2. Fundador de los Institutos para
el Desarrollo del Potencial
Humano. Situados en Filadelfia
hace 50 años.
Tiene en tratamiento unos 600
lesionados cerebrales de todo
el mundo y educa a un grupo de
niños sanos de 0 a 14 años en un
centro piloto.
Puede considerarse el centro
más experiencia en estimulación
cerebral.
Difunde los sorprendentes
resultados de sus
investigaciones en libros
traducidos a decenas de lenguas
y distribuidos en millones de
ejemplares.
Imparte con sus colaboradores
cursos de una semana sobre el
desarrollo de la inteligencia de
los niños.
3. El seguimiento de más de 15.000 niños sanos
y 25.000 niños con lesiones cerebrales,
anomalías genéticas o dificultades en los
estudios, le ha permitido descubrir muchos
secretos del desarrollo cerebral y
elaborar métodos eficaces para dotar a
los niños de una inteligencia notable, sin
excluir a priori al paralítico cerebral, al
Down, al disléxico, etc.
Parte de la convicción de que todos los
niños son muy inteligentes potencialmente,
aun más que Leonardo da Vinci.
El fracaso más o menos notable del 40% de
los escolares se debe a fallos en el
proceso de la adquisición de algunas
funciones cerebrales por culpa de una
educación imperfecta en los primeros años
de vida.
La persistente y, casi siempre, creciente
dificultad de muchos niños para aprender
no se puede solucionar mediante la
frustrante repetición de las
explicaciones, de las clases o de los
cursos.
4. Es preciso sustituir esas ayudas sintomáticas por programas
neurológicos, cuyo objetivo es, ante todo, el adecuado
desarrollo motor y el logro de un alto nivel en las áreas visual
y auditiva, sin los cuales no es posible comprender el lenguaje
oral y escrito tan bien como para tener éxito en la escuela.
Los variados métodos de Doman se basan en principios
neurológicos firmes. Se estructuran en programas sistemáticos
e intensivos, que tienen en cuenta todos los aspectos de la
inteligencia, desde la emocional y social hasta la inteligencia
física. Esta es, por cierto, la clave de la capacidad necesaria
para los estudios.
5. Metodo Glenn Doman
Para medir este método los investigadores y hacen una escala de
desarrollo neurológico, analizando niños de distintas sociedades.
esta escala permite “medir” el
grado de desarrollo del niño, para
fijar los objetivos. Parten de la
premisa de que las diferencias
entre unos niños y otros se deben
fundamentalmente al ambiente, ya
que al nacer todos los niños tienen
el mismo potencial.
El Perfil del Desarrollo
Neurológico mide, por un lado, el
desarrollo de los estratos
cerebrales, es decir, señala las
funciones propias de la médula
espinal, el tronco cerebral, el
cerebro medio y la corteza
cerebral. De este modo, es posible
trabajar de forma sistemática y
ordenada y conocer los objetivos
del niño en cada una de las áreas
evolutivas a partir del nivel
alcanzado.
6. Este método es muy particular
ya que, diferencia las áreas y
funciones sensoriales de las de
carácter motor, estas ultimas
son las que le dan el movimiento
al cuerpo.
Según este perfil, las áreas
motoras son la movilidad, el
lenguaje y la destreza manual.
La movilidad es la clave o el
motor del desarrollo de la
inteligencia en todas sus
expresiones, e incide
determinantemente en las demás
áreas, al igual que ocurrió en la
evolución de las especies hacia
estructuras y funciones
cerebrales más y más complejas
y perfeccionadas.
Según esta teoría, el grado de
perfección que se logre depende
en gran medida de que esas
funciones básicas se consigan
cuanto antes, cuando mayor es
la plasticidad cerebral.
7. Los bits de inteligencia son unidades de
información, tarjetas de información
visual que constituyen un método de
estimulación temprana, basado en la
visualización (y escucha) repetitiva de
dichos bits.
el “creador” de los bits de inteligencia
(aunque estoy segura de que este
método era frecuentemente usado con
anterioridad como juego) fue Glenn
Doman, fisioterapeuta estadounidense, y
los definió como:
Unidades de información que se
presentan a los niños de una forma
adecuada. Su realización concreta se
encuentra en la utilización de una
ilustración o dibujo muy preciso o una
fotografía de buena calidad
acompañado de un estímulo auditivo, que
consiste en enunciar en voz alta lo que
representa. Como vemos, se trata de un
concepto sencillo que probablemente
muchos de vosotros hayáis usado con
vuestros hijos sin saber que se trataba
de bits de inteligencia.
De hecho, estas tarjetas pueden ser
elaboradas por nosotros mismos de
manera muy sencilla, aprovechando
dibujos o fotos de revistas, de envases,
con procesadores de texto e imagen, o
simplemente con un folio o cartulina y
rotuladores para dibujar. Además,
existen generadores de fichas
personalizadas que se pueden emplear
como bits.