Documentos Históricos de España Año I, n° 01, octubre de 1937
1. ognuni
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LMARIO:
L a s m inas de E sp añ a, o b je tiv o de A lem an ia.
— E l heroísm o de los m arinos a n tifa scis
tas esp añ oles.
C a rc a g e n te .
M á la g a ,
itregada por la traición . — E l espion aje fa scista en E sp añ a. — L a cu ltu ra en el nue> orden revo lu cio n ario. — Q u é opin aban los an arq u istas antes del 19 de Julio. —
s maniobras d e la b a n ca p riv a d a y el fascism o. — D o s rela to s de la form a en que
gShieron m asacrados los o b reros. — U n o de los héroes que d efien den a M a d rid . — E l
Consejo de A ra g ó n . — O p in io n es d e John D o s P asso s. — E l problem a a gra rio , fun* m e n to ,< 4$ revo lu ció n . — M u je re s L ib re s . — L a im portante fu n ción que han d es-
U lt e K :
;l)as
tlad U G T - C N T . - I n vfluencia en !a econonia burguesa.— L a S a lidad y la A sisten cia
áal en C atalu ñ a. —
. pensamiento d e los
nbadentes. — L o s
licios del agu a, o r
ganizados p o r l o s
obreros. — Q u é es el
abrazo de V e r g a r a . —
Los técnicos, al s e rv i
do de la R evolu ción .
L u n a.
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2. NUESTROS
PR O PO SITO S
£ ) O C U M E N T O S H I S T O R I C O S D E E S P A Ñ A se propone fun
damentalmente lo que indica su nom bre: documentar, para ahora
y para el futuro, la verdad estricta con respecto a los magnos acontecímientos que se desarrollan en España.
• Esa verdad que ha sido tergiversada, que ha sido omitida o eludi
da de las informaciones oficiales y de las agencias noticiosas al servicio
de la burguesía, será divulgada ampliamente por D O C U M E N T O S
H IS T O R IC O S D E E S P A Ñ A .
J
<
j
1
•
E l predominio de los políticos y de las clases burguesas en la
actualidad, les han proporcionado los medios de información interna
cional, el dinero para la propaganda en el exterior y, sobre todo, el do- Í
minio sobre la censura, con lo cual se hacen todos los esfuerzos para
empequeñecer y denigrar la formidable obra realizada por los trabaja
dores, por sus organizaciones sindicales C. N . T . y U . G . T ., por los
anarquistas y las Juventudes Libertarias.
• Bajo la presión de las potencias extranjeras, se realiza una verda
dera exterminación del movimiento revolucionario social, que fué el que
salvó a España del triunfo fascista el 19 de julio, en las jornadas glo
riosas de Barcelona y de M adrid, en el cuartel de la M onta ña.
•
Los trabajadores han demostrado en España su capacidad cons
tru ctiva : han organizado las industrias, han puesto en marcha, eficien
temente, todos los transportes, han impulsado todas las; actividades úti
les. han organizado el abastecimiento en los momentos más difíciles, han •
creado la nueva producción para la guerra; todo sin influencia del Es
tado, sin depender de sus antiguos amos, bajo el contralor de las orga
nizaciones obreras. Han constituido las formidables colectividades agra
rias que son orgullo, por su perfecto funcionamiento, del espíritu liber
tario que las anima. T o d o ello se desconoce, se pretende destruir, eli-■<*
minando las conquistas de la revolución.
• E l movimiento libertario ha evidenciado en España su enorme ca
pacidad, poniendo en práctica sus ideales, hasta entonces considerados«tópicos e irrealizables. E l comunismo libertario no es ya una formula
ción teórica o un anhelo inalcanzable. En España se ha establecido en
numerosísimas localidades, en algunas de las cuales aun subsiste este ré- 5
gimen, por no haber llegado los desmanes de la contrarrevolución, de
mostrando ante el mundo su factibilidad, a la vez que Su perfección co
mo sistema de convivencia y de trabajo.
• M u ch os otros aspectos de enorme interés son desconocidos a tra
vés de las informaciones oficiales o tendenciosas. D O C U M E N T O S
H I S T O R I C O S D E E S P A Ñ A , dedicará preferente atención a los pro
blemas que hemos esbozado, para aportar sobre ellos la mayor infor
mación documentada, que contribuya al conocim iento total de los mismos. • í
•
D O C U M E N T O S H I S T O R I C O S D E E S P A Ñ A , no será una
publicación al estilo de los Boletines Oficiales, conteniendo solamente
Decretos o copias de pergaminos antiguos. E n nuestro concepto, más
sociológico que bibliográfico, cuando es necesario documentar los hechos
ocurridos en el transcurso de una revolución — máxime si tiene las pro
yecciones de la de España — no se puede hacer historia con copias de
decretos, aunque ésío s tengan en determinadas circunstancias su im
portancia.
•
P o r ello, D O C U M E N T O S H I S T O R I C O S D E E S P A Ñ A , será
una revista interesante. En sus páginas, los lectores encontrarán amplia
información de todos los aspectos de la guerra y la revolución.
SERVICIOdePROPAGANDA ESPAÑA
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3. m PARA DERROTAR
iniosi
III!
,'5 '
»Pub'icdción B Mensua!
AL FASCISMO
N O SE P U E D E
AÑO lo.
No. 1
C O N F IA R
EN
L A S P O T E N C IA S E X
T R A N J E R A S . S IN O E N E L M IS M O P U E B L O E S P A Ñ O L
OCTUBR E DE 1937
Administrador: JU A N P E R E Y R A
Olavürría 738. — Buenos Aire?
República Argen tina
m
A
través de las páginas del pre
sente número, los lectores en
contrarán un nutrido m aterial docu
mental, que les pe.J.nitlrá tener cono
cimiento preciso de muchos hechos
absolutamente desconocidos hasta el
presente, que abarcan los más dis
tintos aspectos de la guerra y la re
volución de España.
La lim itación
del espacio nos ha im pedido dar a
publicidad numerosos trabajos que
revisten gran interés, por lo que he
mos seleccionado, entre la multitud
de periódicos y documentos que re
señan la marcha
de
los aconteci
mientos, la m ayor variedad de te
mas.
Es por esta causa que gran parte
de los artículos que contiene
este
número no tienen fech a reciente ni
se refieren exclusivam ente a sucesos
ciel presente. Nuestro propósito no
es hacer una revista de actualidades
sobre España, sino una publicación
documentada, que trate
los proble
mas que no tienen solam ente im por
tancia eventual, sino perm anente, ya
como relación
histórica,
ya como
fuente de experiencias valiosas pr.ra
la lucha social.
Esperamos poder d esarrollar to ta l
mente el programa que noc hemos
propuesto, divulgando .os hechos de
mayor importancia, revalorizando lo
que las inform aciones
tendenciosas
han trtado de d esprestigiar, ubican
do a cada sector y a cada actitud
de los mismos, dentro de los marcos
de la estricta verdad.
Por nuestra parte, cum plida
esta
misión, nos lim itarem os
a exponer
en una breve nota ed itorial, nuestro
pensamiento acerca de los acon teci
mientos que más nos conmueven, los
que más influencia tengan on las po
sibilidades de derrotar al fascism o,
nuestra principal preocupación.
U IS IE R A M O S , en las breves lineas que nos perm itim os substraer a los artícu
los que constituyen esta publicación, poder ser serenos, i-nparclales o neutra
les con respecto a las diversas posiciones que han adoptado y propugnan, para
el más rápido triu n fo Siobre los facciosos, los distintos sectores políticos y s o c ia le »
que actúan en la España leal.
R econocem os con toda sinceridad que esta tarea es sum am ente d ifícil para
quienes com o nosotros sienten profundam ente cuanto acaece en la península ibérica,
desean fervien tem en te que los denodados y heroicos esfu erzos de los m ilicianos,
dé los trabajadores dé las industrias y del campo, de las m ujeres y de cu artos han
ofrendado todo — la vida misma— para la causa popular, no sean en vano, que no
sirvan para hundirse en la abyección de un régim en to ta lita rio o para reto m a r a
sirvan para hundirse en la abyección
Q
Auscultam os los gestos, las actitudes y las opiniones de las distintas fu e rza *
que hoy tienen influencia decisiva en los acontecim iento. El pueblo, los trab aja,
dores, lo* com batientes, tienen un solo pensam iento: ganar la guerra al fascism o 8
im plantar una sociedad más libre, m ás justa, más igu alitaria. E llos no desean que
los p rivilegiad os de ayer, los desplazados por la guerra, los que abandona-on s u «
propiedades y sus industrias, huyendo al e xtra n jero para eludir la justicia popular,
o agazapándose m ansam ente en un sim ulado consentim iento a !a nueva situación,
recuperen en el día de mañana su antigua posición, com o si nada hubiera ocurrido,
como si la sangre derram ada en los fren tes y la ruina de toda la nación no le *
afectasen.
P o r el contrario, los burgueses, los políticos, Ips que pertenecen a las clase*
reaccionarias, que hoy están disfrazados de republicanos y muchas veces sirven
sim ultáneam ente a la ‘‘quinta columna” , tratan de anular las conquistas del pro«
letariado, rep rim ir sus ansias de liberación, conservando en todo la estructura bur
guesa y cap italista que caracterizó al régim en an terior al estallid o del m ovim iento
faccioso.
Son éstos los que, confiados en la ayuda de las potencias "d em o crática s” de
Europa, que hasta ah/»ra no han hecho otra cosa que traicion ar a España de la
manera más infam e, m ientras el fascism o internacional se jugaba todos sus recur
sos en la ayuda a Franco, siguen fielm en te las indicaciones que aquéllas les hacen
en carácter im p erativo: exterm in ar en prim er térm in o a las organizaciones que
traten de proseguir en la línea revolucionaria y constructiva c'e una nueva estruc
turación social.
N o es posible ocultar la gravedad que esta actitud supone, ni los p eligros que
se ciernen para la v ic to ria fin a] de esa lucha tenaz y despiadada que se lleva a
cabo precisam ente contra quienes más han luchado desde ei p ’ im er m om ento para
derrotar al fascism o y más han trabajado en la retagu ardia para el m ism o fin. Con
secuencia de ello fu e la elim inación del gabinente presidido &or Largo C aballero
e integrado p,or los representantes de las organizaciones an tifascistas más potentes
de España: la Unión General de T ra b a jad ores y la C onfederación N a c ;onal del
T rabajo. Fueron los trágicos sucesos de Barcelona, en mayo Oltimo. Fué y seguirá
siendo la derrota en muchos frentes.
El gabinete presidido por N egrín ha dem ostrado depender más del extran jero,
obedecer sus órdenes, que interpretar y aplicar las necesidades im periosas de
Esp.iña en la retaguardia y en los fren tes. Ha eviden ciado hasta el presente un
fracaso absoluto y lam entable, porque el triu n fo del pueblo no será proporcionado
por los gobiernos de Londres, París, ni cualquier otro, sino por los m ism os com ba
tien tes españoles. Si no rectifica su política, o si no renuncia para que asuman la
responsabilidad de conducir a la v ic to ria las fuerzas revo'u cion arias de España,
graves consecuencias — incluso la posibilidad de una vergon zosa “ transacción” —
tendrán que s u frir nuestros hermanos ibéricos.
Insistim os en que nos es im posible perm anecer neutrales en esta pugna entre
el se rtim ie n to revolucionario del pueblo y la con trarrevolución que trata de im po
ner la burguesía nacional y las potencias extranjeras. P or el contrario, nos decla
ramos decididam ente de parte del pueblo.
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4. S E I N T E N T A R E E D IT A R
L A F A R S A D E I. ?r D E
A C O S T O D E 1839 P O R
P A R T E D E P O L IT I C O S
S IN E S C R U P U L O S Y D E
E LE M E N TO S
T R A I; : : : : DORES : : : : :
QUE ES EL
‘ABRAZO DE
IVERGARA”...
H O R A que tanto se habla del 'ab ra
zo de V erg a ra ” , porque por lo v is
to éste es el ideal de algunos, no esta
de más record ar lo que fu é aquel episo
dio político ocurrido el año 1839, hace
exactam ente un siglo, dos años menos.
El llam ado “ abrazo de V e rg a ra ” lué
'a exteriorización de la form a más xsa
¡ral posible del “ con ven io” del mismo
■lombre, suscrito en representación del
3obierno de M adrid por el general Esaartero y por las huestes
del preten
diente Don Carlos, por diez o doce ge
nerales de su plana m ayor, si b ie i ¡a
gestión la lle v ó a e fec to el general en
je fe de la*
fu erzas
carlistas, Rafael
M a ro to .
Con este “ con ven io” y este “ abrazo",
se dio fin a una guerra cruenta que lle
vaba cerca de les siete años de dura
ción, una guerra que tenía por empe-ño
la disputa del treno de España, un m i
núsculo problem a de sucesión por
el
que parece m entira
que se maten los
hombres, a pesar de lo requetebrutos
que somos.
De lo de “ requetebrutos” viene, qui
zá, lo de “ requeté” .
El "ab razo de V erg a ra ”
tuvo efecto
in esta v illa el dia 31 de agosto del año
ya m encionado, form ando en aquel ac
to todas las fu erzas de los batalloi.es
carlistas de Guipúzcoa, V izcaya, Alava,
N avarra y Castilla y todos los efec tiv o s
del Gobierno del
N orte.
Tu vo cierta
grandeza teatral. Las fu erzas carlistas
a un lado y las lib erales al otro, p re
senciaron cóm o E spartero y M aroto, ade
lantándose
al centro
del
cam po tie
Fraiscozun, jinetes
de sus respectivos
caballos, se encontraban
y se abraza
ban en señal de paz.
A
Efectuado el “ ab razo” , los batallones
rom pieron fila s y los soldados de
tos
dos ejércitos, que nabian luchado tenaz
mente durante tanto tiem po, con fratei
mzaron alegrem en te, dando, al parecer,
po- zanjado el odioso pleito.
El pliego que la noche an terior se
había firm ad o en casa de Joaquín ae
Irizar, sobre una tosca mesa que ya fué
histórica, con sus diez cláusulas de que
consta el “ con ven io” , fué rem itido
a
Madrid y depositado en las Cortes, po
ra que fuera archivado
en
el P a rla
mento, una v e z visto por éste.
Y ahora vien e lo bueno.
¿A cabó esto con la. guerra c iv il que
habla ensangrentado
el suelo de Es
paña y
De ningún modo.
El prim ero que se reb eló contra
e!
“ con ven io” fué Don Carlos, que, si bien
le ob ligó a pasar la fro n tera “ montado
♦,n un burro y borracho” , com o dice ur
Pá'rina 2
F U E R O N IN G L A T E R R A
Y F R A N C IA — L A S M IS
M A S P O T E N C IA S Q U E
AHORA
A S F IX IA N
A
ESPAÑA— Q U I E N E S
CONCERTARON
ESE
H IS T O R IC O
PACTO
cantar de la época, lanzó un m anifiesto a sus leales acusando de traid or a Maroto
y a les gen erales que le acom pañaron en el acuerdo y dando por nulo todo lo que
aquel docum ento decía. Con él se fueron tam bién a F ran cia muchos je fe o y ofi
ciales, dispuestos a com enzar la reorganización del nuevo intento, y, ocho mil vo
luntarios navarros, que juraron no v o lv e r a España más que en son de guerra. Por
V alencia y C astellón quedaron otras partidas, haciendo la guerra por su cuenta; y.
■Cabrera, elevado a la categoría de gen eralísim o de la rebelión, dio todavía mu
cho que hacer a las tropas isabelinas, pues aparte sus sentim ientos crim inales,
era un m ilitar de mucha enjundia, el llam ado “ tig re de M aestrazgo” .
Los que parecían solazarse de gozo con el “ convenio de V ergara” eran los li
berales. Lo reputaban un triu n fo de E spartero y de las instituciones liberales,
porque pensaban, con esa ingenuidad que siem pre ha distinguido al libera:ismo
español, que. en efecto, aquello era el rem ate de la cuestión dinástica. En Madrid
se tecib ió la noticia del convenio y del fin de la guerra con gran alegría, y los
orondos diputados de aquellas Cortes, se dispusieron a seguir fumando la breva
de su representación parlam entaria sin más m olestias.
No hacía falta ser un lince, sin em bargo, para com prender que aquello, el lla
mado "con ven io de V erg a ra ” , no era más que un a rm isticio y que la guerra seguía
sin liquidarse, porque había quedado en pie todo lo sustantivo del pleito: la apetenc:a del trono por el pretendiente, la razón juríd ica d e b u s dem andas, la inquina
religiosa contra el liberalism o, la reivindicación fora l de las provincias vascas sin
satisfacción y, lo qu&- es peor, unas naciones extran jeras a la sombra, interesadas
en echar leña al fu ege cuando les conviniera, del mismo modo que ahora habían
echado agua, porque les; convenía am inorar el incendio.
Porque la realidad J ' este "con ven io” es que se hizo porque los agentes de
Francia e In glaterra lo ti 'a ja ron con esm ero y a su m ejor provecho. H ay do»
p ersonsjes en la som bra de e ; pacto, que son el fran cés D uffau-Pauillac y el in
glés lord John Hay, a los que
H istoria más atenta a los hechos externos
que a los hechos interiores, pierde la pista. Hubiera sido muy in teresante que no
lo hubiera hecho así y hubiéram os sabido un poco más de estos dos personajes que .
tan irr-portante papel desem peñaron cerca de M aroto el francés y cerca de Espar
tero el inglés.
Lo cierto es que el “ con ven io” y el "ab razo” fueron presididos por otro ingle*,
per el coronel W lyd e, a quien el Gobierno de Londres envió, ya oficialm ente, a
presenciar este hecho de paz.
Que la intervención de Inglaterra y Francia fué en este episodio muy grande,
no cabe duda, cuando al propio Pirata se le escapa esta fra se de su plum a: “ Pese
a la repugnancia de E spartero a que tu viera que m ediar la F r a n c ia ...” V es que
la Francia de entonces apoyó francam en te la causa de Don Carlos, del mismo mo
do que Inglaterra apoyaba la del Gobierno de M adrid, sin que ta le s apoyos ;mpidieran que, en un m om ento convenido, aparecieran juntas las dos naciones para
p a c t a r en V ergara el fin de la prim era guerra carlista.
Que el pacto aquel fué un e rro r político, lo prueba el hecho de que a los pocos
años se encendía de nuevo la guerra calista, con más ahinco si cabe esta vez, de
jando de nuevo sin res o lve r un pleito que ha continuado hasta nuestros días, pues
este fascism o que hizo explosión en ju lio del año pasado y que nos trae dé cabeza,
no es otra cosa que una continuación de aquellas guerras, que se decían dinásti
cas por llam arse a lgo; pero que no eran otra cosa que guerras religiosas, síntomas
m ortíferos del etern o pleito que existe en España entre la Iglesia y la civilidad,
entre la R evolución y la reacelón. Este es un pleito que ha habido en todos los
países; pero que todos los países han liquidado. N osotros, los españoles, lo tene
mos sin liquidar todavía, m erced a que cuando la Revolución va a triunfar, no fa l
ta quien la fren a y la fru stra por unos cuantos años. En las vísperas del "abrazo
de V erg a ra ” , las tropas facciosas estaban derrotadas y desm oralizadas. Derrota
das, porque la resistencia de Bilbao, la caída de Durango y otras operaciones de •
C astilla, hacían vislum brar ya el triu n fo seguro de los lib erales; desmoralizadas,
porque los je fe s y ofic ia le s de Don C arlos recelaban de sí mismos y se traicio
naban m utuamente, buscando la paz antes de la derrota. Mas el liberalismo polí
tico de la época, m ovido por Inglaterra, dió cuartel al carlism o con esta acción
de V ergara, y, el 31 de agosto del año 1839, en v e z de m orir la mala planta en
España, se le dió un m otivo para retoñar.
¡V en Madrid, m ientras tanto, se frotaban las manos de gusto, por los pasillos
del Congreso, los in teligentes políticos de aquellos días, creyendo que habían lo
grado un triu n fo!
E Z E Q U IE L E N D E R IZ .
D O C U M E N T O S HISTORICOS DE ESPAÑA
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5. Las /'/linas de España,
U N I N T E R E S A N T E A R T IC U L O F IR M A D O P O R “ A M E Z C U A ” , P U B L I C A D O E L 5/2/1937
>EC1ENTEM ENTE. el Fürher, pronunció o] parlam ento, fie!
que estaba pendiente la atención europea. Con respecto
¡il drama español, dijo: “ N uestras sim patías por Franco son
de "orden general". Hilas descansan, además, en la "espernnza” que una España nacional dará nuevas posibilidades
“económicas" en Hitropa".
Propios y extraños
deducirán que
"¡as
nuevas posibilidades
económicas” se en
tienden útiles a A le
mania. de otro género
i’.o interesan a. K it ler.
Concluyendo, no liay
supuestos ideales, ni
cuestiones de prin ci
pios, y solamente el
inhumano lucro del
Estado plutócrata, la
colonia a explotar,
mientras aguarda el
reintegro de las que
le arrebató el T ra ta
do de Versalles, o la
cesión, de otras que
las sustituyan p o r
compensación.
Alemania, desde lo
que va de siglo, am bi
ciona la riqueza m i
neral de nuestro sub
suelo. De algunas e x
plotaciones tiene, m e
diante hábiles trucos
bancai-ios, el control
efectivo, como ocu
rre con los ricos co
tos de plomo argen tí
fero de La Carolina,
con fundición y fa c to
rías en Málaga, que
explota la poderosa
empresa "L o s Guin
dos’’, regenteada pol
los hermanos Ktlno y
Oscar
Kocherthaler.
que representaron a
los Soviets durante la
vigencia del contrato
de petróleos que otor
garon P rieto y Ostrovsky, recién p ro
clamada la República
del 31.
Pero lo de superinterés para A lem ania
ha sido y son los cotos ferruginosos de la “ Com pañía Espa
ñola de Minas del R if” , m ineral que por la transform ación que
las necesidades y evoluciones industriales que la guerra euro
pea impuso a la m anipulación del acero, es el más solicitado
y el m ejor que se conoce. L a revancha, la necesidad de dis
poner de insuperable prim era m ateria para su industria de» 1
guerra, y el desquite por antiguos fracasos en su expansiónJ
politicoeconóm ica, han im pelido a A lem a n ia a apoyar a lo s '
facciosos, lucrándose anticipadam ente con las “ posibilidades!
económ icas” a que se refe ría H itle r en su recien te y tan de»,
batido discurso. Es utt¡
h istoria l im p resion a n «
te, en trelazad o de epi-J
sodios que, concisos sji
tajantes, p ro y e c ta re «
m os con sólo en un-'
ciados, datos c o n ere «
tos y cifras estadís«
ticas,
j
En los com ienzos
de s ig lo los herm anos
Maníiesm ann,
v a n*
gu ardia d e l im peria*
üsm o alem án, atentos:
a las tra y ec to ria s d «
V on Bulo-»', com enzaJ
ron las explotaciones,
de m inas de h ierro en
el R if, antes ig n ora«
das, cuyo m in eral era)
absorbido p or 1& fir^
ma K ru pp m ie n tr a «
procuraban ganar p r H
dicam en to c erca d »
los indígenas, tram o«]
yando una amenazad
para F ran cia, y u n a
coacción para Espaftaj
L le g a ro n a p o s e e *
dos m il concesiones
m ineras de h i e r r o ,
trescientas
s e se nta
m il hectáreas cu ltiva,
bles, catorce fa ctoría s
y un im p o rtan te negtx
ció de colon ias: aró?
car y te, base d el susJ
tentó del indígena.
El llam ado “ grupo
C om illas” , en consor
cio con los F igu eroa,
por “ p atriotism o’, d e »
de luego, al ob s e rv a r
la actuación de los
Mannesm ann,
inten
tó increm entar la pe
netración p acífica eu
M arruecos y fundaron
e l 21 de ju lio de 19QS,
1 a. “ Com pañía
E s________________________ -------------*_ ____ *
pañola de M inas del
R i f ” , con un capital de
seis m illones de pesetas en acciones d e a m il pesetas, de las
que sólo pusieron en circulación dos m il acciones. S a lta a la
vista, que tal m ezquindad a nada efica z conduciría, m ayor
m ente teniendo com o com petidores a los poderosos y diná
m icos Mannesm ann, agentes oficiosos d el Reich, a cu y« dis
Objetivo de la Alemania Naz^
DOCUMENTOS HISTORICOS DE E SPA Ñ A
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Página 3
6. LA M A R I N A M E R C A N T E
*
*
*
"íLa Marina M ercante es un medio eficaz de transporte de tropas y m aterial
b é lico ,-ta n to por su capacidad como por su rapidez y seguridad de servicio
entre el continente y las islas, más aún, si tenem os en cuenta la im portancia
c!e nuestras costas.
T ie n e al mismo tiem po la ventaja de poder ser artillad as todas sus unida
des. constituyendo una verdadera flota auxiliar para la Marina de guerra, des
arrollando paralelam ente su función como transporte.
Corrobora este argum ento nuestro el hecho de que unos pesqueros vascos,
después de presentar com bate al “ Canarias” , lo pusieran en fuga apresándole
un buque m ercante que escoitaba.
Y a no era la prim era v e z que los cruceros rebeldes huían ante la presen
cia de nuestros abnegados corsos, y la última está aún muy lejos.
La Marina M ercante, el mismo modo, podria defenderse, ya que la escolta
por parte de nuestra escuadra resulta más que p ro b le m á tic a ... ya porque
sean dem asiados los lugares que es preciso v igila r, ya porque son más necesa
rios nuestros buques m ilitares en donde el mando sabe y nosotros callamos.
De todas form as, nuestro interés estriba en hacer com prender la im por
tancia del problem a m arítim o a quienes lo desconozcan, porque es suicida di
rigir la guerra de espaldas j l mar.
En cuanto a las consecuencias que pueda acarrearnos esta conducta de
alceanos, creem os que las peores están aún por venir. Si nosotros nos obstina
mos en perm anecer como crustáceos bajo ru caparazón, sin m irar lo que nos
rodea, podemos estar seguros que nuestros enem igos tienen bien estudiada la
g eo g ra fía de nuestra costa y debidam ente determ inados los puntos vulnerables
da la misma, así com o reducido a letras de m olde ia im portancia de las diver
sas navegaciones. De ahí que todos quieran sentar sus reales en el Medite-,eo” .
(D e “ C. N. T. M arítim a” , de Valencia, del 293 1937).
c ip lin a estaban som etidos,
en form a absoluta.
E l Tratad o de V ersa 1 es — 2S de junio 1919 — puso té r
1
m ino a las actividades de los M annesm an!), algunas de cuyas
pertenencias fueron em bargadas, y para e v ita r un exacerba
m ien to en la agitación de las tribus m arroquíes, a sugestión
de F ran cia se prohibió a los alem anes resid ir en la zona del ,
p rotectorado español, prohibición levan tada en 1934, que, en
tr e otras ventajas, se les concedió por e l T ra ta d o que, sin
etica? reciprocidad, obtu vieron d el Gobierno de la República.
Xvos Mannesm ann, de acuerdo con su com anditario Krupp,
para salvar algo de la “ quem a” y poder, en lo posible, hacer
m ás llevad ero e l T ra ta d o de V ersalles, “ enajenaron” sus con
cesiones del R if a la firm a holandesa (? ) “ W illla m M ü ller y
Co.' cuyo m ayor partícipe, Augusto K ro lle r, era el arm ador
de los "tra m s ” , “ A llg em ein e 'C rzb a n tV ’sellch a ft” , que trans
portaban e l m ineral del R if a Alem ania. Obsérvese, q-J* la
e tim olog ía de todas estas firm as acusa un origen m arcada
m en te teutón.
W illia m M ü ller y K ro lle r, por los buenos oficios de la
“ Banque d ’ Unión P arisien n e” , de Parts y con la intervención
d irecta del "B an co Español de C réd ito” , “ vend ieron ” a la
“ Com pañía E spañola de M inas del R if ” las concesiones y fac
to rías de los Mannesmir.iin.
T od o e llo produjo debates de resonancia en el P a rla
m en to español actuando de paladín de los M aunesm ann un
diputado catalán, sim pático y pinturero, especialista, a la sa
zón, en el “ chotis” castizo, y que por los m éritos que con tra
jo en la d efen sa de los intereses alem anes, Cambó le ' hizo”
m inistro, y en ju sta reciprocidad, más adelante, el agraciado
se alistó ofic ia lm e n te en “ L lig a R egio n a lista ” , lo que no le im
pid ió actuar de letrad o do M arcelin o uom in go y de los jesuí
tas coetáneam ente.
A l quedar incorporadas las concesiones “ Mannestnann”
a “ Com pañía E spañola de M inas del R if ” , ésta adquirió una
au tom ática cuantía, que precisó, hasta diciem bre de 1
920,
p ujar su capital social a ¡och en ta m illones de pesetas!, re
partiéndose a los accionistas dos acciones de a m il pesetas
p or cada una do las que poseían. Sin el m enor esfuerzo, tri
plicaron su cap ital en dos años, nada menos.
A le m a n ia no podía renunciar a lo que calificab a un des
pojo, y preparó su m aniobra reivin d icatoría, que en los pre
sentes m om entos h istóricos ha tenido
su desenlace, cierta
m en te bien trágico. Adem ás, su industria m etalúrgica y do
Página 4
Si después de la lucha se hiciera
un plebiscito general para preguntar
qué ciudad podría ser la capital de
la
región
catalana
unánimemente
habria que con testar: ¡M adrid!
Federica M O N TS E N Y .
(D e C. N. T - F. A. I. (Butllet i), de Igualada, del 29 5,1937).
guerra, se nu tría del m ineral del Rif.
En 1935. había pagado en buenas divi
sas por cerca un m illón de toneladas
a la Com pañía Española, y le era má:¡
cóm odo pagar con arm am ento que con
divisas, aunque; tal form a de pago sig
n ific a ra la ep op eya que vivim os.
L a ''Compañía E spañola de M inas del
R i f ” . aunque d eficien tem en te adminis
trada. producía ben eficios fantásticos,
que lle g a ro n a cifrarse anualmente en
eí cuarenta, por ciento; lo normal era
del doce al vein ticin co por ciento, que.
sobre las acciones <le origen, equivalía
al cien to y hasta al dosciento por cien
to de interés.
P o r im posición de Francia, y para
acabar con la agita ción r ife ñ a que araenazaba c on fla gra r ol M arruecos francés,
en el veran o de 1.925 el m ariscal Pétain y P rim o de R iv e r a llega ron en
Ceuta, prim ero, y en M álaga, a los
pocos días, a un acuerdo que cristalizó
son la conquista de Alhucem as el $ de
septiem bre de aqu«n año. habiendo tom ado parte a ctiva en la
operación el acorazado “ P a rís ” , el crucero “ Strasbourg” y
otras unidades auxiliares de la escuadra francesa del Medi
terráneo.
Los franceses con visión más ciara del porvenir, y sub
yugándolo todo a sus m iras internacionales, atisbaban la po
sibilidad de que las concesiones y faptorias de la pujante
“ Com pañía Española de M inas d el R if”
pasaran definitiva
m ente a ser feudo alem án, y lograron del G obierno español
que por D ecreto del 23 de noviem bre de 1927 ob ligara a la
“ Com pañía Española de Minas del R if ” a que el setenta y
cinco por ciento de su capital quedara representado por ac
ciones nom inativas intran sferib les a extran jeros. E l golpe,
para Alem ania, fué rudo.., y el ario no o lv id a fácilm ente, y
jam ás perdona.
En la "G a c e ta ” de 31 de enero de 1930, D ecreto No. 270.
se adm ite la dim isión de P rim o de R ivera , en cuyo suceso
ocurrieron circunstancias determ inantes qtte no se han borra
do de la m em oria contem poránea. Algunos de los actores de
la actual tragedia, no fueron extraños a la caída “ en desgra
cia” del dictador, persona no grata a los alem anes, por setfra n c ó filo .
En 31 de d iciem bre del 34, el C onsejo de las boyantes
M IN A S D E L R IF , con sus ciento seis m illones entre capital
y reservas, y un pasivo exig ib le que no alcanzaba a veinti
cuatro m illones, e ra regido por elem entos de tan democráti
co abolen go com o los Garnica, Figueroa, M artínez de las Rivas, Gandarias, IbarUU y Churruca.
E n 1935, A gram onte, nom brado por Lerrou x y Gil Quiño
nes, em bajador de España en el R eich , oyó de labios del Fürher, a l presentar las credenciales, que de tom ar cuerno en
España el fren te popular que se delineaba, A lem an ia ‘mar
charía a fon do” , concepto que, al. sigu ien te dia, le ratificó el
secretario de Estado, von N eurath, con ocasión de la proto
colar v is ita de presentación.
Actualm ente, las M IN A S D E L R IF , son explotadas por
los alem anes, que extraen y exportan con ln tcjstd a d el pre
ciado m ineral, a cam bio d el cual sum inistran hombres y ma
te ria l bélico, que alien tan y sostienen la insurrección y ca
denciosam ente sumen en la ruina a nuestro ^als.
A lem ania,
de hecho, ha reivindicado
las concesiones
“ Mannesm ann” , y de nuevo, a costas de España y de la civi
lización, ha burlado el T ra ta d o de Versalles.
D O C U M E N T O S HISTORICOS DE E SPA ÑA
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7. El Heroísmo de los Marinos
ANTIFASCISTAS IBERICOS
LOS B U Q U E S “ C E RV ERA” , “ E S P A Ñ A ” Y “ V E L A S C O ”
C
UANDO pasado» los años a álguien que no sea precisa
mente un historiador al uso, sino un hombre que estudie
serenamente y sin pasión, los distintos episodios que lt?nan
la guerra que actualm ente sostenem os, se encontrará, si tal
hace, con que de toda la brillan te historia de nuestro pueblo,
jamás hubo una etapa tan rica en acciones sublim es y heroi
cas, como la que vivim os. Y esto se com prende fácilm en te:
la inmensidad de la traged ia a que nos han llevad o sólo
puede ser afrontada con la m ism a gran deza que tien e su do
lor. De aquí el hecho ejem p lar y m agn ifico de ese M adrid
insuperable, asediado y des
trozado por el fuego enem igo
y cuyos abnegados hijos, pre
fieren morir antes que ceder
un sólo jir.’ ino de suelo m a
drileño al extran jero inva
sor; de aquí la gen te única
de esos pueblecitos de la sio
rra extremeña que,
a mu
chos kilómetros do la Fspa
ña lea!, y sin esperanza al
guna de auxilio, rod ead o» y
cercados por el enem igo, aun
mantienen en alto la g lo r io
sa enseña de la lib erta d . Y
como estos casos, conocido.;
y admirados por todos, se
suceden cada día centenares
de hechos aislados y anóni
mos, pero a su vez, sencillos
y grandilocuente. D eber nues
tro es difundirlos para que ei
mundo entero pueda form a r
se una idea, del ím petu y el
heroísmo con que los traba
jadores españoles l u c h a n
contra los enem igos del p ro
greso y la civilización. Cum
pliendo esto, vam os a rev e
lar una de las más brillantes
páginas de la guerra, y pre
cisamente con un hecho hon
damente dramático que le
sirvió de exordio sangriento.
Se trata, de narrar lo sucedi
do a los buques de nuestra
Escuadra que se quedaron en
el puerta de E l F errol m ien
tras las restantes unidades
de la flota zarpaban hacia el
aur, siguiendo las órdenes
del Gobierne; es decir, >-elatar el modo, por el cual ca
yeron en poder de los fa c
ciosos ios acorazados "E sp añ a” , “ V e la s c o " y ■'Almirante» Ce.-vera” . Entendemos que en estos m om entos pocos tem a? ten
drán tan alto interés com o e l presente.
‘ O V E N C E R O M O R IR ”
En un reportaje publicado días pasados, y en el que, co
mo recordarán nuestros lectores, nos ocupábamos de los he
chos ocurridos en los buques que el G obierno envió hacia el
Sur y entre los quo se encontraban los cruceros ‘‘L ib e rta d ”
y "Jaime I ” , tuvimos ocasión de referirn os a la reunión que
los m arinos revolu cionarios celebraron
en E l F errol p ocoz
días antes del alzam ien to faccioso. E n dicha reunión, y au
más do los puntos a cum plir por ios “ Grupos de DefVnsa
A n tifa scista s” de la Arm ada contra la sublevación las(-r>ta.
inm inente, se trató tam bién de la situación Je los barcas' y
entre ellos del “ C erv e ra ” , “ E spa ñ a" y “ V elasco ’. E l prim en ',
estaba en dique seco lim piando fondos, el segundo reparum lo
las máquinas y renovando la in stalación
eléctrica,
v tu
cuanto al tercero, hallábase listo de an-eglos, en máquinas y
calderas. Asim ism o tam bién se encontraban en la base los hoy
buques piratas “ Canarias-,
y
“ B a le a re s ” , que entonces se
¡tallaban en construcción, y
con los cuales, naturalmente,
110 se podía contai-.
En los tres barcos prin ci
pales — "A lm ir a n te
Cercer&” , "E sp a ñ a ” y "V e la s c o ” —
existían, ya form ados de an
tiguo, los "G rupos de D efen
sa A n tifa s c is ta ’ . T odos esta
ban integrados por veteran os
de la R evolu ción , por gen te
probada y dispuesta a actuar
en cualquier m om ento
En
e l "A lm ir a n te
C e rv e ra ”
so
hallaban en a c tiv o los quin
ce cabos que en octubre del
34 se sublevaron cuando
el
buque se d irig ía cargado de
m oros y regu lares al puerto
de
Gijón.
Estaban,
pues,
tem plados en el rigo r de las
persecuciones
y de
las lu
chas contra
e l cap italism o.
Se hallaban dispuestos ai sa
c rific io . E l indom ablo d ele
gado
del
"C e rv e ra ”
José
C asteleiro,
propuso la con
signa, que fué aceptada por
todos: "O vencer, o m orir” .
Y
esta
consigna
heroica,
adentrada en el fondo d e 1 esp i r 11 u inquebi'antablo
ílo
nuestros m arinos, parecía ?u
aqu ellos m om entos como i :i
presen tim ien to de lo que iba
a suceder. Asi lo interii'-e'ó
e l cabo
Illan co cuando, al
despedirse de sus comporte
ros para
trasladarse a Ma
drid, com isionado
por éllo -,
oyó d e cir por últim a vez- "O
vencer, o m o rir”
E L D IA H IS T O R IC O
Zarpados hacia e l sur los buques hábiles y llega da e l no
che que había de p reced er a l día histórico, se rein tegraron <
t
bordo conven ien tem en te arm ados cuántos con perm irc 0 si:»
él, estaban fuera de los barcos. N i qué decir tiene quo nadio
pudo dorm ir. L a oficialid ad y la m arin ería se vigilaban mu
tuamente. L os je fe s paseaban nerviosos y excitados >ot >;,s
antecám aras. Los m arineros tranquilos, pero alerta sin per
der de v ista al enem igo A l fin, la am anecida y con ella ja
prim era nota de e fervescen cia en la ciudad. Grupos nutridos
DOCUMENTOS HISTORICOS DE E SP A Ñ A
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Página 5
8. ció o b re ro » jr m arinos flel A rsen al y.
Escuelas de M arin ería
pululaban por
las calles. Sin duda daban tiem po a que
negase e l m om ento de d irig irse a
la
t onstructora para reco ger
los fusiles
que habrían de en trega rles las dotacio
nes victoriosas de los barcos. N o ha
bía tiem po que perder. E ra e l instante
decisivo.
U na com pañía de infan tería
t'.e m arina a Ise rv icio de los facciosos
s- lió a la c a lle proclam ando el estado
<;,) guerra. E l v ig ila n te del "C e rv a ra ”
(,'ie tiacía guardia en la puerta del A r
e n a l , acudió precipitadam ente al bar¡D poniendo en av is o de lo ocurrido a
1«. flotación. En v is ta de ello, los ‘gru.
5
p o .V an tifascistas com enzaron a actuar.
Algunos
ofic ia le s
fu eron
apresados,;
o;r.os se h icieron fu ertes
y entablóse
una lucha a m uerte. E l te rrib le com ba
te duró dos horas, a l cabo do las cua
les, la oficia lid a d fué reducida. Hechos
sem ejan tes se d esa rrollaron en el “ E spa
ña” . A llí tam bién quedaron victoriosos
lo a h ijo s del Pueblo. N o ocu rrió lo m is
mo en e l “ V e la s c o” . Cuando el
am a
rada E u logio, cabo de este últim o bu
que, arengaba a la dotación para que
secundase la v a lie n te actitud de los res
tantes del barco, fué asesinado a trai
ción por e l con tram aestre Gutiérrez, lo
que ap rovech ó la oficialid ad d el jareo
para ap od erarse
de los m andos.
En
nuestro poder, quedaron pues dos bu
ques, y a d isposición de los facciosos,
uno; pero los dos barcos rescatados no
* e podían u tiliza r de m om ento: el " A l
m irante C ervera”
estaba en e l dique
«e c o , y e l "E sp añ a” , que aún no había
sido reparado por com pleto, tenia to
do la carga de m uniciones en el p o lv o
rín d el Montón.
tO S
M A R IN O S
AL
PUEBLO
LA D O
D EL
M ientras se desarrollaban todos estos
episodios, los ob reros ferrolan os se ba
tían en las calles con tra los tra id o re s .
D ecretada la huelga
gen eral
por los
Sindicatos, e l paro
era absoluto.
En
d iferen tes lugares de la población
se
veían barricadas, defendidas con e je m
p lar tesón por los trab ajad ores.
No
obstante, su v a lo r y decisión, la fa lla
de arm am ento y la
escasez de muni
ciones colocaban a los com batientes del
P u eb lo en una d ifíc il situación de in fe
rioridad. A punto estaban de ser
de
rrotad os cuando una valiosa ayuda les
«n irn ó en su gesta. A l m ando del te
nien te de navio, M anuel Estrada, salió
una C om pañía de m arin ería del A rs e
nal con intención
de
p ro teger a las
fuerzas
facciosas.
P e ro
no tuvieron
tiem po de cum plir su ob je tiv o. A poco
de salir y cuando aun no habían entra
do en acción, e l M aestre
M anso
dió
m uerte al o fic ia l faccioso y acto segui
do; la Compañía entera,
com o un soio
hombre, se pasó a l lado de los obreros.
E sto re fo rzó el ánim o de las diezm a
das fuerzas p roletarias y la lucha a rre
ció con inusitada violen cia.
L A T R A G E D IA
Peso a la ayuda que suponía para
los trabajadores, la lucha debía
con
Página 6
CUANDO LOS
HUIAN DE
BUROCRATAS
M A D R I D ...
“ A valad o por 13 sellos de entidades, organizaciones y sindicatos, nos envían desde Bursajot una razonada exposición, que es protesta al m¡6íno tie m
po, acerca de la verdadera invasión que están haciendo en Valencia y sus pue
blos; hombres y más hombres de Madrid, a pretexto de acom pañar el gobierno.
El gobierno, dice, aquí no corre ningún peligro. Aquí caben y son acogidos
am orosam ente los niños, las m ujeres y los ancianos que se ha determinado,
con muy buen sentido, fueran evacuados de la Capital de la República.
En nuestra obligación de recoger el sentir popular, acusamos recibo del
expresado docum ento, ya que su exposición recoge el sentir de todas Us re
presentaciones antifascistas. Y no añadimos com entarios” .
¡
(D e "F ra gu a Social” , de Valencia, No. 88, del 2 12 1936).
cluir con e l triunfo do los traidores, si
los barcos en poder del Pueblo “ C erv e
ra” y “ V elasco” no utilizaban sus ba
terías. P e ro esto ya sabemos .que
no
podía realizarse,
ya que el "E sp añ a”
carecía de municiones y el “ C ervera'
estaba en dique seco, im posibilitado de
m aniobrar y disparar sus cañones.
Y aquí com ienza el te rrib le drama
que costó la vid a a cuántos com batían
en las calles y a las dotaciones com ple
tas de ambos buques.
L A G E S T A DE LO S M A R IN O S DF _
“ A L M IR A N T E C E R V E R A ”
El "A lm ira n te
C erv e ra ” , prisionero
en el dique seco y sin que pudiera d e
fend erse se hallaba
batido
por
tres
fuegos. Junto a él y desde la popa del
dique la oficialid ad facciosa
del “ Velasco” hacía un intenso fu ego de am e
tralladora, m ientras que una com pañía
del R egim ien to núm ero
29, que había
entrado por la puerta a lta de la Cons
tructora, disparaba sin cesar desde el
lado opuesto, en tanto que, del ed ificio
de C om isaría situada junto a la darse
na se utilizaban
contra
el indefenso
“ C ervera” , dos m orteros y cuatro am e
trallad oras
estratégicam en te situadas.
Y a este crueuto ataque sólo había un
m edio de responder. S a lir del buque y
ponerle a flo te abriendo la bomba
de
inundación del dique
con lo cual po
dríanse u tiliza r los cañones y al tiem
po que d efen derse de este modo, auxi
lia r a los que luchaban
desdo la cu
b ierta del “ E spaña” y a los m arinos y
trabajadores que se batían en la* culies. H abía, pues, que a rriesgarse y sa
lir por la plancha a tierra para re a li
zar la operación. Los m arinos del "C e r
v e ra ” no vacilaron. Uno a uno, dispu
táronse este puesto de honor. A qu ello
constituía un honroso sacrificio, en el
que cada marino,
y por un orden co
rrespondiente,
fueron
ofrecien do
su
sangre. En e fec to : batido com o estaba
el buque por tres fuegos,
quienes in
tentaban atravesar la i-lancha de 1ie
rra, eran alcanzados
por , la m etralla
facciosa, cayendo inerm es al fondo del
dique. De este modo encontraron
la
m uerte cuántos componían la dotación
del barco.
Cuando a las ocho de la noche, m uer
to ya e l últim o m arino del Pueblo, lo
graron subir a bordo los traidores ha
llaron la cubierta regada por com ple
to de sangre y e l fondo del buque lle
no de cadáveres.
L a tripulación
del
"C e rv e ra ” había sabido cum plir la con
signa: “ O vencer, o m o rir” .
B E N D IC IO N
DEL
“ ESPAÑA”
R R O T A F IN A L
Y
DE-
N o se arredró la dotación del "E sp a
ña” por la suerte habida a la del “ Cer
v e ra ” . D esde la cubierta del buque lo
graron sostenerse un día más, hacien
do fu ego de fusil' sobro los enem igos.
P ero, y a agotadas
las m uniciones
y
m uertos más de la m itad de los tripu
lantes, poco podían hacer. N o obstan
te. lograron sostenerse hasta la noche
d el lunes. I.leg a d a esa noche, los fac
ciosos. dado que el buque estaba ama
rrado a ¡a escollera, forzaron la puerta
de entrada por tierra, adueñándose fá
cilm en te del barco.
P o r su parte, la columna de m arine
ría que junto con los obreros revolucio
narios peleaba en la calle, fué destroy-.'fa m aterialm ente por la superioridad
iiu.-ivrica y de arm am ento del enemigo.
L a m asacre fué espantosa. E l m aestre
M anso y el cabo C arrodeaguas fueron
fusilados sin form ación de causa. Y así
term inaron aquellas
jornadas heroicas
y ejem p lares que tuvieron por escena
rio de su dram a el puerto de El Ferrol.
E un planteam iento concreto de la F. A, I. para la lucha contra el Hsclsm p,
expuesto en el periódico “ T ie rra y Lib erta d ” , del 12 de Febrero de 1936, 'eproducimos los dos puntos sigu ien tes: ..
“ 1o. — E X C L U S IO N DE LO S L U G A R E S DE T R A B A J O DF. LO S E L E M E N T O S
A F IL IA D O S A O R G A N IS M O S F A S C IS T A S M E D IA N T E L A AC C IO N M A N C O M U
N A D A DE L A S C E N T R A L E S S IN D IC A L E S A N T IC A P IT A L IS T A S ,
2o. — E M P L E O D E L M E TO D O IN S U R R E C C IO N A L P A R A L A C O N Q U IS T A
DE L A R IQ U E Z A S O C IA L U S U R P A D A P O R M IN O R IA S P P iiV IL E G IA D A S Y SU
A D M IN IS T R A C IO N PO R LO S T R A B A J A D O R E S M IS M O S” .
D
D O C U M E N T O S HISTORICOS DE E SP A Ñ A
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9. GASTON L E Y Â l DESCRIBE EN ESTE ARTICULO LOS DIVERSOS
ASPECTOS DE L Â ADMIRABLE OBRA SOCIALIZACION REALIZADA
DE
C
AR C A G E N TE es una población iie
unos 20.000 liabiiaulcu 'sim ada al sur
Ge Ja provincia valenciana, Está ‘.ota!mente rodeada de naranjos que consti
tuyen l<f principal riqueza de esa ¿on:<
cuya tierra y cuyo clim a son extrem a
damente adecuados
para ose cultivo.
Los naranjales ofrecen,
más que
en
otras muchas
partes,
o)
espectáculo
magnifico úc-1 apiñam iento do sus l'n¡
los de oto.
*
Desde hace mucho tiempo, en esa
blación, lo mismo que en otras mueh;.-;
poblaciones valencianas, se había pues
to de relieve la capacidad organ izado
ra y el espíritu de sa crificio de un pu
ñado de m ili!antes obreros que se mar.
tuvieron incesantem ente en Ja brech-i
a pesar de todas las persecuciones.
La organización sindical
tenia p ro
fundo «rra ig o y junto con este arra igo
el prestigio do sus m ilitantes contribu
yó a que la población, una vez inicia
da la revolución, se adhiriese en su :u
¡nensa mayoría a nuestro m ovim iento.
Hemos visitado ¡a F ederación Loca¡
do Sindícalos. A l entrar nos llam ó
la
atención en prim er lugar ver, en ut;a
vitrina destinada a a lb ergar Ja imagen
de Jesús, el retrato a a lb e rg a r la im agen
Guardia. Es una sustitución entre
t>
Sueña y grata.
- Nos informamos de! con tingente si.i
dical' existente. H elo aqu í: Sindicato de
campesinos más de 2.7uü socios; atujeres trabajadoras de los talleres de en
vases de naranja, 3,300; ram o de
la
construcción, 340;
m etalurgia,
120:
carpinteros cíe envases, 125; sindicatos
de la madera, 230:
ferroviarios, 150:
oficios varios, 450.
Con relación al número de habitantes
esta cifra represen ta
un
porcen taje
enorme y dice más que todos los d iti
rambos cuál es la im portancia de nues
tras fuerzas.
EL C A M PO
E
N el campo predom inaba la gr.ui
’
propiedad; los
pequeños propieta
rios no podían cubrir sus necesidades
y se veían obligados a trab ajar en ii s
fincas de los ricos o a -d e d ica rs e a pe
queños empleos de todas clases. Inm e
diatamente la organización sindical se
deupó de solucionar esa
gran propie
dad, evitando que fuera rep artid a entre
nuevos privilegiados que serían, manatía reaccionarios peligrosos.
La pequeña propiedad ha sido objeto
de una actitud distinta. Con una sensa
tez digna de encomio, la organización
sindical tiende continuam ente a su so
cialización, haciendo de
las pequeñas
parcelas de terren o cultivadas in d iv i
dualmente, extensiones más vastas tra
bajadas en común. P e ro esta rea liza
ción no es forzosa. Se ha socializado
prim ero la pequeña propiedad de
ios
que estaban dispuestos a desprenderse
i!e ella. Luego se ap ela a ios con ven cí
mientos para los reca lcitra n tes; nues
tros com pañeros están tan convencidos
d i los resultados beneficiosos de su tact.ica, que no vacilan en o fr e c e r a los
pequeños p ropietarios em peñados en se
guir siéndolo, tierras m ejores que
tas
que poseen a fin de que se convenzan
de lo m alo d e l sistem a, en contra «le!
rendim iento de trab ajo y de la s e gu n
dad de existen cia fren te a la propiedad
común.
En efecto, y a so nota en la práctica
le la solidaridad social p or un lado, y
cu el aislam iento por otro, los resulta
dos e fectivo s de uno y otro m étodo.
Por una parte, inseguridad fre n te a las
dificu ltades d e l m om ento de la coloca
ción d e la cosecha, de la v e n ta d el pro-
¡Economía de p e r ra !
“ Sacrificios inmensos exig e la gue
rra. P ero que estos sacrificios lo »
lleven por igual toaos los an tifascis
tas. Los de abajo y los de arrib a.
Que no es justo ni humano que los
hom bres rep resen tativos del an tifas
cismo, que hoy llevan los destinos
del pais, invoquen continuam ente al
sa c rific io
para
ganar
la
guerra,
cuando por su labor adm inistrativa
adquieren cantidades fabulosas.
De
éllos debe su rgir propiam ente el de
s is tir de tal actitud y
dar con su
ejem p lo las normas indispensables
para conseguir este o b jetivo, que de
be estar constantem ente en la m em o
ria de todo hom bre que se preocupe
por la pronta d errota de las mesna
das del fascism o ¡nvasor.
¡P o r la extirp ación de los sueldos
fabulosos que perjudican grandem en
te a la causa an tifascista !
; P or e| sueldo
único
de guerra
que dé m argen a una econom ía e fe c
tiv a que corresponda estrictam ente
con las necesidades de la guerra!
(D e “ Juventud C onsciente1 No.
'
8, de A lm ería, del 27¡3I1937.)
ducto; p or otra, unión de todos -para
apoyarse m utuam ente y em p lear los r e
cursos colectivos a fin d e esp erar tiem
pos m ejores.
E sto determ in a la adhesión entre vo
luntaria y forzosa — forzosa por las
circunstancias y no por la presión hu
m ana — d e muchos pequeños p ropieta
rios, que ofrecen u ia iia y espontánea
m en te sus tierras para in g res a r en. Ja
colectivid ad y con seguir los m edios /de
existencia para ellos y su fam ilia. H e
mos leíd o p recisam en te pedidos de In
g reso presentados e l día d e nu estra lle
gada con la enum eración d e los huer
tos, su su p erficie, calidad d e tie rra -y
elem entos de trabajo. En estos p edido«
no se a d v ie rte ninguna presión, ninguna
violencia.
P e ro esto no sign ifica que los peque
ños prop ietarios em peñados en seguí?
con su tie rra propia, sean entregado#-,*
si mism os.
E x is te en la organización,
a gra ria d el trab ajo local, una com isión
d e laboreo forzoso, que rec o rre conti
nuamente los cam pos y cuida que la »
fin cas sean cu ltivadas según es costum
bre, im pidiendo el sab ota je a la produc
ción que podía ten er lugar.
P e ro este con trol no se e je r c e sola
m ente sobre la a c tivid ad
d e l peqüéüó
propietario. E s en las tie rra s socializa
das donde se a d v ie rte el m ayo r em pe
ño d e trabajo. H em os reco rrid o grandes
huertas, hem os visto incluso, una que
es tal vez la m ayo r de la región levan
tina, y que ab arca p or su extensión M
ju risdicción d e s ie te aldeas. T od as eiiaS
sin excepción están trabajadas con un
cuidado m eticuloso. N o se ve una » r a
no. de hierba, una m ata de pasto. Para
asegu rar al árbol todos los elem en to»
nu tritivos que la tierra puede p roporcio
narle, los cam pesinos lim pian continua
m en te el suelo. "A n te s , nos dicen fión
orgullo, todo eso que perten ecía a jos
ricos y era cuidado por
trabajadores
asalariados, estaba abandonado, y los
patronos com praban gran des cantidades
de abonos quím icos o de guano, cuando
la sim ple lim p ieza del suelo habría ase
gurado buena cosecha” . Con o rgu llo mt>
enseñan los in jertos que p ractican con
tinuam ente er. los árboles P&ra seleccio
nar y m ejora r los frutos. V eo en cier
tas partes, plantas que aparecen en tre
los naranjos.
— ¿Qué es esto? — pregunto.
Y
descubro la ad m irab le p revisión de
estos com pañeros levantinos. H an sem
brado, donde Ja tie rra naran jera, poco
apta para ninguna otra c lase de cuitl*
DOCUMENTOS HISTORICOS DE E SP A Ñ A
www.federacionlibertaria.org
P ágio * 7.
10. Pá 10 perm ite, patatas en ar>unaancia.
E sta siem bra responde a la interpretapión del m om ento económ ico actual.
Saben que ha de escasear la alim enta
ción. L o saben por instinto, por intui
ción, y más in teligentes que todos ios
departam entos m in isteriales <le agricu l
tura, los cam pesinos de gran parte de
la región levan tin a sem braron patatas
donde era posible fa c e rlo . H an hecho
más todavía. En los arrozales, a p rove
chando los cuatro m eses que transcu
rren en tre la cosecha d el gran o y las
siem bras próxim as, estos adm irables
cam pesinos valencianos han sem brado
trig o temprano. Si e l m in istro de A g r i
cultura hubiera tenido la m ism a p reci
sión en todo ei te rrito rio no ocupado
p or el fascism o, d entro ae pocos m eses
el problem a del pan e staría resuelto.
La. organización g en era l del trabajo
a g ra rio se hace en la sigu ien te form a:
Se reúnen los cam pesinos e a asam blea
m agna, tanto los sindicales com o los no
sindicados, cuyo núm ero ea m uy exiguo.
E n esa asam blea se nom bra al Com ité
técn ico y adm in istrativo, el cual está -di
v id id o en las secciones correspondien
tes. Seis com pañeros se ocupan de la
d irección técnica del tra b a jo ; cinco so
ocupan de la adm inistración d e las fin
cas incautadas, de pagar los jorn a les
y de ven d er los productos. H ay además
■un C om ité d e exportación in tegrad o por
antiguos exportadores.
L A IN D U S T R IA
L
A industria propiam ente dicha es
rela tiv a m e n te escasa. S e h a podido
v e r que el m ayor número
de trabaja
dores organizados, está constituido p'<r
las m ujeres, que se ocupan en los al
m acenes, creados al efecto, del envase
de las naranjas. T a l v e z esto haya doterm in ado que la socializa ción em pezara
por e l campo, pero es de ob servar que
t-n ia historia de las luchas sociales de
la reg ión levantin a, m uchas fu eron las
aldeas que se anticiparon a la ciudad y
i.luchos los núcleos cam pesinos que d e
m ostraron m ayor tesón
y m ayor conc ien cia que los obreros industriales.
K l caso es que las industrias se han
socializado.
i * construcción está
en
r...iuos de los trabajadores. L a metaiurk'.-j. tam bién. E l Sindicato de la m adera
fcii reunido a todos los pequeños patioi . j s quo trabajaban individualm ente, en
g. andes talleres donde cada uno ¡lañe
su Jornal fijo.
E l Sindicato de oficios
arios ha hecho lo propio en las ta r o is
que le incumben.
N os hem os afeitad o
tTa una de las peluquerías colectivas del
pueblo, in stalada en un herm oso lo^ai
<ijnde se han concentrado gustosam en
te los pequeños
patronos
que debíaa
atender a todos los gastos particulares
do su explotación. Cada uno trabaja por
turno riguroso, evitán d ose así toda di
fe re n c ia particular.
Sien do la m ayor industria la del en
vase de
naranja
hem os
visita d o el
prin cipal alm acén donde se e fectú a es
te trabajo. T od os los alm acenes es lán
d irigid os por un coasejo en el cual f i
gura, adem ás de un com ercian te técni
co un represen tante d e cada sección
d e l tra b a jo : carpin teros, encajadores,
em baladores, capaceadores, etc. E n las
Página 8
D e "T ie rr a y L ibertad ”
sucesivas operaciones de selección <le
la naranja, de lim pieza, de envase,
obreras y obreros trabajan con actividad
y d iligen cia sumas. T am poco aqui se
observa el m enor abandono, la m enor
pereza. A l con trario: hem os p resencia-'
do cóm o las cajas de naran ja son pre
sentadas en form a coqueta, a r tís tln ,
que caracteriza las actividades del pue
blo valenciano. L a capa superior de ios
frutos encajonados y destinados a In
g laterra, Suecia u Holanda, ofre ce la
parte más herm osa en lo mismo. V Hit
dan una exp licación :
"Q uerem os
d e
m ostrar que la socialización
nos haco
trabajar m ejo r que a n te s .” En toda la
preparación d e l em balaje se a d v ie rto t i
m ism o celo, el m ism o y le gítim o or
gullo.
Señalem os en qué form a trab aja el
ram o de la construcción. Se ha consti
tuido un com ité técnico. N o se constru
yen casas nuevas porque casi todas las
de los ricos fueron incautadas por ¡os
trabajadores. P e ro se hacen rep arac!ones. Estas reparacion es son d irigidas
por los obreros, por los contratistas ai;
tlguos que pasaron a ser tam bién «b ic ros, y por e l arquitecto que se a filió al
Sin dicato (había dos en la población).
L o s hornos de ladrillo, las fábricas de
piedra a rtific ia l están adm inistradas en
la m ism a form a. Y los jorn a les de to
dos los obreros de la construcción son
fija d o s en las asam bleas.
Todo3 los restantes oficios, incluido
e l transporte, tienen su consejo técnico
y ad m inistrativo que organiza y adm i
n istra el trabajo en la m ism a form a. Y
para la coordinación de todas las acti
vidades productoras, tanto industriales
com o agrícolas, se constituirá, y tal vez
está ya constituido, el Consejo general
de Econom ía.
L A D IS T R IB U C IO N
E M O S v is to que existo un Com ité
técn ico
de exportación, constitui
do por los antiguos exportadores, pero
controlado por el Sindicato.
E sta ex
portación no se op era aisladam ente. A
su v e z está controlada por el Com ité
R egio n a l de E xportación in tegrad o p o i
la C. N. T. y la U. G. T., e Intervenida
por la F ederación
region al campesinj..
Para la venta, los pedidos llegan sea de
H
jir a s partes de España, sea aei w im te
central de exportación, a ese com ité lo
cal. E specificad a la calidad y la canti
dad de frutos, los técnicos parten a bus
carlos en las zonas donde existe la
clase pedida. Son por lo demás los téc
nicos que tam bién 'in d ic a n cuando de
be reco gerse la naranja, de acuerdo a
los puntos de destino. E xiste también
com ercio local que m olesta mucho 1
%
vida económ ica
por e l encarecim iento
de los precios. En esta localidad, como
en todas, se ha respetado al pequeño
com erciante, pero lle g a el m om ento eu
quo se plantea la necesidad de su des
plazam iento a funciones más útiles pa
ra que la sociedad disponga d el pro
ducto de su trab ajo en la form a que le
parezca más conveniente.
Se ha organizado ya, desde los pri
meros tiem pos, un com ité de abasteci
mientos que se encarga de la adquisi
ción de la m ayor parte de los víveres,
practicando en ' lo posible e l intercam
bio. E ste com ité, d irigid o por un com
pañero in telig e n te y activo, proyectaba
durante nuestra v is ita hecha hace ya
m esf y m edio, la organ ización de cen
tro s 'd e distribución de barrios contro'ada por él, lo que pondría en manos í e
la m ism a población el
m ecanismo del
racionam iento y d e los precios.
Con la supresión del com ercio, ¡a so
cialización habrá dado un paso defini
tivo.
H em os v is to que no necesitaban de
nuestras enseñanzas. A l contrarío, f i
nios nosotros quienes aprendim os. Lo
rea lizab le en las
actuales condiciones
gen erales d e la vida española, estaba
y a am pliam en te realizado. L o proyectable estaba ya proyectado. Y se ha pen
sado incluso en otros prob lem «s. A l vi
sitar una de las herm osas
torres que
los grandes
p rivilegiad os
mandarqn
construir en la cim a del monte, y dyade las cuales, en m edio d e los pinos,
se d ivisa el panoram a de los naranja
les, nuestros com pañeros de Careasento nos hicieron observar cuán sano tra
el clima, cuán profuudo el silencio; ia*
m ediatam ente acudió a nuestro pensa
m iento la idea de que ese lugar era
muy adecuado
para casa de reposo.
P e ro tam bién en esto se habían ade
lantado. Después de haber consultado a
los m édicos del lugar, d ecidieron reser
va r el herm oso ch alet para sanatorio
de tuberculosos...
£ (¡1 V T 0 se olvid e quo en esta crisis sa han encontrado de fre n te los partidario*
j.
de la dem ocracia burguesa en funciones, de un lado, y las fu e rza * de acen
tuada sign ifica ción p roletaria y revolucionaria, de otro. N o se olvid e que esas de
m ocracias extran jeras, que nos obsequiaron con el control y con la no interven
ción. son las prim eras interesadas en yugular la revolución ibérica. N o se olvide
que coin cidiendo con la m aniobra contra el gobiern o presidido por L argo Caballe
ro, en el extran jero se habla más que nunca y se concreta sobre la intervención
en España., una intervención llam ada a im ponernos el ‘‘ abrazo de V e rg a ra " y a
poner punto fin al al proceso de reconstrucción económ ica. N o se olvid e la cam
paña an terio r v iolen ta y envenenada, contra los Com ités, contra las colectiviza
ciones, contra la socialización de la riqueza. No se o lvid e que el Partido Comu.
nista nc. se inopira en las esencias ibéricas que han de singu larizar nuestra revo
lución. que im prim e a toda su obra el sello ruso. Y que, a pesar de lo mucho que
debem os agra decer al esfu erzo de aquel pueblo, para ayudarnos a ven cer a los fac
ciosos, esto no sign ifica que debem os hipotecar nuestra independencia y nuestra
libertad” .
(F rag m en to de un m anifiesto del C. N. de la C. N. T . aparecido en el número
del 29 de m ayo de 1937 de ‘ “ T ie rra y Lib erta d ” , de B arcelon a).
DOCUM ENTOS HISTORICOS DE ESPAÑA
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11. iMA LAG
A
¡E N T R E G A D A P O R L A
¡TRAICION
Traición mi'itar por una parte; por
otra traición de lng:aterra que aprobó
el desembarco de as fuerzasenviadas
por Benito Musso ¡ni
tire Edén, o de Plym ou th o de H o a rí.
A sabemos que M álaga fué eturecaSobre todo, fíje n s e en la conducta deda a los italianos por el coron el
Portugal. H asta el últim o “ g aro to” de
Villalba, encargado do su defensa. No.i
Lisboa. Carm ona y O liveira Salazar inlo dice el gobernador de A lm ería, quien
1 mejor que nadie conoce esta vergouzot sa página de nuestra trem enda traenFragm entos de un artículo
, día. Salió huyendo de la plaza V illalb a,
del célebre geógrafo españcl
f 5a víspera de la llegada de los italiaGonzalo de R ep a la z, apareci
|'. nos; mintió al Gobierno diciendo a Va
l í iencia por teléfono,
el domingo,
que
do el día 11 de abril de 1937. ¡
: ' Málaga estaba ya en poder del e.-iemi| jo, cuando la verdad era que éste ss
finidos, sabe que a llí no se hace sino lo
| «aliaba aün a alguna distancia, y que
nue en Lon dres nermiten. Si P ortu gal
% uo entró hasta el lunes: com o algunos
;•
está contra nosotros, es porque s irv e a!
| ' oi’iciales se sostuvieron hasta que tue“ F orein g O ffic e ” . Al m enor gesto des
run arrollados por el alud invasor, qu:aprobador d e éste, cam biarla de con
so fusilarlos, suprim iendo d e este moducta.
'do peligrosos testigos de cargo, y no lo
Pues exactam ente lo m ism o les
ha
liizo por im pedírselo la autoridad ala:*»*
sucedido a los italianos en M álaga. Sin
rlense.
contar con la plena aprobación de In
fe-.' En suma: traición probada.
gla terra (m ás disim ulada que en lo to
De mis tren preguntas, ¿por quiéü'*,
cante e P o rtu g a l), M ussolini uo hubie
í: i por qué?, ¿por cuánto?, una ya está
ra en viad o a los puertos vecinos al Es
£ contestada: el traid or es e l coronel Vitrecho, ochenta m il hombres, p erfecta
'i*, llalba. Sabido esto, surge otra presun
m ente pertrechados, ni hubiera consen
ta: ¿Quién nombró para tal cargo. ;al
tido que barcos alem anes, descarada-tipo? Porque V illalb a tien e una historia
m ente colaborasen en la em presa aUi.
militar y particular que no au toriza!)«
a la v is ta de Gibraltar.
el nombramiento. S ó lo podía ser nom
¿Qué la m ovía a tan extm ñísim .v be
brado gobernador de M álaga un m ilita:'
nevolen cia? E l propósito firm e d e in s
de acreditada capacidad y de republi
tar a la R evo lu ción española, pesadilla
canismo sin sospechas. Y si no había
í’ ninguno con tale3 condiciones, debió
buscarse entre el paisanaje adicto y
probado. N o hubieran faltado, com o no
han faltado en los trentes
de batalla
“ Para ab atir al fascism o hay que
donde hace seis m eses todos eran pai
vencerlo m ilitarm ente, pero a esta
sanos.
batalla Hay que añadir la económ ica.
Ahora hay que guardar bien e l uaiH ay que term in ar con este régim en
f dor que, felizm ente, está en la cárcel.
abom inable. H ay que reform ar radi
Y
hay que ten erlo
bien
incom uni calm ente la econom ía
nacional, de
cado. Finalmente, si no sa escapa, con
m ostrando a la v e z que el cap italis
vendrá tenerlo vigila d o m uy de cerca,
mo y el fascism o no pueden resolver
para que no se suprima él m ism o o no
los problem as económ icos y de la
le supriman. Debe saber cosas graves
ciase trabajadora.
y que muchos no q u en á n que se sepan,
N osotros reclam am os igualdad de
p
En cambio a nosotros los -e v o lu c !>
deberes, pero tam bién igualdad de
narios auténticos nos con vien e saberlas.
derechos.
El por cuánto se ha entregado MíiiaH ay dos fre n te s : el de batalla y el
£a, no nos interesa mucho. P ero e l pur
interior. Uno lo representa la am e
£ qué, sí.
tra lla d ora ; el otro la economía.
A R A averiguarlo, m editem os y ana
Nosotros, en el fren te, los aplasta
licemos.
remos. P e ro nosotros, en la reta
|f
Ya he dicho que el Im perio británico
guardia, debem os
reform ar, crear,
r tiene siempre dos p olíticas: la visib le
socializar... Y no lo olvid éis, las dos
y la invisible. E ste doble ju ego es d ifí
cualidades fundam entales para la v ic
cil. Reauiere estadistas de p rim er or
toria, son el coraje
y la organiza
den, para que lo in visib le no 89 tras
ción. P e ro el coraje no v a le nada sin
luzca. Inglaterra los tuvo, p ero no los
una debida organización” .
( tiene. P or eso el que hoy hace, resulta
(P á rra fo s de un discurso del
■burdo: de una ord in ariez ridicula, que
cam arada A lfon so M iguel, repro
muy bien refle ja la caída mental de *a
ducido en el d iario "U-, G. T. clase directora británica. Vean ustedes,
C. N. T .” , de V alencia, del 18
É en prueba de ello el Com ité do no Sa;;
8|193S).,.
___________ ■
’. tervención. Lean los discursos d el po-
E
PARA
P
K __________________________
VENCER
de los lords y de los banqueros in g le
ses, junto a la cual el
pleno dominio'
del M editerráneo m om entáneam ente se
oscurece y esfuma.
¿ Y cóm o alcan zar e se propósito? El
plan dé los fascistas (d e los m etalífe
ros y do los m ilitaristas, que todos so.-i
unos), era muy sen cillo: se tom aba M á
laga, probablem ente A lm e ría ; luego se
iba sobre M adrid, que tam poco p od rí»
resistir, con lo que los rojos, abatidos
por el trip le desastre, se avendrían a.
ren d irse a F ran co o, por lo menos, a
negociar con 41 un arm isticio, que In
g la terra y F ran cia (-el fascism o m e •.Alí
fe ro ) humanam ente im pondrían.
Pero
como In glaterra, aden ás de humanita
ria es lib eral (sus dos o fic io s principa
les en la p o lítica
v is ib le ), propondríaque se tuviesen en cuenta los deseos
pueblo español, dejándole c o n stitu írR
en R epú blica d em ocrática y parla,U lu
laría, sin m ezcla de m arxism o ni
(le
anarquismo. A l G obierno inglés le coustaba que en España había elem entos
políticos juiciosos y sanos, dispuestos a
conducir el corro
del Estado español,
por senderos menos d ifíc ile s y escabro
sos que aquellos de la R evo lu ción so
cial. hficia los que le llevab an los rojos.
P o r secretos enlaces com unicaba
con
ellos y a uno de sus hom bres culm i
nantes, le habían insinuado la idea del
control, para que se la com unicara a
Delbos com o cosa propia.
A cep tad a p or Delbos y sugerida ;-or
ésto a Liondres, el "F o r e ig n O ffic e " la
recib iría con gusto y la aprovech aría
coa arte.
P e ro siem p re para aplicarla, después
de la victoria.
Gran chasco se llevaro n los que es
peraban la d ecisión
con
la calda ue
M adrid, a i h allarse ante la caída del
e jé rc ito italiano. L a causa del cnasco
que al lle g a r al últim o trám ite, en tro en
la batalla el pueblo y no hubo traición.
E ¡ h eroico pueblo ibero, salvóse a si
m ismo. A él no lle g ó la m ano dd In
glaterra, que no baja hasta las blusas:
se queda en los chaqués y levitas, qu-.i
suelen ser para ella, lo q u e .la s sotanas
para el Vaticano.
¡A h ! P a ra acabar con lo de M álaga.
N u estra escuadra, qus debió estar n e s
gando, por aquellas aguas o fon uead«
en el puerto, desde que la ciudad s:* vió
am enazada, no ap areció por alli. Cidro
que no estaba, porque no se lo m atiza
ron, no porque e lla no quisiera e s tir.
Ea enorm e com itiva m otorizada invasora, pudo avan zar tranquilam ente a ¡o
la rgo de la costa, y luego descansar *n
T orrem olin os, sin rec ib ir un solo cañonazo nuestro. ¿ P o r qué? H e aquí o ír *
por qué d e d ifíc il respuesta.
| DOCUMENTOS HISTORICOS DE E S P A S A
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Página í»
12. EL E S P I O N A J E
FASCISTA E N E S P A Ñ A
I alguna fa lta tien e el pueblo espa
ñol, es, sin duda alguna, la de sor
»Xceslvam ente noble.
Todos sus actos
ístán m atizados de franqueza y espon
taneidad. P o r lo mismo, desconoce
el
sentido alevoso de la gu erra moderna,
Y cree, ingenuam ente, que a l enem igo
Sólo se le ve n c e a costa de a rro jo y vía
bravura. A qu ello de actuar en la nom
bra urdiendo planea de triunfo m uy te
jo s de los fren tes d e batalla, no es nor
ma de la lealtad de su carácter. V <
>
esta cualidad sana, pero poco práccii a
p a m los tiem pos que correm os, débei:
se muchos d e los reveses sufridos, En
cam bio, nuestro enem igo nos brinda ea
d a diá nuevas lecciones de astucia y ha
b ilid a d para la traición.
N aturalm ente
qü e estás cualidades sólo pueden adqui
r irs e contando de antemano
con utin
b a je ía m oral que nosotros no posemos.
M e aquí p or lo que Tranco y sus ad'a
res se sostienen todavía.
S
K
N o decim os nada nuevo ni ignorado,
feos hechos hablan por sí solos. N i un
a d ío día pasa sin que la prensa tanta
{de España com o del extran jero señaie
3 a » actividades
clandestinas
de lo «
[•gentes d e l fascism o, dentro d e l campa
p etolu cio n ario.
H a s ta las m ism as ra
p t o » facciosas no tu vieron inconvenien
te# e a proclam ar a los cuatro vien tos ia
(actuación d e una quinta coluinfta fas[c iíta « a 1» España lib erad a. C laro es
¡que, poco a poco, se v a descubriendo a
pos traid ores y aplicándoles su m erecíido castigo. P e ro e s to no es ób ice pañi
jque cotidianam ente v a y a s aparecien do
¡nuevos casos, qua indican la constancia
jde su organización. A lg u n o » d e esto»
[casos son y a d e conocim iento público,
¡en tan to que otros, son ignorados o ¡po
lco conocidos. R esa ltarem os los más im
portantes.
ÍL A D E T E N C IO N DE U N JE F E DE L A
i
G E S T A P O E N M A D R ID
i L o que ahora vam os a rela ta r y , a
causa de las circu n stancia» en que se
d esa rrollaron los hechos, solo es sabi
do por un reducido núm ero d e personas
que,/naturalm ente, son las que lo cono
ciero n de cerca. É l caso fué «1 siguien
te :'
A poco de in iciad a la sublevación, lle
g ó i M adrid, procedente d e Francia, un
individuo de alguna edad a quien acom
pasaban un jo v e n y una señorita. Los
tres personajes iban vestidos con e le
gancia, pero sin que llam asen la aten
ción. E l señor, que aparentaba unos cin
cuenta attos, d ecía ser e l pad re de los
jóvenes, s u docum entación estaba en
regla, y según la cual, eran súbditos
franceses, m ilitantes d o determ inado
sector an tifascista, ven id os a España
con o b jeto de p resenciar d e c erca "la
grandaza de nuestro m o vim ien to” .
Su
llegada no d esp ertó ningún recelo, sien
do bien recib id os en cuantos/ oen tios
oficia les o po lític o » s e presentaron.
Página 10
(D e "Solidaridad Obrera", de
Barcelona, del 21 de Mayo
de 1937)
l’ ronto com enzaron a actuar. L a joven que estaba dotada tío una gran be
lleza, trabó rápida am istad con cuántos
elem entos antifascistas de re lie v e con
venía a sus proyectos. El
mnohacho.
por su pai te, aprovechando
sUs flíúes ,
varoniles, procuró relacionarse con aig'.nas m ujeres influyentes. E l viejo, tniontras tanto, m ovía los hilos dei com plot
Se trataba de 1 1 a actuación a la a lia
11
escuela. P e ro un buen día fueron descubiertos.
IX)s anUi'ascistas espafw lvs
no son p recisam en te los alegres gen era
les de la3 naciones capitalistas.
Cuando se les som etió a interroga:li
rios, viéndose irrem ed iab lem en te p ? ’didos, declararon que 110 habla en tre el'.ns
ninguna razón de parentesco y que r.o
eran franceses, sino alem anes y m iem
bros activos d e la destapo. En éfaoto;
pudo com probarse
por la documsntaclón habida en su poder, q c e Se trata
ba de uno de los principales je fe s d e i.i
conocida organización policíaca aleuuna y de dos de sus más hábiles ayu
d antes.
N i quC> decir tiene que se les dtó, y
con todos los honores debidos a su 1a li
go, e l correspondiente "p a s e o ’’.
E ste hecho que fué e l prim ero de su
g én ero dasoubierto después del alza
m iento, puso en antecedentes a las or
ganizaciones an tifascistas y al Gobier
no, iniciándose
entonces
una a ctiva
cam paña d e p revisión contra el espio
n aje por m edio d e carteles m urales y
de pasquines. Sin embargo, los casos
fueron repitiéndose hasta lle g a r a ese
form id ab le hallazgo d e quinientos agen
tes fascistas ocultos en una em bajada
de M adrid, y q u e *p o r m edio d e una
em isora hablaban
y recibían órdenes
d irectam ente de las autoridades faccio
sas de Burgos.
LA
O F IC IN A C E N T R A L D E L E S P IO
N A JE F A S C IS T A
1
Quienes hayan seguido por la P ren sa
las actuaciones de los agentes d e l es
p ion aje fascista,
a m edida
que iban
siendo
descubiertas,
habrán podido
ap reciar cóm o estas aotuacioneg se ciu
pilcaban y extendían, adquiriendo una
fo rm a orgánica que ponía d e r e lie v e la
existen cia de una sola dirección.
En
efecto, últim am ente se ha hecho piibllco
e l funcionam iento de una ofic in a clan
destina de espionaje
fascista español
e a P arís.
E s ta oficina, punto cen tral d e todas
las am plias ram ificacion es que e l ser
v ic io d el espionaje fa scista posee
en
F ran cia y en España, está d irigid a pur
e l que en otros tiem pos fué lacayo d e3-
tacado del d ictador P rim o
de R ivera,
Eduardo AUnós. En calidad de ayudan
tes, dispone el Aunós de dos mistíiabies llam ados Ram ón Calderón y J e s is
P riego, y como local cuentan con un
confortable piso d f la calle de 'Jeir),
número 21 (P a r is ).
D icha oficina, e.s comí» si dijéram os
su cuartel general desde donde trasm i
ten las órdenes a su agente on L ó a l a s
el conocido fascista ex m arqués del M o
ral, al tiem po <iue les sirve de dirección
lija ya que por la i ntres^dadas de los
enlaces c u m ia n también cotí centros ’i"
dirección variable. í ’ no de estos ceñiros
y el que por ahora más utilidad les re
porta. es ol Instalado ei S a f'- Ju.i«i ¡¡e
Luz, en una v illa conocida con él nom
bre de "Avenai:-” . lista v illa los
« i: ve
para asegu rar su com unicación con el
cuartel gen eral de Graneo en S a la tn vica, aprovech ándola al
m ism o tiem po
para punto de reunión
de los («syias
t¡ue envían al M editerráneo, de ios p ro
vocadores y colocadores de bombas c-ucargadas de d estruir los navios del i>iv
biorho estiafloi o las am bulancias com
pradas por los
trabajadores franceses
pata socorrer a les com batientes de la
libertad.
L a actuación de estos elem entos si
servicio del fascism o JftternaclóncU e s
tá süjeta a una organUaeióü, según las
órdenes emanadas d irectam ente Üe S a
lamanca. U ltim am en te recib ieron Uu do
cumento del Gobierno faccioso para Ja
constitución de la Junta e x t ír lo r d<* es
pionaje. E l citado docum ento dloo fiüi:!
"F a la n g e Española de las JO NS. D e
legación de París. —* Inform e. — Con
el ob jeto d e fija r las d irectrices y la
orientación do la p olítica in tern a cio ta l
que un día pueda a&i adoptada por , e i
m ovim ien to falan gista, con vien e crear
una Junta e xterior Ca F alange E s p u r
ia, E sta Junta exte rio r estará corupuotv
ta por siete m iem bros:
ü n m iem bro d el
c o n s s jo
n ación«!,
que presidirá. E sto será en España el
je fe del exterior.
E l je fe territo ria l d e Inglaterra,
E l je fe territo ria l de Francia, B élgica
y Suiza.
E l je fe te rrito ria l de Alem ania, l i o «
lauda y Países Escandinavos.
E l je fe territo ria l de Italia.
L o s dos je fe s de las fronteras y las
costas” .
M ediante esta Junta, los agentes de
F ranco se proponen d a r carácter in ter
nacional a su actuación. Ignoran acaso
que los trabajadores da todo e l mundo
sabrán p erecer a n te « que b atirse en re
tirada.
P e ro no; los crim inales esbi
rros del capitalism o saben p e rfe c ta
m ente que la hora de su d errota está
próxim a, y por eso sin duda redobla:!
sus alevosas maquinaciones do traición.
A pesar d e esto, nada conseguirán. E l
pueblo acabará im poniéndose.
D O C U M E N TO S HISTORICOS DE E SC A S A
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13. Por el DR. F E L IX M A R T I I B A Ñ E Z
los se<« m eses de R evolución social, continúa el proletariad o m irando a la
m isteriosa e s fin g e de la Cultura, con ojos que pretenden escru tar sus intim es
secretos. Y todas las iniciativas culturales que de un modo episódico van desarro
llándose, son ten ta tiva s para lle ga r a esa gran realización histórica, ensueño ideal
de la clase obrera que vendría representada por una verdadera infiltración cultu
ral de las masas. Aun existen muchos hombres que ante la Cultura adoptan un
gesto desdeñoso y creen que los problem as del espíritu son friv o lid a d e s burgue
sas y que el auténtico revolucionario es el que v iv e cabalgando a pelo al ootro
bravo en las tareas m ateriales.
P e ro éste es un peligroso error. P or algo el fascism o cism aba, hace ¿ños, er.
Alem ania, por boca de Y ack, filó s o fo oficial del nazism o: “ ¡donde oigáis hablar
de cultura echad mano al r e v ó lv e v !” . Es decir, que preveía un enem igo e n 'to d o
m ilitante de la Cultura. Y por esta v e z acertaba; puesto que ningún hombre oulto
y consciente ha podido aceptar sin rebeldía las m itológicas m entiras de la “ ra zt
pura y e le gid a ” , con las cuales pretendían los filó s o fo s fascistas ju stifica r sus tro.
pelías bajo la estatua fan tástica de un ario rubio de bello y apolíneo p erfil, señor
de todos los Im perios y tiran o de todas las masas.
P or eso nos interesa tanto que el espíritu y sus pilares culturales no se des
m oronen en estas dram áticas jornadas, com o pretende el facism o. Spengler, el
apocalíptico profeta, cuyo intelecto fué en vida una espada al servicio del nacional
socialism o, preconizaba el retorno a la barbarie, el predom inio de las fuerzas
irracionales, com o m edio de detener el avan ce cultural. Siguiendo su pista, el fa s
cism o español soñó desde su nacim iento con la creación de una anticultura, de
una m ítica concepción del Estado cuyo tríp od e estaría form ado por el nacionalis
mo, el cuartel y la c a p illa ; pedestal odioso sobre el cual luciría la figu ra de un
C ésar a quien obedecerían su m isa « legiones incultas y brutales.
La R evolución proletaria debe luchar porque sobre ese inconsciente colectivo
que representa la irracionalidad fascista se superpongan densos estratos culturales.
En el tap iz de la nueva H istoria debe en trar en toda fib ra de lac que lo integran
la hebra cultural. Y ya es hora de pasar a reco ger el hilo flota n te de la Cultura
*
revolucionaria, para com enzar a te je r el lien zo de una c iv iliza c ió n obrera.
Cuando, en días futuros, un h istoriador plasm e la gesta proletaria, diseñará
com o uno de los m otivos fundam entales de las jornadas revolucionarias el trán
sito de la form a d ecrépita de la v ie ja cultura a una flam an te estructuración ('el
“La Compañía do T ra n v ía s e s lá des
nuevo espíritu. Y no extrañe a nadie que hablem os de la cultura considerándola
de hace ya algunos m eses en-niajins cU
com o un proceso dotado de c ie rta Independencia con respecto a las demás fo r
sus obreros.
mas v ita le s . Porque siendo la cultura el sistem a de ideas y con ocim ien tos v ig e n - ’
Apenas el Com ité se hizo cargo de la
tes en una época determ inada, posee en sí una corporeidad histórica y una cohe
Empresa y tomó las rien das d irectiva s
sión iriterna que perm iten al in vestigad or segu ir el tra y ec to de una cultura a tra
do la explotación, com enzó su ta rea en
vés de los d iversos panoram as de la H istoria. Las R evolu cion es han represen ta
caminada a o fre c e r al público los fru
do siem pre una pendiente por la cual se ha acelerado el ritm o evolu tiv o de la Cul
tos de su labor y las ven taja s de la so
tura, o su decadencia, y el paso fran co de la cultura subsiguiente.’
cialización.
La característica de nuestra R evolución ha sido el m arcar la superación de
V
asi, a poco de actuar
el C om ité una etapa en la H istoria de la Cultura que había sido fa ta l para la misma.
Obrero, se - reb ajaron los p recios de los
Recapacitem os sobre lo que ha sido la evolución de la Cultura: En los albo
pasajes en los tran vías d e algunas lí
res de la Humanidad, la Cultura aparece com o una form a de experien cia pura
neas y desapareció el b ille te de cinco
m ente individual. E l hom bre primit-.vo,
céntimos que pagábam os pacien tem en te
cuya p sico logía conocem os a través so
barceloneses, desde una hora deter
bre todo de ciertas razas de colo r res i
minada de la noche.
dentes en tie rra s vírg e n e s en la actuali
No ha cesado el C om ité O b rero de la
dad, al te n e r la noción del U n iverso qj->
Compañía de T ra n vías, de estu d iar los
A
industrias en manos
de los obreros
medios para seguir la ru ta encam inada
a nuevas rebajas y a m ayores ventajas
para los que a d ia rio n ecesitan ae tan
importante servicio.
Sin bombos previos, sin propagandas
ridiculas, tos ob reros
de los tranvías
prosiguen serenam ente
la
lab or em
prendida. Y desde ayer, todos ios tra
yectos de la línea 37 han sido reb ajaer> ua 40 o¡o.
Aplaudimos todos los ciudadanos
el
admirable ejem p lo del C om ité O brero
de los T ra n vías y pidamos que tan loay e actuación sea calcad a por los Co
mités de otras industrias” . — (D e “ L a
Noche", de Barcelona, d el 3¡12;1936).
le rodeaba fué adquiriendo una serie i!e
conocim ientos «»¡»v íric o s, cada uno de lo.=
cuales era e l fru to de dolo rosas exp erieí cias. Debido a esa p articipación m ística
que él incrustó en cada heeho natura .
:.oda la p rim itiv a C ultura tien e un a g r i
dulce i^ b o r m ístico. Durante largos si-
Révoluelonârio
DOCUMENTOS H ISTORICOS D E E SP A Ñ A
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Página 11
14. glos, la Cultura se va transm itiendo por el rosario de las generaciones, com o un
cic lo de experiencias individuales. Y todos los hombres destacados del Im perio
grecorrom ano asientan la Cultura sobre el va lo r individuo. L o cual, si. bien con
trib u ía a sa lv a r ciertas esencias espirituales del sujeto, en cam bio fom entaba la
im p o s ició n . tirán ica do unos individuos sobre otros, dando incluso una base filo
sófica a la esclavitud. Grandeza y servidum bre de la Cultura, por la cual ésta
engrandecía al individuo a base de sus propios valores y en cam bio, s e rv ía de sal
voconducto social para p isotear elem entales derechos de humanidad.
Aquétta etapa de la cultura individual tien e su antítesis, la in evitab le reacción
h istórica, en la época nacional de la Cultura que va a producirse a continuación.
El ensancham iento del área g eo grá fic a de la vida humana, gracias a las em i
graciones, conquistas fe lic e s y v ia je s de exploración, la aparición de nuevos cre
dos religiosos, los eva n g elios m ísticos de los d iversos países, los intereses econó
m icos de cada pueblo, fa v o re ce n la instauración del ideal, nacional en substitución
a los ideales individuales; y, por consiguiente, la Cultura, a ra stra « de la evolu.clón^social, desborda al individua y se fusiona con las colectivid ad es nacionales.
P e ro es una ley histórica, ya form ulada por H eráclito, la de que en cada hecho
¡existe su opuesto, y así el período nacional de la Cultura, que sign ifica b a la irra
d ia c ió n de ésta a los panoramas de la nación« iba a rep resen tar el germ en del natio n a lis m o cultural, político y religioso, tan p eligroso com o lo había sido para la
cultura individual el u tilizarla com o m artillo filo s ó fic o con el cual rem achar las
cadenas del esclavo. Porqué de aquella cultura nacionalista incubada en la Edad
M edia su rgirían después las culturas sectarias, que han sido el subsuelo histórico
db ios brotes fascistas.
La R evolución proletaria m arca el tránsito a nuevas etapas y, más concreta
m ente, a la fase universalista de la Cultura, que representa la síntesis de la tesis
'in d ivid u alista y la antítesis nacional de la Cultura.
Individuo y Humanidad son los dos polos forzosos del e je cultural, y la fas'*
nacional os sim plem ente un pórtico ya traspuesto, por el cual se llega a las av e
nidas universales de la Cultura humanista. Y esta Cultura, ganada a fu erza de
puño y fu sil, nervio y músculo, es una verd ad era herram ienta de liberación espi
ritu a l del proletario. L a cultura cien tífica , por sí sola es insuficiente — Rabeláis
'lo d ijo : “ ciencia sin conciencia no es más que ruina del alm a” — a no ir avalada
jpor un ideal humanista de fratern idad y heroísm o, que es precisam ente el que
orien ta nuestra Revolución. La Cultura organizada — U n iversidades Populares,
in stitu tos lib res de enseñanza, equipos volan tes de propaganda cultural, cinem as
educativos, cam pañas radiofón icas de cultura, folleto s, Prensa y libros culturales
cen tros
de
con troversia literaria, escuelas a voleo, m useos
y
bibliotecas
— es el instrum ento de lucha más poderoso en la nueva E ra y a la v e z una de
las rutas de perfección de la nueva sociedad. P o r eso, revertien d o la fra se citada
á l com ienzo, donde oigam os hablar mal de la cultura hem os de ech ar mano, no al
r e v ó lv e r — porqué nosotros Creemos que la pistola tien e un cam po de' acción físico
m uy lim itado en relación al área infin ita del espíritu— sino a nuestra fu erza de
persuasión, para con ven cer al vacilan te de que hacer labor cultural y tra b a ja r por
tina cultura d ign ificada y humanista es laborar revolucionariam ente por la causa
obrera.
Asistim os hoy a un cierto olvid o de los derechos del espíritu. Se olvidan y se
miran con in d iferen cia los anhelos espirituales. Y los qile así piensen olvidan que
sin el espíritu heroico y rom ántico de nuestros m ilicianos hubiéram os sido arro
llados por el fascism o y que los m ercenarios fascistas no podrán ven cer nunca,
p or mucho arm am ento que tuvieran, porque les fa lta esa fu erza invencible, pero
a rrollad ora que se llam a espíritu, idealidad, heroísm o.
C u ltivar el espíritu es d efen der la Revolución, forjan d o una convicción revolu
cionarla, m uralla de alm as contra la cual se estrellará el fascism o. ¡D efendam os
.el espíritu con el mismo entusiasm o con que defen dem os la R evolu ción l ¡E l ali
m ento de la guerra es el fiw il y el arm am ento; el alim ento del espíritu, la cultura!
.Con la cual no solam ente ganarem os m oralm ente la R evolución , sino que haremo# de ella el p órtico triu n fal para la etapa humanista de la cultura.
19 de Enero de 1937.
LA MISION DE LOS ATENEOS
L IB E R T A R IO S
En tiem pos norm ales un A ten eo es un lugar de capacitación intelectual y
m ental; para e s ; labor se em plean los libros, las conferencias, las con tro ver
sias, ias excursiones, etc. P e ro hoy, que estam os en guerra y se está form ando
un mundo nuevo, tod o eso no basta. En estos m om entos revolucionarios el A te
neo L ib e rta rio debe ser la fragu a donde se fo rje n los hom bres del mañana. So
bran ya los pasatiem pos sin ningún valor. Se está haciendo una revolu ción;
por lo tanto se deben preparar los m ilitantes para el encauzam iento de todas
ias ta rea s, com o son las de la producción, distribución y trasporte, econom ía,
problem a agrario, sanidad e higiene, etc.
Un estudio de nuestras ideas y problem as más fundam entales y su inm e
diata solución. Esta es la obra, en estos m om entos, de los A ten eos Lib erta rio s” .
(D e “ A g ita c ió n ", No. 42, de V inaroz. del 30|1|1987).
Página 12
“ 24 H O R A S
SO N PO C A S”
DE “ T IE R R A Y L IB E R T A D ” ,
D E L 13 D E M A R Z O D E 1937
Tenemos que costear la guerra.
Tenemos que crear elementes
ele guerra.
Tenemos que aprovisionar los
frentes.
Tenem os que proveer a la re
taguardia.
Tenem os que hacer la guerra
al mismo tiempo que trabajam os
a todo v a p o r para que prosiga
p ara que triunfemos.
*
*
=
*
¿Qué hacer p ara satisfacer las
dem andas fabulosas del p resu
puesto de gu erra y las necesida*
des de millones de habitantes im
productivos?
¿Qué hacer p ara triunfar en la
guerra, a pesar del bloqueo inter
nacional y de la escasez de ma
terias primas y divisas?
¡T ra b a ja r, tra b a ja r y tra b a ja r!
A rran carle a la tierra todas
sus riquezas.
E xtraer de sus entrañas todas
las m aterias de valor.
C aptar de los torrentes todas
sus energías.
Fecundar los surcos y d a r abo
nos a la tierra.
T ra b a ja r noche y día en indus
trias de guerra.
Producir sustitutivos de la ma
teria prima.
H acer sólo trabajo de utilidad,
desplazando brazos al campo.
D edicar a los obreros inacti
vos a las fortificaciones.
H acer jorn adas p o r turnos
donde sea necesario.
T ra b a ja r según exigencias de
la guerra, ante todo.
Producir lo m áxim o con el me
nor gasto posible.
H *
í
*
P ara esta obra, proletarios,
campesinos, obreros, técnicos, 24
horas son pocas. ¡L a salvación
está en nosotros mismos!
¡T ra b a ja r! ¡T ra b a ja r y tra
b a ja r ! . . .
D O C U M E N T O S H ISTORICOS DE E S P A Ñ A
www.federacionlibertaria.org
15. DEL 19
DE JULIO
C O M O S E A P L IC A B A L A C E N S U R A . . .
ALGUNOS F R A G M E N T O S IN T E R E S A N T E S
’jn.vccpcioi ial importan cia
reviste cti estos m o
mentos documentar cuál
fué la posición adoptada
antes del estallido del mo
vimiento faccioso en Es
paña, p or las dii'Crsas or
ganizaciones y partidos
que actúan en la lucha so
cial como fuerzas antifas
cistas. Contrasta en tal
sentido la insensibilidad
de los partidos izquierdis
tas y democráticos, en esos
momentos en el poder,
—que no solamente no per
cibieron el peligro, sino
que contribuyeron con su
actitud pasiva a que los
militares prepararan tran-.
quitamente su golpe crim i
na!— con la clara visión
del movimiento libertario,
que a través de toda su
actuación se organizaba
para la defensa e incita
ba públicamente a afron
ERTARIA
tar la lucha revoluciona
ria ton todas las fuerzas
y todas las armas. En est a misma página docu
menta m o s gráficamente
cómo respondía el gobier
S O L ID A R ID A D O B E R A
9
¡NI
U IV M I N U T O
no republicano a esos lla
mados de atención . tan
oportunos y precisos: apli
cando la censura, supri
miendo hasta editoriales
enteros que se referían a
ese peligro, anulando la
expresión del pensamiento
antifascista: N o obstante,
el ip de julio fueron los
trabajadores, encabezados
por los militantes de la
C. N . T. y de la F. A . I.
quienes derrotaron a los
militares en las ciudades
más importantes.. . Y fué
el mismo gobierno quien,
para no entregarse derro
tado', tuvo que facilitar las
armas al pueblo. . .
LA R E P U B L I C A , A N T E S D E L 19 D E J U L IO ,
F A C I L I T A B A L A A C C IO N D E L F A S C IS M O
I
! ; ' » '
• •
( í T A República dsl Frente Popular es una República guar¡v JL cada por sicarios de la peor filia c ió n reaccionaria, acos
tumbrados a la función mecánica de rep rim ir violentam en te
toda manifestación proletaria. Y se dá el caso que, en lugar
de orientar ios hombres de la República sus activid ad es hacia
la limpieza de estos enem igos m etidos dentro de la fortaleza,
los lanza contra el proletariado. República burguesa al fin.
que a pesar de estar afirm ada sobre partidos y m ovim ientos
"populares” , coloca la defensa de los intereses capitalistas
ppr encima de todo” .
(Párrafo da un editoria, todo m utilado p o r-la censura, do
"Solidaridad O b rera” , do B arcelona, del 31 d e M ayo de 1936.
EN EL O C T U B R E A S T U R IA N O SE IN IC IO
O & U A N i Z A C I O N D E '“ C H E C A S "
LA
< < K T OSOTROS estam os animados del propósito de que.
J.N] triunfante la Revolución, si la Asam blea Ibérica de
Trabajadores determ inara que había de acatarse el ¡mplantamiento del socialism o estatal, lo respetaríam os. Si fuera el
comunismo libertario, los socialistas y com unistas deberían
aceptarlo.
En Asturias se hizo un pacto de mutuo respeto. Sobre ¿I
se fundamentaba la fe c;i el triu n fo de la revolución. Sin em
barro, s j d!ó el caso de que m ientras los anarquista# se ba
tían valientemente, loa com unista» se dedicaban a organizar
*
* *
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* 'v 9 •* y ?
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"t
Com ités de O breros y Campesinos, los que llegaron a ju zg a r a
“ m ilitantes anarquistas, quienes hubieron de ser defendidos y
arrancados de las garras de esos Tribun ales, por la masa de!
pueblo” ,
(F ragm en to del discurso pronunciado por Fed erica Montseny en un m itin realizado en S evilla, el 24 de m ayo de 1936).
E N E N E R O D E 1936, L A C. N . T. I N C I T A B A Y A
A L “ NO P A S A R A N ”
..(Fragmento del editorial de “Solidaridad Obrera”
del 22¡ i i36)
ííT
A República se puso al fre n ie del proletariado. Se arm ó
contra los que creían en la transitoriedad de las fo r
mas y en lo inevitab le de la evolución social. Dictó leyes dra
conianas, organ izó persecuciones y represiones. M ientras ta iv
to, la reacción extrem a iba preparándose y ganando terren o ,
hasta que pudo, por fin, lanzarse sobre el poder. R epu blica
nos de izquierda y socialistas, atentos a colocar al m ovim ien to
insurgente de los trab ajad ores el g rille te de seguridad, hablan
creado las condiciones de avan ce del fascism o.
Aquí lo tenem os forcejean d o por adueñarse de E spaña«
¿Qué solución nos ofreosn los republicanos? V o lv e r a la re.
conquista del espíritu del 14 de abril.
Los trabajadores han palpado en carne propia el fracaso
de aquella experien cia. La República no constituye para ellos
un iceal. Ha ganado terren o la idea d3 la insu rreislón. L A R E
P U B L IC A DE IZ Q U IE R D A S NO C IE R R A E L P A S O A L FAS-
D O C U M E N T O S H IS T O R IC O S D E E S P A Ñ A
6.
MAS!
La C. N. T . y fa (I. G. T. pu eden, y d e b en a c a b a r, co n l o » f a t *
c ls t a s y co n el p e lig r o d e una p o sib le In sta u ra ción d e l f a s «
c is m o en e l s u d o es p a ñ o l. ]Hi un m inuto m á s d e e s p e r a !
>
•
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