CICLASUR 2016 - TEMA 1 - "Teresa de Los Andes, alegría y ternura en la familia"
1. Queridos Carmelitas:
Las Cartas que ha enviado gentilmente Claudio Mellado el 19 y 31 de enero nos invitan a
motivarnos y nos piden trabajar con dinamismo los temas para la CICLA, nos pide que seamos
carismáticos, responsables, esforzados, participativos, creativos y originales, ósea salir de ciertos
relajos que a nada conducen si no van acompañados con mucha oración y trabajo, y así ofrecerle
al Señor lo mejor de nosotros iluminados por la espiritualidad de Santa Teresa de Los Andes y los
Santos del Carmelo. Nuestra meta y tarea para la CICLA es dar a conocer en profundidad a nuestra
Santa. No podemos olvidar que estamos frente a una jovencita laica viviendo en medio del mundo
igual que nosotros, aun no ingresa al monasterio pero ella Sabe que se debe preparar a la
Llamada de Jesús.
Es por todo lo anteriormente dicho, que las o los invitamos a prepararnos y
¡A TRABAJAR!
Esperamos que el material anterior les hayan hecho alguna resonancia y así seguir
interesándonos en la vida de esta niña, tan corta pero intensamente rica, el tesoro está escondido,
solo hay que sentirla, comprenderla y amarla. Lo importante es su evolución espiritual, porque
Dios la eligió a ella, ya como una jovencita contemplativa.
Esto que les escribo también tiene por finalidad, siempre que me lo permitan recordarles,
de nuestra hermosa vocación, nuestro corazón está llamado a amar a Jesús con todas nuestras
fuerzas, para que así Él pueda cumplir su promesa y habitar en cada uno de nosotros cuando se lo
abrimos y se lo ofrecemos. Luego si Dios así lo quiere se enciende la chispa de amor en tu alma, te
nacerá el interés por leer todo cuanto caiga en tus manos acerca de esta pequeña niña y su
oración contemplativa. Será lo único que te importe… “no abra nada en el mundo que pueda
saciarte”.
“Dios ah echo brillar en Teresa de los Andes
de modo admirable la luz de su hijo
Jesucristo, para que sirva de faro y guía a un
mundo que parece segarse con el resplandor
de lo divino”
SS. JUAN PABLO SEGUNDO
2. Juanita Fernández Solar
Una joven laica comprometida, mujer de nuestra tierra, que ha vivido una existencia como
la nuestra, que busco el amor y la felicidad, que sufrió y amo y que no nació santa al igual que
cualquiera de nosotros. Así pues hoy nos ocuparemos de una florecilla del Carmelo que vivió en un
extremo del continente americano bajo las sombras de los Andes, pero sobre todo bajo la mirada
de Dios.
¿Quién es Teresa de los Andes?
Una joven Santa. Dios, levanta a los santos en su Iglesia, para que sean testigos y ejemplos
del amor de Jesús. Todos necesitamos ejemplos para la vida. Los santos son nuestros grandes
amigos y amigos de Dios, por lo tanto los amamos y consideramos como los que caminan delante
de nosotros y nos muestran el camino que ellos ya han recorrido con su vida, sus palabras y sus
hechos y al igual que ellos Teresa va abriendo nuestros caminos por su cercanía y sencillez. Ella, no
ha escrito obras de espiritualidad, solo el amor de Jesús es la clave para entenderla. Su producción
literaria se reduce a 164 cartas confidenciales, todas ellas preciosas y a su diario íntimo que está
muy incompleto, tiene lagunas de meses enteros, pero igual revelan la belleza de su alma y nos
coloca delante de un personaje que habla nuestra lengua con la sencillez y claridad de una amiga.
El estilo de su escritura es simple y correcto, lleno de sentimiento y emociones, típico de una joven
de su edad. Para ella al principio era muy difícil amar a un Dios sin caricias, por ser ella muy
afectiva. Tomo un largo camino, acompañada por su director espiritual enseñándole a contemplar
a Dios atreves del velo de la fe.
En el convento escribió solo unas pocas páginas, pero muy importantes para conocer la
evolución del proceso de Cristificación en que vivió empeñada toda su vida al abrirle de par en par
su corazón.
Ella cuenta “la historia de mi alma se resume en dos palabras: sufrir y amar, el camino que
me mostro Jesús fue el que recorrí y amé. Y como Él me quería para Sí, busco para alimentar mi
pobre alma el sufrimiento”.
Su vida está centrada en el tema del amor intensamente vivido desde su niñez con una
admirable madurez y serenidad. Conoce la realidad de la vida y el sufrimiento, una característica
de ella es precisamente eso “vivir alegre en medio del dolor”, porque supo encontrar en TODO a
Dios.
Su vida se divide en dos periodos, uno desde que nace hasta su primera y dos desde su primera
comunión hasta la entrada de su arma en el puerto del Carmelo colmándola de favores.
3. Tema Nº1
Teresa de los Andes alegría y ternura en la familia
En la ciudad de Santiago de Chile, en la calle rosa 1352 donde está ubicada la mansión
patriarcal del abuelo don Eulogio Solar Quiroga, seno de una familia muy acomodada y cristiana, el
13 de julio de 1900 nace Juanita Fernández Solar la que más tarde será conocida como Santa
Teresa de Jesús de los Andes. Hija del matrimonio de Don Miguel Fernández Jara Quemada y Doña
Lucia Solar Armstrong. Fue bautizada dos días después de nacer, el 15 de Julio de 1900 en la Iglesia
de santa Ana entre las calles catedral y San Martin, por el presbítero Baldomero Grossi, con el
nombre de: Juana, Enriqueta, Josefino de los sagrados Corazones. Sus padrinos fueron don
Salvador Ruiz Tagle García Huidobro y su tía paterna doña Rosa Fernández de Ruiz Tagle.
Lucia (1894-1968)
Miguel (1895-1953)
Lucho (1898-1984)
Juana (fallecida a las pocas horas de nacer)
Juanita (1900-1920)
Rebeca (1902-1942)
Ignacio (1910-1976)
Desde pequeñita fue muy hermosa, tenía pelo castaño ondulado y sus ojos color violeta,
su piel blanca y sonrosada, cuando reía se le hacían dos hoyitos en sus mejillas, muy juguetona y
alegre, llamo la atención su precocidad infantil y como toda persona Teresita experimento el
drama de nuestra condición humana, por un lado el anhelo del cielo y por el otro su carácter, su
excesiva sensibilidad, sus grandes rabietas de niña, sus peleas con sus hermanos, etc… Esto mismo
nos muestra que así comienza la santidad, la gracia viene en auxilio de nuestra debilidad, de
nuestra naturaleza caída y necesitada de redención.
Ella escribe en su diario íntimo iniciado a los 15 años “Jesús comenzó a tomar mi corazón
para así, poco tiempo después del terremoto de 1906, comenzando así mi aventura mística a los 6
años”. Me acuerdo que mi mamá y mi tía nos llevaban a misa casi a diario y nos explicaban todo,
también rezábamos por la tarde el rosario en familia acompañados de mis nanas sobre todo con la
que más quería, mi mamita Ofelia. Desde esos momentos ella tiene conciencia de su relación con
Jesús y cuida este vínculo de amor con esmero y dedicación, su tesoro escondido, su perla
preciosa y por el que vale la pena dejarlo todo.
En sus clases de catecismo lo que más le llamo la atención fue lo aprendido sobre el
perdón y lo aplica constantemente durante toda su vida, en la relación con sus hermanos, sus
4. amigos y con mis padres. Cuando hice mi primera confesión en la tarde le pedí perdón a mi
papacito y a mi mamita que lloraban porque eran indulgentes y bondadosos conmigo a pesar de
mis rezongos y rabietas, también a todos mis hermanos y por ultimo a mi mamita Ofelia y demás
sirvientes.
Hizo su primera comunión rodeada de toda su familia el 11 de septiembre de 1910, se
preparó de tal manera al sacramento que decidió ofrecerle a Jesús desde ese día un cambio radical
en su carácter (D.CINCO), porque lloraba continuamente de deseos de recibirlo. Ella recuerda ese
día como el más feliz de su vida y dice “Fue un día sin nubes”. Procuraba comulgar diariamente y
se quedaba largo rato en dialogo amistoso con el señor. Ella sabía que Jesús la esperaba en el
Sagrario de su propia alma.
En aquel hogar cristiano se respiraba un ambiente austero pero de muy buen pasar,
también de alegría y unidad de una vida sin mayores complicaciones, tenían grandes extensiones
de tierra que pertenecían a su abuelo Eulogio, pasaban largas temporadas en la hacienda
Chacabuco, fundo de cuyos límites se perdían en la cordillera de los Andes.
El 13 de mayo de 1907 muere su abuelito que para ella era como un santo tanto en la vida
como en la muerte.
Teresita fue una hija cariñosa y más de 18 años vivió con su familia y la relación que tubo
ella especialmente con sus padres fue de una dulzura y un cariño muy especial, admiraba
profundamente a su padre y se interesaba de sus actividades, de su salud, de su fe y de sus planes
(C. 15, 69, 73, 78, 158, 161).
Con su mamá conversaba largamente y a ella le contaba sus secretos, fue su confidente,
amiga y consejera. Ella fue la primera que supo de su vocación carmelita (C. 97), con sus hermanos
tenía una cercana y cálida relación en la convivencia diaria, surge la vida y la personalidad tal como
es, con rabia, celos, competencias, penas, así “aprendí a vivir y convivir”, este era nuestro hermoso
núcleo familiar. Teresita también fue amiga fiel, echaba mucho de menos a sus amigas cuando se
iba a la hacienda Chacabuco, pero también mis veraneos en algarrobo eran llenos de felicidad, ahí
compartía con todas mis amigas mis secretos, juntas organizábamos paseos, misiones, catequesis,
juegos salidas a caballo y encuentros. A ellas les escribía largas cartas llenas de alegría y buen
humor y compartía su fe y su amor.
A Carmen de Castro (D. 14 y C.9 y 11)
A las hermanas Valdés Ossa (C.5 y 19)
A Herminia (C. 75)
A Graciela montes (C. 12)
A Elena Salas (C. 31)
A todas les cuenta de sus actividades, sus tentaciones de risas, sus proyectos, sus dificultades, sus
sueños, también muestra su alegría de vivir y su gran sentido del humor, no teme decir lo que
piensa y lo que siente, su sinceridad es plena y real.
5. Fue una hermana comprensiva con sus hermanos. A Lucia que era la mayor y después de
casada con Isidoro Huneeus (Chiro), los padres de Lucecita a quien ella quiso mucho y pedía a su
hermana que le enseñara como primera palabra “Jesús”. Miguel su hermano Mayor, era poeta,
bohemio y algo dado a la bebida, esto hacia sufrir mucho a Teresa y a su familia. Con Lucho tenía
una relación extraordinariamente estrecha, más que hermanos eran amigos del alma, él le enseño
a rezar el rosario y con él hizo la promesa de rezarlo diariamente (Lucho era compañero del Padre
Alberto Hurtado). Rebeca era su confidente a ella confiaba sus secretos más importantes. Después
de la muerte de Teresa, Rebeca también ingresa al convento de los Andes y se preocupó de
guardar con cariño las cartas y recuerdos de su hermana. Ignacio era el menor, cuando pequeño
estuvo muy enfermo y por eso era el regalón de la casa, le decían nanito.
Preguntas para dialogar, reflexionar y compartir
1. ¿Cómo podríamos describir la relación de Teresa con sus padres, abuelos, hermanos y
amigos?
2. ¿Qué nos enseña a nosotros mismos esa relación?
3. La manera de vivir Teresa la amistad: ¿En que nos ayuda e ilumina a nosotros?
4. ¿Cuáles son los aportes que una amistad proporciona?
5. ¿Por qué Dios regaló a Chile una Santa Contemplativa?
6. ¿Hasta qué punto dejamos que Dios actúe en nosotros?