Los portfolios pueden asumir formas diferentes y utilizarse con
diversas finalidades. En el ámbito educativo, los portfolios se utilizan, fundamentalmente, en la evaluación del aprendizaje de los estudiantes. Se trata de una colección deliberada de las producciones de cada estudiante.
1. PORTFOLIOS
Fuentes
Arter, J. (1990). Using portfolios in instruction and assessment: state of the art summary.
Portland, Or.: Northwest Regional Educational Laboratory.
Barberá, E. y De Martín, E. (2009). Portfolio electrónico: aprender a evaluar el aprendizaje.
Barcelona: Editorial UOC.
Bullock, A. y Hawk, P. (2000) Developing a teaching portfolio. A guide for preservice and
practicing teachers. Ohio. Merrill- Prentice-Hall.
Danielson, C. y Abrutyn, L. (1999). Una introducción al uso de portafolios en el aula. México:
Fondo de Cultura Económica.
Johns, J. (1992). How professionals view portfolio assessment. Reading research and
instruction, 32, 1, pp. 1–10.
Kingmore, B.(1993). Portfolios: enriching and assessing all studentes. Des Moines, Iowa:
Leadership Publishers.
Martin–Kniep G. (2001). Portfolios del desempeño de maestros, profesores y directivos. La
sabiduría de la práctica. Buenos Aires. Paidós.
Medina, M. y Verdejo, A. (2000). Evaluación del aprendizaje estudiantil. San Juan: Isla Negra
Editores.
Mitchell, R. (1992). Testing for learning. New York: Free Press.
National Education Association (1993). Student portfolios. Washington, D. C.: National
Education Association.
Schulman, L. (1999). Portafolios del docente: Una actividad teórica, en Lyons, N., El uso de
portafolios. Buenos Aires: Amorrortu.
Vavrus, L. (1990). Put portfolios to the test. Instructor, 100, 1, pp. 48–53.
Desarrollo
Los portfolios o portafolios han sido utilizados en el pasado fuera del ámbito académico por
distintos profesionales como, por ejemplo, artistas, arquitectos y fotógrafos. En la actualidad,
investigadores y docentes de diversos países del mundo reconocen la importancia de la
utilización de los portfolios en las instituciones educativas. debido a su versatilidad y eficacia
(Danielson y Abrutyn, 1999). Por lo general, los portfolios son para los estudiantes y su
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2. finalidad es, fundamentalmente, la evaluación de su aprendizaje. También, hay portfolios para
los docentes y portfolios para los directivos de las instituciones educativas (Martin-Kniep,
2001).
En principio, un portfolio es una colección deliberada de las producciones de los estudiantes,
pero distintos autores han colaborado para definir con mayor precisión este término. Entre
otras, podemos mencionar las siguientes definiciones:
― “Un portfolio didáctico es la historia documental estructurada de un conjunto
(cuidadosamente seleccionado) de desempeños que han recibido preparación o tutoría, y
adoptan la forma de muestras del trabajo de un estudiante que sólo alcanzan realización
plena en la escritura reflexiva, la deliberación y la conversación” (Schulman 1999).
― “Un portafolio es un registro del aprendizaje que se concentra en el trabajo del estudiante
y en su reflexión sobre esa tarea. Mediante un esfuerzo cooperativo entre el estudiante y el
docente se reúne el material que es indicativo del progreso hacia los resultados esenciales”
(National Education Association, 1993).
― “Un portafolio es un selección deliberada de los trabajos del estudiante que nos cuenta la
historia de sus esfuerzos, su progreso o sus logros. En él deben incluirse la participación
del estudiante en la elección de su contenido, los criterios de la selección y las pautas para
juzgar sus méritos, así como las evidencias de su proceso de autoreflexión (Arter, 1990).
― “Un portafolio tiene que ser mucho más que cosas que los estudiantes producen y los
docentes guardan. Los portafolios de productos implican una reunión sistemática de
materiales de los estudiantes coherentemente usados por la mayoría o todos los maestros y
estudiantes en las áreas de contenidos curriculares y en todo el distrito escolar con el fin de
validar el crecimiento y las aptitudes” (Kingmore, 1993).
― “Un portafolio es algo más que una mera caja llena de cosas. Se trata de una colección
sistemática y organizada de evidencias utilizadas por el docente y los estudiantes para
supervisar la evolución de conocimiento, las habilidades y las actitudes de estos últimos en
una materia determinada” (Vavrus, 1990).
― “Usados en el marco de la evaluación, los portafolios son colecciones sistemáticas
realizadas por estudiantes y docentes que sirven como base para examinar el esfuerzo, los
progresos, lo procesos y los logros, así como para satisfacer las exigencias de
responsabilidad habitualmente alcanzadas por procedimientos de pruebas formales”
(Johns, 1992).
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3. Las múltiples definiciones hacen hincapié en los diferentes propósitos considerados por los
autores. Pese las diferencias en el énfasis, la mayoría de las definiciones comparten ciertas
características esenciales:
― Los portafolios consisten en colecciones de la tarea de los estudiantes: una serie de
trabajos producidos por cada uno de ellos.
― Las colecciones son deliberadas y no azarosas. Arter (1990) señala que un portfolio es más
que una mera carpeta de trabajos de los estudiante. Considera que es necesario que sea una
muestra de sus trabajos, reunidos con un propósito determinado.
― La mayoría de las descripciones de los portafolios incluyen la oportunidad que tienen los
estudiantes de comentar su trabajo o reflexionar sobre él.
Pese a las similitudes esenciales entre las diversas definiciones de los portafolios, hay muchas
diferencias en la manera de implementar su utilización. Algunas de ellas reflejan las finalidades
a las que se destinan y otras aluden a las filosofías de los docentes. Entre esas diferencias,
podemos considerar las siguientes:
― ¿Está estandarizado o no el contenido de los portafolios?
― ¿Quién selecciona los trabajos?: ¿el docente?, ¿los estudiantes?, ¿ambos?
― ¿Documenta el portafolio la evolución a lo largo de varios años o se limita al aprendizaje
de un solo año?
― ¿Los ítems del portafolio incluyen borradores o exclusivamente trabajos terminados?
― ¿El portafolio sólo incluye los mejores trabajos o los estudiantes incorporan a él algunos
que les gustaría revisar?
― ¿Cuántas disciplinas diferentes están representadas en un único portafolio?. ¿Deben
incluirse todas ellas en un solo portafolio o en muchos?
― ¿Debe alentarse a los estudiantes a agregar ítems correspondientes a su vida fuera de la
escuela o debe limitarse a documentar el aprendizaje escolar?
Medina y Verdejo (2000) presentan las siguientes recomendaciones para la elaboración de un
portfolio:
― Determinar el propósito.
― Seleccionar el contenido y la estructura.
― Decidir cómo se va a manejar y conservar el portafolio.
― Establecer los criterios de evaluación.
― Comunicar los resultados a los estudiantes.
Un portfolio tiene, entre otras, las siguientes ventajas:
― Requiere que los estudiantes asuman la responsabilidad de sus aprendizajes.
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4. ― Promueve la participación del estudiante debido a que debe monitorear y evaluar su propio
aprendizaje.
― Ayuda a los estudiantes a adquirir habilidades de reflexión y autoevaluación.
― Permite conocer las competencias de los estudiantes.
― Logra estandarizar la producción de los estudiantes.
― Ayuda a los docentes en el proceso de evaluación de los estudiantes.
― Facilitar la comunicación y la integración ente los docentes.
― Provee información valiosa sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje.
― Pueden adaptarse a diversas necesidades, intereses y habilidades de cada estudiante.
― Puede utilizarse en todos los niveles educativos
― Permite una visión más amplia y profunda de lo que el estudiante sabe y puede hacer.
― Permite tener una alternativa para reportar calificaciones y exámenes estandarizados.
― Documenta el aprendizaje de los estudiantes en áreas curriculares que no se prestan a
evaluaciones tradicionales
― Facilita la comunicación entre los docentes y los otros agentes del ámbito educativo.
En cuanto a las desventajas de un portfolio, podemos mencionar, entre otras, las siguientes:
― Consume tiempo del docente y del estudiante.
― Requiere construir matrices de evaluación o rúbricas que demandan tiempo y esfuerzo.
― La generalización de los resultados es limitada.
― Son inapropiados para medir el nivel del conocimiento de hechos por lo que conviene que
sea utilizado combinado con otro tipo de evaluaciones tradicionales.
― Puede haber deshonestidad por estar elaborado fuera del aula.
Los portafolios pueden asumir muchas formas diferentes y usarse con diversas finalidades
(diagnosticar, documentar o aprender). Independientemente de su finalidad o públicos, tienen
la capacidad de transformar el ámbito de la enseñanza en las aulas en que se los emplea. La
importancia de los portafolios no radica en ellos mismos, sino en el proceso puesto en marcha
para su creación y la cultura escolar en la que se valora en aprendizaje documentado.
No hay duda de que los portafolios son una poderosa herramienta que los docentes pueden
sumar a su práctica. Sin embargo, como cualquier herramienta, son mejores para algunos tareas
que para otras.
Mitchell (1992) agrupó en cuatro grandes categorías a los propósitos del portafolios: (a)
enseñanza, (b) desarrollo profesional, (c) evaluación, y (d) investigación. Sin embargo, el
concepto de evaluación obtuvo la exclusividad por encima de otras ideas sobre la finalidad o el
potencial de los portafolios. Si se pretende utilizarlos con esta finalidad, su diseño deberá ser
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5. diferente que si sus objetivos son puramente instructivos. Al respecto, los criterios de
evaluación y otros factores deben definirse con claridad y aplicarse rigurosamente.
Existen diversas clasificaciones de los portfolios según su finalidad. Al respecto, Danielson y
Abrutyn (1999) clasifica el portfolio en tres tipos:
― De trabajo: acciones realizadas por los estudiantes; se trata de colecciones de trabajos.
― De exhibición: selección de las mejores producciones.
― De evaluación: documentar los aprendizajes en función de los objetivos.
Por otra parte, Bullock y Hawk (2000), diferencian tres tipos de portfolios de acuerdo a su
finalidad:
― Portafolio de procesos: Es un documento que muestra una secuencia de acontecimientos
encaminada a la consecución de objetivos prefijados. Se pone el acento en el cómo, más
que en el propio resultado.
― Portafolio de productos: Las evidencias incluyen tanto resultados positivos como
negativos y permiten un análisis global antes que la simple presentación de resultados
exitosos.
― Portafolio de muestras: Es un documento en el que se recogen los mejores resultados de
un proceso.
Los docentes comprueban que el uso de portafolios cambia el escenario de la enseñanza, el
aprendizaje y la evaluación. El estudiante, a partir de su portfolio, examina su propia
producción de acuerdo a los criterios y pautas establecidos por el docente (probablemente, con
la participación de los mismos estudiantes en su definición) y la revisa con la finalidad de que
cumpla con estas normas. Entonces, el docente ya no está solo en la tarea de juzgar al
estudiante, sino que éste hace lo propio con su trabajo y lo mejora cuando es necesario.
Cuando los estudiantes reflexionan sobre su tarea y seleccionan los elementos que mejor
reflejan sus conocimientos y habilidades, se hacen cada vez más responsables de su propio
aprendizaje. Es decir, toman conciencia de su manera de aprender y pensar y llegan a
considerarse capaces de producir diferentes tipos de trabajo. Esta mayor conciencia
metacognitiva de los estudiantes es uno de los principales resultados del uso de portafolios.
Si los docentes introducen los portfolios en una clase tradicional y los estudiantes los realizan
con guías de actividades y ejercicios prácticos, no agrega valor de naturaleza educativa. En
cambio, cuando se los utiliza como estímulo para que los estudiantes produzcan un trabajo
creativo, cuando se alienta a éstos a analizar su propio progreso y cuando ellos elaboran
respuestas a desafíos abiertos, los beneficios de la utilización de los portfolios es evidente. La
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6. introducción de los portafolios contribuye a transformar una clase en la que prevalece una
atmósfera rutinaria en una donde se valora el trabajo de calidad.
Los portafolios son un poderoso vehículo para alcanzar muchos de los objetivos educacionales
que los docentes establecen para sus estudiantes. Sin embargo, deben prestar atención a los
retos presentados por este enfoque y tener cuidado de no debilitar los beneficios educativos de
los portafolios al utilizarlos de una manera no planificada. La mayoría de los beneficios de los
portafolios con la finalidad de evaluación de los estudiantes pueden obtenerse mediante tareas
de planificación y ejecución bien concebidas evitando considerarlos una mera colección
desarticulada de trabajos. Cabe señalar que los aspectos de colección y reflexión son los que
otorgan mayores beneficios educativos a los portfolios. En este sentido, los mismos deben
alentar el desarrollo de habilidades de reflexión y autoevaluación, combinada con la
satisfacción de los estudiantes de realizar un trabajo bien hecho.
En las instituciones educativas la presentación de los portfolios se realiza, generalmente, en
soporte papel. La incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación
(TICs) en las instituciones educativas ofrece la oportunidad de presentar portfolios digitales o
e-portfolios (Barberá y De Martín, 2009). También puede considerarse la alternativa de la
presentación de “portfolios híbridos” que implican la utilización combinada del soporte papel y
el soporte digital.
El éxito de cualquier proyecto de portafolios está vinculado a su organización y manejo. Los
docentes que no prestan atención a los numerosos detalles prácticos y organizativos pueden
sentirse abrumados por la gran cantidad de ítems que hay que indagar. Sin embargo, cuando
están bien organizados e integrados a la cultura de la escuela, los portafolios hacen una
contribución sustantiva al desarrollo del estudiante, ya que lo compromete de manera
responsable en su aprendizaje y aumentan el orgullo que siente por su trabajo.
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