1. ElEducadorOK7
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2:37 PM
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¿Cómo
entenderla?
Por Luis Damián Casas
Artículo
Calidad EDUCATIVA
Foto: Mylene D’Auriol
E
n el fenómeno educativo intervienen actores sociales como el Estado, el sector productivo, las Iglesias, los padres de familia, los docentes, la sociedad civil, entre otros; que
con motivaciones y demandas diferentes, perciben y se crean expectativas
distintas sobre la escuela, su naturaleza
y su misión y, en consecuencia, entienden de manera particular lo que es una
educación de calidad. Debido a ello, se
puede decir que hay tantas definiciones de calidad educativa como grupos
que intervienen en ella, y que por tanto existen también variadas maneras
de medirla.
Algunos, centrándose en la eficiencia
del uso de los recursos y la optimización
de los procesos, sostienen que un programa educativo es de calidad cuando
cuenta con infraestructura y equipamiento adecuados, y logra maximizar el
uso de estos con un número apropiado
de horas de clase impartidas o una
amplia cobertura. Otros, concentrándose más bien en la eficacia y el logro de
metas, sostienen que un programa educativo alcanza la calidad cuando cumple
La sociedad contemporánea requiere
modelos educativos que propicien el
aprendizaje significativo, así como el
desarrollo de las distintas inteligencias,
del talento y del pensamiento innovador.
Podemos afirmar esto, sobre todo, si
entendemos que vivimos en una sociedad
en la que el conocimiento y las aptitudes
para manejarlo son fundamentales; en la
que la calidad educativa, entendida en
sentido amplio, se hace cada vez más
necesaria.
con la programación curricular o, en
otras palabras, cuando los estudiantes
aprenden lo planteado en la programación, ya sea en términos de objetivos,
competencias, capacidades o cualquier
otro elemento sobre el que se hayan diseñado el currículo de centro y la programación. Finalmente, están quienes
intentan evaluar la calidad en función
de su significatividad, es decir, quienes
consideran que el diseño es apropiado
en la medida en que genera aprendizajes valiosos y útiles, y forma personas
integrales capaces de responder a las
demandas de la sociedad. Estas perspectivas no son excluyentes entre sí, y
pueden combinarse para elaborar una
definición más amplia y fructífera. Lo
que parece necesario, entonces, es
identificar cómo aproximarnos al fenómeno educativo a fin de poder establecer diagnósticos válidos y útiles.
Niveles de análisis
1. Escuela y sociedad
La sociedad contemporánea ha sido denominada sociedad del conocimiento
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¿Cómo
entenderla?
Por Luis Damián Casas
Artículo
Calidad EDUCATIVA
Foto: Mylene D’Auriol
E
n el fenómeno educativo intervienen actores sociales como el Estado, el sector productivo, las Iglesias, los padres de familia, los docentes, la sociedad civil, entre otros; que
con motivaciones y demandas diferentes, perciben y se crean expectativas
distintas sobre la escuela, su naturaleza
y su misión y, en consecuencia, entienden de manera particular lo que es una
educación de calidad. Debido a ello, se
puede decir que hay tantas definiciones de calidad educativa como grupos
que intervienen en ella, y que por tanto existen también variadas maneras
de medirla.
Algunos, centrándose en la eficiencia
del uso de los recursos y la optimización
de los procesos, sostienen que un programa educativo es de calidad cuando
cuenta con infraestructura y equipamiento adecuados, y logra maximizar el
uso de estos con un número apropiado
de horas de clase impartidas o una
amplia cobertura. Otros, concentrándose más bien en la eficacia y el logro de
metas, sostienen que un programa educativo alcanza la calidad cuando cumple
La sociedad contemporánea requiere
modelos educativos que propicien el
aprendizaje significativo, así como el
desarrollo de las distintas inteligencias,
del talento y del pensamiento innovador.
Podemos afirmar esto, sobre todo, si
entendemos que vivimos en una sociedad
en la que el conocimiento y las aptitudes
para manejarlo son fundamentales; en la
que la calidad educativa, entendida en
sentido amplio, se hace cada vez más
necesaria.
con la programación curricular o, en
otras palabras, cuando los estudiantes
aprenden lo planteado en la programación, ya sea en términos de objetivos,
competencias, capacidades o cualquier
otro elemento sobre el que se hayan diseñado el currículo de centro y la programación. Finalmente, están quienes
intentan evaluar la calidad en función
de su significatividad, es decir, quienes
consideran que el diseño es apropiado
en la medida en que genera aprendizajes valiosos y útiles, y forma personas
integrales capaces de responder a las
demandas de la sociedad. Estas perspectivas no son excluyentes entre sí, y
pueden combinarse para elaborar una
definición más amplia y fructífera. Lo
que parece necesario, entonces, es
identificar cómo aproximarnos al fenómeno educativo a fin de poder establecer diagnósticos válidos y útiles.
Niveles de análisis
1. Escuela y sociedad
La sociedad contemporánea ha sido denominada sociedad del conocimiento
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por la importancia que han adquirido el
manejo de información, la innovación y
la producción de tecnologías. En ella, el
acceso a los datos se ha hecho fundamental, pero más aun la adquisición de
conocimientos, los cuales suponen, además de contar con información —su materia prima—, haber pasado por un conjunto de procesos sociales y psicológicos
que permiten utilizar esta información de
acuerdo con necesidades determinadas.
Foto: Olaf Reibedanz
“Tiene que plantearse, un plan de
inversión en infraestructura educativa y en
efectiva capacitación docente”.
En este contexto, una sociedad debe
procurar ofrecer una buena educación
en sus escuelas, planteándose metas y
objetivos estratégicos para alcanzar altos niveles de calidad y, por tanto,
abriendo el camino hacia el mejoramiento del desarrollo humano en su población. Asimismo, y teniendo en cuenta el proceso de globalización, es fundamental que la sociedad busque desarrollar ventajas comparativas desde la
educación formando ciudadanos innovadores, creativos y emprendedores, es
decir, un contingente con “potencial
energético humano”.
Sin embargo, la calidad y la competitividad no son producto de una casualidad
ni surgen espontáneamente; se alcanzan
con mucho esfuerzo, con trabajo sostenido y tras un largo proceso de aprendizaje. Por ello, un país que aspira a mejorar en el mediano y largo plazo el nivel de vida de su población y el funcionamiento de sus instituciones tiene que
plantearse un plan de inversión en infraestructura educativa y en efectiva capacitación docente, así como una alianza en la que participen el Estado y todos los actores de la sociedad civil con
el objetivo de promover la calidad de
los aprendizajes.
Un sistema educativo es de calidad
cuando tiene la capacidad de producir
cambios globales en el largo plazo, y
cuando los aprendizajes construidos
desde la escuela contribuyen a disminuir los problemas sociales y a transformar la estructura social. En definitiva, el
impacto de las medidas que se tomen
no podrá ser apreciado inmediatamente, pero es necesario empezar con ellas
desde hoy.
La cultura de calidad
y la cultura del cambio
Son dos nociones que se complementan y hacen viable la calidad educativa:
a. La cultura de calidad: es un estilo de vida que el ser humano incorpora en su estructura mental y materializa con sus actos cotidianos. Significa poner en acción el pensamiento lógico, hacer uso del sentido común
y tener la voluntad de hacer siempre bien las cosas. Calidad no es igual a perfección, y no es un concepto
estático; calidad es buscar el perfeccionamiento, mejorar, trazarse metas. Cuando nos referimos a un programa o sistema educativo de calidad, estamos hablando de aquel que ha alcanzado estándares óptimos de
desarrollo y continúa superándose.
b. La cultura del cambio: consiste en adecuarse al proceso acelerado de transformaciones debido al avance de
la ciencia, la tecnología y los nuevos componentes socioculturales. Ser parte de la cultura del cambio supone
entender nuestra posición (personal o institucional) frente a los nuevos elementos culturales que se van configurando, comprender la naturaleza de las transformaciones y ser capaz de explotarlas.
En las últimas dos décadas las Ciencias de la Educación han avanzado mucho en este sentido. Los aportes de la
Antropología, la Sociología, las Ciencias de la Comunicación, la Biología, la Neurociencia y la Psicología les han
permitido enriquecerse y desarrollar valiosos modelos pedagógicos como, por ejemplo, el constructivista.
2. Escuela y comunidad
En el ámbito intermedio podemos comenzar por transformar nuestras institu-
ciones educativas, públicas o privadas,
en unidades autónomas, democráticas
y participativas desde las cuales se produzca una articulación con el sector productivo y se promueva la aplicación de
la investigación científica a los modelos
educativos. Debemos procurar formar
escuelas desde las que se difundan valores de convivencia y en las que se
desarrollen las capacidades superiores
(la creativa, la crítica, la de resolución de
problemas y la de toma decisiones), lo
que permitirá que nuestros educandos
se adapten mejor a los requerimientos
de esta sociedad.
Este segundo nivel de análisis es menos
amplio que el anterior y permite introducir temas más concretos como el de
la importancia del respeto a la diversidad o el de la pertinencia de los aprendizajes generados en las aulas.
En primer lugar, debemos mencionar
que el respeto a la pluralidad no solo
tiene un valor ético, sino también una
dimensión práctica que tiene que ver
con el hecho de que muchos de los saberes particulares propios de cada comunidad son valiosos para los individuos que la conforman y no para otros,
y que por ello no pueden ser extrapolados despreocupadamente sino que
6
Artículo
ElEducadorOK7
deben ser utilizados adecuadamente,
es decir, de manera pertinente.
Es fundamental tener en cuenta la correspondencia entre lo aprendido por
los estudiantes y el contexto inmediato
del centro educativo, por lo que vale la
pena considerar el concepto de “escuela total”, con el cual se busca trascender
el ámbito tradicional de enseñanzaaprendizaje, y plantear un espacio de
formación ética y moral por medio de la
cual se acerque a los estudiantes a lo
que pueden aportar en su formación los
padres de familia y la población en general. Se trata de desarrollar en los
alumnos una personalidad abierta que
les permita asumir, valorar y aprovechar
la influencia del colectivo social, haciendo que la escuela valore lo positivo de
la idiosincrasia local, sus costumbres,
saberes y valores; superar lo meramente cognitivo para fomentar y desarrollar
un tipo de aprendizaje amplio: los
“aprendizajes holísticos”.
Una escuela de calidad debe comprometerse con su comunidad y con su realidad cercana, y atender, en lo posible,
los problemas que la aquejan. Asimismo, por medio de la educación para el
trabajo debe utilizar eficientemente los
recursos tecnológicos y vincularse con el
De interés
En 1996 se creó la Unidad de Medición
de la Calidad Educativa (UMC) como la
instancia técnica del Ministerio de
Educación responsable de crear y consolidar un óptimo sistema de evaluación
de la calidad de nuestra educación.
En su página web se puede encontrar
información acerca de su organización,
sus publicaciones, las metodologías empleadas y los resultados de las evaluaciones realizadas.
http://www.minedu.gob.pe/umc
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por la importancia que han adquirido el
manejo de información, la innovación y
la producción de tecnologías. En ella, el
acceso a los datos se ha hecho fundamental, pero más aun la adquisición de
conocimientos, los cuales suponen, además de contar con información —su materia prima—, haber pasado por un conjunto de procesos sociales y psicológicos
que permiten utilizar esta información de
acuerdo con necesidades determinadas.
Foto: Olaf Reibedanz
“Tiene que plantearse, un plan de
inversión en infraestructura educativa y en
efectiva capacitación docente”.
En este contexto, una sociedad debe
procurar ofrecer una buena educación
en sus escuelas, planteándose metas y
objetivos estratégicos para alcanzar altos niveles de calidad y, por tanto,
abriendo el camino hacia el mejoramiento del desarrollo humano en su población. Asimismo, y teniendo en cuenta el proceso de globalización, es fundamental que la sociedad busque desarrollar ventajas comparativas desde la
educación formando ciudadanos innovadores, creativos y emprendedores, es
decir, un contingente con “potencial
energético humano”.
Sin embargo, la calidad y la competitividad no son producto de una casualidad
ni surgen espontáneamente; se alcanzan
con mucho esfuerzo, con trabajo sostenido y tras un largo proceso de aprendizaje. Por ello, un país que aspira a mejorar en el mediano y largo plazo el nivel de vida de su población y el funcionamiento de sus instituciones tiene que
plantearse un plan de inversión en infraestructura educativa y en efectiva capacitación docente, así como una alianza en la que participen el Estado y todos los actores de la sociedad civil con
el objetivo de promover la calidad de
los aprendizajes.
Un sistema educativo es de calidad
cuando tiene la capacidad de producir
cambios globales en el largo plazo, y
cuando los aprendizajes construidos
desde la escuela contribuyen a disminuir los problemas sociales y a transformar la estructura social. En definitiva, el
impacto de las medidas que se tomen
no podrá ser apreciado inmediatamente, pero es necesario empezar con ellas
desde hoy.
La cultura de calidad
y la cultura del cambio
Son dos nociones que se complementan y hacen viable la calidad educativa:
a. La cultura de calidad: es un estilo de vida que el ser humano incorpora en su estructura mental y materializa con sus actos cotidianos. Significa poner en acción el pensamiento lógico, hacer uso del sentido común
y tener la voluntad de hacer siempre bien las cosas. Calidad no es igual a perfección, y no es un concepto
estático; calidad es buscar el perfeccionamiento, mejorar, trazarse metas. Cuando nos referimos a un programa o sistema educativo de calidad, estamos hablando de aquel que ha alcanzado estándares óptimos de
desarrollo y continúa superándose.
b. La cultura del cambio: consiste en adecuarse al proceso acelerado de transformaciones debido al avance de
la ciencia, la tecnología y los nuevos componentes socioculturales. Ser parte de la cultura del cambio supone
entender nuestra posición (personal o institucional) frente a los nuevos elementos culturales que se van configurando, comprender la naturaleza de las transformaciones y ser capaz de explotarlas.
En las últimas dos décadas las Ciencias de la Educación han avanzado mucho en este sentido. Los aportes de la
Antropología, la Sociología, las Ciencias de la Comunicación, la Biología, la Neurociencia y la Psicología les han
permitido enriquecerse y desarrollar valiosos modelos pedagógicos como, por ejemplo, el constructivista.
2. Escuela y comunidad
En el ámbito intermedio podemos comenzar por transformar nuestras institu-
ciones educativas, públicas o privadas,
en unidades autónomas, democráticas
y participativas desde las cuales se produzca una articulación con el sector productivo y se promueva la aplicación de
la investigación científica a los modelos
educativos. Debemos procurar formar
escuelas desde las que se difundan valores de convivencia y en las que se
desarrollen las capacidades superiores
(la creativa, la crítica, la de resolución de
problemas y la de toma decisiones), lo
que permitirá que nuestros educandos
se adapten mejor a los requerimientos
de esta sociedad.
Este segundo nivel de análisis es menos
amplio que el anterior y permite introducir temas más concretos como el de
la importancia del respeto a la diversidad o el de la pertinencia de los aprendizajes generados en las aulas.
En primer lugar, debemos mencionar
que el respeto a la pluralidad no solo
tiene un valor ético, sino también una
dimensión práctica que tiene que ver
con el hecho de que muchos de los saberes particulares propios de cada comunidad son valiosos para los individuos que la conforman y no para otros,
y que por ello no pueden ser extrapolados despreocupadamente sino que
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deben ser utilizados adecuadamente,
es decir, de manera pertinente.
Es fundamental tener en cuenta la correspondencia entre lo aprendido por
los estudiantes y el contexto inmediato
del centro educativo, por lo que vale la
pena considerar el concepto de “escuela total”, con el cual se busca trascender
el ámbito tradicional de enseñanzaaprendizaje, y plantear un espacio de
formación ética y moral por medio de la
cual se acerque a los estudiantes a lo
que pueden aportar en su formación los
padres de familia y la población en general. Se trata de desarrollar en los
alumnos una personalidad abierta que
les permita asumir, valorar y aprovechar
la influencia del colectivo social, haciendo que la escuela valore lo positivo de
la idiosincrasia local, sus costumbres,
saberes y valores; superar lo meramente cognitivo para fomentar y desarrollar
un tipo de aprendizaje amplio: los
“aprendizajes holísticos”.
Una escuela de calidad debe comprometerse con su comunidad y con su realidad cercana, y atender, en lo posible,
los problemas que la aquejan. Asimismo, por medio de la educación para el
trabajo debe utilizar eficientemente los
recursos tecnológicos y vincularse con el
De interés
En 1996 se creó la Unidad de Medición
de la Calidad Educativa (UMC) como la
instancia técnica del Ministerio de
Educación responsable de crear y consolidar un óptimo sistema de evaluación
de la calidad de nuestra educación.
En su página web se puede encontrar
información acerca de su organización,
sus publicaciones, las metodologías empleadas y los resultados de las evaluaciones realizadas.
http://www.minedu.gob.pe/umc
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La cuestión de género
sector productivo, para constituirse también en un polo de desarrollo sensible a
las necesidades de su medio.
La escuela de calidad debe tener como
política institucional aplicar los principios
de inclusión, participación y responsabilidad social. Solo así propiciará una socialización saludable y promoverá una cultura democrática e inclusiva, respetuosa de
la diferencia, de la defensa de la igualdad
y de la justicia.
Luis Oswaldo Damián Casas
3. Maestro-estudiante
es licenciado en Educación y magíster en
Planificación de la Educación. Ha realizado
estudios en la Universidad de San Martín
de Porres, en la Pontificia Universidad
Católica del Perú, en la Universidad de
Lima y en universidades de Rusia, España
y México.
Este tercer nivel de análisis debe centrarse propiamente en los procesos pedagógicos entendidos como el conjunto de hechos, interacciones e intercambios que se producen en el proceso de
enseñanza-aprendizaje.
Su trabajo en el Ministerio de Educación ha
sido extenso: colaboró con de la Oficina de
Coordinación y Supervisión Regional, fue
director de Capacitación Profesional del
Ministerio de Educación, director regional
de Educación de Puno y Piura, y director
nacional de Educación Secundaria y
Superior Tecnológica. Actualmente, se
desempeña como asesor del viceministerio
de Gestión Pedagógica.
Entre sus publicaciones se puede mencionar: Diagnóstico educativo, Estadística
aplicada a la educación, y Estrategias de
aprendizaje y video: proyecto educativo de
excelencia.
8
mental que se establezcan relaciones
maestro-estudiante bastante horizontales, y que se cree un espacio de diálogo
y apertura para fomentar la intervención
de los alumnos y facilitar un proceso de
aprendizaje exitoso.
Así, un maestro que contribuya a desarrollar un aprendizaje de calidad debe propiciar el desarrollo sistemático de las capacidades de pensamiento complejo, procurar la diversificación curricular, aplicar el
principio de jerarquía de los aprendizajes
y trabajar con los esquemas de análisis
metacognitivos. Es decir, utilizar los recursos más apropiados que, en concordancia
con lo planteado en los niveles anteriorres, contribuyan a lograr un aprendizaje de
calidad en sus estudiantes.
que recogen y procesan sistemáticamente (de la tradición local, de la experiencia propia del alumno y de la del
mismo docente) capacidades, destrezas, habilidades, conocimientos, valores, actitudes, emociones, sensaciones y
sentimientos. El aprendizaje debe estar
orientado a que los estudiantes apren-
Hemos visto cómo la calidad puede ser
entendida de muy diversas maneras, y
cómo podemos, además, analizarla en
distintos niveles, yendo desde una escala macro hasta lo más elemental y restringido, como la relación maestro-estudiante.
Algunos indicadores
de calidad educativa en el Perú:
• La tasa neta de matrícula en preescolar
es de 48,9 %; de 90,9 % en primaria; y
de 69,5 % en secundaria [cifra del
2002].
• El 3,9 % de los alumnos abandona la
escuela en primaria y el 6,8 %, en
secundaria [cifra del 2002].
• En 1999 el promedio de profesores
había recibido15 años de educación
Pero, para finalizar, debemos decir que
la prioridad en una educación de calidad es el desarrollo de los aprendizajes
holísticos, o sea, de los aprendizajes
• El promedio de hombres entre 25 y 59
años ha recibido 10 años de educación,
en tanto que el promedio de mujeres
en el mismo rango de edad ha recibido
8,7 [cifra del 2000].
Una definición
de calidad
“Dos principios caracterizan la mayoría de tentativas de definición de lo que es una educación de calidad: el primero considera que el desarrollo cognitivo del educando es el objetivo explícito más importante de todo sistema educativo y, por consiguiente, su éxito en este ámbito constituye un indicador de
la calidad que se ha recibido; el segundo hace incapié en el papel que desempeña la educación en la
promoción de las actitudes y valores relacionados con una buena conducta cívica, así como en la creación
de condiciones propicias para el desarrollo afectivo y creativo del educando. Como el logro de estos últimos objetivos no se puede evaluar fácilmente, es difícil efectuar comparaciones entre países a este
respecto”.
Unesco. Informe de seguimiento de la EPT en el Mundo 2005. Educación para todos, el imperativo de la
calidad. París, 2004.
dan a estructurar su pensamiento, a que
aprovechen las herramientas de la metacognición, a que empleen la información
y los conocimientos como medios para
desarrollar capacidades que les permitan
interactuar adecuadamente en la sociedad y convertirse en agentes comprometidos con el desarrollo integral de esta.
• El 8,2 % de los alumnos repite de año
en primaria y el 4,2 %, en secundaria
[cifra del 2002].
Calidad en un sentido amplio
pero concreto
Fuente: Grade. Informe de progreso educativo
2003. Lima, 2004.
Foto: SemPerú Selva
Se ha desempeñado como pofesor universitario en la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos, en la Universidad Peruana
Cayetano Heredia, en la Universidad de
San Martín de Porres y en la Universidad
Ricardo Palma. Ha trabajado también
como consultor de organismos privados
nacionales e internacionales
Hasta hace unas décadas, la labor docente y todo el aparato educativo tenían como eje al llamado paradigma de la enseñanza, es decir, la idea de que el profesor
debía transmitir la información a sus
alumnos, quienes debían aprenderla y reproducirla sin mayor aporte. Actualmente esto ha cambiado, y este paradigma
ha sido desplazado por el del aprendizaje, que desde una perspectiva constructivista propone reconocer las distintas aristas de la dinámica educativa e ir elaborando los conocimientos en la interacción
de un salón de clase. Para esto es funda-
Para lograr la calidad debemos empezar por reconocer la existencia de una educación “masculinista”,
que reproduce formas de entender el mundo tradicionalmente masculinas e impide validar los
conocimientos y las representaciones procedentes de la perspectiva femenina. Este tipo de educación,
además, tiende a asignar roles rígidos y limitantes, de manera que las niñas y los niños son educados
con pocas opciones de vida.
Como lo han señalado estudios de Patricia Ruiz Bravo, Fanni Muñoz y Patricia Ames, esta situación es
más grave en sectores rurales y muchas veces contribuye a acrecentar los índices de deserción escolar
femenina. Por ello, es fundamental iniciar el cambio hacia un sistema educativo y un estilo docente inclusivos y promotores de la igualdad entre los géneros.
En los sectores rurales los impedimentos
para valorar los conocimientos y representaciones procedentes de la perspectiva
femenina son alarmantes. Es imposible
alcanzar una educación de calidad si las
diferencias de género son tan grandes.
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La cuestión de género
sector productivo, para constituirse también en un polo de desarrollo sensible a
las necesidades de su medio.
La escuela de calidad debe tener como
política institucional aplicar los principios
de inclusión, participación y responsabilidad social. Solo así propiciará una socialización saludable y promoverá una cultura democrática e inclusiva, respetuosa de
la diferencia, de la defensa de la igualdad
y de la justicia.
Luis Oswaldo Damián Casas
3. Maestro-estudiante
es licenciado en Educación y magíster en
Planificación de la Educación. Ha realizado
estudios en la Universidad de San Martín
de Porres, en la Pontificia Universidad
Católica del Perú, en la Universidad de
Lima y en universidades de Rusia, España
y México.
Este tercer nivel de análisis debe centrarse propiamente en los procesos pedagógicos entendidos como el conjunto de hechos, interacciones e intercambios que se producen en el proceso de
enseñanza-aprendizaje.
Su trabajo en el Ministerio de Educación ha
sido extenso: colaboró con de la Oficina de
Coordinación y Supervisión Regional, fue
director de Capacitación Profesional del
Ministerio de Educación, director regional
de Educación de Puno y Piura, y director
nacional de Educación Secundaria y
Superior Tecnológica. Actualmente, se
desempeña como asesor del viceministerio
de Gestión Pedagógica.
Entre sus publicaciones se puede mencionar: Diagnóstico educativo, Estadística
aplicada a la educación, y Estrategias de
aprendizaje y video: proyecto educativo de
excelencia.
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mental que se establezcan relaciones
maestro-estudiante bastante horizontales, y que se cree un espacio de diálogo
y apertura para fomentar la intervención
de los alumnos y facilitar un proceso de
aprendizaje exitoso.
Así, un maestro que contribuya a desarrollar un aprendizaje de calidad debe propiciar el desarrollo sistemático de las capacidades de pensamiento complejo, procurar la diversificación curricular, aplicar el
principio de jerarquía de los aprendizajes
y trabajar con los esquemas de análisis
metacognitivos. Es decir, utilizar los recursos más apropiados que, en concordancia
con lo planteado en los niveles anteriorres, contribuyan a lograr un aprendizaje de
calidad en sus estudiantes.
que recogen y procesan sistemáticamente (de la tradición local, de la experiencia propia del alumno y de la del
mismo docente) capacidades, destrezas, habilidades, conocimientos, valores, actitudes, emociones, sensaciones y
sentimientos. El aprendizaje debe estar
orientado a que los estudiantes apren-
Hemos visto cómo la calidad puede ser
entendida de muy diversas maneras, y
cómo podemos, además, analizarla en
distintos niveles, yendo desde una escala macro hasta lo más elemental y restringido, como la relación maestro-estudiante.
Algunos indicadores
de calidad educativa en el Perú:
• La tasa neta de matrícula en preescolar
es de 48,9 %; de 90,9 % en primaria; y
de 69,5 % en secundaria [cifra del
2002].
• El 3,9 % de los alumnos abandona la
escuela en primaria y el 6,8 %, en
secundaria [cifra del 2002].
• En 1999 el promedio de profesores
había recibido15 años de educación
Pero, para finalizar, debemos decir que
la prioridad en una educación de calidad es el desarrollo de los aprendizajes
holísticos, o sea, de los aprendizajes
• El promedio de hombres entre 25 y 59
años ha recibido 10 años de educación,
en tanto que el promedio de mujeres
en el mismo rango de edad ha recibido
8,7 [cifra del 2000].
Una definición
de calidad
“Dos principios caracterizan la mayoría de tentativas de definición de lo que es una educación de calidad: el primero considera que el desarrollo cognitivo del educando es el objetivo explícito más importante de todo sistema educativo y, por consiguiente, su éxito en este ámbito constituye un indicador de
la calidad que se ha recibido; el segundo hace incapié en el papel que desempeña la educación en la
promoción de las actitudes y valores relacionados con una buena conducta cívica, así como en la creación
de condiciones propicias para el desarrollo afectivo y creativo del educando. Como el logro de estos últimos objetivos no se puede evaluar fácilmente, es difícil efectuar comparaciones entre países a este
respecto”.
Unesco. Informe de seguimiento de la EPT en el Mundo 2005. Educación para todos, el imperativo de la
calidad. París, 2004.
dan a estructurar su pensamiento, a que
aprovechen las herramientas de la metacognición, a que empleen la información
y los conocimientos como medios para
desarrollar capacidades que les permitan
interactuar adecuadamente en la sociedad y convertirse en agentes comprometidos con el desarrollo integral de esta.
• El 8,2 % de los alumnos repite de año
en primaria y el 4,2 %, en secundaria
[cifra del 2002].
Calidad en un sentido amplio
pero concreto
Fuente: Grade. Informe de progreso educativo
2003. Lima, 2004.
Foto: SemPerú Selva
Se ha desempeñado como pofesor universitario en la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos, en la Universidad Peruana
Cayetano Heredia, en la Universidad de
San Martín de Porres y en la Universidad
Ricardo Palma. Ha trabajado también
como consultor de organismos privados
nacionales e internacionales
Hasta hace unas décadas, la labor docente y todo el aparato educativo tenían como eje al llamado paradigma de la enseñanza, es decir, la idea de que el profesor
debía transmitir la información a sus
alumnos, quienes debían aprenderla y reproducirla sin mayor aporte. Actualmente esto ha cambiado, y este paradigma
ha sido desplazado por el del aprendizaje, que desde una perspectiva constructivista propone reconocer las distintas aristas de la dinámica educativa e ir elaborando los conocimientos en la interacción
de un salón de clase. Para esto es funda-
Para lograr la calidad debemos empezar por reconocer la existencia de una educación “masculinista”,
que reproduce formas de entender el mundo tradicionalmente masculinas e impide validar los
conocimientos y las representaciones procedentes de la perspectiva femenina. Este tipo de educación,
además, tiende a asignar roles rígidos y limitantes, de manera que las niñas y los niños son educados
con pocas opciones de vida.
Como lo han señalado estudios de Patricia Ruiz Bravo, Fanni Muñoz y Patricia Ames, esta situación es
más grave en sectores rurales y muchas veces contribuye a acrecentar los índices de deserción escolar
femenina. Por ello, es fundamental iniciar el cambio hacia un sistema educativo y un estilo docente inclusivos y promotores de la igualdad entre los géneros.
En los sectores rurales los impedimentos
para valorar los conocimientos y representaciones procedentes de la perspectiva
femenina son alarmantes. Es imposible
alcanzar una educación de calidad si las
diferencias de género son tan grandes.
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