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Consejos para llegar al orgasmo
Como dice el título de una canción: se va, se va, se fue. La canción hablaba de la tristeza,
pero a nosotras nos viene al pelo para hablar de esos orgasmos que desaparecen antes
de haberlos catado. Sí, chicas, muchas veces los dejamos escapar y la verdad es que es
posible controlarlos para que eso no ocurra. Claro que antes tendrás que aprender
a evitar estos cinco errores...
Consejo 1:
No saltarse los juegos sexuales previos
El escenario: tu chico está listo para la acción, pero tú no, o al menos no al mismo nivel
que él. Y lo peor es que crees que si le pides un poco más de tiempo él pensará que eres
una estrecha o una frustrada. Vamos que, por lo que sea, te sientes insegura y no te
atreves a hablar y, al final, él entra en acción y tú no sientes nada de nada. Verás, se ha
comprobado que se necesitan unos veinte minutos de excitación para que el cuerpo
femenino esté preparado para el orgasmo. Es entonces cuando el clítoris y otras partes
del cuerpo están más sensibles a cualquier estímulo. Y, según indican los sexólogos, si te
saltas esta fase previa te resultará más difícil llegar al orgasmo.
Puede que veinte minutos te parezcan una eternidad, pero lo cierto es que a un buen
amante no le importará esperar. De hecho, si sabe aprovecharlos bien son una estupenda
oportunidad para aumentar su propia excitación. Paula, una secretaria de 27 años, lo
confirma: ?A mí me costaba mucho llegar al orgasmo y le dije a mi chico que no se
preocupara si no conseguía tenerlo.
Una noche, me tumbó en la cama y me pidió que le dejara hacer. De pronto lo sentí.
Tuve un orgasmo fantástico y te aseguro que él disfrutó de todos y cada uno de los
minutos que dedicó a acariciarme y estimularme?. Lo mejor de todo, querida lectora, es
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que conseguir tener un orgasmo durante los juegos previos es el preludio perfecto para
llegar al clímax durante el coito propiamente dicho.
¿Acaso, y sólo por eso, no merece la pena pedirle a tu chico que retrase un poquito el
momento?
Consejo 2:
No pensar en otra cosa
Es muy fácil distraerse durante el sexo porque es inevitable que surja algo que te
descentre. Desde un "Vaya, ¿eso que ha sonado es mi estómago?" hasta "No me gusta
nada ese lunar que tiene en el pecho. Debería vérselo un médico". Y, por desgracia, en
cuanto la mente se va a otra parte, adiós al orgasmo.
El cerebro ejerce un papel fundamental durante el sexo: registra sensaciones y libera
sustancias químicas que provocan buenas vibraciones por todo el cuerpo. Cualquier
distracción es capaz de alterar el proceso de excitación, reducir los impulsos sexuales en
el cerebro y bajar la sensación de placer a cero.
Puesto que controlar los pensamientos es algo muy complicado, lo único que puedes
hacer cuando sientas que no estás a lo que estás es intentar poner toda la atención en tu
cuerpo. Céntrate en lo que sientes y en cómo respondes a los estímulos y, si lo necesitas,
no tengas reparos en tocarte a ti misma o colocarte en una postura en la que sabes que
llegarás al clímax.
Otro buen recurso es concentrarte en la respiración. Respira lentamente, siendo
consciente del ritmo, e intenta sincronizarlo con el de tu pareja. Este tipo de respiración
yóguica ayuda a potenciar las sensaciones, además de conectarte a un nivel más
profundo con tu amante.
Consejo 3:
No te olvides del punto G
Cuando hablamos del placer femenino, el punto G es una auténtica bomba de relojería
peeeeero, la joya de la corona es el clítoris. En este punto de la anatomía femenina
existen muchas más terminaciones nerviosas que dentro de la vagina, y por eso es muy
difícil que una mujer llegue al orgasmo sin ningún tipo de estimulación en esta zona.
¿Nuestra sugerencia? Ponte encima de tu chico, en la postura de la cowgirl, y coloca
tu clítoris de tal forma que se roce con su pelvis durante la penetración. Puede que
sientas que la fricción también estimula los labios vaginales. Otra opción es que le
pidas a tu chico que te masturbe mientras te penetra desde la postura kamasutra del
perrito o cuando tú estés encima de él. No te arrepentirás.
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Consejo 4:
Hacer pis
Es muy probable que en el momento cumbre del sexo pases por alto algunas cosas
aparentemente insignificantes, como, por ejemplo, la vejiga. Sin embargo, si tu chico
te estimula el punto G durante la penetración podrías sentir unas ganas tremendas de ir
al baño. La razón es que el punto G está muy cerca de la glándula de Skene, que a su
vez está directamente conectada con la vejiga. Por eso, cada vez que sientas presión
sobre el punto G tendrás la sensación de que necesitas hacer pis, aunque no sea
cierto. ¿Y en qué afecta esto al sexo? Muy sencillo: te distraerás pensando que tienes
otra necesidad básica que no es el orgasmo.
Además, algunas mujeres eyaculan y confunden el líquido expulsado con orina, de
tal forma que cuando ven aquello, cortan el rollo y, en consecuencia, también
el orgasmo queda en stand by. Afortunadamente, existe una solución muy sencilla: hacer
pis antes de meterte en la cama con tu chico. Si estás segura de que no tendrás ganas
de ir al baño, porque ya has ido, cualquier sensación extraña te parecerá una parte más
del proceso sexual. Eso por no hablar de que hacer pis antes de la relación sexual
disminuye el riesgo de contraer una infección de orina.
Consejo 5:
Las posturas Kamasutra
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Las acrobacias eróticas y las posturas kamasutra están bien si quieres que tu vida
sexual sea entrenida y diferente. Pero practicar todas en la misma sesión podría ser
contraproducente. ¿Por qué? Básicamente porque la clave para sentir el máximo placer
radica en tener una estimulación constante. Una vez que has encontrado la postura y el
ritmo adecuados, necesitas controlarlos y desarrollarlos sin alteraciones. De lo contrario,
el orgasmo se esfumará.
Si, a pesar de todo, se te va la inspiración en el último momento, tranquila. Recuperad
la posición inicial que tanto te excitaba y daos otra oportunidad. Los segundos rounds
existen para algo, ¿no crees?