Es acerca de la descomposición de una Guayaba, recuerdo que es un ejercicio de la U xD acerca de la observacion y asii..pero no mas xD jaja Espero le agrade o le sirva a los que esten en primer semestre de enfermeria en la UdeA*
DE LAS OLIMPIADAS GRIEGAS A LAS DEL MUNDO MODERNO.ppt
Desagradable
1. UN HEDOR DULZÓN
Hoy me deshice de ella. Ya no soportaba aquel hedor dulzón que impregnaba la habitación,
fueron muchos los sermones que aguanté por ella, y es que tal hediondez solo podría
encontrarse en un basurero, donde los olores más desagradables confluyen para formar una
atmosfera inmunda.
No sé cómo deshacerme de su olor tan penetrante, ya su presencia no está pero su esencia ha
quedado en el aire, si fuese posible, regresaría el tiempo y nunca la hubiese traído a casa.
¿Y es que quien lo hubiera hecho sino hubiese sido yo? Solo a mí se me ocurre algo así. la
noche anterior mi madrastra trato de persuadirme para que me deshiciera de ella, y no fui
capaz, aun quería algo más de ella, no sé qué buscaba pero no la podía dejar ir, ahora me di
cuenta de que era capricho mío o solo apelaba al compromiso que tenía con ella para no
dejarla ir.
Entendí que era hora de deshacerme de ella en el momento en que vi su piel compuesta de
moho, ya la humedad del aire había hecho estragos en ella y comprendí que su labor había
terminado.
Noche tras noche la veía deteriorarse más, veía su piel cada vez más arrugada, cada vez más
débil, un semblante grisáceo que aunque incomprendido me dolía en el alma. Pude observar
como sus líquidos abandonaban su sitio y se desparramaron en su lecho, gradualmente lo
inundaron, era dulce, muy dulce, era incluso agradable. Mientras las sábanas cambiaban de
color nunca me atreví a tocarla, quería más no podía, me daba asco pensar que esa sustancia
viscosa podría tocar mis dedos e infectarme, pensaba que podía quedar igual que ella y eso me
aterraba. Alcanzaba a ver ya las pequeñas moscas a su alrededor, signo de su putrefacción y
miseria, después de ser lo que era a ver en lo que se había convertido, hasta que divisé un
mancha más oscura de lo normal, si bien su piel era parda y rugosa, esa mancha en particular
lucía como una herida abierta, marca de dolor ¡Y entonces recordé! La había dejado caer. Tal
fue el remordimiento que sentí que me quede estupefacta, viendo cómo por mi culpa estaba
peor.
Días antes había visto vida en aquel organismo, una vida que aunque insulsa daba sensación de
calidez. El color de su piel era distinto, casi hermoso, de un brillante color amarillo, casi irreal.
Lucia perfecta y perfecta no es perfecto, sino ideal. Su textura complementaba su exoticidad,
tan firme, tan bella. Llamaba la atención de los ojos, recuerdo que no podía quitar la vista
sobre sí, que aquel amarillo que se fue manchando con la suciedad de la vida era luminoso,
atractivo y poderoso. Incitaba sensaciones y provocaba cosas impensables, yo deseaba
devorarla, pero me contenía. Su olor era sutil, suave, un vaho liviano de dulce sabor que hacia
que mi boca salivara, era algo natural y simple. El día que me topé con ella no pensaba en
realidad hacerlo, hasta que la tuve en frente y como una revelación entendí que no debía
buscar más, que había encontrado lo que necesitaba. Y Fue así durante un tiempo.
Tan suave y firme, tan bella y liviana, tan sublime y simple, tan pequeña pero tan cargada de
sensaciones. Cuando empezó a cambiar ya no encontraba interés en ella, solo la veía ahí,
2. mientras su olor se volvía penetrante y picoso pero dulce, siempre dulce. Ya no era firme, por
el contrario era tan blanda y frágil, sus tejidos se hundían al contacto con mis dedos, era
desagradable, por poco vomito. Comencé a verla y caí en cuenta que aquel color que me
encantaba de ella había desaparecido.
Su piel comenzó a oscurecer, se volvió parda era como si estuviera sucia, fue entonces que
decidí no volverla a tocar. Ya no incitaba nada en mí, y no sé qué hacía allí. Me invadió un
desespero de dejarla, quería botarla, su olor era tan fuerte, que solo podía pensar en eso
mientras caminaba de un lado a otro, hasta que escuche a mi madrastra a hablarme, esa cosa
que yacía en mi cuarto no solo me fastidiaba a mí, sino a los de la casa. Me senté y le explique
mi compromiso con ella, me miro de forma tan extraña y solo dijo: “Bueno”. Pero ya hoy ha
sido suficiente.
La tire a la basura, ya he pasado tanto por su culpa, ansío que termine de pudrirse lejos de mí,
era tan común. Iré a la tienda y comprare otra guayaba, pero ésa me la comeré.
Paola Zapata
Grupo 02
Cultura y Lenguaje
26 Mayo de 2011