El documento resume la vida y el ministerio del profeta Jeremías. Jeremías fue llamado por Dios a ser profeta cuando era joven, a pesar de sus objeciones iniciales por sentirse incapaz. Predijo juicios divinos sobre Judá a través de visiones simbólicas de una vara de almendro y una olla hirviendo. A pesar de décadas de advertencias, el pueblo no escuchó sus mensajes. Jeremías sufrió persecución pero se mantuvo fiel a Dios. Su profecía anunció el exilio de Jud
4. SABEMOS MÁS ACERCA DE
JEREMÍAS que de cualquier otro
profeta del Antiguo Testamento.
Los hechos biográficos que
aparecen en su libro nos ayudan
a comprender mejor su obra
como profeta. Jeremías tuvo tal
efecto en la historia que, aun en
el tiempo de Jesús, los talleres
literarios y las escuelas para
discípulos se basaban en el
ministerio profético de Jeremías.
La obra del profeta, juzgada por
las normas humanas, muestra
solo un leve éxito. A pesar de
décadas de fervientes
advertencias y ruegos, la gente
no escuchaba los mensajes dados
por él de parte de Dios.
5. “No obstante,
Jeremías no pudo
ser comprado ni
vendido; se man-
tuvo como “ciu-
dad fortificada,
como columna de
hierro, y como
muro de bronce”
(Jer. 1:18), no con sus propias fuerzas, sino con las de Dios.
Jeremías no fue muy feliz. Su llamado le trajo sufrimiento, dolor,
rechazo, encarcelamiento. Muchas de sus dificultades vinieron de
aquellos a quienes procuraba ayudar tratando de encaminarlos en
la dirección correcta. Jeremías prefiguró lo que Jesús afrontaría
centenares de años después en el mismo país.
6. «Mas yo estoy lleno de poder del
Espíritu de Jehová, y de juicio y de
fuerza, para denunciar a Jacob su
rebelión, y a Israel su pecado»
(Miqueas 3:8)
«¿Quiero yo la muerte del impío?
dice Jehová el Señor.
¿No vivirá, si se apartare
de sus caminos?»
(Ezequiel 18:23)
Los profetas tenían un doble mensaje:
1. Denunciar el pecado.
2. Anunciar el perdón divino.
Esto les planteaba un dilema: si daban el
mensaje, se arriesgaban a sufrir persecución
o muerte (Lucas 3:19-20); si callaban, el
juicio de Dios caería sobre ellos.
Con menosprecio de sus vidas, decidieron
realizar la labor que Dios les asignó.
Transmitieron las palabras de Dios que
recibieron a través de sueños, visiones o
revelaciones directas. Gracias a ellos, aún
tenemos hoy día el privilegio de recibir el
mensaje divino que les fue confiado.
7. Los profetas no mencionan de qué modo les era revelada la Palabra
de Dios o cómo la oían. A veces, Dios les hablaba directamente, tal
vez, en un “suave murmullo” (1 Rey. 19:12, NVI); o el Espíritu Santo
les daba sueños o visiones. Sin embargo, no importa cómo les
llegaran los mensajes, los profetas tenían una misión, no solo de
transmitir la voluntad de Dios al pueblo en general, sino también,
cuando era necesario, hablar ante reyes, emperadores y generales.
8. Esta tarea involucraba
una gran responsabili-
dad: si decían la ver-
dad, estas personas
poderosas podían ma-
tarlos; pero, si no re-
presentaban la verdad,
el juicio de Dios tam-
bién podía caer sobre
ellos. Ser un profeta
es una vocación difícil
y, por lo que nos mues-
tran las Escrituras, los
que recibieron ese llamado lo tomaron muy en serio. Podemos estar
contentos de que lo hicieron, porque sus mensajes nos han llegado en la
Biblia. En ese sentido, sus palabras todavía hablan hoy. La pregunta
actual es la misma que en el tiempo de Jeremías: ¿Escucharemos?
9. «Las palabras de Jeremías hijo de Hilcías, de los sacerdotes
que estuvieron en Anatot, en tierra de Benjamín» (Jeremías 1:1)
Jeremías era un sacerdote,
educado para el servicio santo.
Nació en Anatot, hoy Anata, unos 4 km.
al noreste de Jerusalén.
Dado que Abiatar (descendiente de Elí)
fue desterrado a Anatot cuando perdió
el sumo sacerdocio, es posible que
Jeremías fuese uno de sus descendientes
(1R. 2:26).
Su ministerio profético abarcó desde 627
a.C. hasta más allá de 586 a.C.
Según Jeremías 1:2-3, sus más de 40
años como profeta abarcaron el reinado
de los últimos cinco reyes de Judá.
10. Pero Dios ya lo había escogido mucho antes
para esa labor. Había apartado (santificado) a
Jeremías para ser profeta a las naciones.
Al nacer, todos los hombres son dotados por
Dios para realizar ciertas funciones, pero
ellos son responsables de desarrollar esas
aptitudes.
Del mismo modo, Dios hoy tiene un plan
para cada persona. Debemos descubrir cuál
es ese lugar y procurar cumplir el propósito y
el plan que Dios tiene para con nosotros.
«Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que
nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones»
(Jeremías 1:5)
Jeremías era un joven
entre 18 y 20 años
cuando fue llamado al
ministerio profético.
11. «El joven [Jeremías] se aterrorizó ante la idea de ser
profeta. Fue abrumado por el sentimiento de
indignidad; su naturaleza rechazaba una tarea que lo
obligaría a ser diferente de sus contemporáneos» (CBA).
«Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé
hablar, porque soy niño. Y me dijo Jehová: No digas:
Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y
dirás todo lo que te mande» (Jeremías 1:6-7)
Al igual que Moisés, se excusó por su incapacidad
para hablar en público (Éxodo 4:10-15).
Pero Dios capacita a todo el que escoge. Acompañó
su llamamiento con promesas específicas:
12. «La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije:
Veo una vara de almendro… Vino a mí la palabra de Jehová por segunda vez,
diciendo: ¿Qué ves tú? Y dije: Veo una olla que hierve; y su faz está hacia
el norte» (Jeremías 1:11, 13)
El significado de la primera profecía de
Jeremías es más claro en hebreo.
Podríamos traducirla así: «Veo una vara
del árbol vigilante [shaqed]... Bien has
visto; porque yo estoy vigilante [shaqad]
sobre mi palabra para ponerla por obra».
El almendro anuncia la llegada de la
primavera. Tan ciertamente como que
ésta vendrá, la palabra de Dios se
cumplirá con seguridad.
¿Cuál era la palabra de Dios que se
cumpliría en ese momento? Una «olla
que hierve».
13. La olla estaba ladeada desde el norte, y a
punto de volcar su contenido hirviente
hacia el sur, sobre la tierra de Judá.
Los ejércitos de Babilonia (al este de Judá)
debían subir por el Éufrates para evitar el
desierto. De este modo, atacarían a Israel
desde el norte.
«La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije:
Veo una vara de almendro… Vino a mí la palabra de Jehová por segunda vez,
diciendo: ¿Qué ves tú? Y dije: Veo una olla que hierve; y su faz está hacia
el norte» (Jeremías 1:11, 13)
Ante esta amenaza, los habitantes de Judá
tenían dos opciones: permanecer en sus
pecados, o arrepentirse de ellos.
Según su respuesta, el mensaje de Jeremías
sería «para arrancar y para destruir», o «para
edificar y para plantar» (Jeremías 1:10).
14. PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Martín Lutero escribió acerca
del profeta en la introducción
a su comentario sobre el libro
de Jeremías: “Jeremías fue un
profeta triste, que vivió en un
período deplorable y difícil; y
lo que es más, su servicio pro-
fético fue sumamente difícil
ya que estaba luchando y ba-
tallando con un pueblo testa-
rudo y de mal talante. Aparentemente no alcanzó mucho éxito,
porque experimentó cómo sus enemigos llegaban a ser más y más
malvados. Trataron varias veces de matar al profeta. Fueron duros
con él, lo azotaron varias veces. No obstante, él viviría para ver con
sus ojos cómo su país fue devastado y su pueblo llevado al exilio”.
15. «En el joven Jeremías, Dios veía alguien que sería fiel a su
cometido, y que se destacaría en favor de lo recto contra gran
oposición. Había sido fiel en su niñez; y ahora iba a soportar
penurias como buen soldado de la cruz. El Señor ordenó a su
mensajero escogido: “No digas, soy niño; porque a todo lo que
te enviaré irás tú, y dirás todo lo que te mandaré. No temas
delante de ellos, porque contigo soy para librarte.”»
Lecciones para aplicar en nuestra vida:
E.G.W. (Profetas y reyes, pg. 299)
16. APLICACION
• ¿Qué dice la Biblia acerca del
llamado de Jeremías?
• La reacción inicial de Jeremías
al llamamiento de Dios no fue
positiva. Dios calmó sus
temores y le dio poder para
dar su mensaje al pueblo de
Judá
17. Te invito a bajar y estudiar cada una de las 13 lecciones
que tratan sobre el tema:
JEREMIAS
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