Este cuento de Rodolfo Walsh presenta la situación de cuatro portugueses que comparten un paraguas en una noche lluviosa. Uno de ellos aparece muerto de un disparo. Al ser interrogados por la policía, los tres portugueses vivos dan respuestas evasivas y contradictorias sobre lo sucedido, dejando abierta la incógnita sobre quién mató al cuarto hombre. El relato juega con la ambigüedad y la falta de claridad para generar suspenso.
1. 24 de marzo
Día de la Memoria
por la verdad y la justicia.
Textos para trabajar en la escuela
2. 24 de marzo - Textos para trabajar en la escuela - Día de la memoria
La planta de Bartolo -No -dijo Bartolo mientras comía un rico pedacito de pan.
-¿No? Te daré entonces una bicicleta de oro y doscientos arbolitos de
Por Laura Devetach navidad.
El buen Bartolo sembró un día un hermoso cuaderno en un macetón. Lo -No.
regó, lo puso al calor del sol y, cuando menos lo esperaba, ¡trácate!, brotó -Un circo con seis payasos, una plaza llena de hamacas y toboganes.
una planta tiernita con hojas de todos colores. -No.
-Una ciudad llena de caramelos con la luna de naranja.
Pronto la plantita comenzó a dar cuadernos. Eran cuadernos hermosísimos,
-No.
como esos que gustan a los chicos. De tapas duras con muchas hojas muy
-¿Qué querés entonces por tu planta de cuadernos?
blancas, que invitaban a hacer sumas y restas y dibujitos. Bartolo palmoteó
-Nada. No la vendo.
siete veces de contento y dijo:
-¿Por qué sos así conmigo?
-¡Ahora, todos los chicos tendrán cuadernos! -Porque los cuadernos no son para vender, sino para que los chicos trabajen
¡Pobrecitos los chicos del pueblo! Estaban tan caros los cuadernos que las tranquilos.
mamás, en lugar de alegrarse porque escribían mucho y los iban -Te nombraré Gran Vendedor de Lápices y serás tan rico como yo.
terminando, se enojaban y les decían: -No.
-Pues entonces -rugió con su gran boca negra de horno-, ¡te quitaré la
-¡Ya terminaste otro cuaderno! ¡Con lo que valen! planta de cuadernos!
Y los pobres chicos no sabían qué hacer. Bartolo salió a la calle y haciendo Y se fue echando humo como la locomotora. Al rato volvió con los
bocina con sus enormes manos de tierra gritó: soldaditos azules de la policía.
-¡Sáquenle la planta de cuadernos! -ordenó.
-¡Chicos!, ¡tengo cuadernos, cuadernos lindos para todos! ¡El que quiera
cuadernos nuevos que venga a ver mi planta de cuadernos! Una bandada de Los soldaditos azules iban a obedecerle cuando llegaron todos los chicos
parloteos y murmullos llenó inmediatamente la casita del buen Bartolo, y silbando y gritando, y también llegaron los pajaritos y los conejitos. Todos
todos los chicos salieron brincando con un cuaderno nuevo debajo del rodearon con grandes risas al vendedor de cuadernos y cantaron “arroz con
brazo. Y así pasó que cada vez que acababan uno, Bartolo les daba otro y leche”, mientras los pajaritos y los conejitos le desprendían los tiradores y
ellos escribían y aprendían con muchísimo gusto. le sacaban los pantalones.
Pero, una piedra muy dura vino a caer en medio de la felicidad de Bartolo y Tanto y tanto se rieron los chicos al ver al Vendedor con sus calzoncillos
los chicos. El Vendedor de Cuadernos se enojó como no sé qué. Un día, colorados, gritando como un loco, que tuvieron que sentarse a descansar.
fumando su largo cigarro, fue caminando pesadamente hasta la casa de -¡Buen negocio en otra parte! -gritó Bartolo secándose los ojos, mientras el
Bartolo. Golpeó la puerta con sus manos llenas de anillos de oro: ¡Toco Vendedor, tan colorado como sus calzoncillos, se iba a la carrera hacia el
toc! ¡Toco toc! lugar solitario donde los vientos van a dormir cuando no trabajan.
-Bartolo -le dijo con falsa sonrisa atabacada-, vengo a comprarte tu planta Propuesta
de hacer cuadernos. Te daré por ella un tren lleno de chocolate y un millón
de pelotitas de colores. Trabajar a partir de conceptos como “el autoritarismo”, que se expresa en la
3. 24 de marzo - Textos para trabajar en la escuela - Día de la memoria
prohibición de libros de cuentos es un buen comienzo para introducir a los “Un elefante no ocupa mucho espacio”
alumnos pequeños a un fragmento de la historia argentina.
de Elsa Bornemann
No hace falta abordar el período desde el dolor, que no es uno y son
Este cuento estuvo prohibido durante la dictadura.
diferentes. Tratarlo desde aspectos simbólicos es una forma de construir
memoria con futuro. “Que un elefante ocupa mucho espacio lo sabemos todos. Pero que Víctor,
un elefante de circo, se decidió una vez a pensar “en elefante”, esto es, a
Esta propuesta parte del cuento “La planta de Bartolo” de Laura Devetach,
tener una idea tan enorme como su cuerpo… ah… eso algunos no lo saben,
autora prohibida durante la última Dictadura Militar. Algunos de sus libros
y por eso se los cuento: Verano. Los domadores dormían en sus carromatos,
aparecían en listados que llegaban a las librerías y a las escuelas.
alineados a un costado de la gran carpa. Los animales velaban
desconcertados. No era para menos: cinco minutos antes el loro había
1er momento
volado de jaula en jaula comunicándoles la inquietante noticia. El elefante
El docente realizará la lectura o narración de los dos primeros párrafos. había declarado huelga general y proponía que ninguno actuara en la
Conversación grupal a partir de algunas preguntas que lleven a discutir el función del día siguiente. -¿Te has vuelto loco, Víctor?- le preguntó el león,
aspecto social que aborda y fomente anticipaciones. asomando el hocico por entre los barrotes de su jaula. -¿Cómo te atreves a
Ejemplo: ordenar algo semejante sin haberme consultado? ¡El rey de los animales
¿Por qué a Bartolo se le ocurrió soy yo! La risita del elefante se desparramó como papel picado en la
plantar un cuaderno? oscuridad de la noche: -Ja. El rey de los animales es el hombre, compañero.
¿Cuál será su idea en relación Y sobre todo aquí, tan lejos de nuestras selvas… – ¿De qué te quejas,
a lo que va a crecer? Víctor? -interrumpió un osito, gritando desde su encierro. ¿No son acaso
Se registrarán todas las respuestas que anticipen la continuidad del cuento. los hombres los que nos dan techo y comida? – Tú has nacido bajo la lona
del circo… -le contestó Víctor dulcemente. La esposa del criador te crió
2do momento
con mamadera… Solamente conoces el país de los hombres y no puedes
Lectura o narración completa. entender, aún, la alegría de la li-bertad…
3er momento - ¿Se puede saber para qué hacemos huelga? -gruñó la foca, coleteando
nerviosa de aquí para allá..
Confrontar el texto con las anticipaciones realizadas.
En pequeños grupos, previo debate, escribir acerca de qué plantarían para - ¡Al fin una buena pregunta! -exclamó Víctor, entusiasmado, y ahí nomás
poder compartir con otros. les explicó a sus compañeros que ellos eran presos… que trabajaban para
Lectura de las escrituras grupales que el dueño del circo se llenara los bolsillos de dinero… que eran
obligados a ejecutar ridículas pruebas para
4to momento divertir a la gente… que se los forzaba a imitar a los hombres… que no
Deteniéndose en los personajes y sus características elaborar un listado de debían soportar más humillaciones y que patatín y que patatán. (Y que
“Bartolos” y “Vendedores” que ellos identifiquen en la vida cotidiana. patatín fue el consejo de hacer entender a los hombres que los animales
querían volver a ser libres… Y que patatán fue la orden de huelga
general…)
4. 24 de marzo - Textos para trabajar en la escuela - Día de la memoria
- Bah… Pamplinas… -se burló el león-. ¿Cómo piensas comunicarte con - ¡Caminen en cuatro patas y luego salten a través de estos aros de fuego!
los hombres? ¿Acaso alguno de nosotros habla su idioma? ¡Mantengan el equilibrio apoyados sobre sus cabezas!
- Sí -aseguró Víctor. El loro será nuestro intérprete -y enroscando la trompa - ¡No usen las manos para comer! ¡Rebuznen! ¡Maúllen! ¡Ladren! ¡Rujan!
en los barrotes de su jaula, los dobló sin dificultad y salió afuera. En - ¡BASTA, POR FAVOR, BASTA! – gimió el dueño del circo al concluir
seguida, abrió una tras otra las jaulas de sus compañeros. Al rato, todos su vuelta número doscientos alrededor de la carpa, caminando sobre las
retozaban en los carromatos ¡hasta el león! manos-. ¡Nos damos por vencidos! ¿Qué quieren?
Los primeros rayos de sol picaban como abejas zumbadoras sobre las pieles El loro carraspeó, tosió, tomó unos sorbitos de agua y pronunció entonces
de los animales cuando el dueño del circo se desperezó ante la ventana de el discurso que le había enseñado el elefante:
su casa rodante. El calor parecía cortar el aire en infinidad de líneas
anaranjadas… (los animales nunca supieron si fue por eso que el dueño del -…Con que esto no, y eso tampoco, y aquello nunca más, y no es justo, y
circo pidió socorro y después se desmayó, apenas pisó el césped…) que patatín y que patatán… porque… o nos envían de regreso a nuestras
selvas… o inauguramos el primer circo de hombres animalizados, para
De inmediato, los domadores aparecieron en su auxilio: diversión de todos los gatos y perros del vecindario. He dicho.
- Los animales están sueltos!- gritaron acoro, antes de correr en busca de Las cámaras de televisión transmitieron un espectáculo insólito aquel fin de
sus látigos. semana: en el aeropuerto, cada uno portando su co-rrespondiente pasaje en
- ¡Pues ahora los usarán para espantarnos las moscas!- les comunicó el loro los dientes (o sujeto en el pico en el caso del loro), todos los animales se
no bien los domadores los rodearon, dispuestos a encerrarlos nuevamente. ubicaron en orden frente a la puerta de embarque con destino al África.
- ¡Ya no vamos a trabajar en el circo! ¡Huelga general, decretada por Claro que el dueño del circo tuvo que contratar dos aviones: En uno
nuestro delegado, el elefante! viajaron los tigres, el león, los orangutanes, la foca, el osito y el loro. El
otro fue totalmente utilizado por Víctor… porque todos sabemos que un
- ¿Qué disparate es este? ¡A las jaulas! -y los látigos silbadores ondularon
elefante ocupa mucho, mucho espacio…”
amenazadoramente.
- ¡Ustedes a las jaulas! -gruñeron los orangutanes.
Y allí mismo se lanzaron sobre ellos y los encerraron.
Pataleando furioso, el dueño del circo fue el que másresistencia opuso. Por
fin, también él miraba correr el tiempo detrás de los barrotes.
La gente que esa tarde se aglomeró delante de las boleterías, las encontró
cerradas por grandes carteles que anunciaban: CIRCO TOMADO POR
LOS TRABAJA-DORES. HUELGA GENERAL DE ANIMALES.
Entretanto, Víctor y sus compañeros trataban de adiestrar a los hombres:
5. 24 de marzo - Textos para trabajar en la escuela - Día de la memoria
TRES PORTUGUESES BAJO UN PARAGUAS,. SIN CONTAR AL -El paraguas era chico- dijo el tercer portugués.
MUERTO Por Rodolfo Walsh El cuarto portugués no dijo nada. Tenía una bala en la nuca.
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-¿Quién oyó el tiro?- preguntó Daniel Hernández.
El primer portugués era alto y flaco.
-Yo soy corto de vista- dijo el primer portugués.
El segundo portugués era bajo y gordo.
-La noche era oscura- dijo el segundo portugués.
El tercer portugués era mediano.
-Tronaba y tronaba- dijo el tercer portugués.
El cuarto portugués estaba muerto.
El cuarto portugués estaba borracho de muerte.
2
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-¿Quién fue?- preguntó el comisario Jiménez.
-¿Cuándo vieron al muerto?- preguntó el comisario Jiménez.
-Yo no- dijo el primer portugués.
-Cuando acabó de llover- dijo el primer portugués.
-Yo tampoco- dijo el segundo portugués.
-Cuando acabó de tronar- dijo el segundo portugués.
-Yo menos- dijo el tercer portugués.
-Cuando acabó de morir- dijo el tercer portugués.
El cuarto portugués estaba muerto.
Cuando acabó de morir.
3
9
Daniel Hernández puso los cuatro sombreros sobre el escritorio. Así:
-¿Qué hicieron entonces?- preguntó Daniel Hernández.
El sombrero del primer portugués estaba mojado adelante.
-Yo me saqué el sombrero- dijo el primer portugués.
El sombrero del segundo portugués estaba seco en el medio.
-Yo me descubrí- dijo el segundo portugués.
El sombrero del tercer portugués estaba mojado adelante.
-Mis homenajes al muerto- dijo el tercer portugués.
El sombrero del cuarto portugués estaba todo mojado.
Los cuatro sombreros en la mesa.
4
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-¿Qué hacían en esa esquina?- preguntó el comisario Jiménez.
-Entonces, ¿qué hicieron?- preguntó el comisario Jiménez.
-Esperábamos un taxi- dijo el primer portugués.
-Uno maldijo la suerte- dijo el primer portugués.
-Llovía muchísimo- dijo el segundo portugués.
-Uno cerró el paraguas- dijo el segundo portugués.
-¡Cómo llovía! Dijo el tercer portugués.
-Uno nos trajo corriendo- dijo el tercer portugués.
El cuarto portugués dormía la muerte dentro de su grueso sobretodo.
El muerto estaba muerto.
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-¿Quién vio lo que pasó?- preguntó Daniel Hernández.
-Usted lo mató- dijo Daniel Hernández.
-Yo miraba hacia el norte- dijo el primer portugués.
-¿Yo, señor?- preguntó el primer portugués.
-Yo miraba hacia el este- dijo el segundo portugués.
-No, señor- dijo Daniel Hernández.
-Yo miraba hacia el sur- dijo el tercer portugués.
-¿Yo, señor?- preguntó el segundo portugués.
El cuarto portugués estaba muerto. Murió mirando al oeste.
-Si, señor- dijo Daniel Hernández.
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-¿Quién tenía el paraguas?- preguntó el comisario Jiménez.
-Uno mató, uno murió, los otros dos no vieron nada- dijo Daniel
-Yo tampoco- dijo el primer portugués.
Hernández.
-Yo soy bajo y gordo- dijo el segundo portugués.
6. 24 de marzo - Textos para trabajar en la escuela - Día de la memoria
-Uno miraba al norte, otro al este, otro al sur, el muerto al oeste. Habían El misterioso caso del señor de gafas gruesas
convenido en vigilar cada uno una bocacalle distinta, para tener más
posibilidades de descubrir un taxímetro en una noche tormentosa. Por Claudia Rodríguez Paoletti
El paraguas era chico y ustedes eran cuatro. Mientras esperaban, la lluvia Verdeoliva tenía pronunciados bigotes.
les mojó la parte delantera del sombrero. Aguamarina tenía cejas espesas.
Azulcielo cara de nada, lo que se dice, de nada.
El que miraba al norte y el que miraba al sur no tenían que darse vuelta El denunciante usaba anteojos.
para matar al que miraba al oeste. Les bastaba mover el brazo izquierdo o
derecho a un costado. El que miraba al este, en cambio, tenía que darse El juez miró el reloj de la sala y dio por
vuelta del todo, porque estaba de espaldas a la víctima. Pero al darse vuelta comenzado el juicio.
se le mojó la parte de atrás del sombrero. Su sombrero está seco en el La sala estaba desbordada.
medio; es decir, mojado adelante y atrás. Los otros dos sombreros se Los acusados estaban sentados uno
mojaron solamente adelante, porque cuando sus dueños se dieron vuelta al lado del otro.
para mirar el cadáver, había dejado de llover. Y el sombrero del muerto se La palabra le fue otorgada al señor fiscal.
mojó por completo al rodar por el pavimento húmedo. Buenos días su Señoría, dijo al mismo tiempo
El asesino utilizó un arma de muy reducido calibre, un matagatos de esos que su cuerpo giraba 180º.
con que juegan los chicos o que llevan algunas mujeres en su cartera. La Buenos días, respondió el Juez.
detonación se confundió con los truenos (esta noche hubo una tormenta -En primer lugar quiero saber quién
eléctrica particularmente intensa). Pero el segundo portugués tuvo que de estos tres acusados fue el que dio la orden.
localizar en la oscuridad el único punto realmente vulnerable a un arma tan -Yo no -dijo Verdeoliva.
pequeña: la nuca de su víctima, entre el grueso sobretodo y el engañoso -Yo menos -exclamó Aguamarina.
sombrero. En esos pocos segundos, el fuerte chaparrón le empapó la parte -Yo no estaba enterado -balbuceó Azulcielo.
posterior del sombrero. El suyo es el único que presenta esa particularidad. El señor de gruesos lentes aún no llegaba.
Por lo tanto es el culpable. El murmullo estalló en la sala desbordada.
El primer portugués se fue a su casa. Pañuelos blancos, soldados verdes, fotos de cientos de jóvenes, cámaras y
Al segundo no lo dejaron. flashes.
El tercero se llevó el paraguas. El juez pidió silencio.
El cuarto portugués estaba muerto. Muerto. El fiscal respiró muy hondo y volvió a preguntar.
Extraído de “Cuentos para tahúres y otros relatos policiales” Ediciones de -¿Quién fue el primero en leer la carta que el periodista les dirigió?
la Flor. 1996. -Yo no sé de qué carta habla -dijo altanero Verdeoliva.
-Yo la leí y le resté importancia -dijo Aguamarina.
——————————————————————————– -Yo sólo escuché el comentario en un bar en José León Suárez -dijo
Azulcielo.
El señor de anteojos tardaba…
7. 24 de marzo - Textos para trabajar en la escuela - Día de la memoria
El fiscal retomó la palabra.
-Vamos por partes, exclamó: si uno la leyó y otro se enteró de su existencia Un escritor y un enigma
y la misma estaba dirigida a los tres…
El propósito de este bloque es trabajar con dos relatos.
¿Cómo puede ser que Verdeoliva no conociera la carta?
“Tres portugueses…”, de Rodolfo Walsh, tiene un final resuelto. Se
La sala aplaudió.
encuentra el culpable y se detiene al asesino. Posibilita realizar
El juez pidió silencio.
anticipaciones a modo de enigma.
-Yo, después de algunos días me enteré -dijo Verdeoliva algo titubeante. En el segundo texto, la idea es que los alumnos descubran el enigma, que
-Yo creí que la había olvidado, pero la recuperé entre viejos papeles -dijo está basado en un episodio de la vida “del señor de gafas gruesas” o sea el
Aguamarina. escritor Rodolfo Walsh.
-Yo escuché a “unos” vestidos con mameluco, muy interesados en su No es el cuento en sí mismo lo que se propone trabajar sino ingresar a la
lectura y comencé a preocuparme. vida del autor.
El tiempo avanzaba y el escribiente con o sin anteojos no se hallaba en el Preguntas para comenzar a resolver el caso
lugar. ¿Quién es el señor de anteojos? ¿Cuál fue la orden?
-A propósito -dijo el fiscal dirigiéndose a Azulcielo- ¿por qué le preocupó ¿Por qué no está en la sala el hombre de la misteriosa carta?
que un grupo de obreros comentara sobre la carta? ¿Cuál será el contenido de dicha carta?
-Por el lugar en que se encuentra el bar, cerca del famoso Basural… Pistas para resolver el caso
En la sala sonó un aire a indignación. Algunas se encuentran intercaladas en el relato.
- Continuemos por favor -dijo el juez. Nació en Río Negro, República Argentina.
-Entonces: significa que los tres tenían conocimiento de esa carta -dijo el Quedó huérfano y fue internado en un colegio irlandés.
fiscal. Vivió entre 1927 y ¿1977?
Los tres se miraron. La carta fue publicada en 1977.
-Vuelvo a la pregunta: entonces, ¿quién de ustedes dio la orden? El juicio fue realizado a mediados de la década de 1980.
-¡Yo no fui! -dijeron al unísono. Escribió artículos periodísticos y libros como “¿Quién mató a Rosendo?”.
- Entonces ¿quién? Propuesta
Rápidamente Verdeoliva señaló con su dedo índice a Aguamarina, quien a La decisión de comenzar por uno u otro texto puede conducir a diferentes
su vez señalaba con su dedo índice a Azulcielo, y éste, a su vez y también recorridos didácticos. La intencionalidad es introducirse a modo de enigma
con su dedo índice, señalaba a Verdeoliva. en la biografía del autor. Las pistas intentan ponerle el condimento de
La sala toda sintió que respiraba complicidad en un aire verdeazulado. suspenso para que los alumnos se sientan verdaderos protagonistas de una
El murmullo comenzó a crecer poco a poco. El señor de gafas gruesas aún investigación para la cual necesitarán “documentarse”.
no había llegado. Fue el momento en que se resolvió pasar a cuarto Crear anticipaciones y anotarlas puede ser un comienzo intrigante.
intermedio. Una vez que se trabajaron los dos textos:
• Comparar a partir de la relación entre la ficción y los hechos históricos en
ese período.
8. 24 de marzo - Textos para trabajar en la escuela - Día de la memoria
• Detenerse en la diferencia de los finales.
• Abordar el concepto de “desaparecido”. Libros Prohibidos por la Dictadura
• Trabajar algunos tramos de la “Carta abierta a la Junta Militar”.
• De Sarmiento a Cortázar, de David Viñas.
• Realizar otras lecturas del mismo autor.
• La madre, de Máximo Gorki.
• Analizar el artículo “Ese hombre”. Revista La Educación en nuestras
• Los derechos constitucionales del trabajador, de Daniel Rudi.
manos Nº 62.
• La Patagonia trágica, de Osvaldo Bayer.
• Trabajar con autores desaparecidos, detenidos, exiliados o prohibidos
• El fracaso y el desinterés escolar en la escuela primaria, de Liliana Lurcat.
durante ese período.
• Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano.
• Estudios sobre los orígenes del peronismo, de Juan C. Portantiero.
• Pedagogía del oprimido, de Paulo Freire.
• Antología poética, de Ernesto Cardenal.
• La tía Julia y el escribidor, de Marío Vargas Llosa.
• Niños de hoy, de Alvaro Yunque.
• Gracias por el fuego de Mario Benedetti.
• El principito, de A. de Saint-Exupery.
Fuente: Revista “Canto Maestro”. CTERA – 24 de Marzo de 2001.
Fuente: Suplemento Digital SUTEBA