Avances tecnológicos del siglo XXI y ejemplos de estos
Principiosparaunplaneléctrico sralonso
1. MESA DE DIÁLOGO SOBRE LA EVOLUCIÓN DE LA
ENERGÍA NUCLEAR EN ESPAÑA
4ª Sesión Temática. Parte II
ALGUNOS PRINCIPIOS PARA CUBRIR LA DEMANDA ESPERADA DE
ENERGÍA ELÉCTRICA EN ESPAÑA EN EL AÑO 2030
Agustín Alonso
Experto Independiente
Miembro de la Mesa
Presentación
Los expertos de la Agencia Internacional de la Energía, y otras organizaciones
internacionales, recomiendan que los países no descarten ninguna opción energética y
establezcan planes que se ajusten a los recursos energéticos nacionales y tengan en
cuenta el desarrollo científico y tecnológico del país, de forma que el plan energético
resultante sea óptimo desde el punto de vista social, tecnológico y económico.
Con tal recomendación, limitando la exposición a la generación de energía eléctrica,
los siguientes principios fundamentales debieran ser considerados al establecer un plan
eléctrico nacional indicativo que tenga como referencia el año 2030:
(1) Deben ser consideradas todas las tecnologías que sean capaces de generar
energía eléctrica: las ya consolidadas, las que se encuentren en desarrollo
avanzado y las futuras que parezcan razonables. Aquellas tecnologías que hayan
alcanzado el nivel comercial no deben ser subvencionadas con cargo a los
presupuestos del Estado.
(2) La participación de cada una de las tecnologías posibles debe ser tal que el
conjunto resulte óptimo desde el punto de visto económico, estratégico y
operativo.
(3) El impacto ambiental del conjunto debe ser el mínimo posible.
(4) La aceptación social de cada tecnología debe ser la máxima posible.
(5) Debe invertirse de forma razonable en investigación, desarrollo e innovación, en
consonancia con el desarrollo científico y técnico del país, pero sólo en aquellas
tecnologías que sean más prometedoras.
La aplicación de los principios anteriores sugiere que un aumento racional y
moderado de la potencia eléctrica nuclear, junto con la contribución máxima posible de
las energías renovables y la disminución correspondiente de la potencia de las centrales
térmicas que se basen en la combustión de los materiales fósiles podría satisfacer todos
y cada uno de los principios que antes se exponen. En especial, se reduciría de forma
considerable la dependencia energética y tecnológica del exterior, se ayudaría a
satisfacer los requisitos de Kyoto y se utilizarían recursos humanos y tecnologías
propias. No se ignoran las dificultades de la propuesta que se justifica seguidamente.
La consideración de todas las tecnologías existentes
En España, para la producción de electricidad, se utilizan y se han desarrollado de
forma satisfactoria y consolidada la energía hidráulica, la energía térmica del carbón y
la energía nuclear; más recientemente se han hecho progresos tecnológicos
considerables en la tecnología eólica, aunque su despliegue comercial aún no es
1
2. competitivo y necesita ser subvencionado mediante primas generosas. En la actualidad
se está haciendo un uso creciente de la energía térmica del gas, pero tanto la tecnología
como el combustible son foráneos. Por todo ello: la energía hidráulica, la energía
térmica del carbón, la energia nuclear, la energia eólica y la energia térmica del gas
deben ser consideradas como las fuentes significativas para la generación de energía
eléctrica.
La energia fototérmica, la energia fotovoltaica y la energía de la biomasa vegetal están
siendo investigadas y tal investigación debe continuar mientras sus perspectivas
tecnológicas, sociales y económicas sean favorables. La investigación sobre la energía
nuclear debe continuar, en especial en los temas relacionados con la gestión de los
residuos radiactivos y el desarrollo de nuevos tipos de reactores. Sin embargo, estos
nuevos diseños no estarán listos comercialmente durante el periodo de referencia, por
lo que sólo deben instalarse en España reactores de tipo evolutivo, bien probados y
conocidos, basados en los reactores de agua a presión o agua en ebullición actuales.
Participación óptima
La participación óptima de las distintas fuentes de energía desde el punto de vista
económico, estratégico y operativo debe favorecer a aquellas tecnologías que produzcan
la energía eléctrica más barata, dependan menos del exterior desde el punto de vista
tecnológico y del combustible y permitan la adaptación de la producción a la
variabilidad de la demanda.
La energía hidráulica es la más satisfactoria desde todos los puntos de vista, por lo que
debe ser explotada al máximo de su capacidad.
Aparte la energía hidráulica, la energía nuclear es la que, en este momento, puede
producir, de forma estable, la energía eléctrica más barata, aún cuando aumente el
precio del uranio, a causa de la escasa dependencia del precio del combustible en el
coste de la energia producida. Sin embargo, es preciso considerar el riesgo asociado a la
elevada inversión inicial.
La energía eléctrica generada por la energía térmica del gas natural se encuentra entre
las más caras; además, el precio del combustible es muy alto e inestable y participa
considerablemente en el coste de la energía eléctrica producida. De igual forma, la
generada por la energía térmica del carbón es también cara, si bien el coste del
combustible, que puede ser nacional, es más estable que en el caso del gas.
Por su parte, la energía eólica ha de ser en este momento subvencionada mediante
primas para que sea competitiva y para fomentar su desarrollo, práctica que no debe ser
aceptada en el caso de una contribución significativa de este tipo de energía. El
Gobierno tiene la obligación de administrar con eficacia los capitales de los impuestos
que recauda; cualquier detracción innecesaria para subvencionar la energía eólica,
cuando puede utilizarse con ventaja económica la energía nuclear, es inaceptable porque
reduce las inversiones en otras actividades sociales, tales como la sanidad o la
educación, o el desarrollo de infraestructuras, tales como la red viaria o el
abastecimiento de agua, por citar sólo ejemplos que deben ser mejorados.
La energía nuclear ha tenido en España un desarrollo científico y técnico
considerable. Aunque el equipo fundamental sea importado, el país puede fabricar
equipo pesado en las instalaciones de ENSA y el combustible puede ser suministrado
por ENUSA. Igualmente, los servicios de ingeniería, entrenamiento del personal de
explotación, mantenimiento e inspección pueden ser realizados de forma satisfactoria
por Tecnatom y otras empresas nacionales. En las Universidades Politécnicas se cultiva
con éxito la ingeniería nuclear tanto en el campo docente como en el investigador.
2
3. El desarrollo tecnológico de la energía hidráulica y térmica del carbón es apreciable,
pero el equipo necesario para convertir en energía eléctrica la energía térmica del gas es
foráneo, con muy poca aportación nacional; además, el combustible ha de ser totalmente
importado.
Un sistema nacional de producción de energía eléctrica tiene que cubrir de forma
satisfactoria las variaciones de la demanda y garantizar el suministro. Ello requiere la
disponibilidad de sistemas de base, que pueden ser suministrados de forma satisfactoria
por la energia nuclear, la térmica del carbón y la térmica del gas natural, y sistemas
variables, de arranque inmediato, que pueden ser satisfechos por la combinación de la
energía eólica y la energía hidráulica en centrales de bombeo y por la energía hidráulica
en régimen convencional.
El impacto ambiental
El impacto ambiental de las tecnologías para la generación de energía eléctrica puede
ser de naturaleza química o física. El impacto ambiental de los gases de invernadero es
la que más debe preocupar. Los gases de invernadero que se inyectan en la atmósfera
como resultado de la combustión del carbón y del gas natural modifican la composición
de la atmósfera y pueden inducir cambios climáticos globales. Es bien conocido que las
moléculas de estos gases son transparentes a la radiación ultravioleta que llega del sol y
absorben la radiación infrarroja que sale de la tierra, impidiendo su enfriamiento. Es
también un hecho cierto que ha aumentado el contenido de gases de invernadero en la
atmósfera y que la tendencia es alcista. Se está así perturbando el equilibrio
termodinámico de un sistema muy sensible, cuyas reacciones no se conocen y no se
pueden predecir y que, una vez desatadas, pudieran tener constantes de tiempo muy
largas con consecuencias inesperadas.
Por todo ello, es prudente reducir hasta el límite máximo posible la generación de
gases de invernadero y, desde luego, no superar los criterios de Kyoto. En el año 2004
España había superado el nivel de emisión de CO2 de 1990 en el 45,61 %, cuando el
límite fijado para el periodo 2008-2012 era del 15 % del año base. Por ello, el uso de la
energía térmica del carbón y del gas debe reducirse hasta el límite máximo posible y se
debe ejercer una delicada prudencia en la instalación de nuevos grupos de ciclo
combinado de gas, por muy satisfactorios que ahora parezcan desde el punto de vista
económico. De hecho, dentro de la Unión Europea de los 25, las estadísticas demuestran
que los países que más se apartan del objetivo de Kyoto son los que han renunciado, o
no han desarrollado de forma suficiente, la energía nuclear, entre ellos se encuentra
España en uno de los primeros lugares; mientras que los países más nucleares, tales
como Francia o los países del Este satisfacen, a veces con un gran margen, tales
objetivos.
La reacción de fisión es anaerobia, por tanto, no produce gases de invernadero. Las
pequeñas cantidades de gases y líquidos radiactivos que se pueden liberar, conteniendo
fundamentalmente criptón-85 y tritio, está controlados y no suponen ningún riesgo para
la población y para el medio ambiente. Por otro lado, las centrales nucleares ocupan
territorios reducidos por unidad de potencia, son limpias y ajardinadas, aunque el
impacto estético, sobre todo cuando se usan torres de refrigeración, puede no resultar
agradable.
Los impactos de las energías renovables-hidráulica, eólica, biomasa vegetal y solar-
son fundamentalmente de naturaleza física, predominantemente estética, además de
necesitar grandes espacios. En el caso de la energía eólica, queda por analizar el
impacto de los residuos sólidos de los aerogenadores una vez satisfecha su vida útil. Por
3
4. otro lado, los materiales sintéticos que se utilizan en la fabricación de las palas incluyen
componentes químicos peligrosos.
La aceptación pública
La energía nuclear es la tecnología de generación de energía eléctrica peor aceptada
por la sociedad. La radiofobía, el accidente de Chernobyl-4 y la falta de información
pública por parte de las instituciones se encuentran entre las razones de este rechazo a la
energía nuclear. Existe otra razón de naturaleza sociológica; la energía nuclear para usos
pacíficos fue presentada al público como una fuente inagotable de energía y progreso
fuera de toda realidad, lo que engendró en todo el mundo una euforia desmedida; por
otro lado, no se explicaron de antemano los riesgos propios de la tecnología, que pronto
se hicieron visibles, lo que engendró un rechazo social, también desmedido y fuera de la
realidad, que va decayendo, aunque lentamente como corresponde a toda reacción social
negativa.
Las instituciones internacionales y nacionales han reconocido el derecho del público a
la información y a la decisión en asuntos nucleares socialmente sensibles, discutidos en
la Mesa de diálogo, que habrán de ser formalmente incorporados al régimen jurídico
nuclear de España. Además, se han establecido y ratificado convenios internacionales
como la Convención sobre Seguridad nuclear y la Convención sobre Seguridad en la
gestión del combustible gastado y sobre Seguridad en la gestión de residuos
radiactivos, entre otros instrumentos jurídicos, cuyo objetivo es garantizar la seguridad
de las instalaciones nucleares. Por otra parte, la industria que suministra equipos
nucleares, a través del análisis de la experiencia operativa y de la investigación, ha
desarrollado equipos más seguros. Por todo ello cabe esperar que la opinión pública
perciba los beneficios de la energía nuclear y esté mejor dispuesta a aceptarla en el
futuro.
La opinión pública está también muy preocupada por el posible cambio climático, y
esta preocupación probablemente aumentará con el tiempo, que pueden producir los
gases de invernadero y, por esta razón, no aceptará con gusto las centrales térmicas de
carbón y de gas natural. Además, los responsables han de informar también acerca de
los peligros radiactivos asociados al radón contenido en el gas y en el carbón, a los
metales pesados y contaminantes radiactivos contenidos en el carbón y a los gases que
producen lluvias ácidas.
Las energías renovables gozan en este momento de aceptación pública. En el pasado,
la construcción de embalses produjo un gran rechazo social y la inundación de valles
habitados o de parajes de interés paisajista engendraría hoy un rechazo social unánime.
Por otro lado, los parques eólicos ya están siendo contestados por su impacto estético.
Esfuerzo investigador
La investigación sobre la mejora y consolidación de las tecnologías energéticas ya
conocidas, el desarrollo de nuevas tecnologías y la creación de nuevos combustibles
debe ser considerada en España como una necesidad estratégica.
La investigación sobre la energía nuclear debe ser revitalizada, fundamentalmente a
través de los programas de EURATOM, y se debe construir o tener acceso a
herramientas básicas de investigación, tales como reactores de pruebas de materiales o
fuentes intensas de neutrones. También se deberían construir instalaciones de ayuda a la
explotación de las centrales nucleares, que faciliten el manejo, la descontaminación, la
reparación y el análisis de componentes nucleares y así poder reducir la dependencia
del suministrador. El desarrollo de un centro tecnológico asociado a la construcción de
un almacén temporal centralizado de combustible gastado, discutido en la Mesa de
4
5. diálogo, permitirá avanzar en la gestión segura de los residuos radiactivos de elevada
actividad específica.
La gestión satisfactoria y completa de los residuos generados en la combustión del
carbón debería ser objeto de investigación preferente. La disponibilidad de una
tecnología eficaz y económica para la captura segura y permanente de los gases
generados en la combustión y el tratamiento eficaz de los residuos sólidos producidos
haría posible la utilización ventajosa del carbón en la generación de energía eléctrica. Se
habría eliminado así la desventaja ecológica y se podría disponer de recursos
abundantes que garantizarían la estabilidad del coste del combustible. Sin embargo, las
elevadas cantidades de gases y residuos sólidos que se generan ponen límites a la
utilización de esta tecnología
La energía eólica debe ser también objeto de investigación y desarrollo a fin de
mejorar la economía del proceso hasta hacer innecesarias las subvenciones. En
particular, sería necesario aumentar la eficacia y la potencia unitaria de los
aerogeneradores y desarrollar sistema eólicos combinados con centrales hidroeléctricas
de bombeo.
Las condiciones nacionales para el aprovechamiento de la energía solar y de la
biomasa para generar energía eléctrica son excepcionales en España, por lo que la
investigación debe continuar a un ritmo adecuado. En todo caso, eligiendo aquellos
caminos que tengan las mejores perspectivas tecnológicas y económicas.
Propuesta indicativa
Dentro de las incertidumbres de toda predicción, se estima que la demanda de energía
eléctrica en el año 2030 en España puede ser del orden de 365 Twh/año; es decir de un
Twh/día. La aplicación objetiva, no cuantificada en detalle, de los criterios antes
descritos a las distintas tecnologías, cuyas características fundamentales se describen en
el apéndice, conduce a los resultados siguientes:
(1) Las tecnologías preferentes deben ser, por este orden: la energía nuclear, la
energía eólica combinada con la energía hidráulica reversible y la energía térmica
de la combustión del gas natural. Contribuciones menores pueden provenir de la
energía térmica de la combustión del carbón, la energia solar térmica y la energía
de la biomasa vegetal.
(2) La energía nuclear actual debe mantenerse. Todas las centrales del parque nuclear
actual deben permanecer en explotación siempre que no existan razones de
seguridad o económicas que requieran el cese de la explotación. Está previsto que
las centrales nucleares con reactor de agua a presión a de agua en ebullición
pueden ser explotadas sin riesgo durante, al menos, 60 años. De este modo, se
mantiene una tecnología útil y económica con una menor dependencia del exterior
(3) Pueden reactivarse los antiguos emplazamientos nucleares de Valdecaballeros y
Lemoniz, u otros de entre los muchos solicitados en su día, con el objetivo de
disponer en el año 2030 de 7 o más Gw adicionales de potencia nuclear. Los
nuevos reactores a construir deberán ser del tipo evolutivo, ya experimentado en
otros países. Se procurará que la participación nacional en el diseño y
construcción de estas unidades sea la más alta posible.
(4) La generación de energía eléctrica de origen nuclear en el año 2030, contando con
el parque nuclear actual y el futuro, podría llegar a 110 Twh, el 30 % de la
generación total. Esta contribución se encuentra en el límite inferior del valor que
ya se estima en los países más industrializados.
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6. (5) La energía eólica, combinada hasta el límite máximo posible con la energía
hidráulica en instalaciones reversibles, en el caso de que mejorase la economía,
podría llegar hasta una potencia instalada de 40 Gw y producir 90 Twh, el 25 %
de la generación total. Se considera problemático poder alcanzar una participación
superior a la indicada. Para niveles de participación tan altos no se podrían
soportar las primas que ahora recibe la energía eólica.
(6) La potencia eléctrica de los ciclos combinados de gas natural debería ser limitado
y la energía generada no debería superar 100 Twh, el 27 % de la generación total.
En el caso de que se desarrollasen tecnologías para la captura, segura y
permanente, de los gases de invernadero, el gas natural debería ser sustituido por
carbón. De esta forma se ayudaría a reducir las emisiones de gases de invernadero
hasta valores compatibles con los requisitos de Kyoto y se reduciría la
dependencia del exterior.
(7) Debe conservarse la potencia hidráulica existente cuyo generación media en
régimen ordinario puede alcanzar 30Twh, el 8 % del total.
(8) Por razones estratégicas y como potencia de reserva deben mantenerse operativas
las mejores centrales de carbón nacional, con una producción neta anual del orden
de 20 Twh, el 6 % del total; sin que ello represente un incremento apreciable en la
emisión de los gases de invernadero. Estas instalaciones deben satisfacer los
requisitos que se establezcan en lo que se refiere a la emisión de óxidos de azufre
y de nitrógeno causantes de la lluvia ácida. De contar con tecnologías para
capturar los gases de invernadero, el carbón debería ser intercambiado con el gas.
De esta forma se podría contribuir de forma sustantiva al cumplimiento de los
requisitos de Kyoto.
(9) Puede contarse con algunos desarrollos experimentales, pequeños prototipos de
centrales solares o que utilicen biomasa vegetal, con una participación del orden
de 15 Twh, el 4 % del total. La contribución porcentual de todas las energías
renovables podría llegar al 37%, que se encuentra en el límite máximo de lo
económicamente posible.
Los resultados obtenidos se resumen en la tabla adjunta
Posible participación de diversas tecnologías de generación de energía eléctrica para
cubrir la demanda en el año 2030
Tecnología Potencia Energía Porcentaje
Gwe Twh/año (%)
Nuclear 14 110 30
Eólica/hidráulica 40 90 25
Térmica gas 18 100 27
Hidráulica 16 30 8
Térmica carbón 4 20 6
Solar/biomasa 5 15 4
Total 97 365 100
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7. APÉNDICE
ALGUNAS CARACTERÍSTICAS FUNDAMENTALES DE LAS
TECNOLOGÍAS DE GENERACIÓN DE ENERGÍA ELÉCTRICA
La energía nuclear
La elevada inversión es el inconveniente económico más significativo de la energía
nuclear, mientras que el rechazo público del momento es el principal inconveniente
social. La peculiaridad más significativa de la fisión nuclear reside en la facilidad con
que se produce, a diferencia de la reacción de fusión, y en la conversión de masa en
grandes cantidades de energía, de acuerdo con la ecuación de Einstein, 210 MeV por
fisión, 54 millones de veces superior a la combustión de un átomo de carbono. De esta
peculiaridad derivan todas sus ventajes. La mayor ventaja de la energía nuclear es
ecológica, ya que no genera gases de invernadero, las centrales nucleares son limpias y
ajardinadas y ocupan territorios limitados-los radios de exclusión son inferiores a un
kilómetro. La generación de residuos radiactivos es muy limitada y por ello los residuos
son fácilmente controlados Otra gran ventaja es el alto nivel de desarrollo científico y
tecnológico que ha alcanzado el país en el campo nuclear. La seguridad recibe una
atención preferente y puede ser aceptada. Aunque de muy baja ley, el país dispone de
recursos de uranio, que pueden ser utilizados en el caso de que aumente su coste, que de
todas formas tiene una pequeña incidencia en el precio de la energía generada.
La energía de la combustión del carbón
La elevada inversión inicial es también un inconveniente significativo de esta
tecnología. Su mayor inconveniente es ecológico. La combustión es una reacción
química entre el carbón y el aire que libera cantidades modestas de energía, unos 4 eV
por átomo de carbono, de modo que la masa de los productos resultantes es igual a la
de los que entran en reacción y por su elevada masa y volumen no pueden ser
controlados con facilidad. El carbón contiene azufre, metales pesados y productos
radiactivos naturales que contaminan las emisiones gaseosas a la atmósfera y las
escorias. Los productos gaseosos de la reacción son gases de invernadero y producen
lluvias ácidas. Las centrales térmicas de carbón son instalaciones sucias y la minería del
carbón es una actividad con riesgo elevado para los trabajadores. El país dispone de
recursos que se explotan desde antiguo. En el caso de que se desarrollasen tecnologías
efectivas, seguras y económicas para capturar de forma permanente los gases de
invernadero, y se gestionasen adecuadamente las escorias y los residuos sólidos
producidos, la energía térmica del carbón sería candidata preferida para la generación de
energía eléctrica.
La energía de la combustión del gas natural
El reducido coste de la inversión inicial es la principal ventaja del gas natural, pero la
incertidumbre del coste del gas su principal inconveniente. Como en el caso del carbón,
el mayor inconveniente es ecológico por las razones allí apuntadas, con la ventaja sobre
el carbón que se trata de un material más puro. Sin embargo, el gas natural contiene
radón, a veces en cantidades significativas. El gas radón no es afectado por la
combustión y es emitido al exterior. Al ser más pesado que el aire, tiende a ocupar las
capas bajas de la atmósfera y puede producir daños nucleares en las poblaciones vecinas
que han de ser cuantificados y vigilados. No se han encontrado en el país yacimientos
de gas significativos y la tecnología para la generación de electricidad es foránea. En
7
8. todo caso, al tratarse de un material muy noble, su uso directo para producir calor-
doméstico o industrial-debe ser preferente al de producir electricidad, que debe ser
considerado como despilfarro de un bien natural. Además, la ley del aumento de
entropía exige que hasta el 60% de la energía térmica liberada en la combustión del gas
aparezca como energía térmica de baja calidad, que generalmente no se aprovecha y se
elimina al medio ambiente.
La energía hidráulica
El primer sistema tecnológico para producir energía eléctrica en cantidades
significativas se basó en la trasformación de la energía potencial del agua en energía
eléctrica por medio de turbinas hidraúlicas. Para ello fue necesario construir grandes
embalses con un impacto ecológico y social significativo. Núcleos de población fueron
desplazados de sus lugares ancestrales y reubicados en otros territorios. Además, en
España los recursos hidráulicos están practicante explotados y no cabe ningún
desarrollo adicional significativo, salvo la construcción de algunos embalses de
bombeo-no sin oposición pública-o adaptación de algunos embalses en cadena como
estaciones de bombeo para acumular la energía eólica. Aunque es muy bien conocida la
variabilidad anual del régimen pluviométrico español, resulta obvio que el uso de la
energía hidráulica debe ser preferente.
La energía eólica
La transformación de la energía cinética del viento en energía mecánica es antigua y
bien conocida; la transformación en energía eléctrica es más reciente. La gran ventaja de
la energía eólica se encuentra en su existencia natural, lo que también constituye su
mayor dificultad, al no ser controlable. La generación significativa de energía eléctrica a
partir de energía eólica requiere la construcción de parques eólicos cuyo impacto físico
sobre el territorio es considerable. Además, el carácter aleatorio del viento exige la
disponibilidad de fuentes de energía eléctrica sustitutivas o de medios de
almacenamiento de la energía cuando ésta se genera. La primera solución exige la
presencia de instalaciones con reducido factor de utilización, de modo que la economía
del conjunto podría no ser satisfactoria.
El almacenamiento podría ser la mejor solución. De momento, para almacenar la
energía eólica, la única solución técnicamente viable consiste en transformar la energía
cinética del viento en energia potencial del agua combinando los parques eólicos con
instalaciones hidroeléctricas de bombeo. La energía cinética del viento se transforma en
energía eléctrica, que se utiliza para elevar agua del vaso inferior al superior con
aumento de la energía potencial del agua así trasvasada, que puede ser convertida con
facilidad en energía eléctrica cuando se requiera. En estos procesos se pierde energía, lo
que reduce los recursos eólicos utilizables. Existen en el país instalaciones hidráulicas
específicas de bombeo o se pueden construir nuevos sistemas añadiendo el bombeo a
embalses en cadena ya existentes en nuestros ríos. Sin embargo, la construcción de
nuevos sistemas de bombeo, en cualquier lugar del país, no sería aceptada por la
opinión pública. Se ha desarrollado una tecnología eólica propia que debe ser utilizada
al máximo con la prudencia que exigen las características reseñadas de esta energía, y
siempre que no necesite ser subvencionada mediante primas cuando alcance la fase
comercial.
La energia solar
La radiación electromagnética que procede del sol se convierte naturalmente en
energía térmica que ha sido utilizada desde el principio de los tiempos. La dificultad
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9. reside en la intermitencia de la radiación solar y en su limitada concentración sobre la
superficie de la tierra, lo que reduce las posibilidades de captar suficiente cantidad de
radiación solar, transformarla en energía térmica de un material y después convertirla en
energia eléctrica, todo ello de forma económica. Esta última condición aún no se ha
logrado.
La ciencia ha descubierto que la radiación electromagnética cuando interacciona con
la materia libera electrones, de modo que es posible convertir directamente la energia
del sol en energia eléctrica. La conversión es muy poco efectiva, incluso en los
materiales más prometedores, tales como el silicio o el cesio. Esta energía fotovoltaica
tiene muchas aplicaciones menores, pero su utilización económica a gran escala es
problemática.
La energía de la biomasa vegetal
El primitivo descubrimiento del fuego constituye el primero y más satisfactorio
ejemplo de utilización de la biomasa vegetal para generar energía térmica. La
utilización de la biomasa vegetal para generar energía eléctrica es una idea nueva,
tecnológicamente sin problemas, pero que no resulta satisfactoria para producir
cantidades significativas de energía eléctrica. Las plantas, con la ayuda de la radiación
solar y la clorofila como catalizadores, tienen la capacidad de hacer reaccionar el CO2
contenido en la atmósfera con el agua de sus propias células y convertirla en celulosa,
con liberación del oxígeno. La celulosa puede ser utilizada en una reacción de
combustión liberando el CO2 previamente retenido y energía. La biomasa es por ello
considerada como un almacén de energía solar, que puede ser liberada posteriormente
como energía térmica. La energía de la biomasa es neutra con respecto a la liberación de
gases de invernadero, pero su utilización a gran escala requiere disponer de plantaciones
extensivas de plantas específicas, cuyo crecimiento depende también de la fertilidad del
suelo. La energía de la biomasa debe ser utilizada con preferencia en la producción de
calor doméstico y en pequeñas industrias artesanales. Su utilización en la producción de
energía eléctrica no puede pasar de tener un carácter residual.
Madrid, a 3 de mayo de 2006
9