En su día internacional, 5 de septiembre, mujeres indígenas afirman que siguen en lucha contra discriminación
1. En su Día Internacional, 5 de septiembre, mujeres
indígenas afirman que siguen en lucha contra
discriminación
Construyendo la soberanía de nuestra felicidad
Mensaje de Tarcila Rivera Zea, presidenta de CHIRAPAQ
Centro de Culturas Indígenas del Perú, en conmemoración del
Día Internacional de la Mujer Indígena.
La situación de los derechos de las mujeres indígenas en América
Latina se encuentra condicionada por un problema fundamental y
estructural: los pueblos indígenas no somos considerados sujetos de
derechos y esto lo podemos evidenciar en los diferentes procesos de
implementación de los mecanismos de consulta que se están dando
en la región al amparo del Convenio Nro. 169 de la OIT.
Un rápido análisis de este proceso nos muestra que los pueblos
indígenas somos considerados un obstáculo para los modelos de
desarrollo basados en el extractivismo, que se vienen practicando
desde siempre, pero que en las últimas décadas han cobrado un
nuevo impulso que ha encontrado resistencia en los procesos
organizativos y de autoafirmación indígenas.
Ello nos lleva a pensar que se cierra un ciclo y se inicia otro en la
última década como fruto de la incidencia de las organizaciones
indígenas -en especial las mujeres indígenas- en el ámbito
internacional que se traduce en una apropiación de los mecanismos
internacionales a partir de nuestras lógicas, necesidades y
problemática iniciándose procesos de afirmación de derechos.
La situación de los derechos de las mujeres indígenas no puede ser
entendida fuera de este marco, a diferencia de la noción de derechos
2. individuales, los derechos colectivos exigen del entrecruzamiento de
varios factores que dependen unos de otros por ejemplo el de
territorio, lengua y cultura o el de salud, identidad y género etc.
Pese a que la región no ha experimentado dramáticamente los
embates de la crisis económica en sus cifras macroeconómicas, esto
no se ha traducido en la mejora de las condiciones sociales y
económicas de los pueblos indígenas, de cuyos territorios en gran
medida procede la riqueza que está manteniendo las economías de la
región.
La violencia contra la mujer también tiene rostro indígena, y la
invisibilidad es una de sus dimensiones, pues se tiende a abordar la
problemática de la mujer indígena circunscrito a espacios rurales
aislados. Los pueblos indígenas desde siempre hemos demostrado
una alta movilidad geográfica, y en las últimas décadas los cinturones
que se han fortalecido en torno alas grandes urbes son esencialmente
indígenas y son donde se presentan altos índices de criminalidad y
violencia puesta de manifiesto muchas veces en suicidios.
En este sentido la construcción de procesos de ejercicios de derechos
comienza a mediados de la década de los 90´ cuando las mujeres
indígenas y afrodescendientes coincidimos en condenar el racismo y
la discriminación y denunciar las múltiples formas de violencia contra
las mujeres indígenas que no se reducía únicamente al ámbito de los
sexual y lo doméstico, si no que se ramificaba en muchas otras más
que tienen que ver precisamente con nuestra condición de pueblos.
De parte de los Estados e hay avances al haber suscrito tratados y
convenios referidos a los derechos de los pueblos indígenas y al
conformarse dentro de sus respectivos gobiernos diferentes
instancias referidas a mujeres. No obstante, ponemos estos avances
en condicional, pues como vienen mostrando diferentes organismos y
nuestra práctica diaria, la implementación de políticas estructurales
se dan de cara con escases presupuestal, ajustes estructurales de
acuerdo a las agendas de los organismos internacionales y en muchos
casos el ampararse en indicadores macro como sucedió en países
como Perú que llevaron a la esterilización inconsulta de cientos de
mujeres indígenas dentro de las políticas de control natal y de lucha
contra la pobreza, crímenes que aún están pendientes de
juzgamiento en el fuero internacional.
El principal avance en el proceso de ejercicio de nuestros derechos es
una creciente organicidad del movimiento de mujeres indígenas y su
traducción en redes que trascienden lo nacional, configurándose en
diferentes instancias de incidencia y participación en el ámbito
internacional.
3. De esta manera podemos decir que los principales obstáculos se
encuentran al interior de nuestros Estados, principalmente al intentar
transformar las imágenes y estereotipos que pesan sobre los pueblos
indígenas y las mujeres indígenas, el avance de la agroindustria a
costa de nuestros territorios, la erosión de las variedades genéticas
de nuestra biodiversidad por una parte y por otra la presencia de
empresas extractivas que generan violencia, transformación de
patrones culturales, explotación sexual entre otros.
Desde el Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas
ECMIA y el Foro Internacional de Mujeres Indígenas FIMI ha sido
preocupación fundamental el de la violencia y sus ramificaciones.
Entre ellas, la creciente militarización de nuestros territorios; por el
desplazamiento y arrinconamiento interno que sufren nuestras
comunidades ente la implantación de megaproyectos; por los
conflictos armados; por la intolerancia religiosa y política y por el
saqueo de nuestros recursos naturales, conocimientos y saberes.
Las mujeres indígenas venimos construyendo espacios de intercambio
y sanación espiritual y física, recuperando y construyendo nuestro
derecho a la felicidad sin perder de vista que nuestras luchas son las
de nuestros pueblos y la de la sociedad en su conjunto, nada – desde
nuestra concepción- está separado, todo es interdependiente y es por
esta razón que las soluciones parte desde nosotras pero para el
conjunto de toda la humanidad.
En el Día Internacional de la Mujer Indígena
4. Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala -CONAVIGUA-,
Comité de Unidad Campesina –CUC- Coordinadora Nacional Indígena
y Campesina -CONIC-
Nosotras mujeres indígenas y campesinas de la CLOC Vía Campesina
al rememorar esta fecha expresamos:
Hoy miércoles 5 de septiembre se rememora el Día Internacional de
la Mujer Indígena en honor a la lucha de Bartolina Sisa mujer Aymara
que se opuso a la dominación y opresión de los conquistadores.
En Guatemala las mujeres indígenas y campesinas continuamos en
lucha por la triple discriminación que somos víctimas, por nuestro
origen, por nuestro género y por la pobreza que se incrementan en
las comunidades del área rural. Además por la lucha que libramos por
la defensa de la madre tierra y el territorio y por los bienes naturales
que nos rodean se ha incrementado la persecución e intimidación
para nuestros compañeros y compañeras lideresas.
Al mencionar casos concretos de intimidaciones y persecuciones por
la defensa de nuestros derechos individuales y colectivos señalamos
el caso de las hermanas de San Miguel Ixtahuacan San
Marcos Gregoria Crisanta Pérez Bámaca; Patrocina Mejía Pérez;
Catalina Dominga Pérez Hernández; Marta Juliana Pérez Cinto; María
Santa Díaz Domingo; Crisanta Tomasa Yoc Hernández; Crisanta
Hernández Pérez y Olga Bámaca Hernández que han librado una
lucha en contra de la empresa minera Montana Exploradora.
También las hermanas de San Juan Sacatepéquez que se oponen a la
instalación de la cementera en sus territorio y por mencionar otro
caso las hermanas del Norte del Quiche que se oponen a
instalación la hidroeléctrica Palo Viejo.
En la actualidad la lucha y resistencia desde las mujeres continúa, sin
que exista el cumplimiento de parte del gobierno a los derechos de
toda mujer como el derecho a la educación, salud, trabajo con
remuneración que cubra el costo de la canasta básica, tampoco se
cuenta con el derecho a la justicia para las mujeres.
Denunciamos que los entes de gobierno que tienen que velar por los
derechos de las mujeres no cumples con sus obligaciones por los
cuales fueron creados tales como la Defensoría de la Mujer Indígena,
y la Secretaria Presidencial de la Mujer -SEPREM-
A pesar de las realidad que se vive en el país de discriminación, de
pobreza y falta de oportunidades de desarrollo personal y familiar
para las mujeres, en la actualidad cientos de ellas ocupan espacios
de dirección local, regional y nacional esto se da después de un
5. proceso de lucha y resistencia y exigencia de sus derechos como
mujeres, en diferentes comunidades del país mujeres forman parte
de los Consejos Comunitarios de Desarrollo -COCODES-, de las
Juntas Municipales y de otros espacios que son fundamentales para el
desarrollo de las propias comunidades.
Las mujeres estamos presentes en espacios de toma de decisión
locales regionales y nacionales.
Las mujeres siempre hemos aportado en el desarrollo familiar local
regional y nacional y con el fin de continuar la lucha por la
reivindicación de nuestros derechos, desde la CLOC Vía Campesina a
nivel del continente se han lanzado las campañas “Por el Fin de la
Violencia hacia las mujeres del campo y la ciudad” así como la
campaña “por el acceso a la tierra por parte de las mujeres” con ellas
continuaremos recordando a los gobiernos de nuestros países que las
mujeres tienen los mismos derechos y por ello exigimos se respeten.
La falta de acceso uso y tenencia de la tierra por parte de las mujeres
es uno de los derechos que también se viola en el país, debido a que
la poca tierra con que cuentan algunas familias está en manos de los
hombres no así de las mujeres que son quienes también tienen la
capacidad de hacerla producir para alimentar a su familia, a la
comunidad y para el aporte de la economía familiar y de país.
Reconocemos la lucha incansable que las mujeres realizamos para
que en nuestra familia comunidad y país existan condiciones de vida
humanitaria, por ello se hace necesario el fortalecimiento de nuestra
participación sobre las bases de igualdad de oportunidades.
Recordamos al gobierno lo descrito el Acuerdo Sobre Aspectos
Socioeconómicos y Situación Agraria firmado por el gobierno de
Guatemala en 1996 que señala: “Reconocer la igualdad de derechos
de la mujer y del hombre en el hogar, en el trabajo, en la producción
y en la vida social y política y asegurarle las mismas posibilidades que
al hombre, en particular para el acceso al crédito, la adjudicación de
tierras y otros recursos productivos y tecnológicos”.
Las mujeres indígenas y campesinas de la CLOC Vía Campesina en
Guatemala exigimos:
Que la aprobación de urgencia nacional de la iniciativa de Ley
de Desarrollo Rural integral
A los entes que fueron creados a raíz de los Acuerdos de Paz
para velar por los derechos de las Mujeres, que cumplas con
su mandato.
6. ¡Por la dignidad de las mujeres, exigimos derecho a la tierra!
¡Globalicemos la lucha, Globalicemos la esperanza!
Guatemala, 05 de septiembre de 2012
Día internacional de la Mujer Indígena, 05 de septiembre.
Somos Bartolina, somos la Gaitana: Mujeres indígenas
transmisoras de cultura y garantes de la pervivencia de
nuestros pueblos
Por: Consejería de Mujer Familia y Generación. Organización Nacional
Indígena de Colombia (ONIC)
Todas somos Bartolina, su nombre simboliza el de miles de mujeres
indígenas de la Madre Tierra, de Nuestra América, de Colombia; todas
desde nuestros distintos quehaceres luchando, en ocasiones sin
darnos cuenta, por nuestros derechos; todas pariendo procesos,
reivindicaciones, esfuerzos, hijos, hijas; todas transmisoras de
nuestra cultura, garantes de nuestra pervivencia.
Hoy 5 de septiembre, se conmemora el Día Internacional de la Mujer
Indígena, y resulta importante, darle contenido desde nuestros
saberes y realidades para mostrar situaciones que validan nuestras
consuetudinarias exigencias por la salvaguarda de nuestros derechos,
los cuales han sido y aún hoy siguen siendo vulnerados de forma
reiterada y con variadas expresiones, que nos victimizan y nos sitúan
7. en grave riesgo no solo a nosotras como sujeto colectivo mujer, sino
a Pueblos Indígenas enteros, vistos integralmente.
El conflicto armado, el accionar de los actores armados legales e
ilegales, el despojo, la globalización financiera y de las
transnacionales, los megaproyectos, las múltiples formas violencias y
otros muchos factores han materializado para los Pueblos Indígenas
riesgos específicos que se muestran con crudeza en los cuerpos,
mentes y espíritus de las mujeres indígenas, ¿Cómo no alzar nuestras
voces ante la injusticia, la impunidad y la discriminación? ¿Cómo no
reaccionar ante las distintas formas de violencias que nos aquejan?
¿Cómo no seguir movilizándonos desde distintos escenarios para
visibilizar nuestra situación y con ello generar estrategias de
prevención y protección para nosotras y con ello para nuestros
pueblos?
Contundentes son los datos que en materia de desplazamiento
forzado se muestran a 2009; para dicha anualidad se cuentan en
total 37.986 mujeres indígenas en situación de desplazamiento; cifra
que no tiene en cuenta el sub-registro que, por aspectos de diversa
índole (que van desde la no realización de la declaración del hecho,
hasta la carencia de un enfoque diferencial al recepcionar la
declaración), impiden consolidar y mostrar el total de casos
existentes: la cifra a 2012 es mucho más elevada, guardando relación
directa con los niveles de invisibilidad. (Lea Informe Consejería ONIC,
La Violencia Sexual, una estrategia de Guerra)
A este panorama se adicionan, los casos de feminicidios (Lea
comunicado al respecto), al menos uno por mes en lo que va del año;
siendo el más reciente el ocurrido en el Municipio de Pueblo Bello en
donde la víctima fue una niña del pueblo Arhuaco, su cuerpo sin vida
fue encontrado con señales claras de violencia sexual.
Desafortunadamente no se cuenta con cifras exactas que permitan
evidenciar la grave y sistemática situación de violencia sexual, pero
sabemos de los altos niveles de impunidad, que nos permiten que las
mujeres indígenas accedamos efectiva y diferencialmente a la
justicia.
Estas y otras formas de violencias en contra de las mujeres indígenas
afectan de manera individual, a las víctimas; y colectiva, a sus
comunidades, generando impactos graves en la cosmovisión de los
pueblos: la agresión a una mujer, se transforma en una afectación
directa para la totalidad del pueblo al que pertenece.
8. A pesar de lo anterior, las mujeres indígenas hemos seguido
luchando, generando estrategias de resistencias, consolidando
nuestros argumentos, hablando, tejiendo y construyendo desde el
único lenguaje que entendemos como parte de nuestras entrañas: la
paz. Nuestros aportes al movimiento indígena en Colombia y en
Nuestra América han sido determinantes para fortalecer procesos
organizativos fundamentados en la autonomía, el respeto a nuestros
territorios, la unidad de los pueblos, la consolidación de nuestras
culturas y en el reconocimiento de nuestros derechos ancestrales.
Sin lugar a dudas este no ha sido un ejercicio sencillo; plagado de
resistencias y oposiciones, nuestras luchas como mujeres indígenas
se ven abocadas históricamente a la duplicidad de esfuerzos para
enfrentar las diferentes formas de violencia y las vulneraciones de
nuestros derechos individuales y colectivos. Nuestras acciones en lo
privado y en lo público han buscado y buscan consolidar nuestra voz,
nuestras voces, evidenciando que en la polifonía se han consolidado
nuestras posturas colectivas.
Hoy nosotras, mujeres indígenas, reiteramos que somos
indispensables en la consecución de libertades y derechos para todas,
para todos, para nuestros pueblos. De la misma forma que a
Bartolina Sisa, muchas hermanas han sido silenciadas, sin embargo
no han podido ni podrán acallar nuestro ser en tanto dadoras de
amor, de resistencias. La semilla que sembramos al parir pervive más
allá de nosotras mismas, más allá del hoy, se transforma en historia,
en sujetos con la potencia de cambiar el mundo, en sabiduría, en
buen vivir, en la consolidación de garantías colectivas. Se transforma
en el legado de la Madre Tierra, porque nosotras somos una
proyección de ella; se transforma, en últimas, en vida.
Fuente: http://cms.onic.org.co/2012/09/mujeres-indigena-
transmisoras-de-cultura-y-garantes-de-la-pervivencia-de-nuestros-
pueblos/
5 September, 2012
Natividad Llanquileo: “Nos falta camino por recorrer”
“Mi tema es la unidad de nuestro pueblo, con nuestras diferencias
y discutir las cosas”, enfatizó la lideresa, quien sueña con volver al
campo –como dice- para “seguir difundiendo” en esta constante
9. búsqueda de la identidad que muchos jóvenes experimentarán, y
quizás en la conmemoración del Día de la Mujer Indígena comience
a gatillar.
Por Leyla Noriega
La Opinion
Un día como hoy, pero hace 230 años atrás Bartolina Sisa, lideresa
aymara, por oponerse a la dominación y la opresión de los
conquistadores españoles, fue brutalmente asesinada y
descuartizada el 5 de septiembre de 1782, en la Paz, Bolivia. Hoy
distintas mujeres indígenas en todo el mundo enarbolan las
banderas en defensa de sus territorios y conmemoran la fecha de
hoy como el Día Internacional de la Mujer Indígena en memoria de
Bartolina. Y precisamente, desde las alturas del Illimani, - con
aciertos y desaciertos- por primera vez en Sudamérica se instaló
un Estado Pluricultural, donde flamean juntas la tricolor de la
República y la multicolor Indígena.
Pero ¿qué tiene que ver Bolivia con ese Chile indígena de ayer y de
hoy? “Yo creo que nos falta camino por recorrer. La realidad del
pueblo mapuche es muy distinta a la de los otros pueblos
originarios, es que la realidad chilena es distinta, es complejo. Hay
que ser aterrizado, no estamos en Bolivia… no me imagino a una
persona que no quiere imponerle nuestra cultura”, nos confesó
Natividad Llanquileo Pilquimán, en conversación hace algún tiempo
con La oPiñón, la joven mapuche que irrumpió entre huelgas de
hambre, CAM y “conflicto”.
La “Naty” detrás de la “vocera”
Sin ser dirigenta, sin haber sido nunca imputada de “terrorista”,
estudiando en una universidad privada y en Santiago, Natividad
10. Llanquileo, se convirtió en un referente de su pueblo en el “corazón
de Chile”, territorio indígena histórico que desconoce su pasado.
A sus 26, años, la estudianta universitaria oriunda de la comunidad
de Puerto Choque, comuna del Tirúa, provincia de Arauco, asumió
un rol que cambió su vida. “Nunca fui dirigenta, muy tímida, pero
vengo de una comunidad que siempre ha estado en movimiento.
Siempre nos dijeron que somos mapuche”, afirmó recordando que
desde su infancia vivió procesos de recuperación de tierras.
Rememoró que cuando su hermano Ramón, estaba en huelga y le
solicitaron ser vocera. “No pensé en decir que no. Pero no pensé
que iba hacer tan así…”, calificó la experiencia que sin duda le
ayudó a fortalecer y descubrir nuevos aspectos de ella y de cómo
son visibilizadas las demandas de su pueblo.
“En términos personales sigo siendo la misma, no obstante, ahora
veo de igual a igual a la autoridad con respeto, tampoco tengo
problemas en hablar en público. Me fortalecí, logré valorar más a
mi gente, vincularme con gente de otras comunidades… ha sido un
enriquecimiento para mí”.
La devuelta de mano
Natividad, es realista y directa. Habla de la violencia con sus
antepasados –incluida la generación de su madre- tuvieron que
negar su lengua y hasta cambiar sus nombres, por la vergüenza
que la sociedad les hizo sentir solo por el hecho de ser mapuche.
Procesos que las nuevas generaciones no quieren repetir. “Estamos
recuperando nuestra lengua… en proceso de reconstrucción de un
pueblos tan destruido: por el Estado, los partidos políticos, el
alcoholismo, la droga. Hay mucho trabajo por hacer”.
En este sentido, Natividad aclaró que “hay una diversidad dentro
de los mapuche con problemas distintos. Algunos ven una salida
llegar al poder político, y otros creen en una forma de hacer
política dentro de las mismas comunidades. Nos queda mucho que
hacer, pero decir: “tu hermano se está muriendo y se está
muriendo por defender la tierra”, mucha gente que ya no vive en
las comunidades se vio reflejada, empezó a recordar y actuar”.
“Mi tema es la unidad de nuestro pueblo, con nuestras diferencias
y discutir las cosas”, enfatizó la lideresa, quien sueña con volver al
campo –como dice- para “seguir difundiendo” en esta constante
búsqueda de la identidad que muchos jóvenes experimentarán, y
quizás en la conmemoración del Día de la Mujer Indígena comience
a gatillar.