LABERINTOS DE DISCIPLINAS DEL PENTATLÓN OLÍMPICO MODERNO. Por JAVIER SOLIS NO...
Dom ord 26 b
1.
2. Hoy vemos en el evangelio cómo Jesús iba adoctrinando
a sus discípulos aprovechando las diferentes
circunstancias del momento presente.
Hoy nos trae
varios
consejos o
consignas de
Jesús para
poder llegar a
ser
verdaderos
discípulos
suyos, si
seguimos sus
criterios de
vida.
3. La palabra “escándalo” significa una piedra de tropiezo,
en la que podemos caer nosotros o podemos hacer caer
a otros. Por eso es un aviso o, más bien, tres avisos.
Hoy
tenemos
varias
consignas,
al parecer
sin unión;
pero hay
una palabra
importante
que les
une: el
escándalo.
4. Podemos ver en el evangelio de hoy tres clases de
escándalos: el que supone la división en la Iglesia, entre
diversos grupos. Luego está el que podemos provocar a
otros con nuestro mal ejemplo. Y por fin el que puede
provocar en nosotros mismos la tentación surgida de
nuestras pasiones.
Veamos lo
que nos
dice el
evangelio:
(Mc 9, 38-
43.45.47-
48).
5. En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: "Maestro, hemos visto a
uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos
querido impedir, porque no es de los nuestros." Jesús
respondió: "No se lo impidáis, porque uno que hace mila-
gros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que
no está contra nosotros está a favor nuestro. Y, además, el
que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al
Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El
que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen,
más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de
molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer,
córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las
dos manos al infierno, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie
te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida,
que ser echado con los dos pies al infierno. Y, si tu ojo te
hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de
Dios, que ser echado con los dos ojos al infierno, donde el
gusano no muere y el fuego no se apaga."
6. La primera
enseñanza nos da
Jesús, cuando se le
acerca san Juan,
que todavía no era
santo, sino
principiante en la
formación, para
hacerle una queja de
algo que había
contemplado y no le
parecía bien.
7. San Juan, que era impetuoso, por eso Jesús le llamaba
“hijo del trueno”, y era celoso, aunque deficiente, de la
gloria de Jesús y de su “grupo”, se lo prohibió a aquel
hombre de buena voluntad.
Resulta que uno, que
no era del grupo de los
apóstoles, pero que
seguía a Jesús con
buena voluntad, estaba
haciendo curaciones y
otras obras buenas
(eso era echar
demonios), invocando
el nombre de Jesús.
8. Así se lo cuenta Juan a Jesús. Pero
a Jesús no le gustó esa acción y le
da, y nos da a todos, una enseñanza.
9. Jesús les dice, no sólo
a Juan, sino a todos
los demás: “No se lo
impidáis, porque uno
que hace milagros en
mi nombre no puede
luego hablar mal de
mí.” Este es un
requerimiento para
apreciar lo que hay
fuera de nuestros
grupos, sea en política
o en religión, etc.
11. A veces hasta dentro de la misma Iglesia Católica
formamos grupos o bandos, nos despreciamos o no
sabemos valorar lo del otro grupo. A veces se insiste
demasiado en la diferencia entre integristas y modernistas,
porque unos buscan seguir más lo antiguo y otros
pretenden cambiarlo todo.
12. Es un escándalo para el mundo la división entre las
iglesias y de los grupos dentro de la misma iglesia.
¡Cuánto nos cuesta apreciar el bien del otro grupo!
Debemos ver el bien que existe por doquier y debemos
aprender a apreciarlo. Y bendecir a Dios por ello.
13. Querer excluir al otro
es ponerle un
obstáculo para el
acceso a Dios. Por
ello es necesario
fomentar la
tolerancia y recordar
siempre las palabras
de Jesús, con las
que termina esta
gran enseñanza:
14. “El que no está contra
nosotros está a favor
nuestro.”
15. La vida sería diferente, y también la esperanza de la
eternidad, si construyéramos puentes espirituales que
nos puedan unir a unos y otros.
Y si está a
favor, quiere
decir que
somos
hermanos.
En la vida
ponemos
demasiadas
barreras
entre unos y
otros.
28. Hay un ejemplo muy hermoso en el Antiguo
Testamento que ilustra esta parte del evangelio.
Nos lo cuenta la 1ª lectura.
Números 11, 25-29
29. En aquellos días, el Señor bajó en la nube, habló con
Moisés y, apartando algo del espíritu que poseía, se lo
pasó a los setenta ancianos. Al posarse sobre ellos el
espíritu, se pusieron a profetizar enseguida. Habían
quedado en el campamento dos del grupo, llamados
Eldad y Medad. Aunque estaban en la lista, no habían
acudido a la tienda. Pero el espíritu se posó sobre
ellos, y se pusieron a profetizar en el campamento. Un
muchacho corrió a contárselo a Moisés: "Eldad y
Medad están profetizando en el campamento." Josué,
hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven,
intervino: "Señor mío, Moisés, prohíbeselo." Moisés le
respondió: "¿Estás celoso de mí?"? ¡Ojalá todo el
pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del
Señor!"
30. Moisés era el hombre manso y bondadoso, fraguado así
su espíritu con la ayuda del Señor, ya que de joven no
era así. Y profetizaba, en el sentido de proferir
alabanzas a Dios.
Un día
quiere que
los 70
ancianos
que le
ayudan
también
profeticen.
Y les llama
a una
reunión.
31. Hay dos que no asisten a la reunión; pero el espíritu se
posó sobre ellos, y donde se encuentraban, en su
campamento, se pusieron a profetizar.
32. Alguien viene
corriendo, lo cuenta,
y Josué, el ayudante
de Moisés, que es
joven impetuoso
como el apóstol Juan,
le dice a Moisés que
se lo prohíba.
33. Pero Moisés, que tiene un corazón grande y que no
tiene envidia ni busca su propia gloria sino la gloria de
Dios, le da esa grandiosa respuesta, que es ejemplo
para nosotros:
34. “Ojalá todo el pueblo del Señor fuera
profeta y recibiera el espíritu del Señor!”.
35. Hay personas que
no vivían la fe,
pero se han
entregado a Cristo
y profetizan
(profieren
alabanzas), de
palabra o de
hechos, mejor que
muchos cristianos
“viejos”. Bendito
sea el Señor por
ello.
Tenemos que aprender a ensanchar el corazón. A
veces hay mucha envidia entre los mismos
cristianos y entre los católicos.
36. Y cuántos milagros se hacen en el nombre de Jesús,
fuera de nuestro ámbito: milagros de generosidad, de
altruismo, de sensibilidad hacia los demás, como lo hizo
Jesucristo.
Tenemos que
aplaudir las
cosas buenas
que se hacen,
vengan de
donde vengan.
37. Ninguno de nosotros debe caer en la tentación
de creernos poseedores exclusivos de Jesús y
de su Evangelio o de tener el monopolio del
cristianismo. Esto suele pasar con algunos
principiantes de movimientos apostólicos,
teniendo a los demás como cristianos de 2ª.
38. Lo peor es cuando entra la envidia. A veces dentro de los
mismos grupos apostólicos, uno se cree más importante
porque lleva más tiempo o por otra razón y se cree mejor
que otro escogido. En la religión no debieran valer las
razones de lo material.
¡Ojalá que todos hablaran mejor que yo de la
gloria del Señor! Dios sería más bendecido.
39. Lo que decimos de religión lo podemos decir, por
ejemplo, sobre la política. Si la política es un arte y un
empeño por mejorar, por medio de un gobierno, un
pueblo o una nación, se debe aplaudir y tener en cuenta
las buenas ideas que pueda tener un partido opuesto.
Muchas veces el pertenecer a un grupo nos hace
ciegos para poder ver la verdad y el bien en el
adversario.
40. La doctrina y el ejemplo de Jesús nos llama a
alegrarnos del bien de los demás y a pensar que
el que no está contra nosotros puede ser sostén
en nuestro caminar, como nosotros del suyo.
49. Hay muchas
cosas
buenas por
las que
podemos
estar unidos
en todos los
grupos y
religiones,
como es el dar un vaso de agua a
quien lo necesite.
50. Dice Jesús que Dios nos lo va a
recompensar.
No dice
Jesús que
para darnos
Dios esa
recompensa
tengamos
que
pertenecer a
un grupo o
religión
determinada.
51. Y ahora habla Jesús con palabras muy fuertes de
algo muy malo: cuando uno influye para que otro
cometa una acción mala.
54. Con esas frases radicales, Jesús nos quiere decir que
para ser sus discípulos no debemos conformarnos con la
mediocridad, sino que debemos ser auténticos o
radicales, que quiere decir que el pensamiento de Jesús
no influya sólo en algo exterior, sino que nos llegue hasta
lo más hondo de nuestro ser.
55. Alguno dirá: ¿Y qué
puede haber tan
importante o más que
las manos, los pies o los
ojos? Pueden ser las
riquezas. Hoy el apóstol
Santiago en la 2ª lectura
pone en guardia a los
ricos porque quien tiene
riquezas es muy fácil
apegarse a ellas y
cometer injusticias
grandes.
Santiago 5, 1-6
56. Ahora, vosotros, los ricos, llorad y lamentaos por las
desgracias que os han tocado. Vuestra riqueza está
corrompida y vuestros vestidos están apolillados.
Vuestro oro y vuestra plata están herrumbrados, y
esa herrumbre será un testimonio contra vosotros y
devorará vuestra carne como el fuego. ¡Habéis
amontonado riqueza, precisamente ahora, en el
tiempo final! El jornal defraudado a los obreros que
han cosechado vuestros campos está clamando
contra vosotros; y los gritos de los segadores han
llegado hasta el oído del Señor de los ejércitos.
Habéis vivido en este mundo con lujo y entregados al
placer. Os habéis cebado para el día de la matanza.
Condenasteis y matasteis al justo; él no os resiste.
57. No es que Dios condene a un rico por el
hecho de ser rico, sino por las injusticias
que suele haber por causa de las riquezas.
Y esto se
aplica a los
individuos,
como a las
naciones
ricas con
respecto a
las pobres.
58. Sobre todo
con el
problema de
la
emigración,
muchos no
tienen más
remedio para
subsistir que
trabajar con
un sueldo
ridículo.
El apóstol se fija especialmente cuando se
defrauda en el jornal a los obreros.
59. Este problema se acentúa con respecto a los niños.
Muchos, en vez de aprovechar su infancia para crecer en
todos los sentidos humanos, son aprovechados o
esclavizados. Y tienen que trabajar porque no tienen más
remedio.
60. Jesús, cuando recita las bienaventuranzas, no es que
condene al rico como tal, sino al apego al dinero. Y
precisamente por ese apego se dan todas esas
injusticias en el mundo.
Recordamos
al joven rico.
Jesús le
quería hacer
apóstol, pero
el apego a
las riquezas
le apartó del
gran camino.
61. Terminamos diciendo a éstos y a todos
nosotros que “las cosas de la tierra son como el
viento que pasa”, y que sólo hay una cosa
importante: estar con el Señor y seguirle a Él.
62. Todas las cosas de nuestra tierra
son como el viento
que va veloz.
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