3. El
término Afrocolombiano
se utiliza para
denominar a las personas
que habitan
en Colombia, descendien
tes de aquellos que
fueron traídos como
esclavos de África por
los colonizadores
españoles. Ganaron la
libertad en 1851 tras la
abolición de la
esclavitud en Colombia.
Desde su llegada han
contribuido
enormemente a la
cultura del país.
4. Hacia mediados del siglo pasado
la población negra se encontraba
en su mayoría en las dos costas:
en los departamentos del
Pacífico
(Chocó, Valle, Cauca y Nariño) y
en los de la costa Atlántica
(Bolívar, Atlántico, Magdalena).
En el último medio siglo un
sector numeroso de la población
negra se ha asentado en las
principales ciudades del país.
Los negros son el 10,6% de la
población, mientras que según
fuentes los afrodecendientes
entre mulatos y zambos son en
total el 29 % de la población es
decir alrededor de 13’000.000 de
habitantes de la población del
país que es de 42.888.592
personas. Las cifras de auto
reconocimiento indican también
que un 72% de la población
negra se localiza en las
cabeceras municipales.
5. También algunos de los
mejores deportistas colomb
ianos han sido negros.
La levantadora de
pesas María Isabel
Urrutia ganó la única
medalla olímpica para
Colombia; Wellington
Ortiz, Faustino
Asprilla, Luis Carlos
Perea, Adolfo Valencia "El
Tren", y Rincón
fueron futbolistas reconoc
idos
internacionalmente; Kid
Pambelé, Rodrigo
Valdés, los hermanos
Prudencio y Ricardo
Cardona, Fidel
Bassa, Tomás
Molinares, Rafael
Pineda, entre otros, fueron
campeones mundiales
de boxeo. El ex entrenador
de la selección
6. Durante casi dos siglos, la
historia que se enseñó en las
instituciones educativas
desconocía por completo los
aportes y los logros de los
afrocolombianos.
En los textos de enseñanza sólo
se decía que venían
de África como esclavos y que
hoy en día habitaban las zonas
más pobres del país. Sin
embargo, la historia del pueblo
afrocolombiano es tan larga y
compleja como la de su propio
país. Desde las primeras
rebeliones, su colaboración (y
resistencia) a la causa
libertadora, el esfuerzo por
crear el Departamento
del Chocó como entidad
autónoma, hasta el
establecimiento de la Cátedra
Afrocolombiana y el
reconocimiento del Palenque
de San Basilio como Patrimonio
de la humanidad, sus logros y
sus luchas han sido tan
continuas como invisibilidades.
7. La esclavitud no era algo nuevo
para los fundadores españoles.
Desde hacia muchos años en
Europa existía la esclavitud, así
que los españoles estaban
acostumbrados a comprar y vender
seres humanos.
A fines de s. XVI se inició la trata
de esclavos africanos; se le
permitió en el territorio de la
corona española para suplir la
mano de obra indígena en claro
declive demográfico.
La esclavitud existía en África
desde el principio de su historia y a
nivel local, pero adquirió la
dimensión de comercio
transnacional con la llegada de
los europeos.
Los colonizadores hacían
acuerdos verbales con los jefes
zonales, e intercambiaban
mercancías por esclavos, en
especial personas procedentes de
la costa centro occidental
africana.
8. El ser Afrocolombiano es uno de los
valores fundamentales de nuestra
identidad afro colombiana, esta
integrado por dos categorías: 1) El
cuerpo Afrocolombiano y 2) La
espiritualidad Afrocolombiano.
Nuestra espiritualidad es
profundamente africana y
corresponde a la forma de ser que
nos distingue de las poblaciones
mestizas blancas e indígenas, y a
nuestra cosmovisión o manera de
percibir y pensar la vida. Nuestra
espiritualidad es respetuosa del
derecho a la vida, de los
sentimientos de las personas, la
solidaridad y la hospitalidad. La
expresamos por medio de nuestra
tradición oral, la musicalidad, la
estética y la danza, la ritualidad, los
gestos, los movimientos corporales y
la apertura y alegría con que
asumimos las relaciones de
convivencia.
9. La población afrocolombiana se
encuentra localizada en casi toda
la geografía nacional. Muestra
una gran concentración en los
departamentos costeros de la
región del Pacífico y del Caribe.
Esta población también se
encuentra ubicada en las zonas
bajas de los valles de los ríos
Magdalena, Cauca, San
Jorge, Sinú, Cesar, Atrato, San
Juan, Baudó, Patía y Mira.
Además existen algunos enclaves
de antiguos
palenques, haciendas, minas, o
plantaciones bananeras y centros
petroleros en casi todas las
regiones del país.
10. No es ningún secreto
reconocer la falta de atención
evangelizadora de la Iglesia con
respecto a los
"afroamericanos, tantas veces
olvidados" a lo largo de los
siglos. En el Documento de
Puebla se reconoce que "el
problema de los esclavos
africanos no
mereció, lamentablemente, la
suficiente atención
evangelizadora de la Iglesia".
Este tema, que se ha venido
debatiendo y aclarando a lo
largo de estos últimos 25
años, encontró resonancia en la
IV Conferencia General del
Episcopado Latinoamericano
que se celebró en Santo
Domingo la cual dio amplio
espacio al desafío pastoral
misionero que presenta la
realidad pastoral
afroamericana.
11. En la cultura afrocolombiana
la muerte es otro momento
fuerte y decisivo de la
experiencia de Dios. El
acontecimiento de la muerte
despierta la solidaridad
comunitaria convocándola
para el entierro, el novenario
y el aniversario.
La celebración para los
difuntos son los ceremoniales
más elaborados de la liturgia
afrocolombiana. Cuando una
persona muere los familiares
procuran cumplir con el
muerto todos los requisitos
necesarios para garantizar su
descanso eterno. Se deben
observar minuciosamente los
pasos del
velorio, entierro, misas, nove
nario y aniversarios. Es
importante el luto como
expresión de dolor. La
solidaridad de la comunidad
se manifiesta en las
condolencias, el
acompañamiento y en la
ayuda material en los gastos
de la mortuoria.