"Cien Días vistos por Cinep n.° 93: el campo de la paz"
Mujeres campesinas se harán escuchar en congreso del mst
1. Mujeres campesinas se harán escuchar en congreso del MST
Por una reforma agraria que respete los derechos femeninos
CIMACFoto | Imagen retomada del portal
palabrademujer.wordpress.com
Por: Vera-Cruz Montoto y Berta Malvárez Diez*
Cimacnoticias | Buenos Aires.- 14/01/2014
Con motivo de la celebración del VI Congreso Nacional del
Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), que tendrá
lugar en febrero próximo en Brasilia, Kelli Mafort viajó a los Estados
español y francés para reunirse con diferentes colectivos sociales,
sindicatos y partidos políticos.
Mafort, integrante de la dirección nacional del MST y coordinadora
nacional de género, nos habla sobre la reforma agraria, el feminismo
en el MST o las recientes protestas en su país.
–ANRed (AR): El VI Congreso del MST lleva por lema “¡Luchar,
reforma agraria popular!”. ¿Cómo ha cambiado la situación del campo
los últimos años y cómo lo aborda el MST?
–Kelli Mafort (KM): Bien, cuando el MST comenzó la lucha por la
tierra, teníamos un mensaje claro de ocupar tierras improductivas
para ponerlas a producir.
“En los últimos 15 años se ha dado un proceso de cambio por el cual
Brasil se incorpora al proceso neoliberal, las tierras pasan a formar
parte del agronegocio y la producción de mercancías para exportación
se convierte en elemento básico de la economía brasileña.
“Al no existir ya ese contingente de áreas improductivas, el gobierno
2. e incluso intelectuales de izquierda sostienen que la reforma agraria
es una demanda atrasada y ya superada.
“Al mismo tiempo, la población rural en Brasil es sólo un 14 por
ciento del total, un campo sin gente. De modo que debemos
conseguir que las personas urbanas se involucren también en la
defensa de la tierra.
“Desde el MST fomentamos que las personas trabajen en la
agricultura familiar pero, en los lugares donde no es posible ponemos
en marcha puntos de venta directo en los asentamientos para que las
personas de las ciudades cercanas puedan abastecerse. Y que esto
nos permita, además, repensar las relaciones urbano-rurales en la
lucha por la reforma agraria”.
–AR: Continuando con la defensa de la tierra, no sé si has oído hablar
de la conocida como “Ley Montoro” que va a eliminar entidades
locales menores y traerá como consecuencia que bienes comunes
puedan ponerse a la venta.
–KM: Me parece algo terrible de lo que no, no había oído hablar. Sin
embargo,
esa
situación
me
recuerda
al
proceso
de
consolidación/emancipación de asentamientos, que el gobierno de
Dilma (Roussef) está acelerando.
“Muy resumidamente, consiste en cambiar la figura legal de las
tierras, de modo que puedan ponerse a la venta, algo hasta ahora no
permitido. En un Brasil con casi pleno empleo, con incentivos muy
escasos para el campo, que las tierras de las personas asentadas por
el MST pasen a ser propiedades y puedan venderse, puede suponer
una nueva concentración de tierras en manos de las grandes
empresas trasnacionales”.
–AR: ¿Cuál es el papel de las mujeres del MST en la lucha por la
reforma agraria y contra esas trasnacionales?
–KM: Al comienzo del Movimiento, eran los hombres los que estaban
vinculados a las cuestiones productivas y dominaba la idea de
constituir grandes cooperativas agrarias que compitieran contra los
grandes latifundistas y la industria agroalimentaria. Pero este modelo
trajo endeudamiento para las familias, alta dependencia de insumos
y, en fin, la inviabilidad de la vida en el campo.
“Es ahí cuando las mujeres del MST hablan de las contradicciones de
esa matriz productiva masculinizada y afirman que es el momento de
3. una agricultura diversificada que luche por la soberanía alimentaria
de los pueblos.
“Para conseguirlo, es necesario luchar contra el agronegocio, y eso es
lo que proponemos desde el „feminismo campesino popular‟ de la Vía
Campesina, una combinación de feminismo y lucha contra el capital.
Para visibilizar todo esto, desde 2006 las acciones del 8 de marzo del
MST se centran en la lucha contra las transnacionales”.
–AR: ¿Cuáles son los factores concretos dentro del MST que hacen
necesaria la organización de las mujeres (más allá de los factores que
hacen necesaria esa lucha en cualquier ámbito de la sociedad)?
–KM: Las mujeres del MST trabajamos en organizaciones de mujeres
desde el comienzo del movimiento. Lo que vemos es que, durante la
conquista por la tierra, en los campamentos, vivimos en condiciones
bastante equitativas con los hombres; mientras el objetivo es
conseguir la tierra, es la comunidad la que está en el centro de la
organización.
“Sin embargo, cuando las personas pasan a estar asentadas, es la
familia heteropatriarcal la que sustituye a la comunidad y,
paradójicamente, la consecución de las tierras implica un
empeoramiento de las condiciones de vida y de los derechos de las
mujeres.
“A partir del año 2000 vemos que es necesario constituir el sector de
género, no para sustituir a las organizaciones de mujeres, sino como
espacio de empoderamiento, incluso para conspirar y llevar después
los debates sobre género a los espacios mixtos del MST.
“Hasta ahora, hemos conseguido que la paridad sea un hecho en
todos los órganos de decisión y en el VI Congreso el debate sobre
género tendrá un lugar dentro de los debates sobre el Movimiento y
no sólo como una cuestión específica de las mujeres.
“No obstante, esa participación no es efectiva porque las condiciones
para que las mujeres participen no son equitativas. De manera que
podemos decir que ha habido muchas conquistas, pero que las
mujeres tenemos aún mucho que luchar dentro del MST”.
–AR: ¿Cómo valora el MST las recientes protestas en Brasil?
–KM: La verdad es que las protestas fueron una sorpresa, nadie
esperaba movilizaciones una vez comenzada la Copa Confederaciones
y, menos aún, que estuviesen protagonizadas por gente joven.
4. “Muchas organizaciones de izquierda, en un tono soberbio,
despreciaron las protestas calificándolas de despolitizadas. El MST se
pregunta cómo estas organizaciones, que han abandonado el proceso
de formación política de la población, pueden pretender después que
las protestas las protagonicen personas muy formadas políticamente.
“En cualquier caso, para el MST fue y es un motivo de alegría. Han
sido movilizaciones importantísimas no sólo en las grandes ciudades,
sino en el interior del país, donde hacía años que no se producía un
fenómeno como éste.
“Para el MST es positivo también porque, cuando disminuyó la
intensidad de las protestas, la gente buscó cómo continuar luchando
en proyectos concretos y muchas personas se acercaron a nuestros
campamentos y asentamientos para participar y apoyarnos”.
*Este
artículo
fue
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tomado
del
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