2. MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos a celebrar la Eucaristía del
segundo domingo de cuaresma.
Escuchar a Jesús es una característica
esencial del cristiano. Hoy nos propone
vivir con Él la experiencia del monte
Tabor, dónde Dios nos invita a escuchar a
su Hijo predilecto.
Dispongámonos a celebrar esta Eucaristía
como una experiencia profunda de
podernos encontrar con el Señor y
escucharle.
3. CANTO DE ENTRADA.
Hacia ti, morada santa, hacia ti, tierra del
Salvador, peregrinos, caminantes, vamos
hacia ti.
Venimos a tu mesa, sellaremos tu pacto,
comeremos tu carne, tu sangre nos limpiará.
Reinaremos contigo en tu morada santa,
beberemos tu sangre, tu fe nos guiará.
4. ACTO PENITENCIAL:
La Cuaresma es tiempo de CONVERSIÓN: convertirnos a Dios y
convertirnos a los demás. Arrepintámonos de las cosas de nuestra
vida que nos alejan de este propósito y pidámosle perdón a Dios.
Por las veces que, por pereza, no hemos vivido ni celebrado la fe.
SEÑOR, TEN PIEDAD...
Por las veces que hemos celebrado la fe por rutina, con poco
interés, sin ningún compromiso. CRISTO, TEN PIEDAD...
Por las veces que al celebrar la Eucaristía no nos hemos sentido
más cercanos a los demás. SEÑOR, TEN PIEDAD...
El Dios del Amor y de la Misericordia perdone nuestros pecados,
nos llene de su Gracia, nos dé su Salvación y nos lleve a la Vida
Eterna. Amén.
5. Lectura del libro del Génesis 15, 5-12. 17-18
En aquellos días, Dios sacó afuera a Abrahán
y le dijo: Mira al cielo; cuenta las estrellas, si
puedes. Y añadió: Así será tu descendencia.
Abrahán creyó al Señor, y se le contó en su
haber. El Señor le dijo: Yo soy el Señor, que te
sacó de Ur de los Caldeos para darte en
posesión esta tierra. El replicó: Señor Dios,
cómo sabré yo que voy a poseerla. Respondió
el Señor: Tráeme una ternera de tres años, una
cabra de tres años, un carnero de tres años, una
6. tórtola y un pichón.
Abrahán los trajo y los cortó por el medio,
colocando cada mitad frente a la otra, pero no
descuartizó las aves. Los buitres bajaban a los
cadáveres, y Abrahán los espantaba. Cuando
iba a ponerse el sol, un sueño profundo
invadió a Abrahán, y un terror intenso y
oscuro cayó sobre él. El sol se puso, y vino la
oscuridad; una humareda de horno y una
antorcha ardiendo pasaban entre los miembros
descuartizados. Aquel día el Señor hizo
alianza con Abrahán en estos términos:
7. A tus descendientes les daré esta tierra, desde
el río de Egipto al Gran Río Eufrates.
Palabra de Dios.
8. Salmo 26
El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?.
El Señor es mi fortaleza, ¿quién me
hará temblar?.
9. El Señor es mi luz y mi salvación.
Escucha, Señor, mi clamor;
ten piedad de mí, atiéndeme.
Me dice el corazón: “Busca su rostro”.
10. El Señor es mi luz y mi salvación.
Sí, tu rostro, Señor, es lo que busco,no
me ocultes tu rostro, no rechaces a tu
siervo; Tú eres mi auxilio.
11. El Señor es mi luz y mi salvación.
Espero gozar los bienes del Señor
en la tierra de los vivos.
Espera en el Señor, sé fuerte;
ten ánimo, espera en el Señor.
12. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a
los Filipenses 3, 17. 4,1.
Seguid mi ejemplo, hermanos, y fijaos en
los que andan según el modelo que tenéis en
nosotros. Porque, como os decía muchas
veces, y ahora lo repito con lágrimas en los
ojos, hay muchos que andan como enemigos
de la cruz de Cristo: su paradero la
perdición; su Dios, el vientre; su gloria, su
vergüenzas. Sólo aspiran a cosas terrenas.
Nosotros, por el contrario, somos
ciudadanos del cielo, de donde aguardamos
13. un Salvador: el Señor Jesucristo. El
transformará nuestro cuerpo humilde,
según el modelo de su cuerpo glorioso, con
esa energía que posee para sometérselo
todo. Así, pues, hermanos míos queridos y
añorados, mi alegría y mi corona,
manteneos así, en el Señor, queridos.
Palabra de Dios.
14. Aclamación Mateo 17, 5
En el esplendor de la nube se oyó la
voz del Padre:
Este en mi Hijo,el amado: ecuchadle.
15. Lectura del santo evangelio según san
Lucas 9, 28b-36
En aquel tiempo, Jesús cogió a Pedro, a
Juan y a Santiago y subió a lo alto de la
montaña, para orar. Y, mientras oraba, el
aspecto de su rostro cambió, sus vestidos
brillaban de blancos. De repente, dos
hombres conversaban con él: eran Moisés
y Elías, que, aparecieron con gloria,
hablaban de su muerte, que iba a
consumar en Jerusalén.
16. Pedro y sus compañeros se caían del sueño;
y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos
hombres que estaban con él. Mientras éstos
se alejaban, dijo Pedro a Jesús: Maestro,
que bien se está aquí. Haremos tres tiendas:
una para ti, otra para Moisés y otra para
Elías. No sabía lo que decía.
Todavía estaba hablando, cuando llegó una
nube que los cubrió. Se asustaron al entrar
en la nube. Una voz desde la nube decía:
Este es mi Hijo, el escogido, escuchadle.
Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo.
17. Ellos guardaron silencio y, por el momento,
no contaron a nadie nada de lo que habían
visto.
Palabra del Señor.
18.
19. ORACIÓN DE LOS FIELES.
- Por la Iglesia, para que viva en
constante renovación y tenga los
mismos criterios de vida que Jesús.
ROGUEMOS AL SEÑOR
- Por todos los que trabajan por transformar el
mundo y ponen toda su esperanza en un
mundo más humano, más justo y fraterno,
en el que nadie quede excluido.
- ROGUEMOS AL SEÑOR
20. - Por los que no entienden los caminos
del Evangelio y dudan o se
desesperan ante el sufrimiento.
ROGUEMOS AL SEÑOR
- Por los jóvenes, para que sean
muchos los que escuchen las llamadas
del Señor, y le respondan como
Abrahán, con un sí generoso.
- ROGUEMOS AL SEÑOR
21. - Por todos nosotros, para que la
participación de la Eucaristía nos ayude
a dar un sí confiado a Dios, cuando nos
lleva por caminos distintos a los que
nosotros querríamos recorrer.
ROGUEMOS AL SEÑOR
22. OFERTORIO.
Yo no soy nada y del polvo nací, pero Tú me
amas y moriste por mí. Ante la cruz sólo
puedo exclamar: Tuyo soy, tuyo soy.
Toma, mi mano, te pido, toma, mis labios te
amo, toma mi vida ¡oh Padre!, tuyo soy, tuyo
soy.
Cuando de rodillas te miro, oh Jesús, veo tu
grandeza y mi pequeñez. ¿Qué puedo darte
yo? Sólo mi ser. Tuyo soy, tuyo soy.
23.
24. CANTO DE COMUNION
Cerca de Ti, Señor, yo quiero estar; tu
grande eterno amor quiero gozar. Llena mi
pobre ser, limpia mi corazón, hazme tu
rostro ver, en la aflicción.
Mi pobre corazón inquieto está, por esta
vida voy buscando paz. Más sólo tú, Señor,
la paz me puedes dar; cerca de Ti, Señor, yo
quiero estar.
25. Pasos inciertos doy, el sol se va, más si
contigo estoy, no temo ya. Himnos de
gratitud, alegre cantaré y fiel a Ti, Señor,
siempre seré.
Día feliz veré, creyendo en Ti, en que yo
habitaré, cerca de Ti. Mi voz alabará, tu
santo nombre allí y mi alma gozará, cerca
de Ti.
Más cerca, oh Dios de Ti; más cerca sí,
cuando la cruz, Señor, me lleve a Ti. Si
tiende al sol la flor, si el agua busca el mar, a
Ti, mi sólo bien, he de buscar.
26. DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.
Señor, que bien se está aquí a tu lado.
Este es nuestro Tabor en el que te transfiguras
en cada Eucaristía.
Cuando estamos contigo a solas, cuando
hacemos silencio, cuando nos ponemos a tu
escucha nos ocurre lo mismo que a Pedro, a
Santiago y a Juan, que nos cambias del todo,
sentimos que nuestra vida se transfigura
porque tú nos pones en contacto con lo mejor
de nosotros mismos.
27. Tú nos descansas del trajín cotidiano, nos
impulsas a perdonar, nos reconcilias con
nosotros mismos y nos acompañas a bajar de
nuevo a la vida.
Nos dices que como a Ti, la cruz nos espera.
Que hemos de salir de nuestro adormecimiento
y bienestar. Que seguirte es duro, pero al final
del camino, Tú nos esperas glorioso y
resucitado. Así, de esa manera, podremos con
todo.
Gracias, Señor, por la fe y la esperanza que nos
das.
28.
29. BENDICIÓN Y DESPEDIDA.
Dios es fiel: guarda siempre su
Alianza;
libra al pueblo de toda esclavitud.
su Palabra resuena en los profetas,
reclamando el bien y la virtud.
30. II Domingo de Cuarema. Ciclo C.
Día 21 de febrero del 2016