2. Objetivos del encuentro:
• Que los catequistas participantes
descubran que la catequesis y los
catequistas están llamados a una
conversión pastoral permanente.
• Que los catequistas descubran que
una de las misiones de la catequesis
es animar a la conversión.
• Que los catequistas descubran los
aportes significativos de EG y GE a la
conversión pastoral.
3. Empezando por la
Palabra…
• Hch 9, 1-21
Saulo, que todavía respiraba amenazas de muerte contra
los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote y
le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de
traer encadenados a Jerusalén a los seguidores del Camino
del Señor que encontrara, hombres o mujeres. Y mientras
iba caminando, al acercarse a Damasco, una luz que venía
del cielo lo envolvió de improviso con su resplandor. Y
cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: «Saulo, Saulo,
¿por qué me persigues?». El preguntó: «¿Quién eres tú
Señor?». «Yo soy Jesús, a quien tú persigues, le respondió
la voz. Ahora levántate, y entra en la ciudad: allí te dirán
qué debes hacer». Los que lo acompañaban quedaron sin
palabra, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo
se levantó del suelo y, aunque tenía los ojos abiertos, no
veía nada. Lo tomaron de la mano y lo llevaron a
Damasco. Allí estuvo tres días sin ver, y sin comer ni
beber.
4. Empezando por la Palabra…
• Hch 9, 1-21
Vivía entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en una
visión: «¡Ananías!». El respondió: «Aquí estoy, Señor». El Señor le dijo: «Ve a la calle
llamada Recta, y busca en casa de Judas a un tal Saulo de Tarso. El está orando y ha
visto en una visión a un hombre llamado Ananías, que entraba y le imponía las manos
para devolverle la vista». Ananías respondió: «Señor, oí decir a muchos que este
hombre hizo un gran daño a tus santos en Jerusalén. Y ahora está aquí con plenos
poderes de los jefes de los sacerdotes para llevar presos a todos los que invocan tu
Nombre». El Señor le respondió: «Ve a buscarlo, porque es un instrumento elegido por
mí para llevar mi Nombre a todas las naciones, a los reyes y al pueblo de Israel. Yo le
haré ver cuánto tendrá que padecer por mi Nombre». Ananías fue a la casa, le impuso
las manos y le dijo: «Saulo, hermano mío, el Señor Jesús –el mismo que se te apareció
en el camino– me envió a ti para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu
Santo». En ese momento, cayeron de sus ojos una especie de escamas y recobró la
vista. Se levantó y fue bautizado. Después comió algo y recobró sus fuerzas. Saulo
permaneció algunos días con los discípulos que vivían en Damasco, y luego comenzó
a predicar en las sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios. Todos los que oían quedaban
sorprendidos y decían: «¿No es este aquel mismo que perseguía en Jerusalén a los que
invocan este Nombre, y que vino aquí para llevarlos presos ante los jefes de los
sacerdotes?».
6. Un primer paneo por EG
• Primerear, involucrarse, acompañar, fructificar y festejar
• 24. La Iglesia en salida es la comunidad de discípulos
misioneros que primerean, que se involucran, que
acompañan, que fructifican y festejan.
• «Primerear»: sepan disculpar este neologismo. La comunidad
evangelizadora experimenta que el Señor tomó la iniciativa, la ha
primereado en el amor (cf. 1 Jn 4,10); y, por eso, ella sabe
adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a
los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los
excluidos. Vive un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de
haber experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza
difusiva. ¡Atrevámonos un poco más a primerear!
• Como consecuencia, la Iglesia sabe «involucrarse». Jesús lavó los
pies a sus discípulos. El Señor se involucra e involucra a los suyos,
poniéndose de rodillas ante los demás para lavarlos. Pero luego dice
a los discípulos: «Seréis felices si hacéis esto» (Jn 13,17). La
comunidad evangelizadora se mete con obras y gestos en la vida
cotidiana de los demás, achica distancias, se abaja hasta la
humillación si es necesario, y asume la vida humana, tocando la
carne sufriente de Cristo en el pueblo.
7. Un primer paneo por EG
• Primerear, involucrarse, acompañar, fructificar y festejar
• 24. Los evangelizadores tienen así «olor a oveja» y éstas escuchan su voz.
Luego, la comunidad evangelizadora se dispone a «acompañar».
Acompaña a la humanidad en todos sus procesos, por más duros y prolongados
que sean. Sabe de esperas largas y de aguante apostólico. La evangelización
tiene mucho de paciencia, y evita maltratar límites.
• Fiel al don del Señor, también sabe «fructificar». La comunidad
evangelizadora siempre está atenta a los frutos, porque el Señor la quiere
fecunda. Cuida el trigo y no pierde la paz por la cizaña. El sembrador, cuando ve
despuntar la cizaña en medio del trigo, no tiene reacciones quejosas ni
alarmistas. Encuentra la manera de que la Palabra se encarne en una situación
concreta y dé frutos de vida nueva, aunque en apariencia sean imperfectos o
inacabados. El discípulo sabe dar la vida entera y jugarla hasta el martirio como
testimonio de Jesucristo, pero su sueño no es llenarse de enemigos, sino que la
Palabra sea acogida y manifieste su potencia liberadora y renovadora.
• Por último, la comunidad evangelizadora gozosa siempre sabe
«festejar». Celebra y festeja cada pequeña victoria, cada paso adelante en la
evangelización. La evangelización gozosa se vuelve belleza en la liturgia en medio
de la exigencia diaria de extender el bien. La Iglesia evangeliza y se evangeliza a
sí misma con la belleza de la liturgia, la cual también es celebración de la
actividad evangelizadora y fuente de un renovado impulso donativo.
8. Un llamado…
• El Concilio Vaticano II presentó la conversión
eclesial como la apertura a una permanente
reforma de sí por fidelidad a Jesucristo:
«Toda la renovación de la Iglesia consiste
esencialmente en el aumento de la fidelidad a su
vocación […] Cristo llama a la Iglesia peregrinante
hacia una perenne reforma, de la que la Iglesia
misma, en cuanto institución humana y terrena,
tiene siempre necesidad».
• Hay estructuras eclesiales que pueden llegar a
condicionar un dinamismo evangelizador;
igualmente las buenas estructuras sirven
cuando hay una vida que las anima, las
sostiene y las juzga. Sin vida nueva y auténtico
espíritu evangélico, sin «fidelidad de la Iglesia a la
propia vocación», cualquier estructura nueva se
corrompe en poco tiempo.
9. Sueño…
• Una impostergable renovación eclesial
• 27. Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las
costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta
en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la
autopreservación. La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo
puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más
misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y
abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y
favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su
amistad. Como decía Juan Pablo II a los Obispos de Oceanía, «toda renovación en el
seno de la Iglesia debe tender a la misión como objetivo para no caer presa de una
especie de introversión eclesial»
10. La mirada de G.E.
• CAPÍTULO TERCERO: A LA LUZ DEL
MAESTRO
• 79. La palabra «justicia» puede ser sinónimo
de fidelidad a la voluntad de Dios con toda
nuestra vida, pero si le damos un sentido muy
general olvidamos que se manifiesta
especialmente en la justicia con los
indefensos.
• Buscar la justicia con hambre y sed, esto es
santidad. «Felices los misericordiosos, porque
ellos alcanzarán misericordia»
• 80. El Catecismo nos recuerda que esta ley se
debe aplicar «en todos los casos»,[1] de
manera especial cuando alguien «se ve a
veces enfrentado con situaciones que hacen el
juicio moral menos seguro, y la decisión
difícil».
• 82. Mirar y actuar con misericordia, esto es
santidad. «Felices los de corazón limpio,
porque ellos verán a Dios»
11. La mirada de G.E.
• CAPÍTULO TERCERO: A LA LUZ DEL MAESTRO
• 85. En las intenciones del corazón se originan los deseos y las
decisiones más profundas que realmente nos mueven.
• 86. Mantener el corazón limpio de todo lo que mancha el amor,
esto es santidad. «Felices los que trabajan por la paz, porque ellos
serán llamados hijos de Dios»
• 89. No es fácil construir esta paz evangélica que no excluye a nadie
sino que integra también a los que son algo extraños, a las
personas difíciles y complicadas. Sembrar paz a nuestro alrededor,
esto es santidad. «Felices los perseguidos a causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos»
• 94. Las persecuciones no son una realidad del pasado, porque hoy
también las sufrimos, sea de manera cruenta, como tantos mártires
contemporáneos, o de un modo más sutil, a través de calumnias y
falsedades. Aceptar cada día el camino del Evangelio aunque nos
traiga problemas, esto es santidad.
12. EL GRAN PROTOCOLO
• 95. «Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui
forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en
la cárcel y vinisteis a verme» (Mt 25,35-36).
13. CAPÍTULO CUARTO: ALGUNAS NOTAS DE LA SANTIDAD
EN EL MUNDO ACTUAL
• 111. Son cinco grandes manifestaciones del amor a Dios
y al prójimo que considero de particular importancia,
debido a algunos riesgos y límites de la cultura de hoy.
En ella se manifiestan: la ansiedad nerviosa y violenta
que nos dispersa y nos debilita; la negatividad y la
tristeza; la acedia cómoda, consumista y egoísta; el
individualismo, y tantas formas de falsa espiritualidad sin
encuentro con Dios que reinan en el mercado religioso
actual.
• 112. AGUANTE, PACIENCIA Y MANSEDUMBRE
• 122. ALEGRÍA Y SENTIDO DEL HUMOR
• 129. AUDACIA Y FERVOR
• 140. EN COMUNIDAD
• 147. EN ORACIÓN CONSTANTE
14. CAPÍTULO QUINTO:
COMBATE, VIGILANCIA Y
DISCERNIMIENTO
• Habla, Señor
• 172. Solo quien está dispuesto a escuchar tiene la libertad
para renunciar a su propio punto de vista parcial o
insuficiente, a sus costumbres, a sus esquemas.
• 173. No se trata de aplicar recetas o de repetir el pasado.
• La lógica del don y de la cruz
• 175. Hace falta pedirle al Espíritu Santo que nos libere y
que expulse ese miedo que nos lleva a vedarle su entrada
en algunos aspectos de la propia vida. Esto nos hace ver
que el discernimiento no es un autoanálisis ensimismado,
una introspección egoísta, sino una verdadera salida de
nosotros mismos hacia el misterio de Dios, que nos ayuda
a vivir la misión a la cual nos ha llamado para el bien de
los hermanos.
15. Balbuceando…
• Una catequesis en proceso de conversión
pastoral (desde la doble vinculación personal
y comunitaria).
• Redescubrir el carisma/vocación.
• Generar espacios y experiencias de Dios.
• No hay conversión sin espiritualidad y sin
misión.
• ¿Hemos descubierto realmente la ABP?
16. Consigna de la semana:
• 1-Leer todo el capítulo 1º de EG-Detenerse en donde el Espíritu nos diga e
insista. ¿Qué descubres? ¿De qué lugar salir, hacia donde ir?
• 2-Leer capítulo 4º y 5º de GE- Detenerse en donde el Espíritu nos diga e
insista. ¿Qué descubres? ¿De qué lugar salir, hacia donde ir?
• 3-A la luz de lo rumiado (y evitando el síndrome de Don Ramón) ¿Qué pasos
posibles podrías dar vos para impulsar la conversión pastoral de tu
comunidad?
• Cargar tu trabajo en el siguiente link
https://padlet.com/cbajuntacatequesis/7q3wf7j453cnh02b