1. Bibliografía Fundamental
Ciudad pánico
El afuera comienza aquí
Por Paul Virilio Exégesis y clasificación temática: Miguel Pérez
Gaudio
Cátedra: Periodismo V - 2010
PARÁGRAFOS TEXTUALES PERCEPCIONES Y ANALOGÍAS
La democracia de la emoción
* “Los acontecimientos pasan sobre los acontecimientos, las
olas pasan sobre las olas, el hecho sobrevive siempre entero,
sin discontinuidad, sin ruptura” Víctor Hugo- 1842.
* Ciento sesenta años más tarde, en la era del conformismo
mediático, la estandarización de la opinión está en su cima y la
ejemplaridad sucede a la celebridad, al punto de que la
expresión “crear el acontecimiento” ya no corresponde a la
realidad, una realidad falsificada por una multitud de
soportes, audiovisuales y otros.
* Actualmente, cuando todos los ejemplos son seguidos en
tiempo real por la hiperpotencia de los mass-media, el
acontecimiento es únicamente la ruptura de continuidad,
el accidente intempestivo que viene a romper la monotonía
de una sociedad en la cual la sincronización de la opinión
completa hábilmente la estandarización de la producción.
* Hay, en fin, cierta piromanía en esa sed de ejemplaridad sin
verdadera celebridad.
* De hecho, el accidente es un atentado al pudor de la
substancia, un descubrimiento de su desnudez, de la miseria
de aquello que acontece, imprevistamente, tanto al hombre
como a sus creaciones.
* ¡Lamentable piromanía! “La broma que surge de un crimen
es más horrorosa que él. Nada es más abominable que el
crimen que no conserva su seriedad” Víctor Hugo, Choses
vues.
* No olvidemos, en efecto, que si el mimetismo es
característico del poder de condicionamiento de los mass-
media, es primero el signo de la infancia, de esa “infancia del
arte por el arte” que con el infantilismo promocional
desemboca actualmente en la estandarización de los
comportamientos y, lo que es peor, en la sincronización de
las emociones.
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2. * Se quiera o no, crear un acontecimiento es, en lo
sucesivo, provocar un accidente.
* Crear el acontecimiento es hoy relanzar un pensamiento
refractario a la ciber-mentalidad de un reflejo condicionado a
esa SINCRONIZACIÓN de las emociones de la era de la
información, que viene a terminar con la ESTANDARIZACIÓN
de los comportamientos de la era industrial.
* “Lo que estaba en juego en la segunda guerra del Golfo no
eran tanto los bombardeos aéreos como el impacto de las
imágenes y de las ideas. Mientras morían niños y soldados, la
televisión transformaba la guerra en un terrible drama pasional,
con repeticiones y nuevos episodios todas las horas” escribía
Jerome Charyn, ilustrando así la metamorfosis de un conflicto
en el que las armas de obstrucción (los búnkeres de Saddam) y
las armas de destrucción (los misiles) ceden su primacía
estratégica a esas armas de comunicación masiva
destinadas a golpear los espíritus…o, más precisamente, el
arma de destrucción masiva es sometida a la de una
comunicación de masas que la domina por todas partes,
teniendo en cuenta que el impacto audiovisual (en tiempo real)
se impone ampliamente, por su velocidad de propagación a
escala mundial, sobre el impacto material, que es justamente
blanco de los proyectiles explosivos.
* De allí que ese MINISTERIO DEL MIEDO probablemente
domine mañana desde lo alto de sus satélites y de sus antenas
parabólicas al ya muy pasado de moda MINISTERIO DE
GUERRA, cuyas armas se encuentran en vía de
descomposición avanzada desde el surgimiento de un
hiperterrorismo que no necesita siquiera la masa de divisiones
blindadas y en el que el sistema de armas está principalmente
constituido por el conjunto de medios de comunicación de
masas vueltos contra el adversario.
* Una prueba entre otras de esa descomposición de la guerra
clásica nos es provista por la inversión del número de víctimas,
puesto que en los conflictos recientes el 80% de las
pérdidas están del lado de los civiles, mientras que en la
guerra tradicional era exactamente a la inversa. Si antaño
se distinguía claramente la guerra internacional de la guerra
civil –la guerra de todos contra todos- de ahora en más toda
guerra que se precie de tal es primero una GUERRA CONTRA
LOS CIVILES.
* De allí la eventualidad de que la próxima “guerra total” no sea
otra que una GUERRA CIVIL MUNDIAL y ya no local, en la
que la metástasis ya no concierna a las naciones y a sus
instituciones sino a sus poblaciones ofrendadas al caos en el
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3. holocausto.
* Tal como sucede con la materia, digámoslo ahora, la guerra
posee tres dimensiones: la masa, la energía y la
información. Cada época de la Historia ha privilegiado una de
esas dimensiones. Primero fue la masa, la de las murallas y las
armaduras, la de las legiones y las divisiones de ejércitos en
campaña.
* Luego fue la energía, esa neurobalística de las catapultas, de
los arcos y otras máquinas lanzadoras, a la espera de la
pólvora y de la artillería o incluso de los motores de las
unidades blindadas, de los aviones y, finalmente, de la bomba
y de los misiles intercontinentales, vectores de entrega del
arma atómica.
* Hoy se impone la tercera –y sobre todo la cuarta
dimensión-, con la información y su velocidad de
comunicación instantánea. De allí este repentino cambio en el
que INFOWAR aparece no sólo como una “guerra de los
materiales” sino sobre todo como una GUERRA CONTRA LO
REAL; una desrealización por doquier en la que el arma de
comunicación masiva es estratégicamente superior al arma de
destrucción masiva (atómica, química, bacteriológica…).
* No basta con hablar de peligro cuando se trata de uno de los
mayores riesgos del naciente siglo XXI y cuando precisamente
la globalización de la opinión pública acaba de tomar una forma
inesperada: la de una DEMOCRACIA DIRECTA
TRANSNACIONAL y sobre todo TRANSPOLITICA –tan temible
en el caso de EE.UU. como en el de los dictadores-, la de los
mercados o la de un tirano.
* En la era de la guerra de la información a ultranza, ¿se puede
hacer la guerra contra la opinión de las poblaciones por mucho
tiempo más? La respuesta es “no”.
* En efecto, estamos hoy frente a la amenaza, ya no de una
democracia de opinión que reemplazaría a la democracia
representativa de los partidos políticos. Sino ante la desmesura
de una verdadera DEMOCRACIA DE EMOCIÓN; de una
emoción colectiva a la vez sincronizada y globalizada, en la
que el modelo podría ser el de un tele – evangelismo –
postpolítico.
* Si la interactividad es a la información lo que la radioactividad
es a la energía, estamos aquí ante el límite extremo de la
inteligencia política, puesto que la REPRESENTACIÓN política
desaparece en la instantaneidad de la comunicación, en
beneficio de una pura y simple PRESENTACIÓN.
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4. * “En materia de tecnologías no existe ni derecho de suelo
ni derecho de sangre, sino el derecho del más fuerte”
escribía David Nataf en un ensayo de nombre revelador, La
Guerra Informática.
* De allí esa nueva “dictadura del corto plazo”, TIRANÍA
DEL TIEMPO REAL que aterroriza al mercado financiero único
o a las instancias políticas internacionales.
* Populismo o tele-evangelismo, esas prácticas de aniquilación
audiovisual seducen, parece, al telespectador inquieto por el
déficit democrático. Como explica J.P. Dubois: “Asistimos a una
deriva consumista en la que se adquiere una opinión como se
compra un detergente. Se relega el interés común y, por el
contrario, se escoge para sí en lo inmediato. Se adquiere así la
ilusión de ser el coproductor. Esa utopía es de la misma
naturaleza que aquella que subyace a los sistemas
democráticos en su conjunto”.
* La “guerra de la información” aparece ahora, en cierto
sentido, bajo su verdadera apariencia, ya no solamente
“trágica” sino “satánica”, puesto que apunta a aniquilar la
verdad de un mundo común.
* La mentira estratégica, y no táctica, ya no es un arma de
obstrucción que protegería lo verdadero, sino un arma de
destrucción masiva de la realidad de los hechos, eso que la
postguerra iraquí ilustra ampliamente.
* Hoy, la ambición es desmesurada porque se trata de
romper el espejo de lo real para hacer perder a cada uno
(aliados o adversarios) la percepción de lo verdadero y de lo
falso, de lo justo y de lo injusto, de lo real y de lo virtual;
confusión fatal tanto del lenguaje como de las imágenes que
culmina en el levantamiento de esa flamante TORRE DE
BABEL, pensada para llevar a cabo la revancha
estadounidense por el derrumbamiento del World Trade
Center.
Kriegstrasse
* A modo de conclusión de estas consideraciones, una cita de
Hermann Broch: “Un mundo que se hace explotar a sí
mismo ya no permite que le hagan su retrato”.
El Accidente del Tiempo
* ¿Cómo abordaremos mañana este encarcelamiento del
Progreso sin caer en la desesperanza de esa finitud que
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5. prefigura la actual globalización?
* “La culminación es un límite”, advertía Aristóteles en su
segundo axioma. En el siglo XXI, la humanidad toda se
enfrenta a su finitud terrestre, con el consecuente riesgo de
abordar también su finitud humana: la exclusión no solamente
social y política, sino también física, con la próxima explosión
de la tercera bomba –tras la bomba atómica y la informática-, la
bomba genética, aquella de la cual la ingeniería transgénica es
ya el síntoma.
* Llegados a este extremo podemos afirmar, sin
equivocarnos, que la era de las REVOLUCIONES políticas
está concluida y que ingresamos, forzados y obligados, en
la inquietante extrañeza de la era de las REVELACIONES
transpolíticas.
* Este mundo dado vuelta como un guante por la velocidad de
comprensión temporal de las informaciones que invierte
repentinamente los polos de los que habla Pascal, puesto que
desde ahora la circunferencia está en todas partes y el centro
en ninguna.
Ciudad pánico
* “Cuando me asalta el miedo invento una imagen”, escribía
Goethe. Hoy no hay necesidad de inventar una imagen mental
semejante, la imagen instrumental nos es provista
instantáneamente por la televisión.
* A la criminalidad de las mafias se agrega ahora la de las
innumerables bandas urbanas, donde el crimen solitario se
incrementa sistemáticamente con el crimen en reunión y
en un medio cerrado –secuestros, violaciones colectivas,
torturas…-
* Tortura “civil” que sin embargo no parece inquietar a
aquellos que denuncian, con razón, las abominaciones de la
tortura “militar” en Serbia, Argelia o en otra parte…
El crepúsculo de los lugares
* “Los lugares mueren como los hombres, aunque parezca que
subsisten” Joubert.
* Sobre la Tierra de los vivos, el desierto no es más que una
línea, línea de cresta de su redondez o línea de sombra de su
luminosidad, terminal del día que fabrica tiempo: el tiempo local
de la historia de la humanidad.
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6. * El “desierto de lo pleno” es un viaje al vacío que
transporta la vida.
* Así, si el eje del mundo atrae todo aquello que cae, el
horizonte atrae todo aquello que huye.
* “¿Qué esperamos cuando ya no tengamos necesidad de
esperar para llegar?” A esta pregunta, ya vieja, podemos
responder, hoy: esperaremos la llegada de aquello que
demora.
* Escuchemos al impenitente visitante de los desiertos
Théodore Monod: “No hay nada tan tremendo como ver, desde
el lugar que se deja, aquel al que se llegará a la noche o
mañana, sin que haya nada entre ambos”
* El desierto es coexistencia, el desierto es conciencia
entre el ser y su imagen a distancia. Al desierto de arena,
al desierto de sal, ha sucedido el desierto de los sentidos.
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