2. El lobo y los tres elefantes insensatos Existió hace mucho tiempo un lobo muy problemático que lo único que le entretenía era dar origen a discusiones y malos entendidos. En la selva, habían tres elefantes los cuales eran inseparables e incondicionales amigos. Al lobo enterarse de esta amistad tan grande decidió hacer una de las suyas. Poco a poco se fue ganando la confianza de cada uno y sin mucho esperar comenzó a llenarles la cabeza de muchas mentiras.
3. El lobo y los tres elefantes insensatos Al poco tiempo, el lobo logró lo que deseaba, hacerlos enojar entre sí. Los tres elefantes creyeron completamente lo que el lobo les había dicho y sin un mínimo intento de llegar al diálogo para resolver el supuesto problema, se fueron separando hasta el punto de no volverse a ver jamás. Moraleja: El diálogo es lo más humano, razonable e inteligente ante cualquier problema.
4. La hormiga y el saltamontes Se encontraban una vez una hormiga y un saltamontes discutiendo acerca de cuál de los dos debería ejercer el cargo mayor en la organización a la que pertenecían. Ambos, entregados a su discusión olvidaron que había unos veinte restantes compañeros que realmente iban a tomar decisión acerca de cuál de ellos iba a ejercer el cargo. El pequeño drama logro que los integrantes de la organización quedaran disgustados de ambos, lo cual hizo que se postularan otros animales y ellos quedaran fuera.
5. La hormiga y el saltamontes Moraleja: En todo momento en nuestras vidas debemos permanecer con humildad y reconocer que la decisión en algunas situaciones no se encuentran solo en nuestras manos.
6. El hombre y su perro Se encontraba un hombre sentado en el mueble de su casa luego de haber trabajado tanto durante el día. Al rato de haberse acomodado, encendió el televisor y puso el canal de noticias. En este mostraban un caso de un brutal maltrato hacia unos animales domésticos en una granja de otro estado. Al poco rato del hombre ver la noticia se le acerca su perro y le dice: "¿Por qu é ustedes los humanos nos tratan de esta manera?”, ¿Acaso se les olvida lo incondicionales que somos con ustedes y lo mucho que le proveemos?.
7. El hombre y su perro La mayoría olvida que también somos vida, y que ellos con sus tratos hacia nosotros dejan de ser parte de un mundo humano para convertirse en algo más irracional que un animal. Moraleja: El maltrato hacia una vida, sea cual sea, nos priva del derecho de decir que somos seres humanos.
8. El caballo y la gallina Érase una vez un caballo el cual accidentalmente había pisado unos huevos de la gallina de la granja. Éste, lo único que hizo fue dejarlos allí tirados y rápidamente alejarse para evitar sospechas ya para cuando los demás se dieran cuenta de lo ocurrido. Al poco rato llego la gallina y tristemente observo como los huevos que tanto trabajo le había costado poner se encontraban todos aplastados. Ella rápidamente pregunto quién había sido el despistado que había roto sus huevos, pero todos e incluso el caballo le contestaron que no tenían nada que ver con lo ocurrido.
9. El caballo y la gallina Al momento, uno de los cerditos de la granja dijo: “¿Acaso esas huellas que se encuentran cerca de los huevos no son del caballo?”, y entonces la gallina se acerco y dijo: “Sí, sus huellas son”. El caballo ya delatado acepto que el había sido el causante del accidente y ofreció disculpas. La gallina le dijo: “ Te disculpo, pero hubiera sido para mi menos triste si te hubieras acercado anteriormente y me lo hubieras confesado sin tener que haber visto las huellas para saberlo”.
10. El caballo y la gallina Moraleja: Debemos ser siempre honestos y enfrentar nuestros errores a tiempo, no sea que al rato se nos haga tarde y manchemos nuestra persona.
11. El coquí cantor En un enorme campo habitaba un hermoso coquí. Este todas las tardes se la pasaba durmiendo y no era hasta muy entrada la noche que comenzaba a cantar. Su canto era muy bonito pero ya era muy tarde y todos los animales tenían que levantarse temprano para hacer cada cual lo suyo al otro día. Varias veces se le acercaba uno que otro animal para halagarle sobre su canto y de una vez pedirle de favor que cantara más temprano porque no los dejaba dormir. El coquí hacía caso omiso a lo que sus compañeros le decían.
12. El coqu í cantor Tiempo después se encontró que todos los animales que vivían cerca de él ya no estaban y se habían mudado al otro lado del campo. El coquí al encontrarse solo se dio cuenta que al ser incomprensible y egoísta había perdido a muy buenos compañeros. Moraleja: Debe habitar en nosotros una persona condescendiente y considerada.
