La lluvia ácida se forma por la contaminación con óxidos de nitrógeno y dióxido de azufre, los cuales pueden provenir de fuentes naturales como volcanes o de fuentes humanas como plantas industriales y vehículos. Al descargarse un rayo se liberan 50 kg de óxidos de nitrógeno, y como hay cien rayos por segundo en la Tierra, esto suma 5 toneladas de este contaminante por lapso.