Este documento describe los beneficios de establecer límites y normas claras para los niños. Explica que los límites guían el comportamiento de manera positiva y permiten a los individuos convivir en sociedad. Además, señala que los padres deben establecer límites firmes pero justos para que los niños se sientan seguros. Finalmente, propone cinco pasos para enseñar autocontrol a los niños y ayudarlos a desarrollar la capacidad de identificar y regular sus emociones y comportamientos.
1. INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN ENINSTITUTO DE INVESTIGACIÓN EN
PSICOLOGÍA CLÍNICA Y SOCIALPSICOLOGÍA CLÍNICA Y SOCIAL
“Beneficios de establecer límites y“Beneficios de establecer límites y
normas”normas”
2. ¿QUÉ SON LOS LÍMITES?¿QUÉ SON LOS LÍMITES?
Los límites son los parámetros qué designan cuáles
comportamientos están permitidos y cuáles están
prohibidos; son aquellos que le indican a las personas
hasta dónde pueden llegar, los límites guían el
comportamiento.
Las normas son la expresión práctica de los límites y
establecen un orden de funcionamiento, cuyo objetivo es
permitir a los individuos adaptarse y convivir en sociedad.
3. ¿QUIÉN ESTABLECE LOS¿QUIÉN ESTABLECE LOS
LÍMITES?LÍMITES?
Los padres son los principales responsables del
establecimiento de límites adecuados para sus hijos y
esta labor generalmente es reforzada por los educadores
y otras figuras de autoridad.
Cada familia establece sus propios límites y normas,
para que esta tarea sea exitosa, es fundamental que se
de en un clima de respeto y cariño.
4. Importancia de los límitesImportancia de los límites
Generalmente, la sola mención de la palabra “límites”
produce molestia, pues se piensa que con ellos se atenta
contra el valor de la libertad. Sin embargo, los límites
nada tienen que ver con la limitación entendida como un
sometimiento, sino que están profundamente
relacionados con el desarrollo de conductas seguras, con
la prevención y con la protección.
Los límites y la disciplina adquiridos en la infancia son
un aprendizaje fundamental para la vida adulta, pues son
la base del orden, la autonomía, la seguridad (física y
emocional), la limpieza, el respeto, la confianza y otros
importantes valores, así como de la capacidad para la
convivencia y para la comunicación sana.
5. Importancia de los límitesImportancia de los límites
Para que un niño se sienta seguro y protegido es
indispensable que tenga límites firmes, claros y justos.
Cuando éstos no existen, los niños pueden mostrarse
apáticos y pasivos, o irascibles y tiranos, prevaleciendo
en ambos casos la inseguridad y la desconfianza.
Enseñar a los hijos a responder con respeto a las
indicaciones de los adultos, a controlar su propia
conducta y a tomar buenas decisiones es, sin duda, una
de las tareas más abrumadoras que los padres y
educadores pueden emprender.
6. Estilos de autoridadEstilos de autoridad
Existen diferentes estilos para establecer los límites
Sus principales características son:
Estilo permisivo y sobreprotector:
Evitan que sus hijos enfrenten las dificultades y les quitan los
obstáculos; no comunican las reglas con claridad ni mantienen
los límites; tienden a ceder en los conflictos con sus hijos.
Los hijos de estos padres crecen sin pautas de conducta
estables y tienden a dar respuestas emocionales
desproporcionadas; poseen poca confianza y un pobre
autocontrol; suelen ser inseguros, agresivos e impulsivos.
7. Estilos de autoridadEstilos de autoridad
Estilo autoritario:
Creen que el respeto de los hijos equivale al temor que les
tengan; dirigen y controlan todo el proceso de toma de
decisiones; critican a la persona en lugar del comportamiento;
emplean órdenes, amenazas o gritos para obligar al niño a
obedecer; no toman en cuenta las necesidades de sus hijos;
son rígidos en cuanto a las normas; no explican los límites con
claridad.
En consecuencia, sus hijos suelen enfadarse con frecuencia y
son miedosos y aprensivos; se muestran melancólicos y
tristes; albergan sentimientos de culpabilidad, resentimiento
y odio hacia sus progenitores, por lo que en su conducta
puede prevalecer la agresión.
8. Estilos de autoridadEstilos de autoridad
Estilo Cooperativo:
Consideran que se pueden equivocar en sus decisiones
Buscan y favorecen que sus hijos aprendan de manera
autónoma, acompañándolos y ayudándolos cuando éstos lo
solicitan, pero evitando solucionarles los conflictos
Favorecen el aprendizaje de la toma de decisiones y no temen
que éstas difieran a las propias, permitiendo que sus hijos se
equivoquen
Establecen reglas claras y justas y refuerzan o sancionan su
cumplimiento, poniendo especial cuidado en señalar lo positivo;
Toman en cuenta a sus hijos al momento de repartir las tareas y
responsabilidades del hogar; inducen en los hijos habilidades de
trabajo en equipo, transmitiendo la idea de familia como un
grupo organizado que funciona con normas que todos cumplen.
9. Estilos de autoridadEstilos de autoridad
En consecuencia, sus hijos desarrollan el sentido de la
responsabilidad y asumen las consecuencias de sus actos;
poseen un alto grado de autocontrol; muestran iniciativa para
realizar nuevas tareas y confianza en superarlas; suelen ser
alegres y agradables a otros; adquieren actitudes de
cooperación, autonomía y respeto por las reglas; toman sus
propias decisiones.
10. La disciplinaLa disciplina
Un niño no nace sabiendo qué comportamientos son
adecuados y cuáles no lo son; tampoco conocen las
repercusiones de su conducta. Al establecer límites, los
padres ayudan a que el niño aprenda las consecuencias
de sus actos, favoreciendo así la adquisición de un
esquema estable de comportamiento.
Cuando una conducta tiene una consecuencia
gratificante para el niño se le conoce como premio; por
el contrario, cuando la repercusión es vivida como algo
indeseable y negativo, se habla entonces de castigo.
11. La disciplinaLa disciplina
Un problema común es confundir la disciplina con el
castigo, aún cuando no son sinónimos, ni el segundo
sustituye a la primera.
Mientras que el castigo es una consecuencia negativa
de cierto comportamiento y pretende hacer que los
niños se arrepientan de portarse mal y no lo repitan, la
disciplina tiene por objeto enseñar a los niños a
desarrollar y utilizar su autocontrol y buen juicio,
dotándolos de habilidades para anticipar las
consecuencia y conveniencia de sus actos.
12. EL COMPORTAMIENTOEL COMPORTAMIENTO
La mayor parte del comportamiento está impulsado por
las emociones y no por el pensamiento y éste se va
controlando con la madurez del cerebro a través de la
secuencia:
EMOCION – PENSAMIENTO – ACCIÓN
Esta secuencia de eventos ocurre en la mayoría de los
adultos maduros y requiere que el cerebro se mueva del
modo de sentimiento al de pensamiento y por último del
pensamiento a la acción.
13. La secuencia E-P-ALa secuencia E-P-A
Para que el castigo sea capaz de modificar una
conducta, es indispensable que la persona cuente con 3
elementos:
Consciencia de los sentimientos que le impulsan a romper las
reglas.
Capacidad de pensar acerca de lo que está a punto de hacer y
de las posibles consecuencias de dichos actos.
Capacidad de imaginar un modo para evitar actuar basándose
sólo en sus sentimientos.
14. La secuencia E-P-ALa secuencia E-P-A
Esta secuencia de eventos ocurre en la mayoría de los
adultos maduros y requiere que el cerebro se mueva del
modo de sentimiento al de pensamiento y, por último, de
éste a la acción:
Emoción-Pensamiento-Acción
(Secuencia E-P-A)
La secuencia E-P-A no siempre sucede para los niños y
adolescentes, pues su cerebro no está completamente
desarrollado y no han aprendido aún las habilidades
necesarias para hacer lo que es correcto; incluso, muchos
adultos no dominan aún la habilidad para pensar en lugar
de actuar por impulso.
15. La secuencia E-P-ALa secuencia E-P-A
La disciplina efectiva ayuda al niños a desarrollar la
secuencia E-P-A.
El castigo causa sufrimiento y en ocasiones funcionará y
dará resultados por un corto período; pero no
necesariamente asegura que ocurrirá la adecuada
secuencia E-P-A la siguiente vez que se presente una
ocasión similar.
16. Enseñando autocontrolEnseñando autocontrol
Existen diversos métodos, estrategias, programas para
establecer los límites necesarios para un óptimo
desarrollo emocional, cuyo objetivo es lograr que los
padres ayuden a sus hijos a desarrollar ciertas habilidades
de pensamiento y autocontrol, al reforzar la secuencia
cerebral apropiada.
Tales estrategias están formuladas a través de 5 pasos
que se describen a continuación.
17. Enseñando autocontrol (1)Enseñando autocontrol (1)
Paso 1: Pensar en los sentimientos
Cuando los padres se enfocan en los afectos que originan las
conductas inaceptables, y no en la conducta en sí, el niño puede
empezar a comprender su propio comportamiento y le será más
fácil aprender a controlar sus reacciones.
A veces el castigo puede empeorar las cosas, pues los niños y
adolescentes se vuelven inmunes a él y se adaptan a vivir sin
privilegios.
Este paso consiste en que los padres se enfoquen en los
sentimientos que pudieran estar detrás de un comportamiento
inadecuado, y no en el comportamiento en sí, para después
poder señalárselos al niño, en un tono que muestre cariño,
comprensión y paciencia, sin perder la firmeza, de tal manera
que el niño comience a indagar en sí mismo cómo se siente y
que lo impulsa a actuar así.
18. Enseñando autocontrol (1)Enseñando autocontrol (1)
Cuando el niño sólo recibe un castigo por su inadecuada
manifestación de la ira, el castigo en sí no le ayuda a darse
cuenta de sus sentimientos ni le enseña formas adecuadas para
expresar su ira. En muchos casos, la ira constante es el indicio de
una fuerte depresión que requiere tratamiento.
La dificultad de los adultos para hablar de sus propios
sentimientos puede convertirse en un obstáculo en este
proceso.
Los primeros intentos en este paso pueden no resultar
sencillos, pero tampoco empeorarán la situación; se requiere
que los padres sean constantes y que identifiquen y verbalicen
sus propias emociones.
19. Enseñando autocontrol (1)Enseñando autocontrol (1)
Otro aspecto importante es la manera en la que los padres le
señalan sus errores a los hijos. Cuando a un niño se le hace sentir
inepto o estúpido, se daña su autoestima y la confianza en sí
mismo y en los demás. Cuando los niños se sienten heridos y
enojados, es menos fácil que obedezcan o se controlen.
Nunca es recomendable etiquetar al niño o adolescente con
comentarios como: “eres un irresponsable”, “eres un cochino”,
“eres un flojo”, etc. Puede señalarse la manera en que el niño
hace las cosas (su comportamiento), pero con la finalidad de
llegar a los sentimientos que subyacen a esto.
Toda la gente necesita el reconocimiento de sus sentimientos,
aún cuando eso no signifique que los demás van a estar de
acuerdo con ellos.
20. Enseñando autocontrol (2)Enseñando autocontrol (2)
Paso 2: Hacer preguntas para enseñar la autoconciencia
Los niños pueden ser ajenos a lo que ocurre en su entorno y no
necesariamente estar concientes de lo que hacen.
El primer paso para enseñar autocontrol es lograr que los niños
atiendan a sus actos, mediante dos formas:
1) Señalarle al niño lo que está haciendo y luego ordenarle que
haga otra cosa.
2) Hacerle preguntas que requieran que el niño explique algo de
sí mismo, para activar su proceso de pensamiento.
Este paso requiere de la siguiente secuencia:
Aclarar los estándares positivos esperados.
Hacer preguntas que dirijan la atención hacia el comportamiento.
Esperar la respuesta.
Redirigir hacia el comportamiento adecuado.
21. Enseñando autocontrol (2)Enseñando autocontrol (2)
Es importante enfocarse en el comportamiento positivo, y para
ello es necesario que las reglas se definan en un formato
positivo, de tal manera que los padres le comuniquen al niño lo
que debe hacer, en lugar de indicarle qué no hacer. La propiedad
con que se formulen las reglas le ayuda al niño a responder
adecuadamente a ellas.
De igual manera, los padres deben ser claros en sus
indicaciones y órdenes, aún cuando se sientan frustrados o
enojados.
Hacer preguntas es también una forma de recordar al niño las
reglas y su responsabilidad de cumplirlas.
Es sano que padres e hijos platiquen sobre el “porqué” de las
reglas, sin que esto signifique que deben obtener el permiso de
sus hijos para establecerlas.
22. Enseñando autocontrol (2)Enseñando autocontrol (2)
Cuando los padres comunican de manera clara y afectuosa sus
expectativas positivas en cuanto a la conducta de sus hijos, a
éstos les resulta más difícil rebasar los límites, pues pondrían en
riesgo la fe que sus padres han puesto en ellos.
No hay que olvidar que los niños pequeños no son capaces aún
de describir lo que sienten, así que necesitan la ayuda de un
adulto que les haga preguntas en los siguientes estilos:
“Me pregunto si te sientes frustrado porque te ha costado trabajo
aprender esto”
“Si te doy varias opciones, ¿me dices qué palabra describe mejor
cómo te sientes?”
“¿Tal vez te sientes estresado, enojado, confundido…?”
“Dime, si este sentimiento fuera un animal, ¿cuál sería?”
23. Enseñando autocontrol (2)Enseñando autocontrol (2)
Este paso pretende que los niños y adolescentes sean capaces
de cuestionar su propio comportamiento, aprendiendo a
preguntarse:
¿Qué siento? (identificar los sentimientos).
¿Qué hago? (hacer conciente el comportamiento).
¿Qué necesito hacer ahora? (redirigir hacia una conducta más
apropiada).
¿Qué pasará en el futuro si hago lo que tengo ganas de hacer en
este momento? (anticipar las consecuencias de sus actos)
Cuando los niños y adolescentes se familiarizan con la auto-
reflexión y con la auto-observación, serán más capaces de lograr
el autocontrol, siendo este último una de las metas
fundamentales de la buena paternidad.
24. Enseñando autocontrol (3)Enseñando autocontrol (3)
Paso 3: Enseñar habilidades
En el proceso de maduración, las personas aprendemos a
sobreponernos a un impulso o emoción iniciales y a poder
pensar antes de actuar.
Los adultos emocionalmente sanos son capaces de controlar su
comportamiento y de tomar buenas decisiones, aunque
generalmente no son concientes de estas habilidades.
Es importante determinar qué clase de habilidades de
autocontrol necesita un niño en particular, con el fin de mejorar
su comportamiento. Estas habilidades se dividen en dos
categorías:
Habilidades para enfrentar problemas emocionales.
Habilidades sociales.
25. Enseñando autocontrol (3)Enseñando autocontrol (3)
Las habilidades para enfrentar problemas emocionales enseñan
al niño a:
Tranquilizarse cuando está muy enojado o molesto.
Usar palabras en lugar de reacciones para expresar lo que siente.
Seguir reglas que no acepta o que no le gustan.
Poner atención a los sentimientos y al espacio de los demás.
Concentrarse y trabajar, incluso cuando no tiene ganas de hacerlo.
Manejar las frustraciones, las decepciones y el éxito.
Las habilidades sociales enseñan al niño a:
Responder adecuadamente ante figuras de autoridad.
Interactuar bien con otros.
Esperar su turno y actuar con cortesía y respeto.
Ser gentil, aún cuando los demás sean rudos.
Pedir ayuda cuando la necesitan.
26. Enseñando autocontrol (3)Enseñando autocontrol (3)
El juego es una herramienta útil para enseñar estas habilidades.
Otra poderosa herramienta consiste en enseñar con el ejemplo.
Cuando los adultos no son capaces de autocontrolarse y de
respetar los límites, es casi imposible que puedan enseñar esta
habilidad a los niños.
Las habilidades de autocontrol se enseñan explicándole al niño
cómo usarlas y ayudándole a practicarlas, para que cuente con
una gama de conductas alternativas más sanas.
27. Enseñando autocontrol (4)Enseñando autocontrol (4)
Paso 4: Repetir frases cortas
Repetir reglas, órdenes, indicaciones y expectativas es un
componente necesario en el proceso de la disciplina. El cerebro
requiere de la repetición para la formación de buenos hábitos.
Al combinar frases positivas, directivas, repetitivas y cortas con
la habilidad en particular que necesita aprenderse, se ayuda al
niño a formarse el hábito de hacerse recordatorios internos.
Cuanto más positivas sean estas frases, más posibilidades tiene
el niño de desarrollar conductas más sanas y aceptables.
Las frases deben escogerse cuidadosamente para decidir cuáles
funcionarán mejor; algunas de las más poderosas son: “Pon
atención a lo que haces”, “Concéntrate”, “Hazlo a la primera”,
“Escucha”, “Sé amable”, “Usa palabras”.
28. Enseñando autocontrol (5)Enseñando autocontrol (5)
Paso 5: Enfocarse en lo positivo
La convicción del niño de que sus padres notan y creen en sus
características positivas y en sus buenas intenciones, es una de
las herramientas más poderosas para hacer que la disciplina
funcione.
Las bases de un autoconcepto positivo se encuentran en la
niñez y deben ser nutridas a lo largo de toda la vida.
Es sumamente útil reconocer y elogiar los éxitos y las buenas
elecciones del niño tan a menudo como sea posible. No se trata
de sólo decir algo amable al niño, sino de destacar acciones,
cualidades y situaciones específicas que los hacen buenos.
Los elogios no necesitan ser demasiado elaborados ni
exagerados; basta con que sean sinceros y que se reconozcan
con afecto.
29. Consejos generalesConsejos generales
La constancia no siempre es fácil, pero es indispensable
para establecer límites con éxito.
El establecimiento de reglas o límites no debe depender
del estado de ánimo del padre o educador ("hoy te dejo
y mañana no“), ni de su autoritarismo o capricho
(“porque lo digo yo”, o “porque quiero”).
No es recomendable que a unos sí se les deje y a otros
no, si no hay justificación adecuada. Hacer marcadas
diferencias entre hermanos, alumnos o hijos, marcará
también la relación futura entre ellos mismos, generando
profundos resentimientos.
30. Consejos generalesConsejos generales
Para poner un límite no se necesita la violencia, la
agresividad, la imposición o la prepotencia, porque
ponerlos así los debilita; cuando los límites se establecen
con respeto e igualdad, se conservan y comprenden.
Los límites deben establecerse de acuerdo a la edad, el
desarrollo individual y las capacidades de cada persona.
Contar con horarios bien definidos para realizar las
diversas tareas y rutinas ayuda a generar un ambiente
seguro y predecible para el niño.
31. Consejos generalesConsejos generales
En lo posible, no se debe utilizar la fuerza física; los
golpes hacen que se falte al respeto, y cuando éste se
pierde, ya nada funciona. La violencia física, emocional o
psicológica afecta la seguridad personal, fomenta el
abuso por edad o fuerza y no ayuda a madurar y a
desarrollar una adecuada autoestima.
No es recomendable emplear la "ley del hielo", pues es
una forma de agresión pasiva que fomenta el desamor y
agranda la distancia emocional entre las personas. Por el
contrario, hablar a tiempo, con respeto y analizando las
consecuencias hará que se comprenda el porqué del
límite puesto. La comunicación es la mejor forma de
solucionar conflictos e irlos resolviendo uno a uno.
32. Consejos generalesConsejos generales
Cuando se opte por el castigo, evitar quitar al niño
aquellas oportunidades que permiten su desarrollo
(juegos, deportes o fiestas infantiles), y analizar si la
magnitud del castigo corresponde a la magnitud de la
falta y si será efectivo para modificar la conducta.
Por ningún motivo se debe ridiculizar, humillar, burlar o
poner castigos degradantes delante de los amigos,
familiares o compañeros. Recordar que “la ropa sucia se
lava en casa" y el respeto es algo que ni aún en los
castigos se debe perder.
No abusar de los “deberías…”, en lugar de utilizar “me
gustaría que”.
33. Consejos generalesConsejos generales
La congruencia entre lo que se dice y pide que se haga
es muy importante. Se enseña más con el ejemplo que
con palabras.
Evitar enseñar a mentir, las mentiras blancas o piadosas
no existen.
Es indispensable ser firmes, y mandar al niño mensajes
inequívocos, que entienda que el límite no se mueve.
Los límites adecuados no favorecen el miedo y la culpa,
sino el respeto y la responsabilidad.
34. Consejos generalesConsejos generales
Evitar señalar los comportamientos negativos como si
fueran los únicos que el niño lleva a cabo y abstenerse de
hacer observaciones llenas de reproches.
Tomar en cuenta las necesidades de los miembros de la
familia al momento de establecer las normas para la
misma.
Ser firmes cuando se requiera, sin olvidar la flexibilidad
y el cariño.
Otorgar valor al buen comportamiento.
35. MUCHAS GRACIASMUCHAS GRACIAS
LICENCIATURA EN PSICOLOGÍALICENCIATURA EN PSICOLOGÍA
CLÍNICA DE ATENCIÓNCLÍNICA DE ATENCIÓN
Minerva 83 Col. CréditoMinerva 83 Col. Crédito
ConstructorConstructor
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