Para que las políticas de calidad educativa universitaria tengan posibilidades de afianzarse, es preciso que se complementen y sincronicen diferentes tipos de calidad.
1. TIPOS DE CALIDAD EDUCATIVA UNIVERSITARIA
Fuentes
Isaacs, I. (2004). Ocho cuestiones esenciales en la dirección de centros educativos.
Pamplona: EUNSA.
Sato, K. (1992). La calidad en la buena administración. Ministerio de Industria, Energía y
Minería de Uruguay. Montevideo.
Zabalza, M. A. (2003). Competencias docentes del profesorado. Calidad y desarrollo
profesional. Madrid: Narcea. .
Zabalza, M. A. (2002). Enseñanza universitaria. El escenario y sus protagonistas. Madrid:
Narcea.
Desarrollo
La calidad educativa puede clasificarse en calidad verdadera y calidad sustitutiva (Zabalza,
2003; Sato, 1992). La primera de ella, es un concepto genérico y fundamentado en valores. En
este caso, se sitúa la calidad en un marco abstracto y difícil de operativizar y, por lo tanto de
controlar. En cambio, la segunda reduce la calidad a características que se pueden constatar,
traduce la idea global y genérica de la calidad verdadera a indicadores y procedimientos
concretos. Pero este proceso de concreción altera el sentido de la calidad verdadera, pero
resulta necesaria para poder confrontarla con la realidad.
La calidad verdadera, en sí misma, queda reducida a proposiciones retóricas pero, a su vez,
resulta necesaria para actuar como referente de validación de la calidad sustitutiva. Al
respecto, uno de los rasgos de calidad de las universidades es que desarrollen un currículum
valioso. Este es un rasgo de calidad verdadera pero no deja de ser retórica. Es preciso acudir a
la calidad sustitutiva, es decir a concretar qué aspectos del currículum se seleccionan para
considerarlo valioso. Por ejemplo, que tenga un extensión de al menos cuatro años, que se
enseñen lenguas extranjeras, que los alumnos tengan prácticas en empresas, etc. En cuanto se
ingresa a las concreciones de la calidad sustitutiva comienzan los problemas porque no todos
están de acuerdo con los aspectos seleccionados. Por otra parte, la calidad verdadera va
cambiando con el tiempo, es decir, se modifican los criterios que establecen el valor de las
cosas. Por lo tanto, también es necesario ajustar permanentemente los indicadores y elementos
de la práctica que constituyen la calidad sustitutiva.
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2. Para que las políticas de calidad educativa tengan posibilidades de afianzarse, es preciso que
se complementen y sincronicen los siguientes tipos de calidad (Zabalza, 2002, 2003):
1. Calidad de diseño:
En educación, la calidad de diseño o calidad del objetivo es responsabilidad de los equipos
directivos de las instituciones educativas. Cuando la calidad de diseño es baja, implica que la
aplicación de recursos es escasa, hay bajos niveles de inversión, hay carencia de personal
preparado, las condiciones de trabajo son deficientes, etc. Esto significa que no se alcanzarán
niveles elevados de calidad en los procesos educativos. Por lo tanto, es incorrecto que el tema
de calidad educativa se pretenda proyectar exclusivamente sobre el trabajo de los docentes.
La calidad de diseño tiene que ver con los procesos de planificación (macro y micro) de la
acción educativa, el compromiso y permanencia en un propósito firme y de alto potencial
educativo, la selección de contenidos formativos valiosos y una buena organización de
recursos.
En educación se utiliza la palabra “diseño” para los trabajos que suponen macrodecisiones y
se refieren a finalidades y contextos amplios de la educación. En tanto, los “proyectos” se
refieren a las decisiones más concretas y de tipo práctico.
En síntesis, la calidad de diseño implica, fundamentalmente, énfasis en el propósito,
compromiso con el propósito, énfasis en la planificación (incluida la previsión de recursos),
selección de contenidos valiosos y la organización de recursos.
2. Calidad del proceso:
La calidad de los procesos está relacionada con la metodología, la planificación y
coordinación de las actividades, los recursos disponibles, el aporte de iniciativas individuales
para mejorar el proceso, el trabajo en equipo, el compromiso colectivo, el sistema de control
que permiten llevar a cabo reajustes en el desarrollo del proceso (acciones correctivas),
comunicación entre las áreas, organización interna, cultura y clima institucional. Entonces,
este tipo de calidad no depende solamente de los profesores, sino también de las condiciones
organizativas, el clima de trabajo y de los recursos disponibles. Los controles de calidad (a ser
posible ejercidos por los propios profesores) son el mejor mecanismo para lograr una mejora
constante de los procesos.
Este tipo de calidad está relacionada con la calidad de los productos o resultados de la que
recibe feedbacks positivos o negativos en forma contínua. Si los resultados son positivos y de
alto nivel de calidad, esa misma positividad se proyecta sobre la dimensión proceso. Si los
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3. resultados son de bajo nivel de calidad, habrá que rectificar el procedimiento de manera que
se adecue mejor a las previsiones establecidas. También los errores pueden presentarse porque
no se siguió el procedimiento establecido en la fase de diseño y en la propia planificación de
la metodología a seguir. De allí la importancia de recoger datos y evaluar de manera
sistemática y contínua.
La calidad del proceso puede describirse a partir de los siguientes principios: implicación
personal, trabajo en equipo, comunicación efectiva entre áreas e importancia de la recolección
de datos y de la evaluación periódica.
3. Calidad del productos o resultados:
Los productos o resultados del proceso educativo se refieren al logro efectivo de los objetivos
propuestos (debe haber constatación de logros, constatación de defectos o desviaciones y
constatación de dispersión de resultados) y su permanencia en el tiempo.
La calidad de los productos o resultados es una consecuencia de las dos dimensiones
anteriores. La dimensión objetiva y cuantitativa de los resultados oculta parte de su sentido.
Interesa tomar en consideración los resultados en su conjunto y no solamente en los niveles
más altos del rendimiento. Es decir, se han de analizar los resultados de los estudiantes más
capacitados y también de aquellos que acudieron a la universidad en condiciones menos
satisfactorias. De ahí que la dispersión de resultados que merece una consideración negativa
en los sistemas productivos, no tenga ese sentido despectivo en educación siempre que se
valore en relación a la situación de acceso de esos mismos estudiantes a una educación
superior.
4. Calidad del profesorado:
En lo referente a este tipo de calidad podemos identificar las siguientes cualidades de los
profesores:
Planificación: Diseño apropiado de la estructura del programa de estudios de la
asignatura.
Espacio: Utilización adecuada del aula y los recursos didácticos disponibles.
Selección de contenidos: Elección, integración y secuencia efectiva de los contenidos
conceptuales, procedimentales y actitudinales de la asignatura.
Materiales de apoyo al aprendizaje: Disponibilidad de materiales específicos que facilitan
el aprendizaje de los estudiantes.
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4. Metodología: Aplicación de los métodos apropiados y niveles adecuados de participación
e implicación de los estudiantes en el desarrollo de las actividades.
Nuevas tecnologías: Utilización del equipamiento actualizado y pertinente a los
aprendizajes que se desea alcanzar.
Apoyo a los estudiantes: Existencia y efectividad de dispositivos de apoyo creados para
ayudar a los estudiantes a superar las dificultades en el aprendizaje.
Coordinación con los colegas: Conocimiento del conjunto del proyecto formativo de la
carrera (materias, contenidos, prácticas, etc.) y participación de actividades conjuntas con
otros colegas.
Evaluación: Establecer evaluaciones adecuadas de seguimiento y de control de los
aprendizajes alcanzados por los estudiantes.
Revisión del proceso: Realizar un diagrama efectivo de resultados del proceso educativo
que permitan la revisión del mismo.
5. Calidad del alumnado:
Si los estudiantes ingresan en la universidad sin contar con las competencias cognoscitivas
básicas para iniciar estudios superiores, será necesario distraer recursos humanos y materiales
para remediar las deficiencias en los niveles anteriores del sistema educativa. Esto implica un
deterioro en la calidad educativa universitaria. Por otra parte, esta problemática se relaciona
con el índice de deserción de los estudiantes universitarios.
6. Calidad de gestión:
Un modo de mejorar la calidad educativa es a través de la gestión efectiva de las
universidades que llevan a cabo los directivos de las mismas. Al respecto, según Isaacs
(2004), el directivo de una institución educativa debe realizar, entre otras, las siguientes tareas
básicas:
Analizar: Saber informarse, distinguir entre información importante y secundaria,
reconocer la validez de las fuentes de información, establecer los cauces de la
comunicación, etc.
Emitir juicios: La información recopilada según los criterios relacionados con los fines
de la universidad permiten emitir juicios adecuados.
Definir situaciones: Se refiere a entender claramente las situaciones.
Decidir: Significa definir los objetivos y coordinar a las personas a su cargo.
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5. Orientar: Consiste en encauzar a los profesores y otras personas relacionadas con la
universidad para que sepan trabajar en equipo y en función de los resultados deseados,
previstos y alcanzables.
Propiciar la actualización y perfeccionamiento docente. El objetivo es mejorar la calidad
a través de la profesionalización docente.
Planificar: Establecer los medios necesarios para lograr lo previsto.
Ejecutar: Llevar adelante las tareas propias de su área de responsabilidad, siempre en
función de los fines generales del centro.
Controlar y evaluar los resultados: La finalidad es establecer un proceso de mejora
continua. En este sentido, se debe asumir un modelo integral de evaluación del sistema
educativo institucional.
Los directivos de las universidades deben asumir personalmente la búsqueda de la calidad
educativa como medio fundamental para responder a las exigencias del proyecto educativo
institucional. Deben reunir las características de integridad, coherencia y eficacia en la
planificación institucional.
Sobre la base del principio de participación, los directivos de las universidades deben generar
una actitud de compromiso del personal con la institución. Esta debe ser una de las principales
preocupaciones del directivo que quiera lograr una ventaja competitiva real en lo referente a
la calidad educativa de un a universidad. Esto es así porque es importante que el personal
contribuya y sea solidario para alcanzar los objetivos institucionales. Toda actitud que
muestre rasgos de pasividad, como la rutina, el conformismo, el desagrado, eluden el
compromiso personal, vaciando de su real significado a la participación, siendo un obstáculo
para lograr la calidad educativa.
7. Calidad del desarrollo organizativo:
Este tipo de calidad se relaciona con la calidad de gestión. Se refiere a las intervenciones que
se dirigen a la mejora de las condiciones de las propias instituciones educativas: estructura
organizacional, sistema de trabajo, dinámicas internas, relaciones con el entorno, eficacia
institucional, etc. Las políticas de desarrollo organizativo afectan también, de manera
indirecta, a la calidad de los resultados y de los procedimientos. Por ejemplo, las políticas de
recursos humanos (formación docente, etc.) o los cambios en la cultura organizacional, entre
otros aspectos tienen una incidencia muy importante en los procesos y resultados educativos.
Los planes de desarrollo organizativo implican la introducción de perspectivas de
funcionamiento a mediano o largo plazo, los que se denominan planes estratégicos. En
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6. relación a la docencia, merecen especial consideración los planes de formación del personal y
la incorporación de una cultura de cambio que introduzca a la institución en un proceso
permanente de cambios controlados y orientados conscientemente a la mejora de los
compromisos formativos que como institución asume.
En síntesis, la calidad de desarrollo organizativo tiene que ver, fundamentalmente, con la
visión estratégica, la formación permanente del personal y la cultura del cambio.
De acuerdo a lo desarrollado anteriormente, la calidad educativa universitaria representa una
realidad compleja en la .que es preciso considerar diversos elementos relacionados entre sí.
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