El documento resume las enseñanzas de Jesús en el evangelio del día sobre el seguimiento a Cristo y la hospitalidad. Jesús llama a seguirle por completo, amándole más que a la familia. También invita a acoger a los demás como si acogiéramos a Cristo mismo. El seguimiento y la hospitalidad no son fáciles, pero Jesús es la luz que guía este camino.
2. La razón es que,
cuando Jesús
no predicaba en
parábolas, lo
solía hacer con
estas frases
algo chocantes,
porque lo hacía
en lo que se
llama cultura
oral.
Hoy nos encontramos en el evangelio con una doctrina de
Jesús expresada en frases que quizá nos parecen
demasiado tajantes.
3. Hoy pertenecemos
más a la cultura
escrita donde el
profesor lo deja
todo escrito o se
basa en un escrito.
En los tiempos de
Jesús, para que la
doctrina se
quedase más
grabada, había que
decir frases que
impresionasen
algo.
4. El evangelio de hoy podemos dividirlo en dos partes: Uno
sería el tema del “seguir” a Jesús;
He aquí el evangelio de este domingo:
el otro, el
acogimiento
con
hospitalidad
porque
Cristo está
en el
hermano.
5. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: "El que
quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno
de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no
es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es
digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que
pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a
vosotros me recibe a mí, y el que me recibe recibe al que
me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es
profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo
porque es justo tendrá paga de justo. El que dé a beber,
aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de
estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá
su paga, os lo aseguro."
Mateo 10,37-42
6. Jesús es Dios que vino al mundo para salvarnos. Para ello
hizo un sacrificio impresionante, difícil de comprenderlo
en esta vida: Nacer como niño pequeño hasta morir en la
cruz.
Pero para ser
verdaderamente
salvador es
necesario que
nosotros
cooperemos con
nuestra libertad
de alguna
manera. Por eso
Jesús nos llama a
todos a seguirle.
7. A algunos les llama de una manera más especial para
seguirle hasta estar unidos a Él en el apostolado y para una
especial imitación, fuente de vida y felicidad. Pero a todos
nos llama para tener una vida digna de su amor. Porque el
seguimiento es una experiencia personal de amar y ser
amado.
8. Cuando Jesús dice a
uno: “Sígueme”, es una
invitación cargada de
amor, de un amor que
pide una
correspondencia radical,
que encierra en sí todos
los aspectos de la vida.
Por eso seguir a Jesús
no es sólo una aventura
intelectual o una
adhesión a una ideología
interesante, que me
gusta, ni es sólo
cuestión de sentimiento.
El seguimiento es una experiencia personal de amar y ser
amado.
9. Seguir a Jesús no debe
ser algo que nos roce
un poco, mientras
queda toda nuestra
vida atada a lo
material. Hoy Jesús
nos dice algo muy
importante en este
seguimiento. Debe ser
pleno y central en
nuestra vida. Extrañan
las expresiones de que
el amor que le
debemos tener debe
superar al amor más
íntimo dentro de la
familia: más que a los
padres o los hijos.
10. Cuando Jesús dice que su amor está por encima del amor
al padre o a la madre o a los hijos, no está anulando el amor
familiar, sino que el amor al Señor debe ser la fuente de
todo otro amor.
Por eso
seguir a
Jesús exige
la entrega
de todo
nuestro ser,
una entrega
total, sin
reservas ni
condiciones
11. Seamos valientes, porque en ello nos va la felicidad. Si
hasta ahora le hemos seguido un poco a medias, le
digamos al Señor: Seguirte sólo a Ti y no mirar atrás.
21. En el seguimiento a Jesús normalmente no tiene por
qué haber dificultad con el amor familiar. Lo normal es
que ayude a que el mismo amor familiar sea más fino y
completo. En algún caso determinado se puede
encontrar dificultad u obstáculo con la familia sobre
todo para un seguimiento más extremo. En esos pocos
casos siempre debe prevalecer el amor al Dios
todopoderoso que lo que desea es nuestro bien.
Familia con varios religiosos
22. En algún caso, sea por la
familia o más bien por el
ambiente, se nos pida
dar la vida por el Señor
Dios. Así ha sido en
tantos mártires antiguos
y recientes. Han llegado
a la gloria con Dios antes
de lo que era de pensar;
pero están en la
bienaventuranza para
siempre. Recordemos lo
que nos decía Jesús el
domingo pasado: «No
tengáis miedo». Dios
siempre es bueno y su
misericordia está con
nosotros.
23. Lo normal es que el
martirio que Dios quiere
de nosotros sea el
saber llevar la cruz de
cada día siguiendo a
Jesús, que es imitarle lo
mejor posible. Para ello
el cristiano prolonga en
cada momento el
significado del
bautismo, que es morir
para resucitar: morir al
pecado, al egoísmo, al
hombre viejo, para
surgir a la vida nueva de
amor, de gracia, al
hombre nuevo.
24. Así podemos cantar eternamente las misericordias del
Señor y anunciar su fidelidad por todas las edades, como
nos dice el salmo responsorial de este día (el 88).
36. La segunda parte del
evangelio habla del
acogimiento o la
hospitalidad. No son
los enviados los que
pretenden
identificarse con
Jesús, sino que es Él
quien se identifica
con los enviados. En
este mundo actual
bastante
deshumanizado,
Jesús nos invita a
acoger a los demás,
porque es como
hacérselo a Él
mismo.
37. Esta acogida
fraterna no es sólo
para los amigos o
familiares, sino para
el forastero, lejano,
el pobre, enfermo o
prisionero. Jesús
nos habla de la
recompensa cuando
hacemos el bien a
los demás, aunque
sea dando un vaso
de agua a quien lo
necesite.
38. Hoy en la 1ª lectura se nos expone un suceso hermoso
acaecido al profeta Eliseo cuando unos esposos
extranjeros le acogieron como huésped en su casa. El
profeta pensó que debían tener una buena recompensa;
y, puesto
en oración,
pidió al
Señor que,
ya que no
podían
tener hijos,
tuvieran
uno para el
siguiente
año.
39. Un día pasaba Eliseo por Sunam y una mujer rica lo invitó
con insistencia a comer. Y, siempre que pasaba por allí,
iba a comer a su casa. Ella dijo a su marido: "Me consta
que ese hombre de Dios es un santo; con frecuencia pasa
por nuestra casa. Vamos a prepararle una habitación
pequeña, cerrada, en el piso superior; le ponemos allí una
cama, una mesa, una silla y un candil, y así, cuando
venga a visitarnos, se quedará aquí."
Un día llegó allí, entró en la habitación y se acostó. Dijo a
su criado Guejazi: "¿Qué podríamos hacer por ella?"
Guejazi comentó: "Qué sé yo. No tiene hijos, y su marido
es viejo." Eliseo dijo: "Llámala." La llamó. Ella se quedó
junto a la puerta, y Eliseo le dijo: "El año que viene, por
estas fechas, abrazarás a un hijo."
2Reyes 4, 8-11. 14-16a
40. Sobre la virtud de la hospitalidad la Sagrada Escritura
pone varios ejemplos hermosos y estimula a practicarla,
explicando
que quizá
alguna vez
uno, sin
saberlo, llega
a hospedar a
ángeles,
como en
realidad fue
el caso de
Abraham.
41. Jesús da un
paso más. No
se basa en
probabilidades,
sino en
certezas:
Quien, con
buena fe,
hospeda a un
necesitado,
está
hospedando al
mismo Jesús,
como lo
hicieron Marta y
María.
42. No es fácil cumplir estas
dos enseñanzas del
evangelio de hoy. Es un
largo camino que hay
que caminar: para seguir
lo más cerca posible a
Jesús y para reconocer a
Jesús en el prójimo,
aunque no sea amigo,
familiar o bienhechor.
Pero Jesús es la luz que
nos orienta. Pidamos que
nos dé la mano, que nos
guíe con su luz y sobre
todo con su amor.