2. Este gesto es fundamental para la recepción de saques y para la defensa de los remates, especialmente cuando el balón va a poca altura. Es el menos preciso de los golpes, pero el más solido para controlar balones enviados con gran potencia.
3. Debemos colocarnos de frente al balón, esperándolo con las piernas semiflexionadas y los brazos extendidos y juntos;
4. Es aconsejable cogerse una mano con la otra envolviéndola sin entrecruzar los dedos, dejando los dedos pulgares paralelos el uno al otro;
5. Golpeamos con el tercio medio de los antebrazos sin desplazar demasiado los brazos hacia adelante y arriba, dirigiendo el movimiento desde los hombros, manteniendo los codos bien extendidos;
6. Se acompaña con un ligero ballesteo de piernas (ligera extensión desde la semiflexión), al tiempo que mantenemos el tronco recto y contactamos con el balón.