Jesús te invita a subir a la Montaña, a entrar en la presencia de Dios y escuchar la Palabra del Padre. Ábrete al silencio: Deja que los ruidos del entorno se vayan apagando. Abandona los pensamientos que se agitan en tu mente. Retira tu atención de las resonancias afectivas que te inquietan. Goza del silencio: que pacifica y armoniza, que ilumina y plenifica, que despierta la atención amorosa a Dios, que te abre al Espíritu Santo que habita en tu corazón.