Ōnamuji fue perseguido por sus celosos hermanos que intentaron matarlo en dos ocasiones, pero su madre lo salvó. Busco refugio en el reino del dios Susanowo, cuyo hija Suseri-hime. A pesar de las pruebas de Susanowo, este predijo que Ōnamuji derrotaría a sus hermanos. La tradición de Izumo cuenta que Ōnamuji y el dios enano Sukunabiko ayudaron a completar la creación de las islas de Japón.