El documento discute los desafíos de los diagnósticos médicos en pediatría. Señala que los diagnósticos pueden estigmatizar a los niños y conducir a la medicalización excesiva de problemas que no son necesariamente médicos. También argumenta que los diagnósticos deben buscar comprender al paciente, no solo explicar los síntomas médicamente, y que los médicos deben limitar los esfuerzos diagnósticos para evitar daños innecesarios.