Reflexiones de los papás después del visionado de los cortes de la película Forrest Gump para la Escuela de Padres Específica organizada por el EAT de San Sebastián de los Reyes. Curso 2015

1. IMPORTACIA DE LOS MENSAJES QUE TRANSMITIMOS CON
NUESTRAS ACTITUDES Y NUESTRO LENGUAJE
Tenemos que ser conscientes que los adultos somos modelos para nuestros
hijos. También de cómo esos modelos influyen en ellos y la repercusión que
tienen en su autoestima y su seguridad ante la vida.
Nos comunicamos, no sólo con el lenguaje oral, también con nuestro cuerpo.
Que haya coherencia entre lo que decimos y cómo lo decimos, entre
nuestros gestos y nuestras palabras, es fundamental para mantener una
buena comunicación con los hijos.
Es muy importante comunicarse con los hijos, disfrutar con ellos. Ser
pacientes, no chillar ni alterarse, no perder los nervios, ponernos a su altura,
ser persistentes. A veces, cuando decimos que nos estamos comunicando, en
realidad estamos interrogándoles o corrigiéndoles.
Debemos reflexionar sobre cómo es nuestro estilo comunicativo,
aprender a escucharnos es un ejercicio útil. Puede ayudarnos a analizar
cómo son nuestras emociones, pensamientos y, por tanto, por qué nos
comportamos de determinada manera.

2. A veces, desconocemos lo que es hablar desde la “normalidad” porque no
tenemos un referente. La palabra normalidad, muchas veces es
excluyente.
Es importante saber transmitir los mensajes con una actitud de
normalidad, cariñosa y alegre evitando “dramatismos”. Utilizar música,
cantar, bailar, hablar desde la serenidad sin dejarnos llevar por los
miedos…
Somos conscientes de que, a veces, atravesamos momentos de tristeza y
pesimismo, de incertidumbre ante lo que les pasa. Tenemos dudas a la
hora de decirles las cosas, de actuar… En estos momentos, una buena
estrategia es delegar en nuestra pareja. No siempre podemos estar al
cien por cien.
Los gestos alegres, el contacto físico, mantener una actitud optimista y
transmitir mensajes que refuercen la autoestima del niño (“eres muy
mayor”, “qué bien lo has hecho”…) ayudan al futuro desarrollo de los
hijos.

3. REACCIONES DE LOS OTROS ANTE LA DIVERSIDAD
Actitudes de sobreprotección: tratarles como si fueran más pequeños...A veces,
nos cuestionamos nuestro papel de padres ¿Tenemos el control?. Las ideas
previas nos condicionan.
Te duele la mirada distinta, con lástima… Reacciones de temor ante lo
desconocido. Miedo a no saber cómo afrontar la situación cuando se notan sus
dificultades.
Como algunos niños son muy pequeños y como su aspecto físico no denota
“nada especial”, algunas personas no se dan cuenta de sus dificultades. “No
tengo por qué dar explicaciones”…
Algunas personas muestran insensibilidad y poca comprensión transmitiendo
mensajes incómodos ante determinados comportamientos de los niños: lloros,
juegos ruidosos…

4. Por otro lado, a veces, nos vemos sorprendidos por reacciones muy positivas y
afectuosas por parte de otras personas. En la guardería, en los centros de
tratamiento donde hay otros niños con necesidades encontramos mayor
comprensión.
Las reacciones de tristeza de los demás nos inquietan y disgustan. Algunas
personas queridas no saben cómo actuar, tienen miedos. No podemos
controlar las reacciones de los demás.
Siempre tenemos la opción de compartir o no en determinados momentos, con
otras personas, cómo es nuestro hijo y como son sus necesidades. A veces
ayuda compartirlo.
Inquietarnos ante la falta de implicación de familiares y amigos, no sirve de
mucho. Puede ser más constructivo y de gran ayuda transmitirles la
información sobre las necesidades de los niños de forma tranquila, así
como lo que esperamos de ellos
El rechazo hace más visible las diferencias, sobre todo a medida que crecen.

5. QUÉ Y CÓMO APRENDEMOS DE LAS DIFICULTADES
APRENDEMOS TODOAPRENDEMOS TODO: Ante las dificultades buscar diferentes maneras
de enseñarles. Fomentar sus puntos fuertes.
A conocernos mejor a nosotros mismos, reconocer nuestras actitudes y
favorecer la comunicación en pareja.
A relativizar “las cosas”. ¿Quién pone las limitaciones? Ser realistas en
nuestro día a día.
El miedo de cara al futuro de los hijos es lógico pero debemos aprender a
sacar lo mejor de nosotros, dándonos tiempo para ello.
Aprendemos a observar más a nuestros niños para comprenderles
mejor.
Todo depende de cómo percibamos y enfoquemos las cosas…Siempre debe
existir un equilibrio en nuestras expectativas.

6. QUÉ Y CÓMO APRENDEMOS DE LAS DIFICULTADES
APRENDEMOS TODOAPRENDEMOS TODO: Ante las dificultades buscar diferentes maneras
de enseñarles. Fomentar sus puntos fuertes.
A conocernos mejor a nosotros mismos, reconocer nuestras actitudes y
favorecer la comunicación en pareja.
A relativizar “las cosas”. ¿Quién pone las limitaciones? Ser realistas en
nuestro día a día.
El miedo de cara al futuro de los hijos es lógico pero debemos aprender a
sacar lo mejor de nosotros, dándonos tiempo para ello.
Aprendemos a observar más a nuestros niños para comprenderles
mejor.
Todo depende de cómo percibamos y enfoquemos las cosas…Siempre debe
existir un equilibrio en nuestras expectativas.