Este poema expresa la creencia del autor en Dios a través de varias oraciones retóricas que comienzan con "¡Cómo no creer en Dios!". El autor encuentra evidencia de Dios en la naturaleza, en las relaciones humanas como los hijos, la esposa y los amigos, y en las emociones como la alegría, la tristeza, la fe, la esperanza y el amor. El poema concluye reiterando que es imposible no creer en Dios dado todos los dones que Dios le ha otorgado.