Este documento presenta resúmenes de varios artículos y documentos sobre el tema de la evaluación educativa. Explora conceptos clave como los propósitos, enfoques y modelos de evaluación, así como la importancia de considerar la cultura evaluativa y las competencias docentes. Finalmente, enfatiza los retos de implementar evaluaciones auténticas que evalúen competencias más allá de contenidos memorizados.
El concepto de número desde una perspectiva constructivista
Concepto de evaluacion
1. AUTOR: Ana Isabel Mora Vargas FECHA DE PUBLICACION: 2004
NOMBRE DE LA PUBLICACION: La evaluación educativa: concepto, periodos y modelos.
DIRECCION ELECTRONICA DONDE SE ENCUENTRA:
http://cvonline.uaeh.edu.mx/Cursos/Especialidad/eval_apren_entor_virt/unidad_1/act_16_
EvalEducConcepPeriodosModelos_U1.pdf
La evaluación se puede entender de diferentes maneras, dependiendo de las
necesidades, propósitos u objetivos de la institución educativa, tales como: el control, y la
medición, el enjuiciamiento de la validez del objetivo, la rendición de cuentas por citar
algunos propósitos. Desde esta perspectiva se puede determinar en qué situaciones
educativas es pertinente realizar una valoración, una medición o la combinación de ambas
concepciones. A la vez, la evaluación está orientada por una teoría institucional (leyes,
reglamentos, decretos y circulares) y por la cultura evaluativa existente, entendida como
la forma que se han realizado los procesos evaluativos. “Esta se construye a través del
conjunto de valores internalizados por docentes, alumnos, directores, supervisores,
padres y representantes de entes empleadores, acerca de la forma de concebir y practicar
la evaluación en un determinado proceso educativo.” (Duque, 1992, p.170)
Otra posición señala a la evaluación como una herramienta para la rendición de cuentas.
El concepto no solo rendir cuentas de los aciertos y desaciertos de un plan y programa de
estudios o del desempeño profesional, sino también de recibir retroalimentación para el
mejoramiento académico y personal tanto del personal docente como de la población
estudiantil y por ende de la institución educativa.
La búsqueda de alternativas a la solución de problemas es el reto fundamental de la
evaluación como proceso para el mejoramiento de la calidad de la educación, para ello es
necesario crear un clima organizacional donde se facilite y propicie la práctica evaluativa.
Funciones de la evaluación.
Función de diagnostico.- la evaluación de un plan de programa de estudios debe
caracterizar el planteamiento, ejecución y administración del proyecto educativo debe
constituirse en síntesis principales aciertos y desaciertos.
Función instructiva.- el proceso de evaluación en sí mismo, debe producir una síntesis de
los indicadores de la puesta en práctica del currículum. Por lo tanto, las personas que
participan en el proceso, se forman, aprenden estrategias de evaluación e incorporan una
experiencia de aprendizaje laboral.
Función educativa.- a partir de los resultados de la evaluación donde el personal docente
conoce con precisión como es percibido su trabajo por sus iguales por el estudiando y por
las autoridades académicas de la institución, puede trazarse una estrategia para erradicar
las insuficiencias que le han señalado en su desempeña profesional.
2. AUTOR: Tiburcio Moreno Olivos FECHA DE PUBLICACION: Junio 2009
NOMBRE DE LA PUBLICACION: La evaluación del aprendizaje en la universidad:
tenciones, contradicciones y desafíos.
DIRECCION ELECTRONICA DONDE SE ENCUENTRA:
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S1405-66662009000200010&script=sci_arttext
La proyección de la evaluación es mucho más amplia y comprende todo el ámbito
educativo. La evaluación es el medio por el cual valoramos y conocemos una situación
educativa, bien en su proceso, bien en un momento determinado, pudiendo conocer la
efectividad de la actividad.
El objetivo general de la investigación que se presenta consistió en recoger evidencias
acerca de la evaluación de los alumnos, describirlas, interpretar sus contenidos y formas
así como valorarlas de acuerdo con ciertas concepciones actuales sobre la evaluación
educativa.
La evaluación tradicionalmente estuvo vinculada con el concepto de medida del
rendimiento académico de los contenidos disciplinares (valoración de los resultados),
manteniendo una visión examinadora y de control, y restringida al aprendizaje de los
alumnos. El examen constituyó la técnica principal utilizada para valorar el trabajo de los
alumnos individualmente. Entonces, ni siquiera se planteaba la posibilidad de someter a
evaluación los demás componentes del currículum.
Han surgido consideraciones más amplias en los enfoques sobre la enseñanza, en
beneficio de un mejor y más completo conocimiento de los alumnos, aumentando así lo
que se considera objetos necesarios de ser conocidos por parte de los educadores. Esta
situación hará más complejos los sistemas de evaluación pedagógica. Esta tendencia
parece estar motivada por las siguientes fuerzas fundamentales:
1) el interés estrictamente metodológico por tener un mejor dominio de las experiencias
de aprendizaje de los alumnos.
2) una concepción humanista de la educación que, aplicada al tema de la evaluación,
propone no sólo abandonar la rigidez en las evaluaciones y la transformación de la
evaluación en un proceso de enseñanza–aprendizaje (evaluación continua), sino que
procura una relación más humana con el alumno, un más amplio y mejor conocimiento del
alumno.
3) cierta ideología de control que se ha apoderado de todo el sistema y lleva a proponer
modelos más completos de evaluación, abarcando cada vez más variables a ser
consideradas en los procedimientos de evaluación
Las prácticas repetidas y asentadas en la cotidianidad de la escuela generan una cultura
que va configurando las expectativas, los rituales, las creencias, las normas y los valores
que están vigentes en ella. Las organizaciones escolares pueden entenderse
3. adentrándose en su cultura escolar. Se entiende por cultura el conjunto de significados
compartidos por un grupo de personas a través de un tiempo de experiencias y de
intercambios psicosociales (Santos Guerra, 2003).
La cultura escolar puede ser definida en función de dos factores: contenido y forma. El
contenido se compone de aquello que piensan, dicen y hacen sus miembros; se trata de
las creencias, valores, hábitos y modos de hacer, asumidos por los equipos de
profesores, sobreestimando los aspectos compartidos de una cultura al ser importantes
en ciertos contextos con fuertes lazos de integración y consenso; en muchas otras
escuelas la cultura puede ser subdividida en dos o más. La forma consiste en las pautas
de relación entre los miembros que comparten dicha cultura, que pueden adoptar, por
ejemplo, la forma de aislamiento, de grupos o facciones de competencia o de adscripción
más amplia a una comunidad (Hargreaves, 1996; Moreno Olivos, 2003)
AUTOR: Isabel Guzmán Ibarra, Rigoberto Marín Uribe. FECHA DE PUBLICACION:
19/02/2011.
NOMBRE DE LA PUBLICACION: La competencia y las competencias docentes:
reflexiones sobre el concepto y la evaluación.
DIRECCION ELECTRONICA DONDE SE ENCUENTRA:
http://www.aufop.com/aufop/uploaded_files/articulos/1301588498.pdf
La intención es fijar niveles de coherencia entre los componentes del concepto con las
prácticas educativas por competencias.
Con esta base se delinean algunas estrategias para identificar competencias docentes y
se proponen estrategias e instrumentos centrados en la evaluación auténtica para evaluar
competencias docentes.
En ese sentido, en este artículo buscamos aportar elementos sobre el concepto de
competencia que permita fijar una posición al respecto en nuestra investigación; así
mismo, discutimos sobre la necesidad de transferir los componentes del concepto de
competencia a los procesos de identificación y de evaluación de competencias docentes.
El documento se encuentra estructurado en cuatro apartados. El primero, revisa el origen
y elementos constitutivos comunes de la noción de competencia. Así mismo, se discute
sobre las definiciones de competencia; desde aquellas que ubican el concepto como el
conjunto de habilidades y destrezas, hasta las posturas actuales que la sitúan como
capacidades o aptitudes que una persona moviliza para hacer frente a situaciones
complejas y específicas. Esta evolución conceptual de la noción de competencia se ha
conformado con la contribución procedente de diferentes disciplinas. En consecuencia, se
ubica a las competencias como la alternativa capaz de concretar nuevas y viejas utopías
pedagógicas.
4. En la segunda parte se argumenta sobre la necesidad de mantener niveles de coherencia
entre los elementos del concepto, la práctica docente y la evaluación de competencias. Se
incorpora la reflexión sobre el compromiso que debe adoptarse en la construcción de un
concepto: asumirlo para concretarlo en prácticas educativas renovadas o convertirlo en
adorno textual de documentos académicos.
El tercer apartado analiza el tema de la identificación de competencias docentes. A partir
de las disquisiciones sobre los elementos del concepto de competencia se busca una
aproximación al concepto de competencia docente y de competencias docentes.
Este análisis se sustenta en las expresiones de práctica educativa y práctica docente
como determinantes del perfil de la profesión docente, este, a su vez, representa el punto
de partida para la identificación de competencias docentes.
Cuando se adopta una pedagogía para la construcción del saber y la adquisición de las
competencias, la escuela tiene la esperanza de reducir el volumen de conocimientos
muertos, a favor de conocimientos vivos que se siguen utilizando y enriqueciendo a lo
largo de toda la vida.
Ante esta oportunidad, queda a la educación la tarea de construir un nuevo significado
para el concepto de competencias, que permita rebasar la crítica y cuestionamiento sobre
su origen laboral, para arribar a una propuesta en el ámbito educativo
La noción de competencia no proviene ni de un solo paradigma teórico, ni de una sola
tradición psicopedagógica, su uso y aplicación específica se da de acuerdo con las
necesidades y orientaciones que cada autor considera imprimirle. Esto se convierte en un
campo fértil de necesidades de cambio.
Cuando a la educación se le han cargado los males y las responsabilidades sociales que
antaño no tenía, hoy, a las competencias, le son sembradas las más variadas reflexiones
sugerentes. En esta amplia canasta parecen caber todos los anhelos educativos que
parezcan inéditos, no importa que sean viables o sean nuevas o viejas utopías
Definitivamente la evaluación de las competencias docentes es un problema complejo,
sobre todo si intentamos enfrentarlo bajo algunos de los esquemas o las formas de
evaluación de la docencia convencionales. Es necesario plantear opciones que nos lleven
a construir propuestas teórico-metodológicas, susceptibles de ser puestas en práctica.
La evaluación de las competencias implica trascender prácticas anacrónicas donde se
continúa privilegiando la memorización. La evaluación de las competencias debe
trascender el saber descontextualizado, centrado en contenidos declarativos, cuyo
impacto es poco útil, inerte, además de poco motivante y significativo para el estudiante y
de relevancia social y personal limitada (Díaz Barriga, 2004).