Leyendas.

1. DÍA DE TODOS LOS SANTOS
Cuenta la leyenda que en la víspera del día de
Todos los Santos, por la noche, los espíritus
acuden a las casas de sus familiares a visitarlos. Si
encuentran una vela encendida en su memoria,
podrían morir.
Alberto Gómez.
LA MANO DEL ANILLO DE NOVIA
Hubo una vez en la Edad Media una pareja de novios. El novio prometió casarse con
ella y le regaló un anillo, pero en verdad no quería casarse. Cuando la novia se enteró de
esto, se murió de pena.
Al enterrarla, la mano en la que tenía el anillo se desenterró y se quedó quieta. Todos se
asustaron, y como vieron que la mano tenía el anillo, fueron a buscar al novio. Entonces
un cura los casó y la mano se enterró, pudiendo ella descansar en paz.
Elena Gómez.

2. LA PIEL DEL COCODRILO
Se dice que el cocodrilo antes tenía una piel hermosa. Esta piel brillaba con cualquier
clase de luz. El cocodrilo solamente salía de noche porque el sol era demasiado fuerte y
la luna se reflejaba en su piel mostrando el dorado impresionante. Todos los animales
del bosque envidiaban llegar a ver la piel del cocodrilo. Animales e insectos de todas
partes se quedaban mirando totalmente hipnotizados su andar. Con el tiempo el
cocodrilo estaba muy contento con el reconocimiento, pero se ponía triste al tenerse que
esconder bajo las aguas durante el día.
El cocodrilo pensaba que si la luna se veía tan impresionante en su piel, la luz del sol
entonces se vería aún más brillante todavía; sería como un dios para los otros animales,
por eso no lo pensó más y salió durante el día. Eran ciertos sus pensamientos porque la
sensación que atraía era aún mayor, pero no solamente de noche, sino que durante el día
también dejaba cautivo a cualquiera que lo mirara, incluso con mucha más fuerza y a
más distancia.
Cada día se acercaban a mirar al cocodrilo que salía de noche y de día también, pero el
tiempo pasó y el sol no le hizo nada bien a su piel. Lo que antes podía verse como un
dorado maravilloso ahora era nada menos que un marrón opaco y este opaco se empezó
a arrugar por culpa del sol directo que le pegaba a su piel. Antes los animales se
quedaban plasmados con su belleza, pero ahora se escondían y le temían por su aspecto.
Es esta la razón por la que los cocodrilos se van rápidamente a esconderse en el agua
cuando alguien se acerca y solamente dejan ver sus ojos. Ellos tienen mucha vergüenza
de lo que eran y de lo que son ahora.
María Ríos.

3. EL PESCADOR Y LA DIOSA
Vivía en la isla griega de Lesbos un muchacho llamado Faón que se ganaba la vida
transportando viajeros y mercancías en su barca.
Estaba un día Faón junto al embarcadero de la isla, cansado de las faenas de la jornada,
cuando una pobre mendiga con evidentes muestras de no poder pagarle el viaje le pidió
que la condujese hasta Asia Menor.
- Sube, mujer. Te llevaré de buen grado.
A Faón le había conmovido su aspecto y, olvidándose de su cansancio, hizo navegar su
barca con una ligereza asombrosa. De este modo, poco después llegaban a la costa de
Asia. Una vez allí Faón sacó de su bolsillo la mayor moneda que tenía y la entregó a la
mendiga para que pudiera continuar el viaje.
- Gracias, muchacho. Y para que veas mi agradecimiento, toma este obsequio.
Se trataba de un vaso del perfume más extraordinario que jamás había llegado a oler y
con aquel perfume misterioso en las manos, Faón quedó conmovido y atrapado por una
fuerza que parecía embriagarle el corazón. Y tras esto, el humilde pescador comprendió
que había llevado en su barca a la mismísima Venus, la diosa del amor.
Íngrid Gebellín.
LA NIÑA EN LA ESCALERA
Hace algunos años, en una linda casa en medio del campo, vivía una familia de tres
hijos y su madre, la cual se unió al poco tiempo con un hombre, convirtiéndolo en

4. padrastro de los pequeños. Pero este tipo era muy violento, maltrataba a los niños sin
razón, les quitaba sus alimento, les negaba el agua, hasta los golpeaba solo por gusto.
Aunque trataba muy mal a los tres niños, a la niña de diez años golpeaba de forma más
salvaje, llegando un día hasta el punto de arrojarla por las escaleras, muriendo ella al
momento.
Para no afrontar el castigo por lo ocurrido, el resto de la familia huyó a alguna ciudad
que se desconoce.
La casa pasó a manos de otra familia, que duró poco tiempo en ella, pues escuchaban a
menudo la voz de la pequeña pidiendo ayuda.
Las siguientes personas que habitaron esa casa, se quedaron el tiempo suficiente para
escucharla llorar y gritar en medio de la noche, hablando cuando la gente estaba de
espaldas y, al voltear, no veían nada. También golpeaba en ocasiones la puerta para
pedir un poco de agua, pero lo más inquietante de su presencia era cuando se paraba en
la escalera, pues no se sabe si estaba cuidando a los demás para que no cayeran o
aparecía a propósito para tirarlos como hicieron con ella y que corrieran así su misma
suerte.
Siguen sin conocerse sus intenciones, pues hasta el mismo hecho de verla ha sido
suficiente para que las familias se marcharan y ahora la casa permanece abandonada
porque la niña estará allí por siempre.
Nuria Santos
EL SAETÓN, LA TEMIBLE CRIATURA
Desde Huelva a Jaén, y en algunas
zonas de Extremadura y La Mancha,
se habla de una temible criatura
llamada Saetón, similar a una
serpiente, de dos metros y cincuenta
centímetros de longitud, capaz de
volar y de hipnotizar a sus víctimas.
Su apariencia es de color verde o
negro y con unos apéndices en los
extremos de su cuerpo.

5. Su picadura es mortal. Son muchos los testigos que la han visto, pero, sin embargo,
nunca ha podido ser catalogada.
Hay quienes opinan que se trata de un animal real, aludiendo a alguna especie de cobra
según lo ven los musulmanes, durante la ocupación de la península para protegerse del
avance cristiano en las zonas fronterizas. También opinan que se trataría de un tipo de
serpiente que se tuvo que extinguir hace unos sesenta años debido a la utilización de
plaguicidas. Otros, en cambio, apuestan por decir que se trata de un animal imaginario
que comparte la fisonomía de tres animales comunes en la zona: el Saetón, un lagarto, la
culebra bastarda y la víbora cornuda.
Hay un dicho muy popular por Sierra Morena que dice que “si te pica un Saetón, coge la
pala y el azadón”.
Rubén Camacho.
LOS AMANTES DE TERUEL
Hubo una vez en Teruel un rico mercader que tenía una hija muy bella llamada Isabel.
Isabel conoció en el mercado a un muchacho llamado Diego y se enamoraron
locamente. Él le dijo que deseaba tomarla por esposa y ella le contestó que su deseo era
el mismo.
Diego era un buen muchacho, pero era pobre, y el padre de Isabel no lo quería como
marido de su hija. Entonces, Diego decidió irse a la guerra durante un largo período de
tiempo para ganar mucho dinero y poderse casar con Isabel.
Pasados varios años, el padre de Isabel la obligó a casarse con un rico pretendiente.
Estando recién casados, apareció Diego. Entonces él dijo 2Isabel, bésame, que me
muero” y ella le contestó “no, que estoy casada, búscate a otra”. Diego entonces cayó
muerto.

6. Isabel se dio cuenta de lo mucho que la quería Diego y que por no querer besarlo había
muerto. Entonces decidió ir a besarlo antes de que lo enterraran y lo besó tan fuerte que
ella también murió y luego fue conocida por su historia y los enterraron juntos para
siempre.
Irene López.
EL FANTASMA DE LA MONJA
Una joven llamada María estaba enamorada de
un joven, pero los hermanos de ella no aceptaban
la relación, así que decidieron convencerlo para
que se marchara, ofreciéndole mucho dinero para
ello.
Con el paso del tiempo, María, sin saber por qué
su amado había desaparecido, comenzó a decaer,
hasta que sus hermanos decidieron llevarla a un
convento para que se convirtiera en monja; sin
embargo, ella no podía soportar el abandono de
su amado y se ahorcó en el patio del convento.
Tiempo después comenzó a verse el fantasma de
María que deambulaba por las noches por el convento. Se dice que tiempo después el
fantasma abandonó el convento y fue en busca del joven, al cual le quitó la vida para
que ambos estuvieran juntos en el más allá.
Lorenzo Márquez.
LEYENDA DE LOS GATOS NEGROS
Cuenta la leyenda que los gatos negros eran
respetados en varias partes del mundo en la
época en la que muchas mujeres fueron
acusadas de brujería, recorriendo éstas pueblos
convertidas en animales oscuros. Debido a
esta transformación, eran condenadas y

7. quemadas en la hoguera.
Una vez, a una de estas mujeres la perdonaron, pero como los verdugos no podían
hacerlo, pusieron a un gato negro en vez de a ella. El gato se escapó en medio de la
gente, que pensaba que la bruja se había convertido en un gato negro.
Rebeca Álvarez.
EL REY DE LEPE
Un lepero llamado Juan de Lepe se fue a Inglaterra. Era bufón del rey Enrique VII y se
hizo su amigo. Se retaron a una partida de cartas; el rey apostó que, si ganaba el hombre
lépero, lo dejaría ser rey por un día y se quedaría con todos los beneficios.
Jugaron y ganó Juan. Años después, le tocaba ser rey a Enrique VIII. A Juan no le
gustaba la formas de hacer las cosas del nuevo rey y regresó a Lepe.
Simón Márquez.

8. LA LEYENDA DE SAN JORGE
Érase una vez, hace muchos años, muy lejos de aquí, una aldea que estaba al pie de una
colina y, en lo alto de la colina, un precioso castillo. Allí vivía un rey con su hermosa
hija, la princesa. Todos eran muy felices, el pueblecito era de los más tranquilos y
pacíficos, pero, un día, de un bosque cercano, llegó un dragón que se comió a todas las
ovejas y las gallinas.
Los habitantes de la aldea estaban muy preocupados, porque se estaban quedando sin
animales y sin comida, por lo que decidieron ir deprisa a hablar con el rey para buscar
una solución. El rey se quedó atónito ante lo que estaba escuchando y no sabía qué
hacer.
Entonces, un aldeano le dijo que el dragón se marcharía si le entregaba a la princesa. El
rey dijo que no iba a entregarle a su única hija, pero comprendió que era la única
escapatoria que tenían, por lo que, muy a su pesar, cogió a su hija, le dijo cuánto la
quería y se la entregó al dragón, que se la llevó al bosque dispuesto a comérsela.
A los pocos días, llegó con su caballo un caballero con una brillante armadura. El
caballero enseguida se dio cuenta de que todos en la aldea estaban muy tristes, sobre
todo el rey y preguntó a un aldeano qué pasaba. Este se lo contó todo y el caballero,
asombrado y sin ningún temor, decidió ir a rescatar a la princesa.
Cabalgó durante varias horas hasta que dio con el dragón, que le dijo: -¿Quién eres tú,
acaso crees que puedes vencerme con lo chiquitín que eres? –Me llamo Jorge –
respondió él, y vengo a rescatar a la princesa. Lucharon durante un buen rato y, al final,
Jorge cogió su lanza y sin que el dragón se diera cuenta, se la clavó. El dragón cayó al
suelo con la lanza clavada. Jorge se llevó a la princesa a su aldea y todos lo celebraron
muy contentos. Lo hicieron santo, San Jorge, y dice la leyenda que en el charco de
sangre del dragón creció un rosal de rosas rojas y por ello, el veintitrés de abril se
celebra el día de San Jorge y es tradición regalar una rosa.
Jorge Jaldón.