BIOMETANO SÍ, PERO NO ASÍ. LA NUEVA BURBUJA ENERGÉTICA
APUNTES FUNDAMENTOS DEL ARTE I. TEMA 13 "ARTE DEL SIGLO XVIII (II)" NEOCLASICISMO
1.
FUNDAMENTOS
DEL
ARTE
I.
TEMA
13.
ARTE
DEL
SIGLO
XVIII
(II):
EL
NEOCLASICISMO
2. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
2
TEMA
13.
ARTE
DEL
SIGLO
XVIII
(II):
EL
NEOCLASICISMO
1.Introducción
al
arte
neoclásico.
2.
La
arquitectura
neoclásica.
3.
La
escultura
neoclásica.
4.
La
pintura
neoclásica.
5.
Mobiliario,
indumentaria
y
artes
decorativas
neoclásicas.
1.INTRODUCCIÓN
AL
ARTE
NEOCLÁSICO
Denominamos
Neoclasicismo
al
movimiento
cultural
que
surgió
en
el
siglo
XVIII
y
se
extendió
también
a
lo
largo
del
siglo
XIX
por
toda
Europa
con
la
finalidad
de
hacer
frente
a
los
excesos
decorativos
del
Rococó.
Supuso
una
vuelta
a
los
ideales
estéticos
del
mundo
clásico
y
del
Renacimiento.
El
término
Neoclasicismo
surgió
en
pleno
siglo
XIX
con
carácter
peyorativo.
Ideológicamente,
va
vinculado
a
los
principios
intelectuales
de
la
Ilustración,
con
una
voluntad
de
progreso,
la
supremacía
de
la
razón
y
el
deseo
de
culturizar
a
la
sociedad
de
la
época.
Madame
Récamier,
David
En
el
campo
de
las
artes
el
Neoclasicismo
llevó
a
cabo
un
proceso
de
moralización,
rechazando
el
estilo
rococó
como
frívolo
y
decadente.
Apareció
ligado
a
una
pujante
burguesía,
aunque
muchos
aristócratas
no
son
ajenos
al
gusto
por
este
estilo,
y
de
hecho,
aristócratas
y
burgueses
fueron
sus
principales
mecenas,
coleccionistas
y
comitentes.
El
neoclasicismo
no
fue
un
movimiento
homogéneo
pero
hay
varias
notas
distintivas
muy
evidentes:
*La
reacción
frente
a
la
exuberancia
ornamental
barroca
y
rococó.
*El
interés
por
recuperar
la
antigüedad
clásica
como
modelo
o
paradigma
cultural
a
seguir.
*El
arte
se
convierte
en
un
instrumento
educativo
para
reflejar
las
virtudes
cívicas
dejando
de
lado
el
hedonismo
y
frivolidad
del
rococó.
El
sentido
didáctico
de
las
artes
propició
el
nacimiento
de
exposiciones
y
museos
que
mostraban
al
público
en
general,
y
no
sólo
a
un
grupo
de
eruditos,
las
diferentes
etapas
de
la
historia
del
arte.
En
París
se
abrieron
en
1750
algunas
salas
del
Palacio
de
Luxemburgo
para
que
se
pudieran
admirar
las
pinturas,
pero
fue
el
British
Museum
de
Londres
(1753)
el
primer
museo
que
se
creó
ex
profeso
para
tal
fin
dando
paso
a
instituciones
similares
en
toda
Europa.
Por
eso
no
es
extraño
que
relevantes
museos
europeos
surgidos
en
el
siglo
XVIII
o
inicios
del
XIX
sean
instituciones
ilustradas
y
arquitectónicamente
neoclásicas:
Museo
Británico
de
Londres,
Museo
del
Prado
de
Madrid,
museos
de
Berlín,
Múnich
(Los
Propileos,
la
Gliptoteca)
etc.
*El
lenguaje
formal
del
Neoclasicismo
es
severo
y
solemne.
Es
un
arte
normativo,
un
dogma
academicista,
frío
y
equilibrado.
La
pasión
por
las
ruinas
artísticas
se
refleja
en
la
pintura
neoclásica
Para
el
surgimiento
del
Neoclasicismo
fue
esencial
el
descubrimiento
en
1719
de
las
ruinas
de
Herculano
y
en
1748
de
Pompeya1
–-‐
que
provocarían
un
cambio
de
gusto
evidente
hacia
la
valoración
de
formas
clásicas.
A
partir
de
entonces,
la
grandeza,
la
sencillez
y
la
severidad
se
convirtieron
en
premisas
fundamentales
de
cualquier
manifestación
artística
y
las
Academias
de
Bellas
Artes2
,
que
se
habían
1
Fueron
dos
míticas
ciudades
de
la
antigua
civilización
romana
sepultadas
por
la
erupción
del
volcán
Vesubio
en
el
año
79
d
de
C
2
En
la
segunda
mitad
del
siglo
XVIII
se
establecieron
academias
de
bellas
artes
en
toda
Europa
que
daban
una
formación
clásica
a
sus
alumnos
y
les
concedían
becas
para
estudiar
en
Roma
el
arte
de
la
antigüedad.
3. 3
3
extendido
desde
Francia
por
toda
Europa,
se
convirtieron
en
los
paladines
del
nuevo
estilo
y
detractores
furibundos
de
lo
anteriores.
Las
academias
establecieron
una
férrea
dictadura
artística
al
marcar
de
forma
normativa
el
ideal
estético
imperante
en
la
época.
Todo
artista
que
se
preciara
y
que
quisiera
triunfar
debía
acatar
sus
normas.
Así
fue
hasta
buena
parte
del
XIX.
Muchos
artistas
se
formaban
en
Italia
y
los
nobles
más
cultos
realizaban
el
“Grand
Tour”,
es
decir,
un
aventurero
viaje
por
Europa,
sobre
todo
por
el
país
transalpino
donde
disfrutaban
del
arte
de
la
Antigüedad.
Así
se
produjo
el
espectacular
desarrollo
del
coleccionismo
artístico,
del
que
se
nutrirán
muchos
museos
como
el
Británico
de
Londres,
mientras
surgía
la
Historia
del
Arte
como
rama
del
saber,
desarrollándose
además,
la
crítica
artística3
.
El
Neoclasicismo
impregnó
todas
las
Bellas
Artes
de
la
época
(pintura,
escultura,
arquitectura)
y
las
artes
decorativas
ya
que
fue
un
arte
total
o
gesamtkunstwerk.
2.
LA
ARQUITECTURA
NEOCLÁSICA
Museo
Británico,
Londres
El
Neoclasicismo
encontró
en
la
arquitectura
un
vehículo
para
transformar
la
sociedad
y
por
ello
proliferaron
construcciones
de
hospitales,
bibliotecas,
museos,
teatros,
observatorios
astronómicos,
etc.
Al
mismo
tiempo,
se
implementaron
criterios
urbanísticos
racionales
para
mejorar
las
comunicaciones,
dotando
a
las
ciudades
de
espacios
verdes,
mejorando
las
condiciones
higiénicas
etc.
Grecia,
más
que
Roma,
es
el
origen
del
Neoclasicismo,
pero
también
se
tenía
en
cuenta
a
Vitrubio
(arquitecto
y
tratadista
romano)
y
al
renacentista
Palladio.
Se
volverán
a
utilizar
los
órdenes
clásicos,
especialmente
el
orden
dórico
y
se
abandonan
las
columnas
salomónicas,
el
orden
gigante,
etc.
Se
toman
como
modelo
los
templos
clásicos,
incluso
para
edificios
que
no
son
de
carácter
religioso.
Así
lo
vemos
en
ejemplos
de
museos
de
toda
Europa:
en
Londres,
Berlín,
Madrid,
etc.
La
columna
recobra
su
antigua
importancia
y
vuelven
también
los
frontones,
los
cuales
se
decoran
con
esculturas
en
sus
tímpanos.
Predominan
los
edificios
monumentales,
las
líneas
rectas
y
las
formas
geométricas
sobrias.
Se
pretende
realizar
una
arquitectura
basada
en
la
razón.
3
Un
ejemplo
fue
la
obra
del
admirador
de
la
cultura
griega
y
detractor
del
rococó
francés,
Joachim
Winckelmann,
Historia
del
Arte
en
la
Antigüedad
(1764).
4. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
4
Por
lo
que
se
refiere
a
las
cubiertas,
abundan
las
cúpulas
y
en
cuanto
a
la
ornamentación,
es
sencilla
y
de
inspiración
clásica.
El
neoclasicismo
tuvo
su
epicentro
en
Francia.
Este
país,
por
obra
de
sus
literatos,
políticos
y
artistas,
atrae
la
atención
del
mundo.
Al
rococó
de
Luis
XV
sucede
el
estilo
Luis
XVI
cuya
decoración
está
compuesta
de
temas
clásicos
y
renacentistas
tratados
con
gran
sobriedad.
Con
el
ascenso
al
trono
imperial
de
Napoleón
Bonaparte
se
establecerá
el
Estilo
Imperio,
una
corriente
ecléctica
que
aúna
la
influencia
neoclásica
con
la
etrusca
y
egipcia
como
se
puede
observar
en
los
motivos
ornamentales
características
de
esta
tendencia
estética:
lotos,
esfinges
y
pirámides
egipcias,
elementos
pompeyanos
y
los
propios
de
su
imperio
(el
águila).
Ejemplos:
la
iglesia
de
la
Madeleine
en
París.
Se
trata
de
un
templo
corintio
y
octástilo,
ordenado
construir
por
Napoleón
como
homenaje
al
gran
ejército
francés
y
terminado
en
1842.
Desaparece
con
este
edificio
el
modelo
de
iglesia
creado
en
la
Edad
Media,
dotada
de
fachada
vertical
con
dos
torres.
Otro
relevante
ejemplo
es
el
Panteón
de
Hombres
ilustres
de
París
realizado
por
Jacques-‐Germain
Soufflot
(mediados
del
XVIII).
En
Francia
también
encontramos
una
serie
de
arquitectos
llamados
utópicos,
revolucionarios
o
visionarios
que
plantearon
edificios
basados
en
las
formas
geométricas,
aunque
muchos
de
ellos
no
se
llegaron
a
realizar,
fue
básicamente
una
arquitectura
innovadora
“de
papel”
de
una
modernidad
pasmosa.
Son
Étiènne
Louis
Boullée
y
Claude-‐Nicolas
Ledoux
principalmente.
No
despreciaron
la
herencia
del
pasado
clásico
y,
aunque
respetaron
las
normas
de
simetría
y
la
monumentalidad,
sus
edificios
son
a
veces
el
resultado
de
la
combinación
caprichosa
de
las
formas
geométricas.
Entre
la
gran
cantidad
de
proyectos
no
construidos
merece
la
pena
mencionar
el
Cenotafio
de
Newton
concebido
por
Boullée
como
una
esfera,
representación
del
modelo
ideal,
levantada
sobre
una
base
circular
que
había
de
cobijar
el
sarcófago
del
científico.
En
Inglaterra
el
estilo
neoclásico
se
basa
mucho
en
el
arquitecto
italiano
manierista
Andrea
Palladio,
de
hecho
se
le
llama
también
estilo
neopalladiano.
Curiosamente
en
ocasiones
el
diseño
es
clásico
pero
los
motivos
ornamentales
son
barrocos.
Y
en
Edimburgo
(Escocia)
es
tal
su
desarrollo
que
a
esta
ciudad
se
la
ha
denominado
como
la
“Atenas
del
Norte”.
Los
hermanos
Robert
y
James
ADAM
son
los
principales
propagandistas
del
neoclasicismo
en
Gran
Bretaña,
no
sólo
resucitando
los
temas
decorativos
de
la
Antigüedad,
sino
creando
tipos
arquitectónicos
de
gran
sencillez.
También
John
SOANE
es
autor
de
numerosos
proyectos
de
edificios
como
casas
de
campo
neoclásicas.
Su
obra
principal
es
el
Banco
de
Inglaterra
de
Londres
donde
emplea
majestuosamente
el
orden
corintio
en
una
planta
semicircular,
a
semejanza
de
los
templos
romanos
redondos.
Solicitados
por
los
príncipes
alemanes,
numerosos
artistas
extranjeros
neoclásicos
fueron
a
trabajar
a
Alemania.
El
arquitecto
del
neoclasicismo
alemán
más
destacado
fue
K.F.
SCHINKEL
quien
soñó
en
el
siglo
XIX
con
diseñar
Berlin
como
la
Atenas
de
la
antigüedad.
Entre
todas
sus
obras
destaca
el
Teatro
Real
de
Berlin.
Precisamente
en
la
capital
alemana
se
encuentra
la
puerta
de
Brandemburgo,
relevante
monumento
neoclásico
y
símbolo
de
5. 5
5
Alemania.
Múnich
también
es
una
ciudad
con
numerosos
ejemplos
de
arte
neoclásico,
comenzando
por
su
urbanismo,
con
enormes
perspectivas
rectas
y
edificios
públicos
agrupados
en
plazas
rectangulares.
Abundan
en
ella
puertas
y
arcos
de
triunfo.
Descuella
especialmente
la
neoclásica
plaza
real
con
los
Propileos,
la
Gliptoteca
y
el
Museo
de
las
Colecciones
Antiguas.
Múnich
se
convirtió
en
la
ciudad
más
peculiarmente
neoclásica
de
Alemania.
Fuente
de
la
imagen
y
texto:
J.V.
Patiño
http://escueladeartetalavera.blogspot.com.es/2015/09/libro-‐de-‐texto-‐para-‐fundamentos-‐del.html
La
emancipación
de
los
Estados
Unidos
coincidió
con
el
auge
del
neoclasicismo.
En
la
capital,
Washington,
surgida
en
el
siglo
XVIII,
el
oclasicismo
arquitectónico
de
corte
palladiano
fue
un
símbolo
de
la
unión
de
Estados
Unidos
tras
su
independencia
de
Inglaterra
en
1776.
Se
fundaron
ciudades
conforme
al
plano
en
damero,
que
por
su
carácter
lógico
se
adaptaba
a
la
perfección
a
la
mentalidad
pragmática
norteamericana.
Pero
en
el
plano
de
Washington,
diseñado
por
un
ingeniero
francés,
se
añadió
el
trazado
radial
a
la
manera
de
Roma
y
Londres.
Si
en
Europa
los
símbolos
de
las
ciudades
históricas
son
las
catedrales,
dos
edificios
políticos
señalan
el
perfil
de
Washington:
la
Casa
Blanca
(residencia
del
presidente
de
la
nación)
y
el
Capitolio
(el
Senado).
El
neopalladianismo
perduró
en
Estados
Unidos
durante
buena
parte
del
siglo
XIX.
En
España
el
arte
neoclásico
tuvo
que
vencer
a
un
barroco
muy
enraizado
y
por
eso
las
mejores
muestras
del
nuevo
arte
no
se
darían
hasta
el
último
cuarto
de
siglo
XVIII.
Fue
el
rey
ilustrado
Carlos
III
quien
mandó
al
arquitecto
italiano
Sabatini
construir
la
Puerta
de
Alcalá
en
1778.
Este
estilo
siguió
vigente
durante
la
primera
mitad
del
siglo
XIX
conviviendo
con
los
edificios
neogóticos,
todo
ello
englobado
en
la
arquitectura
historicista.
Entre
los
principales
ejemplos
de
la
arquitectura
neoclásica
destacamos
como
principal
arquitecto
al
gran
Juan
de
VILLANUEVA,
el
autor,
entre
otras
muchas
obras
del
Museo
del
Prado
de
Madrid
y
de
las
Casitas
de
los
Príncipes
de
San
Lorenzo
de
El
Escorial.
También
fue
uno
de
los
máximos
exponentes
de
este
estilo,
VENTURA
6. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
6
RODRÍGUEZ,
autor,
entre
otras,
del
Palacio
de
Liria
de
Madrid.
Bibliotecas,
arcos
de
triunfo,
panteones,
e
incluso
fachadas
de
catedrales
como
la
de
Las
Palmas
de
Gran
Canaria
se
realizan
en
estilo
neoclásico.
Al
igual
que
en
España,
el
neoclasicismo
en
Hispanoamérica
también
estuvo
dirigido
por
las
Academias
y
cuentan
con
representativos
ejemplos
en
Chile,
México,
Colombia…
3.
LA
ESCULTURA
NEOCLÁSICA
Lo
mismo
que
en
arquitectura,
los
modelos
de
la
escultura
neoclásica
se
encuentran
en
Grecia,
más
incluso
que
en
Roma.
Los
escultores
de
este
estilo
consideraban
que
escultura
griega
era
insuperable
y
se
afanaban
en
copiarla
hasta
la
extenuación,
por
eso,
lo
que
encontramos
es
fundamentalmente
imitación
de
la
antigüedad:
*Preferencia
por
temas
mitológicos
y
de
“moral”
cívica
virtuosa
(patriotismo,
generosidad,
etc.).
Decae
la
temática
religiosa.
*Materiales:
predominan
el
mármol
y
bronce,
sin
policromar.
*Buscan
la
armonía
y
la
belleza
idealizada
(mímesis),
en
anatomías
perfectas
de
canon
griego.
Domina
el
ethos
sobre
el
pathos.
Abunda
el
desnudo
pero
evitando
el
erotismo.
Las
figuras
tienden
a
ser
frías
e
inexpresivas,
desprovistas
de
pasiones
y
sentimientos,
es
el
“erotismo
refrigerado”
propio
del
escultor
Canova.
*Abundan
los
retratos
(de
héroes,
personajes
ilustres,
etc.),
las
esculturas
yacentes
y
los
sepulcros
(esculturas
funerarias).
También
las
estatuas
ecuestres,
como
la
de
Carlos
III
en
Nápoles:
fue
una
forma
de
rendir
tributo
de
agradecimiento
al
rey
que
introdujo
en
este
reino
el
espíritu
de
la
Ilustración.
*Entre
los
escultores
neoclásicos
descuellan
el
italiano
Antonio
CANOVA
y
el
danés
Bertel
THORVALDSEN.
El
mejor
escultor
del
Neoclasicismo
fue
el
veneciano
Antonio
CANOVA
(1757-‐1822).
Dotado
de
un
gran
talento,
dominaba
absolutamente
la
técnica
escultórica.
Tomó
como
modelo
las
obras
griegas
conservadas
en
Italia
y
solo
tardíamente
pudo
contemplar
los
mármoles
griegos,
las
esculturas
del
Partenón
que
instaló
en
Londres
Lord
Elgin.
Entonces
cayó
en
la
cuenta
de
su
gran
error:
Grecia
surgía
ante
su
vista
como
una
realidad
llena
de
vida
y
rica
policromía.
Gozó
en
vida
de
muchísima
fama
y
todos
los
grandes
de
la
época
le
estimaron:
papas,
reyes,
políticos,
intelectuales.
Fue
bastante
modesto
y
no
abusó
de
su
celebridad,
tampoco
conoció
el
rencor.
A
pesar
de
vivir
en
una
época
convulsa
(guerras,
miserias...)
no
reflejó
en
su
producción
escultórica
la
realidad
de
su
tiempo.
Tres
obras
maestras
de
Canova:
Eros
y
Psyque.
En
esta
obra
se
muestra
el
momento
en
que
Eros
revive
a
Psyche
con
un
beso,
después
de
que
ella
hubiera
tomado
una
pócima
que
la
había
arrojado
al
sueño
eterno;
Paulina
Bonaparte;
Las
tres
Gracias.
Sus
personajes
son
siempre
jóvenes
y
bellos.
Trabajó
el
mármol
sin
policromía
por
eso
resultan
algunas
de
sus
obras
nos
pueden
parecer
algo
frías.
Admiraba
a
Napoleón,
en
el
que
descubrió
a
un
nuevo
Alejandro
Magno.
7. 7
7
Los
temas
que
abundan
en
su
producción
son
los
mitológicos
como
las
impresionantes
esculturas
de
Eros
y
Psique
y
las
Tres
Gracias
(de
las
que
hizo
varias
versiones),
etc.
Entre
sus
retratos
sobresale
el
de
Paulina
Bonaparte,
hermana
de
Napoleón,
a
la
que
representa
como
Venus
Victoriosa,
medio
desnuda,
tendida
sobre
una
chaise
longue
de
estilo
Imperio
con
una
manzana
en
la
mano
–recordando
la
victoria
de
Afrodita
en
el
Juicio
de
Paris-‐.
Fue
un
encargo
de
su
marido,
un
Borghese,
a
Canova.
Ella
insistió
en
ser
representada
como
la
diosa
de
la
belleza.
De
Napoleón
realizó
una
estatua
que
se
conserva
en
el
Museo
Brera
de
Milán,
en
la
que
aparece
desnudo
y
heroizado,
enarbolando
el
centro
en
una
mano
y
una
victoria
en
la
otra.
También
retrató
a
George
Washington.
Como
Miguel
Ángel
o
Bernini,
sus
principales
comitentes
fueron
los
papas,
realizando
las
tumbas
monumentales
de
varios
de
ellos
(Clemente
XIII
y
Clemente
XIV),
imponiendo
un
nuevo
modelo
de
sepultura
majestuosa.
El
danés
BERTEL
THORVALDSEN
(1770-‐1844)
es
el
otro
genio
del
neoclasicismo
escultórico,
rival
de
Canova.
Nacido
en
Copenhague,
su
principal
maestro
fue
el
pintor
Carstens
que
le
inculcó
el
amor
por
la
estatuaria
helénica.
Realizó
el
“Grand
Tour”
por
Italia,
viviendo
en
Roma,
Palermo,
Nápoles
y
también
en
Malta.
Le
interesaba
además
de
la
estatuaria
griega
y
romana,
las
piezas
etruscas
de
cerámica.
Restauró
los
mármoles
de
Egina.
Su
obra
es
muy
copiosa,
la
mayor
parte
la
esculpió
en
Italia
donde
vivió
treinta
y
nueva
años.
Buena
parte
de
su
producción
escultórica
se
conserva
en
el
museo
que
lleva
su
nombre
en
Copenhague.
Entre
sus
esculturas
más
célebres
destacan
Jasón
–inspirado
en
el
Doríforo
de
Policleto-‐;
Ganimedes
y
el
águila,
tema
de
la
escultura
griega
del
siglo
IV
que
interpreta
con
bastante
libertad
y
su
célebre
Jesucristo,
de
la
iglesia
de
Nuestra
Señora
de
Copenhague,
lleno
de
serenidad
y
clasicismo.
Tuvo
una
gran
fama
en
su
época.
Thorvaldsen
o
el
neoclasicismo
en
estado
puro:
Jason
y
el
Vellocino
de
oro;
Ganimedes
y
el
águila;
Perseo;
Museo
Thorvaldsen
en
Copenhague,
Dinamarca
4.
LA
PINTURA
NEOCLÁSICA
Es
Francia
el
país
que
marca
la
pauta
en
el
neoclasicismo
pictórico
y
contará
con
extraordinarios
pintores
ligados
a
este
estilo
como
Jacques-‐Louis
DAVID
o
INGRES.
La
pintura
neoclásica
se
caracteriza
por:
*
Viene
marcada
por
las
directrices
fijadas
por
las
Academias
de
Bellas
Artes
que
imponían
un
arte
normativo,
basado
en
la
antigüedad
clásica,
y
la
búsqueda
de
la
belleza,
armonía
y
proporción.
*Estudian
el
desnudo
y
la
anatomía
humana
obsesivamente.
De
hecho
un
dibujo
de
un
desnudo
humano
se
denomina
“academia”.
8. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
8
*El
ideal
del
pintor
era
el
dibujo
inspirado
en
la
escultura
grecorromana4
.
A
este
arte
se
aplicaba
luego
color,
pero
en
lo
fundamental,
los
pintores
neoclásicos
fueron
extraordinarios
dibujantes.
En
definitiva,
es
una
pintura
en
la
que
prima
el
dibujo
sobre
el
color.
Para
Ingres,
el
dibujo
eran
tres
cuartas
partes
y
media
de
la
pintura.
*Las
composiciones
son
equilibradas,
serenas
y
simétricas.
Se
abandona
el
tenebrismo,
la
luz
es
suave
y
tamizada.
*El
neoclasicismo
impone
la
vuelta
a
los
temas
clásicos,
históricos
(Roma)
y
mitológicos.
En
ocasiones
los
pintores
se
dejan
arrastrar
por
el
sentimentalismo
y
el
deseo
de
pintar
temas
moralizantes
de
valores
cívicos
(patriotismo,
heroísmo,
etc.)
Es
pues,
una
pintura
en
la
antítesis
del
arte
rococó.
No
faltan
referencias
al
orientalismo
(tocados,
odaliscas,
etc.).
*Abundan
los
retratos
idealizados,
tanto
masculinos
como
femeninos
en
ambientaciones
estilo
Imperio
(mobiliario,
indumentaria).
*Se
fomenta
la
formación
artística
en
Italia
mediante
“pensiones”
y
galardones
como
el
Gran
Premio
de
Roma.
Surge
la
institución
pública
del
“Salón”
donde
los
artistas
exponían
sus
obras
en
París,
después
de
contar
con
la
aprobación
de
un
exigente
jurado.
*La
pintura
propiamente
neoclásica
arranca
de
la
Revolución
Francesa
y
tiene
en
el
historiador
del
arte
alemán
Winckelmann
(1717-‐1768)
a
su
principal
teórico.
La
pintura
neoclásica
en
Francia
Las
características
generales
de
la
pintura
neoclásica
se
condensan
en
la
obra
del
extraordinario
pintor
Jacques-‐Louis
DAVID
(1748-‐1825).
Recordemos
que
las
doctrinas
de
Winckelmann
hallaron
eco
en
este
artista,
verdadero
promotor
del
neoclasicismo
en
Francia.
Pero
la
vuelta
al
clasicismo
de
la
pintura
ofrecía
el
inconveniente
de
la
falta
de
modelos
grecorromanos.
Por
eso
se
inspiró
en
los
relieves,
de
los
cuales
toma
la
simetría,
la
falta
de
profundidad
y
la
ordenación
de
las
figuras
en
filas
paralelas.
Buscaba
el
heroísmo
de
las
historias
legendarias
de
la
antigüedad,
como
encontramos
en
el
Juramento
de
los
Horacios,
una
de
sus
obras
más
paradigmáticas.
En
ella
quiere
resaltar
el
protagonismo
heroico
y
el
patriotismo
–
virtudes
cívicas
adoradas
por
los
neoclásicos-‐
de
tres
hermanos
que
se
entregaron
sin
reservas
a
la
patria,
muriendo
dos
de
ellos
en
combate.
También
quiere
poner
en
valor
la
ternura
y
abnegación
de
las
mujeres.
Los
cuerpos
aparecen
bien
modelados,
tratados
como
esculturas.
Esta
pintura,
pintada
en
Roma,
fue
un
encargo
de
la
monarquía
1784.
Paulatinamente,
la
pintura
de
David
se
hizo
más
política
y
revolucionaria
presentando
sus
cuadros
una
clara
intencionalidad
política
y
propagandística
de
Napoleón
Bonaparte
al
que
no
duda
en
representar
de
una
forma
idealizada,
ya
claramente
romántica,
en
el
impresionante
retrato
del
general
corso
a
caballo
cruzando
los
Alpes
(1801).
Bonaparte
le
correspondió
concediéndole
la
dirección
de
las
artes
bajo
su
gobierno,
por
eso
a
la
caída
de
Napoleón,
David
tuvo
que
exiliarse
a
Bruselas.
Impresionante
es
también,
La
muerte
de
Marat,
donde
retrata
al
político
jacobino
como
un
cristo
pagano,
mártir
de
la
revolución.
Aquí
la
emoción
domina
la
escena
y
no
la
contención,
característica
del
espíritu
clásico.
Por
lo
demás,
entre
sus
mejores
obras
descuellan
los
retratos
como
el
que
hizo
a
la
bella
Madame
Récamier
(1800),
cuya
silueta
se
recorta
sobre
un
diván
de
estilo
Imperio.
Este
cuadro
es
epítome
del
neoclasicismo
pictórico
elegante
y
refinado.
En
conclusión,
David
fue
un
genio
de
la
pintura
neoclásica
pero
en
buena
parte
de
su
obra
ya
es
palpable
el
espíritu
del
romanticismo
que
triunfará
en
el
siglo
XIX.
Y
es
que
el
romanticismo
será
la
otra
cara
del
neoclasicismo.
4
La
vuelta
al
clasicismo
en
la
pintura
ofrecía
el
inconveniente
de
que
apenas
eran
conocidas
obras
de
pintura
de
la
antigüedad,
que
tardaron
en
ser
estudiadas
y
divulgadas.
9. 9
9
El
pintor
francés
Jean
Auguste
Dominique
INGRES
(1780-‐1867),
como
Jacques-‐Louis
DAVID,
es
plenamente
neoclásico
pero
en
sus
obras
anticipa
el
romanticismo.
Sentía
adoración
por
la
obra
del
renacentista
italiano
RAFAEL,
cuya
pintura
La
Fornarina,
fue
su
fuente
de
inspiración
para
la
célebre
La
gran
odalisca.
Le
fascinaba
el
estudio
de
la
anatomía
humana,
especialmente
la
femenina,
en
ambientes
exóticos
y
orientales,
rasgo
ya
muy
del
romanticismo.
Su
dibujo
era
tan
perfecto
que
dibujar
“a
lo
Ingres”
quedó
como
una
frase
hecha,
sinónimo
de
perfección
técnica.
Su
pintura
La
Fuente
muestra
un
desnudo
femenino
que
nos
remite
al
arte
griego.
Trata
la
anatomía
como
si
fuera
una
escultura
de
mármol,
utilizando
una
luz
suave
y
tamizada
que
modela
la
figura.
Realizó
también
impresionantes
retratos
y
su
trascendencia
en
la
historia
del
arte
ha
sido
profunda,
incluso
en
el
arte
de
vanguardia,
del
cubismo
al
Art
Déco.
Otros
pintores
neoclásicos
franceses
fueron
François
Gérard,
Antoine-‐Jean
Gros,
etc.
La
pintura
neoclásica
en
España
10. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
10
En
España
el
pintor
bohemio
Antón
Rafael
MENGS
(1728-‐1779),
fue
el
auténtico
dictador
artístico
del
Neoclasicismo
en
España,
ya
que
su
valoración
podía
significar
el
éxito
o
el
fracaso
de
un
artista.
Su
huella
en
el
panorama
artístico
español
fue
profunda.
Su
técnica
minuciosa
y
perfeccionista
fue
el
referente
para
toda
una
generación
de
pintores,
entre
los
que
se
encuentran
BAYEU
y
su
yerno,
Francisco
de
GOYA,
al
que
ayudó
a
conseguir
un
primer
empleo
en
la
corte.
Goya
también
presenta
algunas
de
sus
obras
bajo
el
influjo
del
neoclasicismo,
en
los
que
se
hace
patente
la
influencia
de
los
retratistas
ingleses.
Este
autor
se
estudia
en
detalle
en
Fundamentos
del
Arte
II.
Goya
neoclásico:
retrato
de
la
Condesa
de
Chinchón;
la
marquesa
de
Santa
Cruz.
La
pintura
neoclásica
en
Gran
Bretaña
En
la
época
neoclásica
es
cuando
propiamente
se
constituye
la
escuela
pictórica
inglesa.
Se
caracteriza
por
su
amor
apasionado
hacia
la
naturaleza
y
el
dominio
del
tema
del
retrato,
logrado
con
captación
psicológica
y
gran
elegancia.
La
generación
de
1725
constituye
la
espina
dorsal
de
la
pintura
inglesa
del
siglo
XVIII.
A
ella
pertenecen
sir
Joshua
REYNOLDS
(1723-‐1792),
el
pintor
que
más
ha
influido
en
el
rumbo
de
la
pintura
británica.
Era
un
apasionado
de
la
pintura
italiana
–realizó
el
Grand
Tour-‐
y
la
española,
en
especial
de
Murillo.
Miguel
Ángel,
la
pintura
veneciana
del
renacimiento,
Rubens
y
Rembrandt
se
cuentan
entre
sus
influencias.
Tuvo
en
Londres
un
magnífico
taller,
con
galería
de
exposición
abierta
para
el
público.
Era
el
prototipo
del
artista
erudito.
Fundó
con
otros
pintores
la
Real
Academia
de
Artes
en
1768
y
fue
su
primer
presidente,
logrando
hacer
de
esta
institución
el
referente
del
arte
inglés.
Reynolds
innovó
en
el
arte
del
retrato,
de
técnica
depurada
y
armonía
cromática
y
tono
amable.
Valiéndose
del
retrato,
pintó
paisajes
y
temas
mitológicos.
Son
imágenes
idealizadas
en
los
que
evita
la
imperfección
o
la
fealdad.
Entre
sus
obras
destacan
los
retratos
de
Coussmaker,
Lord
Heatfield,
Lady
Bamfylde,
el
Doctor
Johnson
y
los
retratos
de
niños
Miss
Bowles,
los
Brummel,
el
niño
Hare,
etc.
Su
principal
rival
fue
otro
gran
pintor,
Thomas
GAINSBOROUGH
(1727-‐1788).
11. 11
11
Thomas
LAWRENCE
(1769-‐1830)
fue
el
sucesor
de
Reynolds,
ya
que
fue
miembro
de
la
Real
Academia
de
Artes
y
director
de
esta
institución
desde
1820
hasta
su
muerte
en
1830.
Fue
un
retratista
muy
cotizado
y
uno
de
los
principales
pintores
del
monarca
Jorge
III.
Su
pintura
oscila
entre
el
neoclasicismo
y
el
romanticismo.
Entre
sus
maravillosos
retratos
descuellan
el
de
Elisabeth
Farren
y
el
de
Arthur
Atherle.
Un
fondo
romántico
se
descubre
asimismo
en
George
ROMNEY
(1734-‐1802),
reflejado
incluso
en
la
vida
del
artista.
Se
negó
a
pertenecer
a
la
Real
Academia
de
Artes
pero
si
ingresó
en
la
Royal
Society
of
Arts
que
aglutinaba
no
solo
a
pintores
sino
también
políticos
como
Benjamin
Franklin
o
escritores
como
Charles
Dickens.
Fue
un
excelente
y
muy
célebre
retratista.
Retrató
en
numerosas
ocasiones
a
su
musa
Lady
Hamilton,
la
amante
del
vicealmirante
de
la
Marina
Real
Británica,
Lord
Horacio
Nelson,
de
la
que
estaba
apasionadamente
enamorado.
La
representó
de
muy
diversas
maneras
de
acuerdo
con
el
gusto
dieciochesco
por
el
disfraz.
En
total
la
pintó
en
más
de
60
arrebatadores
retratos
en
diferentes
poses,
como
ella
misma
o
interpretada
en
clave
mitológica
o
de
personaje
de
la
Antigüedad
clásica.
EMMA
HAMILTON
(1765-‐1815)
fue
toda
una
celebridad
en
su
época.
Tuvo
una
vida
de
novela
o
folletín
romántico.
Nació
en
el
seno
de
una
familia
humilde.
Su
verdadero
nombre
era
Emma
Lyon.
Con
15
años
se
quedó
embarazada
de
un
aristócrata.
Pasó
de
amante
en
amante
en
Londres
y
en
Nápoles
se
casó
con
el
embajador
inglés,
William
Hamilton,
del
que
tomó
el
apellido.
12. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
12
En
la
imagen,
la
novela
El
amante
del
volcán
de
Susan
Sontag;
Nelson
pintado
por
Lemuel
Francis
Abbott
ya
manco
de
su
brazo
derecho
al
ser
herido
por
las
tropas
canarias
en
su
ataque
a
Santa
Cruz
de
Tenerife
(1797);
cartel
de
la
película
Lady
Hamilton
del
director
Alexander
Korda
(1941).
En
Italia,
Emma
Hamilton
se
convirtió
en
una
excelente
anfitriona
de
divertidas
veladas
artísticas
que
ella
llamaba
attitudes:
eran
juegos
o
fiestas
de
disfraces
en
los
que
los
asistentes
debían
adivinar
quién
se
escondía
tras
el
disfraz.
Fueron
todo
un
éxito
entre
artistas,
aristócratas
y
diplomáticos.
A
ella
acudieron
personajes
relevantes
de
todo
tipo,
entre
ellos
la
pintora
Marie-‐Louise-‐Élisabeth
Vigée-‐Lebrun,
el
escultor
Bertel
Thorvaldsen
o
el
escritor
alemán
Goethe.
Estas
fiestas
propiciaron
el
surgimiento
de
la
moda
neoclásica.
De
hecho,
la
moda
femenina
del
llamado
Estilo
Imperio,
es
muy
deudora
de
los
modelos
inspirados
en
la
indumentaria
grecorromana
que
Emma
Hamilton
desarrollaba
en
sus
fiestas
napolitanas
y
londinenses.
Como
curiosidad,
podemos
mencionar
que
uno
de
los
amantes
más
famosos
de
Emma
Hamilton
fue
el
almirante
Horacio
Nelson,
con
el
que
vivió
una
relación
muy
abierta
que
prácticamente
consistió
en
un
ménage
à
trois
entre
ambos
amantes
y
sir
William
Hamilton,
para
escándalo
de
la
sociedad
de
la
época.5
En
la
espléndida
novela
de
Susan
Sontag,
El
amante
del
volcán
(2008)
se
da
buena
cuenta
de
esta
historia.
Los
últimos
días
de
la
vida
de
Emma
Hamilton
fueron
muy
desgraciados,
ya
que
en
un
breve
lapso
de
tiempo
-‐dos
años-‐
murieron
su
marido,
una
hija
engendrada
por
Nelson
y
el
propio
almirante.
Acuciada
por
las
deudas,
pasó
incluso
un
año
en
prisión
y
se
estableció
en
Francia
huyendo
de
sus
acreedores,
donde
murió
alcoholizada,
en
Calais.
5.
MOBILIARIO,
INDUMENTARIA
Y
ARTES
DECORATIVAS
NEOCLÁSICAS
Mobiliario.
El
ESTILO
LUIS
XVI
Del
mismo
modo
que
el
rococó
va
ligado
al
rey
Luis
XV,
el
neoclasicismo
aparece
vinculado
al
monarca
Luis
XVI
(reinado
1774-‐1789).
Cronológicamente
se
desarrolla
entre
1775-‐1800.
El
estilo
Luis
XVI
es
una
de
las
etapas
de
mayor
perfección
técnica
en
la
historia
del
mobiliario
europeo.
En
Gran
Bretaña
su
equivalente
será
el
neoclasicismo
de
Robert
y
James
Adam
(arquitectos
y
diseñadores
de
muebles
de
origen
escocés).
La
decoración
de
interiores
y
el
mobiliario
Luis
XVI
implica
un
retorno
a
la
sobriedad
y
la
formulación
de
unos
conceptos
ornamentales
“a
la
griega”.
Valoran
asimismo
la
comodidad,
la
belleza
y
la
elegancia
de
los
diseños.
5
Por
cierto,
Nelson
fue
herido
en
Tenerife
–se
quedó
manco-‐
luchando
en
la
guerra
angloespañola
que
enfrentaba
entre
1796-‐1802
a
las
tropas
españoles
comandadas
por
Antonio
Gutiérrez
de
Otero
frente
a
las
británicas
de
Nelson
que
pretendía
hacerse
con
el
poder
de
las
islas
Canarias.
13. 13
13
Predomina
un
gusto
por
la
sencillez
y
las
formas
depuradas
que
devuelve
a
la
línea
recta
su
papel
dominante,
restringen
el
uso
de
la
curva
–aunque
no
la
eliminan-‐
y
restablecen
el
dominio
de
la
simetría.
Las
formas
geométricas
predominan
en
el
diseño
del
mobiliario
Luis
XVI:
óvalos,
rectángulos,
cuadrados..
La
influencia
de
Inglaterra,
ahora
ya
gran
potencia
en
la
construcción
de
muebles,
difundió
en
Francia
el
uso
de
la
madera
de
caoba.
En
cuanto
a
los
motivos
ornamentales,
abundan
los
de
inspiración
griega
(grecas,
meandros,
esvásticas,
etc.)
y
romana
(grutescos,
decoración
a
candelieri,
esfinges,
motivos
geométricos,
guirnaldas...)
Los
muebles
solían
aparecer
adornados
con
aplicaciones
decorativas
de
bronces
dorados.
Entre
los
ebanistas
descuellan
Riesener,
Martin
Carlin,
Georges
Jacob,
etc.
En
cuanto
a
la
policromía,
predominan
los
tonos
blancos,
grises,
dorados,
plateados,
etc.
Dos
ejemplos
de
decoración
de
interiores
Luis
XVI:
la
habitación
de
la
reina
María
Antonieta
en
el
palacio
de
Fontainebleau
(Francia)
con
grutescos
y
decoración
a
candelieri,
con
mesa
diseño
de
Riesener
y
sillones
de
Georges
Jacob;
Detalle
del
Petit
Trianon
de
Versalles
donde
aparecen
guirnaldas
y
grutescos
sobre
fondo
blanco.
Fuente
de
las
imágenes:
Blog
de
Pablo
Pena
http://historiadelmueble.blogspot.com.
El
mueble
Luis
XVI
se
parece
mucho
al
mueble
Luis
XV
pero
ya
no
con
las
patas
en
cabriole
(forma
de
S)
sino
de
forma
recta
y
acanalada
(con
estrías).
Fuente
de
las
imágenes:
Blog
de
Pablo
Pena
http://historiadelmueble.blogspot.com.
La
tapicería
sigue
desempeñando
un
papel
de
primer
orden,
predominando
la
seda,
el
terciopelo
y
los
damascos.
14. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
14
El
mueble
favorito
es
la
Chaise
Longue,
asiento
amplio,
con
respaldo
a
un
lado,
que
le
da
aspecto
de
cama.
Está
inspirado
en
el
clasicismo,
ya
que
en
Grecia
y
Roma
era
la
forma
habitual
de
sentarse
en
los
banquetes,
recostándose
de
lado.
Otro
mueble
muy
usado
esa
el
espejo
de
doble
cara,
de
forma
ovalada
o
rectangular
denominado
Psyqué,
Aparece
montado
sobre
soporte,
con
armazón
de
bronce
dorado,
madera
pintada
o
dorada.
Existía
también
en
versión
portátil,
mucho
más
pequeño.
Los
muebles
de
asiento
más
destacados
seguirán
siendo
el
sillón
o
fauteuil
(con
las
patas
rectilíneas,
el
frontal
del
asiento
curvo
y
el
respaldo
de
forma
oval).6
Se
siguieron
construyendo
cómodas
pero
ya
sin
la
característica
rocalla
del
rococó,
sino
de
formas
más
sencillas
y
elegantes.
Muy
característicos
de
esta
etapa
son
los
escritorios
o
secretaires
de
cilindro,
también
llamados
de
persiana,
aunque
el
escritorio
femenino
por
excelencia
será
el
bonheur
du
jour.
Fuente
de
las
imágenes:
J.V.
Patiño
http://escueladeartetalavera.blogspot.com.es/2015/09/libro-‐de-‐texto-‐para-‐fundamentos-‐
del.html
El
Estilo
Directorio
y
el
Estilo
Imperio
El
estilo
Directorio
y
el
estilo
Imperio
derivan
del
neoclasicismo
y
del
estilo
Luis
XVI.
Los
dos
primeros
son
prácticamente
sinónimos
dadas
las
escasas
diferencias
entre
ellos.
El
equivalente
en
el
caso
español
sería
“estilo
fernandino”,
relativo
al
reinado
de
Fernando
VII
y
en
Inglaterra
“estilo
Regencia”.
El
Estilo
DIRECTORIO
se
extiende
desde
los
inicios
de
la
Revolución
Francesa
con
la
Toma
de
la
Bastilla
(1789)
hasta
el
fin
del
Consulado
(1804),
y
es
un
estilo
de
transición
hacia
el
Estilo
Imperio.
A
los
motivos
ornamentales
característicos
del
estilo
Luis
XVI
(de
inspiración
griega
y
romana)
se
le
añaden,
con
un
cierto
eclecticismo,
ornamentaciones
de
inspiración
egipcia
(tras
la
campaña
napoleónica
que
desató
la
egiptomanía)
y
los
relativos
al
Sansculottismo7
de
la
6
Hay
una
versión
más
cómoda,
que
imita
las
formas
del
fauteuil
y
se
llama
bergère.
7
Los
sansculottes
eran
el
ala
extrema
de
los
jacobinos.
Se
denomina
Sansculottismo
a
la
moda
patriótica
y
revolucionaria
que
se
extendió
como
la
pólvora
en
tiempos
de
la
Revolución
Francesa
y
que
abarcaba
la
indumentaria,
la
música,
la
forma
de
hablar,
el
humor,
la
decoración...
por
oposición
a
los
realistas
(partidarios
de
la
monarquía
y
antirrevolucionarios).
15. 15
15
Revolución
Francesa
(gorros
frigios,
etc.)
o
a
Napoleón.
También
se
incorporaron
emblemas,
trofeos
militares...
El
Estilo
IMPERIO
se
desarrolla
en
Francia
como
evolución
del
Estilo
Directorio
y
coincide
con
la
ascensión
de
Napoleón
al
trono
imperial
(1804-‐1814).
Implantó
un
estilo
oficial
clasicista,
solemne
y
fastuoso.
Los
muebles
del
estilo
Imperio
son
de
formas
sólidas
y
simétricas.
No
son
muebles
cómodos
ni
lo
pretenden.
Privilegian
los
valores
simbólicos
y
propagandísticos,
a
mayor
gloria
del
emperador.
Entre
los
motivos
ornamentales
más
arquetípicos
de
este
estilo
descuellan
las
composiciones
de
inspiración
ecléctica
(pompeyana,
egipcia,
etrusca,
griega,
etc.)
que
se
concentran
en
los
techos,
parte
superior
de
muros
y
puertas,
realizados
con
estuco
o
pintados:
trofeos
guerreros,
águilas
con
las
alas
extendidas,
esfinges,
coronas
de
laurel,
guirnaldas,
cisnes
o
abejas...
Se
usarán
también
motivos
alegóricos
y
heráldicos
de
los
Bonaparte,
como
la
“N”
inicial
de
Napoleón,
todo
con
un
espíritu
grandilocuente
propio
de
este
emperador.
Son
habituales
en
los
muebles
estilo
Imperio
las
aplicaciones
doradas
de
bronce,
especialmente
en
los
tiradores:
como
las
cabezas
de
león
mordiendo
una
argolla.
Las
tipologías
de
mobiliario
más
importantes
de
esta
corriente
estética
son
las
camas,
las
mesas,
los
muebles
de
asiento8
,
etc.
Fuente
de
las
imágenes:
J.V.
Patiño
http://escueladeartetalavera.blogspot.com.es/2015/09/libro-‐de-‐texto-‐para-‐fundamentos-‐del.html
La
difusión
del
estilo
Imperio
fue
tan
grande
por
Europa
que
sobrevivió
al
mismo
Napoleón
una
década
después
de
la
desaparición
de
Bonaparte.
Hay
que
recordar
que
el
siglo
XVIII
fue
el
de
mayor
auge
y
esplendor
del
mobiliario
inglés.
Una
aristocracia
rica,
independiente,
culta
e
ilustrada
decoró
suntuosamente
y
con
refinamiento
sus
grandes
casas
de
campo:
es
la
época
de
fastuosas
villas
palladianas,
con
sus
frontones
clásicas,
blancas
cúpulas
y
largas
columnatas,
rodeadas
por
enormes
parques.
La
figura
del
gentleman
aristocrático
y
culto
será
el
principal
cliente
de
los
mueblistas
del
siglo
XVIII.
Pero
a
fines
del
XVIII
ese
aristócrata
da
paso
al
burgués,
con
nuevos
ideales
de
decoro
y
moralidad,
sustituirá
la
búsqueda
de
lo
“bello”
por
la
del
comfort,
la
intimidad.
Los
interiores
dieciochescos,
refinados
y
elegantes,
nutridos
de
cultura
ilustrada
y
de
conocimiento
de
la
antigüedad,
cederán
el
puesto
al
calor
de
los
hogares,
acolchados
y
protegidos,
del
nuevo
siglo.
Se
introduce
la
madera
de
caoba
cuya
ductilidad,
finura
y
belleza
la
hacen
maravillosa.
Grandes
ebanistas
británicos
marcan
estilo:
Chippendale9
,
Sheraton,
Hepplewite.
Y
el
arquitecto
Robert
Adam.10
8
Véase
el
espléndido
blog
de
Pablo
Pena
http://historiadelmueble.blogspot.com.es/search/label/19.%20Neoclasicismo%3A%20estilo%20Imperio.
9
Thomas
Chippendale
(1718-‐1779)
es
un
punto
y
aparte
en
la
historia
del
mueble.
Hasta
que
él
llegara,
los
estilos
habían
tomado
el
nombre
de
sus
monarcas;
en
cambio
desde
ahora
se
les
conocerá
por
los
artistas
creadores.
Su
influencia
llegaría
a
toda
Europa.
Su
nombre
llegó
a
ser,
aún
hoy
en
día,
el
más
popular
en
toda
la
historia
del
mueble,
incluso
en
América.
No
sólo
construyó
muebles
sino
que
creó
modelos
y
tipos
(sillas…)
y
escribió
libros
ilustrados.
En
Chippendale
se
hace
evidente
el
eclecticismo,
ya
presente
en
el
siglo
XVIII
y
en
el
XIX
(chinerías,
rococó,
neogótico,
neoclásico).
Será
muy
16. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
16
Fuente
de
las
imágenes:
J.V.
Patiño
http://escueladeartetalavera.blogspot.com.es/2015/09/libro-‐de-‐texto-‐para-‐fundamentos-‐del.html
La
indumentaria
NEOCLÁSICA
La
indumentaria
neoclásica
se
puede
observar
en
la
pintura
y
escultura
de
la
época
como
por
ejemplo
en
los
cuadros
de
los
pintores
franceses
Gérard
o
David
o
en
las
obras
de
Canova.
La
moda
tiende
a
ser
mucho
más
sencilla
y
cómoda
que
en
la
etapa
barroca
y
rococó.
Esa
simplificación
se
observa
especialmente
en
la
moda
femenina.
La
indumentaria
masculina
no
experimenta
grandes
transformaciones
con
la
difusión
del
neoclasicismo.
No
se
basa
en
la
vestimenta
grecorromana
como
si
ocurrirá
en
la
moda
femenina.
Una
vez
más,
hay
que
señalar
que
Francia
y
Gran
Bretaña
marcaban
la
pauta
en
la
indumentaria
masculina.
Como
es
lógico,
las
vestimentas
más
lujosas
se
reservaban
para
las
grandes
ceremonias
cortesanas
en
que
aparecen
los
adornos
de
brillantes,
perlas
y
bordados
suntuosos,
como
los
que
se
lucieron
en
la
coronación
de
Luis
XVI,
diseñados
por
el
sastre
real,
Louis
René
Boquet.
El
traje
de
diario
solían
ser
realizado
en
lana,
ya
que
tienden
a
desaparecer
las
sedas
y
los
copiado,
en
resumen,
un
árbitro
del
buen
gusto.
Creó
muebles
muy
ingeniosos,
confortables,
innovadores,
elegantes.
Fue
famoso
por
sus
sillas
y
sus
mesitas
velador.
Son
mesas
son
muy
prácticas
que
caben
en
cualquier
rincón.
10
Robert
Adam,
fue
arquitecto
real
(1728-‐1792).
De
origen
escocés,
daba
una
gran
importancia
a
la
decoración
de
interiores
de
los
edificios
que
hacía.
De
hecho,
diseñó
muebles,
telas
y
metalistería.
Creó
el
llamado
“estilo
Adam”
que
fue
una
versión
del
neoclasicismo
más
sencilla,
precisa
y
delicada
que
la
del
rico
estilo
palladiano,
anteriormente
de
moda—.
El
estilo
Adam
es
de
dibujo
y
proporciones
armoniosas,
y
procura
una
sensación
de
luminosidad
y
espaciosidad.
Utiliza
motivos
clásicos,
como
festones,
guirnaldas
y
urnas.
El
mobiliario
Adam
tiene
características
muy
similares.
Thomas
Sheraton
fue
otro
gran
importante
diseñador
de
muebles.
Destaca
en
las
últimas
décadas
del
siglo
XVIII.
Realizó
escritorios
de
tapa
cilíndrica,
mesas
y
sillas.
Fue
un
teórico
muy
importante.
A
Sheraton
le
corresponde
el
mérito
de
haber
continuado
esta
tradición
durante
las
primeras
décadas
del
siglo
XIX.
Se
cree
que
fue
el
creador
de
las
Twin
beds
(dos
camitas
juntas).
Y
George
Hepplewite
fue
el
máximo
intérprete
del
estilo
Adam
y
uno
de
los
mejores
ebanistas
de
la
segunda
mitad
del
siglo
XVIII.
Su
nombre
se
utiliza
para
designar
el
estilo
que
se
difundió
en
los
últimos
años
del
siglo
XVIII.
Creó
“escuela”
cuya
producción
podemos
definir
como
para
“clases
burguesas”.
Realizó
destacadas
sillas
con
respaldos
calados
con
curvas
ovaladas
que
se
recortan
formando
un
corazón
o
formando
escudos.
17. 17
17
bordados.
Los
hombres
utilizan
ya
pantalones
largos
y
abrigos.
A
ellos
no
les
afectan
los
modelos
clásicos.
Tienden
cada
vez
más
a
prescindir
de
los
modelos
empolvados
–síntoma
de
“realismo”
o
afición
monárquica-‐
y
llevan
el
caballo
más
corto.
Por
lo
que
se
refiere
a
los
peinados
masculinos,
son
mucho
más
sencillos
que
en
la
etapa
anterior.
Se
siguen
utilizando
pelucas,
aunque
mucho
menos
que
en
la
etapa
rococó.
El
típico
peinado
consiste
en
una
serie
de
rizos
y
ondas
hacia
la
mitad
de
la
cabeza,
dejando
libre
la
frente
y
recogiéndose
en
la
nuca
dentro
de
una
redecilla
de
seda
negra
atada
con
un
cinta
del
mismo
color.
Suelen
llevar
cola
de
caballo.
Hay
que
señalar
que
en
nuestros
días,
los
magistrados
británicos
todavía
portan
las
pelucas
blancas
inspiradas
en
el
siglo
XVIII.
Los
sombreros
más
habituales
eran
los
bicornios
en
vez
de
tricornios.
Las
prendas
esenciales
masculinas
eran
las
casacas,
las
chupas
(especie
de
chaleco
hasta
la
cintura)
y
los
pantalones
largos
ceñidos
llamados
culottes:
por
eso
los
revolucionarios
franceses,
de
las
clases
populares,
eran
los
sans-‐culottes.
La
indumentaria
femenina
neoclásica
se
basa
en
el
arte
de
la
antigua
Grecia
y
Roma,
buscando
la
sencillez
y
la
elegancia
inspirada
en
esas
civilizaciones.
Emma
Hamilton
puso
de
moda
una
versión
de
la
indumentaria
femenina
pretendidamente
clasicista
que
en
realidad
se
inspiraba
más
en
la
sencilla
ropa
de
las
campesinas
napolitanas
que
le
confeccionaban
los
trajes
para
sus
performances
que
en
el
rigor
arqueológico.
Por
lo
que
se
refiere
a
los
materiales,
predominan
el
lino,
batista
o
muselina.
La
seda
será
el
tejido
estrella
y
también
se
usaron
con
profusión
otros
tejidos
livianos
como
el
algodón.
Frente
al
rococó
con
sus
rígidos
corsés,
el
neoclasicismo
trae
consigo
–momentáneamente-‐
la
liberación
del
cuerpo
femenino
porque
se
difundirán
vestidos-‐túnicas
vaporosos
de
gran
sencillez
y
elegancia.
Los
vestidos,
de
tonos
pastel,
casi
transparentes
y
ligeros
se
difunden
para
gran
escándalo
de
los
sectores
más
conservadores
de
la
sociedad.
La
silueta
femenina
Estilo
Imperio
presentaba
escote,
bastante
pronunciado,
podía
ser
cuadrado,
redondo
o
en
pico
y
talle
alto
de
forma
que
recordaba
vagamente
a
una
columna
clásica.
A
estos
vestidos
se
les
llamaba
también
Vestidos
Camisa.
La
falda
del
vestido
era
tubular
talar
(hasta
los
talones)
aunque
en
ocasiones
eran
extremadamente
largos.
Los
vestidos
podían
ser
sin
mangas
o
de
mangas
cortas
o
largas.
Esta
vestimenta
se
acompañaba
con
guantes
largos.
Como
complemento
del
vestido
solía
usarse
un
chal
o
una
chaqueta
corta
llamada
Spencer,
que
cubría
solo
el
busto,
y
si
se
usaba
sombrero,
solía
ceñirse
con
una
cinta
bajo
el
mentón.
Los
motivos
ornamentales
podían
ser
de
inspiración
romano
o
incluso
etrusca.
Madame
Tallien
,
es
decir,
la
española
Teresa
Cabarrús11
(1773-‐1835)
fue
una
de
las
primeras
en
rechazar
el
corsé
y
apostar
por
la
vestimenta
de
influencia
grecorromana.
La
esposa
de
Napoleón,
Josefina
Bonaparte,
también
popularizó
este
vestido,
con
amplio
escote
recto.
Estos
vestidos
se
complementaban
con
tocados
o
sombreros
ya
que
seguían
siendo
accesorios
importantísimos
en
la
indumentaria
de
la
época.
Los
tocados
aparecen
adornados
con
plumas.
Se
difundieron
muchísimo
los
turbantes.
11
Sobre
Teresa
Cabarrús
Carmen
Posadas
escribió
una
excelente
novela
de
Carmen
Posadas
llamada
“La
cinta
roja”.
18. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
18
La
indumentaria
neoclásica
pronto
tendría
detractores
y
acérrimos
seguidores.
Lo
cierto
es
que
los
trajes
femeninos
a
la
griega
y
a
la
romana
pronto
triunfarían
en
toda
Europa
como
epítome
de
la
elegancia
neoclásica.
Sus
defensores
más
extravagantes,
los
fashionistas
de
la
época,
fueron
denominados
los
incroyables
y
ellas,
las
merveilleuses.
Los
incroyables
fueron
el
precedente
de
los
dandis
del
siglo
XIX.
Los
zapatos
fueron
ganando
en
comodidad
hasta
casi
perder
el
tacón.
Se
impusieron
las
sandalias
(tipo
romanas).
El
neoclasicismo
en
moda
coincide
con
el
llamado
Estilo
Imperio
presente
en
el
arte
y
las
artes
decorativas
hasta
circa
1820.
La
moda
en
la
Revolución
Francesa:
los
sans-‐culottes;
El
gorro
frigio,
símbolo
de
libertad;
La
indumentaria
tricolor
se
basa
en
los
colores
azul,
blanco
y
rojo
eran
los
símbolos
de
la
República
francesa.
En
la
Rev.
Francesa
fueron
prohibidos:
los
corsés,
los
encajes,
las
pelucas,
los
vestidos
habituales
del
Ancien
Régime
so
pena
de
ser
acusado
de
realista,
las
joyas,
etc.
Estas
prohibiciones
fueron
hasta
que
tomó
Napoleón
Bonaparte
el
poder
y
empezó
el
Imperio
francés
(1804)
y
en
consecuencia,
la
moda
neoclásica
Imperio.
Este
Primer
Imperio
francés
estuvo
en
vigor
hasta
1815.
Las
Artes
Decorativas
Neoclásicas
Las
artes
decorativas
alcanzaron
un
gran
auge
en
el
Neoclasicismo
(cerámica,
artes
textiles,
joyería…).
Todas
las
manufacturas
reales
que
comenzaron
su
producción
de
artes
decorativas
en
estilo
rococó
fueron
evolucionando
hacia
formas
neoclásicas
más
sobrias
y
depuradas
conforme
fue
pasando
el
siglo.
19. 19
19
Las
joyas
siguen
las
mismas
tipologías
del
rococó
pero
con
motivos
decorativos
neoclásicos,
muchos
de
ellos
inspirados
en
Herculano
y
Pompeya.
Abundan
los
camafeos.
Porcelana,
relojes
y
cerámica
neoclásica:
las
referencias
a
Grecia
y
Roma
son
constantes
y
también
a
otras
civilizaciones
como
la
egipcia,
oriental,
etc.;
La
Revolución
Francesa
como
tema
está
muy
presente
en
la
cerámica
francesa
neoclásica,
en
este
ejemplo
de
Nevers
aparece
entronizada
la
alegoría
de
la
Libertad;
Joyería
neoclásica
con
camafeos
y
motivos
inspirados
en
el
mundo
clásico.
la
reina
Luisa
de
Prusia,
vestida
con
indumentaria
y
joyas
neoclásicas:
diadema,
brazalete
y
broche
en
el
hombro.