PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pdf
Cuando encontré el amor
1. Cuentos de la pasión No 001
CUANDO ENCONTRÉ EL AMOR
No sé cómo llegué a este punto, odiada por todos, recibiendo cada día miradas
de desprecio, acusada por mi vida, por las decisiones que he tomado. En este
pueblo parece que es un delito ser mujer, adulta y no tener hijos; aún siguen
creyendo que una mujer nace para ser lo que la sociedad le pide y no lo que uno
pueda decidir.
Las mujeres que no somos “bonitas” tenemos menos posibilidades de conseguir
esposo, no vendrá el príncipe azul en su corcel a desposarnos y llevarnos a vivir
en un castillo soñado. Baaj!! Sueños que todas tenemos siempre y solo se
cumple en las más hermosas ¿no es cierto? Pero para nosotras las “feas” eso
no aplica, debemos conformarnos con ser inteligentes y emprendedoras, ja! Otra
mentira que nos obligan a creer.
Por eso preferí ser libre de todo ese estigma, de tratar de encajar en la familia,
en el vecindario, en la sociedad, me canse de tratar de encajar en lo que me
enseñaron, el ideal de la mujer perfecta, linda, hogareña, cuidadora de su
esposo y su familia, administrando bien lo que se nos encomienda, obedecer al
marido. Ja…. Y mi vida?, ¿mis sueños? ¿Dónde quedan? ¿Acaso el único sueño
para una mujer de mi pueblo es casarse y servir en un hogar?
Tengo 23 años y ya soy anciana para ser desposada y mucho menos para tener
hijos, los mismos que me acusan en público, vienen y me buscan en la noche
para dormir conmigo, tras el pago de unas monedas. Eso cuestan mis sueños y
mi terquedad, unas monedas. Pero a ellos les cuesta más, me tratan como una
reina y todas sus injurias quedan saldadas con sus palabras y su dinero, me
hablan como no le hablan a sus esposas, hasta me traen perfumes, vestidos y
comida. No tengo esposo, pero tengo más que eso, ¿acaso las mujeres de este
pueblo no se casan para que un varón las cuide? Pues yo tengo muchos
varones que me cuidan, me dan regalos, dinero y no tengo obligación con ellos.
Ese es mi orgullo! Tengo lo que todas sueñan, pero no tengo que dar nada a
cambio.
Eso pensaba. Pero aquí bajo el sol, golpeada y llena de tierra, desnuda con la
boca llena de arena, estoy esperando que me maten por que un hombre casado
no quiso estar con su esposa si no conmigo. Ja que ironía, él fue el primero que
me golpeo y saco a rastras de mi casa cuando se vio acusado.
Así llegué aquí. Odiando lo que todas desean, un varón que las cuide y la
proteja, tener hijos, cuidar una familia.
2. Cuentos de la pasión No 001
Mátenla!, mátenla! Gritan todos en este momento, tal vez sea lo mejor, ya que no
he logrado nada con mi vida y tampoco he hecho lo que los demás aconsejaban.
La mezcla de sangre y arena en mi boca no me dejan hablar, toco con mis
manos alrededor buscando mis ropas, pero solo toco arena y piedras, el sol
golpea mi piel y siguen gritando mátenla! Mátenla!
El silencio que siguió me hizo pensar que había perdido el oído, tal vez por el
golpe que recibí en la cabeza, pero no fue así. Sentí unos pasos y alguien que
se hizo a mi lado, porque su figura cubrió el sol que me golpeaba y su sombra
dio un poco de refrigerio a mi piel.
En ese momento fue que lo escuché “quien se crea justo, sea el primero en
apedrearla” temí profundamente en ese momento. Todos se creían justos, por
eso estaba en esta situación, solo esperaba el primer golpe. Cuando sentí la
primera piedra caer al suelo, luego otra y otra, y otra, se levantó el polvo de
todas la piedras que dejaron caer, solo entonces pude levantar el rostro y con el
ojo que podía ver, pude observar la figura de los hombres alejándose a
excepción de él.
Hizo lo que nadie haría por una mujer como yo, se inclinó y me cubrió con su
manto y me dijo “yo no te juzgo”, “vete y no peques más”
En esas palabras recibí lo que toda mi vida he buscado, aceptación, amor y
cuidado.
¿Quién lo iba a pensar? Al final yo buscaba lo que todas querían, pero lo
buscaba en el lugar equivocado.
Las mujeres que le seguían, me cuidaron, sanaron mis heridas y me enseñaron
sobre él, hoy le sigo a todo lugar, escuchando su mensaje de reconciliación y de
amor, he aprendido que Dios me ama, con amor eterno y es mejor esposo que
cualquier varón.
He encontrado un propósito en mi vida, he encontrado el amor.
Evangelio según San Juan Capítulo 8 versículos 1 al 11.
Alexander Casamachin
Casamachin00@gmail.com