CICLASUR 2016 - PARAGUAY - "Teresa de Los Andes, alegría y ternura en la familia"
1. SANTA TERESA DE LOS ANDES,
LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
Orden Seglar del Carmelo Descalzo - Paraguay
2. SANTA TERESA DE LOS ANDES,
LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
“…no, Señor,
lo que quiero,
sino lo que
Tú quieras“
3. Juanita vive en una familia, crece, forma parte
de ella, nace con características propias con
tantas imperfecciones, pero su encuentro con el
Señor cambia su vida. Ella describe su persona:
SANTA TERESA DE LOS ANDES,
LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
4. “A mí, desde chica, me decían que era la más bonita de
mis hermanos y yo no me daba cuenta de ello. Pero
esas mismas palabras que me las repetían cuando más
grande, a escondidas de mi mamá, que no le gustaba.
Sólo Dios sabe lo que me costó desterrar este orgullo o
vanidad que se apoderó de mi corazón cuando estuve
más grande. Mi carácter era tímido, de un corazón muy
sensible. Por todo lloraba, pero tenía un carácter
sumamente suave; yo jamás rabiaba con nadie.”
SANTA TERESA DE LOS ANDES,
LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
5. A los seis años acompaña ya
habitualmente a su mamá y a una tía a
la Santa Misa y ellas le iban explicando
todo. En 1910 empieza su encuentro
primero y definitivo en su interior “me
encendía de deseos” de recibir la
Primera Comunión. A los siete años se
confiesa y se prepara con mucho
entusiasmo para ello.
SANTA TERESA DE LOS ANDES,
LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
6. Ella nos confiesa que comienza a ser obediente, no peleaba
con los niños, que a veces se mordía los labios, y apuntaba
los actos heroicos en una libreta. Siente un deseo muy grande
en su interior de estar a solas con Jesús.
SANTA TERESA DE LOS ANDES,
LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
7. “La Virgen me ayudó a limpiar mi corazón de toda
imperfección. Yo modifiqué mi carácter por completo. Tanto
que mi mamá estaba feliz de verme prepararme tan bien para
mi Primera Comunión. Jesús, desde ese primer abrazo, no me
soltó y me tomó para Sí. Todos los días comulgaba y hablaba
con Jesús largo rato. Pero mi devoción especial era la Virgen.
Le contaba todo. Sentía su voz dentro de mí misma.”
SANTA TERESA DE LOS ANDES,
LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
8. “¡Oh, soy feliz! Pues puedo decir con verdad, que el único
amor de mi corazón ha sido Él. Jesús mío, he visto que
sólo una cosa es necesaria: amarte y servirte con
fidelidad; Parecerme y asemejarme en todo a Ti. En eso
consistirá toda mi ambición. Jesús me pide que sea
santa. Que haga con perfección mi deber. Que el deber
es la cruz. ¿Encontrará el Padre la figura de Cristo en mí?
¡Cuánto me falta para parecerme a Él! Mi espejo ha de
ser María. Puesto que yo soy su hija, debo parecerme a
Ella y así me pareceré a Jesús.”
SANTA TERESA DE LOS ANDES,
LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
9. Su trato familiar con Cristo,
hace que su vida sea una vida
contemplativa, un trato de
amistad permanente con Dios
que la lleva a sacrificarse por los
demás para hacerlos felices.
Toda su vida es entrega, pero
entrega con naturalidad sin que
nadie sospeche que le cueste
sacrificio complacerles y dar
gusto a todos.
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LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
10. Se preocupa y ocupa de los más pobres, de los
niños, visita la casa de los inquilinos y les socorre
en sus necesidades materiales y espirituales. A las
empleadas de su casa les llena de atenciones,
ayudas y muestras de cariño y afecto. Dirá con gran
convicción “es tan rico dar”. Es esencialmente
afectiva.
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LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
11. Es alegre, comunicativa, bromista, ama con todo su
ser. Contagia a todos su sana alegría. En sus
cartas revela que con su familia es amable, dulce,
cariñosa, atenta, alegre. La “joya de la casa”, como
dirá su hermano Luis.
“Saqué como resolución vivir muy alegre
exteriormente. Donde me llevan soy feliz….Vivir
siempre muy alegres. Dios es alegría infinita.”
.
12. Es una persona muy cercana, muy humana, muy afectuosa,
muy cariñosa. Pero ha encontrado la clave para ser feliz. Ha
encontrado la llave, el ascensor como dice Santa Teresita
del Niño Jesús. Ese ascensor en Teresa de los Andes es el
Sufrimiento.
SANTA TERESA DE LOS ANDES,
LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
13. “¡Qué impresión me produjo cuando vi mi conventito!
Su pobreza habla muy bien a su favor. Apenas lo vi me
encantó y me sedujo. Sé que si voy al Carmen será para
sufrir. Mas el sufrimiento no me es desconocido. En él
encuentro mi alegría, pues en la cruz se encuentra Jesús,
y Él es Amor. Y ¿qué importa sufrir cuando se ama?”
SANTA TERESA DE LOS ANDES,
LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
14. Cuando siente que está cerca el día de su entrega total al
Señor, en su querido Carmelo expresa:
“El dolor de la separación es tan intenso, que no hay
palabras para expresarlo. Solo Dios me sostiene. Jesús no
quiere que exista nada entre Él y yo. Manifestándose a mi
alma la ha enamorado en tal forma que sólo en Él puedo
encontrar reposo.”
SANTA TERESA DE LOS ANDES,
LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
15. En las constituciones del
Carmelo Seglar leemos “colocar
los vínculos familiares por
debajo de los intereses del
Reino y de la persona de Jesús”
a Teresa le ha pedido esto con
radicalidad.
¿Que nos pide el Señor a
nosotros?
SANTA TERESA DE LOS ANDES,
LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
16. Ella le dirá a Rebeca unas palabras llenas de
esperanza
“Sin duda que tu corazón de hermana se desgarra al
oírme hablar de separación, al oírme murmurar esa
palabra: adiós para siempre en la tierra para
encerrarme en el Carmelo. Más no temas, hermanita
querida. No existirá jamás separación entre nuestras
almas. Yo viviré en Él. Busca a Jesús y en Él me
encontrarás”.
SANTA TERESA DE LOS ANDES,
LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
17. Que bellas palabras si podríamos comprender, sentir
y hacer verdad en nuestras vidas que en Jesús nos
unimos, que el Amor de Dios nos acerca. Que es el
AMOR de esposo y esposa, lo que hace que seamos
uno en Dios que es AMOR. Que el Amor de padre a
hijos y de hijos a los padres, y a nuestros hermanos y
vecinos es AMOR de Dios. No buscaríamos tanto
sentirnos amados, aprenderíamos a amar, a dar.
Aprenderíamos de Dios, del AMOR, a entregar la vida
por los demás como Él lo hace cada día.
SANTA TERESA DE LOS ANDES,
LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
18. Teresa de los Andes es una persona cercana a las
necesidades de su familia, es feliz con su Esposo pero
tan cercana a las necesidades de los otros, de la
Iglesia. Ya desde el Carmelo le escribe a su Padre.
SANTA TERESA DE LOS ANDES,
LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
19. “Papacito, cuando sufra, cuando se
encuentre solo, piense que su Carmelita lo
acompaña, y que ella tiene consigo a Jesús.
El pensamiento de que Jesús está con usted
viéndolo padecer lo confortará; pues Él
cuenta y recoge las espinas de su camino
para cambiarlas y transformarlas en piedras
preciosas, con que algún día lo coronará en
el Cielo ¿Qué importa sufrir en el destierro
unos años para merecer una eterna
felicidad?”
SANTA TERESA DE LOS ANDES,
LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
20. Es hermoso ver como expresa su sentimiento, su
entrega generosa en todo y en todos los que ama, en
sus oraciones por su familia ella encarga: “En pedirle
por nuestras familias y por nosotras, decirle siempre:
SANTA TERESA DE LOS ANDES,
LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
21. “Estos son los seres que quiero en Ti; Tú ves sus
necesidades. Si quieres Tú, Señor, remédialas”. Y
quedamos tranquilas con su divina voluntad. No
pedirle nada, sino decirle “dame lo que Tú quieras”.
Esta es la mayor gloria de Dios, y no te niego que
cuesta, pues a veces, sin darse cuenta uno, le pide;
pero decirle: “no, Señor, lo que quiero, sino lo que Tú
quieras.”
SANTA TERESA DE LOS ANDES,
LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
22. El Papa Francisco dijo:
“En la vida, la familia experimenta
tantos momentos bellos. El
descanso, los almuerzos juntos, las
salidas al parque, al campo, la visita a
los abuelos, la visita a una persona
enferma, pero si falta el amor, falta
la alegría, la fiesta, y el amor siempre
nos lo da Jesús. Él es la fuente
inacabable.”
SANTA TERESA DE LOS ANDES,
LA ALEGRÍA Y TERNURA DE LA FAMILIA
23. “Estos son los seres que quiero en Ti; Tú ves sus necesidades. Si quieres
Tú, Señor, remédialas”. Y quedamos tranquilas con su divina voluntad.
No pedirle nada, sino decirle “dame lo que Tú quieras”. Esta es la
mayor gloria de Dios, y no te niego que cuesta, pues a veces, sin darse
cuenta uno, le pide; pero decirle:
“no, Señor, lo que quiero, sino lo que Tú quieras.”