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INTRODUCCIÓN
El síndrome de hombro doloroso hace referencia a un conjunto de signos y síntomas
que comprenden un grupo heterogéneo de diagnósticos entre los que se incluyen
alteraciones de los músculos, los tendones, los nervios, las articulaciones, así como
alteraciones neurovasculares.
Hoy en día, es una patología que supone una causa de consulta muy frecuente a nivel
de Atención Primaria siendo la tercera patología musculoesquelética por la que los
pacientes más frecuentemente consultan, por detrás de la patología lumbar y cervical.
Su prevalencia en población adulta se sitúa en 70-200 casos por cada 1.000
habitantes/año.
Así mismo, es necesario hacer hincapié en que supone una de las principales causas de
absentismo laboral. De hecho, en torno al 30% de los pacientes que padecen dicho
síndrome, precisan baja médica en los siguientes 6 meses tras consultar por dicho
motivo.
Resulta curioso apuntar que en un estudio en el que se sometía a pacientes
asintomáticos a una resonancia magnética del hombro, en un 34% de estos se hallaron
lesiones del manguito de los rotadores consistentes en desgarros de este. Este
porcentaje aumentaba al 54% en aquellos pacientes mayores de 60 años.
RECUERDO ANATÓMICO DEL HOMBRO
El hombro está formado por la unión de los extremos de 3 huesos: la clavícula, la
escápula u omóplato y el húmero.
El complejo articular del hombro está formado por 3 articulaciones. La principal
articulación del hombro es la articulación glenohumeral que consiste en una enartrosis
cuyas superficies articulares son la cabeza humeral y la cavidad glenoidea de la
escápula. Por otro lado, la articulación acromioclavicular que une la clavícula con el
acromion de la escápula y por último, la articulación esternoclavicular, une la clavícula
con el esternón.
Aunque no son estrictamente estructuras articulares como tal debemos mencionar
también la articulación escapulotorácica y la articulación subacromial.
El hombro es la articulación con más variedad y amplitud de movimientos del cuerpo
humano, pero a su vez, con menor apoyo óseo ya que sólo el 25% de la cabeza
humeral contacta directamente con la fosa glenoidea. Por ello, para compensar la falta
de contacto entre ambas superficies articulares, existen partes blandas que ayudan a
su estabilización como son el rodete glenoideo y la cápsula articular.
- Rodete glenoideo o labrum: estructura fibrocartilaginosa que aumenta la
concavidad de la superficie articular de la glena
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- Cápsula articular: envoltura de tejido blando que circunda la articulación en sí
misma, y que se encuentra reforzada por ligamentos que dan estabilidad e
impiden luxaciones óseas. Entre estos destaca el ligamento glenohumeral inferior.
Los estabilizadores dinámicos de la articulación del hombro lo componen diferentes
músculos, tanto extrínsecos como intrínsecos que se disponen de forma periarticular
formando el conocido manguito de los rotadores, compuesto por cuatro músculos
(supraespinoso, infraespinoso, subescapular y redondo menor) que confieren
movilidad y estabilidad al hombro. Así mismo, el tendón largo del bíceps es un
elemento intraarticular que discurre por la corredera bicipital, un espacio crítico por su
estrechez, y que se encarga de la función flexora del hombro.
- Músculo supraespinoso: su origen está en la fosa supraespinosa de la
escápula y se inserta en el troquiter humeral. Se encarga de la abducción
del brazo.
- Músculo infraespinoso: se origina en la fosa infraespinosa de la escápula y
se inserta en el troquiter. Facilita la aducción y rotación externa del brazo.
- Músculo redondo menor: su origen está en la pared lateral de la escápula y
se inserta en el troquiter. Es responsable de la aducción y rotación externa
del húmero.
- Músculo subescapular: su origen se sitúa en la fosa subescapular y se
inserta en el troquín del húmero. Es el responsable de la aducción y
rotación medial del húmero.
Los tendones del hombro son estructuras que realizan su función al deslizarse por
correderas muy estrechas. Por ello, existen bolsas serosas y vainas tendinosas que
facilitan su deslizamiento.
EPIDEMIOLOGÍA
El dolor de hombro u omalgia supone en la población general una incidencia de 11,2
casos por 1.000 pacientes por año siendo la afectación del manguito rotador su causa
principal.
La incidencia estimada de lesiones del manguito rotador es de 3,7 por 100.000 por año
con una ocurrencia mayor en el sexo masculino a los 50-60 años y en el femenino, a los
60-70 años.
La afectación de dicha estructura está relacionada con un proceso degenerativo más
que por un evento traumático como tal. Por ello, tiende a ser una afección típica de
pacientes ancianos. No obstante, existe un porcentaje no desdeñable del 18% de
población en edad adulta que está relacionado con profesiones que exigen una
actividad consistente en la realización de un gran número de repeticiones de
movimientos específicos.
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ETIOLOGÍA
Ante un paciente con hombro doloroso debemos distinguir las causas relacionadas
propiamente con la articulación que son las más frecuentes, de otras de localización
extrínseca.
Así bien, la clasificación del hombro doloroso se hace en función de la localización del
estímulo que lo provoca. Según esto consideramos tres tipos principales de dolor:
local, referido e irradiado.
1. PATRÓN DE DOLOR LOCAL
La causa del dolor está en la propia articulación (intrínseca), es decir,
secundaria a patología de estructuras osteoarticulares y/o de partes blandas.
PERIARTICULARES (partes blandas) (90%)
1. Patología tendinosa
- Tendinitis del manguito rotador (70%)
- Tendinitis calcificante
- Tendinitis bicipital
- Rotura tendón manguito de los rotadores
- Rotura del tendón largo del bíceps
2. Patología de las bolsas sinoviales
- Bursitis subacromiodeltoidea
3. Patología ósea
- Síndrome acromioclavicular
- Síndrome coracoclavicular
ARTICULAR (10%) (Art. Glenohumeral)
1. Capsulitis adhesiva “hombro congelado”
2. Artritis
- Acromioclavicular
- Inflamatoria: AR, espondiloartropatías, conectivopatías
- Microcristalina: gota, condrocalcinosis, hombro de Milwaukee
- Séptica
3. Artrosis
4. Hemartros
5. Inestabilidad glenohumeral: luxación
6. Artropatía amiloide
2. PATRÓN DE DOLOR IRRADIADO
Secundario a proceso extrínseco al hombro.
PROCESOS NEUROLÓGICOS
1. Compresión de raíces nerviosas C5-C6, de nervio supraespinoso…
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2. Lesiones de plexo braquial
3. Lesiones en cordón espinal
4. Enfermedad en columna cervical (hernias lumbares, traumatismos…)
5. Neuralgia amiotrófica
6. Esclerosis Lateral Amiotrófica
SÍNDROME DEL DESFILADERO TORÁCICO
PROCESOS INFECCIOSOS: Herpes zóster
3. PATRÓN DE DOLOR REFERIDO
La etiología está en relación con procesos viscerales próximos al diafragma que
terminan por irritar al nervio frénico desencadenando una omalgia.
CAUSAS ABDOMINALES
1. Enfermedad hepatobiliar
2. Pancreatitis, Ulcus péptico
3. Abscesos subfrénicos
4. Rotura de víscera abdominal
CAUSAS CARDIOVASCULARES
1. Isquemia miocárdica
2. Trombosis de la vena axilar
3. Disección aórtica
CAUSAS TORÁCICAS
1. Neumonía del lóbulo superior
2. Tumores apicales de pulmón (Pancoast) o metástasis
3. Embolismo pulmonar
4. Neumotórax
5. Edema pulmonar
6. Pericarditis, Pleuritis
MANIOBRAS EXPLORATORIAS DE HOMBRO
Maniobra de Apley: podemos valorar si la causa del
dolor se encuentra a nivel de la articulación del
hombro. Consiste en que el paciente con la mano del
lado afecto trate de tocarse la escápula contralateral,
primero por encima de la cabeza y después por la
espalda. Si esta maniobra se realiza con normalidad y
no es dolorosa, debemos pensar que la articulación
del hombro está conservada.
Si la causa del dolor es debida a patología articular podemos realizar las siguientes
maniobras para determinar de forma más precisa la localización de la lesión:
Exploración del espacio subacromial
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− Arco doloroso: explora el espacio subacromial. Se realiza abducción activa del
brazo. El dolor aparece a los 60-90º y desaparece después de 120º. Positiva en
pinzamiento del manguito rotador a nivel subacromial
− Maniobra de Hawkins-Kennedy: explora
el espacio subacromial. Se sitúa el brazo y
el codo en flexión de 90º y se desciende el
antebrazo para provocar una rotación
interna del hombro. Positiva si hay
atrapamiento subacromial
− Maniobra de Neer: Explora el espacio subacromial. Se
realiza con el paciente en bipedestación o sedestación.
El explorador bloquea el movimiento de la escápula
mientras se realiza un movimiento pasivo del hombro
en abducción, flexión y rotación interna. Positiva en
patología subacromial o del manguito de los rotadores
− Maniobra de Yocum:
Explora el espacio subacromial. El paciente coloca
la mano del lado explorado sobre el hombro
contralateral y se eleva activamente el codo
contra la resistencia de la mano del explorador
sin elevar el hombro. Patológica en patología del
espacio subacromial o del manguito de los
rotadores.
Exploración del supraespinoso
− Maniobra de Jobe: Explora el tendón del
supraespinoso. El paciente coloca el brazo en
abducción de 90º, 30º de flexión anterior y en
rotación interna con el pulgar hacia abajo. El
explorador empuja el brazo hacia abajo
mientras el paciente intenta mantener la
exploración inicial. Si se provoca dolor puede ser signo de tendinopatia, pero si
no hay fuerza para mantener la posición puede indicar rotura del tendón.
− Signo del brazo caído: Explora el tendón del
supraespinoso. El paciente debe realizar una
abducción de 120º con el brazo en extensión y
mantener esta postura para posteriormente
bajarlo lentamente. Se realiza en sedestación.
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Es positiva en desgarros del tendón del supraespinoso o del manguito rotador
(si se realiza después de la inyección subacromial de lidocaína)
Exploración del infraespinoso
− Maniobra de Patte: Explora el tendón del infraespinoso.
Ey6l paciente intenta hacer una rotación externa contra
resistencia del explorador y mantener el brazo elevado
en abducción de 90º y flexión del codo de 90º. Positiva
en tendinitis o rotura del tendón del infraespinoso
−
− Rotación externa contra resistencia: Explora el
tendón del infraespinoso. Se realiza una rotación
externa contra resistencia tras colocar el paciente el
brazo pegado al cuerpo con el codo flexionado a 90º y
el antebrazo en rotación neutra. La maniobra puede
realizarse con el paciente en bipedestación o
sedestación. Tendinitis del infraespinoso.
− Signo de Napoleón: Explora el tendón del
subescapular. Se puede realizar con el paciente en
bipedestación o sedestación. Se coloca el codo en un
plano anterior a la escápula y se evalúa la capacidad
de mantener la mano sobre el abdomen. Si existe
diferencia con el brazo no afectado, puede indicar
rotura o debilidad del subescapular.
Exploración del subescapular
− Maniobra de Gerber: Explora el tendón del subescapular. el
paciente realiza una rotación interna del hombro y coloca la
palma de la mano hacia fuera. El explorador fuerza la rotación
interna y suelta la mano. Si el subescapular está afectado la
mano golpeará en la región dorsolumbar.
Exploración del tendón de la porción larga del bíceps
− Maniobra de Speed: Explora el tendón de la porción
larga del bíceps. El paciente coloca el brazo en flexión
anterior con el hombro en rotación externa y el codo en
extensión completa y la palma de la mano hacia arriba.
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El explorador se opone a la antepulsión. La presencia de dolor o debilidad
indica tendinopatia.
− Maniobra de Yergason: Explora el tendón de la
porción larga del bíceps. el explorador bloquea
el movimiento del hombro. El paciente
mantiene el codo pegado al tronco en flexión
de 80º y realiza una supinación contra
resistencia. Positivo si hay tendinitis o
tenosinovitis.
− Signo de Popeye: Explora el tendón de la
porción larga del bíceps. el músculo se
desplaza hacia el codo cuando se realiza una
flexión del codo contra resistencia. Indica
rotura del tendón de la porción larga del
bíceps
Exploración de la articulación acromioclavicular
− Arco doloroso: Con el brazo en posición anatómica se
efectúa una abducción activa y pasiva. Si existe
compromiso de la acromioclavicular el dolor aparece
entre los 140° y 180º de abducción.
−
− Compresión activa de la articulación
acromioclavicular: si es dolorosa indica lesión del labrum o de
la articulación.
- Test de O`Brien: se
realiza una flexión del
hombro, aducción
horizontal y rotación
interna. Es positiva si se
desencadena dolor en la
articulación
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CAUSAS INTRINSECAS DE HOMBRO DOLOROSO
PATOLOGIA DEL MANGUITO DE LOS ROTADORES
Tendinitis del manguito de los rotadores
Etiopatogenia: En menores de 40 años aparece por inestabilidad articular, en mayores
de 40 generalmente tiene que ver con sobrecarga de la articulación del hombro por
movimientos repetidos por la actividad laboral o deportiva del paciente. En mayores
de 55 aumenta la incidencia y a la sobrecarga de la articulación se suma el inicio de la
degeneración por la edad de los tendones del manguito rotador.
Clínica: Los pacientes nos contaran que el dolor de hombro aumenta con la extensión
del brazo.
Exploración:
• Dolor en región acromioclavicular
• Dolor con los movimientos pasivos del hombro sin limitación funcional
• Maniobras de arco doloroso, Neer y Hawkins
Rotura del tendón del manguito de los rotadores
Etiopatogenia: Se puede dar en pacientes jóvenes tras un traumatismo, y en edad
media-avanzada si ya existía tendinitis previa. Puede haber roturas parciales que no
dan clínica mas allá de tendinitis si la había, es decir no habría limitación funcional del
hombro.
Clínica: Cuando la rotura es completa existe una importante limitación en la
movilización de la articulación del hombro
Exploración: signo del brazo caído y maniobra de Jobe positivos
OTRAS CAUSAS FRECUENTES DE HOMBRO DOLOROSO INTRINSECO
Tendinitis calcificante
Etiopatogenia: Mas frecuente en mujeres que en hombres. El sedentarismo
predispone a padecerla y puede ser bilateral.
Clínica: Los pacientes pueden referir dolor a la movilización del hombro sin limitación
funcional o por el contrario puede ser un hallazgo casual, dado que puede cursar de
forma asintomática.
Exploración: no suele haber alteraciones en ninguna de las exploraciones
Tendinitis bicipital
Etiopatogenia: Se suele dar en pacientes de edad media y ancianos.
Clínica: Cursa con dolor a la flexión y supinación del codo
Exploración: maniobras de Speed y Yergason +
Rotura del tendón de la porción larga del bíceps
Misma clínica y tipo de paciente que la tendinitis bicipital
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Exploración: signo de Popeye +
Capsulitis adhesiva
Etiopatogenia: Es más frecuente en mujeres, ancianos y en algunas patologías como
DM, EPOC, Parkinson, ACV, hipotiroidismo. Además, se puede dar también por
inmovilidad de la articulación del hombro debida a traumatismo o cirugía
Exploración: Limitación funcional en todos los planos del movimiento del hombro
Patología acromioclavicular
Las causas pueden variar según el tipo de paciente y si es bilateral o no:
• Pacientes jóvenes: se suele dar por traumatismo con el brazo en aducción
• Pacientes añosos: la causa más frecuente suele ser la osteoartritis
• Si afecta a ambas articulaciones acromioclavicular debemos sospechar artritis
reumatoide.
Exploración: Test de O'Brien y compresión activa de la articulación (+)
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
Pruebas de imagen: inicialmente no suelen ser necesarias, salvo que los datos clínicos
y exploratorios lo sugieran
− Radiografía simple de hombro: es la primera prueba complementaria,
sobre todo ante la presencia de antecedente traumático agudo, donde
ofrece mayor rendimiento. Permite identificar fundamentalmente las
fracturas, luxaciones y osteoartritis de la articulación glenohumeral,
acromioclavicular y esternoclavicular. Útil también ante la sospecha de
tendinitis calcificada, artritis y osteólisis distal de la clavícula (atletas). La
disminución del espacio subacromial a menos de 1 cm en proyección de
abducción de 90º del hombro aporta datos indirectos de patología del
manguito de los rotadores, pero con poca fiabilidad diagnóstica, siendo
necesario su confirmación con otras pruebas de imagen.
− Ecografía: permite obtener imágenes de alta resolución de los tejidos
blandos y superficies óseas del hombro. Entre sus principales ventajas
destacan la posibilidad de obtener imágenes dinámicas y fisiológicas (flujo
sanguíneo con ecografía doppler) y la de realizar tratamientos durante su
realización. Es útil, en la sospecha de rotura total del manguito de los
rotadores (aunque existen variaciones interobservador), patología
muscular, de la bursa articular y detección de derrame, sinovitis
intraarticulares y fracturas ocultas.
− Tomografía axial computerizada (TAC): en la actualidad se reserva para el
estudio de fracturas, luxo-fracturas o para hombros protésicos. Tiene gran
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utilidad para la planificación del preoperatorio, pues permite formar
reconstrucciones en tres dimensiones.
− Resonancia magnética (RNM): útil para la evaluación de tejidos blandos.
Presenta rentabilidad en la identificación de pequeñas fracturas, cambios
erosivos, atrofia de músculos, necrosis avascular, procesos inflamatorios,
tumores, síndromes subacromiales y patología del manguito de los
rotadores cuando la ecografía sea dudosa. La sensibilidad y especificidad
diagnóstica es superior a la TAC, aunque la interpretación de los hallazgos
debe hacerse con cautela, basándose en la exploración física, porque los
hallazgos anormales no siempre justifican la clínica del paciente.
− Artrografía: la convencional es útil para evaluar la capsulitis adhesiva y el
propio procedimiento puede resultar terapéutico. Asociada a la RNM es la
prueba principal para valorar inestabilidad del hombro cuando existe alta
sospecha de rotura del manguito de los rotadores y la RNM sola no aporta
resultados concluyentes. Puede asociarse a la TAC cuando la RNM esté
contraindicada
− Gammagrafía ósea: se limita generalmente a la evaluación de infecciones
después de la artroplastia y ante sospecha de metástasis.
TRATAMIENTO
A) Tratamiento conservador
El tratamiento conservador incluye reposo y modificación de la actividad
principalmente limitando aquellos movimientos repetitivos o álgicos. Para ello,
se recomienda evitar movimientos que provoquen que se eleve el hombro por
encima de la cabeza para así conseguir evitar desencadenar el arco doloroso.
También se puede prescribir la utilización de un cabestrillo.
La analgesia consistirá en paracetamol o antiinflamatorios no esteroideos en
los episodios agudos y por un período corto de tiempo. Dichos fármacos han
demostrado ser útiles en el control del dolor de la bursitis subacromial, la
tendinosis del manguito de los rotadores y la tendinopatía calcificante. En
cambio, existe menor eficacia respecto a su uso a largo plazo. Como resulta
lógico, su uso se realizará en función de sus contraindicaciones y del paciente
prototipo.
La infiltración con corticoides es el tratamiento de segunda elección en la
tendinitis del manguito rotador, el síndrome de atrapamiento subacromial, la
capsulitis adhesiva y la artritis de la articulación acromioclavicular. No obstante,
no está indicada ante una sospecha de rotura de manguito. A corto plazo son
más eficaces que la actitud expectante o el tratamiento fisioterápico, aunque
no está tan claro su efecto a más largo plazo siendo más eficaz en las fases
agudas o subagudas que en las crónicas.
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En general, la tolerancia es buena siendo su efecto secundario más frecuente el
dolor en el lugar de inyección, la atrofia cutánea, la despigmentación y la rotura
del tendón del manguito.
Se recomienda usar Triamcinolona o Metilprednisolona asociadas o no a
Lidocaína y no hacer más de 3 infiltraciones al año, separadas entre sí de al
menos 2-4 semanas. No está indicado repetir la infiltración si no hubo beneficio
previo o éste resultó mínimo. Hay que recordar que puede producir
hiperglucemia por lo que debe utilizarse con precaución en aquellos pacientes
diabéticos.
La infiltración de corticoides guiada por ECO no presenta ventajas en lo que
respecta al dolor, funcionalidad o seguridad con respecto a la infiltración guiada
por exploración ni con su inyección intramuscular lo que sugiere que el
beneficio sea más por cambios sistémicos que locales.
No obstante, dichas infiltraciones no están libres de inconvenientes puesto que
los glucocorticoides al inhibir la síntesis de colágeno producen una atrofia
tendinosa disminuyendo la capacidad intrínseca de reparación del tendón. De
hecho, un estudio reveló que aquellos pacientes con tendinopatía del manguito
rotador a los que les habían realizado infiltraciones y posteriormente
intervenido quirúrgicamente, el resultado funcional tras la cirugía había sido
peor debido a la peor calidad del tejido resultante tras el fármaco.
Actualmente, la infiltración con ácido hialurónico solamente está aprobada
para la rodilla, pero algunos estudios muestran que su inyección en la
articulación glenohumeral o bien en la bursa, puede ser segura y beneficiosa en
el tratamiento del hombro doloroso, con una efectividad igual a la de los
glucocorticoides.
La crioterapia está indicada en aquellas patologías que asocien un importante
edema.
Mediante la prescripción de ejercicios recomendados y la fisioterapia podemos
conseguir restablecer la movilidad de la articulación afecta. Existen numerosos
pero los ejercicios activos son la base.
En cambio, no existe evidencia científica para recomendar o no el uso de
acupuntura.
La radiofrecuencia del nervio supraescapular resultar ser una alternativa
cuando el resto de las terapias han fracasado. Este nervio aporta cerca del 70%
de las fibras sensitivas de la articulación del hombro y ramas motoras a los
músculos infra y supraespinosos por lo que juega un importante papel en la
transmisión dolorosa de la articulación. Existen dos modalidades:
- Radiofrecuencia neuroablativa o convencional: aplica
temperaturas elevadas provocando una neurolísis térmica
definitiva del tejido
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- Radiofrecuencia pulsada: utiliza temperaturas más bajas
produciendo un bloqueo temporal y no destructivo.
Cerca de un 50% de los pacientes consiguen de esta forma alivio del dolor y
mejoría de la movilidad. Bien es cierto que los resultados del tratamiento
conservador son peores en aquellos pacientes con larga duración de la
sintomatología (en torno a los 6-12 meses) y con roturas mayores de 3
centímetros de diámetro. También se ha visto que el tamaño de las roturas
aumenta con el tiempo, de hecho, en un estudio se objetivó que el 40% de los
pacientes tratados sin cirugía acusaban un aumento del tamaño de su lesión a
los 5 años y sólo un 20% permanecían asintomáticos.
B) Tratamiento quirúrgico
Está indicado en aquellas roturas del manguito que no respondan al
tratamiento conservador, persistiendo el dolor, la debilidad, la pérdida de
movilidad o la limitación funcional. Es decir, es siempre la última opción
terapéutica en la patología crónica del hombro.
El objetivo de dicho tratamiento es la reinserción del manguito en la cabeza
humeral. Y parece ser que para conseguir buenos resultados no es necesario
obtener un cierre hermético de la estructura muscular.
Lógicamente la cirugía obtiene peores resultados ante roturas de gran tamaño,
calidad del tejido mala, reducción de la movilización del tejido, rotura de la
porción larga del bíceps, pacientes mayores de 65 años, fumadores o
diabéticos.
La intervención quirúrgica puede realizarse de forma abierta mediante una
acromioplastia asociada o no a sutura de manguito, de forma artroscópica o
mediante la técnica miniopen.
Los resultados de la acromioplastia artroscópica y la reparación del manguito
por técnica miniopen son comparables a los obtenidos por cirugía abierta, pero
con la ventaja de recuperar antes la movilidad y resultar más estéticos. Así
mismo, consiguen un menor dolor postoperatorio, menor pérdida de sangre y
menor estancia hospitalaria. No obstante, la reparación por vía artroscópica ha
aumentado la incidencia de renorroturas ante roturas iniciales mayores de 3
cm respecto a la vía clásica.
Debe recomendarse el tratamiento rehabilitador posterior a cualquiera de las
técnicas quirúrgicas empleadas.
CRITERIOS DE DERIVACIÓN
1. Persistencia de dolor tras 36 meses de tratamiento conservador.
2. Historia de inestabilidad de la articulación o traumatismo.
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3. Sospecha de rotura del manguito de los rotadores.
4. Diagnóstico dudoso.
5. Presencia de signos de alarma que hagan sospechar afectación extrínseca
del hombro:
o Antecedentes personales de neoplasia, presencia de tumoración o
deformidad sin justificación aparente.
o Signos físicos que hagan sospechar infección.
o Antecedentes de traumatismo reciente que hagan sospechar la
presencia de luxación de hombro.
o Datos clínicos que hagan sospechar rotura reciente del manguito de
los rotadores.
o Datos clínicos de compromiso neurológico.
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