo tecnológico, comercial e indus- trial que está experimentando el planeta ha conducido a una reducción signifi- cativa de las reservas acuíferas a nivel global, así como a la contaminación de océanos, mares y ríos. El agua dejó de ser un bien social para convertirse en un bien comercial con un precio determi- nado y vendido al mejor postor.q E n una reciente conferencia de Felipe González, ex presidente del Gobierno de España, al ser preguntado por la explotación de recursos naturales en África, declaró que “en el Sahara Occidental no hay actividad econó- mica”. Felipe González tenía razón, al menos en parte. Tenía razón en que apenas hay actividad económica porque todos los beneficios de las riquezas del Sahara Occidental van a parar a las arcas del Gobierno de Marruecos, país que ocupa el territorio ilegalmente desde 1975. Aunque hay que decir, en honor a la verdad y en contra de la opinión de González, que el puerto de El Aaiun, capital del Sahara Occidental ocupado, tiene mucha más actividad económica que cualquier otro puerto de Marruecos, debido a la explotación del rico banco de pesca saharaui, cuyos beneficios van también a las arcas marroquíes.q El Salvador: de la falta de derechos y al desempleo Alternativas para disputar el poder, el ser y el saber a las transnacionales La lucha por el agua Lucha de titanes por el control de la tierra en la Amazonía brasileña Sahara Occidental: ¿ética o negocios? Petróleo y pobreza en el Delta del Níger: Una historia de resistencia:Nora Hernández. Pueblos 20, marzo de 2006. Gonzalo Fernández Ortiz de Zárate. Pueblos 66, tercer trimestre de 2015. Decio Machado. Pueblos 27, julio de 2007. Joâo Peres y Moriti Neto. Pueblos 75, cuarto trimestre de 2017. Javier García Lachica. Pueblos 40, diciembre de 2009. Aloia Álvarez Feáns. Pueblos 40, diciembre de 2009. Paula Cabildo. Paula Cabildo. Fotografía: Rhys Tom. Ecologistas en Acción. Virginia Pedrero. Fotografía:TabithaRoss.
  • 27. Información y Debate n PUEBLOS b ¡Hasta siempre! n 2018 n 27 b HEMEROTECA C on el objetivo de profundizar en cómo los medios in- formaron sobre la crisis del 2008 y la crisis de los medios de comunicación en Euskal Herria, Paz con Dignidad y la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comu- nicación de la UPV/EHU organizamos este seminario, en el que colaboraron otros colectivos como Cubainformación y Tas – Tas Irrati Librea 97FM.q ¿Q ué tienen que ver las cor- poraciones transnacionales con las desigualdades de género? ¿Tienen las actividades de las multinacionales consecuencias específicas sobre las mujeres? Yen- do más allá de las campañas de mar- keting y de la imagen edulcorada que nos transmiten las grandes mar- cas, ¿existen otras realidades que no aparecen en los medios de comuni- cación masivos? Tomando algunos casos de empresas españolas a modo de ejemplo, trataremos en este artí- culo de dar visibilidad a un hecho poco difundido: cómo la expansión global de las compañías multinacio- nales ha repercutido de forma muy negativa sobre las mujeres.q L as principales corporaciones turísticas españolas se vin- culan a las islas Baleares. Su expansión internacional se ha diri- gido preferentemente al Caribe y Centroamérica con el auge del neo- liberalismo durante el último cuarto de siglo. Su know how corporativo incluye la extracción del máximo lucro a partir de la explotación de la naturaleza y poblaciones locales, con la connivencia de los estados.q Seminario “La comunicación de la crisis. La crisis de la comunicación” Multinacionales, impactos y desigualdades de género “Lucrarse con el indio”. Acumulación por desposesión del capital balear en Centroamérica y el Caribe ¿Cómo enfrentar a las multinacionales desde la comunicación alternativa? 3 de diciembre de 2012. Erika González y Pedro Ramiro. Pueblos 55, primer trimestre de 2013. Macià Blázquez Salom. Pueblos 41, marzo de 2010. Octubre de 2017. Taller impartido en el marco de la Semana de la Comunicación Alternativa por Gorka Martija, investigador de Observatorio del Multinacionales en América Latina (OMAL)-Paz con Dignidad, y María Montiel, de Colombia Informa. AGM. AGM. Alba Onrubia. Mª José Comendeiro.