El documento presenta un resumen de varios pasajes bíblicos del libro de Sofonías y otros libros proféticos. En primer lugar, describe cómo Dios advierte a su pueblo sobre un día de tinieblas y juicio debido a su desobediencia, pero también les implora que lo busquen para salvarlos. Luego resume cómo Sofonías denuncia la corrupción de Jerusalén y predice el juicio venidero. Finalmente, cita pasajes que ofrecen esperanza para el pueblo de Dios, prometiendo que aunque pasen por prue
1. lección 9
25 al 31 de mayo
El día del Señor
(Sofonías)
«El Señor los aterrará cuando destruya a todos los dioses de la tierra;
y así hasta las naciones más remotas se postrarán en adoración ante él,
cada cual en su propia tierra».
Sofonías 2: 11
86
La culpa es lo que sentimos al reconocer que hemos hecho algo
incorrecto. Dios nos da la opción de obedecerlo o no,
por tanto, si nos sentimos culpables en su presencia es a causa
de nuestras decisiones.
2. El acusado se encuentra encadenado a una barra de acero fijada a la mesa que
está frente a él. El fiscal se pasea alrededor de la sala del tribunal leyendo en voz alta
los delitos cometidos por el sujeto. El más reciente es el asesinato de un niño. «Este
hombre es una amenaza para la sociedad. Piensen ustedes en los niños inocentes
que hay en el mundo. Es hora de asentar precedente. Criminales como el acusado
jamás cambian. No merece estar vivo».
Varios de los presentes mueven sus cabezas en señal de asentimiento. Sin em-
bargo, el reo permanece cabizbajo y en silencio. Algunos de los presentes aplauden
cuando el fiscal pide la pena de muerte para el acusado.
—Esto no tiene buena pinta —susurra el abogado de la defensa.
El reo parpadea. El abogado defensor tiene fama de hallar siempre grietas en
los casos más herméticos. Con una sonrisa, el abogado se coloca en el centro de la
sala y procede a echar por tierra cada una de las acusaciones presentadas por el
fiscal. «Ese testigo no es de confiar. Esa prueba material no es admisible en este
tribunal». Sus reclamos son válidos. El juez da con el mazo sobre su escritorio.
—Lo siento. Pero, tendré que fallar a favor del acusado. Tendré que ponerlo en
libertad.
Los presentes comenzaron a vociferar.
—¡Señor juez! ¡Permítame una palabra!
—Diga, señor acusado.
—Yo cometí cada uno de los delitos mencionados, incluyendo el asesinato,
y acepto mi castigo. No puedo expresar lo mucho que lamento todos mis crímenes.
Merezco la muerte.
El juez mira al asesino.
—Por la autoridad que me ha sido conferida, declaro que usted ha sido perdo-
nado de todas sus faltas.
Al ser librado de sus cadenas, el reo se arrodilla llorando.
Aunque este relato es ficticio, podría aplicarse a cada uno de nosotros. El juicio
se acerca. Acude humildemente ante Dios en señal de arrepentimiento. Confía en
su misericordia. El tiempo para hacerlo es hoy.
87
Tamara Naja, Bowling Green, Kentucky, EE. UU.
Sofonías 2: 1-3
Culpable por decisión propia
Introducción
sábado
25 de mayo
El juicio se acerca.
3. 88
domingo
26 de mayo
Sofonías 1-3
El llamado de un padre
Logos
Un día de tinieblas (Sof. 1)
Sofonías describe una escena que algunos preferirían no ver: un Dios severo
que le dice a su pueblo «arrasaré por completo cuanto hay sobre la faz de la tierra»
(Sof. 1: 2). Por lo general todos preferimos considerar a Dios como un Padre aman-
te, sin embargo, esta cuestión no tiene tanto que ver con Dios sino con nuestra
interpretación del amor. Un padre humano que ama a sus hijos no les gritará
porque le place hacerlo, pero si ve que sus hijos corren hacia una calle peligrosa les
gritará, con el fin de alertarlos del peligro que enfrentan. Les grita porque los ama
y desea salvarlos.
Del mismo modo, Dios desea salvar a sus hijos y en ocasiones gritarnos es la
única forma en que puede llamar nuestra atención. El problema que Judá enfren-
taba era muy parecido a nuestros problemas actuales. El pueblo de Judá era algo
descuidado. En Apocalipsis 3: 14-18 leemos que los cristianos de Laodicea son «ti-
bios», por eso Dios les hace una advertencia (les grita), diciéndoles que los va a es-
cupir de su boca (Apoc. 3: 16). El mensaje de Cristo a la iglesia de Laodicea se
considera aplicable a la iglesia del tiempo del fin y su forma de «gritarnos» es para
librarnos de peligros.*
¡Busca al Señor! (Sof. 2: 1-3)
En Sofonías 2: 1-3 Dios le implora a su pueblo que lo busque. No obstante,
podríamos preguntar, si es que ellos en realidad son su pueblo, ¿por qué enton-
ces necesitan buscarlo? Quizá la siguiente ilustración nos ayudará a entenderlo.
Un joven ve a una chica todos los días en el salón de clases. Ella le agrada, pero
nunca llegarán a nada a menos que él la busque y trate de conocerla. La cercanía
no tiene nada que ver con una relación de amistad o amorosa. El hecho de que
Judá fuera parte del pueblo de Dios no significa nada debido a que ellos habían
interrumpido su relación con él. En ese mismo tenor Jesús habló bastante de la
gente que deseaba obtener la salvación; observa especialmente los textos de Mateo
7: 7, 8 y Lucas 15: 11-32.
Una ciudad corrupta (Sof. 3: 1-5)
Haymomentosennuestrasvidasenlosqueaquellosquenosconocenbienynos
aman señalarán nuestros defectos de carácter. Quizá nos hiera que nos llamen
orgullosos, desobedientes y poco confiables, pero puede ser nuestra oportunidad
de cambiar antes de que podamos herir a alguien, o de que cometamos algún
error que luego lamentaremos. El mensaje de Dios a Jerusalén encontrado en
Sofonías 3: 1-5 es de ese tipo. Él describe a Jerusalén como «rebelde», «contamina
da», y «opresora» (vers. 1). «No atiende a consejos, ni acepta corrección. No confía
4. en el Señor, ni se acerca a su Dios. Las autoridades que están en ella son leones ru-
gientes, sus gobernantes son lobos nocturnos que no dejan nada para la maña-
na» (vers. 3).
En Mateo 23: 13-39, Cristo les habla a los escribas y fariseos en una forma pare-
cida. ¿Cómo crees que podría estarle hablando a la iglesia actual y a ti?
El mayor placer de Dios (Isa. 62: 5; 65: 19; Sof. 3: 9-20)
La última parte de Sofonías está llena de júbilo y de esperanza aplicables a Jeru-
salén. Dios ya no está juzgando a su pueblo. Él está con ellos y ha desterrado a sus
enemigos. En Sofonías 3 leemos acerca de un pueblo manso y humilde que confía
en su Dios y que habla la verdad. Allí Dios le dice a su pueblo cómo tratará a quienes
lo sigan. Él se deleitará en ti con gozo y te «renovará» con su amor y se alegrará por ti
«con cantos» (Sof. 3: 17). Compara esa descripción con la que se hace de la Nueva
Jerusalén y del pueblo de Dios en Apocalipsis 21 y 22.
¡Qué Dios tan maravilloso tenemos! ¡Él anhela estar con nosotros tanto como
un novio desea estar con su novia! Él ya ha establecido el itinerario para el mayor
acontecimiento de la historia. Por lo tanto, busquémoslo y tratemos de encontrarlo
de manera que él pueda darnos el poder para seguirlo y obedecerlo.
PARA COMENTAR
1. ¿Cuál es nuestra parte en el plan de salvación?
2. ¿Hay algún aspecto de tu vida que Dios te está pidiendo que cambies?
3. Además de ver a Jesús cara a cara ¿qué otra cosa te entusiasma más respecto al
cielo?
* Fe y obras, cap. 10, p. 84.
¡Él anhela estar con nosotros
tanto como un novio desea estar con su novia!
89
Liesse Bohlmann, Fletcher, Carolina del Norte, EE. UU.
5. 90
lunes
27 de mayo
Isaías 65: 19;
Sofonías 3: 9-20
Los redimidos del Señor
Testimonio
Jessica Marie White, Ooltewah, Tennessee, EE. UU.
«Porque yo Jehová Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador».
«En los días más sombríos de su largo conflicto con el mal, le fueron dadas a la
iglesia de Dios revelaciones del propósito eterno de Jehová. Se permitió a sus hijos
que miraran más allá de las pruebas presentes hacia los triunfos futuros, al tiempo
cuando, habiendo terminado la lucha, los redimidos entrarán en posesión de la
tierra prometida. Estas visiones de gloria futura, cuyas escenas fueron descritas por
la mano de Dios, deben ser apreciadas por su iglesia hoy, cuando se está acercando
rápidamente el fin de la controversia secular y se han de cumplir en toda su pleni-
tud las bendiciones prometidas.
»Muchos fueron los mensajes de consuelo dados a la iglesia por los profetas
antiguos. “Consolaos, consolaos, pueblo mío” (Isa. 40: 1), fue la recomendación
de Dios transmitida por Isaías, acompañada por visiones admirables que han
inspirado esperanza y gozo a los creyentes a través de los siglos que siguieron.
Despreciados, perseguidos y abandonados por los hombres, los hijos de Dios en
toda época han sido, sin embargo, sostenidos por sus seguras promesas. Por la fe
han mirado hacia adelante, al tiempo en que él cumplirá en favor de su iglesia
esta promesa: “Haré que tengas renombre eterno, que seas el gozo de todas las
generaciones” (Isa. 60: 15).
»Con frecuencia la iglesia militante fue llamada a sufrir pruebas y aflicción;
porque ella no ha de triunfar sin pasar por un severo conflicto. “Pan de congoja
y agua de angustia” (Isa. 30: 20), son la suerte común de todos; pero nadie que
ponga su confianza en el Poderoso para libertar quedará completamente derro-
tado. “Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, Jacob, y Formador tuyo, Israel:
«No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por
las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el
fuego, no te quemarás ni la llama arderá en ti. Porque yo, Jehová, Dios tuyo, el Santo
deIsrael,soytuSalvador;aEgiptohedadoporturescate,aEtiopíayaSebaacambiode
ti. Porque a mis ojos eres de gran estima, eres honorable y yo te he amado; daré, pues,
hombres a cambio de ti y naciones a cambio de tu vida” (Isa. 43: 1-4)».*
PARA COMENTAR
1. ¿Cómo te sentiste la última vez que te viste en dificultades? ¿Pudiste hallar
consuelo en las promesas de Dios?
2. ¿Cuán a menudo en medio de una prueba, te has detenido a pensar en los
«triunfos» del futuro?
* Profetas y reyes, cap. 60, pp. 489, 490.
6. El nombre «Sofonías» significa «Jehová ha escondido» o «Jehová ha protegi-
do».* Sofonías comienza a profetizar cuando Josías era rey de Judá.** Aunque no
conocemos la fecha exacta de sus profecías, él claramente denuncia la maldad de
su época.
Sofonías es portador de un mensaje de parte de Dios que habla de una gran
calamidad que se cierne en el horizonte. Él predica del juicio venidero, de la infi-
delidad de los dirigentes y de la poca voluntad del reino de Judá para ser corregido
por Dios. Al mismo tiempo, el profeta habla de esperanza.
«Su estricta denuncia de los pecados del pueblo y sus apasionadas exhortacio-
nes al arrepentimiento le han acarreado el adjetivo de “puritano”» (Hester, The
Heart of Hebrew History). «Muchos artistas de la Edad Media se inspiraron en Sofo-
nías 1: 12 para representar al profeta como un hombre con una lámpara, buscando
pecadores por toda Jerusalén con el fin de que fueran castigados» (Jack P. Lewis).***
El «Día del Señor» es un motivo recurrente en las profecías de Sofonías. El
Señor aparecería para castigar al mundo, incluyendo a Judá; como un justo y po-
deroso guerrero y juez en aquel día cuya severidad y cercanía se enfatizan. A través
de su juicio purificador, las naciones se convertirían en legítimas adoradoras del
único y verdadero Dios.
PARA COMENTAR
1. ¿Se diría que una reforma es una experiencia negativa, o una positiva?
¿Qué puedes hacer con el fin de convertir dicha experiencia en algo positivo?
2. ¿Obedecer a Dios acarrea siempre una reforma? ¿Puedes obedecer a Dios y con-
tinuar viviendo una vida cómoda?
3. Si desprecias a Dios y sus mensajes de reforma ¿cuán lejos puedes llegar en la
dirección equivocada?
4. ¿En qué momento es apropiado hablarle a la gente acerca de los juicios veni-
deros? ¿Cómo podemos hacerlo de forma que los estimule a obedecer los mensa-
jes divinos?
* Diccionario bíblico adventista, «Sofonías».
** Ver «Introducción» al libro de Sofonías en el Comentario bíblico adventista, tomo 4.
*** Al Maxey, «The Minor Prophets», http: //www.zianet.com/maxey/Proph3.htm (consultado el 11 de ene-
ro de 2012).
El «Día del Señor» es un motivo recurrente
en las profecías de Sofonías.
91
Karen Pires, Pendleton, Carolina del Sur, EE.UU.
Sofonías 1; 2: 1-3;
3: 1-5; 9-20 De parte de la justicia
Evidencia
martes
28 de mayo
7. 92
miércoles
29 de mayo
Isaías 65: 19;
Sofonías 2: 3
Ante la mirada de Dios
Cómo actuar
Amanda Ernst, Charlotte, Carolina del Norte, EE. UU.
Busca a aquel que te ama mucho más de lo que puedes entender.
En cierta ocasión, mientras estaba de compras con una amiga, vimos una misma
blusa. Yo creía que era de un color rosado oscuro. Mi amiga dijo que era roja. Afortu-
nadamente, según aprendemos de las profecías de Sofonías, Dios ve las cosas no un
poco diferente, sino en una forma completamente distinta a la nuestra. Eso es posible
debidoaqueéltodoloveconlosojosdelagraciaylamisericordia.Cuandoacudimos
a él con humildad él nos atrae hacia sí y nos enseña cómo reflejar su imagen. Los co-
lores bien podrían representar las formas en que podemos buscar al Señor en humil-
dad de corazón. Por ejemplo, puedes ataviarte con algunos colores celestiales:
Blanco. La Biblia nos dice que debemos buscar la justicia. Eso significa obedecerlo
en todo aspecto de la vida, poniéndonos del lado de lo justo y decidiendo permane-
cer sin mancha en un mundo corrupto. Colorea tu vida de blanco al hacer lo que
sabes que es correcto. No tomes la ruta más fácil, ni dejes de escuchar la voz de tu
conciencia. Permanecer inactivo cuando el Espíritu Santo te llama a actuar puede
ser tan incorrecto como cometer abiertamente un pecado. Permite que Cristo te
guíe de forma que su justicia brille a través de cada decisión y acción que realices.
Morado. ¡Somos hijos del Rey celestial! Diariamente dedica tiempo para estar con
él, aprendiendo en qué forma puedes representarlo mejor. Cada acción, cada pala-
bra, cada mirada debería mostrar que somos sus hijos. Únicamente podremos ha-
cer eso cuando pasemos un tiempo con él todos los días, conociéndolo mejor a
través del estudio de la Biblia y la oración.
Marrón. Los hijos de Dios deben ser personas sencillas. Necesitamos desesperada-
menteunSalvadorquelimpienuestrospecados.Nosomosmejoresquenadie,ysino
tenemos a Dios, lo mejor de nosotros vale menos que el polvo de la tierra. Recuerda
que debemos confiar en Dios para todo. Humilla tu corazón delante del Señor.
Rojo. El amor de Dios por nosotros es lo que nos salva. Su amor lo motivó a enviar
a su Hijo para que derramara su sangre por nosotros. Ese amor que nos sobrecoge,
nos humilla y nos redime debería ser el eje de nuestras vidas. Permite que el amor
de Dios humille hoy tu corazón.
PARA COMENTAR
1.¿EnquéformaDiosrecompensaaaquellosqueconhumildadlobuscandiariamente?
2. ¿Pueden quienes no son cristianos abrigar una legítima humildad en sus corazo-
nes, aun cuando no tienen a Dios?
3. ¿EnquésentidouncorazónhumildenosayudaaconoceryaentendermejoraDios?
8. Sofonías habla del día del Señor y del juicio de Dios decretado sobre su
pueblo así como sobre los opresores del mismo. Entre esas dos vívidas descrip-
ciones de la ira de Dios está un llamado a arrepentirse y a humillarse ante el Se-
ñor (Sof. 2: 1-3). Al final, Sofonías habla del remanente de Dios que es preserva-
do por él. Cuando el juicio haya concluido y se haya eliminado la maldad, habrá
un gran gozo (Sof. 3: 17). Aunque todo esto fue escrito para Israel en un momento
de amplia rebelión contra Dios, también podría aplicarse al mundo actual mien-
tras nos mantenemos esperando el regreso de Jesús.
Llegará el día cuando Dios elimine todo aquello que afecta nuestras vidas.
Quienes no lo aman ni lo respetan a él ni a su creación serán destruidos. Dios
reunirá a su pueblo de todos los confines de la tierra y los llevará a un hogar donde
no habrá más dolor ni más llanto. «En aquel tiempo yo los traeré, en aquel tiempo
los reuniré» (Sof. 3: 20).
Es interesante observar que el juicio no tan solo es pronunciado sobre los im-
píos, sino también sobre el pueblo de Dios que no ha caminado en la verdad. No
somos parte del pueblo de Dios por nacimiento, o por filiación religiosa como
mucha gente cree. Nadie es salvado por lo que haga, aunque algunos lo han inten-
tado. Somos hijos de Dios al ejercer fe y confianza en él y al caminar diariamente
junto al Señor. Debemos recordar que necesitamos arrepentirnos de nuestros pe-
cados y consagrarnos a él cada día. Esa es la única forma en que podemos ser parte
del remanente: un pueblo que Cristo buscará cuando él regrese.
PARA COMENTAR
1. En la Biblia, la salvación parece concederse al pueblo cuando sus hijos lo buscan
y se arrepienten. ¿Crees que el pueblo de Dios de este tiempo debería reunirse y
arrepentirse como si fueran una misma persona, humillándose ante el Señor?
¿O acaso será eso un asunto personal?
2. ¿Por qué crees que Sofonías se enfoca en el juicio y en la salvación del remanen-
te, pero no pone énfasis en alcanzar a los perdidos? ¿Crees que los cristianos
dedican demasiado tiempo alcanzando a los no creyentes, en lugar de trabajar
en favor de los conversos?
No somos parte del pueblo de Dios por nacimiento
ni por filiación religiosa.
93
Sarah White, Collegedale, Tennessee, EE. UU.
Isaías 65: 19;
Sofonías 2: 1-3; 3: 9-20
La restauración
del pueblo de Dios
Opinión
jueves
30 de mayo
9. 94
viernes
31 de mayo
Sofonías 3: 14-20
El final de la historia
Exploración
Allison Sauceda, Centerville, Ohio, EE. UU.
PARA CONCLUIR
El libro de Sofonías nos presenta toda una gama de emociones. Comienza
con Dios regañando a sus hijos, como lo haría un padre con un hijo que se ha
comportado mal. Luego continúa con una lista de castigos que recaerán sobre
aquel pueblo que le ha dado la espalda al Señor. Sin embargo, la historia no termi-
na ahí. Concluye con la súplica del pueblo de Dios pidiendo perdón. Dios, como
cualquier buen Padre, escucha los lamentos de sus hijos, los perdona y luego los
exalta. ¡Qué gran final para lo que pudo ser un relato trágico!
CONSIDERA
• Dibujar o pintar un cuadro que muestre la ingratitud del pueblo de Dios al
alejarse de él, y más tarde su gozo tras ser perdonado. Pon un título apropiado
a tu cuadro para luego compartirlo con tu clase.
• Parafrasear Sofonías 3: 14-20, como si fuera un poema con rima consonante,
o con rima libre. Guarda dicho poema en tu Biblia como un recordativo de la
celebración que surge cuando alguien se une a Dios.
• Preparar una gráfica de las emociones que se observan en los primeros tres
capítulos de Sofonías. Utiliza lápices de diferentes colores para subrayar las
mismas.
• Compartir algunos minutos con un amigo, cuando crees que Dios te ha esta-
do castigando. Explica qué experimentaste y cómo te sentiste al saber que ha-
bías vuelto a la gracia de Dios y que él te había perdonado.
• Llevar un registro consignando cómo te sentiste al experimentar el perdón de
Jesús en tu vida. Explica cómo te hizo sentir y qué cambios hiciste en tu estilo
de vida a consecuencia de ello.
• Hacer una caminata en algún medio natural con el fin de meditar en la forma
en que el pueblo de Dios se alejó de él. Identifica algún objeto (hojas, flores, ra-
mas), que puedes utilizar como marcador de libros para colocarlo en Sofonías 3.
Cada vez que observes dicho marcador piensa en la belleza del perdón divino y
en lo que significa para ti.
PARA COMENTAR
Ezequiel 37: 24-28.
Profetas y reyes, cap. 47, pp. 389-391.
Elena G. de White, A fin de conocerle, 3 de julio.