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Contenido
Malvinas ...................................................................................................................................................................................................... 02
Cornelia Schmidt Liermann - Diputada Nacional
Observatorio parlamentario sobre la Cuestión Malvinas:
la importancia de la vinculación político-académica en la
construcción de una estrategia .........................................................................................................04
Alejandro Echegaray - Diputado Nacional
Humanidad y Soberanía ....................................................................................................................................... 13
Eduardo Amadeo - Diputado Nacional
La “Cuestión Malvinas”: .............................................................................................................................................15
Eduardo Eurnekián
“1, 90, 115, 8, 2 y 122. El Plan Proyecto Humanitario” ....................................19
Federico Martín Gómez
“El retorno del Capitán. El caso del Capitán Castagnari des-
de la óptica del Derecho Internacional Humanitario y del
Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Algunas
reflexiones al respecto” ...........................................................................................................................................28
Juan Herminio García Zeballos y Gustavo García
“La devolución de trofeos de guerra a 37 años del Conflicto
del Atlántico Sur”. ...................................................................................................................................................................36
Celina Romani y Bruno Rossi Pizzi
Entrevista a Geoffrey Cardozo .............................................................................................................. 44
Entrevista a Julio Aro ......................................................................................................................................................49
Entrevista a María Fernanda Araujo ......................................................................................... 55
Lic. Ana Clara Bormida
Actividades observatorio ...................................................................................................................................... 61
Malvinas
La Disputa de soberanía entre la Argentina y
Reino Unido por las Islas Malvinas, Georgias del
Sur, Sándwich del Sur y sus espacios marítimos
circundantes; sigue siendo el asunto de políti-
ca exterior más valioso de nuestro país. La recu-
peración del ejercicio efectivo sobre nuestras Islas,
no solo está plasmado en una manda constitucio-
nal desde 1994, sino que es propia de nuestro ADN.
Por lo que constituye un objetivo permanente e ir-
renunciable que debe contar con el apoyo de to-
dos los sectores de la sociedad.
Asimismo, no podemos abordar la Cuestión Malvi-
nas, sin tener la visión estratégica de nuestra
Antártida: Argentina históricamente ha cumplido
un papel clave en la implementación del Sistema
del Tratado Antártico y de los mecanismos y orga-
nizaciones regionales. Uno de los objetivos gene-
rales de nuestra política antártica debe ser el de
garantizar que la región continúe como una reser-
va natural dedicada a la paz, a la preservación de
los recursos marinos y a la promoción de las activ-
idades científicas, teniendo como uno de los obje-
tivos más importantes lograr la protección medio-
ambiental tan necesaria para nuestro bienestar
global.
Todos los argentinos que vivimos los años 80 tene-
mos algún recuerdo de un conflicto que pensába-
mos imposible: la Argentina le había declarado la
guerra al Reino Unido, una de las potencias bélicas
más importantes del mundo.
El 2 de abril se convirtió para muchos en un pro-
ceso que nos llevó de la euforia a una despedida
eterna. Un día que, sin advertirlo, arrastraría a la
muerte a 649 soldados y a muchos más que de-
cidieron terminar con sus vidas tras la derrota y
el maltrato.
Aquellos veteranos que pudieron volver a las islas
relatan encuentros repletos de emoción con sus
habitantes. Son los veteranos y los familiares de
caídos en Malvinas nuestros mejores diplomáti-
cos. Son ellos los que hoy comparten correspon-
dencia tanto con los habitantes de las islas como
con ex soldados británicos. Los unen los recuer-
dos, la memoria, lo aprendido y la perdida a un
ser querido. Son artífices de uno de los proyectos
humanitarios más bellos de estos últimos años:
la identificación de nuestros Héroes.
Perdimos una guerra que nunca debió llevarse a
cabo. Aun así, los lazos con Malvinas se fortalecen
día a día. Y son los mismos que, tras llevar un
fusil, o cargar tristeza y desconfianza, hoy llevan
cercanía, diálogo y comprensión.
Por ello debemos preservar y perseverar en el
camino del diálogo y la negociación para lograr
finalmente la recuperación del ejercicio pleno de
soberanía sobre las Islas, camino señalado en el
mandato surgido en las Naciones Unidas, basa-
do en una Política de Estado reivindicativa que
no sólo tiene impacto nacional, sino que también
cuenta con la solidaridad de países vecinos, que
ha hecho de esta causa una cuestión de reclamo
regional y global.
Cuanto más peso logre nuestro país en el Mundo,
cuanto más sea reconocido por los otros como
un actor confiable y guardián de los Derechos
Humanos y de la Paz, mejores perspectivas ten-
dremos de lograr encaminar una solución pací-
fica al conflicto. Para ello, resulta imprescindible
no degradar la Causa Malvinas, lastimándola con
02
disputas partidarias o de campaña. Por eso, todos
los políticos estamos llamados a una responsabi-
lidad ética de abandonar la pereza intelectual de
una visión chica y cortoplacista, para esforzarnos
en lograr consensuar herramientas y caminos
para lograr nuestro fin.
No desistiré en el intento de continuar trabajando
sobre lo que nos une, y no sobre lo que nos sepa-
ra. Me inspira el recuerdo y el alma de los caídos
en Malvinas. Aquellos que lograron recuperar su
identidad, luego de un proceso que comenzó en
el 2012 y que logramos culminar con el aporte de
la Cruz Roja Internacional, el Cuerpo de Antro-
pología forense, la Comisión de Familiares Caídos
en Malvinas, empresarios como Erneukian, peri-
odistas como Alicia Panero y colaboración estre-
cha de los dos países: el argentino y el británico,
con la asistencia de los isleños. Bendecido por
lágrimas y de recuerdos melancólicos.
Sensibilizar no solo a nuestra población, sino a la
del Reino Unido y los actores globales relevantes,
es como podremos ir sumando apoyos políticos
que rechazan la subsistencia de colonialismo.
Acercándonos al isleño, es como podemos crecer.
Debemos recuperar las islas con el corazón. Dejar
atrás nuestras diferencias respecto y consensuar
estrategia del cómo recuperarlas significaría un
gesto de cohesión, fortaleza y determinación ha-
cia el Reino Unido y al mismo tiempo un mensaje
de unidad a la comunidad internacional, que ha
sido clave en apoyar nuestros históricos reclamos
en todos los foros internacionales en los que la Ar-
gentina ha buscado y logrado el reconocimiento
de sus legítimos derechos soberanos.
Este año pudimos unirnos ante un pedido con-
creto, en ocasión de la reunión del Comité de
Descolonización de las Naciones Unidas: un gru-
po de legisladores argentinos del oficialismo y
la oposición, llevamos junto a nuestra Canciller,
el pedido unívoco al Secretario General de
Naciones Unidas, Antonio Gutierres, de instru-
mentar sus “buenos oficios” para llamar a Gran
Bretaña a la mesa de negociaciones, quienes
demostraron un apoyo a la causa Malvinas.
Hoy tengo esperanzas de que Argentina logre,
paso a paso, con honestidad y firmeza que el
Reino Unido regrese a las negociaciones para
encontrar una solución pacífica, justa y perma-
nente respecto de la Cuestión de las Islas Malvi-
nas.
Así como el país deshecho por la dictadura militar
se unió en un solo grito de fe: las Malvinas fueron,
son y serán argentinas, debemos unirnos en una
estrategia mancomunada, que haga posible que
se concrete esa realidad.
Cornelia Schmidt-Liermann
03
OBSERVATORIO
PARLAMENTARIO
SOBRE LA CUESTIoN
MALVINAS
IMPORTANCIA DE LA VINCUlaCIoN
POLiTICO - ACADeMICA EN LA
CONSTRUCCIoN DE UNA ESTRATEGIA
D.N Alejandro Echegaray
04
El 17 de mayo de 2006, en la Cámara de Diputa-
dos de la Nación se creó el Observatorio Parlamen-
tario sobre la Cuestión Malvinas con la finalidad de
“estudiar, debatir, difundir, reunir antecedentes y
promover todo tipo de actividades académicas”. El
objetivo principal era hacer una conjunción entre la
política, en el lugar en el que se debaten las leyes
que rigen la vida de una sociedad, y el ámbito de
estudios de uno de los temas más sensibles para la
República Argentina.
El Observatorio tuvo un gran impulso por parte de
sus fundadores, los Diputados Nacionales Jorge
Argüello, Alberto Balestrini, Federico Pinedo, Carlos
Ruckauf y Federico Storani, que en ese entonces
le dieron forma y fuerza a una instancia novedosa
y muy importante en el ámbito legislativo, clave
en la construcción de una política pública hacia la
Cuestión Malvinas. Tuvo que transcurrir mucho ti-
empo para que nuevamente el Observatorio tuviese
una actividad que trascendiese las paredes del Con-
greso, ya que no fue hasta septiembre de 2016 cuan-
do se puso nuevamente en funcionamiento. Y esa
sea tal vez una autocrítica que debemos hacernos
como Parlamento.
Hoy, al Observatorio lo integran diputados y diputa-
das nacionales de diferentes bloques, que construy-
en, deconstruyen y reconstruyen junto a represen-
tantes del ámbito intelectual y de la sociedad civil,
iniciativas, proyectos y acciones tendientes a proyec-
tar el rol del poder legislativo en la implementación
de políticas públicas en materia de política exterior
vinculadas a la construcción de la Cuestión Malvi-
nas.
El Observatorio Parlamentario se constituye como
una instancia de permanente apoyo político y
académico a la estrategia argentina hacia el Atlán-
tico Sur. Su funcionamiento no debe reconocer in-
terrupciones y los debates domésticos coyunturales
deberían ser materia ajena de este ámbito, en tanto
la cuestión Malvinas es una Política de Estado: su
abordaje debe trascender a los colores políticos y a
los clivajes sociales propios de una época, porque
la recuperación de la soberanía sobre nuestras Islas
Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y sus
espacios marítimos circundantes se logrará gracias
a la coherencia de una estrategia sostenida en el ti-
empo, tal como lo establece nuestra Constitución,
“conforme a los principios del derecho internacional”.
Creo que uno de los mejores ejemplos que tene-
mos en nuestra historia en este sentido es la Reso-
lución 2065 de la Asamblea General de las Naciones
Unidas, lograda durante el gobierno del Dr. Arturo
Humberto Illia.
La Resolución 2065 es, al día de hoy, el instrumento
más importante en la disputa por la soberanía de
las islas Malvinas. Lograda gracias a arduas nego-
ciaciones del cuerpo diplomático conformado por
Lucio García del Solar, José María Ruda y Bonifacio
del Carril, la Resolución 2065 es el documento por
el cual la comunidad internacional, reunida en el
seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas,
reconoce la situación de disputa de soberanía exis-
tente entre la República Argentina y el Reino Unido
de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, identificación
que el status mantenido por este último sobre la is-
las es una situación colonial. Asimismo, se invitó a
ambas partes a negociar con el objeto de encontrar
una solución pacífica.
El presidente Illia, en ese entonces, así lo consideró
ante Diputados y Senadores:
05
“La cuestión de las Malvinas ha dejado de ser un planteamiento entre un
país ocupado y un país ocupante. Nuestro anhelo reivindicatorio se ha
internacionalizado, y gracias a la justicia de nuestra causa, al respecto
de los pueblos hermanos, al esfuerzo universal de nuestra defensa y al
mérito de los antecedentes históricos y jurídicos que han servido para
formularla, hemos encontrado una acogida decidida y completa de los
gobiernos representados en la Organización de Estados Americanos. Y
hemos logrado que la comisión de Descolonización de la ONU, por una-
nimidad, aconseje a la Asamblea General se resuelva que, habiendo un
conflicto entre el país ocupante y el país ocupado, ambos deben entrar
en conversaciones para resolverlo. Por primera vez, el Reino Unido, al
expresar los fundamentos de su actitud, pone de manifiesto la injusticia
de su causa y las razones morales y jurídicas para una pronta rectifi-
cación”1.
Ya en 1964, a siete meses de asumir la presidencia,
Illia había declarado ante la Asamblea legislativa el
1° de mayo, en ocasión de la apertura de las sesiones
ordinarias:
“Pusimos una celosa preocupación en la
defensa de la soberanía territorial. No preten-
demos nada que no sea nuestro, pero tam-
poco podemos ceder nada que sea propio.
Actualizamos los reclamos sobre nuestras
Malvinas. Estamos convencidos de la legitim-
idad de nuestros derechos. Mientras tanto, se
han tomado precauciones para que la recu-
peración de ese territorio argentino no se frus-
tre mediante una forzada independencia, que
jamás reconoceremos”2.
Ese mismo año, como antesala de la resolución,
los diplomáticos Lucio García del Solar, José María
Ruda y Bonifacio del Carril lograron que los inte-
grantes del subcomité especial de la ONU encarga-
do de examinar casos de colonialismo, se alineasen
a la postura argentina. Fue en ese entonces que el
embajador José María Ruda, enunció su tan célebre
alegato que se transformaría en la base de la reso-
lución 2065:
“Venimos al seno de esta Subcomisión para
reafirmar, una vez más, los derechos irrenun-
ciables e imprescriptibles de la República Ar-
gentina a las Islas Malvinas. Las Malvinas son
parte del territorio argentino ocupado ilegal-
mente por Gran Bretaña desde 1833, en virtud
de un acto de fuerza, que privó a nuestro país
de la posesión del Archipiélago. Como conse-
cuencia de ello, Gran Bretaña impuso allí el
régimen de colonias. Desde entonces, 1833,
la República Argentina ha reclamado a Gran
Bretaña la reparación debida por el agravio
inferido. En estos 131 años no ha consentido, ni
consentirá jamás, la separación de parte del
territorio nacional, por medio de un acto ilíci-
to e inaceptable. Venimos a la Subcomisión a
reiterar nuestros derechos a las Malvinas ante
la comunidad internacional, apoyados por la
voluntad y el sentimiento unánime del pueb-
lo argentino y por una sólida e ininterrumpi-
da posición de protesta frente a la violencia,
mantenida por todos los Gobiernos argentinos
desde 1833, sin distinción. Nuestro propósito
es persuadir a la comunidad internacional de
que las mencionadas Islas son parte integran-
te del territorio argentino y que el deber jurídi-
co y moral de Gran Bretaña es devolverlas a su
verdadero dueño, afirmándose así el principio
de la soberanía y de la integridad territorial de
los Estados, base de las relaciones internacio-
nales pacíficas”3.
Como es sabido, el golpe militar encabezado por
Juan Carlos Onganía discontinuó, entre muchas
otras cosas, con este hito positivo en la línea de ti-
empo que se pueda establecer sobre Malvinas, de
modo que la política de Estado más sólida y aus-
piciosa que nos ponía en la puerta del camino de
recuperación de la soberanía se cerró, quedando
trunco nuestro objetivo.
El camino allanado por la Resolución 2065 nos
llevaría a establecer negociaciones directas con el
Reino Unido en pos de recuperar el ejercicio sober-
ano sobre las En 1966, los dos países contemplaron
diversas fórmulas de solución, que quedaron en un
estado de suspensión luego del golpe militar.
En el camino de mencionar los hitos de la cuestión
Malvinas, debemos referenciarnos directamente al
conflicto del Atlántico sur de 1982, que sin lugar a
dudas es uno de los acontecimientos más negativos
en nuestra historia y que enterró por mucho tiempo
todo diálogo bilateral concerniente a la soberanía.
La dictadura autodenominada Proceso de reorga-
nización nacional entró en su etapa más decadente
en 1982, con Leopoldo Fortunato Galtieri al frente
del gobierno. Producir la recuperación militar de las
islas Malvinas con un claro objetivo doméstico fue
un recurso utilizado por la Dictadura para levantar
la autoestima de una Argentina que se derrumba-
ba. Alentar el discurso de recuperación de la sober-
anía sobre nuestro territorio, una causa sentida por
toda la sociedad, con gran ayuda de los medios de
comunicación masiva fue el plan que idearon para
intentar perpetuarse en el poder.
Con un país destruido económica y moralmente,
todo reclamo nacionalista sobre nuestra soberanía
se fundaba sobre la base de un país denunciado
internacionalmente por las reiteradas violaciones
a los Derechos Humanos. Pero no todos lo veían
así en ese momento, y un gran número de diri-
gentes, representantes de todo el arco político del
país, aceptaron el convite de apoyar la recuperación
militar.
En el partido político al que pertenezco, la Unión
Cívica Radical, hubo expresiones políticas que mar-
caron una diferencia clara en relación a otras fuer-
zas políticas de ese entonces.
La Juventud Radical de la provincia de Buenos
Aires hizo pública una carta en la que reivindicaban
lo logrado durante el gobierno de Arturo Illia y criti-
caban fuertemente a la feroz dictadura que gobern-
aba en 1982, y su decisión de recuperar las islas sin
tener en cuenta consecuencias internas y externas.
Así lo expresaron:
“La justa reivindicación de nuestros derechos
soberanos sobre las Islas ha quedado diluida,
entre otras cosas, por la violación sistemática
de los derechos humanos con su secuela de
muertos y desaparecidos, presos y exiliados.
En este marco, agravado por la imprevisión e
irresponsabilidad gubernativa, se produce el
hecho militar. No se contempló para produ-
cir tal hecho el estado de vulnerabilidad de la
Nación argentina, caracterizado por:
a) Moral del pueblo quebrantada por la crisis
social, económica y cultural, agravada por la
corrupción más grosera que conoció el país.
B) Economía devastada, con sus resortes bási-
cos en manos extranjeras.
C)Desprestigio internacional del gobierno mil-
itar, considerado como una dictadura fascista
en un plan de expansión militarista.
El pueblo sufrirá los resultados de ésta impre-
visión porque el mayor peso de la crisis sobre-
viniente caerá sobre sus espaldas, ya que no
se tuvo en cuenta:
a) La reacción de las naciones, europeas y
americanas, fundamentalmente; y las de-
cisiones de los organismos internacionales
como la ONU, la OEA y el Movimiento de Países
no alineados.
B) Las medidas económicas de embargos,
bloqueo de fondos, vencimientos de deuda
externa y consecuentes moratorias, cese de
importaciones de material imprescindible, in-
cluso de uso militar.
Párrafo aparte merece señalar la irresponsab-
ilidad con que se ha presentado el hecho con-
sumado al pueblo, de una medida que, si bien
involucra una reivindicación territorial sentida
y anhelada por todos, no ha tenido presente la
gravedad de la situación del país”. 4
07 08
Pedro Azcoiti, uno de los autores de esta carta públi-
ca, contó años después que “este documento se re-
dactó en un seminario que la Juventud Radical de
la provincia tenía organizado con anterioridad a la
Guerra de Malvinas. Se realizó en Necochea, en el
hotel Avenida durante la Semana Santa de aquel
año 1982. Sin saberlo, asistíamos a los días finales
de la dictadura y al comienzo del arrollador cami-
no de Raúl Alfonsín y la UCR por la reconstrucción
democrática”.
La segunda expresión que traigo a colación fue la
de Raúl Alfonsín, uno de los dirigentes más lúcidos
del partido, que no en vano se convirtió en el presi-
dente que reconstruyó la democracia para todos los
tiempos.
El 7 de abril, cinco días después de desembarcar en
las islas, Mario Benjamín Menéndez era proclamado
gobernador militar de las islas. Para la asunción, se
congregaron en las islas importantes dirigentes de
todo el arco político. Entre otros, participaron Deo-
lindo Bittel, Ángel Robledo, Carlos Menem, Carlos
Contín, Miguel Ángel Zavala Ortíz, Luis León, Guill-
ermo Estévez Boero, Carlos Auyero, Oscar Alende,
Jorge Abelardo Ramos, los sindicalistas Saúl Ubal-
dini y Jorge Triaca, los empresarios Horacio Gutiér-
rez, Federico Zorraquín, Jacques Hirsch y Eduardo
García5.
Raúl Alfonsín no fue de la partida, y su postura críti-
ca hacia la guerra fue conocida por el radicalismo
y por algún sector de la sociedad. En un panfleto
publicado en 1982 por el Movimiento Nacional de
Renovación y Cambio, el líder radical profundizó su
postura:
“Luego de más de un siglo, la Argentina
está en guerra. Pero la lucha para defender
nuestra soberanía en las Malvinas no se ha
planteado en un país próspero y política-
mente estable, sino en una sociedad que se
debate en la incertidumbre sobre su futuro.
(...) Ningún argentino -y mucho menos los di-
rigentes políticos -puede permanecer ajeno
o indiferente ante el doble desafío al que es-
tamos sometidos. La defensa de la soberanía
territorial necesita de nuestra unanimidad
para oponernos a quienes la vulneran y de
nuestra solidaridad con quienes ofrendan sus
vidas para afirmarla.
Pero todos esos esfuerzos serían vanos si no
comprometemos también nuestras energías y
nuestra dedicación para todos los argentinos y
particularmente aquellos que, desoídos y pos-
tergados, no dudaron un instante en acudir a
la defensa de la Patria, puedan participar ac-
tivamente en la decisión y construcción de su
propio destino. (…)
¿Cuál será el rostro de la Argentina después
de la guerra? ¿Comprenderán todos los sec-
tores que solo en la democracia encontrará el
país la esperanza de su renacimiento?” 6.
El resto es historia conocida. Pero sin lugar a du-
das, las consecuencias de esa guerra todavía pesan
en nuestra sociedad. Porque 37 años son pocos en
términos históricos, porque todavía hay familias que
sienten un vacío por la pérdida de un hijo, un her-
mano, un padre, un esposo que fueron a las Malvi-
nas a combatir, y que dieron lo más sagrado que
puede dar una persona: su vida.
Tardamos casi 36 años en cerrar una de las heridas
que dejó el conflicto armado, en el que murieron
649 argentinos, de los cuales 122 fueron enterrados
en el Cementerio Argentino de Darwin con una sim-
ple pero sentenciosa lápida, la cual expresa la sigui-
ente leyenda: “Soldado argentino solo conocido por
Dios”.
Quiero referirme al Plan del Proyecto Humanitario, un
acuerdo que la Argentina firmó con el Reino Unido
de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, mediante el
cual se involucró al Comité Internacional de la Cruz
Roja, en pos de dar luz sobre la identidad de aquellas
tumbas que rezaban aquella tan dolorosa leyenda.
La identificación de los caídos es una política de Es-
tado, iniciada en el gobierno de Cristina Fernández
de Kirchner y reformulada e implementada durante
el período presidencial de Mauricio Macri. Una ini-
ciativa que no surgió de la sociedad política, sino
que los verdaderos autores de esta hazaña provi-
enen de la sociedad civil. Se trata de Julio Aro, héroe
de Malvinas y Geoffrey Cardozo, el coronel británico
encargado de dar sepultura a nuestros caídos en las
postrimerías del conflicto.
El Plan de Proyecto Humanitario es la primera ini-
ciativa forense bajo un mandato específico de dos
Estados que han sostenido en el pasado un con-
flicto armado internacional y es tomado hoy como
ejemplo en el mundo en materia de diplomacia hu-
manitaria al servicio de objetivos humanitarios.
Recibir y reconocer a los principales actores de la so-
ciedad civil que hicieron posible la identificación de
los soldados caídos en Malvinas fue una de las pri-
meras acciones del Observatorio Parlamentario. La
Cámara de Diputados de la Nación abrió sus puer-
tas a los familiares de los soldados, a los integrantes
del prestigioso Equipo Argentino de Antropología
Forense, a Julio Aro y a Geoffrey Cardozo para un
homenaje de quienes tenemos la tarea de legislar
para con quienes hicieron posible este nuevo hito
en nuestra historia.
Tanto desde el Comité Internacional de la Cruz Roja
como desde el Equipo Argentino de Antropología
Forense han destacado la valiosa labor y el compro-
miso humano de Geoffrey Cardozo en dar a los res-
tos mortales de los caídos argentinos el debido trat-
amiento y cuidado tanto en su recolección como en
su inhumación, empleando técnicas y materiales
que posibilitaron la preservación de los restos viabi-
lizando la obtención de los resultados positivos en
la identificación de los mismos.
Con la identificación de los soldados caídos “solo
conocidos por Dios”, se abrió una nueva arista en
la Cuestión Malvinas, donde la cooperación hu-
manitaria acercó fehacientemente a la República
Argentina y al Reino Unido de la Gran Bretaña en el
marco de la disputa de soberanía por nuestras islas,
inaugurando un periodo de diálogo y construcción
bilateral. La responsabilidad y el compromiso hu-
manitario primó por sobre las diferencias políticas
en el marco del conflicto bélico de 1982 y sus conse-
cuencias directas, en el ámbito de la disputa soberana.
La segunda iniciativa que realizamos obedeció
a uno de los principales pilares de este Obser-
vatorio: la vinculación de la política con el ám-
bito académico. La cuestión Malvinas es propi-
etaria de un abordaje multidisciplinar, ya que se
la debe abordar desde la ciencia política, las rela-
ciones internacionales, el derecho, la sociología, la
historia, la geología, la biología, y todas esas aris-
tas confluyen en el conocimiento indispensable
en la construcción del camino hacia la soberanía.
Es así como en noviembre de 2017, junto con la
Red Federal de Estudios sobre Malvinas ReFEM
2065, abrimos nuestras puertas a múltiples gru-
pos de investigadores e investigadoras de univer-
sidades de diferentes puntos del país que habían
recibido financiamiento del Estado luego de una
09 10
convocatoria de la Secretaría de Asuntos Relati-
vos a la Cuestión Malvinas y del Ministerio de Ed-
ucación de la Nación. La invitación fue realizada
en pos de generar un ámbito en el que expusier-
an sus trabajos frente a legisladores/as y sus pares
académicos/as, buscando generar procesos de
retroalimentación tendientes a construir sober-
anía del conocimiento sobre la Cuestión Malvinas.
Un total de 32 proyectos de investigación abordaron
aristas y dimensiones constituyentes de la Cuestión
Malvinas, en diversos periodos temporales y des-
de múltiples miradas disciplinares. De esta mane-
ra se constituyeron ejes de exposición y debate,
los cuales fueron: política, marco jurídico y disputa
por soberanía; población, economía y Recursos Na-
turales e historia, cultura, identidad y educación.
El resultado directo ha sido la generación de un es-
pacio donde profesionales, académicos y estudi-
antes de distintas disciplinas desarrollaron puntos
de vista novedosos, muchos de los cuales tuvieron
eco en iniciativas parlamentarias o académi-
cas. Este es un modelo que debe perdurar en la
dinámica del Observatorio Parlamentario, for-
talecerse y volverse un insumo en la formulación de
una política de Estado hacia la cuestión Malvinas.
En tal sentido, quiero destacar a la Universidad Na-
cional de La Plata, en donde estudié y comencé a
militar en el radicalismo. La UNLP tiene una larga
trayectoria en los estudios sobre el Atlántico Sur, por
ejemplo, a través del Departamento del Atlántico
Sur del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI),
dirigido por el Dr. Norberto Consani el cual forma
parte de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.
Desde allí se forman profesionales que estudian
la Cuestión Malvinas y que aportan conocimiento
de suma importancia para nuestro trabajo. Men-
ciono en este caso el libro “La cuestión Malvinas
y el rol del Congreso de la Nación”, investigación
realizada por Federico Martín Gómez y Lean-
dro Enrique Sánchez, politólogos ambos e inves-
tigadores del IRI, que recopilaron los proyectos
legislativos presentados por legisladores y legis-
ladoras de diferentes bancadas sobre este tema
desde el regreso de la Democracia en 1983 al año
2011, periodo temporal de su investigación. Un es-
pejo donde mirarnos y actuar en consecuencia.
Finalmente, la tercera iniciativa a la que haré ref-
erencia sobre el Observatorio es la cuestión in-
stitucional referida a la edificación de un espa-
cio plenamente parlamentario donde el debate
y la reflexión política viabiliza la producción leg-
islativa proyectada sobre la Cuestión Malvinas.
Como muestra de ello, en el desarrollo de las múl-
tiples reuniones en el marco de un debate serio
y maduro entre las diversas fuerzas políticas, se
buscó generar un espacio en el cual se reflejen
las diversas inquietudes y posicionamiento que la
Cuestión Malvinas origina en la comunidad política
legislativa nacional. Acciones como el envío de una
nota formal a la Sociedad Rural Uruguaya expre-
sando el desagrado por la presencia de un stand
de promoción del gobierno ilegítimo de las Islas
Malvinas dentro del pabellón británico en la Ex-
posición Internacional de Ganadería y Muestra In-
ternacional Agro-Industrial 2018, conocida común-
mente como Expo Prado, son muestra de ello
Asimismo, el desarrollo de espacios para la presen
tación de propuestas y la formulación de consul-
tas a funcionarios nacionales, responsables de la
elaboración e implementación de la política exteri-
or como política pública. Ejemplo de ello ha sido la
nota enviada en julio de 2018, al Señor Canciller di-
rigida por la Diputada Nacional Cornelia Schmidt
Liermann con un cuestionario anexo que recogía
preguntas propuestas por integrantes del Observa-
torio, y que ha sido devuelto con sus correspondi-
entes respuestas y documentos complementarios.
La presencia en varias oportunidades de funcionari-
os de la Cancillería deja de manifiesto la apertura del
Observatorio Parlamentario Cuestión Malvinas y la ca-
pacidad de generar instancias de complementación
e integración en los esfuerzos por la elaboración
de múltiples propuestas de políticas públicas ha-
cia la Cuestión Malvinas, advirtiendo la pluralidad
de posiciones y de pensamientos que se ven refle-
jados en la composición e integración del mismo.
En los últimos años hemos hablado de la impor-
tancia de la diplomacia parlamentaria y la hemos
reivindicado como un escenario de relaciones in-
ternacionales del Parlamento con actores políti-
cos, especialmente legislativos, de otros países.
Pero, asimismo, la hemos implementado como
herramienta directa en la construcción y proye-
cción de la Cuestión Malvinas y nuestro reclamo
soberano sobre la misma hacia otros escenarios.
Edificar la diplomacia parlamentaria como escenario
y como herramienta es fundamental para fortalecer
al Congreso de la Argentina, tan soslayado a veces en
cuestiones vinculadas a Malvinas. Nuestro objetivo
debe ser, siempre, construir una política exterior ha-
cia la cuestión, que sin dudas debe proyectarse como
una política sustentable y trascendente hacia
la próxima generación, advirtiendo la necesi-
dad de evitar el cortoplacismo y el consumo en-
dogámico, buscando generar todo lo opuesto:
una verdadera Política de Estado hacia la recu-
peración del ejercicio soberano sobre nuestras
Islas Malvinas, Islas Georgias del Sur y Sandwich
del Sur y sus espacios marítimos circundantes.
11 12
Referencias:
1 https://www.hcdn.gob.ar/secparl/dgral_info_parlamentar-
ia/dip/archivos/1965_Mensaje_presidencial_Ilia.pdf
2 https://www.hcdn.gob.ar/secparl/dgral_info_parlamentar-
ia/dip/archivos/1964_Mensaje_presidencial_Ilia.pdf
3 https://www.cancilleria.gob.ar/userfiles/ut/1964_-_alegato_
ruda.pdf
4 http://www.efemeridesradicales.com.ar/Documentos/Doc-
umentos_0003.html
5 https://www.infobae.com/2015/04/02/1719611-malvinas-croni-
ca-las-agitadas-gestiones-diplomaticas-detener-la-guerra/
6 Junta Provincial del Movimiento Nacional de Renovación
y Cambio. Córdoba, Junio de 1982.
humanidad
y soberania
D.N Eduardo Amadeo
A lo largo de los dos últimos años, hemos tenido el
privilegio de ser testigos cercanos de un acontec-
imiento que seguramente marcará la evolución
futura de nuestra reivindicación por las Malvinas.
Me refiero a la manera como las relaciones hu-
manas han influido sobre la profundización de las
relaciones diplomáticas y el acercamiento a nuestro
objetivo principal de recuperar la soberanía sobre
las Islas.
Sin duda que el gran evento ha sido la recuperación
de la identidad de nuestros héroes y todo lo que se
desarrolló alrededor de este acontecimiento históri-
co. El compromiso conjunto de Julio Aro y Geoffrey
Cardozo, en un proceso que duro 10 años y que se
extendió como ejemplo a personalidades del mun-
do artístico -como Roger Waters- es un hito irrevers-
ible basado en los principios humanos de ambos ex
combatientes.
A ello se sumó la actividad ejemplar de los Familiares
de nuestros soldados, quienes no solo agregaron
energía a todo el proceso; sino que también traba-
jaron arduamente para reducir barreras y prejuicios
que aun perduran tanto en nuestras Islas cuanto
en nuestra sociedad. Las anécdotas de las madres
tomando cerveza en un pub de Puerto Argentino
con los habitantes de la Isla tienen un sentido que
excede muchísimo lo anecdótico para convertirse
en un hito en la nueva manera de encarar nuestra
estrategia diplomática, que –esperamos- será irre-
versible.
Desde esas primeras acciones, todo fue diferente y
más fácil. La posibilidad de seguir visitando a nues-
tros muertos; la continuidad de los trabajos de iden-
tificación y, básicamente, la instalación de nuevas
perspectivas de diálogo.
Esta perspectiva sobre el enorme valor de lo huma-
no en la construcción de una acción diplomática
tiene muchísimos antecedentes en la historia y ha
permitido lograr éxitos políticos donde la confront-
ación permanente había fracasado.
Esperemos entonces que nuestra tarea parlamen-
taria, y la acción concreta del Observatorio Malvinas,
sigan acompañando y promoviendo esta mirada de
la acción diplomática que -estoy convencido- será
un hito para el logro del objetivo constitucional de
recuperar nuestras Islas.
13 14
La “Cuestion
Malvinas””
D.N Eduardo Eurnekián
Referirme al conflicto del Atlántico Sur de 1982, y las
acciones bélicas que tuvieron lugar, sería rivalizar
contra mis propias ideas respecto de la validez o
inutilidad de un conflicto bélico. Partamos de la
base de que en una guerra todos pierden, princi-
palmente las familias. Padres que pierden sus hijos,
esposas que pierden sus compañeros de la vida,
hermanos que no regresan del combate y princi-
palmente niños pequeños que lejos, quedan huér-
fanos sin entender el por qué. Tampoco me interesa
destacar como principio prioritario, las consecuen-
cias políticas o económicas derivadas del resulta-
do del conflicto. Sí, descifrar qué nos afecta social-
mente y cómo podemos colaborar para encontrar
soluciones y analizar las respuestas y el comporta-
miento de las diferentes administraciones guberna-
mentales en estos 37 años.
Imagino que debe de ser imposible hablar de la
“Cuestión Malvinas” sin que a los argentinos nos in-
vada una ardiente impaciencia. Sé que no sucede lo
mismo a 12 mil kilómetros de distancia, en el Reino
Unido, donde el tema no está presente en el debate
público y se recluye dentro del gabinete de deter-
minados asesores. Sólo se agita el avispero cuando
algún hallazgo vinculado con los hidrocarburos ir-
rumpe en la escena. Cuando las emociones se apla-
can, las islas vuelven a su anonimato corriente.
Respecto del gran público, en Londres es natural
que así sea. En Buenos Aires, en cambio, Malvinas
es “una herida que no cierra y sangra todavía”, para-
fraseando a José Canet: porque las queremos cie-
gamente y periódicamente nos olvidamos de cómo
quererlas bien. Aunque, respecto de las Islas, nunca
será hora para nada.
Si existe una médula en el retroceso que vivimos
como Nación, que se remonta a varias décadas,
habría que buscarlo en nuestros periódicos cam-
bios abruptos de dirección. Cuando son tantos los
gobiernos a los que se culpa de ello, sería hora de
pensar que el problema somos nosotros. No hay
mejor contraindicación para que las actividades
diplomáticas en general y las bilaterales enparticular,
puedan avanzar con beneficios generales para los
involucrados.
En dicho contexto, en la década final del siglo XX la
República Argentina puso en práctica un enfoque
cooperativo para avanzar en cuestiones prácticas en
el Atlántico Sur porque la normalización de las rela-
ciones con el Reino Unido era indispensable dentro
de un esquema que pasaba por una inserción del
país en un contexto internacional. La política exte-
rior necesariamente acomoda sus ambiciones a las
posibilidades de la Nación a la que sirve.
En el año 2003, los efectos de la crisis económica y
social priorizaron la recomposición de la autoridad
central. Frente a dicho panorama, nuestra política
respecto de Malvinas (y del Reino Unido) consistió
en una reacción de carácter defensivo ante el com-
portamiento unilateral británico. Cierto es que no
faltaban motivos para ello, dado que Gran Bretaña
había forzado tanto el concepto de tener negocia-
ciones “bajo el paraguas de soberanía”, cuanto había
procedido de acuerdo con sus exclusivos intereses
en momentos en que se estaban terminando acu-
erdos de gran importancia.
A inicios de 2012, el Gobierno, en términos generales,
endureció su política y comenzó a materializar, con
la coordinación de la Cancillería y la participación
de otros organismos nacionales competentes, un
conjunto de acciones legales con las que se busca-
ba pasar de medidas eventuales, a la adopción de
un enfoque coordinado que permitiera aumentar la
eficacia y el impacto político de las acciones.
15 16
A partir de 2015, nuevo cambio de rumbo y se re-
tomó la línea cooperativa y el ejemplo de ello vio la
luz el martes 13 de septiembre de 2016, cuando se
firmó el denominado “acuerdo Foradori–Duncan”
que, bajo la forma de un “comunicado conjunto”,
fue suscripto por los vicecancilleres de Argentina y
el Reino Unido.
	
Sólo se destaca en el mismo, específicamente, con
referencia a los recursos naturales, que el acuerdo
tenía lugar “para remover todos los obstáculos que
limitan el crecimiento económico y el desarrollo
sustentable de las Islas Malvinas”.
Así las cosas, los argentinos tenemos -en el lapso de
tres décadas- una amplia batería de políticas sobre
la cuestión, que satisfarán a unos y decepcionarán a
otros. Aunque, y esto no es disputable, andar a salto
de mata no es lo más aconsejable en política exterior.
Ciertas son, entonces, aquellas palabras de Herny
Kissinger: “La tentación de América es creer que la
política exterior es una subdivisión de la psiquiatría”.
Desde el restringido punto de vista personal, siem-
pre creí en las cuestiones tangibles. Respecto del
tema Malvinas, quince años atrás, comprendí y em-
paticé con la tragedia que transitaban las familias
de los soldados caídos durante el conflicto de 1982.
Los gobiernos para con ellos habían sido sordos y
ausentes. Ilógicamente, más se había preocupado
el Reino Unido, nuestro contendiente, en dar sagra-
do descanso a los caídos en combate, sin distinción
del uniforme que vestían.
Construyeron un modesto cementerio en Darwin,
para cobijar las 230 tumbas con los cuerpos de sol-
dados argentinos encontrados en los mismos lugares
donde se combatió. Un trabajo profesional y digno
del Teniente Coronel británico Geoffrey Cardozo.
Junto con la Comisión de Familiares de Caídos en
Malvinas e Islas del Atlántico Sur, con nuestra Can-
cillería, con la embajada del Reino Unido y con miem-
bros de las organizaciones que conducen las activ-
idades de las Islas, pude obtener las autorizaciones
para la reforma de ese cementerio, acorde con la épica
de los hombres enterrados y emplazar un monu-
mento que en sus placas de mármol de las paredes
llevaran grabados los 649 nombres de quienes hon-
raron su misión en la vida y no regresaron.
El Cementerio Militar Argentino de Darwin fue una
realidad desde el año 2009. Quedaba una deuda
pendiente inaceptable. En las placas de 122 tumbas
rezaba la inscripción “Soldado Argentino sólo cono-
cido por Dios”.
Con un trabajo encomiable y humano de equipos
de antropología forense del Comité Internacional
de la Cruz Roja, se pudo llevar a cabo un proceso
de reconocimiento y localización de restos, que per-
mitió dar nombre, hasta el día de hoy, a 114 tumbas.
Ante estos resultados, se nos autorizó la ejecución
de vuelos humanitarios en el año 2018 y 2019, para el
traslado de familiares encabezados por esas madres
que debieron esperar 36 años para poder soltar una
lágrima retenida y colocar una flor sobre los restos
de su hijo amado.
Es simplemente una satisfacción. No es caridad.
No puede -ni es su tarea ni debe ser su ambición-
un hombre o un grupo empresario, quien se haga
cargo de cosas tan trascendentales como parte de
la política exterior de su país, máxime en un caso
como el de la “Cuestión Malvinas”. Sólo está a su al-
cance transmitir su experiencia y dejar su legado.
La experiencia muestra los resultados de la tarea
constante y dotada de una orientación. De la coop-
eración y la suma de esfuerzos. De la sustitución de
la repercusión mediática por el compromiso perse-
verante. De la sinceridad del corazón por sobre la
mendacidad de la especulación.
Estas palabras no pretenden enseñarle nada a na-
die. No son una propuesta. No interpelan; no es esa
su intención. Por el contrario, todos hemos aprendi-
do de lo que pudimos concretar. Todos tuvimos re-
spuestas a lo que nos preguntábamos. Todos apela-
mos los unos a los otros. Por eso y por momentos,
sólo por momentos, la ardiente impaciencia de
Malvinas pudo tomar la forma de una ferviente pa-
ciencia.
17 18
1, 90, 115, 7, 2 y 122
El Plan Proyecto Humanitario
Mag. Federico Martín Gomez i
Malvinas, en su construcción polisémica como
Cuestión, se plantea como un desafió constante
para la comunidad académica y científica. Mediante
esta construcción se detonan múltiples procesos
de abordajes contemporáneos los cuales tienden a
proyectarse sobre las diversas dimensiones y aristas
que construyen la misma. Una de esas dimensiones,
vinculada al conflicto, ha sido la humanitaria, como
consecuencia directa de 1982.
En el mes de diciembre del año 2016, la República
Argentina y el Reino Unido de la Gran Bretaña e Ir-
landa del Norte, llegaron a un acuerdo diplomático
en pos de gestar una misión humanitaria en el ter-
ritorio de las Islas Malvinas, con el objetivo de lograr
la identificación de un total de 122 cuerpos, sobre
cuyas tumbas figuró durante 37 años, una leyenda
muy cara para la sociedad argentina y nuestra his-
toria democrática reciente: “Soldado argentino solo
conocido por Dios”.
El día 14 de noviembre del corriente año, los medi-
os de comunicación nacionales dieron a conocer
por medio de sus portales digitales, la noticia de la
comunicación oficial generada por la Secretaría de
Derechos Humanos de la Nación hacia los familiares
del Subteniente Baldini quién cayó en combate, el
11 de junio, en la batalla por el monte Longdon. Su
cuerpo permaneció durante 37 años bajo la leyenda
que ya hemos referido.
Pero para representar la magnitud de esta política
humanitaria implementada por el Estado argentino
en cooperación con el Estado británico y ante el in-
volucramiento y accionar de actores tanto domésti-
cos como internacionales, debemos adentrarnos
en la multiplicidad de escenarios e intérpretes que
han intervenido en el proceso de diseño e imple-
mentación de esta política humanitaria, proyectada
a dos niveles de negociaciones, entendiendo sobre
los mismos, como bien describe Robert Putnam en
su teoría del Doble Nivel, “el análisis de la dinámica
de las negociaciones se da en el estudio del nivel
nacional o mesa interna y en la negociación inter-
nacional o mesa externa” .
Como ya hicimos referencia en el inicio del artícu-
lo, la concreción del acuerdo humanitario entre la
Argentina y el Reino Unido en 2016, proyectó sobre
la figura del Comité Internacional de la Cruz Roja
(CICR), la responsabilidad de desplegar una misión
humanitaria en el Cementerio Argentino en Dar-
win (Islas Malvinas), en la cual se vería involucrado
de manera directa el Equipo Argentino de Antro-
pología Forense (EAAF), con el objetivo de acceder
a aquellas tumbas sobre las cuales estuviese pre-
sente la placa con la leyenda referida .
Asi mismo, actores provenientes de la sociedad civil
internacional como el músico Roger Waters, el Coro-
nel británico Geoffrey Cardozo y ya a nivel doméstico
i Magister Federico Martín Gomez. Secretario de la Red Federal de Estudios sobre Malvinas ReFEM 2065. Consejo Federal de Estudios
Internacionales CoFEI. Director del Laboratorio de Políticas Públicas hacia la Cuestión Malvinas. Sec. Ext. JURSOC. UNLP. Secretario e
Investigador del Departamento del Atlántico Sur. Instituto de Relaciones Internacionales. UNLP. Lic_fedegomez@yahoo.com.ar
1 A nuestro entender, sobre Malvinas han operado históricamente, tres maneras de abordar-comprender-racionalizar-reflexionar so-
bre Malvinas. Estas son: el tema Malvinas, la causa Malvinas y la cuestión Malvinas. Sobre las tres haremos una referencia, breve, pero
específica. La búsqueda de esta referencia se halla dirigida a introducir al lector en la investigación sobre Malvinas.
Sobre el tema de Malvinas, el mismo puede ser parcelado temporalmente a nuestro entender, dadas ciertas características constitu-
tivas de su evolución histórica. Malvinas se introduce en los procesos políticos argentinos, durante el siglo XIX, específicamente en 1833,
con la usurpación británica de las islas y la expulsión de los habitantes argentinos presentes en ellas. Sobre el proceso de construcción
del tema Malvinas, reconocemos su punto de partida, ante este hito histórico que opera sobre la misma y su proyección hacia el deve-
nir de la formación y consolidación del Estado argentino.
El tema Malvinas, ha sido objeto de investigaciones y abordajes políticos, hasta las postrimerías de la década de 1970, cumplimentan-
19 20
nacional, el Sr. Julio Aro y la Fundación No Me
Olvides, la periodista Gabriela Cociffi, la Comisión de
Familiares de caídos, el empresario argentino Edu-
ardo Eurnekian y centros de ex combatientes han
sido actores participes necesarios en las diversas in-
stancias temporales que constituyeron (y aún hoy lo
hacen), el PLAN PROYECTO HUMANITARIO .
Hasta aquí presentamos brevemente a los acto-
res identificados que participaron de los procesos
político-diplomáticos a nivel internacional sobre el
PPH, como asimismo a los que fueron participes
de los procesos político-sociales en el escenario
doméstico argentino.
En adelante esbozaremos un análisis basado en el
título que encabeza este artículo; cada uno de estos
números proyectados aquí, dejarán de ser números
transformándose en historias de vida y simbólica-
mente, materializarán el PPH.
El número 1
El primer número en el título que encabeza el pre-
sente artículo, es el número 1; este simboliza al “Sol-
dado Argentino solo conocido por Dios” (identificado
en el desarrollo del proceso humanitario), el soldado
correntino “Gabino Ruiz Díaz”, cuya consecución fue
marcada por la intervención y el rol estratégico del ex
combatiente Julio Aro y el vínculo directo con Geof-
frey Cardozo, quién, mediante la entrega de docu-
mentos únicos sobre la cuestión, generó la posibili-
dad de hallar la tumba de “Gabino”. Él fue la punta
del ovillo de todo.
A partir de allí, el compromiso de Julio Aro, Gabriela
Cociffi, Geoffrey Cardozo y múltiples actores por dar
una respuesta a las tumbas con la leyenda “Soldado
argentino solo conocido por Dios”, se constituyó en
una misión personal de vida, pero también en una
misión colectiva a nivel humanitario.
El número 90
El segundo número, el número 90, contribuye en la
construcción simbólica del PPH; el mismo represen-
ta al universo total de los caídos argentinos identi-
ficados, para el mes de marzo del 2018, mediante la
Sobre la Causa Malvinas, las construcciones académicas, científicas e intelectuales, inician su abordaje a partir de los que se constituyó
como el segundo hito más importante: el conflicto bélico de 1982, si bien, las construcciones conceptuales sobre la Causa Malvinas, po-
seen un origen previo a los acontecimientos de 1982. Sostenemos asimismo que dicha construcción experimento una simbiosis con la
conceptualización de la gesta de Malvinas, la cual posee una cimentación discursiva altamente reivindicativa sobre el conflicto bélico
de 1982, la cual se observa proyectada hasta nuestros días. El universo de producciones en torno al enunciado o que orbitan sobre el
mismo, es monumental. Desde obras específicas sobre las experiencias bélicas del personal militar profesional o los “colimbas”, a las
deconstrucciones en las posguerra sobre las causas, desarrollos y consecuencias del conflicto, a los procesos políticos y socio-culturales
que se desencadenaron en torno al mismo y de esta manera, múltiples niveles de producción pluritemático, con similar impronta de
reivindicación nacionalista y orientada a enfrentar y contraponer con lo que sus representantes identifican como “procesos de desmal-
vinización” y los agentes que operan desde y sobre la misma.
Podemos identificar un universo extenso de autores de las más amplias construcciones político-ideológicas, poseedores de formación
académico-intelectual y/o con amplias herramientas de construcción política e incidencia en la sociedad y sus sistemas de creencias.
Finalmente, haciendo foco sobre las construcciones más reciente, la edificación y reproducción de abordajes académicos y científicos
desde, sobre y hacia Malvinas, se realizan en torno a la edificación de la Cuestión Malvinas.
La misma, como conceptualización, predispone a un abordaje multidimensional (cuestiones económicas, políticas, socio-culturales,
ambientales, diplomáticas, históricas, de perspectiva de género, etc.) y pluridisciplinar (desde las ciencias duras y naturales, transcur-
riendo entre las humanas y llegando a las sociales).
implementación de la misión humanitaria. Repre-
sentó asimismo, el número de contingentes de fa-
miliares que pudieron acceder al viaje humanitario
que se realizó el día 26 de marzo de 2018. Invitado
por los organizadores del mismo, he tenido el honor
pero asimismo el compromiso, de ser partícipe de
esta experiencia única e histórica. Llegar a Malvinas,
llegar al Cementerio Argentino en Darwin, llegar a
aquellas tumbas que hoy en sus placas rezan un
nombre y no una leyenda, eso marca en lo profe-
sional, pero marca de manera más profunda en lo
humano.
La posibilidad de aquellas familias de acceder a las
tumbas de sus seres queridos, buscando quizás
cerrar heridas, cerrar etapas en sus vidas y/o cono-
cer el destino de los mismos, asiste en lo humano, a
aquellas familias que esperaron tan solo saber…
durante 36 años.
21 22
El número 115
El tercer número, el número 115, hace referencia
directa al Subteniente Juan Antonio Baldini, has-
ta ahora, el último “Soldado Argentino solo conoci-
do por Dios” identificado. Hasta ahora. Su historia,
única como cada una de los 115 identificados pre-
viamente, tiene un impacto directo en la sociedad
argentina y desarrolla una construcción en su co-
munidad originaria, pero específicamente genera
un proceso de sanación en su núcleo familiar y es-
pecíficamente en su madre.
El Subteniente Juan Antonio Baldini pertenecía
al Ejército Argentino y se desempeñaba en el
Regimiento 7 de Infantería de La Plata. Había arriba-
do a las islas Malvinas el 17 abril de 1982, destinado a
ocupar la ladera oeste de Monte Longdon.
Falleció el 11 de junio, en la batalla por el monte;
batalla que duraría 12 horas, siendo de las más cruen-
tas en toda la guerra, dejando 31 muertos, 120 heri-
dos y 50 prisioneros argentinos.
Juan Domingo Baldini, al igual que muchos caídos,
no tenía una chapa identificatoria. Su cuerpo fue
sepultado en febrero de 1983, por los británicos en
el Cementerio argentino en Darwin como un “Sol-
dado argentino solo conocido por Dios”. Su proce-
so de identificación, muy dificultoso por no poseer
familiares directos con vida, debió realizarse medi-
ante el acceso a información genética aportada por
dos primos del caído argentino. Su cuerpo, estuvo
sepultado durante 37 años en la tumba D.C.1.4 en
el cementerio argentino en las islas, bajo la leyenda
“Soldado argentino solo conocido por Dios”.
El número 7
El cuarto número, el número 7, nos remite a la can-
tidad de tumbas que aún deben ser identificadas
fehacientemente del universo original de 122 que la
misión humanitaria, logró hallar en el Cementerio
argentino. Debemos recordar que la misión y estu-
dios de campo en el cementerio en Darwin se de-
sarrollaron durante los meses de julio y agosto de
2017, y que la entrega de los resultados a los famili-
ares, fueron iniciadas a finales del mismo año.
En éste, se procedió al acceso a las tumbas que de-
tentaban la leyenda “Soldado argentino solo cono-
cido por Dios” y posterior a su exhumación, la ob-
tención de material genético para su posterior
comparación con las muestras extraídas a los fami-
liares que, voluntariamente, habían accedido a dar-
lo en etapas previas, durante la misión, o inclusive
posterior al conocimiento de los primeros resulta-
dos positivos del PLAN PROYECTO HUMANITARIO.
El número 2
Este número, dirige nuestra atención al escenario
originado en torno a la necesidad urgente de dar
respuesta a los interrogantes surgidos en torno a los
restos que se hallan sepultados en las tumbas B 416
y C 1 10.
En la primera tumba, originalmente se hallaban dos
restos no identificados. Pero desarrollado el proceso
de renovación del Cementerio Argentino en Darwin
en el año 2004 en dicha tumba, se exhibe una placa
con los nombres de Marcelo Lotufo, Francisco Luna,
Guido Marizza, Juan José Falconier y Rodolfo de la
Colina. Es necesario aclarar que todos ellos eran
personal militar que fallecieron en la isla Borbon (al
norte de la Isla Gran Malvina), al estrellarse un avión
Lear Jet de la Fuerza Aérea Argentina. Sus restos
fueron hallados en el año 1994 y enterrados allí mis-
mo. Ante este escenario debemos advertir que sus
sus restos no se hallan en Darwin, desconocien-
do yacen en la sepultura, en Darwin, que lleva sus
nombres.
La segunda tumba, la C 1 10, tiene similares carac-
terísticas a la anteriormente referida. Hasta el año
2004, año de inicio de la renovación del Cementerio
Argentino en Darwin, figuraba sobre la tumba úni-
camente el nombre de Ricardo Julio Sánchez y la
indicación de que había restos de tres personas no
identificadas. Es a partir de ese año, que, aparece
en la placa los nombres de Héctor Walter Aguirre,
Mario Ramón Luna y Luis Guillermo Sevilla. Según
consta de las acciones judiciales originadas y mo-
torizadas desde la sociedad civil, que dieron luz so-
bre esta situación, no existe registro alguno que jus-
tifique la aparición de estos nombres en esa tumba.
Esto nos conduce a una situación inaceptable en
torno a los procesos de búsqueda de identidad de
nuestros héroes, lo cual motivó una intervención
por parte del Estado, por medio de sus áreas
responsables y en continua negociación con la
contraparte británica, se ha realizado en anuncio de
la potencial concreción de una adenda al acuerdo
diplomático original del año 2016, viabilizando una
potencial misión humanitaria a desarrollar en las
islas, sobre estas dos tumbas específicas.
Aun esperamos la concreción de la adenda al acu-
erdo de 2016 y realización, pronta, de la misión hu-
manitaria para dar respuesta a esta situación.
23 24
El número 122
El último número es el 122, con él queremos
referirnos a los héroes argentinos que durante 36
años debieron esperar, tanto por el abandono de una
sociedad que, por desconocimiento, indiferencia o
por amnesia social selectiva, no puedo, no supo, no
quiso contener y dar una respuesta a la situación
originada en el Cementerio argentino en Darwin,
La Cuestión Malvinas, como universo de conceptos, posee un sin número de temas que la integran y, que nosotros sostenemos, es la
conceptualización más adecuada en pos de generar un abordaje totalizador, no solo sobre el desafío soberano, en el marco del siste-
ma internacional, sino la implicancia que la misma, adquiere sobre su representación hacia la sociedad argentina.
2 Putnam, R. (1996), “Diplomacia y la política nacional: la lógica de los juegos de doble nivel”, en Gil, O. y Sanz, L. (comps), Las fuentes
internacionales de las políticas domésticas, Zona Abierta, Págs. 69-120.
3 Debemos recordar que el proceso se inició en el año 2012, cuando el Gobierno argentino solicitó al CICR que actuara como inter-
mediario neutral con el fin de ayudar a identificar a los soldados argentinos no identificados. Pero, en sí, la cuestión se reactivó con el
cambio de gestión presidencial y el reinicio del proceso de diálogo bilateral entre en ambos gobiernos y la consecución del acuerdo de
diciembre de 2016.
4 De aquí en más nos referiremos al mismo como PPH.
pero asimismo de un Estado, el argentino, que tras
36 años de desidia y por iniciativa de la sociedad
civil, decidió intervenir, tanto en el escenario inter-
nacional como en el doméstico, buscando procurar
una respuesta mediante la implementación de una
política pública humanitaria, el PLAN PROYECTO
HUMANITARIO.
La Cuestión Malvinas, como objeto de inves-
tigación social y específicamente de las Rela-
ciones Internacionales, ha sido abordada históri-
camente desde perspectivas tradicionales, las
cuales pueden haber condicionado su desarrollo.
Debemos reconocer enfáticamente que el hito
constituido posteriormente al conflicto de 1982,
entre la República Argentina y el Reino Unido
de la Gran Bretaña, cerceno las construcciones
intelectuales a un universo de producciones ori-
entadas específicamente al conflicto. Podríamos
citar cientos y cientos de textos políticos, históri-
cos, sociales, diplomáticos, e inclusive literarios,
originados en innumerables abordajes temáticos
y disciplinares, los cuales dan cuenta de la vasta
producción sobre la cuestión en sí.
Pero Malvinas, como hemos planteado desde
nuestros inicios en la investigación, no son los
setenta y cuatro días de guerra, que han mar-
cado no solo al Estado argentino y a la sociedad
sino que también han marcado a Malvinas como
un objeto de disputa y construcción polisémica.
Malvinas, excede claramente en su construcción
histórica, a los setenta y cuatro días de conflicto.
Malvinas excede en su construcción a las diversas
deconstrucciones originadas en múltiples posi-
cionamientos políticos e ideológicos. Malvinas,
excede a la representaciones que de la misma se
hacen, se originan y se proyectan.Malvinas es un
eje trascendental de la identidad argentina.
Malvinas es incompletud; Malvinas es potencial-
idad; Malvinas es tragedia; Malvinas es heroici-
dad; Malvinas es la Resolución 2065; Malvinas es
la guerra de 1982; Malvinas es el autoritarismo;
Malvinas es Democracia; Malvinas es diplomacia;
Malvinas es colonialismo; Malvinas es el Imperio;
Malvinas es el autonomismo; Malvinas es…
En el proceso de ese artículo, hemos buscado
generar un proceso de abordaje académico que
dé cuenta sobre la misión humanitaria desplega-
da hacia la Cuestión Malvinas, en relación al PPH,
como así también sobre los actores intervinien-
tes en múltiples procesos políticos, diplomáticos
e inclusive socioculturales domésticos. El ámbito
académico nacional debe eso a nuestros Héroes
en Malvinas.
Nuestros 122 HÉROES, son parte constitutiva
de nuestra sociedad, de nuestra transición a la
Democracia y de la edificación realizada sobre
la misma. Pero así también son parte de la con-
strucción que nosotros como sociedad opera-
mos en torno a la posguerra y de manera direc-
ta sobre la Cuestión Malvinas hacia la próxima
generación de ciudadanos argentinos.
Malvinas continúa hoy operando como factor uni-
tivo social, como factor discursivo político, como
factor convocante académicamente, es hora de
que opere como ecuación de una Política de Es-
tado. El PLAN PROYECTO HUMANITARIO, puede
ser el basamento de la misma.
1, 90, 115, 7, 2 y 122
25 26
Fotos:
A Una de las tumbas con su placa que aún resta por identificar.
Soldado Argentino solo conocido por Dios
B Las hermanas González, llegan a la tumba de su hermano identificado Néstor Miguel González, en el Cementerio Argentino de Darwin
C Guardia escocesa, en la ceremonia humanitaria en el viaje de los familiares, en marzo de 2018
D Imagen tomada por el autor del artículo en las cercanías del Cementerio Argentino en Darwin, donde se ve un banderín de la Red
Federal de Estudios sobre Malvinas ReFEM 2065 CoFEI, proyectándose hacia la localidad de Pradera del Ganso.
El retorno del CapitAn
El caso del CapitAn Castagnari desde la
Optica del Derecho Internacional
Humanitario y del Derecho Internacional
de los Derechos Humanos.
Algunas reflexiones al respecto
Gustavo García 1
Juan Herminio García Zeballos 2
27 28
I-	Introducción:
La guerra y todo tipo de conflicto armado consti-
tuyen, por regla general, la contracara del derecho,
pero más allá de esta consideración, como toda
situación de hecho que ocurre en la realidad, necesi-
ta ser regulada jurídicamente .
Es así que, como una de las primeras manifesta-
ciones del Derecho Internacional Público, surge el
Derecho Internacional Humanitario (en adelante
DIH), también llamado Derecho de la Guerra, cuya
definición doctrinaria ha sido establecida en estos
términos: “El derecho internacional humanitario
es el cuerpo de normas internacionales, de origen
convencional o consuetudinario, específicamente
destinado a ser aplicado en los conflictos armados,
internacionales o no internacionales, y que limita,
por razones humanitarias, el derecho de las Partes
en conflicto a elegir libremente los métodos y los
medios utilizados en la guerra, o que protege a las
personas y a los bienes afectados, o que pueden es-
tar afectados, por el conflicto” .
En el caso de los ejércitos que se enfrentan duran-
te la lucha armada, los mismos se encuentran bajo
la salvaguarda del DIH y del Derecho Internacional
de los Derechos Humanos (en adelante DDHH) y
si bien herir o matar al enemigo en el curso de una
guerra es algo lícito, la protección a los combatien-
tes está dada por la garantía de no atacarlos si ya
no combaten; en darles un trato humano si caen en
poder del adversario, sin verse sometidos, por ejem-
plo, a la tortura u a otros tratos inhumanos, cruel-
es o degradantes y a socorrerlos en caso de estar
heridos y/o enfermos o en situaciones de emergen-
cia como haber naufragado ; todo ello forma parte
del principio de respeto al oponente. Esta protec-
ción se extiende incluso más allá de la muerte de
aquél, pues el respeto es absoluto y se otorga tam-
bién al enemigo caído .
En virtud de ello, determinados tratados internacio-
nales que se aplican en caso de conflictos armados,
como los Convenios de Ginebra de 1949 , establecen
toda una serie de requisitos y condiciones para el
entierro adecuado y honroso de los combatientes
fallecidos; se trata de una serie de obligaciones que
deben ser cumplidas por los Estados involucrados
en el conflicto.
Entalsentido,lainhumacióndelosrestosde quienes
combatieron debe ser realizada previa identifi-
cación de la persona fallecida; preferentemente en
tumbas individuales; agrupadas, de ser posible, por
nacionalidad; convenientemente marcadas y según
los ritos de la religión a la que pertenecía el difunto .
Es en el marco de estos términos que fue llevado
a cabo el Plan Proyecto Humanitario (en adelante
PPH), entre los años 2016 a 2018, entre los gobier-
nos de la República Argentina y del Reino Unido de
Gran Bretaña e Irlanda del Norte, bajo los Buenos
Oficios y la colaboración del Comité Internacional
de la Cruz Roja (en adelante CICR), proyecto que
permitió identificar a muchos soldados argentinos
caídos en 1982 durante el Conflicto del Atlántico Sur
que se encuentran en el Cementerio de Darwin, en
las islas Malvinas y que antes de dicha identificación,
sólo poseían una placa que rezaba “Soldado argen-
tino sólo conocido por Dios”. Paradójicamente, para
quienes estudiamos la Cuestión Malvinas desde los
ámbitos académicos y para muchos de los que par-
ticiparon en la guerra, las políticas implementadas
durante la actual gestión ha generado grandes con-
troversias.
En un primer escenario, la política exterior del
gobierno del Presidente Mauricio Macri, de claro
acercamiento al gobierno británico- desde la fir-
ma del recordado memorando en 2016- generó
malestar e hizo recordar escenarios similares des-
plegados por las políticas similares tomadas durante
los años noventa y que pocos resultados favorables
tuvo para nuestro país en lo que a la negociación de
la soberanía se refiere.
Sin embargo, la decisión del gobierno argentino de
cambiar el eje de las relaciones con los británicos,
luego del distanciamiento en las mismas tras doce
años de gobierno kirchnerista, abrieron una ventana
para hacer realidad un reclamo que muchas de las
familias de los caídos en el conflicto bélico y varios
centros de veteranos venían realizando desde hacía
mucho tiempo. Esto es, la identificación de los cuer-
pos enterrados en el cementerio de Darwin, donde
muchos de ellos solo tenían la inscripción en sus
lápidas como “Soldado argentino solo conocido por
Dios”. De este modo el nuevo giro en la política exte-
rior argentina, sumado a la intervención de la Cruz
Roja Internacional como garante del procedimien-
to, permitió la identificación de la gran mayoría de
los soldados caídos y promete seguir avanzando
durante el año en curso para lograr la identificación
de nuevos cuerpos encontrados en otras partes de
las islas.
En este contexto, el retorno al continente del cuerpo
del Capitán de la Fuerza Área Argentina, Luís Darío
Castagnari generó todo un suceso, quizás no queri-
do por el gobierno argentino, pero que a la postre
permitió generar un contacto directo para una co-
munidad que, en muchos casos, pretendió olvidar
los duros recuerdos de la guerra. Para quienes tu-
vimos la dicha de participar de la recepción de los
restos del capitán, fue un hecho emotivo, dado que
pudimos ser testigos de la primera recepción que
se realiza en el continente de un héroe de la guerra.
El caso del capitán (post mortem) Luis Castagnari
aquí planteado es diferente; luego de su fallecimien-
to ocurrido el 29 de mayo de 1982, fue enterrado al
día siguiente en el cementerio civil de la Capital de
las islas, Puerto Argentino y su tumba quedó identi-
ficada.
Así, en 2018 y por estricta voluntad de su familia, con
el fin de dar cumplimiento a los deseos expresados
por el Capitán (post mortem) Castagnari antes de
partir a las islas, se solicitó el traslado de sus restos
desde el cementerio malvinense, al cinerario de la
iglesia Sagrado Corazón de Jesús de Río Cuarto, Cór-
doba.
Es de destacar que el caso del Capitán (post mor-
tem) Castagnari, no configura un supuesto de repa-
triación de restos, sino de un traslado dentro de ju-
risdicción nacional argentina (desde la provincia de
Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur
a la provincia de Córdoba), por cuanto los mismos
ya descansaban en territorio argentino, conforme al
legítimo e imprescriptible reclamo de soberanía de
nuestro país sobre los territorios insulares en disputa
y sus espacios marítimos .
II-	 Encuadre legal de la situación descripta
Como marco normativo de la presente situación y
en un todo de acuerdo con lo expresado en el punto
anterior, se pueden efectuar las siguientes consid-
eraciones.
El DIH, manifestado a través de los Convenios de
Ginebra de 1949, plantea la correcta inhumación de
cuerpos de combatientes fallecidos durante las op-
eraciones militares, pero sólo menciona su eventual
1 Abogado y Licenciado en Ciencia Política Universidad Nacional de Rio Cuarto. Docente de la Universidad Nacional de Río Cuarto y la Universidad
Nacional de San Luís. Coordinador del Área Malvinas del Ateneo de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rio Cuarto. Integrante
de la Red Federal de Estudios sobre Malvinas ReFEM 2065.
2 Abogado, egresado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata, (FCJyS, UNLP) Argentina. Docente de
Derecho Internacional Público (FCJyS, UNLP). Máster en Relaciones Internacionales Iberoamericanas, en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid,
España. Integrante del Laboratorio de Políticas Públicas sobre Malvinas de la FCJyS, UNLP y de la Red Federal de Estudios sobre Malvinas ReFEM
2065. El autor de esta parte del trabajo desea agradecer al Dr. Fabián Salvioli, por sus inestimables comentarios y aportes para la realización de este
escrito.29 30
traslado sin dar mayores regulaciones; con lo cual
y en una primera aproximación al tema, se puede
afirmar que trasladar restos de combatientes falle-
cidos es una conducta permitida por el DIH.
En igual orden de ideas, el Protocolo adicional a di-
chos convenios, del año 1977, plantea este supues-
to pero para los civiles muertos durante las hostili-
dades .
Haciendo una interpretación creativa del derecho,
con sustento en el principio pro persona y en base
a la analogía, podemos aplicar dichos criterios del
Protocolo adicional al caso de marras, ya que como
se dijera, aunque no pensado para supuestos como
éste, dado que es para civiles, puede haber una apli-
cación extensiva para aquellas personas alcanza-
das por los Convenios de Ginebra de 1949, lo que se
traduce en la inclusión de los soldados muertos en
combate .
Las normas convencionales pertinentes del DIH
y siempre mediando un criterio interpretativo
analógico, prevén la realización entre los Esta-
dos de acuerdos en dicho sentido, no sólo para el
mantenimiento de las tumbas sino para el traslado
de restos .
Por último, desde el campo de los DDHH se advierte
que no existe una obligación jurídica para los Esta-
dos de proceder al traslado de restos mortales, sino
que hacerlo constituye una potestad discrecional
de éstos; pero frente a la voluntad de materializarlo
por parte de los familiares del fallecido, como en
el caso Castagnari y ante la posibilidad de que sea
la propia familia la que posea o consiga los medi-
os para hacer efectivo el traslado, sí existe una obli-
gación estatal de no impedir este proceso, es decir
el Estado debe abstenerse de cualquier conducta
que imposibilite o perjudique el traslado de los res-
tos mortales, por cuanto una decisión de esta natu-
raleza configura un derecho personalísimo e inher-
ente a la cuestión familiar , según las convicciones
de cada quien. Desde luego que toda colaboración
del Estado sería moralmente apreciada pero no re-
sultaría jurídicamente exigible, aunque sí lo sería su
pasividad.
III-	Conclusiones
A pesar de que ya han transcurrido más de trein-
ta y siete años del cese de hostilidades en el con-
flicto bélico entre nuestro país y el Reino Unido de
Gran Bretaña por la soberanía de las Islas Malvinas,
diferentes aspectos vinculados a la guerra vuelven a
aparecer y se instalan en la opinión pública argen-
tina. El último año nos dejó como última imagen el
caso del Capitán (PM) Luis Darío Castagnari y su re-
torno al continente para descansar definitivamente
junto a los restos de su hijo fallecido.
La decisión del gobierno argentino de cambiar el
eje de las relaciones con los británicos, luego del dis-
tanciamiento en las mismas tras doce años de gobi-
erno kirchnerista, abrieron una ventana para hacer
realidad un reclamo que muchas de las familias de
los caídos en el conflicto bélico y varios centros de
veteranos venían realizando desde hacía mucho
tiempo.
Esto es, la identificación de los cuerpos enterra-
dos en el cementerio de Darwin, donde muchos de
ellos solo tenían la inscripción en sus lápidas como
“Soldado argentino solo conocido por Dios”. De este
modo el nuevo giro en la política exterior argentina,
sumado a la intervención de la Cruz Roja Interna-
cional como garante del procedimiento, permitió
la identificación de la gran mayoría de los solda-
dos caídos y promete seguir avanzando durante el
año en curso para lograr la identificación de nuevos
cuerpos encontrados en otras partes de las islas.
En este contexto, el retorno al continente del cuerpo
del Capitán de la Fuerza Área Argentina, Luís Darío
Castagnari generó todo un suceso, quizás no bus-
cado por el gobierno argentino, pero que a la postre
permitió generar un contacto directo para una co-
munidad que, en muchos casos, pretendió olvidar
los duros recuerdos de la guerra. Para quienes tu-
vimos la dicha de participar de la recepción de los
restos del capitán, fue un hecho emotivo, dado que
pudimos ser testigos de la primera recepción que
se realiza en el continente de un héroe de la guerra.
De este modo, el recibimiento del capitán mostró
una faceta de la guerra que los argentinos naci-
dos en democracia solo podíamos leer en los libros
o imaginar al escuchar los relatos de los vetera-
nos. Que sus restos descansen luego de treinta y
seis años junto a los de su fallecido hijo Gustavo
son también el resultado de la lucha de su esposa,
31 32
María Cristina Scavarada, y de su familia y que solo
pudieron hacerse realidad luego de que el gobierno,
a pesar de recibir airadas críticas de varios sectores
de la sociedad, tuvo que reconocer. Esto sin dejar de
mencionar que el Derecho Internacional Humanitario
les reconoce a los deudos la posibilidad de reclamar
la entrega de los restos de los familiares caídos en el
campo de batalla.
Así, a partir de los sucesos mencionados podemos
sacar dos conclusiones claras. Por un lado, la amplia
difusión nacional e internacional que tuvo el recono-
cimiento de los cuerpos de los soldados caídos, como
el retorno al continente de los restos del Capitán
Castagnari, que lograron instalar una nueva imagen
de la Guerra de las Malvinas en el imaginario colec-
tivo argentino, lo que debería permitir, sobre todo a
las nuevas generaciones, tomar contacto directo con
lo que significó aquel terrible suceso. En este senti-
do, también genera un hito importante en el proce-
so que, desde los sectores académicos y desde las
agrupaciones de veteranos de guerra se está reali-
zando para lograr instalar la “Cuestión Malvinas” en
la sociedad, visto como un requisito necesario para
poder avanzar hacia una verdadera política de Esta-
do sobre la materia.
3 En tal sentido ver DEYRA, Michel “Le Droit dans la guerre” París, Francia, Gualino éditeur, Lextenso éditions, 2009. Original en francés, traducción
del autor del presente trabajo.
4 SWINARSKI, Christophe “Introducción al Derecho Internacional Humanitario”. Publicación en línea. https://www.icrc.org
5 Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen
nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Definición institucional dada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos; información en línea: https://www.ohchr.org. Por ejemplo el derecho a la vida, a la libertad de expresión o a la
educación entre muchos otros. Nota del autor del presente trabajo.
6 En tal sentido ver DEYRA, Michel “Le Droit dans la guerre” París, Francia, Gualino éditeur, Lextenso éditions, 2009. Original en francés, traducción
del autor del presente trabajo.
7 En tal sentido ver Comentarios de los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, bajo la dirección de Jean Pictet. Original en francés, traduc-
ción del autor del presente trabajo.
8 Dichos Convenios fueron aprobados el 12 de agosto de 1949: I. Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridos y los enfermos de
las fuerzas armadas en campaña.
II. Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridos, los enfermos y los náufragos de las fuerzas armadas en el mar.
III. Convenio de Ginebra relativo al trato debido a los prisioneros de guerra.
IV. Convenio de Ginebra relativo a la protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra.
9 Ver artículo 17 del Convenio I; 20 del Convenio II y 120 del Convenio III.
Como segundo punto, y en la misma línea, obliga a
los principales decisores en materia de política ex-
terior a no abandonar, en nombre de aquellos que
dieron su vida por la causa a cumplir con la cláusula
transitoria primera de nuestra Constitución Nacional y
no cesar en los reclamos pacíficos ante el Reino Uni-
do y la comunidad internacional para que se logre
un avance en las negociaciones por el reconocimien-
to de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas,
demás islas del Atlántico Sur y sus espacios maríti-
mos adyacentes.
Por todo lo expuesto, es dable destacar que en el
largo proceso del conflicto del Atlántico Sur que la
República Argentina mantiene aún con Gran Bretaña
por la soberanía de los territorios en disputa, cuestio-
nes conexas al mismo pero no por ello menos im-
portantes, como el caso del Capitán (post mortem)
Castagnari y su resolución, son un avance que per-
mite el diálogo y la cooperación entre las partes en el
marco de la disputa de soberanía, en este escenario por
la Cuestión Malvinas, sin perjuicio de recalcar que se
ajustan, las mismas, totalmente a Derecho.
33 34
10 Constitución Nacional argentina: Disposiciones Transitorias. Primera. La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre
las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio
nacional.
La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios
del derecho internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.
11 Doctrinariamente se entiende que ésta disposición, establecida en el artículo 17 del Convenio I de Ginebra de 1949, sobre un eventual traslado de
restos, posee un carácter puramente facultativo, pues depende de la voluntad de los Estados. En tal sentido ver Comentarios de los Convenios de
Ginebra del 12 de agosto de 1949, bajo la dirección de Jean Pictet. Original en francés, traducción del autor del presente trabajo.
12 El Protocolo adicional I a los Convenios de Ginebra fue aprobado el 8 de junio de 1977.
Protocolo adicional a los Convenios de Ginebra, relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales. Ver artículo 34 de
dicho protocolo.
Cabe consignar que aunque al momento del conflicto armado de 1982 ambos beligerantes, Argentina y Gran Bretaña aún no eran partes del Pro-
tocolo adicional I (nuestro país lo ratificó el 26/11/1986 y Gran Bretaña, si bien lo había firmado el 12/12/77, recién lo ratificó el 28/01/1998), por ocurrir el
caso Castagnari en un momento en el cual los dos Estados sí son plenamente partes de dicho instrumento del DIH, hacemos extensivas sus disposi-
ciones al caso. Nota del autor del presente trabajo.
13 De acuerdo a este principio, habrá de estarse siempre a la interpretación que resulte más favorable al individuo en caso de disposiciones que le
reconozcan o acuerden derechos. Diccionario jurídico en línea: http://www.diccionariojuridico.mx/ http://www.diccionariojuridico.mx
14 Ver SANDOZ, Yves; SWINARSKI, Christophe y ZIMMERMANN, Bruno bajo la dirección de Jean Pictet. Comentario del Protocolo del 8 de junio de
1977 adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 (Protocolo I) CICR. www.cicr.org Original en francés, traducción del autor del pre-
sente trabajo.
15 Ver artículo 34 párrafo 2 y sus incisos b) y c) del Protocolo adicional I de 1977. Ver también artículo 17 del Convenio I de Ginebra de 1949, donde se
plantea la creación, por parte de los Estados en conflicto, de un Servicio oficial de tumbas.
16 Al respecto, desde el DIH ver Norma 114 de la recopilación del DIH Consuetudinario efectuada por el CICR, donde se habla del derecho que les
asiste a las familias de los difuntos sobre cuestiones como ésta. Cfm. HENCKAERTS, Jean-Marie; DOSWALD-BECK Louise con contribuciones de
Carolin Alvermann, Knut Dörmann y Baptiste Rolle El derecho internacional humanitario consuetudinario Volumen I: Normas. Cfm. HENCKAERTS,
Jean-Marie; DOSWALD-BECK Louise con contribuciones de Carolin Alvermann, Knut Dörmann y Baptiste Rolle El derecho internacional humanitar-
io consuetudinario Volumen I: Normas.
En el mismo sentido y desde el ámbito de los DDHH, el artículo 23 inciso 1 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos establece: Artículo 23.
1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.
La devoluciOn
de trofeos
a 37 aNos del Conflicto
del AtlAntico Sur
Celina Romani
Bruno Rossi Pizzi
35 36
“La guerra no es, pues, una relación de
hombre a hombre, sino una relación de
Estado a Estado, en la cual los individuos
son enemigos accidentalmente, no como
hombres ni como ciudadanos, sino como
soldados.” Jean Jacques Rousseau
El objeto del presente artículo es analizar el fenóme-
no de la devolución de los trofeos de guerra obteni-
dos en el marco del Conflicto del Atlántico Sur de
1982. Luego de una introducción teórico-jurídica so-
bre la materia, se pasa revista a diversos casos re-
cientes de restitución de cascos de guerra que se
dieron en el plano de los individuos. Asimismo, se
revisita, como escenario paradigmático, el proceso
de restitución de la cédula militar de un soldado ar-
gentino caído en combate a su madre. Finalmente,
se describen las gestiones tendientes a la devolu-
ción de la imagen de la Virgen de Luján capturada
en la Guerra de 1982, donde se hace especial énfasis
en el mutuo entendimiento de los obispados católi-
cos castrenses argentino y británico y el activo aus-
picio de la Santa Sede en aras de tal restitución.
I- Introducción
En la actualidad, la Cuestión Malvinas, entendida
como la disputa con el Reino Unido por la soberanía
de las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del
Sur, los espacios marítimos circundantes, es abor-
dada, por parte de la Cancillería argentina, des-
de varias aristas. En efecto, si bien el reclamo por
la soberanía de los mencionados territorios ha sido
el leitmotiv del accionar diplomático argentino al
respecto, lo cierto es que ha cobrado relevancia la
perspectiva humanitaria en el accionar argentino.
En este sentido, es preciso destacar la suscripción
de un Plan de Proyecto Humanitario entre Argen-
tina y la Cruz Roja, que indica que, en conformi-
dad con el Derecho Internacional Humanitario, las
partes involucradas en un conflicto armado deben
hacer lo posible para investigar lo acontecido con
los cuerpos de las personas reportadas desapareci-
das luego de la Guerra de Malvinas en 1982. En vir-
tud de dicho acuerdo, se han exhumado 122 restos
mortales que yacían en 121 tumbas en el cemente-
rio de Darwin, de los cuales 115 soldados argentinos
fueron identificados.
Tales acciones se inscriben en el marco de una
renovada relación con el Reino Unido, tendiente a
un carácter constructivo sobre la totalidad de los
temas que la componen. Es en concomitancia con
este espíritu que yace la cuestión de la devolución
de los denominados “trofeos de guerra” apropiados
por ambos beligerantes en el marco del conflicto
armado del Atlántico Sur.
Es necesario aclarar que, desde el punto de vista
del derecho internacional humanitario consuetu-
dinario, “las partes en conflicto pueden confiscar
el material militar perteneciente a un adversario
como botín de guerra” (Doswald-Beck y Henck-
aerts, 2007:193). Si bien la costumbre internacional
no siempre está cristalizada o materializada en una
norma dispositiva, es el denominado “elemento ma-
terial” de la misma –su uso constante y uniforme–,
junto con su “elemento espiritual” –la convicción de
la obligatoriedad jurídica de una práctica generaliza-
da por los Estados– lo que hace que el derecho con-
suetudinario se erija, en ocasiones, como una fuen-
te del Derecho Internacional (cfr. Pastor Ridruejo,
2001:69-81).
De esta suerte, existe un consenso entre los belig-
erantes, conforme al cual no todo bien puede ser
confiscado en carácter de botín de guerra, en virtud
de la distinción de los objetos que puedan tener un
valor histórico, científico o artístico propios del Es-
tado enemigo. Por lo tanto, la confiscación de todo
bien que contemplare estas características, bien
puede ser sometida a la presión de la vergüenza in-
ternacional. Esto mismo ocurre con toda propiedad
mueble del Estado, útil para las operaciones de la
guerra. De modo que, la adquisición del botín de
guerra no está prohibida por la legislación interna-
cional, siempre y cuando se trate exclusivamente
de la toma de posesión de los objetos susceptibles
de uso bélico capturados o abandonados por el be-
ligerante enemigo.
Es sabido que, en ocasiones, los Estados o individuos
que se apoderan de los objetos del adversario en ti-
empos de guerra pueden, voluntariamente o bajo
presión de la comunidad internacional, restituir
los bienes confiscados al Estado o al soldado pro-
pietario original. Numerosos han sido los casos de
este tipo de restituciones que tienen, por lo general,
como objetivo contribuir a la concordia en las rela-
ciones entre los otrora beligerantes . No obstante,
muchas veces las restituciones no se efectúan de
Estado a Estado, sino que se dan en el plano de los
individuos, sea motu proprio por parte del soldado
que hubo confiscado y custodiado los bienes y que
desea que estos regresen a su antiguo propietario, o
bien por medio de transacciones mercantiles.
En este contexto, se destacan tres recientes casos
sumamente paradigmáticos en la materia de la
devolución de trofeos de guerra, previamente con-
fiscados por soldados enemigos en el marco de la
Guerra del Atlántico Sur. En dos de ellos, la toma del
botín se produjo por parte de los británicos, mien-
tras que, en el restante, fue un soldado argentino
quien se hizo, en su momento, de un bien pertene-
ciente a un combatiente británico.
37 38
II- La restitución de los cascos de guerra
Dentro de las luchas por las restituciones de bienes
confiscados en concepto de trofeos de guerra, co-
bran especial relevancia los cascos de guerra. Dado
que estos suelen poseer un carácter personal en
virtud de la pertenencia a un determinado soldado,
múltiples han sido los casos en donde lo que pri-
ma es la avidez del soldado de recobrar su casco.
En efecto, la restitución de este tipo de bienes se
suele efectuar en el plano de los individuos, y no de
Estado a Estado. Si bien abundan ejemplos de estos
actos, nos limitaremos, a los efectos del presente
artículo, a pasar revista a tres hechos que se destac-
aron en el último año en torno a los retornos de los
cascos de guerra.
El primer hecho corresponde a Jorge Alberto “Beto”
Altieri, quien recuperó el casco que usó durante la
Guerra de Malvinas, el cual estuvo en manos de un
coleccionista británico. El casco significa mucho
para él: le salvó la vida al frenar una esquirla que
finalmente lo dejó con parálisis del lado derecho
y le hizo perder el ojo izquierdo. El propio ex com-
batiente recuerda “Un día me llama por teléfono un
compañero de Malvinas y me dice que un mucha-
cho quería hablar conmigo, que mi casco estaba en
un remate en Inglaterra. Yo le digo que no puede
ser porque quedó tirado en Malvinas. Me dice que
tenía un tajo cicatrizado en la frente y que me iba a
mandar una foto”. Y cuando vio la imagen y su nom-
bre escrito en él no lo dudó, era suyo.
A pesar de que una persona conocida suya ofertó
400 libras por él, un coleccionista inglés ofreció 800
libras y fue así como no pudo obtenerlo en ese mo-
mento. Sin embargo, Jorge hizo de todo como para
poder volver a tener, por lo menos, la posibilidad
de tocarlo. Finalmente, luego de que el coleccioni-
sta volviera a poner en venta el casco, pero esta vez
a 10.500 libras, lo cual era imposible de pagar por
parte de Jorge, un empresario tuvo los medios y la
voluntad de comprarlo y enviárselo a Jorge. Quien
ya hoy en día lo tiene en sus manos, luego de tantos
años.
Bajo el mismo espíritu de la restitución de los cas-
cos, se destaca la incansable lucha del teniente ar-
gentino Diego Arreseigor para devolver a la familia
británica de su dueño original el casco que halló al
momento de quedar prisionero de guerra. Arresei-
gor conservó durante treinta y siete años el obje-
to en tanto trofeo de guerra, pero al enterarse de
la muerte en batalla del soldado británico que lo
llevaba, decidió dar con el paradero de los parientes
del caído. De esta suerte, Arreseigor pudo encontrar
y comunicarse, videoconferencia mediante, con la
hermana del ingeniero mecánico Alexander Shaw,
propietario del casco. Ambos acordaron efectuar
la devolución del casco en tierras británicas, que
Arreseigor visitará para reunirse con la familia de Shaw
(cfr. Cociffi, 2019). Sin embargo, el encuentro fue al-
terándose en lugar y tiempo debido a cuestiones
personales de cada familia, hasta que, finalmente
El Ex Combatiente Jorge Altieri, junto al casco que
le salvó la vida en la Guerra de Malvinas.
Cédula militar de identidad perteneciente al caído Diarte y entregada a su madre
en una ceremonia de la que participó Julio Aro (Presidente de la Fundación No Me
Olvides) y el Embajador británico Mark Kent .
pudieron reunirse en un hotel céntrico de Madrid.
Allí, a pesar que ninguno manejaba bien el idioma
del otro, lograron darse a entender, y bajo un con-
texto de tranquilidad y paz, hicieron posible la devo-
lución del casco.
Ha de mencionarse, en el marco de la lucha por la
restitución de los cascos de guerra, otro caso que
se mantiene en concordancia con los anteriores. Se
trata de un joven, Matías Buonocore, que luego de
escuchar la historia anterior en los diarios y noticias,
recordó que tenía un casco perteneciente a alguien
que participó en la Guerra de Malvinas. El mismo
lo había llevado su tío a su casa cuando él tenía 5
o 6 años. Pero fue tal la conmoción que sintió con
la historia anterior, que publicó en sus redes sobre
la existencia de este casco y a quien le pertenece,
en este caso a Alfredo Raúl Cruz. Matías recibió in-
formación de distintos lugares, entre ellos, asocia-
ciones de ex veteranos como también Anastasia
Panero (periodista que dio a conocer el hallazgo del
casco anterior), no obstante, no logró realmente en-
contrarlo, pero aun así no pierde las esperanzas.
III- Restitución de la cédula militar de identidad de
un ex combatiente a su madre
Otro ejemplo claro sobre trofeos de guerra es aquel
que comenzó hace 10 años, con la identificación,
por parte del veterano Osvaldo Hillar, de una cédula
militar de identidad perteneciente a Daniel Oscar
Diarte quien falleció en combate durante la guer-
ra de Malvinas el 3 de junio de 1982, en el Imperial
War Museum de Londres. Esta situación surge bajo
el contexto de una invitación por parte del Estado
junto a otros ex combatientes, con quienes visitó el
museo, y fue allí donde reconoció la identificación,
la cual era comprendida como un elemento de
guerra por parte de los británicos, y a pesar de la
prohibición de sacar fotos, capturó el documento
y se encargó de averiguar qué trámites había que
hacer para la extradición del mismo a la familia que
le correspondía.
39 40
1 Grupo de Estudios sobre Malvinas. Instituto de Investigaciones. Escuela de Relaciones Internacionales. Faculta de Ciencia Política y Relaciones
Internacionales. Universidad Nacional de Rosario
2 (1985:36).
3 “El derecho internacional humanitario tiene su origen en las prácticas militares consuetudinarias que se desarrollaron con el tiempo y en todos
los continentes” (Doswald-Beck y Henckaerts, 2007: XXIX).
4 Baste mencionar la histórica devolución, por parte de la República Argentina, de los trofeos de guerra al Paraguay, ochenta y cuatro años
después del fin de la Guerra de la Triple Alianza.
5 Autora de la foto AP/Natacha Pisarenko. Disponible en: https://www.clarin.com/sociedad/sanar-heridas-guerra-veteranos-malvinas-pudieron-re-
cuperar-cascos_0_yf0X-CLj4.html. Consultado 25 de Noviembre de 2019
6 Foto disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/madre-de-joven-caido-en-malvinas-recupero-su-cedula-militar-en-manos-del-emba-
jador-britanico/ Consultado el día 20 de noviembre de 2019
7 Imagen tomada por el investigador de la ReFEM 2065 y la Universidad Nacional del Sur Sebastián Ciccone en la reciente visita de la Virgen de
Luján a Viedma Rio Negro, el día 21 de Noviembre del corriente año.
Según Infobae (2019), Diarte fue una de las víctimas
de un misil lanzado por el avión inglés Vulcan B.2 so-
bre Puerto Argentino, como parte de la Operación
Black Buck de la Real Fuerza Aérea (RAF). Hoy, sus
restos descansan en el Cementerio Argentino de
Darwin. Y su cédula de identidad ya no se exhibe
en el museo londinense: ahora está en manos de su
madre, Dalis Cejas de Diarte.
Esto se debe a que, a pesar del tiempo transcurrido
(fundamentalmente debido a la burocracia), el día
19 de octubre de 2019, el mismo Embajador británi-
co en la Argentina, Mark Kent, le entregó la cédula
militar a la madre de ex combatiente de Malvinas,
en Mar del Plata, donde ella reside. Fue así que, con
la ayuda del diplomático británico y de la Fundación
No Me Olvides, presidida por Julio Aro, y la colabo-
ración de la Universidad Nacional de Mar del Plata,
Dalis Cejas de Diarte disfrutó el Día de la Madre con
el documento de su hijo en mano.
IV- La devolución de la imagen de la Virgen de
Luján con el auspicio de la Santa Sede
El último caso a considerar es el de la imagen de la
Virgen María de Luján que fue llevada a Malvinas du-
rante la guerra de 1982, cuyo paradero, al menos en
Argentina, era desconocido hasta hace poco tiempo
atrás. Efectivamente, se descubrió que la imagen se
encuentra actualmente en la ventana oriental de la
Catedral de San Miguel y San Jorge de Aldershot, en
el condado de Hampshire, sede del obispado católi-
co castrense británico. Los argentinos, que habían
llevado con ellos esta estatua de Nuestra Señora de
Luján, reconocida como la patrona de Argentina, se
vieron obligados después de su rendición a dejar la
imagen bajo la custodia del prefecto apostólico de
las islas, monseñor Dan Spraggon. Spraggon, por
su parte, se la presentó al padre Alfred Hayes, qui-
en estaba con las fuerzas británicas a lo largo de la
campaña.
Una vez finalizada la guerra, el Padre Hayes le pidió
autorización a monseñor Spraggon para llevar la
imagen y entronizarla en la catedral castrense de
Aldershot, en memoria de los soldados de ambas
partes que murieron en el conflicto. A pesar de ello,
“A mediados de 2018, un dirigente laico que inte-
graba la agrupación católica La Fe del Centurión,
que se dedica a ofrecer en la diócesis de Quilmes
retiros espirituales para veteranos de guerra y famil-
iares, leyó un reportaje a un médico militar inglés,
que contaba que en la catedral castrense británica
había una imagen de la Virgen de Luján y ese fue
el primer paso. Una vez confirmado el origen de la
imagen se iniciaron las gestiones para su regreso”,
explicó monseñor Olivera, obispo castrense de la
Argentina.
Cabe destacar que la Santa Sede se ha erigido como
un actor y mediador de fuste en las gestiones para
la restitución de este bien.
En efecto, el propio Santo Padre, al tomar cono-
cimiento de la posible devolución de la imagen de
la Virgen, le solicitó al obispo castrense argentino
que la misma se produzca en la propia Ciudad del
Vaticano, ya que él quería bendecirla en persona.
Por su parte, el obispado castrense argentino, en
agradecimiento por la devolución de la figura de la
Virgen, se comprometió a entregarle a su homólo-
go británico una réplica de la imagen de Nuestra
Señora de Luján.
En efecto, el 30 de octubre de 2019, se llevó a cabo
la histórica restitución de la imagen de la Virgen,
en las inmediaciones de la Plaza San Pedro. Previa-
mente y en el marco de una audiencia, Su Santidad
se encargó de bendecir la figura, como así también
la réplica donada por los argentinos a sus homólo-
gos británicos. En términos del obispo castrense
católico inglés, James Paul Mason, protagonista de
la ceremonia, el traspaso fue concebido como “un
signo de conexión, fe compartida y buena voluntad
pacífica entre ambas naciones”. En concomitancia
con dicho espíritu, el obispo castrense argentino,
monseñor Olivera, describió la ceremonia como “un
símbolo de fraternidad, de diálogo y respeto”.
La imagen fue recibida con honores en el aeropuer-
to de Ezeiza, en donde se inició el periplo que llevó
a la histórica figura de Nuestra Señora de Luján a
una peregrinación por numerosas diócesis de la Ar-
gentina. Periplo que, según lo pactado, finalizará en
2020, cuando la imagen recale definitivamente en
la Basílica de la homónima ciudad de Luján.
En términos de Sergio Rubín (2019), periodista y
biógrafo autorizado del Papa Francisco, lo que en-
tró en acción con el intercambio producido en el
Vaticano es la “diplomacia religiosa”. En efecto,
Rubín sostiene que la ceremonia, a la que consideró
como un salto cualitativo en la materia, bien puede
41 42
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Ajustes finales libro Malvinas

  • 1.
  • 2. Contenido Malvinas ...................................................................................................................................................................................................... 02 Cornelia Schmidt Liermann - Diputada Nacional Observatorio parlamentario sobre la Cuestión Malvinas: la importancia de la vinculación político-académica en la construcción de una estrategia .........................................................................................................04 Alejandro Echegaray - Diputado Nacional Humanidad y Soberanía ....................................................................................................................................... 13 Eduardo Amadeo - Diputado Nacional La “Cuestión Malvinas”: .............................................................................................................................................15 Eduardo Eurnekián “1, 90, 115, 8, 2 y 122. El Plan Proyecto Humanitario” ....................................19 Federico Martín Gómez “El retorno del Capitán. El caso del Capitán Castagnari des- de la óptica del Derecho Internacional Humanitario y del Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Algunas reflexiones al respecto” ...........................................................................................................................................28 Juan Herminio García Zeballos y Gustavo García “La devolución de trofeos de guerra a 37 años del Conflicto del Atlántico Sur”. ...................................................................................................................................................................36 Celina Romani y Bruno Rossi Pizzi Entrevista a Geoffrey Cardozo .............................................................................................................. 44 Entrevista a Julio Aro ......................................................................................................................................................49 Entrevista a María Fernanda Araujo ......................................................................................... 55 Lic. Ana Clara Bormida Actividades observatorio ...................................................................................................................................... 61 Malvinas La Disputa de soberanía entre la Argentina y Reino Unido por las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y sus espacios marítimos circundantes; sigue siendo el asunto de políti- ca exterior más valioso de nuestro país. La recu- peración del ejercicio efectivo sobre nuestras Islas, no solo está plasmado en una manda constitucio- nal desde 1994, sino que es propia de nuestro ADN. Por lo que constituye un objetivo permanente e ir- renunciable que debe contar con el apoyo de to- dos los sectores de la sociedad. Asimismo, no podemos abordar la Cuestión Malvi- nas, sin tener la visión estratégica de nuestra Antártida: Argentina históricamente ha cumplido un papel clave en la implementación del Sistema del Tratado Antártico y de los mecanismos y orga- nizaciones regionales. Uno de los objetivos gene- rales de nuestra política antártica debe ser el de garantizar que la región continúe como una reser- va natural dedicada a la paz, a la preservación de los recursos marinos y a la promoción de las activ- idades científicas, teniendo como uno de los obje- tivos más importantes lograr la protección medio- ambiental tan necesaria para nuestro bienestar global. Todos los argentinos que vivimos los años 80 tene- mos algún recuerdo de un conflicto que pensába- mos imposible: la Argentina le había declarado la guerra al Reino Unido, una de las potencias bélicas más importantes del mundo. El 2 de abril se convirtió para muchos en un pro- ceso que nos llevó de la euforia a una despedida eterna. Un día que, sin advertirlo, arrastraría a la muerte a 649 soldados y a muchos más que de- cidieron terminar con sus vidas tras la derrota y el maltrato. Aquellos veteranos que pudieron volver a las islas relatan encuentros repletos de emoción con sus habitantes. Son los veteranos y los familiares de caídos en Malvinas nuestros mejores diplomáti- cos. Son ellos los que hoy comparten correspon- dencia tanto con los habitantes de las islas como con ex soldados británicos. Los unen los recuer- dos, la memoria, lo aprendido y la perdida a un ser querido. Son artífices de uno de los proyectos humanitarios más bellos de estos últimos años: la identificación de nuestros Héroes. Perdimos una guerra que nunca debió llevarse a cabo. Aun así, los lazos con Malvinas se fortalecen día a día. Y son los mismos que, tras llevar un fusil, o cargar tristeza y desconfianza, hoy llevan cercanía, diálogo y comprensión. Por ello debemos preservar y perseverar en el camino del diálogo y la negociación para lograr finalmente la recuperación del ejercicio pleno de soberanía sobre las Islas, camino señalado en el mandato surgido en las Naciones Unidas, basa- do en una Política de Estado reivindicativa que no sólo tiene impacto nacional, sino que también cuenta con la solidaridad de países vecinos, que ha hecho de esta causa una cuestión de reclamo regional y global. Cuanto más peso logre nuestro país en el Mundo, cuanto más sea reconocido por los otros como un actor confiable y guardián de los Derechos Humanos y de la Paz, mejores perspectivas ten- dremos de lograr encaminar una solución pací- fica al conflicto. Para ello, resulta imprescindible no degradar la Causa Malvinas, lastimándola con 02
  • 3. disputas partidarias o de campaña. Por eso, todos los políticos estamos llamados a una responsabi- lidad ética de abandonar la pereza intelectual de una visión chica y cortoplacista, para esforzarnos en lograr consensuar herramientas y caminos para lograr nuestro fin. No desistiré en el intento de continuar trabajando sobre lo que nos une, y no sobre lo que nos sepa- ra. Me inspira el recuerdo y el alma de los caídos en Malvinas. Aquellos que lograron recuperar su identidad, luego de un proceso que comenzó en el 2012 y que logramos culminar con el aporte de la Cruz Roja Internacional, el Cuerpo de Antro- pología forense, la Comisión de Familiares Caídos en Malvinas, empresarios como Erneukian, peri- odistas como Alicia Panero y colaboración estre- cha de los dos países: el argentino y el británico, con la asistencia de los isleños. Bendecido por lágrimas y de recuerdos melancólicos. Sensibilizar no solo a nuestra población, sino a la del Reino Unido y los actores globales relevantes, es como podremos ir sumando apoyos políticos que rechazan la subsistencia de colonialismo. Acercándonos al isleño, es como podemos crecer. Debemos recuperar las islas con el corazón. Dejar atrás nuestras diferencias respecto y consensuar estrategia del cómo recuperarlas significaría un gesto de cohesión, fortaleza y determinación ha- cia el Reino Unido y al mismo tiempo un mensaje de unidad a la comunidad internacional, que ha sido clave en apoyar nuestros históricos reclamos en todos los foros internacionales en los que la Ar- gentina ha buscado y logrado el reconocimiento de sus legítimos derechos soberanos. Este año pudimos unirnos ante un pedido con- creto, en ocasión de la reunión del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas: un gru- po de legisladores argentinos del oficialismo y la oposición, llevamos junto a nuestra Canciller, el pedido unívoco al Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Gutierres, de instru- mentar sus “buenos oficios” para llamar a Gran Bretaña a la mesa de negociaciones, quienes demostraron un apoyo a la causa Malvinas. Hoy tengo esperanzas de que Argentina logre, paso a paso, con honestidad y firmeza que el Reino Unido regrese a las negociaciones para encontrar una solución pacífica, justa y perma- nente respecto de la Cuestión de las Islas Malvi- nas. Así como el país deshecho por la dictadura militar se unió en un solo grito de fe: las Malvinas fueron, son y serán argentinas, debemos unirnos en una estrategia mancomunada, que haga posible que se concrete esa realidad. Cornelia Schmidt-Liermann 03 OBSERVATORIO PARLAMENTARIO SOBRE LA CUESTIoN MALVINAS IMPORTANCIA DE LA VINCUlaCIoN POLiTICO - ACADeMICA EN LA CONSTRUCCIoN DE UNA ESTRATEGIA D.N Alejandro Echegaray 04
  • 4. El 17 de mayo de 2006, en la Cámara de Diputa- dos de la Nación se creó el Observatorio Parlamen- tario sobre la Cuestión Malvinas con la finalidad de “estudiar, debatir, difundir, reunir antecedentes y promover todo tipo de actividades académicas”. El objetivo principal era hacer una conjunción entre la política, en el lugar en el que se debaten las leyes que rigen la vida de una sociedad, y el ámbito de estudios de uno de los temas más sensibles para la República Argentina. El Observatorio tuvo un gran impulso por parte de sus fundadores, los Diputados Nacionales Jorge Argüello, Alberto Balestrini, Federico Pinedo, Carlos Ruckauf y Federico Storani, que en ese entonces le dieron forma y fuerza a una instancia novedosa y muy importante en el ámbito legislativo, clave en la construcción de una política pública hacia la Cuestión Malvinas. Tuvo que transcurrir mucho ti- empo para que nuevamente el Observatorio tuviese una actividad que trascendiese las paredes del Con- greso, ya que no fue hasta septiembre de 2016 cuan- do se puso nuevamente en funcionamiento. Y esa sea tal vez una autocrítica que debemos hacernos como Parlamento. Hoy, al Observatorio lo integran diputados y diputa- das nacionales de diferentes bloques, que construy- en, deconstruyen y reconstruyen junto a represen- tantes del ámbito intelectual y de la sociedad civil, iniciativas, proyectos y acciones tendientes a proyec- tar el rol del poder legislativo en la implementación de políticas públicas en materia de política exterior vinculadas a la construcción de la Cuestión Malvi- nas. El Observatorio Parlamentario se constituye como una instancia de permanente apoyo político y académico a la estrategia argentina hacia el Atlán- tico Sur. Su funcionamiento no debe reconocer in- terrupciones y los debates domésticos coyunturales deberían ser materia ajena de este ámbito, en tanto la cuestión Malvinas es una Política de Estado: su abordaje debe trascender a los colores políticos y a los clivajes sociales propios de una época, porque la recuperación de la soberanía sobre nuestras Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y sus espacios marítimos circundantes se logrará gracias a la coherencia de una estrategia sostenida en el ti- empo, tal como lo establece nuestra Constitución, “conforme a los principios del derecho internacional”. Creo que uno de los mejores ejemplos que tene- mos en nuestra historia en este sentido es la Reso- lución 2065 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, lograda durante el gobierno del Dr. Arturo Humberto Illia. La Resolución 2065 es, al día de hoy, el instrumento más importante en la disputa por la soberanía de las islas Malvinas. Lograda gracias a arduas nego- ciaciones del cuerpo diplomático conformado por Lucio García del Solar, José María Ruda y Bonifacio del Carril, la Resolución 2065 es el documento por el cual la comunidad internacional, reunida en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas, reconoce la situación de disputa de soberanía exis- tente entre la República Argentina y el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, identificación que el status mantenido por este último sobre la is- las es una situación colonial. Asimismo, se invitó a ambas partes a negociar con el objeto de encontrar una solución pacífica. El presidente Illia, en ese entonces, así lo consideró ante Diputados y Senadores: 05 “La cuestión de las Malvinas ha dejado de ser un planteamiento entre un país ocupado y un país ocupante. Nuestro anhelo reivindicatorio se ha internacionalizado, y gracias a la justicia de nuestra causa, al respecto de los pueblos hermanos, al esfuerzo universal de nuestra defensa y al mérito de los antecedentes históricos y jurídicos que han servido para formularla, hemos encontrado una acogida decidida y completa de los gobiernos representados en la Organización de Estados Americanos. Y hemos logrado que la comisión de Descolonización de la ONU, por una- nimidad, aconseje a la Asamblea General se resuelva que, habiendo un conflicto entre el país ocupante y el país ocupado, ambos deben entrar en conversaciones para resolverlo. Por primera vez, el Reino Unido, al expresar los fundamentos de su actitud, pone de manifiesto la injusticia de su causa y las razones morales y jurídicas para una pronta rectifi- cación”1.
  • 5. Ya en 1964, a siete meses de asumir la presidencia, Illia había declarado ante la Asamblea legislativa el 1° de mayo, en ocasión de la apertura de las sesiones ordinarias: “Pusimos una celosa preocupación en la defensa de la soberanía territorial. No preten- demos nada que no sea nuestro, pero tam- poco podemos ceder nada que sea propio. Actualizamos los reclamos sobre nuestras Malvinas. Estamos convencidos de la legitim- idad de nuestros derechos. Mientras tanto, se han tomado precauciones para que la recu- peración de ese territorio argentino no se frus- tre mediante una forzada independencia, que jamás reconoceremos”2. Ese mismo año, como antesala de la resolución, los diplomáticos Lucio García del Solar, José María Ruda y Bonifacio del Carril lograron que los inte- grantes del subcomité especial de la ONU encarga- do de examinar casos de colonialismo, se alineasen a la postura argentina. Fue en ese entonces que el embajador José María Ruda, enunció su tan célebre alegato que se transformaría en la base de la reso- lución 2065: “Venimos al seno de esta Subcomisión para reafirmar, una vez más, los derechos irrenun- ciables e imprescriptibles de la República Ar- gentina a las Islas Malvinas. Las Malvinas son parte del territorio argentino ocupado ilegal- mente por Gran Bretaña desde 1833, en virtud de un acto de fuerza, que privó a nuestro país de la posesión del Archipiélago. Como conse- cuencia de ello, Gran Bretaña impuso allí el régimen de colonias. Desde entonces, 1833, la República Argentina ha reclamado a Gran Bretaña la reparación debida por el agravio inferido. En estos 131 años no ha consentido, ni consentirá jamás, la separación de parte del territorio nacional, por medio de un acto ilíci- to e inaceptable. Venimos a la Subcomisión a reiterar nuestros derechos a las Malvinas ante la comunidad internacional, apoyados por la voluntad y el sentimiento unánime del pueb- lo argentino y por una sólida e ininterrumpi- da posición de protesta frente a la violencia, mantenida por todos los Gobiernos argentinos desde 1833, sin distinción. Nuestro propósito es persuadir a la comunidad internacional de que las mencionadas Islas son parte integran- te del territorio argentino y que el deber jurídi- co y moral de Gran Bretaña es devolverlas a su verdadero dueño, afirmándose así el principio de la soberanía y de la integridad territorial de los Estados, base de las relaciones internacio- nales pacíficas”3. Como es sabido, el golpe militar encabezado por Juan Carlos Onganía discontinuó, entre muchas otras cosas, con este hito positivo en la línea de ti- empo que se pueda establecer sobre Malvinas, de modo que la política de Estado más sólida y aus- piciosa que nos ponía en la puerta del camino de recuperación de la soberanía se cerró, quedando trunco nuestro objetivo. El camino allanado por la Resolución 2065 nos llevaría a establecer negociaciones directas con el Reino Unido en pos de recuperar el ejercicio sober- ano sobre las En 1966, los dos países contemplaron diversas fórmulas de solución, que quedaron en un estado de suspensión luego del golpe militar. En el camino de mencionar los hitos de la cuestión Malvinas, debemos referenciarnos directamente al conflicto del Atlántico sur de 1982, que sin lugar a dudas es uno de los acontecimientos más negativos en nuestra historia y que enterró por mucho tiempo todo diálogo bilateral concerniente a la soberanía. La dictadura autodenominada Proceso de reorga- nización nacional entró en su etapa más decadente en 1982, con Leopoldo Fortunato Galtieri al frente del gobierno. Producir la recuperación militar de las islas Malvinas con un claro objetivo doméstico fue un recurso utilizado por la Dictadura para levantar la autoestima de una Argentina que se derrumba- ba. Alentar el discurso de recuperación de la sober- anía sobre nuestro territorio, una causa sentida por toda la sociedad, con gran ayuda de los medios de comunicación masiva fue el plan que idearon para intentar perpetuarse en el poder. Con un país destruido económica y moralmente, todo reclamo nacionalista sobre nuestra soberanía se fundaba sobre la base de un país denunciado internacionalmente por las reiteradas violaciones a los Derechos Humanos. Pero no todos lo veían así en ese momento, y un gran número de diri- gentes, representantes de todo el arco político del país, aceptaron el convite de apoyar la recuperación militar. En el partido político al que pertenezco, la Unión Cívica Radical, hubo expresiones políticas que mar- caron una diferencia clara en relación a otras fuer- zas políticas de ese entonces. La Juventud Radical de la provincia de Buenos Aires hizo pública una carta en la que reivindicaban lo logrado durante el gobierno de Arturo Illia y criti- caban fuertemente a la feroz dictadura que gobern- aba en 1982, y su decisión de recuperar las islas sin tener en cuenta consecuencias internas y externas. Así lo expresaron: “La justa reivindicación de nuestros derechos soberanos sobre las Islas ha quedado diluida, entre otras cosas, por la violación sistemática de los derechos humanos con su secuela de muertos y desaparecidos, presos y exiliados. En este marco, agravado por la imprevisión e irresponsabilidad gubernativa, se produce el hecho militar. No se contempló para produ- cir tal hecho el estado de vulnerabilidad de la Nación argentina, caracterizado por: a) Moral del pueblo quebrantada por la crisis social, económica y cultural, agravada por la corrupción más grosera que conoció el país. B) Economía devastada, con sus resortes bási- cos en manos extranjeras. C)Desprestigio internacional del gobierno mil- itar, considerado como una dictadura fascista en un plan de expansión militarista. El pueblo sufrirá los resultados de ésta impre- visión porque el mayor peso de la crisis sobre- viniente caerá sobre sus espaldas, ya que no se tuvo en cuenta: a) La reacción de las naciones, europeas y americanas, fundamentalmente; y las de- cisiones de los organismos internacionales como la ONU, la OEA y el Movimiento de Países no alineados. B) Las medidas económicas de embargos, bloqueo de fondos, vencimientos de deuda externa y consecuentes moratorias, cese de importaciones de material imprescindible, in- cluso de uso militar. Párrafo aparte merece señalar la irresponsab- ilidad con que se ha presentado el hecho con- sumado al pueblo, de una medida que, si bien involucra una reivindicación territorial sentida y anhelada por todos, no ha tenido presente la gravedad de la situación del país”. 4 07 08
  • 6. Pedro Azcoiti, uno de los autores de esta carta públi- ca, contó años después que “este documento se re- dactó en un seminario que la Juventud Radical de la provincia tenía organizado con anterioridad a la Guerra de Malvinas. Se realizó en Necochea, en el hotel Avenida durante la Semana Santa de aquel año 1982. Sin saberlo, asistíamos a los días finales de la dictadura y al comienzo del arrollador cami- no de Raúl Alfonsín y la UCR por la reconstrucción democrática”. La segunda expresión que traigo a colación fue la de Raúl Alfonsín, uno de los dirigentes más lúcidos del partido, que no en vano se convirtió en el presi- dente que reconstruyó la democracia para todos los tiempos. El 7 de abril, cinco días después de desembarcar en las islas, Mario Benjamín Menéndez era proclamado gobernador militar de las islas. Para la asunción, se congregaron en las islas importantes dirigentes de todo el arco político. Entre otros, participaron Deo- lindo Bittel, Ángel Robledo, Carlos Menem, Carlos Contín, Miguel Ángel Zavala Ortíz, Luis León, Guill- ermo Estévez Boero, Carlos Auyero, Oscar Alende, Jorge Abelardo Ramos, los sindicalistas Saúl Ubal- dini y Jorge Triaca, los empresarios Horacio Gutiér- rez, Federico Zorraquín, Jacques Hirsch y Eduardo García5. Raúl Alfonsín no fue de la partida, y su postura críti- ca hacia la guerra fue conocida por el radicalismo y por algún sector de la sociedad. En un panfleto publicado en 1982 por el Movimiento Nacional de Renovación y Cambio, el líder radical profundizó su postura: “Luego de más de un siglo, la Argentina está en guerra. Pero la lucha para defender nuestra soberanía en las Malvinas no se ha planteado en un país próspero y política- mente estable, sino en una sociedad que se debate en la incertidumbre sobre su futuro. (...) Ningún argentino -y mucho menos los di- rigentes políticos -puede permanecer ajeno o indiferente ante el doble desafío al que es- tamos sometidos. La defensa de la soberanía territorial necesita de nuestra unanimidad para oponernos a quienes la vulneran y de nuestra solidaridad con quienes ofrendan sus vidas para afirmarla. Pero todos esos esfuerzos serían vanos si no comprometemos también nuestras energías y nuestra dedicación para todos los argentinos y particularmente aquellos que, desoídos y pos- tergados, no dudaron un instante en acudir a la defensa de la Patria, puedan participar ac- tivamente en la decisión y construcción de su propio destino. (…) ¿Cuál será el rostro de la Argentina después de la guerra? ¿Comprenderán todos los sec- tores que solo en la democracia encontrará el país la esperanza de su renacimiento?” 6. El resto es historia conocida. Pero sin lugar a du- das, las consecuencias de esa guerra todavía pesan en nuestra sociedad. Porque 37 años son pocos en términos históricos, porque todavía hay familias que sienten un vacío por la pérdida de un hijo, un her- mano, un padre, un esposo que fueron a las Malvi- nas a combatir, y que dieron lo más sagrado que puede dar una persona: su vida. Tardamos casi 36 años en cerrar una de las heridas que dejó el conflicto armado, en el que murieron 649 argentinos, de los cuales 122 fueron enterrados en el Cementerio Argentino de Darwin con una sim- ple pero sentenciosa lápida, la cual expresa la sigui- ente leyenda: “Soldado argentino solo conocido por Dios”. Quiero referirme al Plan del Proyecto Humanitario, un acuerdo que la Argentina firmó con el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, mediante el cual se involucró al Comité Internacional de la Cruz Roja, en pos de dar luz sobre la identidad de aquellas tumbas que rezaban aquella tan dolorosa leyenda. La identificación de los caídos es una política de Es- tado, iniciada en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y reformulada e implementada durante el período presidencial de Mauricio Macri. Una ini- ciativa que no surgió de la sociedad política, sino que los verdaderos autores de esta hazaña provi- enen de la sociedad civil. Se trata de Julio Aro, héroe de Malvinas y Geoffrey Cardozo, el coronel británico encargado de dar sepultura a nuestros caídos en las postrimerías del conflicto. El Plan de Proyecto Humanitario es la primera ini- ciativa forense bajo un mandato específico de dos Estados que han sostenido en el pasado un con- flicto armado internacional y es tomado hoy como ejemplo en el mundo en materia de diplomacia hu- manitaria al servicio de objetivos humanitarios. Recibir y reconocer a los principales actores de la so- ciedad civil que hicieron posible la identificación de los soldados caídos en Malvinas fue una de las pri- meras acciones del Observatorio Parlamentario. La Cámara de Diputados de la Nación abrió sus puer- tas a los familiares de los soldados, a los integrantes del prestigioso Equipo Argentino de Antropología Forense, a Julio Aro y a Geoffrey Cardozo para un homenaje de quienes tenemos la tarea de legislar para con quienes hicieron posible este nuevo hito en nuestra historia. Tanto desde el Comité Internacional de la Cruz Roja como desde el Equipo Argentino de Antropología Forense han destacado la valiosa labor y el compro- miso humano de Geoffrey Cardozo en dar a los res- tos mortales de los caídos argentinos el debido trat- amiento y cuidado tanto en su recolección como en su inhumación, empleando técnicas y materiales que posibilitaron la preservación de los restos viabi- lizando la obtención de los resultados positivos en la identificación de los mismos. Con la identificación de los soldados caídos “solo conocidos por Dios”, se abrió una nueva arista en la Cuestión Malvinas, donde la cooperación hu- manitaria acercó fehacientemente a la República Argentina y al Reino Unido de la Gran Bretaña en el marco de la disputa de soberanía por nuestras islas, inaugurando un periodo de diálogo y construcción bilateral. La responsabilidad y el compromiso hu- manitario primó por sobre las diferencias políticas en el marco del conflicto bélico de 1982 y sus conse- cuencias directas, en el ámbito de la disputa soberana. La segunda iniciativa que realizamos obedeció a uno de los principales pilares de este Obser- vatorio: la vinculación de la política con el ám- bito académico. La cuestión Malvinas es propi- etaria de un abordaje multidisciplinar, ya que se la debe abordar desde la ciencia política, las rela- ciones internacionales, el derecho, la sociología, la historia, la geología, la biología, y todas esas aris- tas confluyen en el conocimiento indispensable en la construcción del camino hacia la soberanía. Es así como en noviembre de 2017, junto con la Red Federal de Estudios sobre Malvinas ReFEM 2065, abrimos nuestras puertas a múltiples gru- pos de investigadores e investigadoras de univer- sidades de diferentes puntos del país que habían recibido financiamiento del Estado luego de una 09 10
  • 7. convocatoria de la Secretaría de Asuntos Relati- vos a la Cuestión Malvinas y del Ministerio de Ed- ucación de la Nación. La invitación fue realizada en pos de generar un ámbito en el que expusier- an sus trabajos frente a legisladores/as y sus pares académicos/as, buscando generar procesos de retroalimentación tendientes a construir sober- anía del conocimiento sobre la Cuestión Malvinas. Un total de 32 proyectos de investigación abordaron aristas y dimensiones constituyentes de la Cuestión Malvinas, en diversos periodos temporales y des- de múltiples miradas disciplinares. De esta mane- ra se constituyeron ejes de exposición y debate, los cuales fueron: política, marco jurídico y disputa por soberanía; población, economía y Recursos Na- turales e historia, cultura, identidad y educación. El resultado directo ha sido la generación de un es- pacio donde profesionales, académicos y estudi- antes de distintas disciplinas desarrollaron puntos de vista novedosos, muchos de los cuales tuvieron eco en iniciativas parlamentarias o académi- cas. Este es un modelo que debe perdurar en la dinámica del Observatorio Parlamentario, for- talecerse y volverse un insumo en la formulación de una política de Estado hacia la cuestión Malvinas. En tal sentido, quiero destacar a la Universidad Na- cional de La Plata, en donde estudié y comencé a militar en el radicalismo. La UNLP tiene una larga trayectoria en los estudios sobre el Atlántico Sur, por ejemplo, a través del Departamento del Atlántico Sur del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI), dirigido por el Dr. Norberto Consani el cual forma parte de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Desde allí se forman profesionales que estudian la Cuestión Malvinas y que aportan conocimiento de suma importancia para nuestro trabajo. Men- ciono en este caso el libro “La cuestión Malvinas y el rol del Congreso de la Nación”, investigación realizada por Federico Martín Gómez y Lean- dro Enrique Sánchez, politólogos ambos e inves- tigadores del IRI, que recopilaron los proyectos legislativos presentados por legisladores y legis- ladoras de diferentes bancadas sobre este tema desde el regreso de la Democracia en 1983 al año 2011, periodo temporal de su investigación. Un es- pejo donde mirarnos y actuar en consecuencia. Finalmente, la tercera iniciativa a la que haré ref- erencia sobre el Observatorio es la cuestión in- stitucional referida a la edificación de un espa- cio plenamente parlamentario donde el debate y la reflexión política viabiliza la producción leg- islativa proyectada sobre la Cuestión Malvinas. Como muestra de ello, en el desarrollo de las múl- tiples reuniones en el marco de un debate serio y maduro entre las diversas fuerzas políticas, se buscó generar un espacio en el cual se reflejen las diversas inquietudes y posicionamiento que la Cuestión Malvinas origina en la comunidad política legislativa nacional. Acciones como el envío de una nota formal a la Sociedad Rural Uruguaya expre- sando el desagrado por la presencia de un stand de promoción del gobierno ilegítimo de las Islas Malvinas dentro del pabellón británico en la Ex- posición Internacional de Ganadería y Muestra In- ternacional Agro-Industrial 2018, conocida común- mente como Expo Prado, son muestra de ello Asimismo, el desarrollo de espacios para la presen tación de propuestas y la formulación de consul- tas a funcionarios nacionales, responsables de la elaboración e implementación de la política exteri- or como política pública. Ejemplo de ello ha sido la nota enviada en julio de 2018, al Señor Canciller di- rigida por la Diputada Nacional Cornelia Schmidt Liermann con un cuestionario anexo que recogía preguntas propuestas por integrantes del Observa- torio, y que ha sido devuelto con sus correspondi- entes respuestas y documentos complementarios. La presencia en varias oportunidades de funcionari- os de la Cancillería deja de manifiesto la apertura del Observatorio Parlamentario Cuestión Malvinas y la ca- pacidad de generar instancias de complementación e integración en los esfuerzos por la elaboración de múltiples propuestas de políticas públicas ha- cia la Cuestión Malvinas, advirtiendo la pluralidad de posiciones y de pensamientos que se ven refle- jados en la composición e integración del mismo. En los últimos años hemos hablado de la impor- tancia de la diplomacia parlamentaria y la hemos reivindicado como un escenario de relaciones in- ternacionales del Parlamento con actores políti- cos, especialmente legislativos, de otros países. Pero, asimismo, la hemos implementado como herramienta directa en la construcción y proye- cción de la Cuestión Malvinas y nuestro reclamo soberano sobre la misma hacia otros escenarios. Edificar la diplomacia parlamentaria como escenario y como herramienta es fundamental para fortalecer al Congreso de la Argentina, tan soslayado a veces en cuestiones vinculadas a Malvinas. Nuestro objetivo debe ser, siempre, construir una política exterior ha- cia la cuestión, que sin dudas debe proyectarse como una política sustentable y trascendente hacia la próxima generación, advirtiendo la necesi- dad de evitar el cortoplacismo y el consumo en- dogámico, buscando generar todo lo opuesto: una verdadera Política de Estado hacia la recu- peración del ejercicio soberano sobre nuestras Islas Malvinas, Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur y sus espacios marítimos circundantes. 11 12 Referencias: 1 https://www.hcdn.gob.ar/secparl/dgral_info_parlamentar- ia/dip/archivos/1965_Mensaje_presidencial_Ilia.pdf 2 https://www.hcdn.gob.ar/secparl/dgral_info_parlamentar- ia/dip/archivos/1964_Mensaje_presidencial_Ilia.pdf 3 https://www.cancilleria.gob.ar/userfiles/ut/1964_-_alegato_ ruda.pdf 4 http://www.efemeridesradicales.com.ar/Documentos/Doc- umentos_0003.html 5 https://www.infobae.com/2015/04/02/1719611-malvinas-croni- ca-las-agitadas-gestiones-diplomaticas-detener-la-guerra/ 6 Junta Provincial del Movimiento Nacional de Renovación y Cambio. Córdoba, Junio de 1982.
  • 8. humanidad y soberania D.N Eduardo Amadeo A lo largo de los dos últimos años, hemos tenido el privilegio de ser testigos cercanos de un acontec- imiento que seguramente marcará la evolución futura de nuestra reivindicación por las Malvinas. Me refiero a la manera como las relaciones hu- manas han influido sobre la profundización de las relaciones diplomáticas y el acercamiento a nuestro objetivo principal de recuperar la soberanía sobre las Islas. Sin duda que el gran evento ha sido la recuperación de la identidad de nuestros héroes y todo lo que se desarrolló alrededor de este acontecimiento históri- co. El compromiso conjunto de Julio Aro y Geoffrey Cardozo, en un proceso que duro 10 años y que se extendió como ejemplo a personalidades del mun- do artístico -como Roger Waters- es un hito irrevers- ible basado en los principios humanos de ambos ex combatientes. A ello se sumó la actividad ejemplar de los Familiares de nuestros soldados, quienes no solo agregaron energía a todo el proceso; sino que también traba- jaron arduamente para reducir barreras y prejuicios que aun perduran tanto en nuestras Islas cuanto en nuestra sociedad. Las anécdotas de las madres tomando cerveza en un pub de Puerto Argentino con los habitantes de la Isla tienen un sentido que excede muchísimo lo anecdótico para convertirse en un hito en la nueva manera de encarar nuestra estrategia diplomática, que –esperamos- será irre- versible. Desde esas primeras acciones, todo fue diferente y más fácil. La posibilidad de seguir visitando a nues- tros muertos; la continuidad de los trabajos de iden- tificación y, básicamente, la instalación de nuevas perspectivas de diálogo. Esta perspectiva sobre el enorme valor de lo huma- no en la construcción de una acción diplomática tiene muchísimos antecedentes en la historia y ha permitido lograr éxitos políticos donde la confront- ación permanente había fracasado. Esperemos entonces que nuestra tarea parlamen- taria, y la acción concreta del Observatorio Malvinas, sigan acompañando y promoviendo esta mirada de la acción diplomática que -estoy convencido- será un hito para el logro del objetivo constitucional de recuperar nuestras Islas. 13 14
  • 9. La “Cuestion Malvinas”” D.N Eduardo Eurnekián Referirme al conflicto del Atlántico Sur de 1982, y las acciones bélicas que tuvieron lugar, sería rivalizar contra mis propias ideas respecto de la validez o inutilidad de un conflicto bélico. Partamos de la base de que en una guerra todos pierden, princi- palmente las familias. Padres que pierden sus hijos, esposas que pierden sus compañeros de la vida, hermanos que no regresan del combate y princi- palmente niños pequeños que lejos, quedan huér- fanos sin entender el por qué. Tampoco me interesa destacar como principio prioritario, las consecuen- cias políticas o económicas derivadas del resulta- do del conflicto. Sí, descifrar qué nos afecta social- mente y cómo podemos colaborar para encontrar soluciones y analizar las respuestas y el comporta- miento de las diferentes administraciones guberna- mentales en estos 37 años. Imagino que debe de ser imposible hablar de la “Cuestión Malvinas” sin que a los argentinos nos in- vada una ardiente impaciencia. Sé que no sucede lo mismo a 12 mil kilómetros de distancia, en el Reino Unido, donde el tema no está presente en el debate público y se recluye dentro del gabinete de deter- minados asesores. Sólo se agita el avispero cuando algún hallazgo vinculado con los hidrocarburos ir- rumpe en la escena. Cuando las emociones se apla- can, las islas vuelven a su anonimato corriente. Respecto del gran público, en Londres es natural que así sea. En Buenos Aires, en cambio, Malvinas es “una herida que no cierra y sangra todavía”, para- fraseando a José Canet: porque las queremos cie- gamente y periódicamente nos olvidamos de cómo quererlas bien. Aunque, respecto de las Islas, nunca será hora para nada. Si existe una médula en el retroceso que vivimos como Nación, que se remonta a varias décadas, habría que buscarlo en nuestros periódicos cam- bios abruptos de dirección. Cuando son tantos los gobiernos a los que se culpa de ello, sería hora de pensar que el problema somos nosotros. No hay mejor contraindicación para que las actividades diplomáticas en general y las bilaterales enparticular, puedan avanzar con beneficios generales para los involucrados. En dicho contexto, en la década final del siglo XX la República Argentina puso en práctica un enfoque cooperativo para avanzar en cuestiones prácticas en el Atlántico Sur porque la normalización de las rela- ciones con el Reino Unido era indispensable dentro de un esquema que pasaba por una inserción del país en un contexto internacional. La política exte- rior necesariamente acomoda sus ambiciones a las posibilidades de la Nación a la que sirve. En el año 2003, los efectos de la crisis económica y social priorizaron la recomposición de la autoridad central. Frente a dicho panorama, nuestra política respecto de Malvinas (y del Reino Unido) consistió en una reacción de carácter defensivo ante el com- portamiento unilateral británico. Cierto es que no faltaban motivos para ello, dado que Gran Bretaña había forzado tanto el concepto de tener negocia- ciones “bajo el paraguas de soberanía”, cuanto había procedido de acuerdo con sus exclusivos intereses en momentos en que se estaban terminando acu- erdos de gran importancia. A inicios de 2012, el Gobierno, en términos generales, endureció su política y comenzó a materializar, con la coordinación de la Cancillería y la participación de otros organismos nacionales competentes, un conjunto de acciones legales con las que se busca- ba pasar de medidas eventuales, a la adopción de un enfoque coordinado que permitiera aumentar la eficacia y el impacto político de las acciones. 15 16
  • 10. A partir de 2015, nuevo cambio de rumbo y se re- tomó la línea cooperativa y el ejemplo de ello vio la luz el martes 13 de septiembre de 2016, cuando se firmó el denominado “acuerdo Foradori–Duncan” que, bajo la forma de un “comunicado conjunto”, fue suscripto por los vicecancilleres de Argentina y el Reino Unido. Sólo se destaca en el mismo, específicamente, con referencia a los recursos naturales, que el acuerdo tenía lugar “para remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas”. Así las cosas, los argentinos tenemos -en el lapso de tres décadas- una amplia batería de políticas sobre la cuestión, que satisfarán a unos y decepcionarán a otros. Aunque, y esto no es disputable, andar a salto de mata no es lo más aconsejable en política exterior. Ciertas son, entonces, aquellas palabras de Herny Kissinger: “La tentación de América es creer que la política exterior es una subdivisión de la psiquiatría”. Desde el restringido punto de vista personal, siem- pre creí en las cuestiones tangibles. Respecto del tema Malvinas, quince años atrás, comprendí y em- paticé con la tragedia que transitaban las familias de los soldados caídos durante el conflicto de 1982. Los gobiernos para con ellos habían sido sordos y ausentes. Ilógicamente, más se había preocupado el Reino Unido, nuestro contendiente, en dar sagra- do descanso a los caídos en combate, sin distinción del uniforme que vestían. Construyeron un modesto cementerio en Darwin, para cobijar las 230 tumbas con los cuerpos de sol- dados argentinos encontrados en los mismos lugares donde se combatió. Un trabajo profesional y digno del Teniente Coronel británico Geoffrey Cardozo. Junto con la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur, con nuestra Can- cillería, con la embajada del Reino Unido y con miem- bros de las organizaciones que conducen las activ- idades de las Islas, pude obtener las autorizaciones para la reforma de ese cementerio, acorde con la épica de los hombres enterrados y emplazar un monu- mento que en sus placas de mármol de las paredes llevaran grabados los 649 nombres de quienes hon- raron su misión en la vida y no regresaron. El Cementerio Militar Argentino de Darwin fue una realidad desde el año 2009. Quedaba una deuda pendiente inaceptable. En las placas de 122 tumbas rezaba la inscripción “Soldado Argentino sólo cono- cido por Dios”. Con un trabajo encomiable y humano de equipos de antropología forense del Comité Internacional de la Cruz Roja, se pudo llevar a cabo un proceso de reconocimiento y localización de restos, que per- mitió dar nombre, hasta el día de hoy, a 114 tumbas. Ante estos resultados, se nos autorizó la ejecución de vuelos humanitarios en el año 2018 y 2019, para el traslado de familiares encabezados por esas madres que debieron esperar 36 años para poder soltar una lágrima retenida y colocar una flor sobre los restos de su hijo amado. Es simplemente una satisfacción. No es caridad. No puede -ni es su tarea ni debe ser su ambición- un hombre o un grupo empresario, quien se haga cargo de cosas tan trascendentales como parte de la política exterior de su país, máxime en un caso como el de la “Cuestión Malvinas”. Sólo está a su al- cance transmitir su experiencia y dejar su legado. La experiencia muestra los resultados de la tarea constante y dotada de una orientación. De la coop- eración y la suma de esfuerzos. De la sustitución de la repercusión mediática por el compromiso perse- verante. De la sinceridad del corazón por sobre la mendacidad de la especulación. Estas palabras no pretenden enseñarle nada a na- die. No son una propuesta. No interpelan; no es esa su intención. Por el contrario, todos hemos aprendi- do de lo que pudimos concretar. Todos tuvimos re- spuestas a lo que nos preguntábamos. Todos apela- mos los unos a los otros. Por eso y por momentos, sólo por momentos, la ardiente impaciencia de Malvinas pudo tomar la forma de una ferviente pa- ciencia. 17 18
  • 11. 1, 90, 115, 7, 2 y 122 El Plan Proyecto Humanitario Mag. Federico Martín Gomez i Malvinas, en su construcción polisémica como Cuestión, se plantea como un desafió constante para la comunidad académica y científica. Mediante esta construcción se detonan múltiples procesos de abordajes contemporáneos los cuales tienden a proyectarse sobre las diversas dimensiones y aristas que construyen la misma. Una de esas dimensiones, vinculada al conflicto, ha sido la humanitaria, como consecuencia directa de 1982. En el mes de diciembre del año 2016, la República Argentina y el Reino Unido de la Gran Bretaña e Ir- landa del Norte, llegaron a un acuerdo diplomático en pos de gestar una misión humanitaria en el ter- ritorio de las Islas Malvinas, con el objetivo de lograr la identificación de un total de 122 cuerpos, sobre cuyas tumbas figuró durante 37 años, una leyenda muy cara para la sociedad argentina y nuestra his- toria democrática reciente: “Soldado argentino solo conocido por Dios”. El día 14 de noviembre del corriente año, los medi- os de comunicación nacionales dieron a conocer por medio de sus portales digitales, la noticia de la comunicación oficial generada por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación hacia los familiares del Subteniente Baldini quién cayó en combate, el 11 de junio, en la batalla por el monte Longdon. Su cuerpo permaneció durante 37 años bajo la leyenda que ya hemos referido. Pero para representar la magnitud de esta política humanitaria implementada por el Estado argentino en cooperación con el Estado británico y ante el in- volucramiento y accionar de actores tanto domésti- cos como internacionales, debemos adentrarnos en la multiplicidad de escenarios e intérpretes que han intervenido en el proceso de diseño e imple- mentación de esta política humanitaria, proyectada a dos niveles de negociaciones, entendiendo sobre los mismos, como bien describe Robert Putnam en su teoría del Doble Nivel, “el análisis de la dinámica de las negociaciones se da en el estudio del nivel nacional o mesa interna y en la negociación inter- nacional o mesa externa” . Como ya hicimos referencia en el inicio del artícu- lo, la concreción del acuerdo humanitario entre la Argentina y el Reino Unido en 2016, proyectó sobre la figura del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), la responsabilidad de desplegar una misión humanitaria en el Cementerio Argentino en Dar- win (Islas Malvinas), en la cual se vería involucrado de manera directa el Equipo Argentino de Antro- pología Forense (EAAF), con el objetivo de acceder a aquellas tumbas sobre las cuales estuviese pre- sente la placa con la leyenda referida . Asi mismo, actores provenientes de la sociedad civil internacional como el músico Roger Waters, el Coro- nel británico Geoffrey Cardozo y ya a nivel doméstico i Magister Federico Martín Gomez. Secretario de la Red Federal de Estudios sobre Malvinas ReFEM 2065. Consejo Federal de Estudios Internacionales CoFEI. Director del Laboratorio de Políticas Públicas hacia la Cuestión Malvinas. Sec. Ext. JURSOC. UNLP. Secretario e Investigador del Departamento del Atlántico Sur. Instituto de Relaciones Internacionales. UNLP. Lic_fedegomez@yahoo.com.ar 1 A nuestro entender, sobre Malvinas han operado históricamente, tres maneras de abordar-comprender-racionalizar-reflexionar so- bre Malvinas. Estas son: el tema Malvinas, la causa Malvinas y la cuestión Malvinas. Sobre las tres haremos una referencia, breve, pero específica. La búsqueda de esta referencia se halla dirigida a introducir al lector en la investigación sobre Malvinas. Sobre el tema de Malvinas, el mismo puede ser parcelado temporalmente a nuestro entender, dadas ciertas características constitu- tivas de su evolución histórica. Malvinas se introduce en los procesos políticos argentinos, durante el siglo XIX, específicamente en 1833, con la usurpación británica de las islas y la expulsión de los habitantes argentinos presentes en ellas. Sobre el proceso de construcción del tema Malvinas, reconocemos su punto de partida, ante este hito histórico que opera sobre la misma y su proyección hacia el deve- nir de la formación y consolidación del Estado argentino. El tema Malvinas, ha sido objeto de investigaciones y abordajes políticos, hasta las postrimerías de la década de 1970, cumplimentan- 19 20
  • 12. nacional, el Sr. Julio Aro y la Fundación No Me Olvides, la periodista Gabriela Cociffi, la Comisión de Familiares de caídos, el empresario argentino Edu- ardo Eurnekian y centros de ex combatientes han sido actores participes necesarios en las diversas in- stancias temporales que constituyeron (y aún hoy lo hacen), el PLAN PROYECTO HUMANITARIO . Hasta aquí presentamos brevemente a los acto- res identificados que participaron de los procesos político-diplomáticos a nivel internacional sobre el PPH, como asimismo a los que fueron participes de los procesos político-sociales en el escenario doméstico argentino. En adelante esbozaremos un análisis basado en el título que encabeza este artículo; cada uno de estos números proyectados aquí, dejarán de ser números transformándose en historias de vida y simbólica- mente, materializarán el PPH. El número 1 El primer número en el título que encabeza el pre- sente artículo, es el número 1; este simboliza al “Sol- dado Argentino solo conocido por Dios” (identificado en el desarrollo del proceso humanitario), el soldado correntino “Gabino Ruiz Díaz”, cuya consecución fue marcada por la intervención y el rol estratégico del ex combatiente Julio Aro y el vínculo directo con Geof- frey Cardozo, quién, mediante la entrega de docu- mentos únicos sobre la cuestión, generó la posibili- dad de hallar la tumba de “Gabino”. Él fue la punta del ovillo de todo. A partir de allí, el compromiso de Julio Aro, Gabriela Cociffi, Geoffrey Cardozo y múltiples actores por dar una respuesta a las tumbas con la leyenda “Soldado argentino solo conocido por Dios”, se constituyó en una misión personal de vida, pero también en una misión colectiva a nivel humanitario. El número 90 El segundo número, el número 90, contribuye en la construcción simbólica del PPH; el mismo represen- ta al universo total de los caídos argentinos identi- ficados, para el mes de marzo del 2018, mediante la Sobre la Causa Malvinas, las construcciones académicas, científicas e intelectuales, inician su abordaje a partir de los que se constituyó como el segundo hito más importante: el conflicto bélico de 1982, si bien, las construcciones conceptuales sobre la Causa Malvinas, po- seen un origen previo a los acontecimientos de 1982. Sostenemos asimismo que dicha construcción experimento una simbiosis con la conceptualización de la gesta de Malvinas, la cual posee una cimentación discursiva altamente reivindicativa sobre el conflicto bélico de 1982, la cual se observa proyectada hasta nuestros días. El universo de producciones en torno al enunciado o que orbitan sobre el mismo, es monumental. Desde obras específicas sobre las experiencias bélicas del personal militar profesional o los “colimbas”, a las deconstrucciones en las posguerra sobre las causas, desarrollos y consecuencias del conflicto, a los procesos políticos y socio-culturales que se desencadenaron en torno al mismo y de esta manera, múltiples niveles de producción pluritemático, con similar impronta de reivindicación nacionalista y orientada a enfrentar y contraponer con lo que sus representantes identifican como “procesos de desmal- vinización” y los agentes que operan desde y sobre la misma. Podemos identificar un universo extenso de autores de las más amplias construcciones político-ideológicas, poseedores de formación académico-intelectual y/o con amplias herramientas de construcción política e incidencia en la sociedad y sus sistemas de creencias. Finalmente, haciendo foco sobre las construcciones más reciente, la edificación y reproducción de abordajes académicos y científicos desde, sobre y hacia Malvinas, se realizan en torno a la edificación de la Cuestión Malvinas. La misma, como conceptualización, predispone a un abordaje multidimensional (cuestiones económicas, políticas, socio-culturales, ambientales, diplomáticas, históricas, de perspectiva de género, etc.) y pluridisciplinar (desde las ciencias duras y naturales, transcur- riendo entre las humanas y llegando a las sociales). implementación de la misión humanitaria. Repre- sentó asimismo, el número de contingentes de fa- miliares que pudieron acceder al viaje humanitario que se realizó el día 26 de marzo de 2018. Invitado por los organizadores del mismo, he tenido el honor pero asimismo el compromiso, de ser partícipe de esta experiencia única e histórica. Llegar a Malvinas, llegar al Cementerio Argentino en Darwin, llegar a aquellas tumbas que hoy en sus placas rezan un nombre y no una leyenda, eso marca en lo profe- sional, pero marca de manera más profunda en lo humano. La posibilidad de aquellas familias de acceder a las tumbas de sus seres queridos, buscando quizás cerrar heridas, cerrar etapas en sus vidas y/o cono- cer el destino de los mismos, asiste en lo humano, a aquellas familias que esperaron tan solo saber… durante 36 años. 21 22
  • 13. El número 115 El tercer número, el número 115, hace referencia directa al Subteniente Juan Antonio Baldini, has- ta ahora, el último “Soldado Argentino solo conoci- do por Dios” identificado. Hasta ahora. Su historia, única como cada una de los 115 identificados pre- viamente, tiene un impacto directo en la sociedad argentina y desarrolla una construcción en su co- munidad originaria, pero específicamente genera un proceso de sanación en su núcleo familiar y es- pecíficamente en su madre. El Subteniente Juan Antonio Baldini pertenecía al Ejército Argentino y se desempeñaba en el Regimiento 7 de Infantería de La Plata. Había arriba- do a las islas Malvinas el 17 abril de 1982, destinado a ocupar la ladera oeste de Monte Longdon. Falleció el 11 de junio, en la batalla por el monte; batalla que duraría 12 horas, siendo de las más cruen- tas en toda la guerra, dejando 31 muertos, 120 heri- dos y 50 prisioneros argentinos. Juan Domingo Baldini, al igual que muchos caídos, no tenía una chapa identificatoria. Su cuerpo fue sepultado en febrero de 1983, por los británicos en el Cementerio argentino en Darwin como un “Sol- dado argentino solo conocido por Dios”. Su proce- so de identificación, muy dificultoso por no poseer familiares directos con vida, debió realizarse medi- ante el acceso a información genética aportada por dos primos del caído argentino. Su cuerpo, estuvo sepultado durante 37 años en la tumba D.C.1.4 en el cementerio argentino en las islas, bajo la leyenda “Soldado argentino solo conocido por Dios”. El número 7 El cuarto número, el número 7, nos remite a la can- tidad de tumbas que aún deben ser identificadas fehacientemente del universo original de 122 que la misión humanitaria, logró hallar en el Cementerio argentino. Debemos recordar que la misión y estu- dios de campo en el cementerio en Darwin se de- sarrollaron durante los meses de julio y agosto de 2017, y que la entrega de los resultados a los famili- ares, fueron iniciadas a finales del mismo año. En éste, se procedió al acceso a las tumbas que de- tentaban la leyenda “Soldado argentino solo cono- cido por Dios” y posterior a su exhumación, la ob- tención de material genético para su posterior comparación con las muestras extraídas a los fami- liares que, voluntariamente, habían accedido a dar- lo en etapas previas, durante la misión, o inclusive posterior al conocimiento de los primeros resulta- dos positivos del PLAN PROYECTO HUMANITARIO. El número 2 Este número, dirige nuestra atención al escenario originado en torno a la necesidad urgente de dar respuesta a los interrogantes surgidos en torno a los restos que se hallan sepultados en las tumbas B 416 y C 1 10. En la primera tumba, originalmente se hallaban dos restos no identificados. Pero desarrollado el proceso de renovación del Cementerio Argentino en Darwin en el año 2004 en dicha tumba, se exhibe una placa con los nombres de Marcelo Lotufo, Francisco Luna, Guido Marizza, Juan José Falconier y Rodolfo de la Colina. Es necesario aclarar que todos ellos eran personal militar que fallecieron en la isla Borbon (al norte de la Isla Gran Malvina), al estrellarse un avión Lear Jet de la Fuerza Aérea Argentina. Sus restos fueron hallados en el año 1994 y enterrados allí mis- mo. Ante este escenario debemos advertir que sus sus restos no se hallan en Darwin, desconocien- do yacen en la sepultura, en Darwin, que lleva sus nombres. La segunda tumba, la C 1 10, tiene similares carac- terísticas a la anteriormente referida. Hasta el año 2004, año de inicio de la renovación del Cementerio Argentino en Darwin, figuraba sobre la tumba úni- camente el nombre de Ricardo Julio Sánchez y la indicación de que había restos de tres personas no identificadas. Es a partir de ese año, que, aparece en la placa los nombres de Héctor Walter Aguirre, Mario Ramón Luna y Luis Guillermo Sevilla. Según consta de las acciones judiciales originadas y mo- torizadas desde la sociedad civil, que dieron luz so- bre esta situación, no existe registro alguno que jus- tifique la aparición de estos nombres en esa tumba. Esto nos conduce a una situación inaceptable en torno a los procesos de búsqueda de identidad de nuestros héroes, lo cual motivó una intervención por parte del Estado, por medio de sus áreas responsables y en continua negociación con la contraparte británica, se ha realizado en anuncio de la potencial concreción de una adenda al acuerdo diplomático original del año 2016, viabilizando una potencial misión humanitaria a desarrollar en las islas, sobre estas dos tumbas específicas. Aun esperamos la concreción de la adenda al acu- erdo de 2016 y realización, pronta, de la misión hu- manitaria para dar respuesta a esta situación. 23 24
  • 14. El número 122 El último número es el 122, con él queremos referirnos a los héroes argentinos que durante 36 años debieron esperar, tanto por el abandono de una sociedad que, por desconocimiento, indiferencia o por amnesia social selectiva, no puedo, no supo, no quiso contener y dar una respuesta a la situación originada en el Cementerio argentino en Darwin, La Cuestión Malvinas, como universo de conceptos, posee un sin número de temas que la integran y, que nosotros sostenemos, es la conceptualización más adecuada en pos de generar un abordaje totalizador, no solo sobre el desafío soberano, en el marco del siste- ma internacional, sino la implicancia que la misma, adquiere sobre su representación hacia la sociedad argentina. 2 Putnam, R. (1996), “Diplomacia y la política nacional: la lógica de los juegos de doble nivel”, en Gil, O. y Sanz, L. (comps), Las fuentes internacionales de las políticas domésticas, Zona Abierta, Págs. 69-120. 3 Debemos recordar que el proceso se inició en el año 2012, cuando el Gobierno argentino solicitó al CICR que actuara como inter- mediario neutral con el fin de ayudar a identificar a los soldados argentinos no identificados. Pero, en sí, la cuestión se reactivó con el cambio de gestión presidencial y el reinicio del proceso de diálogo bilateral entre en ambos gobiernos y la consecución del acuerdo de diciembre de 2016. 4 De aquí en más nos referiremos al mismo como PPH. pero asimismo de un Estado, el argentino, que tras 36 años de desidia y por iniciativa de la sociedad civil, decidió intervenir, tanto en el escenario inter- nacional como en el doméstico, buscando procurar una respuesta mediante la implementación de una política pública humanitaria, el PLAN PROYECTO HUMANITARIO. La Cuestión Malvinas, como objeto de inves- tigación social y específicamente de las Rela- ciones Internacionales, ha sido abordada históri- camente desde perspectivas tradicionales, las cuales pueden haber condicionado su desarrollo. Debemos reconocer enfáticamente que el hito constituido posteriormente al conflicto de 1982, entre la República Argentina y el Reino Unido de la Gran Bretaña, cerceno las construcciones intelectuales a un universo de producciones ori- entadas específicamente al conflicto. Podríamos citar cientos y cientos de textos políticos, históri- cos, sociales, diplomáticos, e inclusive literarios, originados en innumerables abordajes temáticos y disciplinares, los cuales dan cuenta de la vasta producción sobre la cuestión en sí. Pero Malvinas, como hemos planteado desde nuestros inicios en la investigación, no son los setenta y cuatro días de guerra, que han mar- cado no solo al Estado argentino y a la sociedad sino que también han marcado a Malvinas como un objeto de disputa y construcción polisémica. Malvinas, excede claramente en su construcción histórica, a los setenta y cuatro días de conflicto. Malvinas excede en su construcción a las diversas deconstrucciones originadas en múltiples posi- cionamientos políticos e ideológicos. Malvinas, excede a la representaciones que de la misma se hacen, se originan y se proyectan.Malvinas es un eje trascendental de la identidad argentina. Malvinas es incompletud; Malvinas es potencial- idad; Malvinas es tragedia; Malvinas es heroici- dad; Malvinas es la Resolución 2065; Malvinas es la guerra de 1982; Malvinas es el autoritarismo; Malvinas es Democracia; Malvinas es diplomacia; Malvinas es colonialismo; Malvinas es el Imperio; Malvinas es el autonomismo; Malvinas es… En el proceso de ese artículo, hemos buscado generar un proceso de abordaje académico que dé cuenta sobre la misión humanitaria desplega- da hacia la Cuestión Malvinas, en relación al PPH, como así también sobre los actores intervinien- tes en múltiples procesos políticos, diplomáticos e inclusive socioculturales domésticos. El ámbito académico nacional debe eso a nuestros Héroes en Malvinas. Nuestros 122 HÉROES, son parte constitutiva de nuestra sociedad, de nuestra transición a la Democracia y de la edificación realizada sobre la misma. Pero así también son parte de la con- strucción que nosotros como sociedad opera- mos en torno a la posguerra y de manera direc- ta sobre la Cuestión Malvinas hacia la próxima generación de ciudadanos argentinos. Malvinas continúa hoy operando como factor uni- tivo social, como factor discursivo político, como factor convocante académicamente, es hora de que opere como ecuación de una Política de Es- tado. El PLAN PROYECTO HUMANITARIO, puede ser el basamento de la misma. 1, 90, 115, 7, 2 y 122 25 26
  • 15. Fotos: A Una de las tumbas con su placa que aún resta por identificar. Soldado Argentino solo conocido por Dios B Las hermanas González, llegan a la tumba de su hermano identificado Néstor Miguel González, en el Cementerio Argentino de Darwin C Guardia escocesa, en la ceremonia humanitaria en el viaje de los familiares, en marzo de 2018 D Imagen tomada por el autor del artículo en las cercanías del Cementerio Argentino en Darwin, donde se ve un banderín de la Red Federal de Estudios sobre Malvinas ReFEM 2065 CoFEI, proyectándose hacia la localidad de Pradera del Ganso. El retorno del CapitAn El caso del CapitAn Castagnari desde la Optica del Derecho Internacional Humanitario y del Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Algunas reflexiones al respecto Gustavo García 1 Juan Herminio García Zeballos 2 27 28
  • 16. I- Introducción: La guerra y todo tipo de conflicto armado consti- tuyen, por regla general, la contracara del derecho, pero más allá de esta consideración, como toda situación de hecho que ocurre en la realidad, necesi- ta ser regulada jurídicamente . Es así que, como una de las primeras manifesta- ciones del Derecho Internacional Público, surge el Derecho Internacional Humanitario (en adelante DIH), también llamado Derecho de la Guerra, cuya definición doctrinaria ha sido establecida en estos términos: “El derecho internacional humanitario es el cuerpo de normas internacionales, de origen convencional o consuetudinario, específicamente destinado a ser aplicado en los conflictos armados, internacionales o no internacionales, y que limita, por razones humanitarias, el derecho de las Partes en conflicto a elegir libremente los métodos y los medios utilizados en la guerra, o que protege a las personas y a los bienes afectados, o que pueden es- tar afectados, por el conflicto” . En el caso de los ejércitos que se enfrentan duran- te la lucha armada, los mismos se encuentran bajo la salvaguarda del DIH y del Derecho Internacional de los Derechos Humanos (en adelante DDHH) y si bien herir o matar al enemigo en el curso de una guerra es algo lícito, la protección a los combatien- tes está dada por la garantía de no atacarlos si ya no combaten; en darles un trato humano si caen en poder del adversario, sin verse sometidos, por ejem- plo, a la tortura u a otros tratos inhumanos, cruel- es o degradantes y a socorrerlos en caso de estar heridos y/o enfermos o en situaciones de emergen- cia como haber naufragado ; todo ello forma parte del principio de respeto al oponente. Esta protec- ción se extiende incluso más allá de la muerte de aquél, pues el respeto es absoluto y se otorga tam- bién al enemigo caído . En virtud de ello, determinados tratados internacio- nales que se aplican en caso de conflictos armados, como los Convenios de Ginebra de 1949 , establecen toda una serie de requisitos y condiciones para el entierro adecuado y honroso de los combatientes fallecidos; se trata de una serie de obligaciones que deben ser cumplidas por los Estados involucrados en el conflicto. Entalsentido,lainhumacióndelosrestosde quienes combatieron debe ser realizada previa identifi- cación de la persona fallecida; preferentemente en tumbas individuales; agrupadas, de ser posible, por nacionalidad; convenientemente marcadas y según los ritos de la religión a la que pertenecía el difunto . Es en el marco de estos términos que fue llevado a cabo el Plan Proyecto Humanitario (en adelante PPH), entre los años 2016 a 2018, entre los gobier- nos de la República Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, bajo los Buenos Oficios y la colaboración del Comité Internacional de la Cruz Roja (en adelante CICR), proyecto que permitió identificar a muchos soldados argentinos caídos en 1982 durante el Conflicto del Atlántico Sur que se encuentran en el Cementerio de Darwin, en las islas Malvinas y que antes de dicha identificación, sólo poseían una placa que rezaba “Soldado argen- tino sólo conocido por Dios”. Paradójicamente, para quienes estudiamos la Cuestión Malvinas desde los ámbitos académicos y para muchos de los que par- ticiparon en la guerra, las políticas implementadas durante la actual gestión ha generado grandes con- troversias. En un primer escenario, la política exterior del gobierno del Presidente Mauricio Macri, de claro acercamiento al gobierno británico- desde la fir- ma del recordado memorando en 2016- generó malestar e hizo recordar escenarios similares des- plegados por las políticas similares tomadas durante los años noventa y que pocos resultados favorables tuvo para nuestro país en lo que a la negociación de la soberanía se refiere. Sin embargo, la decisión del gobierno argentino de cambiar el eje de las relaciones con los británicos, luego del distanciamiento en las mismas tras doce años de gobierno kirchnerista, abrieron una ventana para hacer realidad un reclamo que muchas de las familias de los caídos en el conflicto bélico y varios centros de veteranos venían realizando desde hacía mucho tiempo. Esto es, la identificación de los cuer- pos enterrados en el cementerio de Darwin, donde muchos de ellos solo tenían la inscripción en sus lápidas como “Soldado argentino solo conocido por Dios”. De este modo el nuevo giro en la política exte- rior argentina, sumado a la intervención de la Cruz Roja Internacional como garante del procedimien- to, permitió la identificación de la gran mayoría de los soldados caídos y promete seguir avanzando durante el año en curso para lograr la identificación de nuevos cuerpos encontrados en otras partes de las islas. En este contexto, el retorno al continente del cuerpo del Capitán de la Fuerza Área Argentina, Luís Darío Castagnari generó todo un suceso, quizás no queri- do por el gobierno argentino, pero que a la postre permitió generar un contacto directo para una co- munidad que, en muchos casos, pretendió olvidar los duros recuerdos de la guerra. Para quienes tu- vimos la dicha de participar de la recepción de los restos del capitán, fue un hecho emotivo, dado que pudimos ser testigos de la primera recepción que se realiza en el continente de un héroe de la guerra. El caso del capitán (post mortem) Luis Castagnari aquí planteado es diferente; luego de su fallecimien- to ocurrido el 29 de mayo de 1982, fue enterrado al día siguiente en el cementerio civil de la Capital de las islas, Puerto Argentino y su tumba quedó identi- ficada. Así, en 2018 y por estricta voluntad de su familia, con el fin de dar cumplimiento a los deseos expresados por el Capitán (post mortem) Castagnari antes de partir a las islas, se solicitó el traslado de sus restos desde el cementerio malvinense, al cinerario de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús de Río Cuarto, Cór- doba. Es de destacar que el caso del Capitán (post mor- tem) Castagnari, no configura un supuesto de repa- triación de restos, sino de un traslado dentro de ju- risdicción nacional argentina (desde la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur a la provincia de Córdoba), por cuanto los mismos ya descansaban en territorio argentino, conforme al legítimo e imprescriptible reclamo de soberanía de nuestro país sobre los territorios insulares en disputa y sus espacios marítimos . II- Encuadre legal de la situación descripta Como marco normativo de la presente situación y en un todo de acuerdo con lo expresado en el punto anterior, se pueden efectuar las siguientes consid- eraciones. El DIH, manifestado a través de los Convenios de Ginebra de 1949, plantea la correcta inhumación de cuerpos de combatientes fallecidos durante las op- eraciones militares, pero sólo menciona su eventual 1 Abogado y Licenciado en Ciencia Política Universidad Nacional de Rio Cuarto. Docente de la Universidad Nacional de Río Cuarto y la Universidad Nacional de San Luís. Coordinador del Área Malvinas del Ateneo de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rio Cuarto. Integrante de la Red Federal de Estudios sobre Malvinas ReFEM 2065. 2 Abogado, egresado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata, (FCJyS, UNLP) Argentina. Docente de Derecho Internacional Público (FCJyS, UNLP). Máster en Relaciones Internacionales Iberoamericanas, en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, España. Integrante del Laboratorio de Políticas Públicas sobre Malvinas de la FCJyS, UNLP y de la Red Federal de Estudios sobre Malvinas ReFEM 2065. El autor de esta parte del trabajo desea agradecer al Dr. Fabián Salvioli, por sus inestimables comentarios y aportes para la realización de este escrito.29 30
  • 17. traslado sin dar mayores regulaciones; con lo cual y en una primera aproximación al tema, se puede afirmar que trasladar restos de combatientes falle- cidos es una conducta permitida por el DIH. En igual orden de ideas, el Protocolo adicional a di- chos convenios, del año 1977, plantea este supues- to pero para los civiles muertos durante las hostili- dades . Haciendo una interpretación creativa del derecho, con sustento en el principio pro persona y en base a la analogía, podemos aplicar dichos criterios del Protocolo adicional al caso de marras, ya que como se dijera, aunque no pensado para supuestos como éste, dado que es para civiles, puede haber una apli- cación extensiva para aquellas personas alcanza- das por los Convenios de Ginebra de 1949, lo que se traduce en la inclusión de los soldados muertos en combate . Las normas convencionales pertinentes del DIH y siempre mediando un criterio interpretativo analógico, prevén la realización entre los Esta- dos de acuerdos en dicho sentido, no sólo para el mantenimiento de las tumbas sino para el traslado de restos . Por último, desde el campo de los DDHH se advierte que no existe una obligación jurídica para los Esta- dos de proceder al traslado de restos mortales, sino que hacerlo constituye una potestad discrecional de éstos; pero frente a la voluntad de materializarlo por parte de los familiares del fallecido, como en el caso Castagnari y ante la posibilidad de que sea la propia familia la que posea o consiga los medi- os para hacer efectivo el traslado, sí existe una obli- gación estatal de no impedir este proceso, es decir el Estado debe abstenerse de cualquier conducta que imposibilite o perjudique el traslado de los res- tos mortales, por cuanto una decisión de esta natu- raleza configura un derecho personalísimo e inher- ente a la cuestión familiar , según las convicciones de cada quien. Desde luego que toda colaboración del Estado sería moralmente apreciada pero no re- sultaría jurídicamente exigible, aunque sí lo sería su pasividad. III- Conclusiones A pesar de que ya han transcurrido más de trein- ta y siete años del cese de hostilidades en el con- flicto bélico entre nuestro país y el Reino Unido de Gran Bretaña por la soberanía de las Islas Malvinas, diferentes aspectos vinculados a la guerra vuelven a aparecer y se instalan en la opinión pública argen- tina. El último año nos dejó como última imagen el caso del Capitán (PM) Luis Darío Castagnari y su re- torno al continente para descansar definitivamente junto a los restos de su hijo fallecido. La decisión del gobierno argentino de cambiar el eje de las relaciones con los británicos, luego del dis- tanciamiento en las mismas tras doce años de gobi- erno kirchnerista, abrieron una ventana para hacer realidad un reclamo que muchas de las familias de los caídos en el conflicto bélico y varios centros de veteranos venían realizando desde hacía mucho tiempo. Esto es, la identificación de los cuerpos enterra- dos en el cementerio de Darwin, donde muchos de ellos solo tenían la inscripción en sus lápidas como “Soldado argentino solo conocido por Dios”. De este modo el nuevo giro en la política exterior argentina, sumado a la intervención de la Cruz Roja Interna- cional como garante del procedimiento, permitió la identificación de la gran mayoría de los solda- dos caídos y promete seguir avanzando durante el año en curso para lograr la identificación de nuevos cuerpos encontrados en otras partes de las islas. En este contexto, el retorno al continente del cuerpo del Capitán de la Fuerza Área Argentina, Luís Darío Castagnari generó todo un suceso, quizás no bus- cado por el gobierno argentino, pero que a la postre permitió generar un contacto directo para una co- munidad que, en muchos casos, pretendió olvidar los duros recuerdos de la guerra. Para quienes tu- vimos la dicha de participar de la recepción de los restos del capitán, fue un hecho emotivo, dado que pudimos ser testigos de la primera recepción que se realiza en el continente de un héroe de la guerra. De este modo, el recibimiento del capitán mostró una faceta de la guerra que los argentinos naci- dos en democracia solo podíamos leer en los libros o imaginar al escuchar los relatos de los vetera- nos. Que sus restos descansen luego de treinta y seis años junto a los de su fallecido hijo Gustavo son también el resultado de la lucha de su esposa, 31 32
  • 18. María Cristina Scavarada, y de su familia y que solo pudieron hacerse realidad luego de que el gobierno, a pesar de recibir airadas críticas de varios sectores de la sociedad, tuvo que reconocer. Esto sin dejar de mencionar que el Derecho Internacional Humanitario les reconoce a los deudos la posibilidad de reclamar la entrega de los restos de los familiares caídos en el campo de batalla. Así, a partir de los sucesos mencionados podemos sacar dos conclusiones claras. Por un lado, la amplia difusión nacional e internacional que tuvo el recono- cimiento de los cuerpos de los soldados caídos, como el retorno al continente de los restos del Capitán Castagnari, que lograron instalar una nueva imagen de la Guerra de las Malvinas en el imaginario colec- tivo argentino, lo que debería permitir, sobre todo a las nuevas generaciones, tomar contacto directo con lo que significó aquel terrible suceso. En este senti- do, también genera un hito importante en el proce- so que, desde los sectores académicos y desde las agrupaciones de veteranos de guerra se está reali- zando para lograr instalar la “Cuestión Malvinas” en la sociedad, visto como un requisito necesario para poder avanzar hacia una verdadera política de Esta- do sobre la materia. 3 En tal sentido ver DEYRA, Michel “Le Droit dans la guerre” París, Francia, Gualino éditeur, Lextenso éditions, 2009. Original en francés, traducción del autor del presente trabajo. 4 SWINARSKI, Christophe “Introducción al Derecho Internacional Humanitario”. Publicación en línea. https://www.icrc.org 5 Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Definición institucional dada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos; información en línea: https://www.ohchr.org. Por ejemplo el derecho a la vida, a la libertad de expresión o a la educación entre muchos otros. Nota del autor del presente trabajo. 6 En tal sentido ver DEYRA, Michel “Le Droit dans la guerre” París, Francia, Gualino éditeur, Lextenso éditions, 2009. Original en francés, traducción del autor del presente trabajo. 7 En tal sentido ver Comentarios de los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, bajo la dirección de Jean Pictet. Original en francés, traduc- ción del autor del presente trabajo. 8 Dichos Convenios fueron aprobados el 12 de agosto de 1949: I. Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridos y los enfermos de las fuerzas armadas en campaña. II. Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridos, los enfermos y los náufragos de las fuerzas armadas en el mar. III. Convenio de Ginebra relativo al trato debido a los prisioneros de guerra. IV. Convenio de Ginebra relativo a la protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra. 9 Ver artículo 17 del Convenio I; 20 del Convenio II y 120 del Convenio III. Como segundo punto, y en la misma línea, obliga a los principales decisores en materia de política ex- terior a no abandonar, en nombre de aquellos que dieron su vida por la causa a cumplir con la cláusula transitoria primera de nuestra Constitución Nacional y no cesar en los reclamos pacíficos ante el Reino Uni- do y la comunidad internacional para que se logre un avance en las negociaciones por el reconocimien- to de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, demás islas del Atlántico Sur y sus espacios maríti- mos adyacentes. Por todo lo expuesto, es dable destacar que en el largo proceso del conflicto del Atlántico Sur que la República Argentina mantiene aún con Gran Bretaña por la soberanía de los territorios en disputa, cuestio- nes conexas al mismo pero no por ello menos im- portantes, como el caso del Capitán (post mortem) Castagnari y su resolución, son un avance que per- mite el diálogo y la cooperación entre las partes en el marco de la disputa de soberanía, en este escenario por la Cuestión Malvinas, sin perjuicio de recalcar que se ajustan, las mismas, totalmente a Derecho. 33 34
  • 19. 10 Constitución Nacional argentina: Disposiciones Transitorias. Primera. La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del derecho internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino. 11 Doctrinariamente se entiende que ésta disposición, establecida en el artículo 17 del Convenio I de Ginebra de 1949, sobre un eventual traslado de restos, posee un carácter puramente facultativo, pues depende de la voluntad de los Estados. En tal sentido ver Comentarios de los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, bajo la dirección de Jean Pictet. Original en francés, traducción del autor del presente trabajo. 12 El Protocolo adicional I a los Convenios de Ginebra fue aprobado el 8 de junio de 1977. Protocolo adicional a los Convenios de Ginebra, relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales. Ver artículo 34 de dicho protocolo. Cabe consignar que aunque al momento del conflicto armado de 1982 ambos beligerantes, Argentina y Gran Bretaña aún no eran partes del Pro- tocolo adicional I (nuestro país lo ratificó el 26/11/1986 y Gran Bretaña, si bien lo había firmado el 12/12/77, recién lo ratificó el 28/01/1998), por ocurrir el caso Castagnari en un momento en el cual los dos Estados sí son plenamente partes de dicho instrumento del DIH, hacemos extensivas sus disposi- ciones al caso. Nota del autor del presente trabajo. 13 De acuerdo a este principio, habrá de estarse siempre a la interpretación que resulte más favorable al individuo en caso de disposiciones que le reconozcan o acuerden derechos. Diccionario jurídico en línea: http://www.diccionariojuridico.mx/ http://www.diccionariojuridico.mx 14 Ver SANDOZ, Yves; SWINARSKI, Christophe y ZIMMERMANN, Bruno bajo la dirección de Jean Pictet. Comentario del Protocolo del 8 de junio de 1977 adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 (Protocolo I) CICR. www.cicr.org Original en francés, traducción del autor del pre- sente trabajo. 15 Ver artículo 34 párrafo 2 y sus incisos b) y c) del Protocolo adicional I de 1977. Ver también artículo 17 del Convenio I de Ginebra de 1949, donde se plantea la creación, por parte de los Estados en conflicto, de un Servicio oficial de tumbas. 16 Al respecto, desde el DIH ver Norma 114 de la recopilación del DIH Consuetudinario efectuada por el CICR, donde se habla del derecho que les asiste a las familias de los difuntos sobre cuestiones como ésta. Cfm. HENCKAERTS, Jean-Marie; DOSWALD-BECK Louise con contribuciones de Carolin Alvermann, Knut Dörmann y Baptiste Rolle El derecho internacional humanitario consuetudinario Volumen I: Normas. Cfm. HENCKAERTS, Jean-Marie; DOSWALD-BECK Louise con contribuciones de Carolin Alvermann, Knut Dörmann y Baptiste Rolle El derecho internacional humanitar- io consuetudinario Volumen I: Normas. En el mismo sentido y desde el ámbito de los DDHH, el artículo 23 inciso 1 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos establece: Artículo 23. 1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado. La devoluciOn de trofeos a 37 aNos del Conflicto del AtlAntico Sur Celina Romani Bruno Rossi Pizzi 35 36
  • 20. “La guerra no es, pues, una relación de hombre a hombre, sino una relación de Estado a Estado, en la cual los individuos son enemigos accidentalmente, no como hombres ni como ciudadanos, sino como soldados.” Jean Jacques Rousseau El objeto del presente artículo es analizar el fenóme- no de la devolución de los trofeos de guerra obteni- dos en el marco del Conflicto del Atlántico Sur de 1982. Luego de una introducción teórico-jurídica so- bre la materia, se pasa revista a diversos casos re- cientes de restitución de cascos de guerra que se dieron en el plano de los individuos. Asimismo, se revisita, como escenario paradigmático, el proceso de restitución de la cédula militar de un soldado ar- gentino caído en combate a su madre. Finalmente, se describen las gestiones tendientes a la devolu- ción de la imagen de la Virgen de Luján capturada en la Guerra de 1982, donde se hace especial énfasis en el mutuo entendimiento de los obispados católi- cos castrenses argentino y británico y el activo aus- picio de la Santa Sede en aras de tal restitución. I- Introducción En la actualidad, la Cuestión Malvinas, entendida como la disputa con el Reino Unido por la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur, los espacios marítimos circundantes, es abor- dada, por parte de la Cancillería argentina, des- de varias aristas. En efecto, si bien el reclamo por la soberanía de los mencionados territorios ha sido el leitmotiv del accionar diplomático argentino al respecto, lo cierto es que ha cobrado relevancia la perspectiva humanitaria en el accionar argentino. En este sentido, es preciso destacar la suscripción de un Plan de Proyecto Humanitario entre Argen- tina y la Cruz Roja, que indica que, en conformi- dad con el Derecho Internacional Humanitario, las partes involucradas en un conflicto armado deben hacer lo posible para investigar lo acontecido con los cuerpos de las personas reportadas desapareci- das luego de la Guerra de Malvinas en 1982. En vir- tud de dicho acuerdo, se han exhumado 122 restos mortales que yacían en 121 tumbas en el cemente- rio de Darwin, de los cuales 115 soldados argentinos fueron identificados. Tales acciones se inscriben en el marco de una renovada relación con el Reino Unido, tendiente a un carácter constructivo sobre la totalidad de los temas que la componen. Es en concomitancia con este espíritu que yace la cuestión de la devolución de los denominados “trofeos de guerra” apropiados por ambos beligerantes en el marco del conflicto armado del Atlántico Sur. Es necesario aclarar que, desde el punto de vista del derecho internacional humanitario consuetu- dinario, “las partes en conflicto pueden confiscar el material militar perteneciente a un adversario como botín de guerra” (Doswald-Beck y Henck- aerts, 2007:193). Si bien la costumbre internacional no siempre está cristalizada o materializada en una norma dispositiva, es el denominado “elemento ma- terial” de la misma –su uso constante y uniforme–, junto con su “elemento espiritual” –la convicción de la obligatoriedad jurídica de una práctica generaliza- da por los Estados– lo que hace que el derecho con- suetudinario se erija, en ocasiones, como una fuen- te del Derecho Internacional (cfr. Pastor Ridruejo, 2001:69-81). De esta suerte, existe un consenso entre los belig- erantes, conforme al cual no todo bien puede ser confiscado en carácter de botín de guerra, en virtud de la distinción de los objetos que puedan tener un valor histórico, científico o artístico propios del Es- tado enemigo. Por lo tanto, la confiscación de todo bien que contemplare estas características, bien puede ser sometida a la presión de la vergüenza in- ternacional. Esto mismo ocurre con toda propiedad mueble del Estado, útil para las operaciones de la guerra. De modo que, la adquisición del botín de guerra no está prohibida por la legislación interna- cional, siempre y cuando se trate exclusivamente de la toma de posesión de los objetos susceptibles de uso bélico capturados o abandonados por el be- ligerante enemigo. Es sabido que, en ocasiones, los Estados o individuos que se apoderan de los objetos del adversario en ti- empos de guerra pueden, voluntariamente o bajo presión de la comunidad internacional, restituir los bienes confiscados al Estado o al soldado pro- pietario original. Numerosos han sido los casos de este tipo de restituciones que tienen, por lo general, como objetivo contribuir a la concordia en las rela- ciones entre los otrora beligerantes . No obstante, muchas veces las restituciones no se efectúan de Estado a Estado, sino que se dan en el plano de los individuos, sea motu proprio por parte del soldado que hubo confiscado y custodiado los bienes y que desea que estos regresen a su antiguo propietario, o bien por medio de transacciones mercantiles. En este contexto, se destacan tres recientes casos sumamente paradigmáticos en la materia de la devolución de trofeos de guerra, previamente con- fiscados por soldados enemigos en el marco de la Guerra del Atlántico Sur. En dos de ellos, la toma del botín se produjo por parte de los británicos, mien- tras que, en el restante, fue un soldado argentino quien se hizo, en su momento, de un bien pertene- ciente a un combatiente británico. 37 38
  • 21. II- La restitución de los cascos de guerra Dentro de las luchas por las restituciones de bienes confiscados en concepto de trofeos de guerra, co- bran especial relevancia los cascos de guerra. Dado que estos suelen poseer un carácter personal en virtud de la pertenencia a un determinado soldado, múltiples han sido los casos en donde lo que pri- ma es la avidez del soldado de recobrar su casco. En efecto, la restitución de este tipo de bienes se suele efectuar en el plano de los individuos, y no de Estado a Estado. Si bien abundan ejemplos de estos actos, nos limitaremos, a los efectos del presente artículo, a pasar revista a tres hechos que se destac- aron en el último año en torno a los retornos de los cascos de guerra. El primer hecho corresponde a Jorge Alberto “Beto” Altieri, quien recuperó el casco que usó durante la Guerra de Malvinas, el cual estuvo en manos de un coleccionista británico. El casco significa mucho para él: le salvó la vida al frenar una esquirla que finalmente lo dejó con parálisis del lado derecho y le hizo perder el ojo izquierdo. El propio ex com- batiente recuerda “Un día me llama por teléfono un compañero de Malvinas y me dice que un mucha- cho quería hablar conmigo, que mi casco estaba en un remate en Inglaterra. Yo le digo que no puede ser porque quedó tirado en Malvinas. Me dice que tenía un tajo cicatrizado en la frente y que me iba a mandar una foto”. Y cuando vio la imagen y su nom- bre escrito en él no lo dudó, era suyo. A pesar de que una persona conocida suya ofertó 400 libras por él, un coleccionista inglés ofreció 800 libras y fue así como no pudo obtenerlo en ese mo- mento. Sin embargo, Jorge hizo de todo como para poder volver a tener, por lo menos, la posibilidad de tocarlo. Finalmente, luego de que el coleccioni- sta volviera a poner en venta el casco, pero esta vez a 10.500 libras, lo cual era imposible de pagar por parte de Jorge, un empresario tuvo los medios y la voluntad de comprarlo y enviárselo a Jorge. Quien ya hoy en día lo tiene en sus manos, luego de tantos años. Bajo el mismo espíritu de la restitución de los cas- cos, se destaca la incansable lucha del teniente ar- gentino Diego Arreseigor para devolver a la familia británica de su dueño original el casco que halló al momento de quedar prisionero de guerra. Arresei- gor conservó durante treinta y siete años el obje- to en tanto trofeo de guerra, pero al enterarse de la muerte en batalla del soldado británico que lo llevaba, decidió dar con el paradero de los parientes del caído. De esta suerte, Arreseigor pudo encontrar y comunicarse, videoconferencia mediante, con la hermana del ingeniero mecánico Alexander Shaw, propietario del casco. Ambos acordaron efectuar la devolución del casco en tierras británicas, que Arreseigor visitará para reunirse con la familia de Shaw (cfr. Cociffi, 2019). Sin embargo, el encuentro fue al- terándose en lugar y tiempo debido a cuestiones personales de cada familia, hasta que, finalmente El Ex Combatiente Jorge Altieri, junto al casco que le salvó la vida en la Guerra de Malvinas. Cédula militar de identidad perteneciente al caído Diarte y entregada a su madre en una ceremonia de la que participó Julio Aro (Presidente de la Fundación No Me Olvides) y el Embajador británico Mark Kent . pudieron reunirse en un hotel céntrico de Madrid. Allí, a pesar que ninguno manejaba bien el idioma del otro, lograron darse a entender, y bajo un con- texto de tranquilidad y paz, hicieron posible la devo- lución del casco. Ha de mencionarse, en el marco de la lucha por la restitución de los cascos de guerra, otro caso que se mantiene en concordancia con los anteriores. Se trata de un joven, Matías Buonocore, que luego de escuchar la historia anterior en los diarios y noticias, recordó que tenía un casco perteneciente a alguien que participó en la Guerra de Malvinas. El mismo lo había llevado su tío a su casa cuando él tenía 5 o 6 años. Pero fue tal la conmoción que sintió con la historia anterior, que publicó en sus redes sobre la existencia de este casco y a quien le pertenece, en este caso a Alfredo Raúl Cruz. Matías recibió in- formación de distintos lugares, entre ellos, asocia- ciones de ex veteranos como también Anastasia Panero (periodista que dio a conocer el hallazgo del casco anterior), no obstante, no logró realmente en- contrarlo, pero aun así no pierde las esperanzas. III- Restitución de la cédula militar de identidad de un ex combatiente a su madre Otro ejemplo claro sobre trofeos de guerra es aquel que comenzó hace 10 años, con la identificación, por parte del veterano Osvaldo Hillar, de una cédula militar de identidad perteneciente a Daniel Oscar Diarte quien falleció en combate durante la guer- ra de Malvinas el 3 de junio de 1982, en el Imperial War Museum de Londres. Esta situación surge bajo el contexto de una invitación por parte del Estado junto a otros ex combatientes, con quienes visitó el museo, y fue allí donde reconoció la identificación, la cual era comprendida como un elemento de guerra por parte de los británicos, y a pesar de la prohibición de sacar fotos, capturó el documento y se encargó de averiguar qué trámites había que hacer para la extradición del mismo a la familia que le correspondía. 39 40
  • 22. 1 Grupo de Estudios sobre Malvinas. Instituto de Investigaciones. Escuela de Relaciones Internacionales. Faculta de Ciencia Política y Relaciones Internacionales. Universidad Nacional de Rosario 2 (1985:36). 3 “El derecho internacional humanitario tiene su origen en las prácticas militares consuetudinarias que se desarrollaron con el tiempo y en todos los continentes” (Doswald-Beck y Henckaerts, 2007: XXIX). 4 Baste mencionar la histórica devolución, por parte de la República Argentina, de los trofeos de guerra al Paraguay, ochenta y cuatro años después del fin de la Guerra de la Triple Alianza. 5 Autora de la foto AP/Natacha Pisarenko. Disponible en: https://www.clarin.com/sociedad/sanar-heridas-guerra-veteranos-malvinas-pudieron-re- cuperar-cascos_0_yf0X-CLj4.html. Consultado 25 de Noviembre de 2019 6 Foto disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/madre-de-joven-caido-en-malvinas-recupero-su-cedula-militar-en-manos-del-emba- jador-britanico/ Consultado el día 20 de noviembre de 2019 7 Imagen tomada por el investigador de la ReFEM 2065 y la Universidad Nacional del Sur Sebastián Ciccone en la reciente visita de la Virgen de Luján a Viedma Rio Negro, el día 21 de Noviembre del corriente año. Según Infobae (2019), Diarte fue una de las víctimas de un misil lanzado por el avión inglés Vulcan B.2 so- bre Puerto Argentino, como parte de la Operación Black Buck de la Real Fuerza Aérea (RAF). Hoy, sus restos descansan en el Cementerio Argentino de Darwin. Y su cédula de identidad ya no se exhibe en el museo londinense: ahora está en manos de su madre, Dalis Cejas de Diarte. Esto se debe a que, a pesar del tiempo transcurrido (fundamentalmente debido a la burocracia), el día 19 de octubre de 2019, el mismo Embajador británi- co en la Argentina, Mark Kent, le entregó la cédula militar a la madre de ex combatiente de Malvinas, en Mar del Plata, donde ella reside. Fue así que, con la ayuda del diplomático británico y de la Fundación No Me Olvides, presidida por Julio Aro, y la colabo- ración de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Dalis Cejas de Diarte disfrutó el Día de la Madre con el documento de su hijo en mano. IV- La devolución de la imagen de la Virgen de Luján con el auspicio de la Santa Sede El último caso a considerar es el de la imagen de la Virgen María de Luján que fue llevada a Malvinas du- rante la guerra de 1982, cuyo paradero, al menos en Argentina, era desconocido hasta hace poco tiempo atrás. Efectivamente, se descubrió que la imagen se encuentra actualmente en la ventana oriental de la Catedral de San Miguel y San Jorge de Aldershot, en el condado de Hampshire, sede del obispado católi- co castrense británico. Los argentinos, que habían llevado con ellos esta estatua de Nuestra Señora de Luján, reconocida como la patrona de Argentina, se vieron obligados después de su rendición a dejar la imagen bajo la custodia del prefecto apostólico de las islas, monseñor Dan Spraggon. Spraggon, por su parte, se la presentó al padre Alfred Hayes, qui- en estaba con las fuerzas británicas a lo largo de la campaña. Una vez finalizada la guerra, el Padre Hayes le pidió autorización a monseñor Spraggon para llevar la imagen y entronizarla en la catedral castrense de Aldershot, en memoria de los soldados de ambas partes que murieron en el conflicto. A pesar de ello, “A mediados de 2018, un dirigente laico que inte- graba la agrupación católica La Fe del Centurión, que se dedica a ofrecer en la diócesis de Quilmes retiros espirituales para veteranos de guerra y famil- iares, leyó un reportaje a un médico militar inglés, que contaba que en la catedral castrense británica había una imagen de la Virgen de Luján y ese fue el primer paso. Una vez confirmado el origen de la imagen se iniciaron las gestiones para su regreso”, explicó monseñor Olivera, obispo castrense de la Argentina. Cabe destacar que la Santa Sede se ha erigido como un actor y mediador de fuste en las gestiones para la restitución de este bien. En efecto, el propio Santo Padre, al tomar cono- cimiento de la posible devolución de la imagen de la Virgen, le solicitó al obispo castrense argentino que la misma se produzca en la propia Ciudad del Vaticano, ya que él quería bendecirla en persona. Por su parte, el obispado castrense argentino, en agradecimiento por la devolución de la figura de la Virgen, se comprometió a entregarle a su homólo- go británico una réplica de la imagen de Nuestra Señora de Luján. En efecto, el 30 de octubre de 2019, se llevó a cabo la histórica restitución de la imagen de la Virgen, en las inmediaciones de la Plaza San Pedro. Previa- mente y en el marco de una audiencia, Su Santidad se encargó de bendecir la figura, como así también la réplica donada por los argentinos a sus homólo- gos británicos. En términos del obispo castrense católico inglés, James Paul Mason, protagonista de la ceremonia, el traspaso fue concebido como “un signo de conexión, fe compartida y buena voluntad pacífica entre ambas naciones”. En concomitancia con dicho espíritu, el obispo castrense argentino, monseñor Olivera, describió la ceremonia como “un símbolo de fraternidad, de diálogo y respeto”. La imagen fue recibida con honores en el aeropuer- to de Ezeiza, en donde se inició el periplo que llevó a la histórica figura de Nuestra Señora de Luján a una peregrinación por numerosas diócesis de la Ar- gentina. Periplo que, según lo pactado, finalizará en 2020, cuando la imagen recale definitivamente en la Basílica de la homónima ciudad de Luján. En términos de Sergio Rubín (2019), periodista y biógrafo autorizado del Papa Francisco, lo que en- tró en acción con el intercambio producido en el Vaticano es la “diplomacia religiosa”. En efecto, Rubín sostiene que la ceremonia, a la que consideró como un salto cualitativo en la materia, bien puede 41 42