1. “De cuantas flores amargas he sacado dulce miel”
Así dice un poeta castellano. Y yo lo aplico a la enfermedad que en muchas
ocasiones se ha convertido en plataforma para crecer y madurar.
Nuestra comunidad parroquial quiere hacerse presente en este proceso
difícil y delicado de la enfermedad. Pero sobre todo es la acción del espíritu de Dios
que está ahí en ”la oración de la fe” por los enfermos y de manera especial con el
regalo del Resucitado en los sacramentos, signos de vida y salvación, y en esta
situación a través del SACRAMENTO DE LA UNCIÓN DE ENFERMOS.
Jesús sigue estando junto a cada enfermo, como compañero de viaje que
comparte su existencia, la ilumina y la llena de sentido, asume y estimula su deseo de
curar, infunde aliento, coraje y paciencia, consuela en la angustia y robustece en la
inseguridad.
El sacramento de la Unción proclama y celebra este encuentro sanador del
enfermo con Cristo resucitado.
ORACIÓN
Tú, Padre, nos has amado tanto, lo hemos experimentado a lo largo de la Historia: en
Egipto, en Israel, en la Cruz, en nuestras vidas.
A veces la enfermedad pretende arrebatarnos esta increíble experiencia, otras veces,
es la ocasión para vivirla. También hoy sigo sintiendo tu Amor, en tantos
acontecimientos, en tantas experiencias, en tantas personas.
Un amor que no me deja indiferente: me empuja también a mí a amar, a amar en dos
direcciones: a Ti y al hermano.
Dame tu Espíritu, Señor, para amar siempre como Tú: mirar como Tú, servir como Tú,
entregarme como Tú. Con los enfermos, pero también cuando a mí me toque la
enfermedad o el sufrimiento.
Que tu amor me contagie y penetre, para llegar a decir también yo: ”ya no soy yo, es
Cristo quien ama en mí”. Gracias, Señor, por tu Amor.
PARROQUIA DE SAN DIEGO DE ALCALÁ
AVDA. SAN DIEGO, 61
28053-MADRID
PARROQUIA DE SAN DIEGO
Avda. San Diego, 61
28053-Madrid
Día 25 de mayo del 2014
Domingo 6º de Pascua. Ciclo A.
En la lectura del evangelio de san Juan, tomada de los discursos de despedida
de Jesús que encontramos en los capítulos 13 a 17 de su evangelio, el Señor
promete a sus discípulos el envío de un "Paráclito", un defensor o consolador,
que no es otro que el Espíritu mismo de Dios, su fuerza y su energía, Espíritu
de verdad porque procede de Dios que es la verdad en plenitud, no un
concepto, ni una fórmula, sino el mismo Ser Divino que ha dado la existencia
a todo cuanto existe y que conduce la historia humana a su plenitud.
El «mundo» (en el lenguaje de Juan) no puede recibir el Espíritu divino. El
mundo de la injusticia, de la opresión contra los pobres, de la idolatría del
dinero y del poder, de las vanidades de las que tanto nos enorgullecemos a
veces los humanos. En ese mundo no puede tener parte Dios, porque Dios es
amor, solidaridad, justicia, paz y fraternidad. El Espíritu alienta en quienes se
comprometen con estos valores, esos son los discípulos de Jesús.
Esta presencia del Señor resucitado en su comunidad ha de manifestarse en
un compromiso efectivo, en una alianza firme, en el cumplimiento de sus
mandatos por parte de los discípulos, única forma de hacer efectivo y real el
amor que se dice profesar al Señor. No es un regreso al legalismo judío, ni
mucho menos. En el evangelio de San Juan ya sabemos que los
mandamientos de Jesús se reducen a uno solo, el del amor: amor a Dios,
amor entre los hermanos. Amor que se ha de mostrar creativo, operativo,
salvífico.
PASCUA DEL ENFERMO
Nuestra Parroquia celebrará la “Pascua del enfermo” el próximo día 1 de
Junio.
Por este motivo invitamos a todas las familias que tengan algún enfermo de cierta
consideración o también algún anciano para que puedan participar en la
celebración de la eucaristía, que la comunidad cristiana ore por ellos y a la vez –
cuantos lo deseen- puedan recibir el sacramento de la Unción de enfermos como
fortaleza del espíritu para afrontar la enfermedad o ancianidad. Será el día 1 de
Junio a las 13 horas.
Igualmente es una ocasión propicia para visitar a los enfermos de la Comunidad
Cristiana.
Rogamos que nos avisen en la sacristía o en el Despacho Parroquial.
2. “Pascua del enfermo” el próximo día 1 de Junio. 13:00 horas
LECTURA DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 8, 5-8. 14-17
En aquellos días, Felipe bajó a la ciudad de Samaria y predicaba allí a Cristo. El gentío
escuchaba con aprobación lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los
signos que hacía, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus
inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se
llenó de alegría.
Cuando los apóstoles, que estaban en Jerusalén, se enteraron de que Samaria había
recibido la palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan; ellos bajaron hasta allí y
oraron por los fieles, para que recibieran el Espíritu Santo; aún no había bajado sobre
ninguno, estaban sólo bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les
imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.
Palabra de Dios
SALMO 65
R.- ACLAMAD AL SEÑOR, TIERRA ENTERA.
LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PEDRO 3, 15-18
Queridos hermanos:
Glorificad en vuestros corazones a Cristo Señor y estad siempre prontos para dar
razón de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere; pero con mansedumbre y
respeto y en buena conciencia, para que en aquello mismo en que sois calumniados
queden confundidos los que denigran vuestra buena conducta en Cristo; que mejor
es padecer haciendo el bien, si tal es la voluntad de Dios, que padecer haciendo el
mal. Porque también Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente
por los culpables, para conducirnos a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero,
como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida.
Palabra de Dios
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 14, 15-21
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-- Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Yo le pediré al Padre que os dé
otro defensor, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El
mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio,
lo conocéis, porque vive con vosotros y está con vosotros. No os dejaré
huérfanos, volveré. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me
veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy con
mi Padre, y vosotros conmigo y yo con vosotros. El que acepta mis
3. mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre,
y yo también lo amaré y me revelaré a él.
Palabra del Señor