14 -no._10 modelos predictivmos de la violencia en parejas jovenes
1. REVISTA CIENTÍFICA ELECTRÓNICA DE PSICOLOGÍA
ICSa-UAEH
No.10 ISSN 1870-5812
MODELO PREDICTIVO DE LAS INTERACCIONES VIOLENTAS EN
PAREJAS JÓVENES Y PREJUICIOS DE GÉNERO ASOCIADOS
José González Tovar, Alicia Hernández Montaño, Rosa Isabel Garza Sánchez
Escuela de Psicología de la Universidad Autónoma de Coahuila
Resumen
La importancia de estudiar el fenómeno de la violencia en la etapa del noviazgo en
parejas jóvenes es debido a que se ha demostrado que la violencia durante el
noviazgo puede ser un precursor de la violencia durante la vida marital, además
de que esta tiende a invisibilizarse, pues las conductas violentas en las relaciones
de pareja no formales no son percibidas como tales ni por las víctimas ni por los
agresores, generalmente se confunden maltrato y ofensas con amor e interés por
la pareja. El modelo de la investigación es de corte cuantitativo, basado en una
tipología descriptiva y correlacional en el diseño de la investigación. El total de la
muestra intencional correspondió a 246 sujetos, el proceso de selección de los
participantes se llevó a cabo utilizando como criterio de inclusión que fueran
alumnos inscritos de nivel licenciatura y que actualmente cuenten con una pareja o
hayan tenido una relación de noviazgo en los últimos 6 meses. Los resultados
conducen a una diferenciación en los roles establecidos a través de la cultura, sin
embargo, los sujetos exteriorizaron prejuicios de género que generan episodios
violentos, de ellos hacia su pareja y de su pareja al sujeto en cuestión. Lo que
señala por un lado la independencia y progreso alcanzado, pero por el otro,
marcados estereotipos referentes al cuidado de los hijos y a las actividades
sexuales que los jóvenes internalizan como exclusivos de uno u otro género.
Palabras clave: género, prejuicios, violencia, modelo.
224
2. REVISTA CIENTÍFICA ELECTRÓNICA DE PSICOLOGÍA
ICSa-UAEH
No.10 ISSN 1870-5812
Abstract
The importance of addressing the phenomenon of violence in the stage of the
courtship in young couples is because it has shown that during courtship violence
can be a precursor of violence spousal, life while this tends to invisibilizarse, since
violent conduct in the non-formal relationships are not perceived as such by the
victims nor by attackers. Violent conduct in the non-formal relationships are not
perceived as such by the victims or by attackers, since generally abuse and
offenses are confused with love and interest by the couple. The research is
quantitative cutting, based on a descriptive and correlation typology in the research
design. Total intentional sample accounted for 246 subjects, the process of
selection of the participants was carried out using as criteria for inclusion were
enrolled students of Bachelor level and which currently have a pair or have had a
dating relationship in the last 6 months. The results lead to a differentiation in the
roles established through culture, however, subjects outsourced gender bias that
generate violent towards your partner and your partner to the subject in question.
That points on one side the independence and progress, but on the other, relating
to the care of children and sexual activity that the young internalized as exclusive
of one or another very marked stereotypes.
Key Words: sort, prejudge, violence, model
Introducción
Tener una relación de pareja supone ciertas normas o patrones que han de
seguirse con la finalidad de que el compromiso se consolide y se mantenga,
incluyendo elementos como la expresión de afectos positivos y negativos, así
como las contribuciones y beneficios que están asociados al compromiso y la
intensidad del afecto (Diaz Loving, 1996 pag. 18 -29). La relación de noviazgo cae
dentro de esta categoría de relación de pareja, donde autores como Papalia
(2003) resaltan aspectos de corte emocional, enfatizando en un sentido de
responsabilidad, comunicación, confianza y respeto entre otras cosas. Sin
225
3. REVISTA CIENTÍFICA ELECTRÓNICA DE PSICOLOGÍA
ICSa-UAEH
No.10 ISSN 1870-5812
embargo, durante esta etapa se registran prácticas que afectan a sus miembros
tanto a nivel físico como emocional, tal es el caso de las conductas violentas.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS 2003) definió la violencia en la
pareja como cualquier comportamiento dentro de una relación íntima que cause
daño físico, psicológico o sexual, sin ser excluyentes entre sí. Estos
comportamientos incluyen agresiones físicas, como abofetear, golpear con los
puños y patear; maltrato psíquico mediante intimidación, denigración y
humillaciones constantes; y diversos comportamientos dominantes como aislar a
una persona de su familia y amigos, vigilar sus movimientos y restringir su acceso
a la información o asistencia. En el caso de la violencia en el noviazgo se registran
prácticas, además de las ya mencionadas, el control de la pareja a través de
medios electrónicos, como checar el celular, el correo electrónico o el facebook,
acceder a tener relaciones sexuales bajo chantajes de abandono o culpa, e
incluso obligarlos a casarse(Mendez, 2009).
En nuestro país se han realizado algunos estudios que han puesto de manifiesto
la situación de las mujeres frente al fenómeno de la violencia, tal es el caso de la
Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares
(ENDIREH) 2006, que revela que 43% de las mujeres en el país han sido víctimas
de violencia por parte de sus parejas, con porcentajes que van de 54% en el
estado de México a 37.1% en Coahuila. La encuesta da a conocer que de cada
100 mujeres coahuilenses de 15 años o más que tienen o tuvieron una relación de
pareja, 31 han padecido violencia emocional, 24 violencia económica, 19 violencia
física y 8 violencia sexual (INEGI E. N., 2009).
Más recientemente, el Instituto Coahuilense de las Mujeres (ICM, 2008) realizo un
diagnóstico sobre la situación de las mujeres en el estado, donde más del 40%
comenta que ha recibido insultos de su pareja, mientras que el 20% reporta haber
recibido golpes de este. Para casi el 14% de las mujeres, sin embargo, estas
226
4. REVISTA CIENTÍFICA ELECTRÓNICA DE PSICOLOGÍA
ICSa-UAEH
No.10 ISSN 1870-5812
situaciones de abuso verbal o físico resultan normales, parte de la relación,
mientras que casi 4 de cada 10 comentan que si bien no son normales, no son
exactamente graves. Lo que nos habla de que las mismas mujeres tienden a
minimizar y/o normalizar este fenómeno, producto de los mitos y estereotipos
construidos a su alrededor y que tiende a perpetuar el problema. Tal es el caso de
las actividades para las cuales las mujeres tienen que pedir permiso a sus parejas,
encontrándose que casi 6 de cada 10 casos tienen que pedir permiso para salir sin
la pareja, y en 4 de cada 10 casos para visitar amigas y para trabajar. Estos
resultados se acentúan en la zona rural, donde en algunos temas se llega a más
de 60% de las mujeres con necesidad de pedir permiso, reforzándose así las
estructuras desiguales de poder, donde el desarrollo de las mujeres queda
dependiendo del hombre. Sin embargo, este estudio solo contempló mujeres
unidas legalmente o no, es decir no investigó parejas jóvenes con una relación de
noviazgo.
Indagando sobre estudios sobre violencia en el noviazgo nos encontramos con la
Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo (ENVINOV, 2007),
elaborada por el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJ), donde los resultados
demostraron que el 15.5% de los mexicanos de entre 15 y 24 años con relaciones
de pareja ha sido víctima de violencia física; 75.8% ha sufrido agresiones
psicológicas y 16.5% ha vivido al menos una experiencia de ataque sexual. En la
clasificación por tipo de violencia física se destaca que en la considerada “leve”,
empujones, arañazos, jalones de cabello y mordidas, los hombres son los más
afectados, con 48% de los casos, contra 32.1% de las mujeres, cifra que se
incrementa si se trata de violencia física “media”, donde 61.4% de los casos afecta
a mujeres que sufren bofetadas, golpes, agresiones con objetos pesados, patadas
o que rompan sus objetos personales, a lo que se suma la considerada “severa”,
que incluye el riesgo de quemaduras, intentos de estrangulamiento y amenazas
con cuchillo, navaja u otras armas.
227
5. REVISTA CIENTÍFICA ELECTRÓNICA DE PSICOLOGÍA
ICSa-UAEH
No.10 ISSN 1870-5812
La importancia de estudiar este fenómeno en la etapa del noviazgo es que se ha
demostrado que la violencia durante el noviazgo puede ser un precursor de la
violencia durante la vida marital (OPS, 2003), además de que esta tiende a
invisibilizarse, pues las conductas violentas en las relaciones de pareja no
formales no son percibidas como tales ni por las víctimas ni por los agresores.
Esto debido a que culturalmente los roles femeninos y masculinos están
ampliamente estereotipados en situaciones tales como la agresividad y la
infidelidad. De tal manera que la violencia contra las mujeres es validada por
premisas históricas culturales. De acuerdo con Díaz Guerrero (2001) una premisa
es una afirmación simple o compleja, pero es una afirmación que parece proveer
las bases para la lógica de los grupos y que norma su pensar, sentir y actuar.
Dichas normas se convierten en una guía de comportamiento tanto en el entorno
familiar como en la sociedad en general. Son afirmaciones usadas
constantemente por la mayoría del grupo. Se ha comprobado que una gran
mayoría de premisas siguen estando presentes en la aceptación del mexicano, por
ejemplo “es natural que los hombres tengan amantes”, “las mujeres deben
obedecer a los hombres”, “ser fuertes es muy importante para los hombres”.
Respecto a lo anterior, (Diaz-Loving, 2004), habla de masculinidad y feminidad
como constructos psicológicos inmersos en la cultura mexicana, donde la
masculinidad ha sido acotada hacia aquellos rasgos que se vinculan con la
producción, la protección, la sabiduría y el dominio, así como la racionalidad y la
violencia; rasgos que en conjunto tienen una caracterización más instrumental; en
tanto, la feminidad se relaciona con rasgos ligados a los afectos, la sumisión, la
dependencia y el cuidado, aspectos que en conjunto se asocian a una postura
más expresiva.
Lo anterior se puede corroborar en los resultados arrojados por la ENVINOV
(2007), donde el 33.4% de los jóvenes cree que “el hombre es infiel por
naturaleza”. Lo interesante resulta que la proporción en cuanto a quienes creen
228
6. REVISTA CIENTÍFICA ELECTRÓNICA DE PSICOLOGÍA
ICSa-UAEH
No.10 ISSN 1870-5812
esto, resulta mayor para las mujeres pues del total de entrevistadas el 36.8% así
lo piensa.
En el grupo de opiniones relacionadas con el rol reproductivo de las mujeres, el
estereotipo de la mujer, como quien tiene mayor capacidad para cuidar a los hijos
enfermos resalta pues, existe en un 75.8% de jóvenes que así lo creen.
Contrastando con estereotipos masculinos, es el papel de los hombres como
proveedores principales de la familia y los que encabezan la toma de decisiones,
los mayores porcentajes que destacan entre los encuestados. Se observa esto de
mejor manera al preguntar si “un buen hombre es el que provee económicamente
a su familia” y se refleja que un 59% lo percibe de esa manera. Poniendo de
manifiesto que estas premisas refuerzan las relaciones estereotipadas que
gobiernan los roles, así como las reglas que condicionan las interacciones,
reforzando las relaciones históricamente desiguales entre hombres y mujeres
(ONU, 1995).
No se puede dejar de lado que los adolescentes y adultos jóvenes están inmersos
en una cultura con premisas reforzadas por la ideología y practicas anegadas en
nuestra cultura, sin embargo la cultura no es estática sino que se transforma y
estos cambios son los que nos interesan estudiar.
Justificación
Tener un panorama general de la relación de noviazgo entre los universitarios (UA
de C), la forma de relacionarse, además de que posturas y conductas puede dejar
al descubierto la presencia de diversas formas de violencia (física, verbal,
psicológica, sexual), así como la vinculación con los rasgos de instrumentalidad y
expresividad, y la descripción de conductas características del maltratador.
229
7. REVISTA CIENTÍFICA ELECTRÓNICA DE PSICOLOGÍA
ICSa-UAEH
No.10 ISSN 1870-5812
Que actitudes, creencias, comportamientos y prácticas culturales existen en
México, que exacerbaren las conductas violentas en jóvenes subestimando la
carga verdadera de violencia debido a que se ve inmersa en el trato “normal”.
Igualmente la relación existente que hay entre la frecuencia de conductas
violentas (desde las más sutiles como son empujones y gritos, hasta ataques con
cuchillos u armas de fuego) y/o la vulnerabilidad que tienen los sujetos de ser
víctimas de agresiones por la pareja, así como los prejuicios de género que están
presentes en los jóvenes, y la relación existente con episodios violentos.
Del mismo modo, permitirá diseñar una estrategia de intervención que permita a
los estudiantes de nivel licenciatura de la UA de C la actualización de sus formas
de relación humana, particularmente las de noviazgo, donde la convivencia sea
más equitativa y armónica, desarrollando habilidades que permitan implementar
una cultura de equidad y no violencia, como parte de la formación integral del
estudiante propuesto en el Modelo Educativo Integral y Flexible.
Objetivo
Construir un modelo predictivo de la conducta violenta del sujeto a su pareja de la
pareja al sujeto según su percepción, estructurado por los diferentes prejuicios de
género.
Planteamiento del problema
Las conductas violentas en las relaciones de pareja no formales no son percibidas
como tales ni por las victimas ni por los agresores, pues generalmente se
confunden maltrato y ofensas con amor e interés por la pareja. Parte de la
investigación arrojó datos para identificar las características de los agresores y con
esto efectuar medidas precautorias entre los universitarios. Para lo cual se parte
de la siguiente interrogante general de investigación:
¿De qué manera se integra un modelo con las relaciones entre las características
de instrumentalidad y expresividad con los prejuicios e interacciones violentas en
parejas jóvenes de nivel universitario?
230
8. REVISTA CIENTÍFICA ELECTRÓNICA DE PSICOLOGÍA
ICSa-UAEH
No.10 ISSN 1870-5812
Metodología
El modelo de la investigación es de corte cuantitativo, basado en una tipología
descriptiva y correlacional en el diseño de la investigación, la intención de
seleccionar esta estrategia para llevar a cabo el estudio se fundamenta en la
necesidad básica de conocer de manera precisa, a partir de las variables de la
investigación, cuales son los atributos que integran la identidad de género de los
sujetos, tanto femenino como masculino, identificando también el nivel en que se
encuentran las interacciones violentas entre las parejas de los sujetos
participantes de la investigación, para que a partir de esta medición, construir un
modelo explicativo capaz de predecir las variaciones de comportamiento violento
tanto del sujeto a su pareja como de ésta al sujeto, a partir de los prejuicios
existentes en la población.
El total de la muestra intencional correspondió a 246 sujetos, el proceso de
selección de los participantes se llevó a cabo utilizando como criterio de inclusión
que fueran alumnos inscritos de nivel licenciatura y que actualmente cuenten con
una pareja o hayan tenido una relación de noviazgo en los últimos 6 meses, para
esto se hizo uso de grupos ya conformados dentro de la Universidad Autónoma de
Coahuila, con el propósito de tener una tasa de respuesta del instrumento del
100%, la aplicación de los instrumentos fue en la Unidad Saltillo de la mencionada
institución. La muestra se caracterizó por constituirse en su mayoría por mujeres,
con un 68% de los sujetos, con edades que tuvieron una oscilación de los 17 a 24
años de edad.
Para la recolección de datos se utilizaron dos instrumentos de auto reporte, el
primero fue el Inventario para la Evaluación de las Dimensiones Atributivas de
Instrumentalidad y Expresividad (Rolando Diaz - Loving, 2007) validado mediante
el proceso de Análisis Factorial Exploratorio y Análisis de Consistencia Interna
Alpha Cronbach, además de Inventario de Relaciones de Noviazgo en
231
9. REVISTA CIENTÍFICA ELECTRÓNICA DE PSICOLOGÍA
ICSa-UAEH
No.10 ISSN 1870-5812
Universitarios de Luis Rey Yedra, Elsa Angélica Rivera Vargas, Laura Olivia
zarate, Dinorah León Córdoba.
Resultados
Se llevó a cabo un análisis de correlación paramétrico, utilizando el procedimiento
para el cálculo del coeficiente de correlación producto - momento de Pearson,
trabajado a un nivel de confianza de p=>.05, a pesar de que no existió evidencia
de distribución normal en las variables utilizadas (ZK-S= 3.68, p=.000) se optó por
este en el análisis debido a la consistencia de sus resultados y la robustez del
coeficiente, por lo que se asociaron las variables frecuencia de episodios violentos
del sujeto a su pareja con los prejuicios de género, se presentan en las tablas sólo
las correlaciones significativas.
Tabla 1
Intercorrelaciones de Pearson entre los prejuicios de género y la frecuencia de
episodios violentos del sujeto y de su pareja
Frecuencia de episodios Frecuencia de episodios
Prejuicio violentos del sujeto violentos de la pareja
rp p rp P
Un hombre es más seguro de sí .127 .043 .167 .008
mismo que una mujer
Es mejor ser hombre que ser mujer .098 .119 .201 .001
La convivencia prematrimonial .123 .050 .005 .934
asegura un matrimonio feliz y
duradero
Los hijos son mejor educados por .122 .052 .134 .033
una madre que un padre
Los hijos obedecen cuando es el .059 .352 .145 .021
padre y no la madre quien los regaña
El hombre debe tomar la iniciativa .246 .000 .173 .006
para tener relaciones sexuales
Nota: rp=coeficiente de correlación de Pearson, p=nivel de probabilidad.
En cuanto a la frecuencia de episodios violentos (véase tabla 1) del sujeto a su
pareja, se encontraron correlaciones significativas con prejuicios de género,
destacando que, mientras estén presentes en el sujeto prejuicios como pensar que
un hombre es más seguro de sí mismo que una mujer, la convivencia
232
10. REVISTA CIENTÍFICA ELECTRÓNICA DE PSICOLOGÍA
ICSa-UAEH
No.10 ISSN 1870-5812
prematrimonial asegura un matrimonio feliz y duradero y que el hombre debe de
tomar la iniciativa para los contactos sexuales, la frecuencia de comportamientos
violentos se hace más presente. Lo que indica que los sujetos optan por que sea
el hombre quien tome la iniciativa y de seguridad a la relación, teniendo un papel
activo en las decisiones y acuerdos a los que se llegue.
Los sujetos tenderán a ser más vulnerables a comportamientos violentos de su
pareja hacia ellos mientras consideren que un hombre es más seguro de sí mismo
que una mujer, que es mejor ser hombre que ser mujer, al igual que los hijos son
mejor educados por una madre que un padre y pensar que el hombre siempre
debe de tomar la iniciativa para tener relaciones sexuales.
Tabla 2
Resumen del Modelo de regresión lineal para la variable dependiente frecuencia
de episodios violentos del sujeto a su pareja
Sin Coeficientes
Correlaciones
Modelo estandarizar tipificados T Α
β E.T. β rp Α
(Constante) 1.511 .206 7.344 .000
Iniciativa .667 .154 .267 4.325 .000 .245 .266
Virginidad -.367 .124 -.197 -2.950 .003 -.093 -.185
Responsabilidad .280 .134 .137 2.083 .038 .089 .132
Nota:r=.310, r2=.096, r2 corregido=0.085, error típico de la estimación=2.35.
Se llevó a cabo un análisis de multivariado, utilizando el procedimiento de
regresión lineal múltiple mediante el método de pasos sucesivos (stepwise), del
cual resultaron dos modelos que explican el comportamiento de dos variables
dependientes, la frecuencia de comportamientos violentos del sujeto que
respondió al instrumento y la frecuencia de comportamientos violentos de la pareja
al sujeto (véase tabla 2 y tabla 3).
233
11. REVISTA CIENTÍFICA ELECTRÓNICA DE PSICOLOGÍA
ICSa-UAEH
No.10 ISSN 1870-5812
Frecuencia de El hombre debe de
episodios violentos .262 tomar la iniciativa para
Variable dependiente tener relaciones sexuales
Predictor
.126 -.179
El ser hombre implica La mujer debe de llegar
mayor responsabilidad virgen al matrimonio
Predictor Predictor
Figura 1
Modelo de regresión lineal para la variable dependiente frecuencia de episodios
violentos del sujeto a su pareja
El modelo resultante para la variable episodios violentos del sujeto a la pareja se
integra por 3 prejuicios predictores de dicho comportamiento, lo cual indicó que, el
comportamiento violento del sujeto hacia su pareja se acentúa por la marcada
presencia de prejuicios tales como considerar que el hombre es quien debe de
tomar la iniciativa en los encuentros sexuales con su pareja sea en una relación de
noviazgo o de matrimonio, el asignar una fuerte carga de valor a la virginidad de la
mujer y atribuir un rol de mayor responsabilidad l género masculino (véase figura
1).
Tabla 3
Resumen del Modelo de regresión lineal para la variable dependiente frecuencia
de episodios violentos de la pareja al sujeto
Sin Coeficient Correlaciones
estandarizar es
t Α
tipificados
β E. T. β r α
(Constante) 1.190 .276 4.317 .000
Varias parejas sexuales .471 .185 .165 2.546 .012 .203 .162
Es mejor ser hombre .452 .141 .221 3.207 .002 .194 .203
La vida es dura para un -.531 .176 -.211 -3.021 .003 - -.192
hombre .033
Amar =estar siempre -.314 .112 -.172 -2.795 .006 - -.178
juntos .126
Un esposo provee a su .321 .116 .180 2.758 .006 .143 .176
familia
Iniciativa para relaciones .324 .154 .133 2.111 .036 .174 .135
Nota:r=.368, r2=.135, r2 corregido=.114, error típico de la estimación=2.26
234
12. REVISTA CIENTÍFICA ELECTRÓNICA DE PSICOLOGÍA
ICSa-UAEH
No.10 ISSN 1870-5812
Por otro lado, en cuanto a la variable dependiente referente a la frecuencia de
episodios violentos de la pareja al sujeto respondiente, se conformó un modelo de
regresión compuesto por 5 prejuicios sobre el género, de lo que resultó que,
mientras los sujetos tenderán a ser vulnerables a comportamientos violentos por
parte de su pareja al pensar que un hombre a diferencia de una mujer requiere de
varias parejas sexuales, que ser hombre es mejor que se mujer, que la vida es
más dura para un hombre que para una mujer, tener un significado para el amor
de que es estar siempre juntos, ubicar el rol del esposo como proveedor
económico de su familia, y que éste siempre debe de tomar la iniciativa para tener
relaciones sexuales.
Un hombre a diferencia
.162 de una mujer necesita
de varias parejas
l
-.203 Es mejor ser hombre
Frecuencia de episodios que ser mujer
violentos Predictor
Variable dependiente
-.192
La vida es más dura
para un hombre que
para una mujer
P d
.176 -.178
-.135
El hombre debe tomar Un buen esposo es el Amar significa estar
la iniciativa para tener que provee siempre juntos
relaciones sexuales económicamente a su Predictor
P di f ili
Figura 2
Modelo de regresión lineal para la variable dependiente frecuencia de episodios
violentos de la pareja al sujeto
El análisis de regresión permitió establecer cuáles son los diferentes prejuicios
que fungen como factores de riesgo para la presencia de relaciones abusivas o
potencialmente peligrosas para la integridad física de aquellos quienes la
235
13. REVISTA CIENTÍFICA ELECTRÓNICA DE PSICOLOGÍA
ICSa-UAEH
No.10 ISSN 1870-5812
componen, además de que en el contraste de ambos modelos, se identificaron
ciertos prejuicios que son comunes al comportamiento violento de la pareja, lo que
los posiciona como prejuicios alentadores de la violencia simétrica en sus
interacciones.
Conclusiones
De acuerdo a los resultados de la investigación y en su contraste con el
planteamiento de la investigación, se concluye que dado los comportamientos de
los participantes de la investigación, concuerda con el planteamiento realizado por
Leonere sobre el ciclo de la violencia, quien considera que se desarrolla en tres
fases; fase de tensión, fase de agresión y fase de reconciliación, donde las
victimas desarrollaban comportamientos y actitudes condicionadas por las
reacciones de la pareja y que están orientadas a la permanencia y firmeza de la
relación, debido a que es un continuo donde el principio y el final no son claros, el
transcurso de una fase a otra depende de varios factores, como el vínculo
afectivo, la dependencia emocional, los roles estereotipados el tiempo
transcurrido, el ambiente donde se desarrolla. Así mismo, las características del
agresor y de la víctima que hacen específicos los casos de violencia en la pareja,
agraviándose por factores externos como la cultura del silencio, la naturalidad que
se le imprime a la violencia en especial en la etapa del noviazgo, siendo este, uno
de los principales precursores de que la violencia continúe, llegando al matrimonio
con expresiones de intimidación, chantaje, manipulación que suelen empeorar con
el transcurso de los años.
Una persona puede pasar una y otra vez por las fases del ciclo o permanecer en
la fase de tensión por mucho tiempo, promoviendo y reafirmando el control que el
agresor ejerce a la víctima, siendo estas últimas más susceptibles a sufrir
trastornos emocionales y físicos los que las lleva a aislarse de familiares y amigos,
guardan silencio originando una dependencia con el victimario que en pocas
236
14. REVISTA CIENTÍFICA ELECTRÓNICA DE PSICOLOGÍA
ICSa-UAEH
No.10 ISSN 1870-5812
ocasiones se puede salir, debido a que la persona no cuenta con una red de
apoyo suficientemente estable para salir de la situación por su propia cuenta.
La Organización Panamericana de la Salud (2003) habla sobre un modelo
ecológico para el análisis de la violencia, se sostiene el análisis de las
determinantes y factores de riesgo que impactan en la relación dinámica de las
personas, interfiriendo o favoreciendo su desarrollo, los resultados concuerdan
con dichos planteamientos, ya que es importante destacar la participación de las
personas en las diferentes esferas de la vida, y como el entorno juega un papel
importante en el dinamismo de la violencia, siendo en primera instancia factores
determinantes de la persona, como es la dependencia, autoestima baja, carga
histórica, falta de afecto, comunicación pobre, indiferencia, que hacen que los
sujetos sean vulnerables y más propicios a ser víctimas o victimarios, reforzado
por factores externos como el acceso a la educación, a la salud, socialización,
identidad, trabajo, cultura, valores, condición y nivel de vida, lo que muestra como
el sujeto está continuamente interactuando con su medio y como el medio
interviene a favor o en contra de los actos violentos.
Aún cuando, hombres y mujeres han construido una personalidad más híbrida,
siguen manteniendo creencias y actitudes que determinan su comportamiento
(Sotelo, 2010), y que se vuelven predictores de violencia, tal como el pensar que
el hombre debe tomar la iniciativa para tener relaciones sexuales y la mujer debe
de llegar virgen al matrimonio. Esto se vuelve una contradicción, por un lado
representa el reflejo de las imposiciones sociales que aun se encuentran
interiorizadas en los jóvenes, y por el otro lado, representa aquello contra lo que
han emprendido una lucha por romper esos estereotipos, pero que a su vez se
convierte en una fuente de control y chantaje entre los jóvenes.
Por otro lado Lamas 1995 (INMUJERES, 2005) señala que el género y la identidad
están adscritos a un “filtro” cultural con el que se interpreta al mundo, ya que se
237
15. REVISTA CIENTÍFICA ELECTRÓNICA DE PSICOLOGÍA
ICSa-UAEH
No.10 ISSN 1870-5812
nace dentro de una categoría sexual, la identidad de género no está abierta a la
elección de cada sujeto, por el contario, las personas se ven forzadas a entrar en
el esquema normativo del sistema sexo - genero de su cultura. De este modo la
identidad masculina no es únicamente una manera de vivir la sexualidad, de
cumplir con ciertos roles reproductivos o de construir el relato de sí mismo, sino el
símbolo de un sistema de jerarquías sociales en el cual los varones ejercen poder
sobre las mujeres. Los resultados conducen a una diferenciación en los roles
establecidos a través de la cultura, sin embargo, los sujetos exteriorizaron
prejuicios de género que generan episodios violentos, de ellos hacia su pareja y
de su pareja al sujeto en cuestión. Lo que señala por un lado la independencia y
progreso alcanzado, pero por el otro, estereotipos muy marcados referentes al
cuidado de los hijos y a las actividades sexuales que los jóvenes internalizan como
exclusivos de uno u otro género.
Referencias bibliográficas
Diaz Loving, R. (1996). Una teoria bio-psico-socio-cultural de la relacion de pareja. Revista de
Psicologia Contemporanea, 18-29.
Diaz-Loving, R. (2004). Psicologia del amor, una vision integral de la relacon de pareja. Mexico:
Porrúa.
INEGI. (2003). Mujeres Violentadas por su pareja en Mexico. Mexico.
INEGI, E. N. (12 de Noviembre de 2009).
http://www.inegi.gob.mx/est/contenidos/espanol/metodologias/encuestas/hogares/ENDIRE
H06_marco_concep.pdf.
INMUJERES. (2005). Construccion de identidades y genero en la escuela secundaria. Mexico.
INMUJERES. (2006). Prevencion de la Violencia desde la Infancia. Mexico.
INMUJERES. (2007). Aprendamos sobre genero: Herraminetas didacticas para la Igualdad. Mexico
DF, Meixco.
Instituto Coahuilense de las Mujeres. (2008). Diplomado Psicologia y Genero en la Procuracion de
Justicia. Saltillo, Coahuila, Mexico.
Instituto Coahuilense de las Mujeres, Gobierno del Estado de Coahuila. (2005). Convivir sin
Violencia. Saltillo, Coahuila, Mexico.
Instituto Nacional de Estadistica y Geografia. (2004). http://www.inegi.gob.mx.
Juventud, I. M. (2007). Encuesta Nacional de Violencia en las relaciones de Noviazgo. Mexico.
Mendez, A. V. (2009). Violencia y estilos de poder en el Noviazgo. Revista mexicana de psicologia.
Mujeres, I. C. (2006). Manual, Sensibilizaciion de la Violencia por Condicion de Genero. Saltillo,
Coahuila, Mexico.
Mujeres, I. C. (2008). Diagnostico de las Mujeres en Coahuila. Saltillo.
Organizacion Panamericana de la Salud. (2003). Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud.
Washington D.C.: Oficina Regional para las Americas de la Organizacion Mundial de la
Salud.
Rolando Diaz - Loving, T. E. (2007). La instrumentalidad y la expresividad desde una perspectiva
psico-socio-cultural. Mexico : Miguel Angel Porrua.
238
16. REVISTA CIENTÍFICA ELECTRÓNICA DE PSICOLOGÍA
ICSa-UAEH
No.10 ISSN 1870-5812
Salud, A. d. (2002). Efectos y Consecuencias de la violencia y el maltrato domestico a Mujeres.
Madrid: Revista de AMS.
Salud, A. d. (2004). Como se construye una Mujer Maltratada. Madrid.
Social, I. M. (2004). La violencia contra las mujeres derechohabientes. Mexico.
Sotelo, C. (2010) Ideología familiar y la influencia de los mitos en la construcción de la relación de
pareja. Tesis de licenciatura no publicada. Universidad Autónoma de Coahuila, Escuela
de Psicología, Saltillo, México.
Unidas, O. d. (1995). Informe de la cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer. Beijing, China.
Universidad Autonoma de Mexico. (2007). Psicologia y Genero en la Procuracion de Justicia.
Mexico.
239