Informe CPP: EL CARTERISMO Y SUS VÍCTIMAS. La Distracción.

INFORME CPP: EL CARTERISMO Y SUS VÍCTIMAS. LA DISTRACCIÓN
Informe elaborado por el Departamento de Comunicación de CPP Protección y Servicios, S.A.U.
Vía de los Poblados, 1. Edificio B, 2ª Planta. Parque Empresarial Alvento. 28033 · Madrid
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EL CARTERISMO Y SUS VÍCTIMAS
La distracción
INFORME ELABORADO POR CPP PROTECCIÓN Y SERVICIOS DE ASISTENCIA S.A.U.
JUNIO 2013
CPP Protección y Servicios de Asistencia S.A.U. es una compañía de seguros y servicios de
asistencia que protege y ayuda a las personas cuando sufren ciertas eventualidades, como aquellas
derivadas de ser víctima de un carterista. Conscientes de la importancia de la prevención, es necesario
que todos conozcamos en detalle el fenómeno del ‘Carterismo’ para que las víctimas potenciales, todos
nosotros, sepamos cómo evitarlo o qué hacer si lo sufrimos. Esta labor de divulgación es parte del
compromiso de CPP con la protección de las personas y con nuestra misión de hacer a todos la vida
un poco más fácil. Por este motivo, durante 2013, lanzamos la campaña #StopCarterismo, una
investigación y posterior divulgación de todo lo relacionado con los carteristas: Dónde actúan, qué
trucos y técnicas utilizan, qué papel juega la distracción en todo esto, porqué nos distraemos unos más
que otros, qué tipos de carteristas existen, qué hacer si ves a uno en plena acción o si,
lamentablemente, eres víctima de uno de ellos.
Para llevar a cabo esta campaña de divulgación, CPP agradece encarecidamente la
colaboración de los medios de comunicación para contribuir a concienciar a la población acerca de este
problema y, con ello, favorecer que los ciudadanos desarrollen hábitos de autoprotección y seguridad.
Así mismo, está en el interés de todos el que podamos disfrutar de ciudades más segura, más
cómodas para los turistas y más libres del problema de robo de carteras, bolsos o móviles, entre otros.
Por ello, invitamos a todos los ciudadanos a que colaboren en esta campaña difundiendo la información
contenida en este informe.

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ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN: EL CARTERISMO, LAS VÍCTIMAS Y LA DISTRACCIÓN
2. LA ATENCIÓN COMO FENÓMENO COGNITIVO
3. EXPERIMENTO CPP: TEST DE VULNERABILIDAD AL CARTERISMO
4. LOS 28 MOMENTOS Y LUGARES DE RIESGO
5. LOS NUEVE TIPOS DE VÍCTIMAS MÁS COMUNES
6. EL TURISTA: LA VÍCTIMA PREDILECTA
7. CONSEJOS PARA EVITAR SER VÍCTIMA
8. NOTICIAS DE ACTUALIDAD, VÍDEOS Y OTROS ENLACES DE INTERÉS
9. REFLEXIÓN FINAL

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1. INTRODUCCIÓN: EL CARTERISMO, LAS VÍCTIMAS Y LA DISTRACCIÓN
El problema del carterismo tiene un único culpable, el carterista. De eso no hay duda. En nuestro
primer informe “El Carterismo y Los Carteristas”, hecho público en Abril de 2013, analizamos la figura
del delincuente, los distintos tipos que existen, dónde actúan, qué técnicas usan, legislación vigente al
respecto y algunos otros aspectos centrados en el malhechor. En este segundo informe vamos a
centrarnos en la víctima con el objetivo de identificar porqué hay gente a la que roban más y gente a la
que roban menos y, en la medida de lo posible, señalar lo que la víctima puede hacer para evitar sufrir
robos o hurtos de este tipo.
Antes de entrar a fondo en la víctima directa, la que sufre el robo, debemos mencionar las víctimas
colaterales del carterismo. El primer tipo de víctima indirecta es el pequeño comercio situado en
zonas afectadas por este problema. Éstos ven menguar la visita de clientes cuando en sus alrededores
merodean carteristas o incluso cuando les roban dentro de sus establecimientos. Tiendas, restaurantes
y hostales sufren el problema tanto como las víctimas. La segunda víctima colateral es la industria
turística en general de esa zona, de esa ciudad o de ese país. Cuando el carterismo ataca un destino
turístico concreto éste sufre por dos flancos. Lo que roban al turista afecta al gasto que éste realice en
el destino y, por otro lado, menoscaba la imagen que se tiene de ese destino. La gente olvida
fácilmente al camarero que le atendió correctamente, la sabrosa paella o la playa con vistas
maravillosas pero siempre recuerdan la anécdota negativa. El turista que ha vivido una experiencia
desagradable la traslada a sus allegados de regreso en su país y esa publicidad negativa es muy difícil
de contrarrestar. Y la tercera víctima colateral es la economía de todo el país en su conjunto. Y no sólo
porque, como sucede en España, el sector turístico sea de vital importancia y afecte al resto de
sectores sino porque, además, este tipo de delitos reiterados supone un alto coste para el sistema
judicial y la necesidad de destinar recursos policiales a combatirlo. Recursos policiales y judiciales que
dejan de dedicarse a otros asuntos. Una vez dicho esto pasemos al tipo de víctima que vamos a
analizar que es la que sufre directamente el delito.
La compañía de seguros y servicios de asistencia CPP lleva años
gestionando casos de gente que acaba de sufrir un percance de estas
características y se ha percatado de que hay personas que sufren más
robos que otras. El análisis de los robos denunciados por clientes de los
productos CPP Protección de Tarjetas (robos de carteras y bolsos) y CPP
Móvil Seguro (robos de móviles) indican que la distracción es, casi
siempre, el mejor aliado de los carteristas. Por ello, en este informe
hemos querido profundizar en ese fenómeno cognitivo conocido como la
distracción. Si para el primer informe contamos con los que mejor
conocen al delincuente, las fuerzas policiales, en este caso nos hemos
puesto en manos de una de las personas que mejor conoce el
funcionamiento del cerebro humano, el Profesor Manuel Martín-Loeches.
Doctor en Psicología y profesor de Psicobiología en la Universidad
Complutense de Madrid, Martín-Loeches es también responsable de la
Sección de Neurociencia Cognitiva del Centro de Evolución y
Comportamiento Humanos. Ha trabajado en las universidades alemanas
de Konstanz y Humboldt de Berlín así como en el University College de Londres. Colabora
habitualmente en diversos medios de comunicación y ha publicado cientos de artículos científicos. Es
autor de los libros “¿Qué es la actividad cerebral?, Técnicas para su estudio” y “La mente del homo
sapiens: El cerebro y la evolución humana” y, junto a Juan Luis Arsuaga, acaba de publicar “El sello
indeleble: pasado, presente y futuro del ser humano”. A Manuel, es frecuente verle en congresos y
conferencias hablando sobre temas como el estudio de la atención, la memoria, el lenguaje y la
emoción, sus áreas de especialidad y que son, precisamente, el tema que nos ocupa. La colaboración

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de Manuel es, por tanto, la piedra angular de este informe y su análisis de la distracción como arma de
los carteristas la clave para explicar qué sucede en la mente humana cuando un carterista nos
roba la cartera, el bolso o el móvil y no nos damos cuenta. Con esta investigación hemos querido
averiguar si hay algo que podemos hacer para conseguir ser menos vulnerables a los carteristas y,
para ello, primero debemos responder a preguntas como estas: ¿Cuándo y porqué nos distraemos?;
¿Por qué hay personas que se distraen más que otras?; ¿Podemos saber si somos de los que se
distraen con facilidad?; ¿Qué es lo que nos hace distraernos a cada uno?; ¿Es esto igual para todos o
hay cosas que me distraen a mí y a otro persona no?; Si los estímulos externos nos distraen ¿entonces
es mejor andar aislado del resto del mundo o eso, precisamente, me hará más vulnerable?; ¿Cómo
aprovechan los carteristas estas distracciones?; ¿Cómo las generan?; Y por último, ¿qué podemos o
debemos hacer?
El estudio de Martín-Loeches sobre la distracción ha sido complementado con la identificación de
momentos y lugares de riesgo así como aquellos hábitos inseguros que hacen que estemos más o
menos expuestos a este tipo de delitos. Todos estos factores son aliados de los carteristas y en los que
la víctima tiene mucho que decir. La combinación de la distracción, algún hábito inseguro y la
presencia en un momento y lugar de riesgo es lo que convierte a una persona en víctima.
2. LA ATENCIÓN COMO FENÓMENO COGNITIVO
LA DISTRACCIÓN, UN DESVÍO DE LA ATENCIÓN
Entre los factores que pueden influir, modular o determinar la vulnerabilidad de las personas al
carterismo, al robo sin violencia, por descuido, cobra mucha importancia la variable Atención. Si
estamos perfectamente atentos a nuestra cartera es imposible que nos la roben. Lo que hacen los
carteristas es aprovechar que no estamos atentos a ella o generar un desvío de la atención para que el
sujeto no sea consciente del robo. El cerebro humano es incapaz de no estar atento a nada, siempre
atiende a algo. Definimos entonces distracción como el fenómeno que ocurre en el cerebro
humano, de manera consciente o inconsciente, para que éste desvíe la atención de una cosa
hacia otra. Es lo que popularmente se denomina un despiste. Esos desvíos de la atención son los que
generan los carteristas, o de los que se aprovechan, para la sustracción de carteras, bolsos, móviles u
otros objetos personales.
La distracción, como hemos dicho, es una
desviación de la atención por parte de un sujeto cuando
éste debe atender a algo específico. Es decir, cuando la
atención se orienta en un sentido diferente al esperado o al
necesario. Las distracciones pueden incluso llegar a
causar recuerdos débiles y mal codificados, causando un
fallo de memoria. Quizá esto explique porqué a veces no
recordamos cómo ni dónde nos han robado la cartera o el
móvil. Claramente, andábamos distraídos.
La distracción puede producirse de forma
absolutamente mecánica, por una falta de interés en el
objeto de la atención, por un mayor interés o atracción
hacia algo diferente al objeto de la atención o bien por trastornos o reducción de la atención. En todo
caso, las distracciones pueden provenir de fuentes externas, estímulos percibidos por nuestros
sentidos, como un sonido o una imagen que nos llaman imperativamente la atención, o de fuentes
internas, como el pensamiento, la emoción, las fantasías o las urgencias físicas, y es normal que todos

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tengamos lapsus de atención, en mayor o menor medida, de forma habitual. Para entenderlo mejor,
repasemos varios conceptos.
TIPOS DE ATENCIÓN
Los psicólogos distinguen dos tipos de Atención: Voluntaria e Involuntaria. Caminar por
un tejado demanda mayor consciencia y cuidado en cada paso que se da (voluntaria) que pasear por
un prado (involuntaria). En otras palabras, hay actividades que implican un esfuerzo especial y otras,
en cambio, como ver pasar gente, puede llamar la atención y despertar la curiosidad de una manera
espontánea, casi sin esfuerzo alguno. Además, en neurociencia se habla de atención endógena y
exógena. La exógena es la atención refleja (oímos un ruido y miramos hacia el lugar del que proviene
de forma automática) y la endógena, que responde a la capacidad de orientar nuestra atención de
forma voluntaria hacia lugares o procesos internos determinados (realizar una suma).
La atención tiene, además, dos puntas: la dispersión y la concentración. La dispersión
hace que atendamos múltiples detalles sin destacar ninguno. Y la concentración en un único aspecto
conlleva el olvido de los demás. La dispersión suele conllevar una menor eficiencia en los detalles
atendidos sin embargo, ejemplos famosos de dispersión sin menoscabo de los detalles son los de Julio
César, Mahoma, Santo Tomás de Aquino y otros genios, de los que se dice que tenían la capacidad de
dictar simultáneamente a varios amanuenses diferentes a la vez sobre materias diversas. De ser cierto,
esto resaltaría la genialidad de los personajes mencionados porque es sumamente raro que la mente
humana pueda fijar la atención en tareas distintas al mismo tiempo. Y un caso famoso de
concentración es el que cuenta la leyenda sobre Arquímedes, el sabio griego que descubrió el principio
físico de la flotación de los cuerpos, salió desnudo a proclamarlo con su inmortal “¡Eureka, lo he
descubierto!”. En toda actividad, la atención tiende a concentrarse pero también a dispersarse.
¿QUÉ ES LO QUE DISTRAE NUESTRA ATENCIÓN?
Hay infinidad de factores que distraen la atención. Una aguda depresión, ansiedad,
cansancio, falta de estímulo y problemas orgánicos facilitan la distracción y, recientemente, se ha
comprobado que existen alteraciones bioquímicas y neurológicas que afectan al sistema de atención
de una persona, como la falta de dopamina, aunque son casos aislados y subsanables con diversos
fármacos. La gran mayoría de las personas se distrae por otros factores. Existen factores culturales,
por ejemplo, que podríamos encuadrar dentro de la atención selectiva. Por ejemplo, en nuestra
sociedad es aceptada la idea de que hablar representa poder y escuchar no. Así, en una conversación,
muchas veces esperamos ansiosamente a que el otro se calle para ejercer el poder de hablar. Este
pensamiento elimina, en gran medida, la atención necesaria. Al final nos hallamos incapacitados para
recordar lo que se mencionó. No atendemos porque sólo escuchamos lo que deseamos oír. En otras
palabras, filtramos la información de acuerdo con nuestras opiniones, nuestros juicios y nuestros
prejuicios. Calificamos, en silencio, de tonto o incapaz al hablante y no le prestamos la atención
necesaria para que haya una comunicación eficaz. Estamos voluntariamente atentos sólo a lo que
queremos debido a factores culturales. Y luego existe un factor importante de la época actual que es
el exceso de estímulos visuales y sonoros que recibe cotidianamente cualquier persona. En
consecuencia, resulta muy fácil distraerse y muy difícil concentrarse.
Todos hemos oído alguna vez a alguien decir que no recuerda un acto que acaba de realizar
hace un momento, se autocalifican de olvidadizos: “¿Dónde he dejado el móvil, las llaves, dónde he
aparcado el coche?”. Se ha demostrado que el 50% de esos desmemoriados lo son no porque tengan
mala memoria sino porque no pusieron la debida atención en lo ejecutado. Realizan actos mecánicos,
es decir, no conscientes. No recuerdan esos actos porque no han sido atendidos suficientemente. La
atención, de alguna forma, graba impresiones notablemente claras y aumenta
considerablemente la potencia de las facultades mentales, dándole una fuerza que no poseen de

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ordinario. Por ejemplo, un dolor se vuelve más agudo cuando la atención se fija en él y lo mismo
sucede con cualquier actividad, tarea o experiencia humana que se emprenda con plena atención. Es
conocido el caso de las madres que se despiertan cuando escuchan cualquier leve queja del bebé pero
que permanecen dormidas ante otros ruidos de mayor intensidad. El hecho de que un estudiante, por
ejemplo, prepare un examen mientras escucha la radio o mira la televisión repercutirá en un bajo
aprendizaje. Debemos recordar que el proceso de atención implica un desgaste de la energía cerebral
por lo que si una persona intenta ejecutar dos trabajos al mismo tiempo, la energía cerebral que implica
ese proceso se gasta en prestar atención a los distractores o dispersores. Además, el estudiante se
cansa con mayor facilidad porque el gasto de dicha energía se incrementa.
Existen otros tres conceptos de la psicología interesantes para nuestro estudio que son el foco
de atención, la distracción mental y la atención conjunta. Al
igual que hace la psicología moderna para estudiar el fenómeno de
la distracción, hemos realizado un recorrido por el mundo de la
magia para explicar estos tres conceptos y mostrar su estrecha
relación con la forma de actuar de los carteristas ya que, como
veremos, los paralelismos son evidentes. Dentro del mundo de la
magia existe una modalidad llamada Pickpocketing que consiste en
robar, de forma limpia, divertida y respetuosa, los elementos que
un espectador tiene en su poder. Daniel de Benito, de The Magic
Factory (www.magoenmadrid.com), explica que “este tipo de mago
posee la habilidad manual, verbal y gestual que permite distraer a
la víctima para «robarle» sin que ésta se percate“. Hay técnicas
psicológicas que también emplean los carteristas reales como el análisis de la percepción, del
comportamiento, de los sentidos, de la atención y de la transmisión de emociones y mensajes
impactantes. En el espectáculo de magia sabemos que nos van a engañar y podemos incluso conocer
el truco pero los buenos magos siempre nos fascinan. El arte para mostrarnos una realidad imposible
nos seduce y, en los últimos años, ha ayudado a los científicos a conocer más sobre las limitaciones
del cerebro humano, sobre los mecanismos neuronales de la atención y sobre lo fácil que es
distraernos. Susana Martínez-Conde, neurocientífica y directora del Laboratorio de Neurociencia Visual
del Instituto Neurológico Barrows, en Phoenix (Arizona), ha investigado con magos e ilusionistas que le
han llevado a descubrir sus secretos para manipular la consciencia. Unos secretos que los carteristas,
en mayor o menor medida, también conocen y aplican a la hora de ejecutar sus delitos.
Estos tres conceptos se utilizan tanto en neurociencia cognitiva como en la magia:
1.- El foco de la atención: La atención funciona como una linterna. Aquello a lo que prestamos
atención se ilumina, aparece más sobresaliente, más brillante, mientras que aquello a lo que no
prestamos atención queda en la oscuridad. El cerebro lo suprime de forma activa. Es la visión tipo
túnel, sólo vemos lo que hay en el centro.
2.- La distracción mental: Los magos la utilizan de forma que
generan un diálogo interno en el espectador. Hacen que el
espectador se cuestione preguntas para que este diálogo interno lo
mantenga ocupado y distraído de lo que está ocurriendo
exactamente en ese juego de magia. Ya hemos hablado de la
atención endógena y exógena. Pues bien, los magos pueden
jugar con una modalidad de la atención u otra, o con ambas, al igual
que los carteristas. Cuando un mago o un carterista es capaz de
generar en alguien un diálogo interno (distracción de la atención
endógena) y le presentan un estímulo lo suficientemente inesperado
(distracción de la atención exógena), al espectador o a la víctima no

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le quedarán recursos atencionales para centrarse en lo que está ocurriendo realmente.
3.- La atención conjunta: Es la propiedad que tenemos todos de prestar atención a lo que creemos
que otras personas también prestan atención. Por ejemplo, si salgo a la calle y miro hacia arriba, al
poco rato habrá un corrillo de personas mirando hacia arriba para ver qué pasa. Esto lo utilizan mucho
los magos, son claves sociales de la atención.
LA DISTRACCIÓN, UNA ALARMA MUY EFICAZ
El cerebro ahorra energía previendo lo que es posible que suceda y en esta capacidad de
predicción reside parte de su eficiencia. Si estamos en medio del campo, ensimismados en la lectura
de un libro, un sonido como el zumbido de los insectos, que forma parte de la escena, pasará
desapercibido porque la corteza auditiva ya está familiarizada con ese sonido en ese espacio. Sin
embargo, si en un momento dado oyéramos algo inesperado, como un trueno, esta área se activaría
para procesar la información novedosa. Esto explica por qué, a veces, no nos damos cuenta del tic-tac
de un reloj o del goteo de un grifo. El cerebro, por así decirlo, inhibe estos ruidos monótonos y, a no ser
que cambien o que conscientemente les prestemos atención, no llegan al nivel de la consciencia. Esta
capacidad que tiene nuestro cerebro de anticipar conclusiones, es lo que entra en juego en el
ilusionismo, los chistes gráficos, o simplemente en la pintura. También en el carterismo.
Nuestro sistema cognitivo busca
constantemente el equilibrio entre la
concentración y la distracción. La primera
posibilita que podamos centrarnos en tareas que
requieren toda nuestra atención, bloqueando lo que
nos rodea y evitando que nos desviemos con
estímulos ajenos que nos impactarían
negativamente, y la segunda nos permite ser
capaces de detectar, al mismo tiempo, aquellos
cambios que puedan afectar a nuestra
seguridad. No sería eficaz un sistema que
bloqueara todo de manera completa porque
representaría un peligro pero esta capacidad
tiene un precio, la posibilidad de que nos
distraigamos con estímulos irrelevantes.
Trabajos recientes, como los realizados
sobre distracción auditiva por el equipo de
Psicología Cognitiva del grupo de Investigación de
Neuropsicología Clínica de la UIB, indagan sobre los mecanismos mentales responsables de la
distracción y abre la puerta a mejorar los sistemas de alerta. Según estas investigaciones, la
distracción por cambios auditivos se produce, sobre todo, porque hay sonidos que se presentan de
forma inesperada. No esperamos esos estímulos y eso es lo que dispara la distracción. Y lo
mismo ocurre, y con la misma intensidad, con estímulos táctiles y visuales. La vida, nuestra vida, se ha
abierto paso en un mundo lleno de peligros que el cerebro debe detectar rápidamente para no ser parte
del festín de alguna fiera pero registrar todo lo que en cada momento nos rodea es imposible. Por eso
el cerebro sólo es consciente de lo que cambia a su alrededor. Cuando un estímulo se mantiene
constante en el tiempo pierde interés para el cerebro. Poco después de vestirnos no sentimos la ropa,
a no ser que un estímulo externo concreto nos haga desviar la atención de nuevo a la ropa: “¡Lleva
usted una mancha!”. De igual forma, si alguien nos roza en el bolsillo de atrás del pantalón donde
llevamos la cartera varias veces llega un momento en el que el cerebro inhibe ese estímulo.

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En resumen, la atención es el resultado de un interés que prevalece y la distracción, un
desplazamiento de la atención debido a múltiples factores. No es una falta de atención sino el
desarrollo de una atención dirigida a otro lugar o aspecto de la realidad. Determinar
científicamente el nivel de vulnerabilidad a la distracción de una persona y averiguar cómo
mejorar los caminos de la atención puede resultar de gran ayuda para evitar que, en
determinados contextos, esa atención desplazada tenga consecuencias e implicaciones
negativas.
3. EXPERIMENTO CPP: EL TEST DE VULNERABILIDAD AL CARTERISMO
Para poder medir la vulnerabilidad de cada uno al carterismo debemos primero identificar qué
variables son más relevantes en este fenómeno, qué factores concretos de la personalidad del
individuo son los mejores predictores de la vulnerabilidad individual a la distracción y, por tanto, a sufrir
un robo de este tipo. Una vez determinados esos factores hemos diseñado El Distractómetro, una
herramienta basada en diversas pruebas psicotécnicas que evalúan la capacidad de distracción de
cada persona y cuyo resultado es completado con una entrevista personal sobre hábitos y experiencias
pasadas con este tipo de incidentes. Una vez analizado el resultado total obtenemos lo que hemos
denominado como Coeficiente de Robabilidad de cada persona. Es una cifra entre 1 y 10 que, de
algún modo, nos indica si somos más o menos vulnerables o propensos a convertirnos en víctimas de
un carterista.
EL DISTRACTÓMETRO DE CPP
Los factores que pueden influir, modular o determinar la vulnerabilidad de las personas al
carterismo son todos aquellos que puedan afectar a la atención y éstos son muy variados. Sin
embargo, hay algunos más pertinentes que otros para el tema que nos ocupa. Tras la exploración de
los métodos utilizados por los carteristas, el análisis de los informes de la Policía y los testimonios de
las propias víctimas, hemos recurrido a la neurociencia cognitiva y a los avances que ha realizado en
este campo en las últimas décadas para identificar como potenciales variables a explorar las
siguientes:
3.1 VARIABLES EXPLORADAS MEDIANTE ENCUESTA
A) La influenciabilidad por los demás
B) El modo habitual (por defecto) de pensamiento
C) La emocionabilidad
D) Las capacidades perceptivas (principalmente visuales)
3.2 VARIABLES EXPLORADAS MEDIANTE PRUEBA PSICOTÉCNICA
E) La capacidad de atención básica
F) La capacidad de memoria operativa o de trabajo
G) La empatía
Estas siete variables se exploran en dos fases y mediante dos metodologías distintas, dada la
susceptibilidad de cada una de éstas a ser medidas de manera individual, mediante cuestionario por
parte del individuo, o a la necesidad de la presencia de un profesional que determine las mediciones.
Así, las variables A, B, C y D pueden ser exploradas mediante una encuesta realizada a una muestra

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amplia de la población española. Las variables E, F y G serán analizadas mediante un test psicotécnico
sencillo y de breve duración. El estado actual de la investigación ha completado lo pertinente a las
variables A, B, C y D, algo que nos permite extraer algunas conclusiones válidas. Las variables E, F y
G están en fase de prueba. Se trata de las pruebas enmarcadas dentro del Test de Vulnerabilidad al
Carterismo llevado a cabo el 20 de junio en Madrid y cuyas conclusiones divulgaremos unas semanas
después.
3.1 VARIABLES EXPLORADAS MEDIANTE ENCUESTA
La encuesta, realizada a un total de 1.000 personas del territorio español, ha sido llevada a
cabo de forma exploratoria ya que su principal utilidad ha sido la de identificar las variables que mejor
predicen la vulnerabilidad al carterismo. Por ello, la encuesta contaba con la pregunta de si se ha sido
víctima del carterismo, entendido como sustracción de cartera, bolso, móvil u otro objeto personal sin
consciencia de ello en el momento de producirse, en cuántas ocasiones y cuándo fue la última vez
que esto ocurrió. Además, se han identificado los lugares, usos y costumbres que conllevan mayor
riesgo. Normalmente, la identificación del lugar conlleva la actividad llevada a cabo. Así, si el lugar es el
transporte público, la actividad no puede ser otra que la del desplazamiento. Otra variable que ha
recogido la encuesta es la edad, pues la capacidad de atención varía con ésta, y el género, con fines
meramente exploratorios. El resto de variables específicas exploradas mediante la encuesta se
describe a continuación:
A) La influenciabilidad por los demás: Una variable muy importante sobre la atención es el
carácter eminentemente social del ser humano. La influenciabilidad por los otros tiene a su vez
relación con la empatía. De esto, precisamente, se aprovechan con frecuencia los cartersitas y
nos piden la hora o nos preguntan dónde está una calle. Nosotros nos deshacemos en serles
gratos pero habría grados, evidentemente. Para medir esto, hemos utilizado las siguientes
preguntas (valorando como 0 casi nunca; 1, pocas veces; 2, unas veces sí otras veces no; 3,
muchas veces; 4, casi siempre):
1. “La opinión de los demás cuenta mucho para mí”
2. “Es fácil para mí contagiarme del estado de ánimo de los otros”
Esta variable, en su vertiente más relacionada con la empatía, también se medirá en el test
psicotécnico mediante prueba psicofisiológica de conductancia de la piel ante estímulos
faciales emocionales.
B) Modo habitual de pensamiento: Los últimos avances en Neurociencia Cognitiva han puesto
de manifiesto la existencia de un sistema cerebral de trabajo que se activa ante la realidad
interior. Es el conocido como “sistema habitual de pensamiento humano por defecto” y consiste
en una red neuronal muy potente que se activa cuando el sujeto está inmerso en sus propios
pensamientos, imaginación, planes de futuro, etc. Curiosamente, tiene una altísima correlación
con la empatía y con los juicios morales. La activación del sistema es incompatible con la
atención a estímulos externos actuales y reales que rodeen al individuo. La facilidad para su
activación o desactivación es variable entre individuos. La mayor o menor propensión con la
que uno entra en este “modo cerebral por defecto”, o modo habitual de pensamiento, se
relaciona con la mayor o menor vulnerabilidad al despiste, especialmente por no estar atento a
la realidad exterior, y, por tanto, a ser víctima del carterismo. Estar en dicho modo cerebral
impediría estar realmente atento a estímulos externos (incluido el acto de carterismo). Es
sinónimo de “estar absorto en sus pensamientos”. Para medir esto hemos utilizado las
siguientes preguntas (valorando como 0 casi nunca; 1, pocas veces; 2, unas veces sí otras
veces no; 3, muchas veces; 4, casi siempre):
3. Puedo imaginar cosas de forma clara y nítida
4. Tiendo con facilidad a pensar en mis cosas, a abstraerme de la realidad.

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C) Emocionabilidad: Los dos factores anteriores relacionados con la empatía, la
sugestionabilidad y la facilidad para abstraerse de la realidad circundante inmediata se
potencian sobremanera por la emocionabilidad del individuo. Por ello, planteamos la hipótesis
de que la mayor o menor emocionabilidad de un individuo también tendría un carácter
predictivo, sola o en combinación con otras variables, respecto a la vulnerabilidad al carterismo.
Para medir esto utilizamos la siguiente pregunta (valorando 0 casi nunca; 1, pocas veces; 2,
unas veces sí otras veces no; 3, muchas veces; 4, casi siempre):
5. Soy una persona muy emocional, me emociono fácilmente. Por ejemplo lloro o
tengo miedo con las películas sentimentales o con las de terror…
D) Calidad perceptiva: Por último, otro tipo de variable importante para la atención y que podría
estar en juego respecto a la vulnerabilidad al carterismo tiene que ver con la calidad
perceptiva. Principalmente, la vista. Por ello, preguntamos por la necesidad del uso de gafas
en la calle, la cantidad de dioptrías, y su uso habitual. Las preguntas fueron:
6. Necesito gafas/lentillas para ir por la calle o ver de lejos (Si/No)
7. En caso de que sí necesite gafas,
A) Dioptrías:
B) Hago uso de ellas [0 casi nunca; 1, pocas veces; 2, unas veces sí otras
veces no; 3, muchas veces; 4, casi siempre]:
Resultados de la encuesta y conclusiones
Los resultados más significativos de la encuesta exploratoria de variables relevantes respecto a
la susceptibilidad al carterismo han revelado lo siguiente:
I. La población robada: El 27% de la población afirma haber sido víctima alguna vez de algún
carterista. El 19% de hombres frente al 34% de mujeres. No hay diferencia significativa por grupo de
edad, todos se mueven entre el 25% y el 30%, pero sí las hay en cuanto a su zona de residencia. En
Madrid y Barcelona, incluidas su áreas metropolitanas, los porcentajes se elevan muy por encima de la
media, al 39% en Madrid y al 36% en Barcelona. En el resto de Cataluña, y también en Baleares, baja
al 24%, en Andalucía al 23% y en Canarias, donde menos, al 19%. El resto de zonas se mantiene en la
media.
II.- El lugar del robo: El 28% afirma haberlo sufrido en un establecimiento hostelero (bar, cafetería,
restaurante u hotel), el 27% en el transporte público y el 21% en una tienda, centro comercial o
mercado. Un poco por debajo, están las fiestas populares o eventos callejeros (14%) y los puntos de
interés turístico (9%). En cuanto a hombre y mujer, con respecto al lugar del robo:
- No hay diferencia en el transporte público (mujer 28% Vs. hombre 27%).
- La mujer declara haber sido robada más en bares, cafeterías, etc. (30% Vs. 24%) y en zonas
comerciales (27% Vs. 14%) que el hombre.
- El hombre, sin embargo, declara más haber sido robado en puntos de interés turístico (15%
Vs. 6%), Fiestas populares o eventos callejeros (14% Vs. 10%), y eventos deportivos (3% Vs.
0%) que la mujer.
III.- Variables neurocognitivas:
A. Los que afirman haber sido robados alguna vez por un carterista presentan niveles más altos de
tendencia a la abstracción en los propios pensamientos, al abstraimiento, que los que nunca han
sufrido un robo de este tipo. Es decir, la variable “Modo habitual (por defecto) de pensamiento”

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se muestra relevante y por tanto predictiva de vulnerabilidad al carterismo. Además, en esta
variable parecen influir la edad y el género.
A1. El 73% de las víctimas afirma poder imaginar cosas de forma clara y nítida frente al 69% de
las no víctimas. El 89% de víctimas de entre 18 y 24 años asegura esto frente al 69% del grupo
45-54. El 78% de víctimas hombres afirma esto frente al 70% de víctimas mujeres.
A.2. El 51% de las víctimas afirma facilidad para soñar despierto frente al 44% de las no
víctimas. El 64% de víctimas de entre 18 y 24 años asegura esto frente al 35% del grupo 55-65.
El 53% de víctimas mujeres afirma esto frente al 46% de víctimas hombres.
B. Los que afirman haber sido robados alguna vez por un carterista presentan niveles más altos de
tendencia a emocionarse fácilmente que los que nunca han sufrido un robo de este tipo. Es decir, la
emocionabilidad, por tanto, parece otro factor predictivo de vulnerabilidad al carterismo.
También hemos identificado diferencias por edad y género.
B1. El 52% de las víctimas afirman emocionarse fácilmente frente al 44% de las no víctimas.
B2. El 65% de víctimas entre 25 y 34 años asegura esto frente al 37% del grupo 55-65.
B3. El 64% de víctimas mujeres afirma emocionarse fácilmente frente al 28% de víctimas
hombres.
Dicho esto, no podemos afirmar con seguridad que el género sea un factor de mayor
vulnerabilidad en este sentido porque las no víctimas se comportan de forma similar en cuanto
a diferencias de género que las víctimas. El 61% de mujeres no víctimas también afirma
emocionarse fácilmente así como el 28% de hombres no víctimas.
C. El resto de variables exploradas se ha mostrado poco relevante respecto a su valor predictivo
para la vulnerabilidad al carterismo. Concretamente, el 19% de las víctimas afirma que la opinión de
los demás cuenta mucho para ellos frente al 22% de las no víctimas y el 25% de las víctimas
asegura que es fácil para ellos contagiarse del estado de ánimo de los demás frente al 24% de las
no víctimas. Por tanto, el factor influenciabilidad no parece predictivo para la vulnerabilidad al
carterismo. Lo mismo ocurre con la calidad perceptiva. El 48% tanto de víctimas como de no
víctimas necesita gafas aunque se observa una pequeña diferencia en cuanto al uso frecuente de
las mismas. De las víctimas que necesitan gafas, el 82% afirma usarlas frecuentemente y de las no
víctimas, el 87% de ellas asegura llevarlas asiduamente. No obstante, al no detectarse diferencias
entre víctimas y no víctimas sobre la necesidad de uso de gafas no estimamos que sea un factor
que influya en la mayor o menor vulnerabilidad.
Conclusión: La fase encuesta nos dice que debemos descartar “influenciabilidad” y “calidad
perceptiva” y seleccionar “modo habitual de pensamiento” y “emocionabilidad” como las dos
variables que completan las tres pruebas psicotécnicas que se describen a continuación:
3.2 VARIABLES EXPLORADAS MEDIANTE PRUEBA PSICOTÉCNICA
Para el test psicotécnico se sugieren, en base a conocimientos extraídos de la Neurociencia
Cognitiva (como dijimos, especialmente de los estudios sobre magia), una serie de pruebas breves que
puedan seguir ahondando y complementando la información obtenida mediante la encuesta sin las
limitaciones impuestas por el formato de autoinforme. La presencia del evaluador y de los materiales
técnicos necesarios facilitaría por tanto la posibilidad de realizar las pruebas que a continuación se
refieren:

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a) La Memoria de trabajo: En Psicología Cognitiva suelen relacionarse atención, consciencia y
memoria de trabajo (o memoria operativa). Una atención limitada suele estar relacionada con una
capacidad de memoria de trabajo limitada y esto, a su vez, con que las cosas ocurran dentro o
fuera de la consciencia. Por ello, vamos a medir la memoria de trabajo pues existen pruebas
sencillas y fiables para ello. La prueba consiste en presentar series numéricas aleatorias
progresivas, comenzando por tres dígitos y llegando hasta seis. Se menciona cada número cifra a
cifra y el sujeto debe evocarlos inmediatamente y en orden inverso. Habrá dos oportunidades por
cada longitud de serie y se pasa a la siguiente longitud en cuanto se haya realizado correctamente
la primera de las dos posibilidades de una determinada longitud. Si se fallan las dos oportunidades
para una longitud dada se para la prueba y se establece el límite en la longitud previa contestada
correctamente. La media natural suele estar en 5 números. Valores por encima o por debajo de
esta cifra indicaría, por tanto, mayor o menor capacidad (respectivamente) de memoria de trabajo.
Series numéricas:
328 8649 68472 562843
461 7524 92375 439817
b) La capacidad atencional: La atención se considera la variable más relevante, como hemos visto,
y por tanto la medición de la capacidad atencional es básica. Un test estandarizado y sencillo a
este respecto es el conocido como Test d2. Consiste en que el sujeto localice estímulos con
características específicas (letras d acompañadas de dos palitos) inmersos en una serie de
estímulos distractores no válidos (letras d acompañadas de uno o tres palitos). Para cada serie de
22 estímulos (incluidos los estímulos diana y los estímulos distractores) se da un máximo de 20
segundos. En aras de la brevedad necesaria para la prueba, se utilizará una adaptación abreviada
de dicho test, haciendo 7 series en lugar de 14, y midiéndose los valores TA (Total de Aciertos). El
valor TR mide la cantidad de trabajo realizado, O las omisiones, o control atencional, y C las
tachadas erróneamente, o control inhibitorio. Los valores obtenidos se compararían con los
esperados para una muestra de adultos jóvenes, divididos por la mitad a causa de la adaptación
de la prueba. A partir de dichos valores se estima la mayor o menor capacidad atencional básica
de una persona.
c) La empatía: El carácter eminentemente social del ser humano hace que una variable muy
importante sobre la atención sea la empatía, esa capacidad para meternos en las mentes de los
demás o sentir sus mismos sentimientos. Es, en un principio, un factor relevante en el carterismo
ya que de esto se aprovechan con frecuencia los carteristas. Nos piden la hora, o dónde está una
calle y nos deshacemos en serles gratos pues la empatía es innata en el ser humano, si bien
presenta un rango amplio de variabilidad. Esto es lo que vamos a medir. La empatía, además, se
potencia por la emocionabilidad del individuo. Veremos si la mayor o menor emocionabilidad de
un individuo, en combinación con su nivel de empatía, tiene o no un carácter predictivo respecto a
la vulnerabilidad al carterismo. En esta prueba, por tanto, se combinarán ambas variables
mediante la presentación de tres tipos de estímulos vinculados con la empatía y la
emocionabilidad. Mediante estímulos faciales vinculados a la expresión de miedo, por ser ésta una
de las emociones más intensas y activadoras del sistema límbico, se medirá la reacción del sujeto
mediante respuesta galvánica de la piel (eSense Skin Response, de Mindfield Biosystems) y
respuesta verbal. Dependiendo de cómo el sujeto elicite sentimiento emocional alguno y de la
amplitud de la respuesta galvánica, se indicará un grado de empatía y emocionabilidad concreto.
Los estímulos y su procedimiento son los siguientes:
c.1) Cara expresando miedo intenso presentada subliminalmente seguida de una cara neutra.
Las caras serán extraídas de la base de datos de Paul Ekman. Se mide la reacción del sistema
nervioso simpático mediante respuesta galvánica de la piel, su mayor o menor amplitud, y el
reporte verbal del sujeto acerca de si ha sido capaz de ver la cara presentada subliminalmente
y lo que ha sentido.

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c.2) Blanco de los ojos expresando miedo intenso, presentado subliminalmente seguido de una
cara neutra. Los ojos y la cara están extraídos del trabajo de Whalen et al. (2004). Se mide la
reacción del sistema nervioso simpático mediante respuesta galvánica de la piel, su mayor o
menor amplitud, y el reporte verbal del sujeto acerca de si ha sido capaz de ver la cara
presentada subliminalmente y lo que ha sentido.
c.3) Cara expresando miedo intenso presentada supraliminalmente extraída de la base de
datos de Paul Ekman. Se mide la reacción del sistema nervioso simpático mediante respuesta
galvánica de la piel, su mayor o menor amplitud, y el reporte verbal del sujeto acerca de lo que
ha sentido. Esta prueba es la más sencilla de las tres pero se sitúa en último lugar para evitar el
efecto “priming” o facilitador del procesamiento de estímulos más difíciles de detectar (pruebas
c1 y c2) y porque en caso de respuestas nulas a c1 y c2 esta prueba podría considerarse un
estado de partida mínimo y basal.
EL COEFICIENTE DE ROBABILIDAD: Es un valor entre 0 y 10 puntos donde 0 indica no vulnerable y
10 muy vulnerable. El sistema de puntaje se establece de la siguiente forma:
PRUEBAS PSICOTÉCNICAS:
a) Memoria operativa (0-2 puntos)
0: Serie numérica de 6 cifras, superior a la media.
1: correspondería al valor medio (5)
2: valor inferior al medio (4 o menos)
b) Atención básica (0-2 puntos)
0: Total de Aciertos superior a la media.
1: Total de Acierto en la media.
2: Total de Aciertos inferior a la media.
c) Empatía (0-3 puntos)
0: No hay ninguna reacción significativa.
1: Sólo se aprecia una reacción significativa a la presentación supraliminal (Prueba c3)
2: Se aprecia reacción significativa a la presentación supraliminal (c3) y a la cara subliminal (c1)
3: Se aprecia reacción significativa a las tres presentaciones.
Dichos valores se podrán ver matizados en función del reporte verbal del individuo.
CUESTIONARO PREVIO:
d) Modo habitual de pensamiento (0-2 puntos)
0: Respuesta negativa a ambas preguntas.
1: Respuesta negativa a una pregunta y afirmativa a otra.
2: Respuesta afirmativa a ambas preguntas.
Preguntas: Puedo imaginar cosas de forma clara y nítida; Tiendo con facilidad a pensar en mis cosas, a
abstraerme de la realidad.
e) Emocionabilidad (0-1 punto)
0: Respuesta negativa a la pregunta.
1: Respuesta afirmativa a la pregunta.
Pregunta: Soy una persona muy emocional, me emociono fácilmente. Por ejemplo lloro o tengo miedo
con las películas sentimentales o con las de terror…
Sumados todos los puntos el coeficiente se podría agrupar en estos 3:

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0-3 POCO VULNERABLE
4-6 VULNERABLE
7-10 MUY VULNERABLE
Nota: El cuestionario está completado con la pregunta filtro de si ha sido o no víctima alguna vez y
dónde. Además, hemos incluido otras cinco de usos y costumbres para determinar si las personas que
presentan altos coeficientes de robabilidad poseen unos hábitos u otros. Son estas cinco preguntas:
Cuando voy a estar en la calle o a coger el transporte público…
a) Soy de los que revisan que guarda el móvil y la cartera en un lugar seguro antes de salir de casa.
b) Soy de los que llevan la cartera y el móvil a mano por si los necesito y no quiero perder tiempo.
Cuando estoy en una cafetería, una terraza o un bar…
a) Nunca dejo el móvil encima de la mesa y, aunque atiendo a la conversación, permanezco alerta por
si sospecho de algún ladronzuelo merodeando.
b) Soy de los que cuelgan la chaqueta en el respaldo de la silla y a disfrutar del momento, y el móvil
encima de la mesa por si me llaman o recibo un mensaje.
Si alguien me pregunta algo, una dirección, o me ofrecen algo...
a) Nunca hago caso. Sigo mi camino sin más.
b) Atiendo la petición porque soy una persona amable.
Si me choco con alguien o me veo envuelto en un tumulto repentino…
a) Enseguida sospecho y reviso que siga llevando el móvil o la cartera encima.
b) Me suelo disculpar, cedo el paso y luego sigo mi camino.
Cuando estoy de viaje…
a) Siempre estoy al tanto de todo. No quiero que nada me estropee las vacaciones.
b) Me dedico a disfrutar y a pasármelo bien. No a estar preocupado constantemente.
4. LOS 28 MOMENTOS Y LUGARES DE RIESGO
La distracción juega un papel importantísimo pero en nuestra investigación hemos detectado
algunos lugares y momentos concretos en los que somos más vulnerables a convertirnos en víctimas.
Si en nuestro primer informe “El Carterismo y Los carteristas” identificamos los cinco tipos de lugares
donde se dan más robos y hurtos a manos de los carteristas, a continuación enumeramos hasta 28
momentos y lugares cotidianos concretos en los que la víctima debe elevar sus niveles de alerta:
1. Entrada y salida del vagón: Hora punta, gente
apelotonada y la víctima atenta a no tropezarse y,
acto seguido, a coger un buen sitio o a salir con
prisas para coger otro tren o llegar al trabajo o a
casa.
2. La curva o el frenazo: Metro, tren, bus… Con tanta
gente apiñada es difícil que no haya dos o tres
personas tocando alguna parte distinta de tu
cuerpo.
3. Al final de la escalera mecánica: Del metro,
centros comerciales, aeropuerto, etc. Con tu
atención fijada en no tropezar, los carteristas generan un tapón y, por el efecto cuello de botella,
una aglomeración momentánea en la que es normal que alguien se pegue a ti lo suficiente.

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4. Subir la escalera a pie y con maletas: Aparecerá alguien que se ofrezca a ayudarte pero puede
querer quitarte otro peso de encima: el móvil o la cartera.
5. De noche en el metro, tren o bus: El sueño, los efectos del alcohol y la nocturnidad son buenos
aliados de los carteristas.
6. Leyendo el periódico de al lado: Se sienta alguien
con un periódico al lado que nos lo pone tan cerca que es
inevitable leerlo. Quizá te esté tapando la visión y bajo el
periódico ocurra algo que no ves.
7. En la parada del bus: La víctima leyendo o
escuchando música, pendiente de que nadie se cuele o de
la fila para subir. Fácil escapatoria para el carterista.
8. A la salida del bar de copas: El alcohol, el
aturdimiento por la música, el cansancio, tu mente
pensando en dónde has dejado el coche, en qué ha
ocurrido con tu ligue… todo facilidades para el carterista.
9. Dentro del bar de copas: No solo por dejar el abrigo
por ahí. Es normal que la gente se acerque mucho, un
lugar oscuro, mucho ruido, la gente pensando en pasarlo
bien y, todo ello, bañado con alcohol.
10. El espectáculo callejero: Aquí se junta la aglomeración, donde no te resultará raro que te
toquen o te rocen, y tu atención fijada en la magia, la música o el humor, perfectos distractores.
11. Paso de cebra: La prisa por llegar a la otra acera, tu atención fijada en los coches que deben
parar, alguien te empuja “sin querer” por detrás y levantas las
manos para no chocarte con quien llevas delante… Momento
perfecto para que metan la mano en tu bolso o bolsillos.
12. La terraza de un bar: Dejar la cartera o el móvil encima de la mesa,
el bolso en el respaldo de la silla o la mochila en el suelo es muy
cómodo para todos, víctima y carterista.
13. Recepción del hotel: Llegada y salida de viajeros, gente entrando y
saliendo, todas tus pertenencias a la vista (maleta, chaqueta,
bolso…), tu atención en el trámite con el recepcionista y, al quite,
el carterista.
14. Desvío de atención en el cajero: El momento en el que salen los
billetes es aprovechado por muchos carteristas para despistarte y
cogerlos o para darte el cambiazo con la tarjeta.
15. Al salir de la sucursal: A veces dentro del banco también los hay
que observan quién ha sacado grandes sumas de dinero para, una vez fuera, robar todo tu
dinero.
16. El probador de la tienda: Nos llevamos muchas prendas al probador y es fácil perder de vista el
bolso o la chaqueta.
17. La siestecita en el parque: O cualquier otro momento en el que no atendemos a nuestras
pertenencias puede ser aprovechado por quien sí está atento a ellas.

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18. El baño refrescante en la playa: Aunque sea rápido, o ir a jugar a las palas, o a ver barcas… Si
dejas tus pertenencias en la toalla ten en cuenta que el delincuente también es rápido.
19. Aledaños del estadio: Pocas aglomeraciones hay tan agolpadas y con tantos empujones como
las de la entrada al partidazo de fútbol o baloncesto y pocos momentos tan emocionales…
20. En el concierto: Sobre todo si eres de los que te gusta estar en primera fila, dándolo todo
escuchando a tu grupo favorito.
21. La foto del viaje: Sacar una foto a veces exige toda tu concentración para conseguir el mejor
plano, la mejor luz y, en esa búsqueda de inmortalizar el momento quizá ocurra algo que
tampoco olvides fácilmente.
22. El mapita de la ciudad: Ese turista simpático que te
abre un mapa de dos por dos y te pregunta por una
dirección puede querer otra cosa bien distinta.
23. El aviso del buen samaritano: Que alguien te avise
de que llevas una mancha en la ropa puede ser,
sencillamente, un fácil y rápido despiste para que fijes tu
atención en donde no debes.
24. La recogida de firmas: Los carteristas saben que al
acercarse a ti con una iniciativa socialmente responsable es
probable que creas que son buena gente y bajes la guardia.
25. La pelea de mentira: Qué hay más distractor que una pelea entre dos personas en plena calle.
Cuidado, no vayas a ser tú el que salga perjudicado por mirar donde no debes.
26. Oír monedas caer: Vas andando por la calle y ves como delante de ti caen unas cuantas
monedas y oye, por qué no cogerlas… Quizá acabes con menos dinero del que crees.
27. El ligue: Una mujer despampanante que se te insinúa y te manosea, un atractivo caballero que
te pide fuego… Puede que no busquen ligar contigo sino robarte la cartera.
28. Llaman a tu puerta: Estando en casa no se acaba el peligro. Los suplantadores explotan el
miedo a que tu caldera vaya a explotar o a quedarte sin luz, agua o teléfono para entrar en tu
casa a robarte lo que esté a su alcance.
5. LOS NUEVE TIPOS DE VÍCTIMAS MÁS COMUNES
1. El turista: La víctima favorita del carterista por excelencia. Lleva pasta encima, no denuncia y está
más a ver la estatua o a hacer fotos que a pensar en su seguridad.
2. El anciano: Tras el turista, es la otra víctima favorita del carterista. También lleva
efectivo encima, no puede salir corriendo detrás de ellos.
3. El dormilón: Se queda dormido en el transporte público, en un
parque, en la playa… Sustraerle el móvil o la cartera es sencillo si
se actúa con sigilo.
4. El fisgón: Un periódico al lado, un espectáculo callejero, una
persona atractiva, un escaparate… cualquier cosa le llama la atención menos los
camuflados carteristas.

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5. El cándido: Atiende a cualquier desconocido que le para por la calle, deja el bolso en el respaldo de
la silla, el móvil encima de la mesa cuando se va al baño, saca la cartera sin mirar
alrededor y observa el paisaje mientras escucha música… Para él, lo importante es
disfrutar.
6. El negligente: Este parece que lo hace a posta. Va con su cartera en el bolsillo de
atrás del pantalón, el bolso con la cremallera abierta, la mochila a la espalda y, de viaje,
lleva todo el dinero en el mismo sitio. Así cualquiera es víctima.
7. El ensimismado: Se pasa el día pensando en sus cosas, soñando despierto,
recordando la lista de la compra o pensando qué le va a contar a su pareja. Puede
haber un terremoto que ni se entera.
8. El achispado: Le gusta la fiesta, en general. Se embriaga en el bar de copas, en las
fiestas de su pueblo, en el concierto, cuando va al fútbol… No se acuerda ni donde, ni
cuando, ni quien se ha podido llevar su cartera, su móvil y hasta sus llaves de casa.
9. El presumido: No lleva gafas aunque las necesita, se para en los espejos a mirarse,
se cree que cualquier persona que se acerque es debido a su sexapil y está más a su
peinado que a lo que hay que estar. Otro objetivo fácil para el carterista.
La edad influye, como veremos a continuación, en la mayor o menor vulnerabilidad al carterismo
debido a factores identificados durante nuestra investigación acerca de la distracción pero, sobre todo,
por sus hábitos y condiciones físicas. En cuanto al género, a pesar de las múltiples creencias populares
y estereotipadas que existen en la sociedad, no hay diferencias en cuanto a la facilidad para caer en
distracciones y despistes. Las mujeres son víctimas un poco más vulnerables sólo por el hecho de
llevar bolso, donde hay más objetos de valor. En todo caso, sí que podemos esepcificar riesgos en
cada grupo sociodemográfico:
1. Personas mayores: La menor calidad perceptiva (oído, vista) no influye
significativamente según nuestros estudios pero sí el hecho de que sus reflejos
están algo mermados. Además, no pueden correr detrás del carterista ni
enfrentarse a ellos y, en muchos casos, son presa del engaño de carpeteros,
claveteras y, sobre todo, suplantadores (ver Informe “El carterismo y Los
carteristas”). El transporte público, los parques y las cafeterías son lugares
donde los carteristas actúan con más frecuencia contra este grupo de
personas. Por ello, siempre que veamos a una persona mayor que muestre
algún tipo de vulnerabilidad (bolso abierto, bolso en respaldo de silla, etc.)
debemos advertirle de que tome las precauciones necesarias para evitar ser
víctima de un robo.
2. Mujer y hombre adulto: Este grupo abarca casi todos los momentos y lugares de riesgo antes
descritos así como los hábitos que generan más vulnerabilidad. Hombres con la cartera en el
bolsillo trasero del pantalón o en el de la chaqueta, mujeres con bolsos sin la cremallera
cerrada… Aglomeraciones, partidos de fútbol, conciertos… Descuidos de todo tipo.
3. Mujer y hombre joven: Los momentos de riesgo en la juventud están relacionados con sus
momentos de ocio: Bares, cafeterías y zonas de copas, especialmente en fines de semana y
fiestas populares. La embriaguez es más común en este grupo y por tanto se exponen más a
los carteristas que se aprovechan de ello. Son más sociables y, por tanto, más expuestos a
ciertos engaños por parte de algún carterista mediante cualquiera de sus trucos.

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6. EL TURISTA, VÍCTIMA PREDILECTA
Por encima de las personas mayores, segundo objetivo prioritario de los carteritsas, están los
turistas. Existe constancia en los historiales policiales de que muchos carteristas viajan por la geografía
española en busca de sus particulares chollos de temporada. Allá donde haya turistas, habrá
carteristas y esto tiene una explicación. Suelen llevar dinero en efectivo y varias tarjetas bancarias,
pasaportes que luego revenden en el mercado negro, cámaras fotográficas, móvles de alta gama…
Suponen no sólo un buen botín sino una víctima que no molesta. El turista no suele denunciar porque
no quiere perder tiempo en comisaría. Además, los que sí denuncian no se presentan al juicio ya que
están en su país de origen. Al no presentarse la parte acusatoria el carterista se sale con la suya y no
recibe castigo alguno. Además, ¿quién hay más distraíble que un turista? Siempre estará más
pendiente de disfrutar y de no perderse detalle de los atractivos del destino turístico en cuestión que de
estar vigilante y atento a que no le quiten la cartera. Desconocen el idioma, están relajados y
despreocupados, a veces cargan con diversos objetos personales que hacen que su atención esté
repartida entre la estatuta en cuestión, la mochila, el bolso, la cámara, el móvil, el guía y muchos otros
estímulso externos.
Los turistas casi siempre se concentran en los mismos sitios. Centros históricos de las ciudades,
monumentos, transporte público, playas, etc. y, en muchas ocasiones, van en grupo. Teniendo en
cuenta el gusto de los carteristas por las aglomeraciones, en este sentido los turistas también le ponen
la tarea fácil a los delincuentes. Todos estos rasgos suelen ser comunes para la mayoría de los
turistas, sin embargo, los carteristas conocen las caraterísticas particulares de cada tipo de viajero en
función del país de origen. Conocen sus hábitos y costumbres y utilizan unas técnicas u otras para
conseguir su objetivo en función de éstos. Sólo en el primer cuatrimestre de 2013 llegaron a España 14
millones de turistas. 14 millones de víctimas potenciales para el ávido carterista. Es imposible saber
cuántos de ellos o qué porcentaje de turistas sufre algún ataque de un carterista pero se cuentan por
decenas de miles cada año. A continuación, nuestra
clasificación de víctimas turistas según su lugar de origen:
1. El turista europeo: Es el más común. España es
el destino turístico favorito de los europeos con Reino
Unido, Francia y Alemania a la cabeza. También Rusia,
por ejemplo, exporta cada vez más turistas a España y,
por tanto, los hábitos del turista europeo varían un poco
según su país de origen. Por ejemplo, los rusos llevan
más dinero encima que la media, los ingleses dominan el
turismo low cost y de playa. Los alemanes se convierten
incluso en residentes y los italianos son más numerosos
en destinos como Ibiza. Altos, rubios y con la piel clara,
los turistas europeos del norte son fácilmente
identificables. Los de países vecinos como Francia,
Portugal o Italia son más difíciles de identificar y, por tanto,
menos vulnerables. Todos ellos, sin embargo, llevan
cosas que les identifican como turistas. Una mochila,
cámara de fotos, mapa en las manos… Y suelen mostrar
un rostro distraído y una forma de caminar relajada.
Muchos viajan en grupo, como otros turistas, lo cual atrae
a los carteristas. Suelen mezclarse con la gente local,
sobre todo los jóvenes por la noche o en fiestas populares,

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lo cual aumenta su vulnerabilidad al carterismo. Además, los que viajan para ver partidos de fútbol
consumen alcohol y frecuentan aglomeraciones lo cual es otro factor de riesgo. Lo que reduce un
poco su vulnerabilidad es su conocimiento del fenómeno del carterismo, problemática muy similar
en sus países de origen. Por tanto, no son los más vulnerables aunque están dentro del grupo de
riesgo.
2. El turista asiático: Los japoneses, como es sabido, poseen un alto poder adquisitivo y se
decantan por el destino cultural, sobre todo las
grandes ciudades. Es fácilmente reconocible por sus
rasgos físicos. Su gusto por la tecnología supone que,
además de la cartera, poseen cámaras fotográficas y
móviles de última generación. Por otro lado, el 90% de
ellos sólo habla japonés, tienen un tiempo muy limitado
de vacaciones y, por su cultura, evitan quejarse. Todo
esto hace que no denuncien casi nunca un robo a
manos de un carterista. Los chinos suponen ya el
noveno país esportador de turistas a España, con más
de 100.000 cada año. También es muy urbano, como
los japoneses, y están considerados como uno de los
más consumistas con un gasto medio por encima de
los estadounidenses, por ejemplo. También utilizan cámaras caras y se quedan por períodos cortos
de tiempo por lo que preparan sus viajes concienzudamente. Es en esta búsqueda de información
cuando descubren el fenómeno del carterismo, en foros y sitios especializados en Internet por lo
que vienen muy precabidos. Van siempre en grupo y son muy prudentes. Dicho esto, todo lo
anterior hace que sean, de entre todos los turistas, las víctimas favoritas de los carteristas.
3. El turista norteamericano: La edad media del turista americano que visita España es de 43 años
con un ingreso familiar en torno a los 150.000€. La gran mayoría viene atraído por la cultura y la
gastronomía (74%), aunque también nos visita por
negocios (13%). Barcelona y Madrid son, de nuevo, los
destinos más visitados por este tipo de turista. Es un turista
que consume, que utiliza taxis, que va de compras, que
visita tiendas y que come en restaurantes. Todos lugares o
momentos de riesgo. También permanecen poco tiempo,
una semana de media, y son fácilmente identificables
porque suelen llevar ropa amplia y cómoda, casi siempre
deportiva, gorra y mochila. Es significativo el hecho de que
en la web del Departamento de Estado de EEUU se
advierta de que uno de los principales riesgos a los que se
está expuesto cuando se visita nuestro país son los
carteristas. Aseguran que actúan en grupo y que uno de
ellos se encarga de distraer a la víctima mientras otro u
otros le roban. A pesar de ello, la Administración
estadounidense también recuerda que más de un millón de
visitantes cada año no tiene ningún problema y animan a
visitar España.
4. El turista árabe: El turismo árabe procede de los
ricos países del Golfo Pérsico y tiene cada vez más fuerza
en España. Su destino preferido es Cataluña, seguido de la
Comunidad de Madrid aunque están creciendo otros como
Andalucía y a la Costa del Sol dentro de su Ruta “Al-

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Andalus”. Es un turismo de negocios, de salud, cultural y de compras. Su importancia para el sector
turístico radica no en el volumen de turistas sino en su alto poder adquisitivo y, curiosamente, uno
de los mayores polos de atracción es el fútbol. El árabe viene a España a ver un partido del Real
Madrid o del Barcelona. Los árabes quieren buenos hoteles, lujo y comodidad, por lo que es
complicado encontrarlos en aglomeraciones. Viajan en familia, en grupos de unas cinco personas y
prefieren ir por su cuenta, sin guías aunque la primera vez que llegan a un destino a veces
prefieren ir acompañados. No frecuentan el transporte público, salvo el aeropuerto, y se les
distingue claramente por su apariencia, casi todos visten túnicas, blancas para ellos y negras para
ellas, y un velo sobre la cabeza. Esta indumentaria, su poco gusto por las aglomeraciones y el
hecho de no coger el metro, por ejemplo, les hace menos vulnerables al carterismo en la vía
pública. Donde sí son víctimas es en los hoteles, ya que los carteristas saben del poder adquisitivo
del turista árabe y, por tanto, los descuideros son sus perores enemigos en este sentido.
5. El español como turista: Debemos distinguir entre el
turista español en España y en el extranjero. En España, el
turismo interno es el más común. Según Familitur, 2012
se cerró con 158,7 millones de viajes de los que 92% se
dirigió a alguna comunidad española. La razón del viaje
influye mucho en la vulnerabilidad al carterismo
correspondiente ya que si es por ocio, trabajo, estudios,
salud, visitas a familiares y amigos o excursionismo, varía
el nivel de riesgo y cambian los momentos y lugares más
peligrosos. El turista español conoce el fenómeno del
carterismo y sabe que debe permanecer alerta pero, aun
así, se siguen dando miles de casos de robos o hurtos de
este tipo cada año en Madrid, Barcelona y las playas de
toda la costa, sobre todo la mediterránea.
Es en el turismo externo, al viajar al extranjero, cuando
se producen hurtos con más frecuencia. Pese a ser un
buen conocedor del carterismo, se comporta de forma muy
similar al turista europeo latino en España. Es muy relajado,
tiende a mezclarse con los locales, le gustan las
aglomeraciones, atiende peticiones de extraños y, en
general, se fía de los demás. No habla bien inglés, por lo general, y tampoco suele denunciar. No
suele programar previamente ciertos aspectos relacionados con la seguridad de su viaje y se le
nota cuando está nervioso, distraído o perdido. El carterismo está a la orden del día en Londres,
París y Roma, las ciudades más problemáticas en este sentido en Europa junto a Madrid y
Barcelona y, por sus calles, campan a sus anchas de igual forma que lo hacen aquí los mismos
tipos de carteristas, utilizando las mismas técnicas y habilidades que emplean en nuestras
ciudades.
7. CONSEJOS PARA EVITAR SER VÍCITIMA
A continuación, una docena de consejos, los más importantes para evitar ser víctima de un
carterista:
1. Estate atento a lo que hay y ocurre a tu alrededor, no te muestres despistado o deambulando.
Aparca los problemas y céntrate en el presente.
2. En situaciones llamativas o inesperadas, atiende a tus pertenencias, no sucumbas al morbo y
sigue tu camino.
3. No mires, observa. Si crees que alguien te sigue, párate para comprobarlo. El carterista huirá.

T. +34 911211518 // F. +34 911211616 // M. +34 639635063 // egil@cpp.es 20
4. No lleves la cartera en el bolsillo de atrás del pantalón ni el bolso o mochila mal cerrados o a la
espalda.
5. Al sacar tu cámara, el móvil o la cartera de la mochila o el bolso, vuelve a cerrarlo mientras usas el
dispositivo.
6. En una aglomeración o tapón, vigila especialmente, y en un choque accidental con otro, confirma
que lleves todos tus objetos personales.
7. Si escuchas monedas caer al suelo, no te agaches. Si te avisan de un roto o una mancha, no
hagas caso. Si alguien te ofrece ayuda para algo, desconfía.
8. En un bar, terraza o restaurante, no dejes nada en el respaldo de la silla, sobre la mesa o la
mochila en el suelo.
9. Por la noche, evita que de marcha se te acerque demasiado un desconocido y pon especial
cuidado al salir del bar.
10. De viaje, no le quites ojo a tus pertenencias en ningún momento y, al coger un taxi, que sea uno
oficial, con el conductor autorizado y debidamente identificado.
11. En cajeros, que nadie merodee a tu alrededor y, al teclear tu clave, con discreción.
12. No hagas ostentación. Cadenas de oro, relojes, joyas o máquinas de fotografía bien guardadas.
Y si aun así eres víctima de un carterista…
1. Ni te pongas nervioso, ni pierdas la calma, ni les persigas, ni te enfrentes a ellos.
2. Bloquea inmediatamente las tarjetas bancarias y/o el teléfono móvil.
3. Cambia las contraseñas de todos los servicios que usas en el móvil (banca móvil, Facebook, etc.).
4. Denuncia en la comisaría de policía lo antes posible.
5. Acude o llama a tu banco o tu operadora de telefonía móvil e infórmales de lo sucedido.
6. Denúncialo en las redes sociales y cuenta cómo y dónde ha sucedido al resto de la población.
7. No dejes que te amargue la existencia. Son sólo cosas materiales. Aprende del error y enseña a
los demás.
Nosotros, desde CPP, te recomendamos protegerte de antemano para estar más tranquilo con alguno
de los servicios que ofrecemos. Es una forma de vivir más tranquilo para que cuando sufras un
inconveniente de este tipo cuentes con alguien que te haga la vida más fácil en esos momentos de
dificultad:
Card Protection Service ofrece asistencia para todas tus tarjetas. Cuenta con un servicio de
emergencia gratuito las 24 horas del día, 365 días del año y desde cualquier lugar del mundo. Desde
España, llamando al número 900 818 863, y desde el extranjero, llamando a cobro revertido al +34
913221719.
Además, incluye estos servicios:
- Bloqueo y remplazo de todas tus tarjetas, sin límite de número y de cualquier tipo (bancarias,
compras, sanitarias, etc.), para evitar su uso fraudulento.
- Bloqueo de la línea de teléfono móvil para evitar que realicen llamadas fraudulentas.
- Registro en el Fichero de Prevención del fraude Veraz-Persus.
- Si necesitas un cerrajero, CPP se encargará de gestionarlo.
- Localización de equipaje y objetos personales con los adhesivos identificativos.
- Servicio de ayuda para reponer documentos de identidad.
- Asistencia y orientación telefónica para casos de fraude en Internet, duplicidad de tarjetas, etc.
Y si te encuentras en el extranjero:
- Adelanto de dinero en efectivo en caso de no contar con otro medio de pago (hasta 1.200€).
- Adelanto de dinero para pagar el hotel: Por la estancia según reserva previa realizada (CPP
gestiona directamente con el hotel el adelanto. Hasta 1.200€).

Informe CPP: EL CARTERISMO Y SUS VÍCTIMAS. La Distracción.

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