Tara Tabassi (Liga de Resistentes a la Guerra) y Andrew Dey (Internacional de Resistentes a la Guerra)
“Si uno ve a la policía como lo que es – una serie de prácticas facultadas por el Estado para hacer cumplir la ley y mantener el control social y la hegemonía a través del uso de la fuerza – tal vez le sea más fácil reconocer que el objetivo quizás no debería ser mejorar la labor de la policía sino reducir su papel en nuestras vidas”
1. La militarización policial es global
17 Mar 2016 — Andrew
Members of Indonesia's "Combat 88" militarised police unit
Tara Tabassi (Liga de Resistentes a la Guerra) y Andrew Dey
(Internacional de Resistentes a la Guerra)
“Si uno ve a la policía como lo que es – una serie de prácticas
facultadas por el Estado para hacer cumplir la ley y mantener el
control social y la hegemonía a través del uso de la fuerza – tal vez le
sea más fácil reconocer que el objetivo quizás no debería ser mejorar
la labor de la policía sino reducir su papel en nuestras vidas”
Rachel Herzing, Oakland, U.S.
Introducción
Como activistas antimilitaristas estamos bien posicionados para ver el
poder que ejerce la policía en industrias de armamento y agendas
militaristas tan amplias. La comprensión de este poder policial en los
distintos contextos del mundo es clave para que los activistas que
luchan contra la militarización puedan mantener el control sobre el
poder policial en nuestras comunidades. Las fuerzas policiales suelen
actuar para mantener una distribución del poder statu quo injusta en
la sociedad y tienden hacia enfoques hegemónicos donde unos tienen
el poder sobre otros, en especial cuando la percepción de amenaza es
alta – la policía es una forma de control social y la militarización
aumenta su poder. La militarización significa fusiles, tanques armados
y drones, pero también es un estado de ánimo. Las mentalidades
2. militarizadas han impregnado muchas fuerzas policiales y han
aumentado radicalmente la fuerza de la violencia policial contra
nuestras comunidades.
Este artículo proporciona ejemplos de cómo las fuerzas policiales en
todo el mundo están atravesando un proceso de militarización. ¿Qué
es la militarización policial? Militarizarse es tanto un proceso social y
psicológico como lo es técnico – una visión militarizada considera los
cambios una amenaza y cree que la violencia (a menudo extrema) es
una manera primordial de luchar contra esa amenaza (percibida).
Ejemplos de esto son el discurso de “lucha contra el terrorismo” y la
“guerra contra las drogas”, que en varios contextos han llevado a los
ciudadanos de un estado a ser tratados prácticamente igual que un
enemigo militar externo; la línea que separa los papeles de la policía
y del ejército no está clara. Una mentalidad militarizada quiere decir
que:
la escalada de violencia siempre está disponible como solución;
las fuerzas policiales se basan sobre el control, el uso o la amenaza
del uso de la fuerza y la cultura del miedo;
las minorías étnicas y pobres de un país o los activistas políticos son
enemigos y deshumanizados;
la policía es extremadamente disciplinada, está completamente
jerarquizada, tiene anonimato y una hipermasculinidad patriótica.
Para alimentar este proceso, las empresas de fabricación de armas
están desarrollando nuevo armamento y enfoques comerciales. En la
actualidad existen varias exposiciones comerciales enfocadas a unir a
la industria armamentística con las fuerzas policiales y de seguridad.
Al igual que los puntos de venta, las empresas son internacionales,
algo que se refleja en nuestro movimiento de resistencia. Tras la
ocupación militar de las comunidades negras de Ferguson en EEUU en
2014, cientos de palestinos apoyaron a activistas estadounidenses a
través de las redes sociales aconsejando cómo podían aliviar los
efectos del gas lacrimógeno y en la identificación de las empresas de
fabricación de este gas.
3. US police
A medida que aumenta la presión que ejercen el cambio climático, la
desigualdad económica, el crecimiento demográfico y los conflictos
por los recursos sobre las poblaciones, es fácil ver cómo los estados
tienden cada vez más a militarizar sus fuerzas policiales como
“respuesta” a esta presión, y lo hacen a través de la militarización de
las fuerzas policiales domésticas, las fuerzas paramilitares, la guardia
nacional, las patrullas fronterizas o las instituciones encargadas de los
planes en casos de emergencia. A medida que nuestros movimientos
para exigir justicia económica, racial y de género se van organizando,
iremos viendo la constante militarización de la policía en la primera
fila de las manifestaciones en su intento de reprimir y controlar el
poder del pueblo.
En la superficie (y en las calles) esta militarización se ve en el uso de
armamento más pesado y de una violencia más extrema. Los equipos
y armamentos que utilizan las fuerzas policiales son un indicador de
unos patrones y prácticas mucho más profundas de la represión
estatal y el mantenimiento de las jerarquías sociales a través de la
fuerza bruta. Como organizadores, que a menudo nos enfrentamos a
la militarización policial contra nuestras acciones y revueltas
noviolentas, invitamos a los activistas de todo el mundo a que se
pregunten por qué la policía forma parte de nuestras vidas, qué ideas
4. de seguridad han creado nuestras sociedades para defender y
mantener las instituciones policiales, y a compartir qué alternativas a
la vigilancia y acción policial estamos llevando a cabo, como la
reducción de la tensión en ciertas situaciones, la transformación de la
violencia, la creación de un tejido social por parte de nuestras
comunidades para mantenernos a salvo.
Estados Unidos
La militarización en los Estados Unidos no se puede separar de la
brutalidad diaria de la policía comunitaria en barrios de todo el país
que dañan y violan con impunidad y de manera regular y
desproporcionada a las comunidades de color. Los departamentos
policiales mantienen las injusticias arraigadas en la fábrica racista
que es la sociedad estadounidense. Por ejemplo, una persona negra
es asesinada cada 28 horas por alguien que trabaja o que es
protegido por la policía; las personas trans o no conformes con el
género son mucho más propensas a sufrir la violencia policial que
otras personas; hay unidades de policía enteras que se dedican a la
vigilancia de musulmanes. Estas injusticias dependen del clima de
miedo, donde las emergencias siempre son inminentes, causadas por
el racismo contra los negros, los inmigrantes y los musulmanes, por
la normatividad de género obligatoria, la criminalización y la reacción
policial a las luchas por la libertad, y la respuesta siempre debe incluir
tanques SWAT (Armas y Tácticas Especiales, en sus siglas en inglés),
gas lacrimógeno y rifles de asalto.
Mientras que la militarización de la policía como industria y como
resultado de la fusión de la policía nacional estadounidense con el
complejo militar internacionalizado de los EEUU lleva existiendo
décadas (algunos incluso argumentarán que puesto que la policía en
EEUU fue creada para “cazar” a las personas esclavizadas que
escapaban, la policía siempre ha sido un ejército), el fenómeno de la
militarización policial como parte de la guerra contra el terrorismo es
un fenómeno y una industria bastante nueva. Según el catedrático
Pete Kraska de la Escuela de Estudios de Justicia de la Eastern
Kentucky University, en 2015 hubo 50.000 redadas por parte de los
equipos de SWAT; los equipos SWAT se visten con uniforme militar y
utilizan armas militares, asaltan hogares y entran por la fuerza, a
menudo lanzando antes granadas. Esto se calcula serían unas 137
redadas al día en todo el país. Según ha ido aumentando el número
de equipos SWAT a nivel nacional, también lo han hecho las redadas.
La militarización policial es un proceso directamente financiado por el
gobierno federal y los departamentos militares. Por ejemplo, la
Iniciativa de seguridad en las zonas urbanas (UASI, por sus siglas en
inglés), un programa de subvención federal del Departamento de
Seguridad Nacional (DHS) de casi 600 millones de dólares,
5. proporciona financiación a ciudades de todos los EEUU para
entrenamientos y exposiciones de armas (como el Urban Shield),
pero también para que los departamentos policiales obtengan
juguetes de guerra, como las cámaras de vigilancia de Chicago, los
tanques BearCat en Frago, Dakota del Norte y Keene o los coches
blindados en New Hampshire y Long Beach.
Israel/Palestina
Un tercio de las fuerzas policiales en Israel son MAGAV (“Policía
Fronteriza”). Esta unidad recluta a través del servicio militar y forma
parte tanto del ejército israelí como de la policía de Israel. Mientras
que el nombre “Policía Fronteriza” indica que se encarga sobre todo
de asegurar las fronteras, en realidad MAGAV se encarga sobre todo
de las fronteras entre poblaciones, entre judíos israelíes y palestinos,
y también ayuda a la policía antidisturbios en el “control de
manifestaciones”, por lo tanto difuminando las líneas que separan la
“lucha contra el terrorismo” y “el control de manifestaciones”. MAGAV
dibuja la línea que separa ambos conceptos en función del grupo
étnico al que pertenecen en lugar de la acción en sí.
Puesto que el ejército israelí no está luchando contra un ejército
palestino formal, en realidad la policía y ejército israelíes hacen lo
mismo, controlar a la población civil en nombre de la “seguridad”. La
diferencia principal es la situación jurídica de la población objetivo y
si actúan en función del régimen militar en Cisjordania o según el
control estatal en Israel. MAGAV ha llevado a cabo redadas en
pueblos no reconocidos como Al-Arakib, que se encuentra dentro de
las fronteras israelíes de 1967, de un modo similar a las redadas del
ejército en Cisjordania. La ley prohíbe a la policía el uso de munición
real y balas de goma utilizadas por el ejército, sin embargo, la policía
sí que utiliza armas tales como el gas lacrimógeno, el líquido pútrido
mofeta y balas de espuma, a menudo utilizadas por el ejército en
Cisjordania, para dispersar manifestaciones también dentro de la
Línea Verde. Estas acciones se observan sobre todo en Jerusalén
oriental, en manifestaciones de minorías como los ultra ortodoxos,
judíos israelíes de origen etíope, y claro está, en las de los
ciudadanos palestinos de Israel.
Reino Unido
A raíz de los atentados de Londres del 27-J, de ‘las revueltas de
Londres’ en 2013 y de los atentados de Daesh en París en 2015, ha
aumentado el número de peticiones para que la policía en el Reino
Unido lleve armas de fuego, y para que los agentes de policía sean
entrenados en el uso de pistolas eléctricas. Son las comunidades
políticamente marginadas las más propensas a sentir el impacto de la
violencia policial, tal y como describe Betsy Barkas en una edición
anterior de la revista El Fusil Roto de la IRG, “las comunidades negra
6. y emigrante del Reino Unido siempre han sufrido de manera
desproporcionada la actuación policial… existe una larga y vergonzosa
historia del uso de la fuerza letal por parte de los agentes de policía
del Reino Unido.”
Recientemente se han llevado a cabo varios ejercicios de
entrenamiento para agentes de policía de alto perfil, con el objetivo
de poner a prueba su respuesta en el caso de un atentado terrorista
“merodeador” extremadamente violento. Dichos entrenamientos han
sido divulgados continuamente por la prensa.
El Reino Unido también celebra la feria anual de “Seguridad y
Vigilancia”. Según la Campaña Contra el Comercio de Armas, la feria
es un evento anual secreto organizado por el Ministerio de Interior y
la entidad comercial de la industria armamentista, Air Defense
Security Space (ADS).” Los organizadores promueven la seguridad y
la vigilancia como “el principal evento de seguridad y cuerpos de
seguridad del Reino Unido”. La feria recibe a empresas como BAE
Systems, Heckler and Koch, el Grupo Gamma y The Hacking Team,
que promocionan sus productos a 66 países, incluyendo aquellos que
cometen abusos contra los derechos humanos.
Turquía
Turquía tiene una historia de dictadura militar y las fuerzas policiales
forman parte de esta historia. El Özel Harekat Timleri (o ‘Equipo de
Operaciones Especiales’) fue creado en los años 80 por el gobierno
militar y continúa en activo. Es un equipo fuertemente armado, que
trabaja en estrecha colaboración con el ejército y se les ha otorgado
amplios poderes en un reciente proyecto de ley sobre seguridad,
incluyendo cacheos al desnudo y registro de automóviles, llevar a
cabo detenciones (anteriormente sólo la judicatura tenía este poder),
más autonomía en el uso de armas de fuego y aumentar el tiempo
que la policía puede realizar escuchas telefónicas sin el permiso de un
juez. Tras un atentado con bomba en Ankara en octubre de 2015, el
más mortífero en la historia de Turquía, la policía utilizó gas
lacrimógeno para evitar que los políticos pro-kurdos y personas en
duelo dejasen flores en el lugar del atentado.
Sudáfrica
Tras el final del Apartheid en 1994 hubo intentos de ‘desmilitarizar’ a
la policía. Durante los años del Apartheid tanto la policía como el
ejército eran utilizados para mantener el statu quo opresivo y la
policía tenía amplios poderes. Durante la transición del Apartheid se
introdujeron nuevos rangos para ‘desmilitarizar’ a la policía, y se
volvió a entrenar a sus agentes para ‘manejar’ en lugar de ‘controlar’
a las multitudes. Sin embargo, con las altas tasas de criminalidad,
están aumentando las llamadas a un aumento de las capacidades de
7. la policía, y a que hagan frente a la delincuencia con ‘mano de hierro’.
Los rangos militares fueron reintroducidos en la policía en 2010 y el
Servicio de Policía de Sudáfrica ha sido entrenado por la policía
francesa con técnicas que son descritas como ‘paramilitares’ y que se
basan en las demostraciones de fuerza. En otoño de 2012, fuerzas
policiales fuertemente armadas dispararon contra 34 mineros en
huelga en la ya célebre masacre de Marikana. La BBC informó que
ese día entre el armamento a disposición de la policía estaba una
ametralladora de 40mm montada sobre un vehículo.
Chile y Perú
La relación entre la policía, la militarización y las industrias
extractivas fue analizada en detalle en una edición anterior de la
revista ‘El fusil roto’ de la IRG. César Pedilla describía cómo el
rechazo del extractivismo como modelo económico por sectores de la
población está dando lugar a un mayor uso de la policía y el ejército
para imponer un modelo económico fallido en todo el continente
sudamericano. En Chile, por ejemplo, las ‘Fuerzas Especiales’ fueron
enviadas al pueblo de Caiman para romper un bloqueo noviolento de
tres meses en contra del impacto de una mina. De modo similar, la
mina Yanacocha en Perú es famosa por la violencia utilizada por sus
guardas de seguridad privados.
Brazil
En los preparativos de la Copa del Mundo de 2014 y los Juegos
Olímpicos de 2016, el gobierno brasileño ha dependido en gran
medida de armas, entrenamientos y experiencia israelíes para el
aparato de “seguridad” que rodea a estos mega eventos. El comité
olímpico local ha contratado a la empresa israelí International
Security and Defence Systems (ISDS) para coordinar todo el aparato
de seguridad de los juegos con un presupuesto de unos 2,2 millones
de dólares. Aquí se puede ver una crítica detallada contra el contrato.
En 2013 hubo protestas generalizadas en Brasil; “las fuerzas
policiales, mal preparadas y con una respuesta desmesurada,
sorprendieron a los manifestantes, que eran en su mayoría de clase
media. La policía, utilizó armas “no letales” como el gas pimienta y
balas de goma mientras vestían de pies a cabeza con el equipo de
combate como si se tratase de ninjas.” (Fuente: WOLA).
Afganistán
Como parte de la ocupación de Afganistán, tanto el ejército
estadounidense como la policía afgana con el respaldo de EEUU
utilizan a menudo una táctica que se conoce como “redadas
nocturnas” cuyo objetivo son los hogares en plena noche y que llevan
a cabo tropas fuertemente armadas que irrumpen en las casas,
deteniendo, agrediendo, aterrorizando y en ocasiones asesinando a
8. personas. En un informe de 2011, “[Tras haber matado a tiros a su
padre y hermano mayor] Abudullah, en segundo de bachillerato, fue
encapuchado, esposado y llevado a prisión donde fue detenido para
ser interrogado y después puesto en libertad.” A pesar de haber
causado cientos de muertes en los últimos 14 años y de haber
provocado indignación en todo el país, las fuerzas de Operaciones
Especiales de los EEUU continúan realizando estas redadas nocturnas
en hogares que sospechan están asociados a los Talibanes, sin
proceso judicial y con un alto número de víctimas civiles.
Francia y Bélgica
Fuente: http://www.democracynow.org/2015/12/3/state_of_emerge
ncy_in_france_2
Como resultado de los atentados de Daesh en Paris, se llevaron a
cabo 2.200 redadas en toda Francia, además de 330 arrestos
domiciliarios, el cierre de 3 mezquitas y la interrogación de cientos de
personas. Otras tres mezquitas (que ya estaban bajo mayor
vigilancia) fueron arrasadas por las autoridades francesas. En una de
estas redadas un niño de seis años fue herido por la metralla de los
disparos de la policía a través de la puerta. Bajo el estado de
emergencia la policía francesa puede asaltar cualquier casa sin
supervisión judicial. La gran mayoría de aquellos que han sufrido
estas redadas han sido musulmanes.
Los atentados coincidieron con la planificación del COP21, cuando los
representantes de los estados de todo el mundo iban a debatir las
respuestas internacionales al cambio climático. El estado de
emergencia supuso que los activistas que participaban en
manifestaciones pacíficas, noviolentas y legales fueran amenazados
con detenciones masivas y graves consecuencias legales, mientras
que eventos corporativos y mercados navideños fueron autorizados a
continuar.
Burundi
Las protestas masivas de abril de 2015 como resultado de la decisión
del presidente Pierre Nkurunziza de presentarse a un tercer mandato,
dieron lugar a revueltas políticas y matanzas por parte de las fuerzas
de seguridad y los grupos armados de la oposición. La policía hizo uso
de una fuerza excesiva y disparó de manera indiscriminada a los
manifestantes. 20.000 personas huyeron de Burundi por miedo a una
nueva guerra civil. Tras las disputadas elecciones presidenciales de
julio que devolvieron al presidente Nkurunziza al poder, las fuerzas
gubernamentales, grupos armados de la oposición y asaltantes
desconocidos asesinaron a cientos de personas. El gobierno detuvo a
cientos de sospechosos de la oposición, a menudo de manera
9. arbitraria, lanzó una ofensiva contra los activistas de la sociedad civil
y periodistas, y prohibió las manifestaciones.
Fuente: https://www.hrw.org/africa/burundi
México
Aunque la posesión de armas es ilegal para la mayoría de personas
en México, entre 2010 y 2015 (la época más violenta que se recuerda
en el país) el ejército vendió 255.712 armas no-militares de diversos
tipos (pistolas, rifles, escopetas, etc.) a las agencias policiales,
empresas privadas y a la población general, incluyendo deportistas de
tiro, cazadores y para la protección de tierras y hogares. Durante ese
mismo periodo, los ingresos del ejército por estas ventas – a través
de la Dirección para Comercio de Armas y Munición perteneciente a la
Oficina General de la Industria Militar – llegó a los 570 millones de
pesos (unos 34 millones de dólares americanos). Los ingresos de
estas ventas del ejército mexicano aumentaron en más del doble
durante ese periodo, de 58 millones de pesos en 2010 a 127,6
millones en 2014. Más del 98% de las armas vendidas fueron
importadas por el ejército mexicano. Sólo 4.761 fueron fabricadas en
el país y la mayoría fueron importadas de EEUU. La venta de armas a
las agencias policiales estatales muestra que 156.419 fueron
compradas por la policía local, incluyendo 16.759 armas para el
estado de México y 10.846 para Michoacán (la mayoría en 2010).
Fuente: http://afsc.org/story/mexican-military-sold-255712-
weapons-2010-2015
Mexico: Heavily armed federal police
10. Egipto
Fuente: Issa, Ali. “Resistencia y perseverancia: Una entrevista con
Aida Seif al-Dawla del Centro El Nadeem”, The Abolitionist #25,
Invierno de 29016.
Las revueltas de 2011 tenían orígenes anti-policiales debido a la
historia de brutalidad policial en Egipto. El asesinato de Khaled Said
en 2010 y las terribles imágenes de su asesinato así como la
determinación de su familia se volvió viral en las redes sociales,
convirtiéndole en un icono del movimiento contra la tortura y la
policía. Esto, unido a la retirada temporal de la policía de la Plaza
Tahrir en 2011, reforzó el sentimiento de triunfo entre los
manifestantes y así continuó el desafío a la autoridad policial en los
meses que siguieron al derrocamiento de Mubarak. La revuelta de
enero se mantiene como punto de referencia debido al liderazgo de
las mujeres allí presentes y que luego se tuvieron que someter a
pruebas de virginidad, detenciones, difamaciones por parte de los
medios y violaciones organizadas en la Plaza Tahrir y otros puntos de
encuentro. Centros como el de El Nadeem continúan trabajando en la
rehabilitación psicológica de las víctimas de tortura, tanto personas
pobres y marginadas, como activistas políticos. El Nadeem reconoció
que la tortura se realizaba de manera “desenfrenada y con diversos
objetivos más allá de forzar las confesiones – también para inducir
terror, castigar y resaltar el poder policial” y encontró que la tortura
es practicada en las comisarías, prisiones, centros de seguridad,
campus, estaciones de metro y la sede de la seguridad estatal. Como
dijo Aida Seif al-Dawla, “la tortura mantiene el poder de los
gobernantes.” (En la actualidad El Nedeem se enfrenta a una
amenaza de cierre por el gobierno egipcio, pero ¡se compromete a
luchar hasta el final!).
Resumen
A través de ejemplos de todo el mundo hemos visto cómo la línea
que separa a los ejércitos estatales tradicionales de las fuerzas
policiales civiles está difuminada, y cómo las guerras de los estados
están siendo libradas dentro de sus fronteras – a menudo contra sus
propias poblaciones – por las fuerzas policiales. Sin embargo, la
resistencia contra estos procesos también va en aumento – cada vez
que los activistas reivindican sus derechos de reunión y de expresión,
y cuando participan en manifestaciones por el cambio social, que
tanto necesitamos, a pesar del peligro de violencia extrema por parte
de la policía. También están resistiendo estos procesos de
militarización, declarando que no funcionarán. Nos gustaría recibir
información sobre casos de militarización de la policía en otros países,
más detalles sobre sus causas e impacto, e historias de resistencia
contra estos procesos.
11. Publicado en Noticias de los especuladores de la guerra, febrero
2016, No. 49
http://www.wri-irg.org/es/epublish/20