Este documento discute el valor de enseñar la verdad de Dios y el precio que se paga por hacerlo. Argumenta que solo Dios y su Palabra son la verdad absoluta, mientras que las "verdades" del mundo son engañosas. Alienta a los jóvenes a prepararse para enseñar la verdad de la Biblia, a pesar de la posibilidad de rechazo, sabiendo que recibirán una gran recompensa en el cielo como los mártires del pasado.
1. El Precio de Enseñar La Verdad
Por el Pastor Nerlin Palacios
Introducción: Juan 17:17 “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”.
¿Qué es la Verdad? En el mundo de hoy, cada quien anda por allí diciendo que
tiene su verdad particular, como los políticos en su propaganda, si la recuerda.
Cada uno decía o presentaba como si fuera la “verdad” lo que le convenía, pero la
“verdad” de ellos no es la que tenía la viuda y los huérfanos por causa de la
violencia, ni los desempleados, ni los ancianos desamparados, etc. Son
“verdades” tan diferentes. ¿No es cierto?
1. Sólo Hay un Ser que es La Verdad.
La Verdad ha sido y lo será siempre. Ese es Dios que se nos revela en Su
Palabra; Él no esconde lo que es y lo que quiere de nosotros y para nosotros. Por
encima de lo que los hombres digan que es la verdad, hay una sola cosa que
permanecerá para siempre, y es la Verdad de la Palabra de Dios. En aquel día,
esta Verdad desbastará la necedad de los hombres, dejará en ridículo y evidencia
su vana sabiduría.
Joven, esta es la Verdad; la tienes en tus manos, has leído ese pasaje que dice
“que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la
ley, hasta que todo se haya cumplido”. Mateo 5:18 Esta Verdad se cumplirá en
tu vida, en tu familia, en esta iglesia, en este país, en este mundo y nadie podrá
evitarlo. Pero… hablamos de enseñar la Verdad.
2. ¿Qué es Enseñar?
En la enseñanza participan la maestra y los alumnos, y también es importante el
tema o materia que se enseña y cómo se enseña.
¿Quiénes son los maestros? Todo pastor, predicador y maestro de escuela
dominical, es desde luego, un maestro en la iglesia; pero hay otros maestros
fuera de la iglesia, como el padre, la madre, los hermanos mayores y los abuelos.
Y fuera del hogar están los maestros de escuela, colegio, universidad, y aun los
amigos hacen este papel. Los alumnos son las personas que necesitan aprender
y que quieren hacerlo, sean niños, adultos, jóvenes; aun ancianos, hombres o
mujeres. Y estos maestros que mencionamos, ¿qué es lo que enseñan? Bueno,
algunos de ellos nos enseñan a lavarnos las manos antes de comer, otros a
amarrarnos los zapatos, a usar tenedor para comer, lavarnos los dientes y no
pelear con los hermanitos; otros de esos maestros nos enseñan los números y las
letras, a sumar, a restar, leer, escribir, contar, analizar libros, descifrar cosas
complicadas, etc.
¡Qué maravilloso fuera que sólo este tipo de cosas nos enseñan nuestros
maestros: cosas buenas y útiles para nuestra vida! Pero, no es así.
3. ¿Qué enseñanza estamos recibiendo en el hogar y en el mundo?
2. El Precio de Enseñar La Verdad
A veces demasiado pronto en el hogar, nuestros primeros maestros nos enseñan
a gritarnos unos a otros, a mentir, a ser perezosos, a buscar hacer otras cosas en
lugar de ir al templo, etc. Y luego, antes de lo que imaginamos en la escuela
primaria nos bombardean con mala información sobre sexualidad y aun mucho
más pronto en el colegio y la universidad nos enseñan algunos vicios, nos hablan
de las “preferencias sexuales” que todas son buenas. Nos dicen que Dios no
existe, que nuestros antepasados son simios y que el mundo se hizo por
casualidad. Joven, éstas son las “verdades” que vemos y oímos a nuestro
alrededor. ¿No es cierto? Y lo peor es que no sólo tenemos personas que en vivo
y en directo nos dicen y nos muestran estas cosas, sino también la televisión, la
radio, los libros, periódicos, internet, etc.
4. Joven, la verdad del mundo no es la Verdad de Dios.
Joven, la verdad del mundo no es la Verdad que usted debe aceptar. La Verdad
tiene consecuencias para los que la crean y para los que no.
La Verdad de Dios tiene consecuencias para usted como un creyente. 1 Juan
5:20 “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento
para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo
Jesucristo. Éste es el verdadero Dios, y la vida eterna”. Por la Verdad que nos
enseñó Cristo, ahora tenemos vida eterna y también los incrédulos tienen
consecuencia por no creer en la Verdad. 2 Tesalonicenses 2:10 “… y con todo
engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de
la verdad para ser salvos”. Ellos se perderán por la eternidad.
Oye, joven, esto es la Verdad y yo te la puedo decir a ti ahora, pero piensa que
sucedería si yo me paro al frente de las personas en el Congreso Nacional y les
digo estas palabras. ¿Qué sucedería si me invitan a la televisión para decir cosas
bonitas sobre Dios y yo les saliera diciendo que Dios sólo salvará a los que creen
en Él, que no todos son hijos de Dios; si voy ahora de casa en casa diciendo que
si no se arrepienten, irán al castigo eterno? Te lo diré en una sola palabra:
¡rechazo! Pero, yo sé que esto no te sorprende, porque si has estudiado la Biblia,
ya conoces Juan 3:19-21. “Y ésta es la condenación: que la luz vino al mundo, y
los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que
sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para
que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios”.
5. El Precio de La Verdad
Bien, he dicho lo que es la “verdad” y he hablado sobre las “enseñanzas”, pero
también debo hablar del “precio de enseñar la verdad”. Esteban, Pedro, Pablo,
Jacobo, Andrés y el mismo Señor Jesucristo pagaron con sus vidas el precio de
enseñar la Verdad. Piensa que esa Biblia que tienes en tus manos, tan bonita y
encuadernada, les costó la vida al Señor, a Pablo, a Pedro y a tantos otros. Si
conoces el evangelio, fue porque en la antigüedad hubo hombres y mujeres
dispuestos a perder todo por preservar y enseñar esta Verdad. Por ti y por mí
ellos se sacrificaron gustosamente porque amaban la Verdad y murieron tal vez
pensando en que su muerte traería la luz a muchos más. Sólo Cristo murió para
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3. El Precio de Enseñar La Verdad
salvarte, pero los demás lo hicieron porque amaban la Verdad y deseaban que
muchos otros la conocieran. Filipenses 1:12 Quiero que sepáis, hermanos, que
las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del
evangelio, 13 de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo
en todo el pretorio, y a todos los demás. 14 Y la mayoría de los hermanos,
cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la
palabra sin temor. Pablo se gozó de estar preso por las razones que dice este
pasaje.
A. ¿Y tú enseñas la Verdad?
B. ¿Qué precio pagas por ello, joven?
C. ¿Te persiguen para matarte como a ellos?
D. ¿Te han quitado tu Biblia para quemarla?
E. ¿Te han despojado de tu casa?
F. ¿Te han metido a la cárcel por causa de la Verdad?
G. ¿Te han separado de tu familia por causa de la verdad? El mayor precio
que pagamos es recibir la burla y el rechazo de los demás; es un precio
insignificante en comparación con lo que ellos pagaron en el pasado.
H. ¿Por qué a veces parece más difícil pagar ahora que antes?
I. ¿Qué tenían los hermanos que nosotros no tenemos?
J. ¿Qué dices, joven?
6. El que desea enseñar la verdad debe estar dispuesto a padecer por ella.
1 Pedro 3:14 Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia,
bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os
conturbéis, 15 sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad
siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante
todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; 16 teniendo
buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de
malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en
Cristo. 17 Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de
Dios así lo quiere, que haciendo el mal.
Mateo 5:10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la
justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. 11 Bienaventurados sois cuando
por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra
vosotros, mintiendo. 12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en
los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
Sabiendo que hay recompensa por cada padecimiento, ¿tú crees que es la
responsabilidad sólo de los pastores y predicadores de la iglesia enseñar la
Verdad?
Timoteo 4:9 Palabra fiel es ésta, y digna de ser recibida por todos. 10 que por
esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios
viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.
11 Esto manda y enseña. 12 Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo
de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. 13 Entre tanto
que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza.
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4. El Precio de Enseñar La Verdad
Estas son palabras escritas a un joven. Yo he oído que algunos jóvenes se han
quejado de que no hallan en su iglesia un trabajo importante que hacer, que no
los toman en cuenta y que los tienen en poco, etc. Pues, creo firmemente que
nuestra iglesia no es así; la prueba es esta conferencia que se organiza
especialmente para los jóvenes, aun y con eso muchos no vienen, otros están
aquí y no ponen atención, a veces se les pide que enseñen algo a otros y no
quieren, tienen dones especiales y no los quieren poner al servicio del Señor, y yo
pregunto: ¿Quién es el que los tiene en poco? Miren a su alrededor, jóvenes. El
que está a su lado puede ser un futuro pastor dentro de poco tiempo; tú mismo
puedes ser llamado para ser predicador o misionero; tú, señorita, puedes ser la
mujer elegida para desposar un misionero o pastor.
7. Una iglesia verdadera debe enseñar la Verdad.
Una iglesia como la nuestra son pocas en Honduras, somos los únicos que
podemos respaldar todas nuestras prácticas con la Biblia. Lo que hacen las otras
congregaciones no es bíblico. Tú sabes que aunque tengan un corazón sincero,
están en el error; y si se mueren así, estarán perdidos. ¿No te da tristeza verlos
así? ¿No se te conmueve el corazón al saber que por mucho bien que hagan,
jamás tendrán la vida eterna? Tú sabes la verdad. ¿Por qué no se lo dices? El
precio que pagarás es poco, hermano; no te fijes en el precio, fíjate en la
recompensa que te aguarda; no pienses que eres demasiado joven. Que no te de
pena ni temor, piensa en ello como Cristo pensó en ti. Juan 17:20 Mas no ruego
solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra
de ellos. El Señor tenía tu nombre en mente momentos antes de ser crucificado.
Tú eres salvo porque Él y muchos otros murieron para que conocieras la Verdad.
Tú no tienes que dar tu vida por otros, sólo debes dar un poco de tu tiempo y
esfuerzo. ¿Qué es el rechazo y la burla de otro comparado con la gloria venidera
que Dios te ha prometido?
CONCLUSION: YO TE INVITO QUE PAGUES EL PRECIO.
Joven, cuando regreses a tu iglesia: ámala más, cuídala más, procura estudiar la
Biblia más, pídele a tu pastor que te capacite para enseñar mejor la Verdad. Si
puedes, entra en el seminario bautista. Hazlo, prepárate, ama la verdad estúdiala,
medítala, enséñala, predícala, gózate de conocerla, apréciala como a un tesoro.
Proverbios 2:1 Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos
guardares dentro de ti, 2 Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si
inclinares tu corazón a la prudencia, 3 Si clamares a la inteligencia, Y a la
prudencia dieres tu voz; 4 Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como
a tesoros, 5 Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento
de Dios.
¿Qué importa si otros te rechazan? Cristo jamás te rechazará. Al contrario, te
premiará por haber enseñado la Verdad, en aquel día glorioso, cuando lo
conoceremos y confirmaremos la Verdad que creímos por fe. Todo este mundo
pasará, como dijo Spurgeon: “Casi de todas las cosas que pueden decirse:
vanidad de vanidades, todo es vanidad, pero de la Biblia puede decirse: Verdad
de verdades, todo es Verdad”.
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5. El Precio de Enseñar La Verdad
QUE DIOS LES BENDIGA
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