2. La perspectiva de que las
máquinas sean capaces de realizar
cálculos de manera totalmente
autónoma y, consecuentemente,
puedan ejecutar acciones que
escapen al control de las personas
ha llenado muchas horas de
ciencia ficción.
3. Este temor, sin embargo, podría
demostrarse prontamente infundado
cuando las máquinas inteligentes
empiecen a cumplir funciones que hagan
más cómoda nuestra existencia y mejoren
la eficiencia de nuestras industrias. Hoy
traemos a colación los ejemplos de
distintos sectores económicos en los que
las máquinas inteligentes ya están
generando beneficios para los usuarios.
5. Por definición, el sector de las finanzas es
uno de los más complejos de la economía
mundial. Se actualiza prácticamente a
diario y se ha demostrado como uno de los
más abiertos a la entrada de nuevas
tecnologías. Por ello, en su seno se ha
abonado el terreno para que los sistemas
informáticos se conviertan en auténticos
asesores financieros personales.
6. De hecho, esta posibilidad está ya muy
extendida en todo el planeta, con
diferentes programas de uso cotidiano
que realizan recomendaciones de
inversión en base a perfiles personales
previamente analizados. Lógicamente,
todavía queda un largo camino hasta
igualar la fiabilidad de los mejores
analistas. Por ahora.
8. A pesar de que muchos usuarios no
contemplen que una máquina pueda
manejar parámetros muy sensibles de su
salud, quizá sus prejuicios hayan quedado
ya obsoletos. La clave radica en la
posibilidad de recibir información precisa
y personalizada sobre nuestro estado de
salud a través del teléfono móvil.
9. Ya existen amplias bases de datos que
suministran información fiable a los
usuarios de numerosas aplicaciones
médicas. Eso sí, el alcance de esta
tecnología se limita a enfermedades
comunes y poco agresivas. Es posible, en
cualquier caso, que en un futuro
recibamos diagnósticos más completos sin
pasar por una consulta física (gigantes
como Google están trabajando en ello).
11. Siguiendo una lógica similar a la de los
sistemas informáticos que nos
recomiendan dónde invertir, también se
observa una tendencia a la inteligencia
artificial en el campo de los seguros de
todo tipo. Piensa por un momento qué
ocurriría si los coches autónomos alcanzan
un grado de efectividad del 100%: el fin de
los accidentes de tráfico.
12. Otro tanto puede decirse de la perspectiva
que dibuja la posibilidad de evitar
enfermedades (o paliar sus síntomas) con
una sencilla consulta a través de nuestro
teléfono móvil. Sin duda, las pólizas de
seguros se suscribirán igualmente a
distancia… y con menores costes.