1. Planificación
Alumna: Vanesa Benitez
Área: Lengua
Grado: 4°
Contenido: sinónimos y antónimos
Objetivo: Escuchar y comprender el relato de una leyenda para reflexionar sobre el
significado de las palabras y poder ampliar el vocabulario.
Recursos: Relato de una leyenda trabajado con el programa Audacity, computadora,
parlantes, fotocopia de la leyenda, pizarrón.
Desarrollo de la clase:
Se comenzará la clase comentándoles a los alumnos que en el día de hoy escucharemos una
leyenda, llamada “un indiecito travieso” mediante su proyección en la computadora, se les
pedirá que presten mucha atención. Luego de la proyección, se hará una puesta en común,
realizándoles las siguientes preguntas para lograr una mejor comprensión.
¿Donde sucede la historia?
¿Cómo era el indiecito? ¿Qué le gustaba hacer?
¿Qué pensaban sus padres acerca de su comportamiento? ¿Y ustedes que piensan? ¿A quién
recurrieron?
¿Quién logró que el indiecito mejorara su comportamiento?
¿Cómo lo hizo?
¿Qué enseñanza les dejó la historia?
Luego de la puesta en común, se le entregará a cada alumno una fotocopia con la leyenda
“Un indiecito travieso” la cual tendrá algunas palabras pintadas de color rojo. Y se les
pedirá que realicen la siguiente actividad:
1) - Cambiar las palabras que están en color rojo por otras que se le parezcan, puedes
ayudarte con el diccionario.
2. Un indiecito travieso
Huampi era un indiecito que vivía en la provincia de San Juan. Era un pequeño travieso y descuidado, que
corría por los valles calchaquíes, sin importarle de los animalitos y árboles que allí vivían.
Le gustaba arrojar piedritas al agua y como lo hacía en forma violenta, muchas veces golpeaba a los animales
que por allí pasaban.
- ¡Alguien tiene que detener a este niño! – decían las vizcachas y quirquinchos, sacudiéndose las piedritas que
quedaban en sus lomos.
- ¡Dímelo a mí! Ya casi no tengo plumas. Me da cada susto que casi estoy calvo –agregó un ñandú.
- Y a nosotros,casino nos quedan uvitas – lamentaban los viñedos.
Los padres de Huampi se esforzaban para que su hijito aprendiese a cuidar todo lo que lo rodeaba, pero el
pequeño era muy desobediente y no modificaba su comportamiento.
Cansado que el indiecito destruyera la naturaleza a cada paso que daba, el cacique de la tribu decidió hablar
con la india más anciana y sabia de la región.
Pachamama, así se llamaba la abuelita, era tan viejita que parecía que siempre había habitado
el suelo sanjuanino.
La ancianita respetaba y amaba mucho a la naturaleza y en cierto modo, representaba para todos los indios a
la tierra misma: era generosa,simple y buena.
- Ya le daremos una lección a ese pequeño. Aprenderá a respetar a la tierra y a todas las criaturas que en ella
viven –dijo la Pachamama.
Un viento cálido sopló entonces y despeinó su blanca cabellera, lo que le dio a la abuelita una gran idea.
3. - Necesito ayuda –dijo la Pachamama al viento Zonda que había escuchado las palabras de la anciana -
¿puedes colaborar conmigo para que este indiecito travieso deje de dañar a la naturaleza y molestar a la
gente?
Se escuchó un silbido que la ancianita entendió como un “por supuesto”,“cuenta conmigo”.
La tarde siguiente, el viento bajó de la montaña y al ver a Huampi tomar una piedrita para arrojarla, sopló con
toda su fuerza, desviando así su recorrido. El niño volvió a intentarlo y el picarón zonda una y otra vez, desvió
cada piedrita.
Dándose cuenta que no tenía suerte, Huampi decidió intentar con las uvas de la vid, pero cada vez que trataba
de tomar una, el viento soplaba tan fuerte que hacía que las ramas escaparan de sus manitos.
El pequeño se dio cuenta que algo estaba ocurriendo. Cada vez que intentaba hacer algo que no era correcto,
el cálido viento rozaba su carita y se escuchaba un silbido que parecía decir “pórtate bien indiecito travieso”.
Así el indiecito nunca más pudo golpear y molestar a las criaturas que allí vivían.
Al finalizar esta actividad se realizará una puesta en común, y se preguntará: después de
cambiar las palabras por otras parecidas ¿se modificó el sentido de la leyenda?
Se les explicará que las palabras que tienen significados parecidos se llaman sinónimos.
Y se verá que aunque hayamos modificado las palabras los sinónimos no modifican el
sentido de la leyenda. Crearemos entre todos una definición de sinónimos para que la
escriban en sus carpetas.
“Las palabras son sinónimos, cuando poseen significados muy parecidos, pero se escriben
de manera muy distinta.
A continuación se les entregará otra fotocopia de la leyenda con algunas palabras pintadas
de color azul. Y se les pedirá que realicen la siguiente actividad:
2)- Cambiar las palabras pintadas de azul del siguiente fragmento de la leyenda por otras de
significado opuesto.
4. Huampi era un indiecito que vivía en la provincia de San Juan. Era un pequeño travieso y descuidado,
que corría por los valles calchaquíes, sin importarle los animalitos y árboles que allí vivían.
Le gustaba arrojar piedritas al agua y como lo hacía en forma violenta, muchas veces golpeaba a los
animales que por allí pasaban…
Los padres de Huampi se esforzaban para que su hijito aprendiese a cuidar todo lo que lo rodeaba, pero el
pequeño era muy desobediente y no modificaba su comportamiento….
Al finalizar la actividad se realizará una puesta en común y se preguntará:
¿Expresará lo mismo que cuenta la historia anterior de Huampi? ¿Por qué?
Se les explicará que las palabras que tienen significados opuestos se llaman antónimos. Se
podrá ver que estos modifican el sentido de la historia. Entre todos se construirá la
definición de antónimo. Para luego copiarlas en sus cuadernos.
“Dos o más palabras son antónimos cuando su significado es opuesto o contrario”.
Esquema previo del guión
1)- ¿Qué quiero comunicar?
Que los alumnos puedan comprender el relato de una leyenda para reflexionar sobre
el significado de las palabras e identificar sinónimos y antónimos.
2)- ¿Cuáles son mis objetivos?
Que los alumnos puedan escuchar y comprender el relato de una leyenda, y a través
de interrogantes y actividades poder reflexionar sobre el significado de las palabras
para reconocer sinónimos y antónimos y de esta manera poder ampliar el
vocabulario.
3)- ¿Cómo? Y ¿De qué forma?
A través del relato de una leyenda creado con el programa audacity, y con la ayuda
del desarrollo de actividades didácticas.
5. 4)- ¿Con la intervención de quiénes? (personas o personajes).
Huampi;
Pachamama;
Viento zonda;
Relator.
5)- ¿En qué tiempo?
En un tiempo de 3:10 minutos.
6)- ¿Con qué efectos? ¿Música?
Con música guaraní.
Efectos sonoros: agua, piedras que caen al agua, animales, viento.
Texto Audio Tiempo
Huampi era un indiecito que vivía en la provincia de San
Juan. Era un pequeño travieso y descuidado, que corría por
los valles calchaquíes, sin importarle de los animalitos y
árboles que allí vivían.
Le gustaba arrojar piedritas al agua y como lo hacía en
Voz del relator
Voz del
quirquincho y las
vizcachas.
6. forma violenta, muchas veces golpeaba a los animales que
por allí pasaban.
- ¡Alguien tiene que detener a este niño! – decían las
vizcachas y quirquinchos, sacudiéndose las piedritas que
quedaban en sus lomos.
- ¡Dímelo a mí! Ya casi no tengo plumas. Me da cada susto
que casi estoy calvo –agregó un ñandú.
- Y a nosotros, casi no nos quedan uvitas – lamentaban los
viñedos.
Los padres de Huampi se esforzaban para que su hijito
aprendiese a cuidar todo lo que lo rodeaba, pero el
pequeño era muy desobediente y no modificaba su
comportamiento.
Cansado que el indiecito destruyera la naturaleza a cada
paso que daba, el cacique de la tribu decidió hablar con la
india más anciana y sabia de la región.
Pachamama, así se llamaba la abuelita, era tan viejita que
parecía que siempre había habitado el suelo sanjuanino.
La ancianita respetaba y amaba mucho a la naturaleza y en
cierto modo, representaba para todos los indios a la tierra
misma: era generosa, simple y buena.
- Ya le daremos una lección a ese pequeño. Aprenderá a
respetar a la tierra y a todas las criaturas que en ella viven
Voz del viñedo.
Voz de la
abuelita.
Voz del viento.
Sonido del agua.
Sonido de
animales.
Sonido del viento.
7. –dijo la Pachamama.
Un viento cálido sopló entonces y despeinó su blanca
cabellera, lo que le dio a la abuelita una gran idea.
- Necesito ayuda –dijo la Pachamama al viento Zonda que
había escuchado las palabras de la anciana -¿puedes
colaborar conmigo para que este indiecito travieso deje de
dañar a la naturaleza y molestar a la gente?
Se escuchó un silbido que la ancianita entendió como un
“por supuesto”, “cuenta conmigo”.
La tarde siguiente, el viento bajó de la montaña y al ver a
Huampi tomar una piedrita para arrojarla, sopló con toda
su fuerza, desviando así su recorrido El niño volvió a
intentarlo y el picarón zonda una y otra vez, desvió cada
piedrita.
Dándose cuenta que no tenía suerte, Huampi decidió
intentar con las uvas de la vid, pero cada vez que trataba de
tomar una, el viento soplaba tan fuerte que hacía que las
ramas escaparan de sus manitos.
El pequeño se dio cuenta que algo estaba ocurriendo. Cada
vez que intentaba hacer algo que no era correcto, el cálido
viento rozaba su carita y se escuchaba un silbido que
parecía decir “pórtate bien indiecito travieso”. Así el
indiecito nunca más pudo golpear y molestar a las criaturas
que allí vivían.
3: 10