El documento describe el papel del entonces obispo Karol Wojtyla en el Concilio Vaticano II, particularmente en la elaboración de la constitución pastoral Gaudium et Spes. Wojtyla participó activamente en las discusiones y redacción del documento, especialmente en los capítulos sobre la dignidad del ser humano. Más tarde, como Papa Juan Pablo II, aplicó los principios de Gaudium et Spes a lo largo de su pontificado, enfocándose en que Cristo manifiesta plenamente la verdad y dignidad del hombre.
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HORIZONTES TEOLOGÍA DEL SIGLO XX
ROMA
POLONIA
—TEXTO Juan Luis Lorda
Cuando comenzó el Concilio, Karol Wojtyla
tenía42años;yllevabacuatrocomoobispoau-
xiliardeCracovia.Recuerda:“Cuandocomencé
atomarparteenelConcilio,eraunjovenobispo
[…]. El Concilio fue una singular ocasión para
escucharalosotros,perotambiénparapensar
creativamente.Comoesnatural,losobisposde
más edad y más expertos aportaban una con-
tribución mayor en la maduración del pensa-
miento conciliar. Al comienzo, puesto que era
joven, más bien aprendía; gradualmente, sin
embargo, alcancé una forma de participación
enelConciliomásmaduraycreativa”(Cruzan-
do el umbral de la esperanza, Barcelona 1994,
163-164).
Karol Wojtyla vivió el Concilio con mucha
intensidad. Era una persona que creía en la
vida intelectual y en el impacto que tiene la
verdad en la persona, tanto la verdad de la fe,
como la verdad natural. Quería impregnarse
de la verdad del Concilio: “Un obispo que ha
participado en el Concilio Vaticano II se siente
endeudaconél[…].Absorbíaporcompletosus
pensamientos,estimulabasuresponsabilidad,
enelmarcodeunarealidadprofundamentevi-
vida” (prólogo a la Renovación en sus fuentes,
Madrid 1982, 3).
Trabajos conciliares de Karol Wojtyla
En las actas del Concilio se conservan 8 inter-
venciones orales y 16 escritas. Una de sus in-
tervenciones en la tercera sesión (21-X-1964),
sobre el entonces Esquema XIII, provocó que
se le incluyera en el equipo redactor. Treinta
años después, lo recordaba: “Debo confesar
que Gaudium et spes me es particularmente
querida,nosoloporlastemáticasquedesarro-
lla, sino también por la participación directa
quepudetenerensuelaboración.Comojoven
Obispo de Cracovia, fui miembro de la subco-
misión encargada de estudiar los ‘signos de
lostiempos’,ydesdenoviembrede1964fuilla-
mado a formar parte de la subcomisión cen-
tral, encargada de proceder a la redacción del
texto”(Discurso del 8 de noviembre de 1995,
AlcumplirseelcincuentenariodelaCons-
tituciónPastoralGaudiumetspes(GS),es
oportuno recordar el papel del entonces
obispo Karol Wojtyla.
El obispo Karol Wojtyla
al final del Concilio Vaticano II.
2. Octubre 2015 — PALABRA 61
Karol Wojtyla
en Gaudium et spes
con motivo del XXX aniversario de GS a los
participantes en un congreso sobre la Consti-
tución Pastoral).
CuandoelobispoWojtylafueincorporado,el
Esquema XIII estaba en crisis. El documento
no acababa de gustar a nadie, había recibido
bastantes críticas, el redactor (Häring) no era
nada fácil de aconsejar y el tiempo corría. Era
el documento más retrasado. Así que se deci-
dió buscar otro secretario y redactor princi-
pal. Sería Haubtmann, profesor del Instituto
Católico de París, y empezar casi de cero. Se
convocó una importante reunión plenaria en
Ariccia, del 1 al 5 de febrero de 2015, con 26
obispos, 31 peritos y otros muchos expertos
para reconstruir un boceto.
Fueron días agotadores. Se conservan mu-
chas anotaciones del diario de Congar. Y más
curiosassonlasnotasdeMonseñorGonzález
Moralejo, auxiliar de Valencia y luego obispo
de Huelva, que sabía taquigrafía y recogió
lo más substancial de las conversaciones de
aquellos días. Una parte han sido publicadas
por la BAC.
Congar refleja la profunda impresión que
causóMons.Wojtylaporsuaplomoyprofun-
didad. Y de las notas de Mons. González Mo-
ralejo se deduce que Mons. Wojtyla opinaba
mucho y que intervino en el replanteamiento
de lo que serían los primeros capítulos, junto
conDaniélou.Además,sedebeasuinsistencia
que se añadiera el capítulo IV de la primera
parte, que redactó Congar junto con Wojtyla.
Esafuelaprincipalintervencióndelentonces
joven obispo polaco.
Eldocumentoseríabastanteretocadoporel
propioHaubtmann,queeramuypuntilloso,y
sus colaboradores más directos. También lo
revisóGerardPhilips,alqueselehabíapedido
quelounificara.Despuéspasóporlasdiversas
instanciasdeaprobacióndelConcilio,también
por el Papa. Se presentó en el Aula conciliar y
se recibieron más de 2.000 enmiendas de los
obispos. Con eso la comisión mixta retocó el
documentohastalapresentaciónyaprobación
definitiva el 7 de diciembre de 1965.
Los principios en la mente de Wojtyla
ConvienetenerpresentequeKarolWojtylate-
níayaunmodointelectualmuyfijado,frutode
su personalidad y de su itinerario. Y merece
la pena recordarlo. Se tomaba muy en serio
el papel iluminador y directivo de la verdad
en la vida humana y en el desarrollo de cada
persona.
SinosacercamosasutesisdeteologíaenRo-
ma (1946-1948), La fe en San Juan de la Cruz,
especialmentealfinal,podemosobservarque
el intento del joven sacerdote es entender có-
mo la fe produce el crecimiento de la vida es-
piritual. Es lo que quería buscar en las obras
místicasdelsantocarmelita,especialmenteen
laSubidaalMonteCarmelo.Peroeldirectorde
latesis(Garrigou-Lagrange)preferíaquecom-
parara el pensamiento de san Juan de la Cruz
con santo Tomás de Aquino y limitó bastante
ese planteamiento.
Veinte años después, el ya cardenal Wojtyla
publicó su obra filosófica principal Persona y
acción (1969), madurada durante el Concilio.
Eltemadefondoescómolapersonaseexpre-
sa y se realiza o se constituye en la acción. La
acción humana sigue al conocimiento de la
verdad teórica y práctica. Y así se construye
la persona: siguiendo la verdad sobre el ser
humano, que es la guía general de la vida; y la
verdadconcretaquesemuestraenlaconcien-
ciacadavezquepensamosenloquetenemos
que hacer.
De la verdad a las actitudes
El cardenal Wojtyla creía realmente en el im-
Paraseguirleyendo
pacto personal de la verdad, cuando es en-
tendida, interiorizada, asimilada. Lo creía,
sin duda, por experiencia personal. Pero esa
convicción se había reforzado al estudiar la
fenomenologíaporsutesisdehabilitaciónso-
bre la ética de Max Scheler.
Tanto Max Scheler como su discípulo von
Hildebrand,subrayanquehayunacorrespon-
denciaprofundaentrelacaptacióndelareali-
dad y la creación de actitudes; es decir de dis-
posiciones de ánimo y afectivas. No se puede
decirquealguienhacaptadobienunaverdad
(o la belleza) hasta que no queda impactado y
como transformado por ellas. Es fácil obser-
varlo en el terreno de la estética: no se puede
decir que se ha captado la belleza sin sentirla
y transmutarse, pero tampoco se puede decir
que uno ha captado una verdad fundamental
siesonocambiasusdisposicioneseinfluyeen
suconducta.Asumirlasverdadesfundamen-
talessoloconlainteligencialasconvertiríaen
juegos de palabras.
EsmuynotableellibroLarenovaciónensus
fuentes (1972) del arzobispo y cardenal Woj-
tyla. Fue preparado como guía para aplicar el
ConcilioVaticanoIIensudiócesisdeCracovia.
Antropología
cristiana
Juan Luis Lorda
336 páginas
Palabra, 2004
Persona y acción
Karol Wojtyla
432 páginas
Palabra, 2014
La renovación
en sus fuentes
Karol Wojtyla
360 páginas
BAC, 1982
El Vaticano II
en taquigrafía
Rafael González
Moralejo
248 páginas
BAC, 2000
àSIGUE EN PÁGINA 62
3. 62 PALABRA — Octubre 2015
HORIZONTES KAROL WOJTYLA
Ya es notable escribir un libro para aplicar el
Concilio. Pero más notable todavía es cómo
piensaaplicarelconcilio.Ellibroestáinspira-
do en su método “fenomenológico”: necesita-
mos asumir con más fuerza las verdades fun-
damentalesdelConciliopararenovarnuestra
vida cristiana: tomar conciencia de las verda-
desparaquesecreenlasactitudesadecuadas.
En el prólogo se anuncia: “Este libro ha sido
concebido como un ensayo de ‘iniciación’” (La
renovación en sus fuentes, Madrid 1982, 5-6).
Y tiene tres partes con esta significativa
estructura: -Significado fundamental de la
iniciación conciliar, que es una presentación
del método del libro y de las intenciones del
Concilio; -Formación o enriquecimiento de la
conciencia, donde se trata de meditar en los
grandes temas del Concilio para adquirir una
conciencia más profunda; -Creación de acti-
tudes: es el desarrollo natural de la toma de
conciencia, que conduce a la participación en
la vida de la Iglesia y en el apostolado.
Losnúmeros22y24deGaudiumetSpes
El libro La renovación en sus fuentes intenta
recoger lo más substancial de todos los docu-
mentos del Concilio y cita multitud de textos.
Pero leído retrospectivamente, ya se anuncia
la importancia que daba a dos números de
GS que luego haría famosos a lo largo de su
pontificado.
En primer lugar, GS 22,1: “Realmente, el mis-
terio del hombre sólo se esclarece en el miste-
rio del Verbo encarnado. Pues Adán, el primer
hombre, era figura del que había de venir, es
decir, de Cristo, el Señor. Cristo, el nuevo Adán,
en la misma revelación del misterio del Padre
ydesuamor,manifiestaplenamenteelhombre
al propio hombre y le descubre la grandeza de
suvocación”.Comenta:“Aquíhemosalcanzado
el punto clave del pensamiento conciliar” (La
renovación en sus fuentes, 75).
Y el otro texto famoso es GS 24,3: “El Señor,
cuandoruegaalPadreque‘todosseanuno,co-
mo nosotros también somos uno (Jn 17, 21-22),
abriendo perspectivas cerradas a la razón hu-
mana, sugiere una cierta semejanza entre la
unión de las personas divinas y la unión de los
hijos de Dios en la verdad y en la caridad. Es-
ta semejanza demuestra que el hombre, única
criatura terrestre a la que Dios ha amado por
sí misma, no puede encontrar su propia pleni-
tud si no es en la entrega sincera de sí mismo a
los demás (cfr. Lc 17,33)”. Y declara: “Está en lo
más central de la enseñanza del Vaticano II y
contiene en cierto modo todo lo que el Concilio
deseaba decir sobre la Iglesia, la humanidad y
el mundo” (Ibidem, 224-225).
Además, en 1976, al ser invitado por el Papa
Pablo VI a predicar los ejercicios espirituales
delaCuriaromana(ydelpropioPapa),volvió
sobre el mismo método. La meditación XII se
titula “Cristo manifiesta plenamente el hom-
brealpropiohombre”.YlaXIV,“Elmisteriodel
hombre:laverdad”,queledapieparadesarro-
llardespués(meditaciónXVI)laidentificación
conCristodelsacerdoteensutripleministerio,
profético, sacramental y de régimen. Casi la
tercera parte de las meditaciones de los ejer-
ciciosestáencabezadaconelfamosonúmero
22deGS:Cristomanifiestalaverdadyladigni-
daddelserhumano.Ambascosassecombinan
porque la dignidad del ser humano se realiza
al asumir su propia verdad como vocación.
La clave del pontificado de Juan Pablo II
Dos años después (1978) fue elegido Papa. Se
puededecirqueJuanPabloIIconsusacentos
y subrayados hizo una lectura autorizada de
GS, y que esa lectura orientó todo su pontifi-
cado.Enundiscursoconmemorativosobrela
Constitución pastoral, decía: “Precisamente
el conocimiento íntimo de la génesis de Gau-
diumetspesmehapermitidoapreciarafondo
su valor profético y asumir ampliamente los
contenidosenmiMagisterio,desdelaprimera
encíclica, Redemptor hominis” (Discurso del
8 de noviembre de 1995, con motivo del XXX
aniversario de GS a los participantes en un
congreso sobre la Constitución Pastoral).
Efectivamente,Redemptorhominis(RH)co-
mienzaconestaconsideración:“Atravésdela
Encarnación,Dioshadadoalavidahumanala
dimensiónquequeríadaralhombredesdesus
comienzos y la ha dado de manera definitiva”
(RH 1), que recuerda mucho el número 22 de
GS. Como también lo recuerda la famosa ho-
milía de inicio del pontificado: “¡Hermanos y
hermanas!¡NotengáismiedodeacogeraCristo
y de aceptar su potestad! ¡Ayudad al Papa y a
todos los que quieren servir a Cristo y, con la
potestad de Cristo, servir al hombre y a la hu-
manidad entera! ¡No temáis! ¡Abrid, más aún,
abrid de par en par las puertas a Cristo! […].
Cristo conoce ‘lo que hay dentro del hombre’
¡Sólo él lo conoce!”.
EshermosoelcomentariodesusucesorBe-
nedictoXVIenlaMisadebeatificacióndeJuan
Pablo el Papa Francisco en la Misa de beatifi-
cación de Juan Pablo II, recogiendo palabras
anteriores de Benedicto XVI: “Aquello que el
Papa recién elegido pedía a todos, él mismo lo
llevó cabo en primera persona: abrió a Cristo
la sociedad, la cultura, los sistemas políticos
y económicos, invirtiendo con la fuerza de un
gigante, fuerza que le venía de Dios, una ten-
denciaquepodíaparecerirreversible[…].Karol
Wojtyla subió al Solio de Pedro llevando consi-
golaprofundareflexiónsobrelaconfrontación
entre el marxismo y el cristianismo, centrada
en el hombre. Su mensaje fue éste: el hombre
es el camino de la Iglesia, y Cristo es el camino
del hombre” (Homilía en la beatificación, 1-V-
2011). n
San Juan Pablo II
(1920-2005)
“El conocimiento
íntimo de la génesis de
Gaudium et spes me ha
permitido apreciar a fondo su
valor profético y asumir
ampliamente los contenidos
en mi Magisterio”
(Discurso 8.XI.1995).
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